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¿Qué son los alimentos transgénicos? ¿Son realmente inocuas a la salud humana? ¿Ayudaría a
combatir la hambruna en los países de pocos recursos? En el año 1986 se dio lugar a la primera
planta genéticamente modificada y fue el inicio oficial de los alimentos transgénicos en el mundo.
En la actualidad, existe una gran variedad de ellas, cuyo propósito es mejorar la calidad del
alimento e introducirlo en la alimentación de las personas. Uno de sus empleos más importantes
en la sociedad en la que vivimos es que, los alimentos transgénicos son una gran alternativa para
erradicar la hambruna en el mundo.
Los alimentos transgénicos son evaluados constantemente por empresas dedicadas a este rubro
para que no causen reacciones alérgicas a los consumidores. En contraparte, los alimentos que
son cultivados de la manera tradicional, no son sometidos a evaluaciones. Por otro lado, no hay
evidencias de que los alimentos genéticamente modificados estén vinculadas a que causen
enfermedades o agraven la salud humana. Es más, los alimentos transgénicos influyen
beneficiosamente de manera indirecta en la alimentación humana, ya que de esta manera se reduce
la utilización de insecticidas. Según datos estadísticos, no hay pruebas de que los alimentos
transgénicos influyan en el desarrollo del cáncer en las personas.
Se muestra datos estadísticos de Chile, desde el año 1999 hasta el año 2012, no hay indicio
de aumento del cáncer en dicho país
Existen diversos sectores que se han visto favorecidos con la aparición de estos alimentos
transgénicos, pero el más beneficiado fue el sector agropecuario, debido a que aumentan
significativamente la productividad. Además, los alimentos genéticamente modificados son
resistentes a la contaminación, a las plagas de insectos, a las sequías, a los hongos, virus, etc. Y
todo esto ha ayudado en la lucha contra el hambre, porque muchos países que no podían acceder
a los alimentos por su elevado precio, pueden hacerlo, debido a que los transgénicos reducen
considerablemente los precios de producción. Un claro ejemplo de su uso beneficioso es el de la
papaya de Hawái en 1990, llegó a estas islas un virus que atacaba a la planta de la papaya (mancha
anillada de la papaya o PRSV), fue muy perjudicial, ya que acabo con cerca del 94% de
producción de la papaya de la Hawái. Lo que se hizo fue introducir una variedad de la papaya
genéticamente modificada resistente al virus, lo que permitió en un periodo corto de tiempo,
recuperar la producción de papaya de las islas. Ya para el año 2017, el 77% de la producción de
papaya fueron genéticamente modificados.