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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación

U.E.C.P “Alejandro Humboldt”

3er año – sección “A”

Las relaciones
sociales

Alumna: Caballero Daniela #3

Materia: Orientación y convivencia

Profesor: Willfredo Pérez

Araure, marzo del 2021


Hoy como en el pasado remoto, la comunicación ha sido la manera como
los seres vivos hemos intercambiado emociones, sensaciones y pensamientos
para entendernos mutuamente, lo cual nos ha servido para crear cosas y resolver
problemas de manera más rápida y eficaz.

La comunicación ha cambiado mucho los últimos años, los comienzos de


transmisión de información fueron escritos principalmente con dibujos y
representaciones y evolucionó a lo que hoy usamos como primera instancia de
comunicación que es la lengua hablada. Cabe destacar que gracias a la
perfección de estas modalidades, y su uso para el incremento del pensamiento
racional, los canales o medios por el cual se transmiten estos datos han cambiado
de simplemente escribir en un papel o hablar con algún micrófono a cosas más
complejas como: Mandar mensajes de textos completamente virtual, nada tangible
y a su vez hablar con una persona que está a miles de kilómetros gracias a la
tecnología del celular, enviar correos electrónicos y compartir los momentos más
significativos de la vida de las personas a través de fotografías, vídeos y
canciones publicadas en redes sociales, entre otras cosas más que ha permitido la
evolución de la comunicación.

Las primeras tecnologías de comunicación eran usadas por personas


privilegiadas, personas influyentes y grandes pensadores de cada época.
Actualmente esto ha variado de manera radical al punto de que todos podemos
comunicarnos con cualquier persona en donde quiera que este (inclusive en el
espacio). Según Hernández (2009) "La comunicación es indispensable en algún
momento de la vida, ya sea para alimentarse, reproducirse o evitar la depredación.
" (párr.1) Esa afirmación es cierta, gracias a nuestra forma de expresarnos con los
demás se pueden crear buenas relaciones profesionales y sociales o todo lo
contrario que en este caso sería crear discordia entre las personas.
Las concepciones de emisor (persona quien envía un mensaje) y receptor
(persona que recibe ese mensaje) como papeles que intercambian con equidad ya
no son entendidas y han dado una vuelta de 180°. Estos roles son ahora variantes
e incontrolables dentro de las nuevas modalidades o medios de comunicación
como: Las redes sociales, y las comunicaciones virtuales, siendo todos emisores y
receptores recíprocos con demás personas que al mismo tiempo esas personas
juegan ese papel con otros y así sucesivamente. Es asombroso que esto sea
posible, pero ha sido un hito en la forma de comunicarnos efectivamente alrededor
del mundo.

Se logró modificar este proceso a la tecnología, usada mucho mejor por los
jóvenes de la sociedad que por las personas con experiencia y estudio; cosa que
trae como consecuencia mucha información errónea o sin comprobar. Esa es una
de las desventajas más notables de estas nuevas modalidades de comunicación.
En cualquier caso la comunicación de todos los seres vivos no es buena ni mala,
sus consecuencias positivas o negativas dependen de cómo el individuo se
exprese y las metas que quiera conseguir con ello.

Los Indicadores de agresividad se miden en la sociedad por casos de


violencia, intolerancia y ab-uso causados por estados emocionales
desequilibrados, conflictos sociales, influencia de medios de comunicación y redes
sociales y estímulos negativos de grupo de pares.

Los avances tecnológicos han ejercido una gran influencia, principalmente,


en los adolescentes y jóvenes. Cada vez es mayor la gran cantidad de horas que
la población más joven pasa rodeada entre ordenadores, vídeos, videojuegos,
música digital, telefonía móvil y otros entretenimientos y herramientas afines. De
acuerdo a diversos estudios llevados a cabo la frecuencia de uso de las nuevas
tecnologías por parte de jóvenes y adolescentes es elevada, un promedio de más
de seis horas diarias, es decir, la cuarta parte del total del día.
Por tanto, estos datos demuestran que esta generación de adolescentes
convive con las nuevas tecnologías de forma indispensable, para divertirse,
aprender, comunicarse y relacionarse con otras personas de su misma sociedad.
En definitiva, las nuevas tecnologías se han convertido en una necesidad para la
vida social, profesional y el tiempo de ocio.

Como consecuencia de esta nueva realidad social hay una gran


preocupación acerca de la influencia que el uso de estas tecnologías puede tener
sobre el desarrollo y el ajuste personal, especialmente en adolescentes y jóvenes.
Debido a ello se han llevado a cabo numerosos estudios sobre los efectos que
genera la dependencia a las nuevas tecnologías. Dichos estudios, demuestran
que la persona reduce progresivamente la atención sobre sus intereses y
obligaciones, de manera que el tiempo que se dedica a las nuevas tecnologías
termina por acaparar su vida disminuyendo alarmantemente otras actividades
gratificantes.

