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ORIGEN DE LA IGLESIA ADVENTISTA

La IASD nació en Estados Unidos a partir del Movimiento Millerita de las

década de 1840. William Miller (1782-1849) era un predicador laico bautista que, en su

estudio personal de la Biblia, se convenció de que los acontecimientos narrados en los

capítulos 2 y 7 del libro de Daniel, correspondían a eventos históricos. Partiendo de

Daniel 8, 14, se convenció de que la “purificación” de que habla el profeta se refería al

regreso de Cristo para purificar la Iglesia y, aplicando una interpretación literal a los

2300 días de que habla Daniel (tomando cada día por un año), llegó a la conclusión de

que la segunda venida de Cristo para “purificar el Santuario”, ocurriría en 1843,

después del comienzo de las 70 semanas de Daniel (Dan. 9:24-27), que él interpretó

como el espacio de tiempo transcurrido desde el año 457 a. C. hasta el año 1843 d. C.

Como no sucedió lo esperado, hizo un pequeño ajuste de cálculo y fijó una nueva

fecha para el 22 de octubre de 1844.

Al ver que tampoco sucedió nada, muchos seguidores lo abandonaron. Es lo

que se conoce en la historia del adventismo como la “Gran Decepción” o el “Gran

Chasco”. Fue entonces cuando uno de los discípulos de Miller, Iram Edson, volvió a

examinar la profecía de Daniel 8:14, después de tener una visión sobre este asunto.

Edson llegó a la conclusión de que el error de Miller consistía en la naturaleza del

evento, más bien que en el cálculo del tiempo. Miller había interpretado "la purificación

del santuario" como una profecía de que Cristo Jesús regresaría al "santuario

terrenal", esto es, a la tierra misma. A la luz de esta visión, Edson llegó a creer que

Cristo, en vez de regresar a la tierra en 1844, en realidad entró por primera vez en el

segundo compartimiento del santuario celestial. Edson creía que había un santuario

celestial que había sido el modelo para el santuario terrenal del Antiguo Testamento,

con los compartimientos dobles conocidos como el Lugar Santo y el Lugar Santísimo.
Según Edson, 1844 marcaba el comienzo de la segunda fase de la obra expiatoria de

Cristo.

Lo que pasó realmente en esa fecha, decían, fue que Jesús entró al “Lugar

santísimo” del Santuario celestial y comenzó un “juicio investigador” del mundo, para

“determinar quiénes, a través del arrepentimiento de sus pecados y la fe en Cristo,

están en condiciones de recibir los beneficios de la expiación”. Después de ese juicio,

Jesús regresará a la tierra. De acuerdo con la enseñanza adventista, el retorno de

Cristo puede ocurrir muy pronto, aunque han renunciado a fijar una fecha para el

mismo, según el dicho de Mateo: “El día y la hora nadie los sabe” (Mat 24:36).

La posición mas firme por la conferencia de Albany prácticamente produjo

una división permanente entre los adventistas Himes, Litch y Galusha dirigieron una

serie de conferencias adventistas y Baltimore durante mayo de 1845. Estos hombres,

a quienes se unieron una vez mas Apollos Hale y J.B Cook intentaron mantener unido

un movimiento adventista truncado, y encontraron necesario separarse mas y mas de

la enseñanza originales de Miller acerca de las profecías. Con el tiempo abandonaron

la creencia de que había una conexión entre las profecías de las setenta semanas y

delos 2300 días. Pero llegaron a ser líderes cada vez con menos seguidores, a medida

que mas y mas adventistas aceptaban los conceptos de quienes mantenían la validez

de la fecha de 1844 o regresaban a sus iglesia anteriores.

DIVISIONES:

Al tiempo de la muerte de Miller en diciembre de 1849, el adventismo estaba

fragmentado en varios grupos. Esto es exactamente lo que tenían Himes, Litch y Hale,

y trataron de impedirlo buscando la manera de lograr una organización permanente.

Siempre tuvieron la oposición de adventistas como Joseph Marsh, quien mantenía


que la organización no tenía apoyo en la biblia y era una negación de la fe en un

advenimiento inminente.

Existían tres grupos de adventistas relativamente coherentes existían en

1852. El primero, pretendiendo haber mantenido la fe adventista original, estaba

centrado alrededor de Boston y consideraba a Himes, Bliss y Hale como sus

dirigentes. Estos hombres favorecían la formación de una estructura eclesiatica

congregacional fuerte, pero fueron incapaces de llevarlo a la practica antes de 1859,

cuando organizaron la Conferencia Adventista Evangélica Norteamericana.

