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Mielopatías en gatos

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Fernando Pellegrino
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NEUROLOGÍA

Mielopatías en gatos

Pellegrino, Fernando C*
* MV, PhD, Profesor Titular Facultad de Ciencias Veterinarias- UBA

El conocimiento acerca de las mielo- 2009-2014) las causas traumatológicas re- causa, aunque lo más común es que sean
patías felinas se ha incrementado en los presentaron 36% de los trastornos neuroló- agudas. Los signos clínicos suelen pro-
últimos años gracias a los estudios de gicos, seguidas por las inflamatorias (19%) gresar rápidamente, pero al inicio del cua-
prevalencia, realizados en base a la ca- y las infecciosas (17%) (Benítez et al. 2016). dro pueden aparecer y desaparecer en
racterización histológica de series de Otro estudio correspondiente a la Universi- forma espontánea. Los hallazgos clínicos
muestras postmortem (Bradshaw et al. dad de Chile comunicó que los trastornos pueden ser focales o multifocales, simétri-
2004; Marioni-Henry et al. 2004, 2008), y a traumatológicos son la causa más frecuente cos o asimétricos, aunque lo más frecuen-
la caracterización imagenológica, a partir de consulta neurológica en gatos (Agüero te es que sean multifocales y asimétricos
de estudios de imágenes por resonancia 2006). (Singh et al. 2005; Negrin et al. 2009).
magnética (IRM) (Gonçalves et al. 2009). A pesar del aumento de los conoci- Las enfermedades inflamatorias/in-
En un estudio de muestras postmortem mientos, el diagnóstico y tratamiento de fecciosas constituyen una de las causas
realizado en la Universidad de Pensilvania algunas enfermedades, como peritonitis más frecuentes de las afecciones del sis-
sobre 205 gatos con confirmación histológi- infecciosa felina (PIF) y el linfosarcoma es- tema nervioso central (SNC) en los gatos
ca de mielopatía, las causas inflamatorias/ pinal, continúan siendo un desafío para el (Bradshaw et al. 2004; Marioni-Henry et
infecciosas fueron las más frecuentes (32% veterinario actuante. al. 2004). Se ha comunicado que el 30-
de los gatos), seguidas por los trastornos En este artículo se discutirán las enfer- 45% de las enfermedades neurológicas
neoplásicos (27%), traumáticos (14%), medades más comunes que afectan la atendidas en los gatos del Reino Unido
congénitos o hereditarios (11%), vascula- médula espinal de los gatos. Además se son de origen infeccioso. Sin embargo,
res (9%), y metabólicos/nutricionales (1%) esbozarán algunas conclusiones que pue- el diagnóstico específico puede realizar-
(Marioni-Henry et al. 2004). En otro estudio den ser de utilidad para formular el diag- se solamente en el 30-40% de los casos
postmortem sobre 92 casos neurológicos nóstico y el pronóstico de los pacientes fe- (Gunn-Moore 2005). Aunque hay muchas
en gatos (Universidad de Bristol 1975- linos. Los trastornos se agruparán en base enfermedades infecciosas conocidas, en
1998), las causas inflamatorias/infecciosas a su causa principal, de acuerdo al acróni- un gran número de casos (aproximada-
representaron el 32% de los casos, segui- mo VITAMIN D (Bradshaw et al. 2004; Ga- mente el 35%) se observan alteraciones
das por las enfermedades degenerativas rosi 2004; Marioni-Henry et al. 2004; Jaggy histopatológicas que sugieren infección
(15%), neoplásicas (13%), disautonomía 2005), y se abordarán las enfermedades viral no consistente con PIF, sin posibilidad
felina (9%), encefalopatía espongiforme fe- específicas de mayor prevalencia. de identificación del agente causal. Este
lina (8%), y enfermedades congénitas (4%); grupo adquiere mayor significación si se
no se detectaron anormalidades significati- consideran grupos de gatos con signos
vas en el 18% de los casos (Bradshaw et Enfermedades clínicos particulares. Por ejemplo, de 30
al. 2004). En un estudio retrospectivo de 53 inflamatorias/infecciosas gatos examinados con convulsiones recu-
pacientes felinos que concurrieron a la con- rrentes, todos ellos presentaron alteracio-
sulta neurológica en el Hospital de Peque- Las enfermedades infecciosas/infla- nes estructurales en el cerebro, y en 14 de
ños Animales de la Facultad de Veterinaria matorias pueden ser agudas, subagudas ellos (47%) se observó meningoencefalitis
(Universidad de la República; Montevideo o de inicio insidioso, dependiendo de la asupurativa sugestiva de infección viral,

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aunque el agente infeccioso no pudo ser mutante del CoVEF, debido a errores alea- mentaría la virulencia del virus pero pre-
hallado (Gunn-Moore 2005). torios durante la replicación viral en las viene la replicación en el intestino, evitan-
En un estudio sobre 92 casos neuroló- células epiteliales digestivas (Pedersen et do su eliminación fecal.
gicos en gatos, los hallazgos histopato- al. 1984; Vennema et al. 1998; Pedersen Las mutaciones en el gen de la proteí-
lógicos en el SNC consistentes con infla- et al. 2009). na Spike (S) parecen ser responsables del
mación y/o infección representaron el 32% CoVEF es un virus felino muy común y cambio del sitio de replicación viral desde el
de los casos; los agentes infecciosos más altamente infeccioso. Sin embargo, más epitelio intestinal a los macrófagos y mono-
frecuentes fueron PIF (51% de los casos), del 90% de los gatos con CoVEF perma- citos (Licitra et al. 2013; Porter et al. 2014).
y otros microorganismos no identificados necen saludables o presentan una leve Investigaciones recientes identificaron mu-
aún, que muy probablemente sean virus diarrea autolimitante. Pero, en un pequeño taciones adicionales, algunas de las cuales
(35%). Otros hallazgos menos frecuen- número de casos, la infección con CoVEF codifican la proteína de fusión y el sitio de
tes consistieron en quistes de protozoos es el primer eslabón de una cadena de unión S1/S2 (Chang et al. 2012; Licitra et
(9%), infección bacteriana (3%), virus de sucesos que resulta en PIF (Little et al. al. 2013; Bank-Wolf et al. 2014; Porter et al.
inmunodeficiencia felina (1%) y criptococ- 2015). Esto sucede porque los coronavi- 2014). Sin embargo, estas mutaciones que
cosis (1%) (Bradshaw et al. 2004). En otro rus están formados por una larga cadena cambian el tropismo del virus, no necesa-
estudio sobre 205 gatos con enfermedad de nucleótidos, la unidad básica del mate- riamente contribuyen a la conversión de
en la médula espinal confirmada por histo- rial genético, y son muy propensos a mu- CoVEF en VFIP (Porter et al. 2014), aunque
patología, las enfermedades inflamatorias/ taciones (Drake 1993; Aguas y Ferguson serían esenciales para que esto ocurra. Sin
infecciosas también representaron el 32% 2013). A medida que el virus se replica se embargo, probablemente no sean las úni-
de los casos; entre ellas, PIF fue el tras- van produciendo errores en la copia de cas mutaciones requeridas para la conver-
torno de mayor prevalencia (50% de los esos nucleótidos; se trata de una falla in- sión. Finalmente, la pérdida de virulencia de
casos). El resto de las enfermedades, en herente a la actividad de corrección de las VPIF ha sido asociada con mutaciones en el
orden decreciente de frecuencia, fueron polimerasas de los virus ARN que llevan gen accesorio ORF 7b, aunque tales muta-
mielitis bacteriana (16%), criptococco- a la constante creación de nuevas varian- ciones no están involucradas en la transfor-
sis (9%), enfermedades inflamatorias/ tes genéticas virales (Santiago y Sanjuán mación de CoVEF en VPIF (Pedersen et al.
infecciosas de origen desconocido (8%), 2005); sumado a este hecho, a mayor can- 2009; Pedersen 2014b).
toxoplasmosis (6%), meningomielitis eosi- tidad de nucleótidos, mayor probabilidad Los gatitos habitualmente se infectan
nofílica (5%), y poliomielitis idiopática (5%) de errores. La mayoría de estos errores alrededor de las 9 semanas de edad (Pe-
(Marioni-Henry et al. 2004). son inocuos, pero algunos pueden otorgar dersen et al. 2004, 2008). Los mutantes
a CoVEF la habilidad para causar enfer- CoVEF capaces de provocar PIF proba-
Peritonitis Infecciosa Felina medad (Little et al. 2015). blemente son generados en grandes can-
PIF es una enfermedad multisistémica, Las cepas mutantes de CoVEF se deno- tidades durante la infección inicial, cuan-
invariablemente letal, causada por un co- minan VPIF. En la actualidad hay 3 genes do los niveles de replicación de CoVEF
ronavirus felino (CoVF) mutante macrófa- que se han asociado a la mutación CoVEF son extremadamente altos (Pedersen et al.
go-trópico, que produce una poliserositis a VPIF. Cada mutación es el resultado de 2008; Vogel et al. 2010). Sin embargo, so-
progresiva (forma efusiva) y/o una piogra- una presión de selección positiva; inicial- lamente una pequeña proporción de gatos
nulomatosis (forma no efusiva) de natura- mente provoca el cambio de la capacidad expuestos a los virus mutantes desarrolla-
leza inmunomediada (Simons et al. 2005). de infectar solamente células epiteliales rá PIF. La resistencia a PIF es complicada
Constituye la principal causa infecciosa intestinales a la de infectar monocitos/ y comprende varios factores que incluyen
de muerte en los gatos (Vennema et al. macrófagos; finalmente le otorga la habili- una susceptibilidad genética, la edad al
1998, Hartmann 2005). Se ha comunicado dad para diseminarse al resto del cuerpo, momento de la exposición, y un número de
que PIF asociado a meningoencefalomie- incluso enfrente del mismo sistema inmu- estresores que ocurren al mismo tiempo
litis es el trastorno inflamatorio más común nitario del huésped (Vennema et al. 1998; de la infección y tienen un impacto negati-
del SNC en los felinos domésticos (Brads- Chang et al. 2012, Pedersen et al. 2012; vo en la capacidad del gato para eliminar
haw et al. 2004; Marioni-Henry et al. 2004). Licitra et al. 2013; Pedersen 2014b; Porter los virus (por ejemplo, cambio de hogar,
El CoVF es uno de los virus de los ga- et al. 2014). esterilización, traumas, parto). El período
tos más enigmáticos y menos comprendi- Investigaciones recientes han identi- de tiempo entre la exposición inicial al
do. Entre las cepas CoVF se reconocen 2 ficado mutaciones en partículas virales CoVEF y los signos clínicos de enferme-
biotipos, idénticos desde el punto de vista CoVEF localizadas en tejidos distintos al dad pueden ser tan cortos como de 2 a
genético y antigénico, y por lo tanto indis- intestino (Chang et al. 2012; Pedersen et 3 semanas, o largos, de varios meses a,
tinguibles serológicamente. Uno de ellos al. 2009; Pedersen et al. 2012; Pedersen más raramente, años. Este período podría
desarrolla una enfermedad mortal (virus 2014b; Porter et al. 2014). Las mutaciones reflejar el tiempo que le lleva al VFIP mu-
de peritonitis infecciosa felina –VPIF-), y el ocurren en el gen accesorio ORF 3c, que tante evolucionar, o el tiempo que le lleva a
otro solamente una enteritis leve (corona- sería necesario para una correcta replica- la enfermedad progresar desde un estado
virus entérico felino –CoVEF-). En la actua- ción intestinal (Pedersen et al. 2012), por subclínico a uno clínico. Las infecciones
lidad se acepta la “teoría de la mutación lo que su mutación resulta en la pérdida subclínicas generalmente están limitadas
interna”, que sugiere que el VPIF es un de esa capacidad. Esta mutación incre- a los linfonódulos mesentéricos y pueden

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resolverse o progresar (Pedersen y Black


Fig. 1
1983; Legendre y Bartges 2009; Pedersen
2009). El inicio de la enfermedad abierta
es una señal que el gato está perdiendo
su batalla contra el virus, y el retorno al es-
tado de salud normal es extremadamente
raro. Puede haber ocasiones en las que
el gato demuestra una aparente mejoría,
pero los signos clínicos invariablemente
reaparecerán meses o años más tarde
(Legendre y Bartges, 2009). El curso de
la enfermedad entre el inicio de los signos
clínicos y la muerte también es variable,
pero generalmente es más corto en los
gatos más jóvenes y en los que presen-
tan la forma efusiva que en los gatos más
viejos y en los que tienen la forma no efu-
siva. Algunos individuos, aun con la forma
efusiva, pueden vivir por varios meses. La
mayoría de las muertes debidas a PIF ocu-
rren entre los 3 y los 16 meses de edad
(Pedersen 2009). En un estudio focalizado
en gatos que presentaban signos leves de Figura 1. Gatito doméstico de pelo corto de 3 meses de edad con
enfermedad no efusiva, los que sobrevi- signos neurológicos multifocales: puede notarse la rotación cefálica a
vieron 1 año representaron solamente el la izquierda, la ataxia de los miembros torácicos, manifestada por su
5% (Legendre 2012). entrecruzamiento, y la paraparesia. En base a los antecedentes y los
PIF es responsable del 45-50% de los datos de laboratorio se estableció un diagnóstico presuntivo de PIF,
casos asociados con cambios inflamato- que fue confirmado en la necropsia. Tomado con autorización de Pe-
rios en el SNC, que representan aproxi- llegrino F.: Las claves del diagnóstico neurológico para el veterinario
madamente el 15-20% de la totalidad de clínico. Buenos Aires; Intermédica 2014.
los trastornos neurológicos de los gatos
(Bradshaw et al. 2004; Marioni-Henry et
al. 2004). El 12.5% de los gatos con PIF
presenta signos neurológicos, que depen-
den del área involucrada del SNC. En los
casos de PIF no efusiva, entre el 25-33% sa afecta la médula o un nervio periférico El diagnóstico y el pronóstico de PIF,
(Schriefl et al. 2008) hasta el 60% de los puede observarse claudicación, ataxia o especialmente por su elevadísima tasa de
gatos (Kornegay 1978) tienen manifesta- paresia (Holzworth 1987; Feldmann 1974; mortalidad y la carencia de tratamientos
ciones neurológicas, mientras que en la Hoskins 1993; Foley et al. 1998; Barnes et efectivos, tiene un gran efecto psicológico
forma efusiva las presentan menos del al. 2004; Marioni-Henry et al. 2004; Boett- para muchos propietarios. Como algunos
9% de los individuos afectados (Kornegay cher et al. 2007; Timmann et al. 2008). En gatos con PIF se encuentran razonable-
1978). gatos con mielopatía provocada por PIF, mente bien al tiempo del diagnóstico, y a
El cuadro clínico refleja la localización los signos cervicales se observaron en el menudo pueden vivir semanas o meses
neuroanatómica de las lesiones primarias. 93% de los gatos afectados (Marioni-Hen- con un tratamiento exclusivamente sinto-
Como en todas las enfermedades infec- ry et al. 2004). En un estudio retrospectivo mático, los propietarios se niegan a acep-
ciosas, son frecuentes los signos multifo- de gatos con confirmación histopatológica tar el diagnóstico, el pronóstico, o el hecho
cales, aunque también suelen observarse de PIF, el 25% presentó crisis cerebrales que no existe tratamiento efectivo. Esta
signos focalizados (Díaz y Poma 2009). clasificadas como generalizadas, parcia- situación puede derivar en una serie de
Las manifestaciones clínicas incluyen con- les complejas o focales con y sin genera- pruebas adicionales que se ofrecen como
vulsiones, estado mental alterado, con- lización secundaria (Timmann et al. 2008). altamente sensibles y específicas, pero
ductas anormales, incoordinación, tremo- La hidrocefalia es un hallazgo habitual, rara vez proveen la respuesta deseada y,
res de intención, deficiencias de nervios debido a la ependimitis (Summers et al. por el contrario, pueden enturbiar el diag-
craneanos, signos vestibulares centrales, 1995; Muñana 1996). Este espectro de nóstico (Pedersen 2014a). La ausencia de
ataxia, tetraparesia, hiperestesia y reac- signos clínicos indica que cualquier re- un tratamiento eficaz complica el asunto y
ciones posturales alteradas (Kornegay gión del SNC puede estar comprometida muchos propietarios dedican grandes es-
1978; Kline et al. 1994; Baroni y Heinhold (Schriefl et al. 2008; Díaz y Poma 2009; fuerzos a investigar la enfermedad en In-
1995) (fig. 1). Si la lesión piogranulomato- Penderis 2009). ternet y otras fuentes por el estilo. Muchas

