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EXAMÉN
OFTALMOLOGICO
Y
DIAGNOSTICO
SANDRA
PATRICIA
ACEVEDO
TORO
MEDICA
VETERINARIA
ESPECILISTA
MÉDICA
EN
PEQUEÑAS
ESPECIES
ANIMALES
DIPLOMADA
EN
OFTALMOLOGÌA
VETERINARIA
MAGISTER
EN
CIENCIAS
ANIMALES
DIAGNÓSTICO
EXPLORACIÓN
Ahora
se
debe
realizar
una
minuciosa
observación
crítica,
comparando
el
ojo
enfermo
con
el
sano
o
con
la
imagen
de
ojo
sano
que
usted
tiene
después
de
observar
a
otros
pacientes.
INSTRUMENTAL
INSTRUMENTAL BÁSICO
Tiras
para
realizar
el
test
de
Schirmer,
para
cuantificar
la
cantidad
de
lágrima
(fracción
acuosa)
secretada
• Tiras
de
fluoresceina,
para
detectar
defectos
en
el
epitelio
corneal.
• Tiras
de
rosa
de
bengala,
para
teñir
lesiones
corneales
queratinizadas,
no
son
imprescidibles.
• Tonómetro
de
Schiotz,
para
poder
cuantificar
la
presión
intraocular.
• Colirios:
Anestésicos,
para
poder
emplear
el
tonómetro,
descartar
procesos
dolorosos
oculares
y
para
poder
realizar
intervenciones
oculares
superficiales.
No
está
indicado
su
uso
prolongado
ya
que
son
tóxicos
para
el
epitelio
corneal.
Tropicamida
1%,
midríatico
de
acción
rápida
para
poder
explorar
la
retina
y
el
fondo
del
ojo.
Fenilefrina,
vasoconstrictor
superficial
que
nos
puede
ayudar
en
el
diagnóstico
del
ojo
rojo
Solución de lavado ocular, o en su defecto suero fisiológico estéril.
TÉCNICAS
GENERALIDADES
No
empiece
un
examen
oftalmológico
sin
haber
realizado
con
anterioridad
una
historia
completa,
y
una
buena
anamnesis.
Hay
que
intentar
llevar
a
cabo
el
estudio
sin
tranquilizar
al
individuo,
ya
que
muchas
observaciones
estarán
modificadas
por
los
fármacos
empleados.
El
primer
paso
es
exploración
general
del
animal,
aunque
la
patología
ocular
sea
muy
llamativa.
El
examen
se
debe
realizar
dos
veces,
primero
con
luz
ambiente
y
a
continuación
en
penumbra
con
luz
puntual.
En
la
primera
fase
del
examen
ocular
debemos
partir
de
lo
"más
general"
a
lo
"más
particular",
de
lo
más
superficial
a
lo
más
profundo.
Tenemos
que
intentar
observar
todos
los
pequeños
detalles
que
diferencian
este
ojo
enfermo
de
uno
sano.
En
el
caso
que
sólo
haya
un
ojo
afectado,
nuestra
exploración
debe
comenzar
en
el
ojo
sano
(el
propietario
casi
siempre
dice:
-‐oiga!
que
el
ojo
enfermo
es
el
otro).
Nos
va
a
servir
como
punto
de
comparación
y
en
bastantes
casos
vamos
a
poder
realizar
un
diagnóstico
precoz
de
una
patología
que
el
propietario
no
ha
observado.
1. Tamaño
y
posición
de
los
ojos.
Dirección
de
su
eje
visual.
2. Inflamación
periorbitaria
o
palpebral,
lagrimeo,
secreción
ocular
anormal,
si
es
mucopurulenta
sospeche
de
una
queratoconjuntivitis
seca.
3. ¿Existe
blefarospasmo?
Posición
del
borde
palpebral
hacia
afuera
(ectropion)
o
hacia
dentro
(entropion).
Tamaño
de
la
apertura
(fisura)
palpebral.
Existencia
de
pestañas
anómalas
(distiquiasis,
pestañas
ectópicas)
o
neoplasias.
Los
orificios
lagrimales,
fíjese
en
su
tamaño.
Algunos
están
imperforados.
4. Posición
del
tercer
párpado
con
respecto
al
ojo.
Existencia
de
masas
anormales.
5. Color
de
la
conjuntiva.
6. Anomalías
congénitas
o
inflamaciones.
7. La
superficie
corneal
debe
ser
lisa
y
brillante.
Fíjese
en
el
reflejo
sobre
la
córnea
de
los
fluorescentes
del
techo
de
su
consulta,
este
reflejo
debe
ser
nítido
y
claro.
La
córnea
no
debe
presentar
pigmentos,
ni
vasos
sanguíneos,
ni
depósitos
y
no
debe
estar
inflamada
(edematosa).
¿Ha
comprobado
la
sensibilidad
de
la
córnea?
Es
una
maniobra
muy
simple,
se
hace
un
pequeño
canutillo
con
papel
de
celulosa
y
con
la
punta
del
mismo
se
toca
la
córnea.
Los
párpados
se
cerrarán
inmediatamente.
Si
no
se
cerrasen
es
que
no
hay
sensibilidad
en
la
córnea
y
éste
podría
ser
el
origen
de
la
lesión.
10
.El
humor
acuoso
de
la
cámara
anterior
del
ojo
debe
ser
completamente
trasparente,
si
pierde
trasparencia
o
aparecen
glóbulos
(rojos
o
blancos)
debemos
sospechar
una
lesión
interna,
y
habrá
que
medir
la
presión
intraocular.
11
.Para
explorar
el
cristalino
correctamente
se
debe
dilatar
la
pupila
con
una
gota
de
tropicamida,
que
se
repite
cada
15
minutos
hasta
conseguir
el
efecto
deseado.
