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“CLIENTISMO EN LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA”

INTEGRANTES:
- Pamela Christy HINOJOSA OCHOA
- Pedro Alfredo ROMERO GAMARRA
- Héctor Giovanni TURIN MONZON
- Carolina Katherine TELLO FLORES
- Alexander Wilfredo MEDINA URRUTIA
- Kelita NARCISO VASQUEZ

“GRUPO 04”

2020
TEMA: CLIENTELISMO EN LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA.
Clientelismo político en la gestión pública. El clientelismo, es un asunto causante
de incomodidad a quienes lo abordan desde la óptica política. En ese sentido, la
derecha social, lo concibe natural, dentro de una visión jerárquica patriarcal del
mundo. Por el contrario, la izquierda lo combate programáticamente, pero observa,
con no poco estupor, las prácticas clientelísticas le introducen por la trastienda en su
propio campo, incluso el leninismo trazó la más paradójica antinomia: Permanezca
la centralización jerárquica hasta la sociedad esté en condiciones sociales de
acceder a la igualdad plena.
En opinión de Graziano 1975. El clientelismo genera una dialéctica entre el líder y
sus seguidores, mientras permita a estos últimos lograr el acceso a recursos
escasos de orden económico. Empero, estos recursos no son siempre cuantificables
ni inmediatos; sino por el contrario, están sometidos a la economía de la oferta y
demanda, a la tensión histórica dentro de un país
Graziano 1975, p. 45. Hace una importante distinción a propósito del intercambio y
el clientelismo: “El intercambio social está típicamente basado en incentivos
materiales, esto es no socaban el statu quo; ideológicamente, en contraste, es un
valor expresivo y puede permitir la trasformación del sistema”. La primera
modalidad, abarca el campo de lo racional; mientras que la segunda, lo hace en el
campo de lo irracional.
Para Machado 2007. El clientelismo político ha sido representado, en su sentido
social dominante, como un desvío, una distorsión o falla en el sistema democrático.
Asignado a contextos poblacionales de grupos sociales marginados, caracterizado
como un síntoma de la ajenidad y anacronismo propia de aquellos con una forma
típica de actuación política donde conjuga la competencia electoral con un sistema
de exclusión social extendido. Visto así, para Auyero (2004) es entendido como un
intercambio de favores por votos. Pero sobre todo, es un intercambio relacional cuyo
propósito es establecer y alimentar una relación personal duradera entre las partes,
surge cuando uno de los socios (candidatos, autoridades gubernamentales, líderes
de partidos políticos) tiene claramente mayor posibilidad de movilizar bienes y
servicios a cambio de lealtad, información y apoyo político de sectores de la
sociedad para ellos poder disfrutar del poder por un período prolongado de tiempo.
Características del clientelismo político.

