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PEDAGOGIA DE
LA DESESPERANZA
Introducción
I. Escuela y comunidad
II. Los docentes y la relación escuela-comunidad
III. El proceso pedagógico
IV. El rendimiento escolar
V. El rol cultural de la escuela
Presentación
I. Escuela y comunidad
II. El tiempo y la cultura escolar
III. Marginalidad y trabajo infantil: hacia una
pedagogía de lo lúdico
IV. La transición de primaria a secundaria
V. Política y pedagogía
VI. Enseñanza de las ciencias sociales
VII. La capacitación de los maestros en contextos
marginales urbano
Marginalidad urbana y educación formal *
*
Este trabajo fue realizado con la colaboración de francisco Parra y María Elvira
Carvajal y publicado en UNESCO-CEPAL-PNUD, proyecto desarrollo y
Educación en América Latina y el Caribe, Fichas /14, buenos aires argentina
INTRODUCCIÓN
1
Aníbal Quijano, "Redefinición de la dependencia y proceso de marginalización en
América Latina", en A. Quijano y F. Weffort, Populismo, marginalización y
dependencia, Educa, Costa Rica, 1976, p. 294.
2
Véase por ejemplo, Larissa Lomnitz, Cómo sobreviven los marginados, México,
Siglo XXI, 1975, y "Organización social y estrategias de sobrevivencia en los
estratos marginales urbanos de América Latina", E/CEPAL/PROY. 2/R.24,
septiembre de 1979. Sobre las relaciones entre la población marginal y la cultura
global a través de ciertos intermediarios, pueden verse algunos aspectos en el
estudio de María Teresa Sirvent, Cultura popular y educación en Argentina,
UNESCO-CEPAL-PNUD, proyecto "Desarrollo y Educación en América Latina y
el Caribe", Fichas/7, Buenos Aires, diciembre de 1978.
etc.), y los sectores marginados, representados tanto por los niños
que concurren a la escuela como por los excluidos y las
respectivas familias.
Así, por ejemplo, en casi el 90% de los casos, las familias cuentan
con ambas figuras paternas y sólo en un 10% la madre aparece
como figura única. Además, cerca del 70% sostiene que sólo
trabaja el padre y que la madre se ocupa de las tareas domésticas
en su casa. Asimismo, los niños ofrecen una visión donde la
familia juega un fuerte papel de apoyo a la tarea escolar: alrededor
del 70% de los niños afirma que sus padres revisan los cuadernos
escolares, los ayudan en sus tareas y mantienen contactos
regulares con sus maestros.
3
Sobre estos aspectos, una investigación llevada a cabo sobre 500 alumnos de
tercer grado de escuelas de barrios populares de Bogotá, en la cual se encuesto a las
madres, reveló que el 86% de los niños no había realizado ningún trabajo
En conjunto, este panorama aparece como la versión opuesta a la
brindada por los docentes. Tal como ya fuera expresado, ellos
perciben a las familias de los alumnos como escasamente
colaboradoras con el trabajo pedagógico (sólo concurren a la
escuela cuando son citados y, en muchos casos, ni siquiera así), y
tienden a asignarles rasgos de desorganización muy altos tanto en
lo ocupacional como en lo actitudinal.
remunerado pero que casi todos ellos hacían trabajos domésticos en su propia casa.
Este estudio también permitió verificar que no existe relación entre rendimiento
escolar de los niños y presencia de la figura paterna, como tampoco con la cantidad
de hermanos o de miembros de la familia. Véase Ethel Rodríguez Espada y Stella
Vecino, Los escolares de los barrios populares de Bogotá: una reserva de talentos,
Bogotá, ICOLPE, ASCOFAME, CENDIP, 1974.
4
El estudio sobre el sector docente colombiano en diferentes contextos
socioeconómicos reveló que aquellos que se desempeñan en las áreas marginales
urbanas son los que menos intensidad muestran en cuanto al trabajo con la
comunidad. Véase Rodrigo Parra Sandoval, La profesión del maestro y el
desarrollo nacional en Colombia. Un estudio exploratorio, UNESCO-CEPAL-
PNUD, proyecto "Desarrollo y Educación en América Latina y el Caribe",
Fichas/16, Buenos Aires, 1981.
5
Sobre este aspecto, las observaciones efectuadas permiten señalar un hecho
interesante: la demanda pedagógica más clara que pudo percibirse fue la relativa al
aprendizaje de la lectoescritura en los primeros grados. Como se sabe, los
programas oficiales asignan los primeros meses a tareas de aprestamiento que, en
general, no se cumplen tal como está estipulado en ellos por falta de material; ese
para efectuar reproches sobre comportamientos desajustados o
solicitar ayuda financiera para la escuela. En este contexto, los
actores se comportan con un grado muy alto de desconfianza
mutua. Los docentes presuponen que los padres no tienen nada
que decir sobre su trabajo y que, además, son responsables del
fracaso pedagógico de los niños. Los padres, a su vez, estarían
percibiendo la escuela como una institución donde se combinan
elementos sagrados con otros relativos al escaso nivel de
conciencia acerca de las posibilidades y derechos que a ellos les
asisten para plantear demandas por un servicio más adecuado.