Por tanto se produce un deterioro de las relaciones sociales, escolares,


laborales y familiares, como consecuencia de ello bajo rendimiento escolar y
laboral. Esta dependencia les impide desarrollar sus habilidades sociales en la
vida real, les hace hipersensibles a los juicios de los demás y acrecienta su
inseguridad. A partir de aquí se desarrolla una tendencia al aislamiento y aparece
la agresividad en ocasiones dirigida contra los propios miembros de la familia.

Se observa en los jóvenes que las nuevas tecnologías pueden ejercer una
gran influencia en sus relaciones interpersonales debido a la gran violencia
empleada a través de los medios de comunicación. Las investigaciones más
relevantes sobre la influencia que ejerce la violencia en los medios de
comunicación sobre el comportamiento de jóvenes, consideran que la violencia en
los medios de comunicación influye negativamente sobre el comportamiento de
niños y adolescentes.

Los indicadores de agresividad, abuso, intolerancia y violencia en las


relaciones sociales son con mayor frecuencia observar personas:
1) Temerosas, muy tímidas, y con actitud negativa cuando se le pide
participar en actividades de la comunidad o grupo familiar.

2) Violentas que tratan de perjudicar a otras personas.

3) Con comportamiento destructivo o que que quieren dañar la propiedad


privada o pública.

4) Personas que pertenecen a grupos armados o violentos.

5) Frustradas, que enfocan su frustración hacia los miembros de una


comunidad o de su núcleo familiar.

6) Con temor de ir o asistir a un lugar determinado.

Las relaciones sociales, interpersonales, de alguna manera, establecen las


pautas de la cultura de grupo y su transmisión a través del proceso de
socialización, fomentando la percepción, la motivación, el aprendizaje y las
creencias. Dentro de este grupo denominado relaciones sociales nos podremos
encontrar con los siguientes tipos de relaciones: de amistad, familiares, laborales,
entre otras.

Las relaciones sociales resultan ser un complemento en la vida de un ser


humano como la relación que se tiene con nosotros mismos, entonces, el hecho
de relacionarse con otros seres humanos es una cuestión necesaria y primordial
de la vida cotidiana. Como consecuencia de esta situación los psicólogos insisten
con la educación emocional en este sentido de fomentar el aspecto social, porque
se facilitan las actitudes positivas ante la vida que permitirán el desarrollo de las
habilidades sociales.

Las relaciones sociales, mayormente, se desarrollan dentro de un grupo


social, también conocido como grupo orgánico. Cada persona dentro del grupo
social desempeñará roles recíprocos dentro de la sociedad y actuarán de acuerdo
a las mismas normas, valores y fines acordados siempre en orden a satisfacer el
bien común del grupo.

Ahora bien, debemos decir que la mayor parte de las relaciones sociales
que entablamos en nuestras vidas, con amigos, la familia, con una pareja, con
compañeros de trabajo, no siempre son sencillas y simples, sino que a veces
pueden resultar muy complejas y generarle a las personas dolores, angustias,
enojos, entre otras emociones.

Es habitual que en las relaciones sociales se generen diferencias de criterio


al respecto de cómo encarar o solucionar un tema, malos entendidos, problemas
comunicativos, silencios incómodos, enojos, distanciamientos, y ni hablar del
hecho que es natural que las personas solemos tener más afinidades con algunas
personas que con otras, y entonces esto por supuesto también contribuye a
causar discordancia en las relaciones sociales con algunos por los que no
sentimos realmente simpatía, sino más bien todo lo contrario.

Y esto es así muchas veces porque para mantener las relaciones sociales
vivas y en buen estado es preciso dejar de lado la individualidad y el egoísmo que
nos suele dominar para así poder conectar satisfactoriamente con el otro, con sus
necesidades, con su mundo. Abrir el corazón, la confianza, y dejar de lado la
individualidad son claves para lograr relaciones sociales duraderas, y no podemos
soslayar en este sentido que también es importantísimo lo que la persona ha
aprendido en el núcleo familiar al respecto, ya que normalmente el niño toma
como ejemplo e interioriza algunos modelos que aprecia en sus padres y en su
entorno familiar más cercano.