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veces encuentran individuos que afirman


Fig. 2
haber encontrado un tratamiento cura-
tivo, o que prolonga sustancialmente la
vida del animal, sustentado en afirmacio-
nes anecdóticas de propietarios que han
encontrado beneficio en esa terapia. Por
desgracia, debido a los problemas para
interpretar las pruebas de diagnóstico
disponibles, no todos los gatos diagnos-
ticados con PIF en realidad lo tienen. Si
estos gatos hubieran tenido una condición
autolimitante diferente a PIF, aparecerían
como responsivos a cualquier tratamiento
no perjudicial que le haya sido adminis-
trado. Estos casos otorgan credibilidad a
tratamientos particulares que en realidad
no lo merecen (Pedersen 2014a,b).
El diagnóstico clínico de PIF no debe-
ría ser dificultoso. Es una enfermedad que
afecta principalmente a gatos jóvenes que
provienen de ambientes superpoblados
como refugios, organizaciones de rescate
o gateríos. La historia y los signos clínicos,
Figura 2. La figura muestra la coagulación de un exudado obtenido a
ya sea en la forma efusiva o no efusiva,
partir de una colecta abdominal de un gatito con la forma efusiva de PIF.
son relativamente estereotipados y los re-
sultados de los análisis de rutina (leucoci-
tosis, linfopenia y anemia no regenerativa),
y las determinaciones de proteínas séri-
cas, albúmina y globulina (hiperglobuline-
mia en el 70% de los gatos con la forma no Los hallazgos macro y microscópicos Se han comunicado tratamientos con cor-
efusiva), a menudo confirman el diagnós- en el examen postmortem son frecuente- ticosteroides, ciclofosfamida, clorhidrato
tico presuntivo (Addie et al. 2009). Una re- mente subvaluados, y se les debería dar de ozagrel, ribavirina, melfalan, tylosina,
lación albúmina/globulina menor a 0.6 es una mayor importancia, porque es lo que promodulina, interferon humano alfa, in-
diagnóstica para un proceso inflamatorio, aporta el diagnóstico definitivo (Negrin et terferon felino beta o epsilon, Propioni-
y el más común de los procesos inflama- al. 2009). La inmunohistoquímica y el PCR bacterium acnes, pentoxifilina y poliprenil
torios es PIF (Hirschberger et al. 1995). en tiempo real pueden ser útiles para iden- inmunostimulante, como monoterapia o
Las colectas peritoneales o pleurales tificar antígenos PIF en los tejidos o efusio- en combinación, con algunos gatos que
inflamatorias, amarillentas, mucinosas, nes y, si se realizan en forma adecuada, alcanzaron remisión de los signos clínicos
son características de la forma efusiva de pueden proveer un diagnóstico definitivo; (Hartmann et al. 2008; Legendre y Bart-
la enfermedad (fig. 2), mientras que los pierden practicidad si los signos clínicos ges, 2009; ABCD 2012; Little et al. 2015).
signos neurológicos, la uveítis y las ma- son solamente neurológicos (Hartmann El hecho que unos pocos y raros casos de
sas en la región ileocecocólica, riñones et al. 2003; Addie et al. 2009). La IRM y gatos que parecen tener una recupera-
y linfonódulos mesentéricos son carac- la tomografía computada de cerebro de ción espontánea con buenos cuidados de
terísticos de la forma no efusiva de PIF. gatos con PIF frecuentemente muestran soporte es suficiente como para entusias-
Los títulos de anticuerpos contra CoVF hidrocefalia, y en la IRM en particular se mar a muchos propietarios a embarcarse
pueden ser engañosos en el rango de ha comunicado realce del contraste peri- en un número de terapias alternativas que
1:25-1:1600, pero a medida que aumen- ventricular e hidrosiringomielia (Foley et al. se promocionan fundamentalmente por In-
tan se hacen cada vez más relevantes 1998; Kitagawa et al. 2007; Negrin et al. ternet. Muchas de esas terapias son cos-
(Hartmann et al. 2003). El análisis de LCR 2007; Okada et al. 2009). El método ideal tosas y tienen una alta carga emocional.
puede ser normal o mostrar alteraciones para el diagnóstico de PIF sería una prue- Sería importante que esos tratamientos
inespecíficas como pleocitosis a predo- ba de sangre que pudiera ser capaz de fueran adecuadamente probados en un
minio de neutrófilos o linfocitos (Kornegay detectar el VPIF asociado a la enfermedad número significativo de gatos con con-
1978; Baroni y Heinhold 1995); en gatos activa, o a mutantes de CoVEF que no son firmación de la enfermedad en estudios
con confirmación histopatológica de PIF capaces de causar PIF. randomizados, controlados con placebo
se han comunicado títulos de anticuerpos No existe terapia con eficacia docu- y a doble ciego. La realidad es que ac-
negativos contra CoVF en el LCR (Negrin mentada contra PIF, y la tasa de morta- tualmente no existe un tratamiento efectivo
et al. 2007). lidad excede el 95% (Addie et al. 2009). para PIF y la mortalidad es extremadamente

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alta (ABCD 2012; Little et al. 2015; Peder- suelo, en árboles determinados o en los Grogan y Dayrell-Hart 1997). Sumado a
sen 2014a,b). excrementos de las aves. Los signos neu- eso, los fracasos terapéuticos suelen ob-
Recientemente se ha evaluado la efi- rológicos centrales reflejan la meningitis servarse en gatos que tienen infecciones
cacia de la terapia con inhibidores de la provocada por el hongo, o la formación virales concurrentes (Jacobs et al. 1997).
proteasa principal del CoVF o proteasa de granulomas focales en el parénquima La criptococcosis se trata con la ad-
simil-3c (3CL-pro), que tiene una actividad encefálico. En el canal vertebral, las ma- ministración crónica de agentes antifún-
de un espectro muy amplio contra impor- sas fúngicas localizadas en el espacio gicos sistémicos. El itraconazol y el flu-
tantes coronavirus humanos y animales. extradural causan compresión secun- conazol se consideran los fármacos de
Los resultados preliminares del tratamien- daria de la médula espinal (Glass et al. elección. Se recomienda el fluconazol a
to con inhibidor 3CL-pro en gatos de la- 1996). Además, la criptococcosis puede dosis de 5-15 mg/kg cada 12 hs, vía oral,
boratorio con PIF son promisorios; los sig- causar enfermedad medular focal en al- porque atraviesa la barrera hematoence-
nos clínicos mejoraron rápidamente y los gunos gatos. Los signos sistémicos son fálica fácilmente y tiene alta liposolubili-
gatos tratados volvieron a la normalidad variables e incluyen depresión, letargia, dad. La duración del tratamiento varía
en 20 días. Los resultados indican que la fiebre, pérdida de la condición corporal entre 6 a 10 meses, y a veces más para
progresión de la enfermedad inflamatoria o anorexia (Gerds-Grogan y Dayrell-Hart evitar las recaídas (Dubey y Lappin 1998;
inmunomediada producida por PIF re- 1997). En un estudio, la criptococcosis Jacobs y Medleau 1998). Las dosis anti-
quiere la replicación viral continua. Estos provocó signos neurológicos en aproxi- inflamatorias de corticosteroides ayudan
hallazgos pueden aportar ideas impor- madamente el 50% de los gatos, signos a reducir la inflamación y el edema, que
tantes para la elaboración de estrategias oculares en el 42% y signos respiratorios pueden contribuir a empeorar los signos
terapéuticas y la selección de compues- en el 32%. Los signos neurológicos inclu- neurológicos. El éxito del tratamiento se
tos antivirales para su desarrollo posterior yeron hiperestesia espinal y distintos gra- observa en base a la respuesta clínica y a
(Kim et al. 2016). dos de paresia (Gerds-Grogan y Dayrell- los títulos antigénicos seriados, pero es-
Las meningomielitis bacterianas re- Hart 1997). También pueden presentarse tos pueden mantenerse positivos durante
presentan aproximadamente el 15% de lesiones tegumentarias. En otro estudio, períodos considerables una vez resuelto
los trastornos infecciosos medulares de los signos nasales fueron los más fre- el caso clínico (Flatland et al. 1996). Los
los gatos (Marioni-Henry et al. 2004). cuentes, y solamente el 9% de los gatos gatos que presentan una disminución del
Las infecciones pueden ser secundarias presentó signos neurológicos (Flatland et título antigénico en el curso del tratamien-
a diseminación hematógena o, más fre- al. 1996). to tienen un pronóstico mejor (Jacobs et
cuentemente, el resultado de la extensión La edad promedio de los gatos afecta- al. 1997). Además de la terapia fúngica,
directa de una herida local, por ejemplo, dos es de 6 años, pero el rango es varia- en el caso de los granulomas focales se
abscesos por mordeduras (Shell 1998). ble (Flatland et al. 1996; Gerds-Grogan y debe considerar la escisión quirúrgica
La Pasteurella sp, el Staphilococcus sp y Dayrell-Hart 1997). El 58% de los anima- (Glass et al. 1996).
la Escherichia coli son los patógenos más les con criptococcosis se consideran ani- La toxoplasmosis es causada por
comunes. Las infecciones pueden involu- males que viven fuera del hogar (Gerds- Toxoplasma gondii. Raramente provoca
crar al disco intervertebral y las placas Grogan y Dayrell-Hart 1997). enfermedad medular en los gatos. En un
terminales asociadas, provocando una En relación al diagnóstico, el análisis estudio, representó el 6% de las enferme-
discoespondilitis. Si no se trata puede de LCR es el estudio de mayor utilidad en dades infecciosas de la médula espinal
comprometer seriamente la médula espi- los gatos con signos neurológicos. Suele de los gatos, y el 2% del total de las mie-
nal (Love 1990; Aroch et al. 1999). haber pleocitosis neutrofílica y eosinofíli- lopatías (Marioni-Henry 2004).
La criptococcosis es provocada por el ca y, en ocasiones, el hongo puede ser T. gondii es un parásito de distribución
Cryptococcus neoformans, un hongo sa- identificado. El diagnóstico también pue- mundial que afecta aves, mamíferos y al
prófito que causa enfermedad sistémica de hacerse a partir de la detección del hombre. La infección tiene una presen-
o focal. En un estudio, representó el 9% antígeno capsular mediante aglutinación tación clínica variable según la especie
de las enfermedades infecciosas de la en látex en muestras de sangre y LCR. afectada y el estado inmunológico indi-
médula espinal de los gatos, y el 3% del Los gatos que presentan granulomas fo- vidual. Los gatos y algunos otros felinos
total de las mielopatías (Marioni-Henry cales en el sistema nervioso central pue- silvestres son los únicos huéspedes de-
2004). Sin embargo, la prevalencia de la den tener títulos antigénicos negativos finitivos, mientras que el hombre y los
enfermedad está determinada por el área (Glass et al. 1996), y la prueba puede animales de sangre caliente actúan como
geográfica. En Australia, la criptococosis dar resultados falsos negativos, lo que huéspedes intermediarios. Toxoplasma
en los gatos presenta una prevalencia dificulta el diagnóstico definitivo (Gerds- tiene un ciclo sexuado en las células in-
elevada en comparación con otras partes Grogan y Dayrell-Hart 1997). En tales testinales del gato, lo que le permite pro-
del mundo, probablemente por la aso- circunstancias pueden ser necesarios los cesos de recombinación genética. Teó-
ciación de algunas de las variedades de cultivos, la citología o la histopatología de ricamente, este hecho daría lugar a una
Cryptococcus con los árboles de euca- otros tejidos, como la piel. La infección gran diversidad (Basso y Venturini 2008;
liptos (Ellis y Pfeiffer 1990; Pffeiffer y Ellis concurrente con VIF y ViLeF es común, Dubey y Beattie 2010; Dubey 2016). Es-
1992, 1996). La transmisión se produce por lo que se deben considerar ambas vi- tudios recientes utilizando análisis por mi-
por la inhalación del hongo que vive en el rosis en el protocolo diagnóstico (Gerds- crosatélites en un estudio global realizado

