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Habilidades socio-efectivas y redes sociales en tiempo de pandemia

Las habilidades socio-efectivas forman un papel fundamental en la vida del ser


humano, pues a través de ellas se interactúa y se relaciona con el entorno. La actual
pandemia no solo desbocó una crisis generalizada, pues por causa del confinamiento
se generó una tasa alta de problemas psicológicos reportados, pues, la pandemia
conllevó al alejamiento y la prohibición de todo contacto físico, poniendo a la sociedad
a que acudieran a las redes sociales como un medio de acercamiento y de distracción.

En efecto la pandemia tocó todos los aspectos de nuestra vida, desde lo económico
hasta el afectivo, haciendo que la virtualidad se convirtiera en una faceta importante
para el diario a vivir, sobre todo en lo que respecta a materia laboral y educativa. Esta
misma virtualidad fue una herramienta indispensable porque ayudó a compensar las
distancias entre las personas obligadas al confinamiento, en el caso del mundo laboral
permitió suplir la imposibilidad de desarrollar un trabajo presencial. Esto fue un
amortiguador para nosotros como estudiantes y empleados, que si bien, no aplacó
todos los inconvenientes de una vida aislada y a distancia, fue la mejor opción frente al
peligro constante de la infección. También ha resultado un problema, la situación
contraria, donde el confinamiento obligó a muchas de nuestras familias a quedarse en
casa por un largo periodo de tiempo, sin espacios para la recreación y sin pausas para
tomar las distancias entre sus miembros, una parte necesaria en toda relación; en
otros términos, todo lo anterior trajo un cambio fundamental: la adopción de métodos
poco ortodoxos para relacionarnos por causa del confinamiento, de este modo,
comenzamos a depender más que nunca de la tecnología como un medio de
acercamiento, de educación y de trabajo, aunque muchos de los jóvenes al no tener
un espacio para salir y hacer actividades recreativas tomaron las redes sociales ya no
como un medio de distracción o interacción si no que se volvieron adictos a ellas.

El mundo pasó y tal vez aún pasa por una especie de revolución vincular, la
incertidumbre de muchísimos de nosotros nos llevó a pensar que no volveríamos a ver
a nuestros seres queridos, compañeros de trabajo, de estudio o parejas sentimentales,
esto, impulsó el uso de las redes sociales para mantener los lazos o incluso crear
nuevos amigos. Sin embargo, los métodos tecnológicos no pueden compararse con
una interacción cara a cara, en consecuencia, hubo muchos vínculos que se dañaron
irreparablemente: matrimonios disueltos, familiares fallecidos, amistades rotas,
aumento de violencia intrafamiliar en Colombia y tensión en el ambiente laboral y
educativo.

Pero la pandemia no fue del todo nociva en este aspecto, fue algo más drástico que
agilizó el rumbo que posiblemente tomarían muchas de las relaciones, pues permitió a
las personas repensar el valor que tenían sus relaciones en ese momento y mostrarles
las fortalezas y debilidades que se escondían en cada una, es decir, nos ofreció una
mirada más profunda al verdadero aporte que tienen las relaciones interpersonales en
la salud mental de cada uno. En este sentido, el COVID ha hecho las veces de una
radiografía para la sociedad, mostrando todo lo que estaba mal y lo que está bien en
sus comportamientos de integración social, no es que la pandemia y sus
consecuencias hayan provocado en sí la perdida de tantos vínculos personales, sino
que destapó todas las falencias que el ser humano actual tiene al construir sus

1 Carmen Guillen, <<A causa de la pandemia las personas tienen que ser selectivas en las
relaciones>> (opinión de la experta en psicología), la vanguardia, 19 de marzo del 2021
relaciones basadas en apariencias y puso a prueba las reales, fortalezas que
permitieron a otras tantas relaciones mantenerse en pie.

Por lo tanto, en este punto, ¿podemos intuir que la pandemia y las redes sociales
fueron mecanismos buenos o algunas veces malos para las relaciones sociales?

Según muchos expertos en psicología, la experiencia del alejamiento que trajo el


COVID fue una oportunidad para que entendiéramos que la calidad en las relaciones
es más importante que la cantidad y que el único medio que nos unía era las redes
sociales. Es el caso de Carme Guillen, experta en psicología, quien opina que “debido
a la pandemia y sus restricciones las personas han tenido que ser selectivas en sus
relaciones; se han creado núcleos cercanos más pequeños, pero en los que se ha
podido profundizar en las relaciones, y también puede haber servido para liberarse de
las que no nos gustan. No es lo mismo reducir las relaciones para una persona
madura que vive en pareja, que para alguien que le gustaría, por ejemplo, encontrarla
implica salir y relacionarse”. Por lo tanto, no debe entenderse la pandemia y sus
efectos solo en las relaciones que ya estaban establecidas, se tiene que tomar una
visión más amplia al tener en cuenta que también se ha entorpecido el proceso de
construir nuevos vínculos o de mantenerlos en el caso de quienes aún no tienen la
madurez requerida para hacerlo, es el caso de nosotros la generación más joven, para
quienes la pandemia no nos ha permitido encontrar los espacios necesarios, ya que
aunque sabemos que el ser humano es un ser social y sabe buscar los medios para
familiarizarse con otros, es necesario repetir que nunca se queda satisfecho con la
virtualidad, todas las necesidades se suplen con el contacto cara a cara. “Aunque
estas interacciones pueden no ser tan satisfactorias como los encuentros en la vida
real, las plataformas de redes sociales son una de las pocas formas que nos quedan
para conectarnos espontáneamente con otros humanos”, menciona Sabrina Romanoff.

Para concluir, la situación reciente que acarreó la rápida infección del COVID-19 a
nivel mundial, poniéndola en el contexto de las relaciones interpersonales y sus
emociones, no fue buena o mala, si queda claro que es un desafío que afectó la salud
mental de muchos de nosotros , al no poder estar cerca de nuestros familiares,
amigos, abuelos, o en el caso de los médicos y los que tiene algún familiar en otro
país, pero cada persona ha tenido que aprender a superar haciendo uso de una
reflexión exhaustiva de sí mismo y de las necesidades que busca llenar con cada una
de ellas, entendiendo en tiempos de crisis que lo que da valor a cada vinculo es su
calidad en lugar de su simple existencia, es decir, el nivel en que se nutre la salud
mental de cada quien. Las redes sociales tocaron algunos aspectos positivos y
negativos, no fue del todo malo, con ellas nos pudimos conectar con nuestros seres
querido, encontramos espacios en las redes sociales que nos permitían distraernos,
escaparnos del estar pensando sobre el confinamiento y todas sus consecuencias,
pero tampoco se puede negar que las redes sociales trajeron adicción y ciberbullyng.
Por lo anterior, es propio de cada uno de nosotros como persona asegurarnos de
mantener el equilibrio emocional, ser positivos y sobre todo mantener un límite en
nuestras vidas, aprender a generar cosas productivas, llevar relaciones sanas y
estables para que sean una garantía en las adversidades, a su vez, descartar todo
aquello que no nos aportan nada bueno, pues psicológicamente las relaciones son a
cada individuo lo que el alimento es a su ser físico.

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