6
Un estudio realizado sobre escuelas primarias del Distrito Federal de México,
donde se aplicaron también técnicas de observación etnográfica y entrevistas
semiestructuradas a los docentes, arribó a conclusiones similares acerca de las
actitudes de fatalismo e indiferencia hacia los resultados del proceso de enseñanza
en niños de origen social bajo. Véase Beatriz Ramírez, "La enseñanza diferencial
de la lecto-escritura y su relación con factores socioeconómicos", Simposio sobre
el magisterio nacional, vol. II, Cuadernos de la Casa Chata, N° 30,1980.
escuela, por su parte, también se ocupa de reforzar esta imagen
ratificando el esfuerzo familiar y agregando su propia
participación en este proceso; en buena medida, el discurso de los
docentes tiende a asumir el mismo carácter que el discurso
paterno, de manera tal que, frente al niño, padres y maestros
tienden a presentarse como los adultos que brindan sus esfuerzos
para que el niño tenga la posibilidad de triunfar en el futuro.
7
En este aspecto, las composiciones infantiles muestran a la educación como la vía
a través de la cual se puede tener acceso a la posibilidad de "ser millonario",
"conocer otros países", "tener auto", "ser una persona importante", "ser famoso",
etc.
fracaso escolar tiende a ser atribuido al niño o a la familia (o,
incluso, a algún docente en particular), pero nunca al
funcionamiento o las características de la institución escolar, a su
dinámica interna, a su organización, a sus diseños curriculares, etc.
En este sentido, la educación —en tanto es concebida como llave
maestra del éxito social— no puede ser cuestionada en sus
aspectos centrales. Se constituye en una especie de factor
'intocable' y sagrado que está al margen de las transformaciones: o
se la incorpora tal como existe o se fracasa.
8
Véase la nota 5.
que oscila entre dos grandes categorías: la metodología tradicional
y lo que podríamos denominar la 'anomia metodológica', que se
caracteriza por la no aplicación de alguna pauta definida, la
mezcla de criterios diferentes y, en definitiva, el total desorden
desde el punto de vista del manejo del proceso de aprendizaje.
10
Rodrigo Parra, op. cit.
enfrentar la realidad cotidiana del aula y, mucho más, de un aula
poblada con alumnos que tienen una dotación relativamente baja
del capital cultural exigido para el desempeño escolar, escasos
estímulos y apoyos externos, etc. Enfrentado a esta situación, el
docente realiza un verdadero aprendizaje didáctico en el mismo
proceso de trabajo y los agentes educadores son, probablemente,
los docentes más antiguos y con más experiencia. Estos docentes,
por supuesto, son los que se ajustan (por formación profesional y
por el largo condicionamiento institucional que han vivido) a las
pautas más tradicionales. No es extraño, entonces, comprobar que
la gama de actitudes observadas guarda una correlación bastante
estrecha con la edad: los maestros más 'anómicos'
metodológicamente suelen ser los jóvenes mientras que los que
siguen una pauta metodológica definida, aunque de corte
tradicional, son los más antiguos. El papel educativo de los
docentes antiguos frente a los jóvenes se refuerza, además, por el
éxito que las formas tradicionales de enseñanza tienen frente a la
falta total de metodología.
Sería muy importante, para una sociología del rol docente, poder
seguir la evolución 'pedagógica' de los nuevos docentes en el
marco de un desempeño profesional que se caracteriza por la falta
de formación científica sistemática, por la ausencia de conducción
y asesoramiento pedagógico orgánico y por la pobreza de medios
materiales y de estímulos (materiales y/o sociales) para el
desempeño en áreas críticas. No sería raro encontrar que las
alternativas más frecuentes son el abandono de la profesión para
pasar a una etapa ocupacional más avanzada (la realización de
estudios universitarios plantea la existencia de expectativas de
abandono a mediano plazo) o la progresiva adaptación a
modalidades de trabajo que se ajustan a las pautas tradicionales.
11
Un análisis similar puede verse en Blanca M. de Álvarez, "Los errores
ortográficos más frecuentes en composiciones escritas por niños de primero y
segundo años de primaria en México", en Revista del Centro de Estudios
Educativos, México, vol. VII, N° 4,1977.
cuadro 3 tipos de errores ortográficos por grado
14
Véase Eric J. Hobsbawn, "Las clases obreras inglesas y la cultura desde los
comienzos de la revolución industrial", en Niveles de cultura y grupos sociales,
Siglo XXI, México, 1977.
estructura social. En este sentido cabe preguntarse por el papel de
la escuela en su calidad de intermediario entre ambos órdenes
culturales.
15
Véase Larissa Lomnitz, op. cit., p. 34
intervalos de cesantía"16.
16
16 Op. cit.
Desde este punto de vista, el hecho mismo de la existencia de la
escuela y la asistencia escolar marca un acercamiento cultural
cualitativamente distinto de la desvinculación anterior. Sin
embargo, el vínculo se caracteriza, tal como se pudo apreciar en el
capítulo precedente, por un grado muy bajo de productividad.
Dicho en otros términos, el vínculo sólo permite, en muchos casos,
materializar la exclusión y el rechazo. Una hipótesis explicativa de
la escasa productividad de la acción pedagógica escolar puede ser
postulada a partir, precisamente, de la distancia que existe entre la
cultura escolar y la cultura de los niños marginales. En este
sentido, resulta nuevamente útil retomar algunos conceptos de
Bourdieu y Passeron. Siguiendo su línea de análisis, podría
postularse que en América Latina no existe un mercado unificado
donde constituir el valor simbólico y económico de los productos
de las diferentes acciones pedagógicas. La segmentación que
caracteriza la estructura social se expresa tanto en el mercado de
trabajo como en el mercado cultural y es por ello que las
posibilidades de aprendizaje cultural son bajas, ya que el
aprendizaje realizado en un segmento no tiene posibilidades de
verificarse (a través de sanciones positivas) en el otro, y viceversa.