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en 4 continentes, han sugerido la existen- que posteriormente pueden contaminar nes clínicas se producen principalmente
cia de 4 linajes mayores, dos endémicos tanto los alimentos como el agua (Basso durante esta etapa aguda de la infección.
para Sudamérica (SA1 y SA2), uno en- y Venturini 2008; Dubey y Beattie 2010; Pasado un corto período, los parásitos se
démico en Europa (RW) y otro ocupando Dubey 2010; Galvão et al. 2014; Dubey multiplican más lentamente, sin destruir
una distribución global o cosmopolita, 2016). a la célula hospedadora, y forman los
denominado WW (Khan et al. 2005; Le- Durante el desarrollo del ciclo intestinal, quistes tisulares en los cuales, los ahora
hmann et al. 2006). Los estudios evolu- algunos parásitos abandonan el intestino y denominados bradizoítos, permanecen
tivos aplicados sobre parásitos aislados producen un ciclo extraintestinal similar al viables durante un tiempo indeterminado,
obtenidos en 4 continentes indican que el que ocurre en los huéspedes intermedia- incluso durante toda la vida del huésped.
Toxoplasma se originó en América del Sur. rios. La infección en los felinos también se Esta es la fase crónica de la enfermedad.
Esto probablemente ocurrió cuando un puede producir por la ingestión de ooquis- Los quistes tisulares son resistentes a la
coccidio de las aves se adaptó a felinos tes. En este caso el período prepatente es acción de la pepsina y la tripsina, lo que
únicos de este continente; esto es enten- mayor, de 18 a 36 días y sólo el 10-20% de explica la infección por vía oral. Son im-
dible si se tiene en cuenta que América los gatos eliminan ooquistes, por lo que se portantes en la transmisión de la parasi-
del Sur fue un continente aislado del resto considera que este tipo de infección tiene tosis por encontrarse en muchos tejidos
durante 100 millones de años y sólo hace menor importancia epidemiológica (Bas- que son ingeridos habitualmente por los
3 millones de años se unió a América Cen- so y Venturini 2008; Dubey 2010; Dubey carnívoros (Basso y Venturini 2008; Dubey
tral y del Norte. Un ave migratoria llevó el 2016). y Beattie 2010; Dubey 2016).
parásito al viejo mundo donde se diseminó Los huéspedes intermediarios, entre Los gatos generalmente cursan la in-
a través del gato doméstico, lo que hizo ellos el hombre, se infectan principal- fección de forma asintomática, incluso
que su transmisión fuera masiva y rápida, mente mediante la ingestión de carne durante la eliminación de ooquistes. Sin
atenuando seguramente su virulencia. En cruda o insuficientemente cocida de otros embargo, en algunas ocasiones pueden
cambio, en América del Sur la especie se huéspedes intermediarios que contienen presentar signos clínicos, principalmente
propagó de manera mucho más lenta y formas viables de T. gondii (quistes tisu- respiratorios asociados a neumonía de
probablemente conservó mucho más de lares, bradizoítos), mediante la ingestión tipo intersticial, con disnea, letargia, ano-
su virulencia original. En conclusión, exis- de agua o alimentos contaminados con rexia, signos oculares (uveítis, coriorretini-
te un Toxoplasma nuevo mundo y un To- ooquistes, o por pasaje transplacentario de tis, retinocoroiditis), pancreatitis, enferme-
xoplasma viejo mundo con diferencias en taquizoítos. Cuando son ingeridos por vía dad hepática o signos neuromusculares.
virulencia (Lehmann et al. 2006). oral, los bradizoítos se establecen de ma- Los signos de SNC suelen ser comunes en
Toxoplasma tiene tres estadios de desa- nera muy eficiente, tanto en gatos como los gatos y consisten en ataxia, conduc-
rrollo conocidos. Los taquizoítos, desarro- en huéspedes intermediarios. El amplio ta anormal, convulsiones y tremores. Los
llados dentro de una vacuola parasitofora; rango de huéspedes a los que se adapta, signos más severos de toxoplasmosis se
los bradizoítos, que se encuentran dentro y su capacidad de perpetuarse asexual- observan en gatitos cachorros infectados
de un quiste tisular; y los esporozoítos, mente entre los huéspedes intermediarios, vía transplacentaria. En los animales infec-
que se hallan en el interior de los ooquis- puede explicar su extraordinario éxito y tados de este modo se ha comunicado la
tes. Si un felino ingiere quistes tisulares, se cohesión genética. A diferencia de otros presencia de encefalitis, hepatitis, ascites,
produce un ciclo enteroepitelial con mul- parásitos coccidios, los bradizoítos de T. signos respiratorios y muerte perinatal
tiplicación asexuada y sexuada del pará- gondii también son infecciosos cuando antes del destete. De modo análogo a lo
sito, que concluye luego de 3 a 10 días son ingeridos por otros huéspedes inter- que sucede en los perros con moquillo, los
con la formación de ooquistes inmaduros, mediarios (en los cuales la recombinación gatos infectados con el Virus de Inmuno-
que son eliminados al medio externo por sexuada no ocurre). Por lo tanto, T. gondii deficiencia Felina suelen ser más suscep-
las heces durante unas 3 semanas. En es inusual en el sentido que la infección tibles a la toxoplasmosis (Basso y Venturini
condiciones de temperatura y humedad puede propagarse tanto en sus estadios 2008; Giraldo Restrepo 2008; Hernández
adecuadas, en 1 a 5 días se forman dos sexuales como asexuales (Basso y Ventu- y Mondragón Flores 2009; Galvão et al.
esporocistos con cuatro esporozoítos rini 2008; Dubey y Jones 2008; Dubey y 2014; Dubey 2016).
cada uno en el interior de los ooquistes, Beattie 2010; Dubey 2016). La hematología y la bioquímica sérica
denominándose a partir de este momen- En los huéspedes intermediarios se pro- pueden ser normales o reflejar compromi-
to ooquistes esporulados o maduros, que duce un ciclo exclusivamente extraintesti- so sistémico. Son comunes la anemia no
son las formas infectantes para los gatos nal. Las formas infectantes penetran en regenerativa, leucocitosis neutrofílica y eo-
y los huéspedes intermediarios, incluyen- distintas células nucleadas del organismo sinofilia. En gatos con toxoplasmosis pue-
do el ser humano. Los ooquistes maduros y se multiplican bajo la forma de taquizoítos de observarse leucopenia y bilirrubina ele-
pueden permanecer viables por períodos (formas semilunares de 3 a 5 mm), den- vada. La actividad de la CPK sérica puede
de hasta 18 meses. Se considera que en tro de las vacuolas parasitóforas. Este es estar incrementada en casos de miositis.
1 gramo de materia fecal puede haber el período de multiplicación rápida, en el El análisis de LCR a menudo muestra un
más de 1 millón de ooquistes, y durante el cual los taquizoítos destruyen las células incremento de proteína y células nuclea-
transcurso de la patencia un gato puede parasitadas y se diseminan dentro del das, aunque los resultados pueden ser
eliminar hasta 600 millones de ooquistes, huésped. En caso de ocurrir manifestacio- normales.

6 | NEUROVET
Mielopatías en gatos | NEUROLOGÍA

El diagnóstico de ooquistes en materia miembros pelvianos, y otros signos neuro- La polioencefalomielitis o polioencefali-
fecal felina se realiza mediante técnicas lógicos pueden persistir a causa del daño tis también afecta más frecuentemente a
de flotación (Técnica de Sheather). La pre- permanente del sistema nervioso (Cuddon gatos jóvenes, y no tiene predilección de
sencia de quistes tisulares o taquizoítos 2002; Galvão et al. 2014). sexo o de raza. El curso suele ser suba-
se puede realizar en muestras de tejidos En la actualidad no hay drogas eficien- gudo a crónico. Muchos gatos se recupe-
obtenidas postmortem o, menos común- tes contra los quistes tisulares. Por otro ran parcialmente y pueden vivir por varios
mente, por biopsia mediante observación lado, el coccidiostático decoquinato ha años. Su presentación es esporádica. Los
en fresco, tinciones citológicas o mediante sido eficiente en matar taquizoítos a nivel signos clínicos consisten en problemas
estudios histopatológicos en los que es de cultivos tisulares. No hay vacunas que de locomoción, ataxia, paresia y altera-
posible asociar la presencia del parásito a prevengan la eliminación de ooquistes por ciones de las reacciones posturales en
determinadas lesiones. parte del perro (Basso y Venturini 2008). los 4 miembros (Shell 1998; Gunn-Moore
Para la detección de anticuerpos en los La meningoencefalitis asupurativa 2005). Los animales afectados ocasio-
animales se utilizan más comúnmente las comprende un grupo de enfermedades nalmente pueden presentar hiperestesia
pruebas de inmunofluorescencia indirecta inflamatorias de origen desconocido po- y signos de motoneurona inferior (atrofia
(IFI) y de enzimoinmunoensayo (ELISA), siblemente relacionadas, que representa muscular y disminución de los reflejos
en las que el antígeno consiste en taqui- el 8% de los casos de enfermedad infla- medulares). También pueden presentar
zoítos de T. gondii de la cepa RH (tipo matoria/infecciosa medular felina (Mario- tremores, anormalidades pupilares, visión
I), que exponen los epitopes de superfi- ni-Henry et al. 2004). De acuerdo a los defectuosa, nistagmo y convulsiones, que
cie (Basso y Venturini 2008). Otra prueba cambios histopatológicos, este grupo de generalmente son seriadas. Los gatos
comúnmente utilizada es la aglutinación enfermedades fue separado en 2 subgru- afectados raramente presentan otros sig-
directa en látex (ADL), que detecta IgM e pos: el primero de ellos se caracteriza por nos de enfermedad sistémica. El diagnós-
IgG tempranas. Los resultados de IgM en presentar una encefalomielitis asupurati- tico in vivo se basa en la sintomatología
los animales deben considerarse con pru- va; el segundo, por la presencia de una clínica y en los cambios observados en el
dencia especialmente en los gatos, que polioencefalomielitis o polioencefalitis LCR. Algunos animales presentan leuco-
pueden presentar niveles basales de IgM (Gunn-Moore 2005). penia y anemia con hipoplasia mieloide.
durante mucho tiempo. Por este motivo, La encefalomielitis asupurativa afecta El examen histopatológico realizado en
para determinar toxoplasmosis aguda en gatos desde unos pocos meses a más de estadios tempranos de la enfermedad
caninos y felinos es aconsejable determi- 18 años, pero es más frecuente en animales revela lesiones inflamatorias diseminadas
nar seroconversión de IgG con un interva- jóvenes. Suele desarrollar un curso agudo, en todo el SNC, aunque la médula espinal
lo no menor a 3 semanas ante la presencia y típicamente ocasiona ataxia, nistagmo, y la médula oblonga se presentan más se-
de signos clínicos, aún ante un resultado convulsiones, tremor cefálico, anorexia, veramente afectadas. Los cambios con-
negativo en la primera determinación. Un apatía, fiebre y, ocasionalmente, vómitos y sisten en polioencefalomielitis o polioen-
título positivo de IgM a T. gondii (>1/128 en diarreas que preceden al cuadro neuroló- cefalitis, con manguitos perivasculares
perros y >1/256 en gatos) o un incremento gico. El diagnóstico in vivo se basa en los mononucleares, gliosis y degeneración
de 3 o 4 veces en el título de IgG luego de signos clínicos y los cambios típicos en el neuronal, más notoria en el cuerno ventral
la seroconversión es sugestivo de infec- LCR. Algunos gatos presentan leucope- de la sustancia gris de la médula espinal.
ción. La detección de antígenos específi- nia o un moderado incremento de la ALT. En los casos crónicos persiste una ligera
cos de T. gondii o anticuerpos en el LCR Las neuroimágenes pueden revelar áreas inflamación. Se observa una extensa pér-
puede ser más adecuado (Gaitero et al. multifocales en las que realza el contraste, dida neuronal y una intensa astrogliosis.
2006; Pellegrino 2014a). La biopsia mus- sugerentes de enfermedad inflamatoria. El No obstante, y particularmente en la mé-
cular puede contribuir a la identificación examen histopatológico muestra moderada dula espinal, se produce una degenera-
de bradizoítos o taquizoítos de Toxoplas- a severa meningoencefalomielitis asupurati- ción walleriana secundaria al daño neuro-
ma. Las técnicas de PCR en suero, LCR va, caracterizada por manguitos perivascu- nal que es más evidente en los cordones
o músculo han demostrado una gran sen- lares mononucleares, nódulos inflamatorios lateral y ventral de sustancia blanca, que
sibilidad para demostrar la presencia de de linfocitos y macrófagos, y degeneración se asemeja a un desorden degenerativo
Toxoplasma (Nghiem y Schatzberg 2010). neuronal. Aunque los cambios pueden ocu- primario. Adicionalmente, algunos gatos
El tratamiento de elección para toxo- rrir en todo el cerebro y en la médula, son presentan áreas multifocales de degene-
plasmosis consiste en clorhidrato de clin- más prominentes en el tálamo, la corteza ración de células de Purkinje y gliosis en
damicina (10-20 mg/kg, vía oral, 3 veces al cerebral y el tronco encefálico. Las lesio- la corteza del cerebelo, cambios similares
día por un mínimo de 4 semanas), fosfato nes pueden ser difusas o focales. No existe a los que se observan en la poliomielitis
de clindamicina (12,5 a 25 mg/kg 2 veces tratamiento curativo. Se utilizan anticonvul- humana y porcina. No hay tratamiento
por día), o sulfadiazina asociada a trimeto- sivantes y corticosteroides para reducir la curativo. Se utilizan anticonvulsivantes y
prim (15-20 mg/kg 2 veces por día) y piri- inflamación del SNC. Debido a que es una corticoides para reducir la inflamación del
metamina (1mg/kg/día). Con el tratamiento enfermedad autolimitante, el pronóstico es SNC. El pronóstico es bueno para aque-
temprano los signos clínicos se resuelven bueno para aquellos animales que no de- llos animales que no desarrollan signos
en 1 a 2 semanas. El pronóstico es malo sarrollan signos neurológicos demasiado neurológicos demasiado severos (Gunn-
en los animales con hiperextensión de los severos (Gunn-Moore 2005). Moore 2005).