A
continuación
se
repite
la
exploración
con
poca
luz
ambiente,
ayudándonos
con
una
luz
puntual
y
una
lupa.
El
instrumento
más
indicado
en
este
momento
es
el
oftalmoscopio
directo.
No olvide que no debe instilar ningún colirio antes de realizar el test.
Lo normal es: perro > 15 mm/min, gato > 10 mm/min.
Trascurridos
unos
segundos
se
lava
el
ojo
con
suero
fisiológico
estéril
para
eliminar
el
colorante
que
no
sea
haya
fijado
a
la
córnea.
A
continuación
se
explora
la
córnea
con
luz
puntual
y
magnificación.
El
filtro
azul
cobalto
del
oftalmoscopio
o
una
lámpara
de
Wood
nos
permitirá
detectar
con
mayor
facilidad
las
ulceras.
La
fluoresceína
también
se
emplea
para
determinar
la
permeabilidad
del
sistema
de
drenaje
lagrimal.
El
tiempo
máximo
para
observar
la
salida
del
colorante
por
la
nariz
es
de
10
minutos.
Pero
recuerde
que
en
ciertos
animales,
sobre
todo
los
braquicéfalos,
el
conducto
lagrimal
puede
desembocar
cerca
de
la
faringe,
por
lo
que
el
colorante
se
deglutiría
sin
salir
al
exterior.
Tonometría
La
tonometría
digital,
palpando
los
globos
oculares
a
través
de
los
párpados,
sólo
aporta
información
si
la
diferencia
de
tensión
entre
los
ojos
es
muy
notable.
Sólo
seremos
capaces
de
percibir
hipotensión
o
hipertensión,
pero
¿las
podemos
cuantificar?
La
tonometría
de
indentación
empleando
el
tonómetro
de
Schiotz
nos
permite
medir
objetivamente
la
presión
intraocular.
Este
aparato
va
a
medir
la
resistencia
que
ofrece
la
córnea
a
ser
deformada
por
un
peso
determinado
(5.5,
7
ó
10
g).
Fases:
Como
el
paciente
normalmente
colabora
poco
las
mediciones
no
son
exactas,
por
eso
es
conveniente
realizarlas
varias
veces,
obteniendo
una
media.
A
continuación
se
trasforma
la
medición
obtenida
en
mmHg
empleando
una
tabla
de
conversión
para
animales,
con
lo
que
sabremos
la
presión
intraocular
de
nuestro
paciente
La
PIO
normal
en
el
perro
es
de
20
a
30
mmHg
y
en
el
gato
de
15
a
20
mm
Hg.
En
un
extremo
de
la
habitación
se
coloca
el
propietario
y
en
el
otro
el
veterinario
con
la
mascota,
cuando
éste
deja
al
animal
en
el
suelo
su
propietario
lo
llama
sólo
dos
veces
seguidas,
y
se
calla.
Se
debe
evaluar
el
comportamiento
del
animal
en
su
marcha
hacia
su
dueño.
Hay
ciertos
animales,
que
por
miedo,
son
reacios
a
caminar
y
se
esconden
en
cualquier
rincón,
aunque
no
tengan
problemas
visuales.
Se
utiliza
un
objeto
que
llame
la
atención
del
animal
pero
que
no
haga
ruido,
por
ejemplo
una
bola
de
algodón.
La
bola
se
deja
caer
delante
del
campo
visual
del
paciente,
sin
que
toque
ningún
pelo,
y
debe
seguir
la
trayectoria
de
la
misma.
En
ciertos
animales
como
cachorros,
nerviosos
o
gatos
es
muy
difícil
de
evaluar
porque
no
muestran
interés.
En
estos
casos
puede
ser
útil
arrastrar
por
el
suelo
la
misma
bola
atada
con
un
hilo.
Estímulo luminoso
Evalúe
si
el
paciente
sigue
una
luz
móvil
(linterna
de
bolsillo)
en
una
habitación
a
oscuras.
Se
acerca
un
objeto
desde
fuera
del
campo
visual,
o
se
abre
el
puño
cerrado
delante
del
ojo,
y
el
animal
debe
cerrar
los
párpados.
En
esta
prueba
es
importante
no
crear
corrientes
del
aire
hacia
la
córnea,
ni
se
deben
tocar
los
pelos
o
vibrisas
ya
que
se
falsearía
el
resultado.
Se ilumina el ojo con una luz brillante, observándose el cierre de los párpados.
En
este
caso
tampoco
es
fiable
al
cien
por
cien
ya
que
este
reflejo
es
independiente
de
la
función
cortical,
donde
se
procesa
la
información
de
la
visión,
y
puede
ser
positivo
este
reflejo
en
animal
ciego.
Reflejos pupilares
Los
animales
excitados,
estresados
o
nerviosos
pueden
tener
una
midriasis
sostenida
por
un
estímulo
simpático,
por
ello
se
deben
revisar
estos
reflejos
cuando
el
paciente
se
haya
tranquilizado.
En
los
cachorros
estos
reflejos
pueden
ser
lentos
e
incompletos
en
animales
sin
ninguna
patología.
Reflejo
pupilar
directo.
Es
el
que
se
observa
cuando
se
estimula
un
ojo
con
una
fuente
de
luz,
se
produce
una
miosis
rápida.
Recuerde que la existencia de reflejo pupilar no es sinónimo de visión.
ECOGRAFÍA
La
ecografía
es
muy
útil
para
detectar
lesiones
patológicas
del
segmento
posterior
del
ojo,
sobre
todo
cuando
no
se
puede
observar
con
un
oftalmoscopio
principalmente
en
casos
de
hifema
generalizado,
cataratas,
entre
otras.
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