El ejemplo citado en el primer capítulo acerca del niño que fue
sancionado en la escuela por robar y en su familia por haber sido
descubierto cuando robaba muestra este rango en su forma más
extrema.
17
Fue notorio observar en las escuelas el hecho de que la conducción real del
establecimiento recae siempre en un maestro varón, aunque la dirección formal esté
a cargo de personal femenino.
nivel de disociación con respecto al contexto mucho mayor que
los varones; evidencian de esta forma que a su situación social
general agregan algunos elementos que provienen de su condición
femenina.
*
Trabajo realizado en el Centro de Investigaciones de la Universidad Pedagógica
Nacional y con el auspicio económico de Colciencias, 1986.
Presentación
Por otro lado, están los niños callejeros, aquellos a quienes sus
familias o protectores no dispensan una atención especial o han
renunciado a hacerlo ante la rebeldía del muchacho. También aquí
se expresa, generalmente de parte de las mujeres, un interés
porque el niño o la niña estudien par que sea algo en la vida...,
para que pueda trabajar después en algo y no se quede por ahí de
vago como tantos por aquí... Sin embargo, la principal expectativa
de estos sectores es que la escuela cumpla funciones de guardería
o de correccional para los niños. Es decir, que sea un lugar en el
que los niños estén recluidos una parte del día y en el que se les
corrija ya que en la casa ya no se puede con ellos..., es preferible
que estén allá, algo aprenderán, y no en la calle buscando líos y
haciéndonos sufrir...
Retardos
Primera jornada
Son las 7:35 de la mañana. Los niños entraron a la escuela
alrededor de la 7:00, pero hasta el momento no comienzan clase.
Se encuentran en sus respectivos salones. A esta hora las
profesoras toman el sol.
7:38 Las profesoras entran a los salones.
7:40 Salen las profesoras, se reúnen en la dirección para leer unos
cuentos escritos por los niños y elegir algunos para enviar a un
concurso nacional. Mientras tanto, los niños permanecen solos
jugando y haciendo desorden.
9:15 Tocan la campana para salir a recreo. Hasta el momento no se
ha dictado clase.
10:15 Suena la campana indicando que ha finalizado el recreo.
Los niños hacen fila y después recogen basuras del patio. Antes de
regresar a los salones la directora pone a gritar a los niños para que
boten energía.
10:25 Entrada a los salones.
Los niños se reparten en grupos que se identifican con nombres de
países. Se trata de un concurso en el que gana quien más
respuestas acertadas dé. No se califica.
Te damos las gracias Señor por las manos. Damos caricias, damos
abrazos, cojemos las cosas y hacemos regalos.
(Dirigiéndose a un niño que está distraído):
¡Usted! Mire: un niño que no da amor, que no aprende, está
perdido. Cuando un niño no pone atención es porque está
enfermo. Así pues que atienda. Podemos dar abrazos, porque Dios
nos dio las manos. (Dirigiéndose a otra niña que reía):
(Voz fuerte): ¡Quieta!! Te comportas como si no fueras una
persona. ¡¡¡Y no amas a Dios!!! Y quien no ama a Dios no ama a
nadie. ¡¡GRAVE!! mija. Se ve que ustedes no tienen ningún
respeto por los demás. Y eso es gravísimo.
Bueno, espero que la próxima vez que venga estén más juiciosos.
Es que a ustedes no les enseñan.
Finaliza la clase.
11:45 Sale la catequizadora y los niños se quedan conversando
entre sí y riéndose.
11:50 Tocan la campana que indica fin de la jornada. Los niños
salen.
Segunda jornada
Tercera jornada
1. Trabajo e infancia
Por ahora cabe destacar los tipos de trabajos que realizan los
niños) la forma en que esta situación los afecta. Los niños de las
escuelas de barrios marginales llevan a cabo tres tipos de trabajo:
oficios domésticos trabajo familiar no remunerado y trabajo
remunerado.
Otro tipo de trabajo de los niños es el que realizan con sus padres
ya sea en un pequeño negocio o taller propios o colaborando en
sus quehaceres cuando trabajan como obreros o empleados. Este
trabajo generalmente se realiza además de las labores domésticas y
tiene las mismas implicaciones de limitación del tiempo que el
niño debería dedicar a la vida académica y a la diversión.
Sin embargo hay que señalar cómo en comparación con los oficios
domésticos, la dedicación a estas labores conlleva una cierta
satisfacción para el niño al sentir que está aprendiendo un oficio
que más adelante le va a permitir subsistir. A continuación se
presentan algunas descripciones que los niños hacen de su trabajo:
"Yo le ayudo a mi mamá a vender las frutas".
"Yo por la mañana me levanto muy temprano para abrirle a los
obreros
y por la tarde tengo que trabajar en la carpintería ayudando a
pulir, a lijar,
a ordenar la madera. A mí no me pagan porque yo vivo allí con mi
mamá,
ella es la que cuida".
"Yo le ayudo a mi papá en la zapatería".
"A mí me toca en la casa lavar ropa de la que a mi mamá le
encargan
porque ella no alcanza a hacer todo".
Trabajo remunerado
2. El significado de la escuela
"Mi mamá me dice que tengo que estudiar para aprender porque o
si no después cómo voy a trabajar, y que si no estudio tengo que
trabajar duro, por obligación, como esos señores del campo que
no estudiaron. A ella le parece muy bonita la escuela y me dice
que si no estudio yo no soy nada en la vida.