NEUROVET | 7
NEUROLOGÍA | Mielopatías en gatos

El virus de Leucemia Felina (ViLeF) olvido, hasta que se comunicaron nuevos a 3 meses se observa una ataxia marcada
puede provocar distintos signos neuro- casos en Chile (Gómez et al. 2010, Moro- que evoluciona a los 5 o 6 meses a una
lógicos, tales como letargia, conductas ni et al. 2012), Colombia (Alzate Gómez paraparesia moderada a grave (fig. 3) con
anormales, vocalización, hiperestesia, et al. 2011), Uruguay (Rivero et al. 2011), apoyo plantígrado y “marcha de conejo”.
incontinencia urinaria y paraparesia/pa- Argentina (Guerrero et al. 2011) y Brasil Luego de 12 a 18 meses de evolución se
raplejía (Poli et al. 1997). En un estudio (Togni et al. 2013). En 2018 se comunicó observa una paraparesia grave, casi no
retrospectivo de 16 gatos con infección por primera vez la presencia del parásito ambulatoria, atrofia muscular severa, dis-
crónica por ViLeF, el signo más común fue fuera de Sudamérica en un gato rescata- minución o ausencia de reflejos espinales
paraparesia progresiva que evolucionó a do de 2 años en Tenerife (Islas Canarias, y, en algunos casos, atonía vesical (Togni
paraplejía en el curso de 1 año. El prome- España). No se pudo averiguar la proce- et al. 2013).
dio de edad de los gatos afectados fue de dencia ni los viajes previos del animal an- El gusano adulto habita principalmente
9 años. Solamente el 33% de los anima- tes de ser rescatado, pero se supone que en las venas de la médula espinal y en
les tuvieron los cambios hematológicos fue introducido desde Sudamérica (Udiz- el espacio subaracnoideo, produciendo
típicos asociados a la infección por ViLeF Rodríguez et al. 2018). Es poco lo que se meningomielitis, venas varicosas y trom-
(anemia, macrocitosis, neutropenia, ma- sabe acerca de la patogénesis de la infec- boflebitis (Gómez et al. 2010). Las lesio-
crotrombocitos y trombocitopenia); todos ción por G. paralysans. Se ha propuesto nes principales se encuentran entre T10
fueron seropositivos durante 2 a 4 años. que los gatos domésticos son huéspedes y L2, con proyección hasta L5-L6 (Alzate
La histopatología mostró lesiones difusas, accidentales, y que pequeños felinos sal- Gómez et al. 2010). Al examen macros-
extendidas a lo largo de la médula espinal vajes como el gato huiña (Felis guigna) cópico se observa edema generalizado
y el tronco encefálico caracterizadas por en Chile, o el gato de las pampas (Felis y marcada congestión leptomeníngea en
degeneración de la sustancia blanca y di- geoffroyi) en Brasil y Argentina (Togni et al. las regiones torácica caudal y lumbosacra
latación de las vainas de mielina, algunas 2013), son los verdaderos huéspedes de- (fig. 4 B). En algunos casos pueden verse
de ellas sin axones, y otras con axones finitivos, alojando al parásito en el pulmón los nematodos adultos en los vasos perifé-
intactos o tumefactos. La inmunohistoquí- (Wolffhügel 1933). Desde el punto de vista ricos submeníngeos de la médula espinal
mica reveló presencia de antígeno viral epidemiológico, los individuos afectados (Aguirre Carmona 2013). Microscópica-
en las neuronas, células gliales y células residen siempre en áreas rurales, no ha- mente siempre se observa al nematodo
endoteliales de las secciones medulares biéndose diagnosticado esta parasitosis adulto (fig. 5) y huevos en diferentes eta-
analizada (Carmichael et al. 2002). en ningún sitio urbano (Alzate Gómez et pas de desarrollo en los vasos sanguíneos
El virus de Inmunodeficiencia Felina al. 2011). En estos lugares la gente suele de la médula espinal, especialmente en la
también puede causar un tipo de mielopa- tener a los gatos para control de plagas, sustancia blanca y en el espacio subarac-
tía degenerativa, que se detecta mediante y los animales tienen pleno acceso al ex- noideo (Gómez et al. 2010). La presencia
histopatología a partir de la identificación terior, manteniendo sus hábitos de caza. del parásito y su migración producen tras-
de grietas y vacuolización de la vaina de Es probable que los gatos se infecten in- tornos circulatorios (hemorragia, conges-
mielina; sin embargo, los signos clínicos giriendo pequeños lagartos (Levine 1968). tión e hiperemia) e inflamatorios asociados
no son evidentes, ya sea en infección es- También se han considerado como posi- (manguitos perivasculares con infiltración
pontánea o experimental (Poli et al. 1997). bles huéspedes intermediarios o paraté- linfocitaria crónica), principalmente en
La mielopatía parasitaria por Gurltia nicos a insectos (moscas y escarabajos), la sustancia blanca (Alzate Gómez et al.
paralysans (Orden Strongylida, Superfa- moluscos (caracoles o babosas), sapos 2010; Rivero et al. 2011; Aguirre Carmona
mília Metastrongyloidea, Familia Angios- y roedores (Gómez et al. 2010; Moroni et 2013; Togni et al. 2013). Los vasos sanguí-
trongylidae) fue descrita inicialmente en al. 2012). Curiosamente, los nativos de los neos se encuentran sinuosos y dilatados,
Chile por Kurt Wolffhügel y fue denomi- lugares donde residen los gatos afecta- con presencia de trombos asociados; se
nada paraplejía parasitaria crural felina dos conocen empíricamente desde hace observan alteraciones compensatorias
(Wolffhügel 1933, Wolffhügel 1934). Se mucho tiempo esta enfermedad, que en tales como hipertrofia de la túnica media
trata de un trastorno medular provocado Argentina se denomina vulgarmente “mal e hiperplasia de la adventicia y alteracio-
por un parásito que, en su forma adulta, se de las caderas”. nes reparadoras, como fleboesclerosis.
aloja en las venas espinales de los gatos Los gatos afectados presentan signos La lesión vascular se presenta como una
provocando una hemorragia por sufusión típicos de una mielopatía crónica, que dilatación venosa (várice venular), que
que compromete a la médula de manera resultan de la compresión de la sustancia probablemente ocurre a consecuencia de
variable (Alzate Gómez et al. 2010). blanca, principalmente del cordón dorsal la obstrucción provocada por la presencia
El parásito es apenas citado en libros de la zona toracolumbar y lumbosacra, del parásito, que resulta en éstasis san-
de texto de veterinaria (Jones et al. 2000, ocasionada por la proliferación vascular guíneo y aumento de la presión vascular
Maxie y Youssef 2007) o parasitología producida por el parásito. Los signos clíni- (Togni et al. 2013). Los parásitos en los va-
(Levine 1968, Bowman et al. 2002) y, en cos se inician con la caída de la cola, que sos sanguíneos, asociados a los trombos
consecuencia, es desconocido por la nunca vuelve a permanecer erecta, inde- y a la isquemia, causan necrosis del tejido
mayoría de clínicos, patólogos y parasi- pendientemente del humor del gato, atri- medular subyacente (Togni et al. 2013). Los
tólogos veterinarios. Desde su descubri- buido a la disminución del tono muscular segmentos medulares más afectados son
miento la enfermedad permaneció en el de los músculos de la cola. Al cabo de 1 los lumbares y lumbosacros, con menor

8 | NEUROVET
Mielopatías en gatos | NEUROLOGÍA

Fig. 3 Fig. 5

Figura 5. Presencia del parási-


to adulto en la luz de un vaso
espinal submeníngeo, con
manguitos perivasculares a
predominio linfocitario. Gen-
tileza del Dr. Gildardo Alzate
Gómez (Antioquía, Colombia).

Figura 3. Gatito de 6 meses de edad con paraparesia, proveniente de


una zona rural de la Provincia de Buenos Aires (Argentina), con sos-
pecha de mielopatía por Gurltia paralysans.
ralysans. El gato afectado presentó una
uveítis exudativa unilateral de 2 meses
de evolución, con fibrina en la cámara
Fig. 4A Fig. 4B anterior, sinequias posteriores y catarata
incipiente, similar a una uveítis crónica en
fase activa. Después de 5 semanas de
tratamiento se identificó un parásito móvil
adherido con fibrina a la cámara anterior;
luego de extraerlo quirúrgicamente, el es-
tudio morfológico y molecular lo identificó
como G. paralysans (Udiz-Rodríguez et
al. 2018).
El diagnóstico se establece en base a
la historia clínica de mielopatía crónica
Figura 4. A) Mielografía obtenda de un gato con Gurltia paralysans. Pue- lentamente progresiva y el hábitat de los
de observarse la notoria tumefacción medular. Gentileza del Dr. Gildardo gatos afectados. La mielografía puede
mostrar tumefacción de la médula espinal,
Alzate Gómez (Antioquía, Colombia). B) Examen macroscópico de la mé-
pero este hallazgo es inespecífico (fig. 4
dula espinal lumbar de un gato afectado por Gurltia paralysans. Puede
A). Recientemente, a partir de la secuen-
notarse el edema generalizado y la marcada congestión leptomeníngea.
ciación genética del parásito, se ha desa-
Gentileza del Dr. Gildardo Alzate Gómez (Antioquía, Colombia). rrollado una técnica de PCR que permite
identificar ADN parasitario en el suero y en
el LCR de los gatos afectados (Gómez et
al. 2015). El diagnóstico definitivo se esta-
blece por los hallazgos de necropsia. Los
animales afectados responden al trata-
compromiso de los torácicos (Alzate Gó- las lesiones de la médula espinal puede in- miento con ivermectina; cuanto más tiem-
mez et al. 2010; Gómez et al. 2010; Gue- dicar una vía de migración específica del po se demora en instaurar el tratamiento
rrero et al. 2011; Moroni et al. 2011; Rivero parásito (Mieres et al. 2013). En el único menor es la recuperación, por la gravedad
et al. 2011; Togni et al. 2013). No existen caso fuera de Sudamérica se realizó la de las lesiones vasculares y compresivas
comunicaciones de alteraciones cervicales primera comunicación de un caso oftál- instaladas en la médula espinal (Alzate
o encefálicas. La distribución específica de mico por parasitismo debido a G. pa- Gómez et al. 2010).

NEUROVET | 9
NEUROLOGÍA | Mielopatías en gatos

Fig. 6A
Neoplasias
Las neoplasias son otra de las causas
más comunes de mielopatías en gatos, y
se ha comunicado en el 25% de los casos
(Marioni-Henry et al. 2004; Gonçalves et
al. 2009). Típicamente, las neoplasias son
enfermedades crónicas y progresivas
aunque los signos de aparición aguda o
subaguda son relativamente frecuentes,
debido a hemorragias por compromiso
vascular o fracturas patológicas. La hi-
perestesia espinal es una manifestación
clínica frecuentemente asociada a los
tumores espinales. De acuerdo a la loca-
lización de la lesión, es posible observar Fig. 6B
lateralización de los signos clínicos (Ne-
grin et al. 2009).
El linfosarcoma es el tumor más común-
mente hallado, con una prevalencia del 28
al 40% (Marioni-Henry et al. 2004, 2008;
Gonçalves et al. 2009). En un estudio so-
bre 205 casos postmortem, los tumores no
linfoides que le siguieron en orden de fre-
cuencia fueron el osteosarcoma (27%), los
tumores gliales (9%) y los meningiomas
(7%) (Marioni-Henry et al. 2004). En otros
2 trabajos, el meningioma fue el tumor
más frecuente, con una prevalencia de
45% (Levy et al. 1997) y 61% (Rossmeisl
Jr et al. 2006), seguido del tumor maligno
de vaina nerviosa (2/11) (Levy et al. 1997)
o el osteosarcoma (3/26) (Rossmeisl Jr et
al. 2006). Sin embargo, ambos trabajos
se focalizaron solamente en los tumores
que pudieran ser sometidos a citorreduc-
ción quirúrgica, por lo que no tuvieron en
cuenta los tumores intramedulares como Figura 6. IRM realizada en secuencia ponderada en T2 de un gato con
gliomas o tumores neuroectodérmicos pri- linfosarcoma lumbar. A) En el corte sagital se observa la presencia
mitivos, ni tumores altamente invasivos y en la médula de una masa hiperintensa extendida desde caudal del
destructivos como osteosarcomas y fibro- cuerpo de L4 hasta la cauda equina. B) En el corte transversal puede
sarcomas (Levy et al. 1997; Rossmeisl Jr
observarse la localización extradural de dicha masa. Tomado con au-
et al. 2006).
torización de Pellegrino F.: Las claves del diagnóstico neurológico para
el veterinario clínico. Buenos Aires; Intermédica 2014.
Linfoarcoma
El linfosarcoma ha sido considerado
históricamente el tipo de neoplasia más
común que afecta la médula espinal de los
gatos (Negrin et al. 2009). Esta conside-
ración ha sido reafirmada recientemente linfosarcoma fueron significativamente El linfosarcoma espinal tiende a tener
en 2 estudios (Marioni-Henry et al. 2008; más jóvenes que los afectados por otros una localización torácica y lumbosacra,
Gonçalves et al. 2009). En uno de ellos, tumores (media y mediana de 6 y 4 años, aunque a menudo la enfermedad se pre-
que incluyó 85 gatos con diagnóstico de- respectivamente), con una distribución bi- senta como un cuadro multifocal (Mario-
finitivo de neoplasia espinal, el linfosarco- modal: el 50% de los gatos menores de 4 ni-Henry et al. 2008; Negrin et al. 2009),
ma representó el 40% de los casos (33/85) años, y el 25% entre 11 y 16 años (Marioni- diseminándose incluso al cerebro en el
(Marioni-Henry et al. 2008). Los gatos con Henry et al. 2008). 31-43% de los casos (Bradshaw et al. 2004;

10 | NEUROVET
Mielopatías en gatos | NEUROLOGÍA

Marioni-Henry et al. 2008). Con respecto a


Fig. 7
su situación en relación con la duramadre
y la médula espinal, el linfosarcoma espi-
nal felino es exclusivamente extradural en
el 34-38% de los casos (fig. 6), intradural
en el 9%, y con una localización mixta
(con componentes intra y extradurales) en
el 61-88% de los casos (Bradshaw et al.
2004; Marioni-Henry et al. 2008).
Los signos clínicos más comunes fue-
ron similares a los comunicados para
otros tumores espinales, y consistieron en
paraparesia asimétrica progresiva o para-
plejía, e hiperestesia espinal (fig. 7) (Lane
et al. 1994; Marioni-Henry et al. 2008). Los
gatos con linfosarcoma, además presen-
taron una alta prevalencia de signos ines-
pecíficos como anorexia, letargia, pérdida
de peso, signos de infección del tracto
respiratorio y alteraciones de conducta
(Marioni-Henry et al. 2008), como se ha
comunicado en otros trabajos (Spodnick
Figura 7. La figura muestra un gato doméstico de pelo corto de 2
et al. 1992; Levy et al. 1997; Noonan et al.
1997). La presencia de estos signos se
años de edad, ViLeF positivo, con paraparesia no ambulatoria e hi-
explica por la inmunosupresión asociada
perestesia espinal. El diagnóstico definitivo, en base a los estudios
a positividad a la infección con virus de complementarios, fue linfosarcoma espinal. Tomado con autorización
leucemia felina (ViLeF), presente en el de Pellegrino F.: Las claves del diagnóstico neurológico para el veteri-
56% de los gatos con linfosarcoma, y por nario clínico. Buenos Aires; Intermédica 2014.
la presencia de lesiones extraneurales en
el examen postmortem en el 85% de los
individuos afectados (Marioni-Henry et al.
2008). En otros estudios, el porcentaje de
gatos positivos a ViLeF fue del 94% (Lane
et al. 1994), y los gatos con lesiones extra- al. 2008). El diagnóstico definitivo requie- comunes del linfosarcoma espinal (Zaki y
neurales variaron entre el 43 al 100% (Zaki re todo un protocolo de métodos comple- Hurvitz 1976; Spodnick et al. 1992; Lane
y Hurvitz 1976; Lane et al. 1994). El hecho mentarios que incluyen análisis de sangre et al. 1994; Bradshaw et al. 2004; Marioni-
que el linfosarcoma tenga una distribución completos, pruebas de enfermedades Henry et al. 2004, 2008), pero también
multicéntrica en la mayoría de los casos infecciosas, ecografía abdominal, radio- puede hallarse, en orden de frecuencia,
determina que el curso de la enfermedad grafía de tórax, aspiración de linfonódulos en el hígado, el músculo esquelético, el
pueda ser rápidamente progresivo (Ne- y de médula ósea, e IRM (Negrin et al. bazo o los linfonódulos, y las vértebras o
grin et al. 2009). El 93% de los gatos con 2009). En el caso del linfosarcoma espi- el corazón (Marioni-Henry et al. 2008).
linfosarcoma espinal desarrolló los signos nal los resultados comunicados de estas El pronóstico para el linfosarcoma espi-
clínicos en menos de los 2 meses previos pruebas son variables; la citología en frotis nal es grave (Spodnick et al. 1992; Marioni-
al diagnóstico, tiempo significativamente sanguíneos es positiva entre el 5-13% de Henry et al. 2008; Negrin et al. 2009). Se ha
menor que en otras neoplasias espinales los casos (Lane et al. 1994; Marioni-Henry comunicado remisión parcial a completa
(Marioni-Henry et al. 2008). et al. 2008), los aspirados de médula ósea de los signos clínicos con tratamientos que
La edad del paciente, el inicio y la pro- entre el 14-67% (Spodnick et al. 1992; combinan cirugía descompresiva, quimiote-
gresión de la enfermedad, y la localización Marioni-Henry et al. 2008) y el análisis rapia (vincristina, ciclofosfamida y predniso-
neuroanatómica de los signos neuroló- de LCR entre el 9-35% (Lane et al. 1994; na; L-asparaginasa, vincristina y predniso-
gicos han sido sugeridos como factores Marioni-Henry et al. 2008). El diagnóstico na) y radiación local (Spodnick et al. 1992;
de importancia que permiten la sospecha definitivo consiste en la identificación de Lane et al. 1994; Marioni-Henry et al. 2008),
clínica de linfosarcoma en el SNC; los las masas intra o extraneurales por exa- pero los tiempos de sobrevida son cortos,
gatos jóvenes, con más de una localiza- men físico y diagnóstico por imágenes, y con una mediana de 14 semanas (Spodnick
ción neuroanatómica y un curso agudo y aspiración por aguja fina o biopsia de la et al. 1992) y un período máximo alcanzado
de rápida evolución (menos de 15 días), masa, cuando es posible (Marion-Henry de 13 meses (Lane et al. 1994). El estado
tiene 90-98% de probabilidades de tener et al. 2008). Los riñones y la médula ósea positivo a ViLeF se considera un indicador
linfosarcoma del SNC (Marioni-Henry et son las localizaciones extraneurales más pronóstico negativo (Vail y MacEwen 2001).

