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3.

Surgimiento del movimiento Adventista

Dr. Franz Ríos


Director Centro White UNADECA
DIVISIÓN DEL ADVENTISMO
DESPÚES DEL GRAN CHASCO

1. El grupo mayoritario dejó de creer en la


fecha del 22 de octubre de 1844 y fijaron
fechas sucesivas para la segunda venida de
Cristo.
2. El grupo minoritario continuó creyendo que
en la fecha del 22 de octubre de 1844 y
fueron llamados “los Adventistas del Novio”.
GUILLERMO MILLER Y JOSUE
HIMES

1.Después del chasco de 1844 Miller creyó


que había terminado su trabajo para el
mundo y que la puerta estaba cerrada.
2. A finales de enero de 1845 dijo: “Creo que
[Turner y Hale] tienen razón... Cristo ha
venido en el sentido que se habla en
Mateo 25: 10. Sé que muchos de mis
hermanos a quienes los estimo altamente
no están de acuerdo conmigo sobre este
asunto. Yo le aconsejaría que no tengan
3. El 8 y 9 de marzo de 1845, J. Himes fue a Low
Hampton hablar con Miller. Fue durante estos
dos días que Miller tuvo una conversión de sus
puntos de vista de la "puerta cerrada“, y desde
ese día rechazó la opinión del novio.
4. Atacó duramente al grupo adventista que creían
en la llegada del novio.
5. Del 29 de abril al 1 de mayo realizó unas
conferencias en Albany y Nueva York, para
reorganizar a los adventistas que estaban
decepcionados.
3. El 8 y 9 de marzo de 1845, J. Himes fue a
Low Hampton hablar con Miller. Fue
durante estos dos días que Miller tuvo una
conversión de sus puntos de vista de la
"puerta cerrada“, y desde ese día rechazó
la opinión del novio.
4. Atacó duramente al grupo adventista que
creían en la llegada del novio.
5. Del 29 de abril al 1 de mayo realizó unas
conferencias en Albany y Nueva York, para
reorganizar a los adventistas que estaban
decepcionados.
6. En mayo de 1845 organizó la conferencia e
los adventista Millerita.
7. El año 1858 se convirtió en un líder de los
Adventistas Evangélica y conformó la
Asociación Milenaria Americana.
8. Se opuso a los adventista sabáticos y
su comprensión del santuario, así como
aquellos que creían en la inmortalidad
condicional. 
Dios permitió que cayese bajo
el poder de Satanás, o sea el
dominio de la muerte, y lo
ocultó en la tumba para
resguardarle de aquellos que
procuraban constantemente
apartarle de la verdad. Moisés
erró cuando estaba por entrar
en la tierra prometida. Así
también, vi que Guillermo
Miller erró cuando estaba por
entrar en la Canaán celestial, al
permitir que su influencia se
opusiese a la verdad. Otros le
indujeron a esto; otros tendrán
que dar cuenta de ello. Pero
los ángeles velan sobre el
CÓMO ENFRENTARON EL GRAN
CHASCO
1.Espiritualizadores:
 Orlando Squires publicó The Voice of the
Shepherd, Nueva York, marzo de 1845.
 Todas las promesas se cumplieron en un
sentido espiritual y rechazaron la creencia
en un cielo literal, una destrucción literal del
mundo por el fuego, una resurrección
literal.
 Como Cristo no llegó en 1845 “El año
Jubilar” muchos adventistas se convirtieron
2. Literalistas:
Enoch Jacobs, editor del Day Star (La
estrella del día) fue la figura clave en el
adventismo que mantuvo la visión literal.
 Creía que la segunda venida de Jesús, la
nueva tierra, la resurrección, como
eventos futuro y literales.
 El punto de vista literal fue capaz de
mantener el equilibrio hasta después
del "año jubilar" y el chasco de 1845.
REUNIONES MILLERISTA
Tuvieron dos reuniones después del gran chasco:
1. El 28 y 29 de diciembre de 1844 en la ciudad de Low
Hampton, Nueva York, Estados Unidos. Esta estuvo dedicada
a apaciguar el ánimo de los líderes del nuevo movimiento
millerita y mantenerlos unidos. Asumieron que se había
cometido un error humano en relación a los cálculos
proféticos y que había una diferencia de 4 a 5 años todavía
pendiente para el regreso de Jesús, lo que hizo menos fuerte
el golpe del chasco.
2. El 29 de abril y el inicio de mayo de 1845 en la ciudad de