Yo las tareas empiezo a hacerlas por la noche, a las seis. Antes no
puedo hacerlas porque me dijeron que no podía perder tanto el
tiempo, perder un día de trabajo y que si no, pues qué iba a hacer
en la vida. Entonces por la noche hago todas las tareas".
Yo espero que mis hijos sean gente útil, que con lo que yo les
puedo ofrecer, comparándolo con mis alumnos tiene que ser
superior. Por la misma formación mía intelectual, por la
comprensión que hay, por la misma participación de ellos como
personas. Que además de que ellos se preparen y sean útiles a la
sociedad, se proyecten de la misma forma incidiendo sobre las
personas que los rodean.
De mis alumnos, en general, espero que sean gente honrada. Yo
no puedo esperar que mis alumnos sean médicos, sean
astrónomos, porque eso sería muy subjetiva. Yo sé que los niños
de acá muy pocos van a seguir y se van quedando...".
Los distintos tipos de trabajo que el niño debe realizar a diario, así
como la actitud de padres y maestros frente a su educación,
generan la significa-i don que la escuela tiene para el niño y la
función que ésta cumple.
"Mi mami casi no nos deja salir. A mí lo que más me gusta del
barrio es cuando está despejadito porque cuando pasan muchos
carros uno no puede hablar ni nada.
2. La relación maestro-alumno
Estas son sólo algunas de las muchas alusiones que hacen los
alumnos respecto a este problema. Si se recuerda la vida
académica que los niños llevan en la escuela primaría, en donde
están expuestos a ella solamente un quinto del tiempo teórico y en
donde sus responsabilidades escolares son menores, es obvio que
la nueva situación se torne verdaderamente abrumadora para los
estudiantes.
Maestra 1.
"...La política tiene que ver mucho con los maestros porque la
política seguida en un determinado Estado son las bases
fundamentales para que el Estado flaquee en su conjunto o para
que siga adelante, para que salga triunfante. Entonces el hecho de
que los maestros trabajen en el campo político, y ahí es donde ha
habido una mala interpretación, de la política como conformación
misma de un Estado a la política que tiene el color partidista que
ésas son las dos cosas que se confunden normalmente: la política
como partidos políticos; los partidos tienen que surgir a partir de
la política, de la misma formación política que tiene el Estado. De
ahí que sus estamentos con que van a trabajar son valiosísimos,
son importantes los criterios que se tengan a partir de eso para
trazar diferentes plataformas que se empeñe ese grupo o ese sector
político en desempeñar esa labor. Entonces nosotros vemos que el
problema es de los políticos de momento, como estén
desorientando esos fundamentos que se ha trazado el mismo
partido. Ahora: el maestro en política, el hecho de plantear
determinados criterios, sugerir, eso es política, porque hay un
interés común que le va a servir en general al Estado, por ejemplo
(un ejemplo sencillo), la preocupación porque se levanten las
aulas, porque se doten. Eso es una forma de manifestar, en
política, lo que se quiere: un bienestar para la educación. Que eso
se va a transmitir a nivel nacional, a nivel general y eso es
política: buscar el bien común... El maestro ve en sus alumnos
ciertas necesidades específicas y eso lo lleva a un partido político.
Esas necesidades son apremiantes y entonces por ejemplo a través
de los politólogos que son los que directamente trabajan con esto
ven las necesidades y tratan de formar, si no nuevas, de
reestructurar lo que fue creado en un comienzo debido a la misma
evolución que se ha dado. De ahí que yo vea el problema de que
en determinados grupos no funcionen por la distorsión que hay o
por tratar de implantar criterios tradicionales que normalmente
con la misma evolución de la Humanidad tienen que ir también
cambiando o por lo menos en el fondo si no van a cambiar se
adecúen a las situaciones. Por ejemplo: si nosotros estamos
terminando el siglo XX, una política por ejemplo en este
momento, de Fecode, es tratar que la educación realmente sea
pública, no se privatice. Sin embargo, un partido tradicional
llámese liberal o conservador, ha visto con mejores ojos la
educación impartida por el Clero. Entonces en este momento de lo
que se trata es de rescatar eso, que por el contrario se está es
quedando empantanada ahí en el mismo sentido de quedarse ahí
en el campo privado y quedar en el Clero. Entonces eso es lo que
se trata de arrancar y que los gobernantes de turno tomen
conciencia de eso y le dediquen más interés a la educación
pública..."
Maestra 2.
Maestra 1.
"Primero que todo hago resaltar los valores que tienen las
personas que los rodean empezando por la familia y la escuela.
Entonces esa es prácticamente la noción de sociedad, cómo es que
una familia y ese conjunto de familias vienen a constituir una
comunidad y ese conjunto de comunidades constituyen una
sociedad, que sería lo que vendría a formar el mismo Distrito o,
más amplio, el Departamento, la Nación y al mismo tiempo cómo
es que se vive en los diferentes sitios debido al calor, al frío, por
qué ese tipo de relaciones, cuáles son las relaciones entre unos y
los otros, cuál es su medio de vida. Entonces todo esto es lo que
arranca del concepto mismo de naturaleza que es de donde
arranca precisamente lo de sociedad, yo lo tomo por ahí porque de
todas maneras son medios en que vive la gente. Eso sería lo
fundamental respecto a la enseñanza de lo que es la sociedad. Por
ejemplo ellos hacen el estudio comparativo de los animales que
viven en el agua, los animales que viven en la tierra, los animales
que vuelan, cuáles son sus características comunes. Entonces ese
medio de vida va a implicar en el hombre ya como ente social,
como unidad social y desde ese punto de vista cómo es que el
hombre emplea esos medios naturales que hay, que se vale de
ellos y en qué forma se propaga respecto a todos los miembros de
su familia y cómo se proyecta a los demás miembros de otras
familias. Entonces por qué hay comunidades que tienen normas
comunes, que siguen las mismas reglas. Entonces entramos a
hablar de las comunidades religiosas, políticas, de las
comunidades escolares, cuáles son los fines comunes que tienen
los niños cuando vienen a la escuela, cuáles son los fines comunes
que tienen los padres al mandar sus niños a la escuela, cuáles son
los fines de nosotros los maestros y quienes nos dirigen. Entonces
en segundo curso como es más restringido dadas las capacidades
que los niños tienen, entonces se hace el estudio a nivel de la
escuela, a nivel hogar y luego con el desplazamiento de lo que es
su barrio: qué hay en el barrio, para qué nos sirve, si es útil o no.