Teniendo el Advent Herald como su vocero, los adventistas evangélicos desarrollaron

lazos crecientes y estrechos con algunas de las iglesias protestantes mas importantes,

muchas de las cuales estaban pasando a creer de un advenimiento anterior del

milenio. Como era el único grupo adventista que persistió en mantener su creencia de

la inmortalidad del alma, los adventistas evangélicos encontraron menos y

menos cosas que dividían de las denominaciones antiguas, gradualmente perdieron

toda razón de mantener una existencia general.

Un segundo grupo adventista se desarrollo en Hartford, en el área de

Connecticut y la ciudad de Nueva York. Ellos se unieron a Joseph Turner y su Second

Advent Watchman. Estas personas creían que el milenio estaba en le pasado. Todo

aceptaba la idea del sueño del hombre en la muerte y la destrucción final de los

malvados, que George Storrs había introducido durante el movimiento de 1844, pero

sostenían posición divergente sobre asuntos de organización y disciplina eclesiástica.

En 1862 Himes se separo de sus antiguos colegas al aceptar las doctrinas “sueño del

alma” y con el tiempo se unió a este grupo para formar la Advent Christian Church

(Iglesia Cristiana del Advenimiento), el mayor remanente no sabatario del adventista.

El tercer grupo se centro mayormente de Rochester, Nueva York. Sus

miembros se agruparon detrás de Joseph Marsh y su Advent Harbinger and Bible


Advocate, pero estaban violentamente opuestos a cualquier organización formal. Su

principal diferencia con los Cristianos Adventistas se refería al milenio, que ellos veían

todavía en el futuro. Durante el milenio esperaban un segundo periodo de prueba,

cuando los judíos regresarían a Palestina. Sus objeciones persistentes a la

organización impidió que estos adventistas de una era venidera llegaran a ser fuertes

y unidos.

SABADO

Al mismo tiempo que los seguidores del movimiento ponían su atención en

la segunda venida de Cristo, surgió la problemática del día bíblico de descanso y

adoración. El primer defensor de guardar el sábado como día de reposo entre los

primeros adventistas fue el capitán Joseph Bates. Bates llegó a conocer la doctrina del

sábado gracias a un folleto escrito por un predicador millerita llamado Thomas M.

Preble, quien a su vez había sido influenciado por una joven bautista del Séptimo Día,

Rachel Oakes Preston.

Figura1. Jose Bates (1792- 1872)


Gracias a Raquel Oakes, quien luego de escuchar en un sermón al pastor

Wheeler lo invitó a su casa donde lo reprendió por su predicar el sábado bíblico.

Wheeler llegó a ser un guardador del sábado. En Washington, los hermanos William y

Cyrus Farnsworth desarrollaron un grupo guardador del sábado aun antes del Chasco.

Otro prominente predicador que aceptó el sábado fue T. M. Preble, quien llevó sus

creencias a la conferencia de Albany, pero fueron desechadas como fábulas judías.

Durante unos 20 años, el movimiento adventista no pasó de ser un grupo

disgregado de personas que se adherían al mensaje. Entre sus principales partidarios

se encontraban James White, su esposa Ellen G. White y Joseph Bates. Luego de

intensas discusiones se estableció en Battle Creek, Michigan una iglesia organizada

formalmente, a la que se llamó Iglesia Adventista del Séptimo Día. En el momento de

su organización, es decir, en mayo de 1863, contaba con 3500 miembros. A través de

grandes esfuerzos evangelísticos por parte de sus ministros y miembros laicos, y

gracias a la dirección de Ellen White, la iglesia creció rápidamente y estableció su

presencia fuera de América del Norte durante la última parte del siglo XIX. En 1903, la

sede denominacional se mudó de Battle Creek a una sede provisional en Washington

D.C., y poco después se estableció en una localidad cercana de Takoma Park,

Maryland. En 1989 la sede fue cambiada de lugar nuevamente, esta vez a Silver

Springs, Maryland. Los adventistas en el mundo pasan actualmente (2007) de 14

millones.
La iglesia de Washington, New Hampshire, considerada como la primera

iglesia Adventista del Séptimo día.

Fuente: Shuman 2002

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