Albany, Nueva York. Esta se dedicó a 60 representantes del
movimiento millerita, con el objetivo de eliminar divergencias
doctrinarias, pues ya habían surgido nuevas
DIVISION DEL MILLERISMO
Se dividieron en grupos:
1. Adventistas evangélicos.-
 Se organizaron en 1858 bajo el liderazgo del pastor Josías Litch.
 Su nombre fue Asociación Americana del Milenio 
 Continuaron publicando el periódico Advent Herald, fundado
por Joshua Himes en Boston en 1840, en ese entonces bajo el
título The Signs of the Times.
 Creían en el estado consciente de los muertos y en el
sufrimiento de los perdidos en el infierno de fuego eterno.
 En 1906, el nombre del periódico pasó a ser Messiah’s Herald.
 La iglesia tenía 481 miembros, y continuó existiendo hasta
1916, cuando fue disuelta.
2. Adventistas cristianos.-
 Los adventistas cristianos se separaron del movimiento
millerita alrededor de 1854, liderados por Jonathan Cummings.
 En 1861, en Salem, Massachusetts, se organizaron formalmente
como iglesia después de la adhesión de Charles F. Hudson y
George Storrs.
 Con la adhesión de Storrs, los adventistas cristianos pasaron a
llamarse Iglesia Cristiana Adventista.
 Creían en la segunda venida de Cristo de manera personal,
visible, literal e inminente, en la inconsciencia de los muertos,
en el bautismo por inmersión y observaban el domingo como
día sagrado.
 En 1900, durante su Conferencia General, ellos aprobaron en
asamblea su credo doctrinario.
 En 1964 se fusionaron con la Iglesia Cristiana del Advenimiento,
3. Adventistas sabatistas
 A este grupo pertenecen José Bates, Jaime White, Hiram
Edson, entre otros. Después de vivenciar el gran chasco y
padecer una gran amargura, decidieron perseverar en
oración. El grupo se reunió bien temprano por la mañana del
día 23 de octubre de 1844, en el granero de Hiram Edson para
orar pidiendo luz sobre lo que había ocurrido. Después del
periodo de oración, tomaron el desayuno.
 La esperanza del inminente regreso de Cristo al mundo
encontrada en el libro de Daniel 8:14 fue para los milleritas
“dulce como la miel”, pero la experiencia del gran chasco se
volvería “amarga en el vientre”.
 Así, ellos comprendieron que el gran chasco se encontraba
profetizado en la Biblia y que se estaba cumpliendo, pero que
todavía no había llegado el tiempo del regreso de Jesús. Dios
aún les había dado una gran obra que hacer: Apocalipsis
LOS BAUTISTAS DEL
SÉPTIMO DÍA
1. Stephen Mumford es el
primer bautista del séptimo
día que llegó al nuevo
mundo en 1664 y se radicó
en Rhode Island.
2. El movimiento creció
lentamente y en 1800 tenía
unos 1 mil adherentes.
3. En 1802, se organizó la
Conferencia General Bautista
del Séptimo Día.
5. En 1841 la membresía había alcanzado
5.500, con 50 iglesias y 62 ministros.
6. En 1842 publicaron una serie de tratados
con el objetivo de "introducir el día de
reposo" a los "cristiano”.
7. Entre 1843 y 1845 hicieron jornadas de
ayuno para que Dios avivara un pueblo
para que predicara la verdad del sábado.
LOS BAUTISTAS DEL SÉPTIMO DÍA
Y EL MILLERISMO

1. La primera referencia directa en la


literatura millerita apareció en Signs of
the Times, una carta 01 de abril de
1841, de James A. Begg, un ministro
Adventista escocés en Glasgow.
2. Begg escribió un libro sobre "la
obligación continua de guardar el
séptimo día, y que era el sábado para
3. En abril de 1842, B. Clark — un ministro Bautista día
séptimo — intentó introducir el sábado a los
adventistas a través de las columnas de Señales de
los tiempos.
4. Editor: Se recibió una carta del hermano B. Clark,
sobre el día de reposo. Deseamos no tener ninguna
controversia con 'Séptimo día Bautistas,' sobre el
tema del día de reposo. "Por lo tanto, que ningún
hombre te juzgará en carne o en bebida, o respecto
a un día de Santo, o de la luna nueva o del día de
reposo, Col 2:16, 17.
4.- 5 y 12 de septiembre de 1844, the Midnight Cry publicado artículos sobre el

Sabbath.