De acuerdo con González 2007. El clientelismo político entre países, muchos de


ellos teóricamente independientes tras el proceso de descolonización, presenta las
mismas características del clientelismo tradicional: una estructura normativa, donde
todos son libres e independientes, y una estructura pragmática caracterizada por la
no hay libertad efectiva, los lazos con los centros de poder siguen siendo tanto o
más fuertes de la época colonial. Dentro de este marco, para el citado autor, las
principales características de este fenómeno son:
a. Los grupos partidarios colonizan el aparato estatal para sus maquinarias
electorales continúen funcionando. Desde esta perspectiva, desarrolla un tipo
especial de relación diádica en la cual los partidos políticos usan su influencia y
recursos, para ofrecer beneficios a la persona de estatus más bajo, quien a su vez
retribuye al patrón ofreciendo apoyo, asistencia y servicios personales.
b. Son los jefes de dichos grupos políticos quienes deciden sobre los muchos
puestos burocráticos y sobre el flujo de los dineros estatales. En este caso el papel
de la directiva de los partidos políticos es fundamental para el ofrecimiento de
productos a los votantes clientes, coadyuven al convencimiento de éstos para el
apoyo a la mejor propuesta.
c. A los partidos políticos le yuxtaponen redes personales disputan entre sí los
recursos estatales; indudablemente es importante los acercamientos realizados, los
compromisos asumidos, el apoyo recibido para el logro del objetivo trazado,
Creándose tejidos especiales de diversos factores favorecedores de una u otra
manera.
Caso del concejo municipal de Valledupar Departamento del Cesar, Colombia.
Clientelismo político en la gestión pública municipal en los procesos de elección
popular de los candidatos de partidos políticos pretenden ocupar una curul en
corporaciones administrativas, como es el caso del concejo municipal de Valledupar
Departamento del Cesar, Colombia durante el período 2011 a 2015. Dentro de este
enfoque metodológico, fue aplicado el modelo de análisis hermenéutico propuesto
por Baeza 2002 donde:
A: hace referencia al contexto del otro autor teórico
B: hace referencia al contexto propio contexto investigado
C: refiere a la interpretación considerada como propuesta apoyada en la síntesis
realizada previamente investigador.
EL CASO CHILENO. Administración pública Chilena es honesta y proba. Con sus
particularidades internas, es un ejemplo de esta situación y, a través de su análisis,
puede apreciarse cómo el clientelismo y las prácticas ilegales en el seno de la
política han sido obviadas, u ocultadas, tanto en los análisis científicos y políticos,
como en los diagnósticos técnicos sobre el accionar de la burocracia. Esto permite
entender por qué tras veinte años de reformas administrativas aún persisten
prácticas culturales nocivas para la buena democracia que no logran erradicarse.
Como punto inicial, cabe destacar que, según la literatura académica, Chile posee la
burocracia mejor calificada y con mejores niveles de rendimiento de América Latina.
Además, los índices de corrupción, eficacia gubernamental, reducción de la pobreza
y desarrollo humano indican que el país es un ejemplo a seguir por sus o J vecinos
(Waissbluth, 2006; Narbondo y Ramos, 2000; Latinobarómetio, 2005 y 2009;
Transparency International, 2007; Iacoviello y Zuvanic, 2005). Respecto de la
economía, aunque Chile no ha presentado niveles de crecimiento récord en la
región, su aumento ha sido gradual y ha continuado durante las últimas dos
décadas.

Chile presenta algunas peculiaridades respecto del orden institucional, las cuales lo
diferencian de las demás naciones de la región y, si bien fue el último país del
continente en poner fin al periodo dictatorial, su transición a la democracia se dio en
marcos muy diferentes al del resto de los casos Moriconi, 2009b: 44-45.

Chile. Fue el primer país de la región en iniciar un giro hacia la reestructuración


estatal y las políticas de corte neoliberal, pero esto se 229 produjo mediante la
imposición por parte del gobierno dictatorial y en este marco global, se continúan
realizando prácticas clientelares, en contra de lo estipulado por la ley en el seno de
las dependencias gubernamentales que, aunque son reconocidas por la clase
política y descritas por la literatura científica, se mantienen ocultas en los programas
de reformas administrativas y políticas.

La influencia del Congreso como criterio clientelar. La considerada como mejor


administración pública de América Latina tiene un funcionamiento interno en el que
las instituciones informales determinan el incumplimiento de las normas legales que
controlan su desarrollo y desempeño. A pesar de la existencia de un sistema de
concurso, el ingreso a la administración pública se consigue, en la mayoría de los
casos, por recomendación política Ferraro, 2008. En este sentido, Chile presenta
una particularidad respecto del resto de los países, ya que el Poder Legislativo
desempeña un papel fundamental tanto en relación con las recomendaciones, como
con su actuación, en la realidad, como un órgano de control de la burocracia. Así, el
Congreso desarrolla un mecanismo de influencia sobre la administración. Tanto los
diputados como los senadores de la coalición de gobierno recomiendan candidatos
en la administración central y en los gobiernos regionales.

Rodríguez 2002. El carácter persistente del clientelismo se debería principalmente


a la capacidad de adaptación que este presenta en las diferentes estructuras
sociales, económicas y políticas. Logrando acoplarse a los sucesivos cambios que
han derivado en la constitución de democracias más desarrolladas y modernas. 