más o menos de eso se trata. Lo que se busca con esto es que, por
una parte, los niños aprendan a valorar lo que tienen alrededor y al
mismo tiempo aprendan a desechar lo que sería negativo en su
formación y ahí lo vemos hoy ellos mismos criticando a los
ladrones, a los drogadictos. Los niños no desconocen que en su
medio hay estos problemas. Pero se necesita el refuerzo del
maestro en la inculcación de esos principios morales, sobre todo
preventivos para la salud".
Maestra 2.
"Yo les hago ver su ambiente, tan agresivo y tan duro. El por qué
están tan jodidos ellos siendo que sus padres trabajan tanto. Eso
les transmito. Que entiendan por qué sus papas tienen que estar 10
y 12 horas trabajando y apenas les alcanza para un agua de panela
mientras las clases favorecidas de nuestro país están disfrutando
de todo a costillas del trabajo asalariado del pobre. Yo lo que les
hago ver es cómo se ha desarrollado la Humanidad a través de
siglos y siglos de existencia. Y cómo ha tenido que seguir
luchando y luchando por obtener algo de provechito. Y sin
embargo a pesar de tantas cosas estamos de todas maneras tan
detenidos, tan en malas condiciones como están ellos, como
estamos los maestros, como estamos todos. Yo les explico todas
estas cosas a mis alumnos en las clases. Cuantas veces puedo, les
explico, por ejemplo les digo que el río Magdalena está podrido,
está vuelto nada, pues les explico por qué, porque todas las
industrias, las fábricas están botando todo ese mugre ahí y no les
importa y por qué el pobre pescador está tan fregado que ni
pescados tiene para comer porque está totalmente dañado su
medio, porque lo ha ayudado a matar él por ignorancia. Es que
mejor dicho la condición socioeconómica del ser humano está en
todas las materias y si todos los maestros hiciéramos esto la gente
estaría más despierta".
Maestra 1.
"...Yo tengo que reconocer que todo lo que uno ve y conoce, sea
bueno o malo, es parte de la misma universidad de la vida que se
hace uno. Hay que tomar esas cosas como parte íntima de la
misma formación del maestro que vendría a repercutir en la
misma calidad de la educación porque todo esto que se aprende no
sólo a través de los libros sino viviendo, le va a permitir tener un
punto de vista más crítico, más analítico, más de exploración. Yo
quiero que mis alumnos sean críticos, es decir, que sean de buen
acoplamiento, que no sean personas explosivas, sino calculadoras,
que tengan esa capacidad de análisis, que traten de interpretar
cada una de las cosas, cada ser, dándole sus valores no
criticándolo desde el punto de vista negativo sino reconociendo
los dos factores y que lo tomen como un ser humano. Yo pienso
que una persona es crítica cuando valora a las personas aún con
todos sus defectos y cualidades, las valora como seres humanos,
aprende de ellos y es capaz de, mediante la sinceridad, hacerles
ver cuándo está fallando y cuáles serían los correctivos. A los
niños hay que hacerles conciencia y a la gente, porque no
podemos desconocer que hay gente adulta que parecen robots.
Entonces pues hay diferentes maneras de hacerles conocer esto a
los niños. La forma que yo utilizo normalmente es la que arranca
de ellos mismos. Ellos tienen que hacer en un momento dado una
investigación y sobre esa investigación trabajamos. Ellos dan
opiniones sobre por ejemplo qué es lo positivo o lo negativo de tal
o cual situación, por qué. Para mí ha sido muy importante poner
este tipo de trabajos sobre todo de tipo social; que ellos hablen
con los papas por ejemplo en el día del trabajo, los niños llegan a
contar las experiencias de sus papas, que al uno le tocó vender
aguacates porque no consiguió trabajo como ladrillero o como
constructor, o que lo echaron, o que el gobierno debería
preocuparse por darles trabajo. En fin, palabras salidas de los
mismos niños. Entonces qué más proyección, qué más
iluminación puedo darle a estos niños si ellos mismos están
viviendo y con su familia, están comentando ya esta situación.
Ahora: es muy difícil ir a disfrazarla; además, por qué habría que
disfrazarla si es algo de lo que uno vive y de lo que uno es. Esto
es algo que yo discuto mucho con los compañeros que pertenecen
a los partidos tradicionales, que son conservadores o liberales".
Maestra 2.
Maestra 1.
"En el campo general, pues hay los aportes que se den y que se
lleven y que infortunadamente no se acogen porque no están de
acuerdo los sectores políticos tradicionales con los que han
surgido. Desafortunadamente no se han dado a pesar de que
muchos políticos son conscientes de que hay propuestas buenas.