“Nos encanta el séptimo día hermanos y hermanas, pero creemos que están

tratando de reparar el viejo yugo judío". “Llegamos a la conclusión de que no hay

ninguna partícula en la Biblia, que enseñe a los cristianos de apartar un tiempo

como tiempo santo”.

5.- En otro artículo se dijo: “Si hubo una "porción particular del tiempo" que Dios

habían requerido debe ser observado como Santo, fue "el séptimo día de la

semana, es decir el sábado".


6. The Midnight Cry publicó una
carta de una mujer llamada a S.
Blake: Yo pertenezco al cuerpo
de creyentes Adventistas. Me
encanta ver firmeza,
honestidad y valor moral en
cada creyente cristiano. Soy
una guardián del sábado
bíblico y me encantaría ver el
debido respeto a nuestro
santísimo Señor, guardando el
LA OBSERVANCIA DEL SÁBADO EN
NEW HAMPSHIRE, WASHINTON
1. Frederick Wheeler es considerado
al primer ministro Adventista de la
observancia del sábado en Estados
Unidos. Aceptado el sábado en la
primavera de 1844.
2. H. Rachel Oakes-Preston: (1809-
1868):
 Era un miembro laico de la Iglesia
Bautista del Séptimo Día que vivía
en Nueva York.
 Visitó a su hija Delight Oakes, que
era maestra en la escuela local en
New Hampshire, Washington.
 Rachel guardó el Sábado en
casa y asistió a la iglesia local
en Domingo.
 El pastor Frederick Wheeler,
estaba predicando un sermón
sobre la comunión: todos los
que participen en el servicio de
Comunión deben estar listos a
obedecer a Dios y guardar sus
Mandamientos.
 Más tarde, la Sra. Oakes
informó al pastor que ella casi
se había levantado en medio
de la reunión para decirle que
debía guardar la mesa para la
De esta discusión, Frederick Wheeler retornó a
su casa, estudio su Biblia y llegó a la conclusión
de que el cuarto mandamiento enseña que el
Sábado debe ser guardado.
Por su lado, Rachel Oakes se convirtió luego en
Adventista Millerita.
Rachel Oakes, quien era viuda en ese tiempo,
se casó con Nathan T. Preston.
No fue hasta el último año de su vida, que se
unió a la Iglesia Adventista del Séptimo Día. 
ELENA G. WHITE
SUS PRIMEROS AÑOS
1. Elena, con su hermana gemela Elizabeth, nacieron
el 26 de noviembre 1827, en Gorham, Maine.
2. Hija de Robert y Eunice Harmon, que tuvieron
ocho hijos.
3. En 1837, la familia Harmon se trasladaron de
Gorham Maine, a la ciudad de Portland, porque
debido a la depresión, la venta de sombreros
había decaído.
SUS PRIMEROS AÑOS
4. Un día del invierno de 1837-1838 decidió llevar su
surtido de sombreros a Georgia con la esperanza de
venderlos fácilmente.
5. A media tarde. Elena y Elizabeth, con una
condiscípula, estaban cruzando un parque cuando
notaron que una niña mayor, que también asistía a la
Escuela de la Calle Brackett de Portland, las estaba
siguiendo. Con una piedra en la mano, les dirigió a los
gritos algunas palabras airadas.
SUS PRIMEROS AÑOS
6. Mientras corrían, Elena se dio vuelta para ver cuán lejos de
ellas estaba la niña. Al darse vuelta, la piedra le golpeó
directamente en el rostro. Elena cayó al suelo inconsciente.
7. Alguien le dio primeros auxilios en un negocio cercano.
8. Un cliente, totalmente desconocido, se ofreció para llevar a
Elena a la casa en su carruaje. Pero Elena, temiendo que
podría manchar el carruaje con sangre, rechazó el
ofrecimiento.
SUS PRIMEROS AÑOS
9. Cuando intentó ir a pie, pronto se desmayó y cayó al
suelo. Elizabeth y la condiscípula se las arreglaron
para transportarla a la casa.
10. Durante tres semanas estuvo inconsciente, y el
médico lo dijo que moriría.
11. Elena escribió: “La más terrible lucha de mi niñez fue
la de verme obligada a ceder a mi flaqueza corporal, y
y renunciar a toda esperanza de obtener una
preparación (NB, p. 21) 
10. Tuvo tres traumas:
 Su padre no la reconoció cuando volvió
después de tres meses.
 Dejó los estudios. Estudió hasta el
segundo año de primaria.
 Su salud quedó quebrantada por
muchos años.
SU EXPERIENCIA CRISTIANA