NEUROVET | 11
NEUROLOGÍA | Mielopatías en gatos

Osteosarcoma Fig. 8
Históricamente se ha considerado que el
osteosarcoma en los gatos afecta primaria-
mente el esqueleto apendicular, más que
el esqueleto axial (Engle 1969; Bitetto et al.
1987). Sin embargo, el osteosarcoma ver-
tebral fue el tumor más frecuente después
del linfosarcoma en un estudio postmortem
sobre 85 gatos con tumores espinales,
afectando a 14 individuos (Marioni-Henry
et al. 2008). A este número se suman otras
9 comunicaciones de gatos con osteosar-
comas vertebrales confirmados por histo-
patología (Liu et al. 1975; O’Brien 1980;
Wheeler 1989; Levy et al. 1997; Radaelli et
al. 2000; Rossmeisl Jr et al. 2006), lo que
indica que es un tumor común dentro de
los que afectan el canal vertebral de los ga-
tos. Tomando en cuenta todos las comuni-
caciones en conjunto, la edad promedio de
inicio de los signos fue de 8.3 años (rango Figura 8. Gata, doméstica de polo corto de 9 años, con síndrome
3-13), y la mayoría de los animales afecta- espinal central. El diagnóstico fue meningioma localizado en la región
dos fueron gatos domésticos de pelo corto. cervicotorácica (ver figura 9).
El tumor afectó las vértebras lumbares en
9 casos, las torácicas en 7, las cervicales
en 4, y el sacro y las vértebras caudales en
1 caso cada una (Liu et al. 1975; O’Brien
1980; Wheeler 1989; Levy et al. 1997; Ra-
daelli et al. 2000; Rossmeisl Jr et al. 2006; firmadas por histopatología, los meningio- son variables. Un estudio comunicó una
Marioni-Henry et al. 2008). mas espinales representaron el 7% de los mediana de tiempo de sobrevida de 180
El diagnóstico se realiza en base a mé- casos (Marioni-Henry et al. 2008); en otro días (rango 30-600 días) y, en un gato,
todos de diagnóstico por imágenes. La estudio sobre tumores espinales de gatos 1400 días (Levy et al. 1997). Otro estudio
radiografía simple puede mostrar lesiones identificados por IRM, los meningiomas comunicó una mediana de sobrevida de
líticas o fracturas patológicas; estas últi- representaron el 8% de los casos (Gonçal- 426 días, con una rango de 211 a 846 días
mas se visualizan mejor con tomografía ves et al. 2009). (Rossmeisl Jr et al. 2006).
computada (TC). La compresión medular La media y mediana de edad de pre-
que provoca la masa ósea puede visuali- sentación del inicio de los signos clínicos
zarse mediante mielografía o IRM (Mario- es de 9.7 y 9 años, respectivamente (ran-
Traumatismos
ni-Henry 2010). go 5-14 años). La mayoría de los gatos Los traumatismos son una de las cau-
La citorreducción quirúrgica puede pro- afectados son domésticos de pelo corto sas frecuentes de mielopatías en gatos.
longar la vida de los gatos afectados, pero y, en orden decreciente, las regiones más Provocan signos hiperagudos o agudos,
los resultados son altamente variables. afectadas de la médula espinal fueron que comúnmente permanecen estables
Luego de la cirugía, la media y la mediana la torácica (59% de los casos), cervical o mejoran con el tiempo; sin embargo,
de sobrevida fueron de 145 y 88 días, res- (22%) (fig. 8) y lumbar (19%). Las radio- en las primeras 24-48 horas los signos
pectivamente (rango 2-518 días) (Liu et al. grafías simples fueron normales en todos neurológicos pueden empeorar debido a
1975; O’Brien 1980; Wheeler 1989; Levy et los casos, la mielografía demostró la com- complicaciones secundarias (hemorragia,
al. 1997; Radaelli et al. 2000; Rossmeisl Jr presión medular por interrupción del con- edema o isquemia, o inestabilidad espi-
et al. 2006; Marioni-Henry et al. 2008). traste a nivel del tumor, y la IRM demostró nal) (fig. 10). Las manifestaciones clínicas
una masa intradural extramedular con un usualmente indican una lesión focal, que
Meningioma realce homogéneo luego de la aplicación puede identificarse mediante radiografías
Contrariamente a lo que ocurre con los del contraste (Ross y Wybrun 1969; Jo- simples, en el caso de fracturas o luxa-
meningiomas cerebrales en los gatos, que nes 1974; Wheeler et al. 1985; Yoshioka ciones. Sin embargo, en los gatos debe
constituyen el 58% de los tumores encefá- 1987; Levy et al. 1997; Asperio et al. 1999; considerarse la existencia de lesiones
licos (Troxel et al. 2003), los meningiomas Rossmeisl Jr et al. 2006; Marioni-Henry et múltiples que afecten a la médula, inclu-
espinales no son tan frecuentes en esta al. 2008) (fig. 9). yendo isquemia, compresión, hemorragia
especie. En un estudio postmortem de El tratamiento consiste en cirugía ci- y laceración (Platt y Olby 2004; Negrin et
neoplasias medulares o vertebrales con- torreductora. Los tiempos de sobrevida al. 2009).

12 | NEUROVET
Mielopatías en gatos | NEUROLOGÍA

En un trabajo se ha comunicado que


Fig. 9A
los traumatismos se observan en el 14%
de los gatos con trastornos medulares
(28/205); en el 71% de los casos las le-
siones fueron secundarios a traumas de la
columna vertebral (luxaciones, fracturas,
hematoma subdural, celulitis secundaria a
trauma o amputación de la cola), o secun-
darios a lesiones por objetos penetrantes;
el resto de los casos (8/28) consistió en
enfermedad del disco intervertebral, que
en ese trabajo se incluyó entre las condi-
ciones traumáticas (Marioni-Henry et al.
2004). En otro estudio se ha comunicado
que las causas traumatológicas represen-
tan 36% de todos los trastornos neurológi-
cos en la ciudad de Montevideo, aunque
no se especificó la localización ni el tipo
de trauma (Benítez et al. 2016). En Chile,
los trastornos traumatológicos son la cau-
sa más frecuente de consulta neurológica
en gatos, sin especificar porcentaje, ni
localización ni tipos de trauma (Agüero
2006). De acuerdo a la experiencia del
autor, el trauma medular agudo produci-
do por accidentes de autos, mordeduras
Fig. 9B de perros, disparos o malos tratos, es la
causa más frecuente de traumatismo de
la médula espinal en esta especie. La si-
tuación tiene una alta prevalencia por la
cantidad de gatos callejeros que existen
en Argentina y, probablemente, en otros
países sudamericanos.

Trauma medular agudo
El trauma maedular agudo (TMA) es una
reconocida causa importante de alteracio-
nes medulares en gatos (Bagley 2000).
Las condiciones traumáticas más frecuen-
tes incluyen fracturas y luxaciones verte-
brales toracolumbares, subluxación/luxa-
ción sacrocaudal, isquemia traumática y
enfermedad extrusiva de disco interverte-
bral (Papazoglou et al. 2001; Grasmueck
y Steffen 2004; Marioni-Henry et al. 2004;
Platt y Olby 2004; Voss y Montavon 2004).
En general, el TMA puede resultar de
un episodio que afecte en forma directa
a la médula espinal (contusión/concusión/
Figura 9. IRM realizada en secuencia ponderada en T1 con contraste, laceración), u otra condición que afecte a
correspondiente a la gata de la figura 8. A) El corte sagital muestra las estructuras vecinas (meninges, vérte-
la presencia de una masa medular hiperintensa, que realzó luego de bras, discos intervertebrales), con com-
la aplicación de la sustancia de contraste, localizada sobre el cuerpo promiso secundario de la médula espinal
de C7; B) En el corte transversal se observa la localización intradural (Negrin et al. 2009). Aproximadamente el
extramedural de la masa en cuestión. 20% de los gatos con TMA también pre-
senta una extrusión discal secundaria al
traumatismo (Grasmueck y Steffen 2004).

NEUROVET | 13
NEUROLOGÍA | Mielopatías en gatos

Olby 2004). Si se requiriera sedación


Fig. 10
para lograr un buen posicionamiento, el
manejo del gato debe hacerse con suma
cautela porque la relajación de la muscu-
latura epiaxial es un motivo potencial de
desestabilización adicional de la columna
vertebral (Negrin et al. 2009). Las imáge-
nes más complejas, como mielografía, TC
o IRM, son frecuentemente necesarias
para evaluar la compresión medular e in-
vestigar otras lesiones que no se observan
en las radiografías simples (Grasmueck y
Steffen 2004; Platt y Olby 2004; Voss y
Montavon 2004).
La terapia integral de un gato con TMA
debe focalizarse inicialmente en la estabi-
lización sistémica (Platt y Olby 2004). En
caso de traumatismo exógeno, como por
ejemplo un accidente automovilístico, la
evaluación del “ABC” del manejo del trau-
ma (las siglas en inglés de vías respirato-
rias, respiración y circulación) es impera-
tivo previamente al examen neurológico.
Es de suma importancia mantener al gato
inmovilizado, lo que puede lograrse ase-
gurándolo a una tabla plana. Mientras tan-
to, de la forma más rápida posible, debe
tomarse una muestra de sangre para eva-
luar el hemograma (o al menos el hemato-
crito), el nivel de proteínas totales, las con-
centraciones séricas de urea y creatinina y
los electrolitos. Es imprescindible adminis-
trar una fluidoterapia adecuada para man-
tener una correcta perfusión medular. Si el
animal se encuentra hipotenso, y depen-
diendo de la severidad de la hipotensión,
deben utilizarse cristaloides isotónicos,
solución salina hipertónica, coloides o
Figura 10. Observación macroscópica de una pieza de necropsia. En productos sanguíneos (Platt y Olby 2004).
la región medular lumbar se observa severa hemorragia asociada a un El uso de corticosteroides es controversial
traumatismo. Tomada del libro Las claves del diagnóstico neurológico (Hulbert 2000; Short et al. 2000). Aunque
para el veterinario clínico. Tomado con autorización de Pellegrino F.: han sido utilizados en medicina humana
Las claves del diagnóstico neurológico para el veterinario clínico. Bue- para reducir los efectos secundarios de la
nos Aires; Intermédica 2014. isquemia y la reperfusión de lesiones is-
quémicas (Hall 1992), su uso en pacientes
veterinarios con TMA puede provocar se-
rios efectos adversos, incluyendo infeccio-
nes y signos gastrointestinales (Rohrer et
al. 1999; Boag et al. 2001). En un estudio
Aunque cualquier región vertebral es sus- te (fig. 11). Aproximadamente el 20% de en perros con enfermedad extrusiva de
ceptible al trauma, los sitios más comunes los animales con fracturas toracolumba- disco intervertebral, se comunicó que el
de avulsión, fractura y luxación son los res tienen otra fractura/luxación vertebral uso de corticosteroides no brindó ningún
segmentos cervicotorácico, toracolumbar, (Grasmueck y Steffen 2004) (fig. 12). Por beneficio terapéutico (Jeffery et al. 2016).
lumbosacro y sacrocaudal (Besalti et al. ese motivo se recomienda que se realicen Cuando se detecta una inestabilidad
2002; Grasmueck y Steffen 2004). radiografías de toda la columna en cual- vertebral es necesario estabilizarla de for-
Las radiografías simples pueden cola- quier gato con TMA, junto a radiografías ma quirúrgica (Voss y Montavon 2004). La
borar para la evaluación inicial del pacien- de tórax y ecografía abdominal (Platt y información acerca del manejo quirúrgico