Entonces por el hecho de estar marcados, por seguir determinado
pensador marxista, socialista, quien sea, entonces no se ha tomado
en cuenta por qué son pensamientos socialistas o marxistas siendo
este el momento en que realmente eso le puede servir. Eso es muy
importante porque es un fundamento para trabajar más desde un
punto de vista humanitario. Lo objetivo, lo que uno vive, lo que
uno siente, lo que uno participa con sus mismos compañeros, con
sus mismos estudiantes. Entonces hay una transmisión política:
tanto aprendo yo de ellos, como ellos de mí. Hay cantidad de
cosas que pues puede que los alumnos sean desprovistos de una
capacidad intelectual, de lo que están aportando. Pero el sólo
hecho de encontrar por ejemplo un estudiante inquieto que a uno
en determinado momento trate de revocarle una actitud, un
comportamiento, le está dejando una enseñanza al maestro... Yo
no tengo que decirles a los niños: miren que en sus casas están
aguantando hambre, porque ellos son los que están vivenciando
eso y yo lo sé porque ellos me lo cuentan.
Maestra 2.
5. La desesperanza
Maestra 2.
Maestra 2.
Maestra 2.
"...Los muchachos reaccionan si el profesor permite que
reaccionen. Porque para ellos es muy importante conservar el
puesto en el colegio. Ellos le tienen miedo al enfrentamiento con
alguien así no sea personal sino por la materia, porque dicen que
de pronto los echan y ahí sí se acaban de fregar porque los acaban
de correr de la casa. Eso hace que la conciencia se vaya
acomodando y traguen y traguen y el día que tengan un interés en
empleo, que no va a ser nada muy bueno, el camino que diga el
patrón es eso y nada más y así se va reproduciendo la misma
docilidad en los muchachos. Yo trato de que los muchachos digan
sus cosas, pero ellos prefieren callarse para no tener
inconvenientes, según ellos. Por supuesto le toca a uno es
decírselo prácticamente todo para que después puedan estudiar la
lección y medio contestar algo. La cuestión es que ni siquiera
tienen libros y entonces así el sentido crítico no está bien
desarrollado, jamás. Los pobrecitos lo único que tienen es poder
trabajar en algo. Esa es la aspiración inmediata de ellos".
Maestra l.
Clase en Segundo de Primaria.
P: ¡Bueno niños, vamos a mirar la tarea que les dejé sobre las
normas. A ver, alguien que diga sobre las normas de
comportamiento en la escuela! A ver... Janeth: (leyendo despacio)
Janeth: Que hay que respetar a las personas mayores y... que... hay
que colaborarle a los profesores y hacerle caso al profesor de
Educación Física.
P: ¿Quién escribió algo más? (leyendo)
Alumno: Que debemos portarnos bien y ser obedientes, poner
atención, respetar para que nos respeten y tenemos que respetar a
los mayores.
P: ¿Quién escribió algo diferente? ¿Quién complementa?
(Silencio).
Yo creo que ahí se recoge todo lo que podrían ser las normas en la
escuela.
¿Cierto? Agregando una más. Por ejemplo llegar puntualmente a
la escuela. ¿Sí? No llegar tarde. Llegar con el uniforme completo,
como es. No con los zapatos verdes ni los morados. Buenos. La
segunda es las normas de comportamiento en dónde. Alumno: En
la iglesia.
P: ¿En la iglesia es la segunda?
Varios: ¡No! En el hospital.
P: En el hospital. A ver el grupo de allá, la segunda fila,
Humberto por ejemplo. Léalas, (silencio).
P: Los demás escuchamos.
Humberto: Las normas en el hospital. Son respetar los... a los
médicos y...
P: ¡No se oye nada! Absolutamente nada. Aquí hay un poco de
niños cerca de mí y tampoco van a oír nada.
Humberto: Médicos y...
P: ¡A ver Andrea! Esto está bueno para ponerle un 2 en lectura a
Humberto. ¿No?
Andrea: Las reglas del hospital son respetar a los médicos...
P: No oigo tampoco, Andrea.
Alumno: ¡Yo profesora!
P: Suba más la voz.
Andrea: Las reglas de un hospital son: respetar a los médicos, los
médicos a los pacientes. Deben de hacerse lo que los médicos le
digan.
P: Quién complementa esas reglas de comportamiento. Porque ahí
Andrea se refiere más concretamente a las instrucciones que se
deben seguir del médico. Pero... nos referíamos a las normas de
comportamiento que debíamos tener, aparte de que fuéramos
pacientes en el caso de que seamos pacientes, serán las que dice
Andrea. Pero en el caso de que seamos visitantes en un hospital de
alguien, a ese tipo de normas es que yo me refería cuando
hablábamos del hospital.
Alumno: ¡Yo profesora!
P: Otro alumno, otro diferente. Por ejemplo Luisa: ¿qué escribió
en las normas de comportamiento en el hospital? (silencio).
¡Hágale! ¡Por favor mija! ¡Ella siempre anda en otro mundo! Yo a
Luisa le dije que no viniera hoy con esas uñas pintadas así de feo.
Yo le dije. Escuchamos...
Luisa: Que no hagan ruidos, que no boten basuras. Que no sean
mugrientos. Que no toquen nada. Que no... no más.
P: ¡Alexandra! Usted es del mismo grupo, ¿cierto? Ustedes
trabajaron en grupo, ¿cierto? a ver, porque Luisa está muy
demorada para leer. ¡Pero rápido! ¿Por qué no tienen los
cuadernos listos?
Alexandra: Es que no la hice.