Barozet 2006, p. 78. Señala que, en las últimas décadas, “las relaciones
clientelares pasaron de ser sistemas cerrados de dependencia cliente/patrón a
sistemas de intermediación más competitivos”.

Según Scheldler 2004, p.57. Plantea que la “introducción de políticas y reformas


electorales más competitivas ha hecho florecer el clientelismo electoral”, dando a
entender con esto, que el clientelismo es una estrategia eficaz de movilización
electoral.

Relación de mutualismo entre el clientelismo y la corrupción.


Mujica 2011. Señala, la corrupción sobrepasa las murallas de las instituciones. Lo
anterior se produce por el vínculo o relación que surge entre funcionarios
municipales con diferentes actores del plano local, ya sean, personas naturales,
organizaciones sociales, empresas privadas, etc.
Aguirre 2012. El clientelismo opera en forma de redes sociales, es decir, mediante
el establecimiento de vínculos personales entre individuos distintos, los cuales
adquieren posiciones y roles funcionalmente diferenciables (patrón/brókers/clientes)
y se rigen por pautas de interacción que condicionan sus acciones y preferencias al
interior de ellas.
Durston 2009. Desde el punto de vista del capital social, al interior de estas redes
sociales los distintos actores movilizan recursos tangibles e intangibles.
Dansilio Duarte 2007. Existe un constante flujo de información recurso del capital
social disponible y útil para quienes forman parte de la red social. Por lo tanto, la
pertenencia a una red clientelar resulta beneficiosa para sus integrantes, puesto que
los recursos que en ellos circula son concebidos como una ventaja social que
posibilitaría conexiones y acceso a recursos dentro de la red o grupo al que se
pertenezca.
Torres 2007, p. 113. Se trata de fenómenos diferenciados, su concreción a través
de redes sociales permite observar que frecuentemente se enlazan mutuamente”.
Los resultados obtenidos, que ya han sido presentados a lo largo de este trabajo,
permiten validar lo anterior, ya que el clientelismo político y la corrupción son
prácticas que constantemente se superponen a través de las redes y relaciones
sociales que se establecen entre individuos o actores relevantes del ámbito local,
los cuales crean un contexto adecuado para que ambos fenómenos operen e
interactúen entre sí. De este modo, la evidencia indica que entre el clientelismo
político y la corrupción, siendo fenómenos distintos, se entablan una relación que
resulta beneficiosa para ambos, ya que mediante la corrupción, el clientelismo
puede alcanzar mayor efectividad, lo cual le permite consolidarse en un determinado
territorio, por otro lado, la corrupción, a partir del clientelismo y del capital social que
circula en las redes clientelares, puede obtener mayores privilegios para quienes
participan en este tipo de intercambio.
Relaciones de cooperación y superposición entre el clientelismo y la
corrupción.
Como se ha señalado al inicio, el clientelismo y la corrupción son fenómenos
distintos. Cada uno de ellos tiene características diferenciadoras, pero a pesar de
eso es posible encontrar puntos de convergencia entre ambos.
Según Torres 2007 identifica. Las características o elementos donde ambos
fenómenos convergen y/o se diferencian. Entre los aspectos en común se destaca
que:
a). Tanto el clientelismo como la corrupción se vinculan a la política y al manejo del
estado, es decir que al menos uno de ellos está involucrado en el aparato estatal
b). Además, ambos son formas de aprovechamiento privado de lo público, esto
porque los funcionarios ostentan un alto grado de discrecionalidad que utilizan para
influir en la distribución de recursos públicos, por lo tanto
c). Ambos se favorecen de la discrecionalidad para funcionar y por último
d). Tanto el clientelismo como la corrupción se conforman u operan en forma de
redes, ya que sus actores se interrelacionan y participan de intercambios que les
reportan beneficios mutuos.
Maíz 2003 p, 26.  Agrega que “ambos se basan en un intercambio directo de
beneficios materiales” y simbólicos.

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