14 | NEUROVET
Mielopatías en gatos | NEUROLOGÍA

La marcha medular en los pacientes fe-


Fig. 11
linos requiere de entrenamiento para que
pueda desarrollarse en forma efectiva (De
León et al. 1998). Aunque los gatos lesio-
nados en forma natural, sin ningún tipo de
rehabilitación pueden comenzar a dar pa-
sos a las semanas de producida la lesión
(Rosignol et al. 2002), tienen finalmente
una tasa de éxito reducida. Un entrena-
miento de 30 minutos/día durante 5 días
a la semana proporciona un 87% de éxito
en el sostén de los miembros pelvianos
(Lovely y Gregor 1986); sin la rehabilitación
adecuada, la tasa declina al 33% (Giuliani
et al. 1984). El entrenamiento repetido co-
locando los miembros torácicos sobre una
plataforma fija y los pelvianos sobre una
cinta de andar resulta en una mejor capa-
cidad de sostener el peso del cuerpo y de
Figura 11. Radiografía simple L-L de un gato atropellado por un au- deambular (Rosignol et al. 2002). La cinta
tomóvil, que muestra fractura del cuerpo de L6, con luxación L6-L7. de andar se puede reemplazar sostenien-
do al animal de la cola y otras formas de
estimulación; la estimulación cutánea, pre-
sionando las almohadillas plantares contra
el piso para desarrollar un reflejo miotático
modificado y lograr la extensión del cuadri-
del TMA escapa a los fines de este capí- automática” es el término clínico aplicado cpes femoral es una buena medida (Roy et
tulo. El pronóstico de los gatos con TMA al retorno a la ambulación en un animal con al. 1992). Los animales más jóvenes tienen
es reservado; un estudio ha comunicado un síndrome de motoneurona superior, sin mejores tasas de recuperación (Rosignol et
una tasa de supervivencia de solamente el nocicepción profunda en sus miembros al. 2004). El entrenamiento y los ejercicios
60% (Grasmueck y Steffen 2004). pelvianos. En esta situación, los miembros deben ser constantes; si se suspenden, la
Históricamente, la percepción del dolor pelvianos no están bajo control voluntario marcha medular comienza a declinar luego
profundo en los miembros afectados ha pero son capaces de moverse en forma de unas 12 semanas (De León et al. 1999).
sido considerada como el indicador pro- asincrónica con los miembros torácicos
nóstico más importante luego de un TMA, cuando el animal se coloca sobre una cinta Traumatismos sacrocaudales
sea exógeno o endógeno; la ausencia de de andar. La marcha espinal, en condicio- Las lesiones de la región sacrocaudal
dolor profundo asociado a una vértebra nes de laboratorio, puede evidenciarse a son particularmente frecuentes en los
luxada o fracturada indica un pronóstico los pocos días de producida la lesión (Ro- gatos (Ródenas 2012; Pellegrino 2014c).
malo porque implica la transección fun- signol et al. 2004). La médula espinal es la Las causas habituales son traumatismos
cional de la médula espinal (Platt y Olby que genera un patrón de movimiento que de diversa índole (tracción violenta de la
2004; Voss y Montavon 2004). Sin embar- permite colocar cada miembro, sostener el cola, accidentes de auto, mordeduras,
go, el gato ha sido sujeto de un intenso peso corporal y modificar la velocidad con disparos), y los signos clínicos predomi-
trabajo experimental referido a la ambula- el cambio de ritmo de la cinta (Rosignol et nantes provienen del compromiso del ner-
ción después de la transección completa al. 2002). El animal también es capaz de vio pudendo (con origen en los segmento
de la médula espinal a nivel de T13. Este eludir obstáculos interpuestos en su cami- medulares S1-S3), que aporta la inerva-
tipo de locomoción es posible gracias a un no (Rosignol et al. 2004). La marcha espi- ción sensoriomotora de los esfínteres anal
mecanismo neuronal modulado en condi- nal depende del desarrollo y la prepara- y uretral, y la sensibilidad del periné y los
ciones normales por la motoneurona su- ción del generador de acción central (que órganos genitales; de los nervios pélvicos
perior, denominado generador de acción normalmente se encuentra inhibido por la (con el mismo origen que el nervio puden-
central, que estimula en forma sucesiva y motoneurona superior), la estimulación de do), que aportan la inervación parasimpá-
secuencial a las motoneuronas flexoras y receptores cutáneos, cambios en la neuro- tica del recto, los genitales y el músculo
extensoras de los miembros (Rosignol et química intramedular y la estimulación de detrusor de la vejiga; y de los nervios cau-
al. 2004; Pellegrino 2014c). La localización la médula lumbar. Como resultado de este dales (sensoriomotores de la cola). Las
de la lesión medular afecta la capacidad entrenamiento se producen procesos de deficiencias que se observan a veces en
de desarrollar este tipo de marcha; es casi plasticidad intramedulares que posibilitan los miembros pelvianos resultan del com-
imposible lograrla en lesiones de motoneu- el proceso de marcha automática (Rosig- promiso secundario del nervio isquiático
rona inferior. “Marcha medular” o “marcha nol et al. 2004). (generalmente por tracción o hemorragia)

NEUROVET | 15
NEUROLOGÍA | Mielopatías en gatos

Fig. 12 Fig. 13A

Fig. 13B

Figura 12. Radiografía simple D-V de un gato atropellado por un au-


tomóvil, que muestra fracturas múltiples lumbares caudales, sacro-
caudales y de cadera. Fig. 13C

y suelen ser de moderadas a leves (fig. cuando es posible. En casos de trauma


13). Los animales afectados presentan la sacrococcígeo suele utilizarse un tra-
cola paralizada, generalmente mojada y tamiento conservador, aunque a veces
sucia por las deposiciones. Suele haber puede ser necesaria la amputación de la
ausencia de sensibilidad por detrás del cola para mantener la higiene y evitar una
sitio de la lesión. Si también se afecta la tracción adicional de las raíces nerviosas
irrigación se produce necrosis o gangre- (Bernasconi et al. 2002; Dickinson y Le-
na caudalmente al lugar afectado. Inme- Couteur 2004).
Figura 13. La figura mues-
diatamente después de la lesión algunos La severidad de las deficiencias neuro-
tra un gato que sufrió un
animales pueden presentar ataxia de los lógicas detectadas puede utilizarse como
miembros pelvianos y alteraciones en los una guía para el pronóstico. Estudios clí-
traumatismo por tracción
reflejos perineales. Este cuadro, de no me- nicos realizados en gatos describen un de la cola. A) Nótese la cola
diar una mielomalacia hemorrágica ascen- rango de recuperación que varía del 100% caída y manchada de orina,
dente, es transitorio y se resuelve en unos al 50%, de acuerdo al siguiente orden de y la marcha plantígrada;
días, en forma espontánea o con ayuda compromiso neurológico: a) deficiencias B) Nótese le hipotonía del
terapéutica (Pellegrino 2014c). de los nervios caudales solamente (com- esfínter anal; C) Radiogra-
El diagnóstico se basa en la anamnesis, promiso de la cola); b) deficiencias de los fía L-L que muestra una
el examen neurológico, radiografías sim- nervios caudales asociado a retención impactación sacrocaudal.
ples de la columna vertebral (ver figs. 11, urinaria; c) deficiencias de los nervios Tomado con autorización
12 y 13) o imágenes de alta complejidad, caudales asociado a retención urinaria, de Pellegrino F.: Las claves
como tomografía computada o resonancia con disminución del reflejo anal y la sen-
del diagnóstico neurológi-
magnética. Las pruebas electrodiagnósti- sibilidad perineal; d) deficiencias de los
co para el veterinario clíni-
cas pueden contribuir a valorar la exten- nervios caudales asociado a retención uri-
sión y la gravedad de la lesión (Cuddon naria, con disminución/ausencia del reflejo
co. Buenos Aires; Intermé-
2002; Ródenas 2012; Pellegrino 2014a). anal y la sensibilidad perineal, sumados a dica 2014.
El tratamiento consiste en estabilizar una disminución de la tonicidad del mús-
quirúrgicamente la fractura o luxación, culo uretral (Dickinson y LeCouteur 2004).

16 | NEUROVET
Mielopatías en gatos | NEUROLOGÍA

La evaluación de la sensibilidad nocicepti- Enfermedades de las enfermedades de almacenamiento


va en la base de la cola es un método sen- puede haber compromiso de otros órga-
cillo para pronosticar la recuperación de la
almacenamiento lisosomal nos, que suelen estar agrandados (orga-
Las enfermedades de almacenamien-
continencia urinaria voluntaria. Su ausen- nomegalia) debido al almacenamiento
to lisosomal se definen como un grupo
cia, aunque no excluye la posibilidad de de productos sin degradar en células de
de trastornos genéticos raros e indivi-
recuperación, es de peor pronóstico. De órganos abdominales como el hígado o
duales de catabolismo celular. Incluyen
acuerdo a un estudio, todos los gatos con el bazo. La edad de inicio, el tiempo de
aquellas enfermedades que provocan
sensibilidad conservada en la base de progresión y el grado de compromiso de
la acumulación intraneuronal de sustan-
la cola recuperaron la micción voluntaria los tejidos extraneurales es variable y
cias sin degradar (desórdenes de alma-
en aproximadamente 3 días después del dependen de la enfermedad específica
cenamiento neuronal) y aquellas que re-
evento traumático, mientras que el 40% de y de la enzima deficiente (March 1996).
sultan en una anormalidad de la cubierta
los gatos sin sensibilidad no recuperaron El diagnóstico tentativo se establece
de mielina (leucodistrofia de células
la micción a los 30 días (Tatton et al. 2099). en base a los signos clínicos de en-
globosas, leucodistrofia metacromática).
fermedad multifocal y multisistémica
La mayoría de ellas se caracteriza por
progresiva presente en un gato joven,
Enfermedades la deficiencia de una única hidrolasa li-
especialmente en razas susceptibles.
sosómica que resulta en la interrupción
degenerativas de una vía catabólica, y son predomi-
Las pruebas diagnósticas específicas
nantemente heredadas con un patrón (análisis enzimático de glóbulos blan-
Las enfermedades degenerativas se cos, fibroblastos, piel y otros tejidos) se
recesivo autosómico (March 1996). Se
caracterizan típícamente por el inicio realizan en aquellos trastornos en los
originan por mutaciones en la secuencia
insidioso de los signos clínicos y el curso que se conoce el defecto enzimático;
de codificación de una de las hidrola-
crónico, lentamente progresivo (Negrin et consisten en la identificación de los pro-
sas ácidas localizadas en los lisosomas.
al. 2009), aunque las herniaciones extru- ductos de almacenamiento que demues-
Cada mutación individual producirá una
sivas del DIV por enfermedad de Hansen tran la actividad enzimática deficiente
modificación única en una proteína, que
tipo I pueden presentarse en forma aguda y/o la comprobación de la presencia
se traduce en la reducción o eliminación
(Muñana et al. 2001). de los genes defectuosos responsables
de la actividad catalítica de una enzima
Los trastornos degenerativos pueden de la enfermedad. En algunos trastor-
en particular, lo que resulta en acúmulo
tener una edad de presentación bimo- nos como la mucopolisacaridosis y la
del sustrato de esa enzima en el interior
dal, con patologías que afectan anima- α-mannosidosis, los materiales almace-
de los lisosomas (Haskins y Giger 1997).
les jóvenes, como las enfermedades de nados pueden identificarse en la orina
En otras, o bien no se ha identificado la
almacenamiento lisosomal y la distrofia por medio de métodos específicos. Exis-
enzima deficiente, o el defecto reside
neuroaxonal (Woodard et al. 1974; Car- ten pruebas genéticas moleculares para
en un transporte anormal de molécu-
michael et al. 1993; Rodriguez et al. la identificación de algunas de estas
las esenciales al interior de la neurona.
1996; Sigurdson et al. 2002; Marioni- enfermedades de almacenamiento liso-
El resultado final es la acumulación de
Henry et al. 2004), y enfermedades que somal (March 1996).
distintas sustancias, que llevan a la dis-
afectan animales adultos, como la en- No existe en la actualidad un trata-
función celular probablemente por tume-
fermedad de disco intervertebral (EDIV) facción neuronal, por el efecto tóxico del miento para estas enfermedades, cuyo
(Marioni-Henry et al. 2004). material acumulado o por ambos efectos pronóstico es malo. Para la mayoría de
En un trabajo postmortem sobre 205 simultáneamente. Las enfermedades estos trastornos los animales afectados
gatos con trastornos medulares confir- de almacenamiento lisosomal se sub- son eutanasiados debido a la rápida
mados por histopatología, se identifica- dividen de acuerdo a la naturaleza del evolución de los signos neurológicos. En
ron enfermedades de almacenamiento producto acumulado (March 1996). Una aquellas enfermedades de progresión
lisosomal en casi el 7% de los gatos, característica consistente de muchas de más lenta el compromiso neurológico
incluyendo gangliosidosis en la mitad de estas patologías es la prevalencia de lleva a la muerte o a la eutanasia en los
los casos (7/14), enfermedad de alma- signos cerebelosos tempranos que pro- primeros meses a partir del diagnóstico.
cenamiento de glucógeno tipo IV (3/14), gresan con el tiempo de evolución de la Los intentos de tratamiento están diri-
α-mannosidosis (2/14), y el resto (2/14) enfermedad, seguidos de otros signos gidos a reducir la acumulación de los
sin clasificar. La mucopolisacaridosis neurológicos en cualquier localización productos de almacenamiento. Se ha
tipo VI, afectando a la médula en forma (supratentorial, troncal, medular o peri- observado que para prevenir o revertir
secundaria por enfermedad de la colum- férica) (March 1996). los signos clínicos asociados a las enfer-
na vertebral, se encontró en el 2% de El cuadro clínico de todo este grupo medades de almacenamiento lisosomal
los gatos (Marioni-Henry et al. 2004). La de enfermedades es progresivo y gene- se necesita solamente el 5% de la acti-
distrofia neuroaxonal estuvo presente en ralmente multifocal, y los animales afec- vidad enzimática normal. Los tratamien-
el 3% de los casos. En los animales más tados no presentan dolor. La progresión tos que han sido aplicados en modelos
viejos, la EDIV se observó en el 4% de puede ser rápida o lenta, y los signos de enfermedad experimental incluyen
los trastornos medulares (Marioni-Henry pueden ser muy heterogéneos entre ani- la terapia génica (transfiriendo copias
et al. 2004). males, aún para la misma patología. En normales del gen afectado a las células

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NEUROLOGÍA | Mielopatías en gatos