1. En el verano de 1842, junto con la familia,


asistieron a las reuniones campestres
metodistas en Buxton, Maine.
2. Elena fue bautizada por inmersión, el
domingo de tarde del 26 de junio de 1842.
3. En ese mismo año, 1842, aceptó la
enseñanzas presentadas por Guillermo
Miller, y con confianza buscó inminente
regreso de Cristo.
SU EXPERIENCIA CRISTIANA

5. A pesar de su fe, el gozo y la confianza de


Elena se veían a menudo ensombrecidos
por períodos de perplejidad y profunda
preocupación.
6. Elena le dijo al pastor Stockman acerca de
un sueño que había tenido en el cual fue
conducida por unos peldaños, escaleras
arriba, para ver a Jesús. Jesús la recibió
con una sonrisa y le dijo: “No temas”.
SU EXPERIENCIA CRISTIANA

7. El pastor Stockman colocó su mano sobre la


cabeza de Elena y le dijo: “Elena, tú no eres
sino una niña. Tu experiencia es muy
singular en una persona de tan poca edad.
Jesús debe estar preparándote para alguna
obra especial” 
8. Éste fue el punto decisivo en la experiencia
de Elena. Esa noche asistió a una reunión
de oración y ofreció su primera oración en
público.
SU EXPERIENCIA CRISTIANA
9. Por aceptar la verdad de la segunda venida de
Cristo, en septiembre de 1843, los 7 miembros
de la familia Harmon fueron expulsados de la
iglesia Metodista.
10.El chasco del 22 de octubre 1844 no disminuyó
su fe en Cristo: “Quedamos... chasqueados,
pero no descorazonados. Resolvimos evitar
toda murmuración en la experiencia crucial con
que el Señor eliminaba de nosotros las escorias
y nos afinaba como oro en el crisol.”
SU PRIMERA VISIÓN
1. Durante este período de incertidumbre, la
salud de Elena, ya deteriorada, empeoró
rápidamente.
2. Se creía que la tuberculosis le quitaría la
vida. Sólo podía hablar en un susurro o
con la voz quebrada.
3. Estando en esta condición Elena
respondió a una invitación de la Sra.
Elizabeth Haines, para que la visitase.
SU PRIMERA VISIÓN
4. Era diciembre de 1844, hacía frío, pero Elena
fue para fortalecer ante la perplejidad por el
aparente fracaso del cumplimiento de las
2,300 días.
5.- En el culto matutino, tuvo su primera visión.
Ella más tarde la recordó así:
“Mientras estaba orando ante el altar de la
familia, el Espíritu Santo descendió sobre mí, y
me pareció que me elevaba más y más, muy por
encima del tenebroso
mundo. Miré hacia la tierra para buscar al pueblo
adventista, pero no lo hallé en parte alguna, y
entonces una voz me dijo: “Vuelve a mirar un poco
más arriba”.
Alcé los ojos y vi un sendero recto y angosto
trazado muy por encima del mundo. El pueblo
adventista andaba por ese sendero, en dirección a
la ciudad que se veía en su último extremo. En el
comienzo del sendero, detrás de los que ya
andaban, había una brillante luz, que, según
me dijo un ángel, era el “clamor de
medianoche”. Esta luz brillaba a todo lo largo
del sendero, y alumbraba los pies de los
caminantes para que no tropezaran. Delante
de ellos iba Jesús guiándolos hacia la ciudad,
y si no apartaban los ojos de él, iban seguros.
Pero no tardaron algunos en cansarse,
diciendo que la ciudad estaba todavía muy
lejos, y que contaban con haber llegado
más pronto a ella. Entonces Jesús los
alentaba levantando su glorioso brazo
derecho, del cual dimanaba una luz que
ondeaba sobre la hueste adventista, y
exclamaban: “¡Aleluya!”.
Otros negaron temerariamente la luz que
brillaba tras ellos, diciendo que no era Dios
quien los había guiado hasta allí. Pero
entonces se extinguió la luz que estaba