El bienestar y la satisfacción con la vida tienen muchos componentes. Uno


de los componentes importantes son las relaciones sociales. Las relaciones
sociales pueden ser fuente de bienestar siempre y cuando sean justas y basadas
en la equidad. La literatura señala que el sentir satisfacción con la vida se
entrelaza con el relacionarse con otras personas y ofrecer apoyo a otros. Esto
demuestra que la reciprocidad en la relación provee una mejor calidad de vida.
Las relaciones sociales de alguna manera nos forman. Desde nuestro
nacimiento estamos desarrollando relaciones afectivas con nuestras familias y
cuidadores. Luego, al comenzar la etapa preescolar y escolar afianzamos lazos
con otros niños y niñas y adultos importantes, como lo son maestros. Estos
vínculos propician el desarrollo de nuestra visión del mundo y nos ayudan a definir
nuestras creencias. Contribuyen a nuestros prejuicios y crean distintas categorías
en nuestra mente para analizar todo lo que enfrentamos. Es por esto que el
estudio de las relaciones sociales es tan importante. Además de contribuir al
bienestar de cada quién, también incluyen la formación de quienes somos y de
cómo vemos el mundo. Lo que implica que nuestros prejuicios, estereotipos y
visión del mundo son influenciados muchas veces por nuestras relaciones
significativas.

El entorno social en el que nos movemos, lo vas construyendo con lazos


afectivos y seleccionando a tus propias amistades. Todos los seres humanos
forman parte de una extensa red social que nos protege y contribuye a la creación
de la identidad. Este entorno lo componen todas esas personas que, para ti, son
fundamentales y te rodean en los distintos ámbitos en los que participas a lo largo
de tu vida y, por supuesto, su influencia es de vital importancia para tu crecimiento
personal y tu bienestar personal y familiar.

No es sólo que sean importantes, sino que son fundamentales en nuestra


vida. Y tanto las amistades más cercanas, como las que lo son algo menos, nos
aportan no sólo buenos momentos; sino también muchos beneficios para nuestra
salud. Algunos de sus beneficios son:

Las relaciones sociales reducen tus niveles de estrés: Muchos estudios así
lo concluyen. Tener relaciones sociales y amigos reduce los niveles de estrés.
Puedes hacer la prueba si quieres, o tal vez ya lo has comprobado: tener una
buena charla y unos momentos de risas con amigos, te deja relajado y satisfecho.
Síntomas claros de que, si tenías algo de estrés, ha desaparecido. Al mismo
tiempo, se sabe también que tener buenas relaciones con los compañeros de
trabajo, ayuda a reducir los síntomas del estrés; o bien a prevenir el mismo. Pero
además, nos ayuda a ser más productivos en el trabajo.

Mejora tu salud física: Otros estudios en los que se ha comparado el


estado de salud de un grupo de personas con relaciones sociales fuertes y sanas,
con otro grupo de personas que se encontraban más aisladas, concluyó que las
primeras tenían mejor estado de salud general que las personas más aisladas.

Te aportan más diversión: Seguro que de esto no tenías ninguna duda.


Aunque es verdad que podemos tener ratos de diversión con la familia, la pareja e
incluso con los hijos, es más habitual que contemos con los amigos cuando
queremos tener momentos de diversión. Compartir actividades, charlas o bromas
con los amigos, nos divierte y nos hace sentir bien.

Favorecen nuestro desarrollo personal: Las relaciones sociales


enriquecen y favorecen nuestro desarrollo personal. Aunque vayan siendo
personas diferentes, tenemos amigos a lo largo de toda la vida, y eso, nos ayuda
en nuestro desarrollo personal. En la infancia y la adolescencia son muy
importantes los amigos, pero también lo son en la edad adulta. Nos pueden
aportar conocimientos y también algunos valores como la lealtad. En algunos
casos incluso nos pueden servir de ejemplo a seguir; siempre que el ejemplo sea
bueno, claro está.

Además de esto, los amigos nos permiten desarrollar la sensación de que


pertenecemos a un grupo afín a nosotros. Y esto fortalece la autoestima, nos
aporta seguridad y nos permite tener más equilibrio emocional. Somos seres
sociales por naturaleza; por lo que necesitamos tener interacciones sociales para
sentirnos bien.

Nos sirven como apoyo emocional: Quién no ha recurrido a un amigo en


un momento triste. Cuando tenemos un problema, una preocupación o estamos
pasando por un mal momento, nada mejor que apoyarse en un buen amigo que
nos escucha y no hace ningún juicio de valor; sino que únicamente nos escucha y
nos comprende.
Nos hace más felices: Solemos pasarlo muy bien cuando estamos con un
grupo de amigos. Algunas investigaciones han demostrado una liberación de
oxitocina, la hormona de la felicidad, cuando estamos con amigos.

Nos pueden ayudar a tomar decisiones: Al mismo tiempo que podemos


contarle a un amigo, alguna cosa que no le contaríamos a otras personas; además
de desahogarnos, podemos también tener una visión desde fuera y de alguien de
confianza. Con lo que su opinión podría ayudarnos a tomar ciertas decisiones, que
no veamos con tanta claridad.

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