del paciente usando un vector viral), el forma insidiosa entre las 8 y 10 sema- a tetraparesia y postura en decúbito late-
trasplante de médula ósea (trasplan- nas de edad y son progresivos; incluyen ral. La hepatomegalia es un hallazgo ha-
tando células que producen la enzima tremor cefálico acompañado de ataxia, bitual. La muerte ocurre entre los 3 y los
deficiente), la terapia de reemplazo en- dismetría, aumento de la base de sus- 10 meses de edad (Brown et al. 1994;
zimático (enzimas recombinantes admi- tentación y nistagmo. Con el tiempo se Lowenthal et al. 1990; Muñana et al.
nistradas por vía parenteral) y la terapia observa una tetraparesia espástica que 1994). En el Siamés y Balinés los signos
de reducción del sustrato (administrando evoluciona a tetraplejía a los 7 u 8 me- comienzan a los 3 o 4 meses de edad
drogas que inhiben las enzimas que pro- ses de edad. También puede presentar- e incluyen tremor cefálico, balanceo de
ducen el producto acumulado). Todas se disfagia y movimientos deglutorios; al cabeza y dismetría; al poco tiempo se
estas opciones se asocian con diversos año de edad suelen agregarse signos agrega ataxia y pérdida de propiocep-
problemas como respuestas autoinmu- supratentoriales como alteraciones de ción en los miembros pelvianos y, en
nes al material trasplantado, duración comportamiento, convulsiones y pérdi- estadios finales, para o tetraparesia. Al-
transitoria de los efectos terapéuticos da de visión (Baker et al. 1979; Braund gunos animales presentan también una
y/o incapacidad para atravesar la BHE. 1994; Dial et al. 1994). polineuropatía desmielinizante (Cuddon
La aproximación terapéutica más pro- La gangliosidosis GM2 en los ga- et al. 1989) que provoca tetraparesia
misoria es el depósito intratecal o intra- tos se caracteriza por la actividad fláccida.
parenquimatoso de copias funcionales deficiente de las 2 isoenzimas de la La -mannosidosis está causada por
del gen defectuoso utilizando un vec- β-hexosaminidasa (A y B), que produ- la deficiencia de α-mannosidosis ácida,
tor viral, que se incorporan en la célula ce la enfermedad de Sandhoff (Braund lo que resulta en la acumulación de ma-
blanco y la tornan capaces de producir 1994; Summers et al. 1995). Los gatos teriales ricos en mannosa en el sistema
la enzima deficiente. Este tratamiento domésticos de pelo corto afectados nervioso central, el hígado, los riñones
se ha utilizado y parece ser efectivo en por esta forma de gangliosidosis de- y otros órganos. Los oligosacáridos
gatos con α-mannosidosis (March 1996; sarrollan tremores de intención, ataxia pueden identificarse en la orina (March
Dewey 2008). e hipermetría entre las 4 y 10 semanas 1996). Se ha comunicado en gatos do-
Las enfermedades de almacenamien- de edad; hacia los 5 meses ocurre una mésticos de pelo corto y largo, y en
to lisosomal que afectan la médula es- enfermedad de motoneurona superior gato Persa (Blakemore 1986; Jezyk et al.
pinal de los gatos son la gangliosidosis con para o tetraparesia, frecuentemen- 1986; Vandevelde et al. 1986; Cummings
GM1/GM2, comunicada en Siamés, Ko- te acompañada de disfagia y dificultad et al. 1988). Existe una gran heterogenei-
rat y gatos domésticos; glucogenosis en la prensión, a causa de episodios dad fenotípica clínica, pero ciertas ca-
tipo IV, comunicada en gatos domésti- paroxísticos durante la ingestión de ali- racterísticas son bastante consistentes,
cos y Bosque de Noruega; esfingomie- mentos (Cork et al. 1978; Baker et al. e incluyen signos cerebelosos progresi-
linosis (enfermedad de Niemann-Pick) 1979). Existe evidente compromiso ex- vos (Blakemore 1986; Jezyk et al. 1986;
en Siamés, Balinés y gatos domésticos; traneural de los ojos (opacidad bilateral Vandevelde et al. 1982; Cummings et
α-mannosidosis en gatos domésticos de corneal) y las estructuras faciales (fren- al. 1988). El gato Persa y los gatos
pelo corto y largo y Persa; y mucopoli- te redondeada y expresión facial tensa) domésticos de pelo corto suelen pre-
sacaridosis tipo I y VI en Siamés y gatos (Cork et al. 1978; Baker et al. 1979; sentar cambios de conducta y demencia
domésticos (Baker et al. 1979; Neuwelt Braund 1994). Los gatos Korat tienen (Braund 1994; Vandevelde et al. 1986;
et al. 1985; Blakemore 1986; Jezyk et al. una evolución similar, pero alrededor Cummings et al. 1988). Aunque los sig-
1986; Cuddon et al. 1989; Vandevelde et de los 6 meses de edad suelen presen- nos predominantes son cerebelosos y
al. 1986; Lowenthal et al. 1990; Brown et tar convulsiones, moclonías generaliza- cerebrales, la médula espinal también
al. 1994; Dial et al. 1994; Muñana et al. das, pérdida de visión y hepatomegalia está afectada por la acumulación de ma-
1994; March 1996; Marioni-Henry 2007; (Neuwelt et al. 1985; Braund 1994). terial rico en mannosa (Marioni-Henry et
de Lahunta y Glass 2009). La esfingomielinosis se caracteriza al. 2004).
La gangliosidosis GM1 se caracteriza por la acumulación de esfingomielina y La enfermedad de almacenamiento
por una deficiencia de la β-galactosidasa colesterol en los tejidos por deficiencia de glucógeno tipo IV (enfermedad de
lisosomal, con la resultante acumulación de esfingomielinasa. Los gatos domés- Andersen) está provocada por la defi-
de gangliósidos GM1 y otros oligosacá- ticos de pelo corto presentan tremores ciencia de enzima desramificadora, y ha
ridos complejos en las neuronas y en las de intención entre las 2 y 8 semanas sido comunicada en gatos Bosque de
células gliales. La mayoría de las veces de edad, que rápidamente progresa a Noruega. Afecta el músculo esquelético,
los hepatocitos, las células endoteliales ataxia, hipermetría, ausencia de la res- el corazón y el sistema nervioso central,
y las células del sistema macrófago/ puesta de amenaza con visión intacta con signos clínicos que aparecen a los 5
monocitos también muestran almace- y, ocasionalmente, nistagmo posicional. meses de edad e incluyen hipertermia,
namiento intralisosomal, por lo que en Entre las 19 y las 23 semanas de edad tremores musculares, languidez, y “mar-
ocasiones puede haber hepatomegalia los gatos presentan postura agazapada, cha de conejo”. Los signos evolucionan
(Braund 1994; Summers et al. 1995). Los balanceo del tronco y caídas. Entre las rápidamente, y a los 7 meses de edad
signos clínicos en el gato Siamés y en el 25 y las 33 semanas se pierden las res- se observa atrofia muscular generali-
gato doméstico pelicorto comienzan en puestas de acomodación, y evolucionan zada, tetraplejía, disfagia y contractura

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Mielopatías en gatos | NEUROLOGÍA

muscular severa, especialmente a nivel al. 1995). Los niveles incrementados de y los 9 meses de edad, sin compromiso
de la articulación femoropatelar y tibio- dermatan sulfato pueden detectarse en del oído interno y con un manto de color
tarsiana. Puede haber disminución de la orina de los animales afectados. Se ha normal; y en 2 Siameses, con un inicio a
los reflejos espinales, pérdida de la res- comunicado en el gato Siamés. Los sig- los 2 semanas de edad (Carmichael et
puesta de amenaza, disminución de los nos clínicos son similares a los de la mu- al. 1993; Rodriguez et al. 1996).
reflejos vestibulooculares, y convulsio- copolisacaridosis tipo I. Además, puede
nes secundarias a la hipoglucemia (Fyfe observarse displasia epifisiaria, exostosis Enfermedad del disco
et al. 1992). de huesos largos, ensanchamiento de los intervertebral
La mucopolisacaridosis está rara- espacios intervertebrales y severo dis- A diferencia de lo que ocurre en los
mente asociada con enfermedad neuro- morfismo facial (Cowell et al. 1976; Kon- perros, la EDIV es sumamente infre-
lógica, aun cuando se ha observado al- de et al. 1987; Summers et al. 1995). Los cuente en gatos, con una prevalencia
macenamiento de glucosaminoglicanos signos neurológicos son raros y, de estar comunicada de 0.02-0.12% (Muñana et
y glucolípidos en neuronas del sistema presentes, incluyen paraparesia con sig- al. 2001; Rayward 2002). Igual que en
nervioso central. En los gatos se han co- nos de motoneurona superior, causadas los perros, los gatos pueden tener her-
municado los tipos I y VI (March 1996). por proliferaciones óseas focales que niaciones extrusivas del DIV por enfer-
La mucopolisacaridosis tipo I se debe provocan compresión medular extradural medad de Hansen tipo I o herniaciones
a una deficiencia de α-L-irudonidasa en la región toracolumbar (Braund 1994, protrusivas del DIV por enfermedad de
y ha sido descrita en gatos domésti- Summers et al. 1995). Hansen tipo II; sin embargo, las hernia-
cos de pelo corto (Haskins et al. 1983; ciones extrusivas son la que predominan
Braund 1994). Provoca la acumulación Distrofia neuroaxonal clínicamente en los gatos (Muñana et al.
de dermatan sulfato, heparan sulfato y La distrofia neuroaxonal es una condi- 2001).
otras glucoproteínas y glucolípidos sin ción degenerativa caracterizada por la En 2 estudios postmortem publica-
degradar en los condrocitos, médula tumefacción de los segmentos distales dos entre 1958 y 1960 se encontró EDIV
ósea, miocitos, queratinocitos, pericitos, del axón (esferoides) en el interior de en 1 de cada 4 gatos seleccionados
hepatocitos y neuronas. Estos productos sistema nervioso central (Carmichael et aleatoriamente a partir de las prácticas
pueden detectarse en la orina (Haskins al. 1993). Se supone que es de carácter médicas generales; las herniaciones
et al. 1983; Braund 1994, Summers et hereditario, y transmitida en forma auto- protrusivas del DIV por enfermedad de
al. 1995). Los signos clínicos más co- sómica recesiva (Woodard et al. 1974. Hansen tipo II se encontraron en el 82%
munes consisten en debilidad y torpe- Los signos clínicos incluyen ataxia de de los casos, con una localización más
za en la marcha debido a los cambios los miembros pelvianos que progresa a frecuente en la región cervical. Sin em-
osteoarticulares (displasia ósea, fusión paresia y parálisis, tremores cefálicos e bargo, se considera a menudo como
vertebral, ensanchamiento de vértebras hipermetría (Carmichael et al. 1993). un hallazgo incidental (King et al. 1958;
cervicales, poliartropatías y luxación co- La distrofia neuroaxonal fue descrita King y Smith 1960).
xofemoral) (Haskins et al. 1983; Braund inicialmente en 6 camadas de gatitos Entre 1981 y 2009 se publicaron 17
1994). Los gatos afectados tienen el domésticos de pelo corto, tricolores; los comunicaciones sobre EDIV que inclu-
maxilar más corto y la cara ensanchada, signos clínicos se iniciaron a las 5 o 6 yeron un total de 44 gatos clínicamente
depresión del dorso de la nariz, orejas semanas de edad e incluyeron tremo- afectados (Seim y Nafe 1981; Gilmore
pequeñas y opacidad corneal. También res cefálicos, sacudidas de la cabeza, 1983; Littlewood et al. 1984; Sparkes y
presentan espesamiento de las valvas incoordinación, hipermetría y ataxia de Skerry 1990; Bagley et al. 1995; Kathman
cardíacas y los vasos coronarios por el los miembros pelvianos, que progresa et al. 2000; Knipe et al. 2001; Muñana et
depósito de material de almacenamien- lentamente a la paraparesia/plejía. Se al. 2001; Lu et al. 2002; Jaeger et al. 2004;
to en el tejido conectivo fibroelástico. El observó una asociación con el color Marioni-Henry et al. 2004; McConnell y
examen neurológico suele ser normal. La del pelaje; en los animales afectados el Garosi 2004; Smith y Jeffery 2006; Marita-
hidrocefalia puede ser un hallazgo inci- manto era de color diluido. Era notoria to et al. 2007; Böttcher et al. 2008; Harris y
dental, debido a una absorción disminui- la atrofia del vermis cerebeloso, asocia- Dhupa 2008; Choi y Hill 2009). En base a
da de LCR por el espesamiento de las da a la pérdida de células de Purkinje la información proveniente de todas estas
vellosidades aracnoideas. Los animales y células granulosas. Una de las carac- comunicaciones, la herniación extrusiva
afectados pueden vivir mucho tiempo y terísticas histopatológicas observadas del DIV por enfermedad de Hansen tipo I
reproducirse (Haskins et al. 1983). fue la depleción neuronal en el ganglio se encontró en el 67% de los gatos afec-
La mucopolisacaridosis tipo VI se pro- espiral y el órgano coclear (Woodard et tados. La mediana y media de edad de
duce por una deficiencia de arilsulfata- al. 1974). El trastorno se ha denominado los animales fue de 8 años (rango 1.5 a
sa-B y resulta en una acumulación de distrofia neuroaxonal hereditaria felina y 17 años). El inicio de los signos clínicos
dermatan sulfato en el hígado, médula es similar a la forma juvenil de los huma- fue insidioso con un curso progresivo en
ósea, glóbulos blancos, músculo liso, nos (Siso et al. 2006). La distrofia neuro- el 70% de los casos. La hiperestesia es-
fibroblastos de la piel, córnea, válvulas axonal también ha sido comunicada en 3 pinal estuvo presente en el 92% de los
cardíacas y pericitos del sistema ner- gatos domésticos de pelo corto, con un gatos (Marioni-Henry 2010); otros signos
vioso central (Braund 1994, Summers et inicio de los signos clínicos entre los 7 clínicos incluyeron postura anormal,

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NEUROLOGÍA | Mielopatías en gatos

dificultad para colocarse en posición de se originan en los tejidos circundantes,


Fig. 14A
defecar y mantenerla (que puede resul- tales como quistes espinales subarac-
tar en constipación), renuencia a saltar, noides o malformaciones vertebrales
y cola baja. Estos signos progresaron (Lujan et al. 2003; Newitt et al. 2008).
a ataxia propioceptiva, paresia o plejía Son relativamente infrecuentes en los
(Negrin et al. 2009). Los discos más co- gatos y, cuando están presentes, no se
múnmente afectados fueron L4-L5, L7- manifiestan en forma sintomática (Ne-
S1, y T13-L1. La frecuencia de la EDIV grin et al. 2009). La mayoría de ellas se
Fig. 14B
en estas localizaciones podría deberse detecta al poco tiempo del nacimien-
a la postura y el rango de movimientos to, o cuando los gatitos empiezan a
de la columna del gato (Marioni-Henry caminar, con un inicio insidioso de los
2010). signos clínicos y un curso crónico que
La mielografía o lo tomomielografía puede empeorar con el tiempo. Las
son útiles para localizar y evaluar el gra- malformaciones congénitas pueden
do de compresión medular, pero la IRM ser simétricas o asimétricas, y consti-
es superior para detectar los cambios tuyen uno de los diagnósticos diferen-
intramedulares (edema/hemorragia) y ciales en los gatitos jóvenes.
la compresión de las raíces nerviosas La disgenesia sacrocaudal es una
(Muñana et al. 2001; Lu et al. 2002) (fig. 14). constelación de anormalidades congé-
El pronóstico para la recuperación fun- Figura 14. IRM realizada en nitas que se presentan frecuentemen-
cional depende del grado de severidad de secuencia T2 de un gato con te en gatos Manx o sus cruzas. Puede
la lesión. En caso de ausencia de nocicep- paraparesia no ambulatoria afectar las vértebras lumbares, sacras
ción profunda, en general se considera de presentación aguda. A) o caudales, y a menudo se encuentra
grave para el retorno de la función motora El corte sagital muestra una asociada a malformaciones medulares
voluntaria. En estos casos, históricamente imagen en espacio interver- como mielodisplasia, hidromielia y/o
se ha considerado que debe realizarse ci- tebral T13-L1 que desplaza siringomielia, meningocele o menin-
rugía descompresiva lo más rápidamente dorsalmente la médula espi- gomielocele y médula espinal ancla-
posible, entre las 24 y las 72 horas de pro- da (Leipold et al. 1974; Plummer et al.
nal; B) El corte transversal a
ducida la lesión. Sin embargo, un trabajo 1993; Shell 1998).
nivel del espacio muestra el
reciente realizado en perros concluyó que Otras enfermedades congénitas
disco extruido en el espacio
el 58% de los animales con herniación ex- que afectan la médula espinal de los
trusiva que habían perdido por completo
intervertebral T13-L1, des- gatos son lesiones seudoquísticas
la sensibilidad profunda, volvieron a ca- plazando dorsocentralmente como quistes aracnoideos espinales
minar en forma independiente, dentro de la médula espinal, compri- (Grevel et al. 1989; Shamir et al. 1997;
los 3 meses posteriores a la cirugía des- miéndola contra el techo del Galloway et al. 1999; Vignoli et al.
compresiva. Los autores sostienen que canal vertebral. 1999; Schmidt et al. 2007; Sugiyama y
el pronóstico para la recuperación está Simpson 2009), quistes epiteliales in-
fuertemente influenciado por la naturaleza tradurales (Lujan et al. 2003), quistes
precisa de la lesión inicial, independien- y senos dermoideos (Henderson et al.
temente de la ausencia de sensibilidad 1993; Tong y Simpson 2009), o malfor-
profunda y del tiempo transcurrido entre la maciones vertebrales que provocan
enfermedad extrusiva y la cirugía (Jeffery et descompresiva, mientras que en los ga- compresión medular, como hipoplasia
al. 2016). Si la cirugía no fuera efectiva, y la tos restantes se observó retención urina- del proceso odontoides con luxación
lesión no compromete a las motoneuronas ria e incontinencia urinaria permanente atlantoaxial secundaria, y exostosis
inferiores, el entrenamiento para desarrollar (Harris y Dhupa 2008). El tratamiento cartilaginosa múltiple (Shell 1998).
marcha espinal es una excelente alternativa. conservador (analgésicos, antiinflamato- La siringomielia es una cavidad con
La cirugía (descompresión dorsal/ rios, fisiatría, acupuntura) ha demostra- líquido anormal dentro del parénquima
hemilaminectomía) está asociada a un do buenos resultados en el 40% de los medular. La hidromielia es la dilatación
buen pronóstico cuando hay nocicep- casos (Marioni-Henry 2010). del canal central de la médula espinal,
ción pofunda (Muñana et al. 2001; Lu y a menudo ocurre conjuntamente con
et al. 2002), aunque se ha comunicado siringomielia (siringohidromielia) La
incontinencia urinaria y/o fecal residual Enfermedades siringohidromielia está asociada a alte-
(Muñana et al. 2001). En un estudio so- congénitas/hereditarias raciones del LCR, y suele ser secunda-
bre 6 gatos con EDIV lumbosacra, los ria a otras anormalidades congénitas,
signos clínicos mejoraron notoriamente Las malformaciones congénitas/he- enfermedades infecciosas o traumatis-
en el 67% de los casos dentro de las 2 reditarias incluyen las que se producen mos; se ha comunicado su presencia
semanas posteriores a la laminectomía en la propia médula espinal, y las que en gatos, aunque es rara (Bagley et al.