P: ¡Cómo que no la hice! ¿Le califico? ¿Le califico? Todos debían
escribir, ir discutiendo y escribiendo. No es que discutieran y
escribieran en el cuaderno de uno solo. Por eso fue que hicieron
tanto desorden ayer. ¿Cierto?
Alumna: Es que ella se fue...
P: ¿A dónde se fue Alexandra? Ustedes tenían trabajo en grupo.
¿Quién complementa eso? Otro grupo que complemente. Ya ellos
se refirieron más exactamente al caso del visitante: no hacer ruido,
no coger nada, claro: que tal que pase, que tal que un médico
tenga un estetoscopio, o tenga un termómetro para tomar la
temperatura y llegue un niño inquieto de visita o una persona y se
ponga a cogerlo y a molestarlo y lo parta. ¿Ah? Entonces esas
cosas que son de ahí del hospital, hay que respetarlas porque
sabemos de que son cosas que las necesitan los médicos o los
familiares del médico, para el control de las enfermedades de los
pacientes. Entonces, ¡nada tenemos que ir...! Ni tenemos que ir a
cantar ni a correr por los pasillos. ¿Cierto? Porque como lo
decíamos antes, hay pacientes, hay enfermos a los cuales hay que
respetarle su estado y buscar más bien que tengan calma, que haya
buen silencio para que se recuperen pronto. Fijémonos no más que
cuando a alguien de ustedes le duele la cabeza o les duele una
muela, es desesperante la bulla de los demás. ¿Cierto Jimmy?
¿Dónde está Jimmy?
Jimmy: Aquí, profesora.
P: ¿Sí? ¿Le parece? El día de la fiesta a ti te dolía la cabeza.
¿Cómo te sentiste en ese momento. Ese ruido era agradable o
desagradable?
Jimmy: Desagradable.
P: Desagradable. ¿Cierto? Porque uno quiere reposo, silencio,
para poderse aliviar, y lo necesita además de todo. Entonces las
personas, todas las personas debemos respetarnos mutuamente en
ese sentido. La tercera era normas de qué?
Normas de comportamiento ¿en dónde?
Niño: En la iglesia.
P: En la iglesia. A ver el grupo de los niños Cotasio y los
compañeros. Me leen esas normas de comportamiento en la
iglesia, (silencio).
Alumno: En la iglesia, no hacer bulla. En la Iglesia no le... no
lleva... no llevar niños a la iglesia. Rezarle a nuestro Señor hacer
silencio que... puede... pueden llevar los niños que no molesten a
los niños. Dejarlos en la casa porque son niños insoportables.
Ellos se van a molestar a la iglesia y porque las personas se van es
a rezar...
P: ¡Bueno! Ahí cuéntenme una cosa con los niños de ese grupo.
Eh... dentro de las normas de comportamiento ustedes escribieron
unas de rezarle a Dios. Por qué consideran ustedes que eso es una
norma de comportamiento. A ver: estoy preguntándole a los
cuatro que hicieron ese trabajo, (silencio).
Por qué consideraron una norma de comportamiento. Y una
norma de comportamiento con quién... (Silencio)
¿Ninguno es capaz de contestar? Yo les estoy preguntando por
qué consideraron y por qué escribieron ustedes como norma de
comportamiento rezarle a Dios, (silencio).
Tiene eso algo que ver con el comportamiento frente a las demás
personas que están en la iglesia?
No. No tiene nada que ver, porque usted puede perfectamente
rezar en su casa, encerrarse en su cuarto y rezarle a Dios todo lo
que quiera y con eso no le está faltando a nadie, no le está
faltando a nadie en nada porque no fue a la iglesia. Lo que se
refiere es a comportamiento para con las demás personas que
asisten porque es un recinto público a donde asiste mucha gente.
Igualmente, quien tiene creencia religiosa entonces va a expresar
su sentimiento a Dios, su fe. Pero el resto realmente no tiene nada
que ver con el comportamiento que se tenga frente a las demás
personas.
¡Otro grupo! ¿Comportamiento dónde?
Niño: En la biblioteca.
P: En la biblioteca. A ver un grupo. A ver el grupo de Óscar,
Aracelli, Carlos y quién más está ahí?
Niño: Adriana.
P: ¿Adriana no vino hoy? Ahoritica me recuerda para ponerle la
falla. A ver ¿quién lo lee? Carlos Iván. Como no sale voluntario,
toca... (silencio).
¡Rápido Carlos! ¡Es que todo el mundo debe tener el cuaderno ahí
encima. Yo no entiendo por qué. Es la tercera vez que les digo: el
cuaderno encima porque ahoritica voy a pasar calificando ese
trabajo a todos. El que no lo tenga, pues lo lamento mucho pero
tocará ponerle mala calificación, porque ustedes tienen una
responsabilidad cuando están solos y cuando estoy yo. Esa
responsabilidad es formación de ustedes. Aprendan que cuando la
mamá no está en la casa es cuando mejor se comportan y le deben
ayudar a hacer las cosas que se saben que deben hacer. ¿Ya
Carlos? (silencio)
Bueno, ¿qué pasa? ¿Quién más trabajó en este grupo?
Niño: Óscar.
P: Pero Óscar está durmiendo.
¿A ver qué pasó? ¡Venga para acá el cuaderno! ¡Qué pasó! Si no
lo hizo, diga no lo hice y no empiece allá a hacerse el loco.
(Carlos muestra su cuaderno. Sí había hecho la tarea). Pues mire a
ver qué dice ahí. Bueno, en la biblioteca. Empiece a leer, pero
bien duro para sus compañeros, (silencio).