detrás y dejó sus pies en tinieblas, de
modo que tropezaron y, perdiendo de vista
el blanco y a Jesús, cayeron fuera del
sendero abajo, en el mundo sombrío y
perverso. Pronto oímos la voz de Dios,
semejante al ruido de muchas aguas, que
nos anunció el día y la hora de la venida de
Jesús. Los 144.000 santos vivientes
reconocieron y entendieron la voz; pero los
malvados se figuraron que era fragor de
truenos y de terremoto. Cuando Dios señaló el
tiempo, derramó sobre nosotros el Espíritu
Santo, y nuestros semblantes se iluminaron
refulgentemente con la gloria de Dios, como le
sucedió a Moisés al bajar del Sinaí.
Los 144.000 estaban todos sellados y
perfectamente unidos. En su frente
llevaban escritas estas palabras: “Dios, Nueva
Jerusalén”, y además una brillante
estrella con el nuevo nombre de Jesús.
Los impíos se enfurecieron al vemos en aquel
santo y feliz estado, y querían apoderarse de
nosotros para encarcelamos, cuando
extendíamos la mano en el nombre del Señor y
caían rendidos en el suelo. Entonces conoció la
sinagoga de Satanás que Dios nos había amado,
a nosotros que podíamos lavamos los pies unos
a otros y saludarnos,
fraternalmente con ósculo santo, y ellos
adoraron a nuestras plantas. 
Pronto se volvieron nuestros ojos hacia el
oriente, donde había aparecido una
nubecilla negra del tamaño de la mitad de
la mano de un hombre, que era, según
todos comprendían, la señal del Hijo del
hombre. En solemne silencio,
contemplábamos cómo iba acercándose la
nubecilla, volviéndose cada vez más
esplendorosa hasta que se convirtió en una
gran nube blanca cuya parte inferior parecía
fúego. Sobre la nube lucía el arco iris y en
tomo de ella aleteaban diez mil ángeles
cantando un hermosísimo himno. En la nube
estaba sentado el Hijo del hombre. Sus
cabellos, blancos y rizados, le caían sobre los
hombros; y llevaba muchas coronas en la
cabeza. Sus pies parecían de fuego; en la
mano derecha tenía una
hoz aguda y en la izquierda llevaba una
trompeta de plata. Sus ojos eran como
llama de fuego, y escudriñaban a sus hijos
hasta lo íntimo del ser.
Palidecieron entonces todos los
semblantes y se tomaron negros los de
aquellos a quienes Dios había rechazado.
Todos nosotros exclamamos: “¿Quién
podrá permanecer? ¿Está mi vestidura sin
manchas?” Después cesaron de cantar los
ángeles, y por un rato quedó todo en
pavoroso silencio cuando Jesús dijo:
“Quienes tengan las manos limpias y puro
el corazón podrán subsistir. Bastaos mi
gracia”. Al escuchar estas palabras, se
iluminaron nuestros rostros y el gozó llenó
todos los corazones. Los ángeles pulsaron
una nota más alta y volvieron a cantar,
mientras la nube se acercaba a la tierra.
Luego resonó la argentina trompeta de Jesús,
a medida que él iba descendiendo en la
nube, rodeado de llamas de fuego. Miró las
tumbas de sus santos dormidos. Después
alzó los ojos y las manos hacia el cielo, y
exclamó: “¡Despertad! !Despertad!
¡Despertad los que dormís en el polvo, y
levantaos!” Hubo entonces un formidable
terremoto. Se abrieron los sepulcros y
resucitaron los muertos revestidos de
inmortalidad. Los 144.000 exclamaron:
“¡Aleluya!” al reconocer a los amigos que la
muerte había arrebatado de su lado, y en el
mismo instante nosotros fuimos transformados
y nos reunimos con ellos para encontrar al
Señor en el aire.
Juntos entramos en la nube y durante siete
días fuimos ascendiendo al mar de vidrio
(Primeros Escritos 14-16).

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