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Mielopatías en gatos | NEUROLOGÍA

2000). En un estudio se encontró sirin- cen un trastorno isquémico que puede penetración directa de fragmentos del
gohidromielia en el 1% (3/205) de los conducir a un infarto medular (Heyman núcleo pulposo en los vasos vertebrales
gatos con trastornos medulares con- et al. 1984; Garosi et al. 2005). Desde o en la médula espinal por el incremento
firmados por histopatología (Marioni- el punto de vista clínico, las enferme- de la presión intratorácica e intraabdo-
Henry et al. 2004). Los signos clínicos dades vasculares suelen causar signos minal que se produce al toser, durante el
incluyen hiperestesia espinal y paresia. unilaterales o bilaterales asimétricos sin esfuerzo, el ejercicio o un traumatismo;
La IRM es el método para identificar la hiperestesia espinal, son agudas o hipe- neovascularización inflamatoria crónica
lesión. El tratamiento se orienta hacia ragudas, con una evolución de minutos (arterial y venosa) del DIV degenerado;
la etiología primaria, pero la predni- a horas, y no progresivas. En general, la presencia de vasos embrionarios rema-
sona/prednisolona a 0.5-1 mg/kg/día progresión es muy rápida y los signos nentes en el interior del núcleo pulposo;
puede reducir el edema y la respuesta neurológicos empeoran velozmente du- y herniación mecánica del núcleo pulpo-
inflamatoria. rante las primeras 24 horas, y luego se so en el interior de los canales sinusoida-
Los quistes aracnoideos espina- estabilizan o mejoran (Wessmann et al. les venosos de la médula ósea vertebral
les son lesiones seudoquísticas, que 2008). El deterioro neurológico con pro- (Coradini et al. 2005; Pellegrino 2014b).
consisten en divertículos en el interior gresión de los signos luego del episodio Los signos clínicos se inician de forma
del espacio subaracnoideo que resul- vascular, es sugestivo de mielomalacia aguda o hiperaguda, y pueden progre-
tan en la acumulación de LCR, con la hemorrágica ascendente/descendente sar en las primeras 24 horas, para es-
consecuente compresión de la médu- (Neer 1992). La causa del deterioro es tabilizarse o mejorar luego; pueden ser
la espinal. No son verdaderos quis- multifactorial, incluyendo la formación de unilaterales o asimétricos, relacionados
tes, sino cavitaciones leptomeníngeas edema, acumulación de calcio intracelu- a la región donde se produce el episo-
ocupadas por LCR, y han sido comu- lar, producción de radicales libres y alte- dio vascular (Abramson et al. 2002).
nicados como causa de paresia en el raciones secundarias de la permeabili- Típicamente no hay evidencia de do-
gato (Shamir et al. 1997; Galloway et dad de la membrana celular (Wessmann lor, y las intumescencias parecen tener
al. 1999; Vignoli et al. 1999). Otro es- et al. 2008; Pellegrino 2014b). una mayor predisposición a lesionarse
tudio documentó un quiste intradural Los trastornos vasculares que afectan (Abramson et al. 2002; MacKay et al.
revestido de epitelio a nivel cervical la médula espinal de los gatos represen- 2005; Mikszewski et al. 2006). El diag-
caudal en una gata Birmana de 2.5 taron el 9% en un estudio postmortem nóstico definitivo requiere confirma-
años (Lujan et al. 2003). La ubicación de 205 gatos con enfermedad medular ción histopatológica (Mikszewski et al.
de estas formaciones seudoquísticas confirmada por histopatología; las lesio- 2006), motivo por el cual el diagnóstico
es variable, y pueden alojarse en cual- nes halladas fueron difusas y generali- ante mortem consiste en la eliminación
quier región medular. Se desconoce zadas en la mayoría de los casos (7%), de otras causas de mielopatía aguda.
su etiología, pero puede relacionarse y consistieron en malacia, vasculopatías, El análisis de LCR puede revelar pleoci-
con traumatismos previos, inflamación hemorragia o trombosis, en porcentajes tosis neutrofílica y aumento de las pro-
y malformaciones congénitas (Vignoli similares. En el 2% restante se observó teínas (Scott y O´Leary 1996; MacKay
et al. 1999). Los gatos afectados son malacia focal y, aunque no se confirmó et al. 2005), pero tales hallazgos son
jóvenes, con un rango de 2 a 7 años. la causa, se sospechó de trauma, EDIV inespecíficos. La IRM es el método más
El inicio de los signos es insidioso y el o mielopatía embólica fibrocartilagino- sensible para el diagnóstico, caracte-
curso crónico e inicialmente progresi- sa (Marioni-Henry et al. 2004). En un rizándose por la presencia de señales
vo, aunque se autolimitan en algunas estudio de hallazgos por IRM en 92 ga- hiperintensas en las secuencias ponde-
semanas (Shamir et al. 1997). El diag- tos con signos clínicos de enfermedad radas en T2, y señales levemente hipo
nóstico debe hacerse mediante mie- medular, los hallazgos consistentes con o isointensas en las secuencias ponde-
lografía, tomomielografía o IRM. Los mielopatía isquémica se observaron en radas en T1 con sutil realce luego de la
tratamientos quirúrgicos comunicados el 6.5% de los animales (Gonçalves et aplicación de la sustancia de contraste,
han sido exitosos, con una recupera- al. 2009). luego de 3 a 7 días posteriores al inicio
ción completa, aunque pueden quedar La mielopatía embólica fibrocartila- del cuadro clínico (MacKay et al. 2005).
leves deficiencias residuales (Shamir ginosa se ha descrito en muchas espe- El tratamiento es de sostén y el pronós-
et al. 1997; Galloway et al. 1999; Lujan cies, incluido el gato (Turner et al. 1995; tico es reservado a favorable, depen-
et al. 2003). Scott y O´Leary 1996; Abramson et al. diendo de la localización de la lesión y
2002; Mikszewski et al. 2006), aunque su la severidad de los signos clínicos. Se
Enfermedades vasculares presentación en esta especie es rara. En debe intentar mantener una buena per-
este trastorno, el infarto isquémico me- fusión medular mediante fluidoterapia
Las enfermedades vasculares pueden dular se produce debido a la oclusión de adecuada, manejo de la vejiga urinaria
ser hemorrágicas, que resultan en la for- la luz vascular por material fibrocartilagi- y cuidados de enfermería. Una vez es-
mación de hematomas; o isquémicas, noso, probablemente originado del DIV tabilizado el gato, la fisiatría puede co-
que se producen por la oclusión de la (Negrin et al. 2009). Varias teorías han laborar en la rehabilitación. En los gatos
luz de los vasos por un trombo o un ém- intentado explicar el modo en que ese que mejoran, la evolución se observa
bolo. Si son lo suficiente severas, produ- material entra a la circulación medular: dentro de las 2 a 6 semanas posteriores

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NEUROLOGÍA | Mielopatías en gatos

al inicio del cuadro clínico (MacKay et res, todavía es posible observarlas de exclusivamente con carne (Tomsa et al.
al. 2005). vez en cuando. 1999). Una dieta deficiente en calcio
Un estudio comunicó la presencia de La hipervitaminosis A causa una afecta principalmente a los animales
malformaciones vasculares intraó- osteopatía metabólica en gatos que en crecimiento, que poseen altos re-
seas, que provocan compresión me- se alimentan a base de hígado por querimientos para el crecimiento óseo,
dular. Esta patología se describió en períodos prolongados, de meses a y mínimas reservas. En respuesta a la
3 gatos jóvenes de 15 a 20 meses de años (Goldman 1992). Esta osteodis- hipocalcemia se produce un aumento
edad con una historia de 3 a 12 meses trofia metabólica se caracteriza por de secreción de hormona paratiroi-
de paraparesia crónica progresiva, res- la presencia de osteofitos y exostosis dea, que resulta en incremento de la
ponsiva parcialmente a corticosteroides. alrededor de las articulaciones, ten- resorción ósea, reabsorción renal de
Radiológicamente se observó disminu- dones, ligamentos y cápsulas articu- calcio y excreción de fosforo y sínte-
ción de la densidad ósea y áreas de lisis lares, afectando más comúnmente a sis renal de vitamina D activa. Los sig-
del cuerpo vertebral; mielográficamente las vértebras cervicales y torácicas nos clínicos reflejan los efectos de la
se observó un severo patrón extradural. (Polizopoulou et al. 2005). Al princi- osteopenia severa y la hipocalcemia,
La lesión microscópica consistió en una pio, la hiperplasia ósea involucra las que pueden provocar fracturas verte-
proliferación vascular con una canti- vértebras cervicales craneales, pero brales espontáneas; los gatitos afecta-
dad variable de músculo liso, entre un con la progresión de la enfermedad dos también pueden tener espasmos y
estroma de tejido conectivo separado las articulaciones entre las vértebras convulsiones. El diagnóstico presunti-
por trabéculas óseas con osteoblastos cervicales y entre las vértebras torá- vo se establece en base a la edad y
y escasos osteoclastos. A pesar de la cicas craneales pueden coalescer y a la historia de alimentación (Tomsa et
agresividad de las proliferaciones vas- causar una anquilosis ósea completa. al. 1999; Negrin et al. 2009). La palpa-
culares, los autores consideraron esta La toxicidad de la vitamina A también ción de la mandíbula puede revelar la
condición como una anomalía de desa- provoca disminución de la síntesis pérdida de consistencia ósea (“man-
rrollo, en base a la apariencia bien dife- de colágeno y ruptura de la inserción díbula de goma”). Las radiografías
renciada de los vasos sanguíneos (Wells musculotendinosa en el periostio du- simples demuestran la osteopenia y,
y Weisbrode 1987). rante la actividad muscular. Los signos eventualmente, las fracturas espontá-
Otro estudio describió una mielopa- clínicos al inicio de la intoxicación con neas. En el suero se puede encontrar
tía secundaria a fístula aorto-cava en vitamina A incluyen dolor, rigidez cer- hipocalcemia y amento de los niveles
un gato de 15 meses de edad con una vical con reducción de la movilidad y de parathormona. La corrección de la
historia de paraparesia progresiva de debilidad en los miembros torácicos a dieta mejora los signos clínicos (Tomsa
3 meses de duración. Mediante eco- causa de la anquilosis ósea y la com- et al. 1999).
grafía abdominal se pudo identificar presión radicular. En estadios posterio- La mielopatía asociada a la defi-
una gran dilatación aneurismática de res, las lesiones pueden progresar a ciencia de cobalamina provoca ataxia
la vena cava caudal y un vaso anó- parálisis. La evidencia radiológica de de los 4 miembros, que puede evolu-
malo proveniente del mismo vaso. La
hipervitaminosis A puede detectarse cionar a tetraparesia, con reflejos es-
mielografía, la angiografía y la TC con-
después de 15 semanas de someter a pinales normales. Se ha comunicado
trastada confirmaron un engrosamiento
gatitos a una dieta inducida (Seawright en un gato de 9 años de edad con una
del plexo venoso vertebral, secundario
y English 1967). No existe tratamiento historia de pancreatitis crónica que
al aneurisma de la vena cava caudal,
alguno, y la única forma de detener la provocaba una insuficiencia pancreáti-
asociado a un vaso anómalo fistuloso
progresión de la enfermedad es corre- ca exócrina, asociada a deficiencia de
comunicante con la aorta, causando
gir la dieta. El pronóstico es grave para cobalamina y ácido fólico (Salvadori et
una compresión medular ventrolateral
la recuperación funcional en los casos al. 2003). La histopatología mostró de-
bilateral desde T12 a L4. Se intentó
con lesiones más severas, aunque al- generación bilateral y simétrica de la
una cirugía, sin éxito. La necropsia
gunos signos neurológicos pueden lle- sustancia blanca, con las lesiones más
mostró degeneración walleriana (Kube
gar a atenuarse con la corrección die- severas en el centro del cordón dorsal
et al. 2004).
tética (Polizopoulou et al. 2005). de los segmentos cervicales y cervico-
El hiperparatiroidismo secundario torácicos. La insuficiencia pancreática
Enfermedades nutricional debido a una deficiencia exocrina bloquea la producción del
nutricionales/metabólicas dietética crónica de calcio resulta en factor intrínseco, que permite la absor-
un incremento de los niveles séricos de ción de cobalamina en el hígado y, en
En la actualidad, con la utilización parathormona y a una resorción ósea el gato, es producido exclusivamente
masiva de alimentos balanceados, es acelerada. Es un trastorno raro, que en el páncreas. Probablemente, la in-
infrecuente observar enfermedades nu- ya no se observa con frecuencia por suficiencia pancreática exócrina de
tricionales o metabólicas que afecten la la utilización masiva de alimentos ba- este gato y la deficiencia de cobalami-
columna vertebral de los gatos. Sin em- lanceados de calidad (Marioni-Henry na hayan causado la mielopatía en este
bargo, en algunos sitios con condiciones 2010). En el pasado, este trastorno se caso, tal como sucede en los humanos
socio-económicas y culturales particula- ha comunicado en gatitos alimentados (Salvadori et al. 2003).

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