Sí, lea ahí. ¡Pero qué pasa! Este niño salió bobo, (silencio) ¿No
sabe qué dice ahí? ¿Y entonces? ¿Para qué escribió? (silencio)
¿Ahora sí sabe? Bueno, empiece, (la profesora comienza a leer).
Hacer... (Silencio)
¡Siga a ver Aracelli! Su lectura está mal. Venga acá. ¡Y no vaya
tan fresco, porque yo voy a mandar nota a su casa a ver qué es lo
que pasa con su lectura. Usted estaba leyendo perfectamente.
Venga a ver Aracelli, de pies. A ver, lea aquí al frente y con eso
sus compañeros la pueden escuchar mejor.
(pasa Aracelli al frente).
Aracelli: Hacer silencio, no jugar, no regar basura, ser amables,
no comer delante de la gente. P: ¡Quién hizo ese trabajo! Aracelli:
Todos.
P: ¿Todos? ¿Carlos aportó ideas?
Carlos: Sí.
P: ¿Óscar? Óscar: No, señora.
P: Óscar, yo voy a llamar a su mamá a ver ¿qué es lo que pasó y
por qué usted no viene sino a dormir. Usted mira televisión por la
noche?
Óscar: Sí.
P: ¿Hasta qué horas. Hasta que se acaban los programas?
Óscar: Sí.
P: ¿Y usted cree que eso está bien? ¿Qué será más importante:
aprender aquí en la escuela? O mirar televisión. ¡Ahí ¡Contésteme
algo! ¿Ah? Ese niño... se enjuta pero nunca dice nada. ¿Así es en
casa?
Varios: ¡Nooo!
P: Vermen ahí dormida encima sin saber qué pasa? ¿Oye, Óscar?
No más televisión hasta tarde.
Bueno, otra. Normas de comportamiento ¿en dónde? (murmullos).
Niña: En el restaurante.
P: ¡Pero por favor! A ustedes ¿qué les pasa? ¿Ah? A ver: en un
restaurante. A ver el grupo de Carmenza.
Carmenza: Profesora, Stella no quiso hacerlo.
Alumno: Yo profesora, yo participé en ese grupo.
P: Claudia: Hágame el favor y me trae el libro de calificaciones. A
ver, vamos a ver.
Alumno: Que se tiene que sentar es a comer y no a jugar ni nada
de eso.
P: ¿Quién complementa eso? El comportamiento en el restaurante,
(silencio).
¿Quién complementa? Lógico: al restaurante se va a comer. Pero
qué dicen ustedes de esas personas que comen con las manos, que
ponen los codos sobre la mesa, que sorben. ¿Estos son
comportamientos correctos en un restaurante?
Varios: No, profesora.
P: ¿Por qué? ¿Qué pasa si yo me pongo a sorber, a comer así. Qué
pasará?
Niño: Mala educación.
P: Bueno, mala educación. Y eso se manifiesta ¿cómo?
Niño: Falta de respeto.
P: Falta de respeto a las demás personas porque eso es molesto.
¿Cierto? Y además son formas de comer muy deficientes para los
niños y para los adultos. Y díganme ustedes si no les molesta
alguien que esté con el chicle todo el día. ¿Eso no es molesto?
Niño: Sí es molesto.
P: Bueno: entonces vamos a ver. El grupo de Heidi: quiénes
trabajaron, exactamente quiénes colaboraron y dieron aportes.
¿Con quién trabajo usted?
Heidi: Con Clara, Patricia, Jairo y yo. P: Bueno, los cuatro.
Quiénes dieron aportes. Heidi: Clara.
P: ¿Solamente ella? Jairo cómo se portó. Heidi: Bien.
P: Bueno, todos, menos Patricia.
Heidi, 5; Clara, 5; Jairo, 5 y Patricia... 2. Bueno: el grupo de
Janeth. Quiénes trabajaron. Janeth: Graciela. P: Graciela, 5;
Janeth, 5. Janeth: Daniel. P: Daniel, 5. ¿Alirio no trabajó?
Janeth: No
P: Alirio, 2.
A ver Luz Mery, ¿usted con qué grupo trabajó?
Luz Mery: Sola profesora.
P: Entonces tiene 3. Cuando yo les digo que en grupo, es en
grupo. Ustedes tienen que aprender a trabajar en grupo, (suena la
campana, finaliza la jornada).
P: Bueno, hoy dejamos aquí. Mañana les sigo calificando y les
voy a revisar los cuadernos. (Termina la clase).
2. La educación secundaria
Maestra 2.
Maestra 3.
Por otra parte, existe una clara intención de subvertir los términos
tradicionales, por llamarlos de alguna manera, de la enseñanza de
la historial en donde el desarrollo de las sociedades se ha visto
generalmente a través de grandes personalidades y de los hechos
protagonizados por las clases y grupos sociales que han ostentado
un mayor poder social, económico y político. El esfuerzo que la
maestra hace por alejarse de esta visión unilateral de la historia
queda, sin embargo, reducido a la toma de una posición
igualmente parcializada, visto desde otra perspectiva. Ya no es la
historia de los gobernantes sino la historia de los gobernados. Esta
visión] maniquea de la enseñanza de la historia y de las Ciencias
Sociales en general dificulta, o mejor, imposibilita la formación de
individuos capaces de analizar su mundo con una mirada
realmente crítica. Esta situación se ve agravada cuando, como es
el caso, se entiende el concepto de criticidad como la no
aceptación de un estado de cosas, y no como la posibilidad del
poseer un pensamiento autónomo y reflexivo.