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LA DOCTRINA DEL DERECHO DEL TRABAJO

El Derecho Laboral nació a consecuencia de las necesidades de regular las


relaciones entre el trabajador y el patrón, con la finalidad de ser equitativo los
derechos y obligaciones tanto uno para el otro y sostener el equilibrio social. Para
hablar de los orígenes del Derecho Laboral, tenemos que mencionar los
acontecimientos históricos de dos vertientes, que son el internacional y el
nacional.
Al considerar el posicionamiento del derecho laboral, debemos reflexionar sobre
su situación en el derecho privado, público y social. En esencia entendemos el
origen de las cosas, su principio, proceso y fin, la naturaleza de todo.

El artículo 123 constitucional es la fuente fecunda del derecho mexicano del


trabajo, cuyo origen es la explotación de las personas, que venden su trabajo
para sobrevivir, además de su lucha por la emancipación económica para
transformar la sociedad capitalista. La naturaleza de la legislación laboral
mexicana se deriva del artículo 123, que respeta el trabajo, afirma la dignidad
individual de los trabajadores, defiende y mejora a la clase proletaria, brinda a los
trabajadores la posibilidad de una vida digna, en este caso la explotación de
quienes viven a duras penas. obra Desaparecida. La finalidad del derecho del
trabajo es elevar las condiciones de vida de los trabajadores utilizando los medios
existentes, y contribuir al establecimiento de un orden social justo.

Sería inútil tratar de encontrar antecedentes del derecho del trabajo en el México
prehispánico o durante la Colonia (1510-1820). Más allá de las Leyes de Indias,
puestas en vigor por Carlos II en 1680, con origen remoto en las capitulaciones de
Santa Fe firmadas por Cristóbal Colón con los reyes católicos al iniciar su primer
viaje y cuya aplicación fue más que dudosa, sólo a finales del siglo XIX, en
consonancia con las tendencias europeas, se empiezan a crear organizaciones
sindicales con más aires de mutualismo que de otra cosa.
De hecho, las primeras leyes laborales son obra de los gobernadores Vicente
Villada (1904, para el estado de Veracruz) y Bernardo Reyes (1906, para el estado
de Nuevo León), en los finales difíciles de la dictadura porfirista, pero además se
refieren de manera exclusiva a los accidentes de trabajo, ambas inspiradas en una
ley de Leopoldo II de Bélgica.

La influencia del Código Napoleón provocó que en los códigos civiles de 1870
(promulgado por el presidente Benito Juárez) y 1884 (promulgado por el
presidente Manuel González), se regularan el servicio doméstico, el trabajo por
jornal, a destajo o a precio alzado; el servicio de los porteadores y alquiladores y el
de aprendizaje, bajo la condición esencial de ser contratos civiles celebrados en
términos de igualdad. No inspiraban, por supuesto, eso que llaman justicia social.

Durante el proceso revolucionario (1910-1917), particularmente en la segunda


etapa, a partir del asesinato del presidente Madero (1915) por Victoriano Huerta,
con la intervención principal de Venustiano Carranza, autoproclamado “jefe del
Ejército Constitucionalista” (con referencia a la Constitución liberal de 1857) y de
Francisco Villa, Emiliano Zapata, Álvaro Obregón y otros, se genera un propósito
de dictar leyes laborales por los gobernadores militares de los estados que se van
liberando. Es la segunda etapa de la Revolución, que supera en conceptos y
resultados las debilidades de Madero.

Héctor Santos Azuela define al derecho laboral como “el sistema de normas
destinado a la tutela y promoción jurídica de las relaciones individuales y
colectivas del trabajo”.

Al hablar de sistema de normas, Santos Azuela reconoce que las normas jurídicas
que regulan el derecho laboral tienen una estructura ordenada que busca
proteger, defender o guiar las relaciones individuales o colectivas de trabajo. La
diferencia entre “relaciones individuales” y “relaciones colectivas” se especifica en
capítulos subsecuentes.

Por otro lado, José Dávalos considera que el derecho del trabajo es “el conjunto
de normas jurídicas que tiene por objeto conseguir el equilibrio y la justicia social
en las relaciones de trabajo”.2 En esta definición se introduce la finalidad del
derecho laboral: el equilibrio y la justicia social en las relaciones de trabajo.
Resultaría muy complicado definir ambos conceptos, pero sólo podríamos señalar
que la intención del derecho del trabajo es que ninguno de sus elementos esté en
desventaja frente al otro.

La doctrina no establece de manera consistente los criterios de clasificación para


la definición del derecho laboral, por ejemplo, según Dávalos (2005:35-39), el
derecho laboral es un conjunto de normas jurídicas encaminadas a lograr el
equilibrio en las relaciones laborales y la justicia social. Además, José Dávalos
menciona otros conceptos en su obra, en la que Trueba Urbina concibe el derecho
del trabajo como “un conjunto de principios, normas e instituciones que protegen,
dignifican y tienden a defender a todas las personas o personas morales o
intelectuales que viven de su propio esfuerzo, socializando la vida humana para
realizar su destino histórico.

IMPORTANCIA Y CONTENIDO DEL ARTÍCULO 123


CONSTITUCIONAL.

Artículo 123. Toda persona TIENE DERECHO AL TRABAJO DIGNO Y


SOCIALMENTE ÚTIL; al efecto, se promoverán la creación de empleos y la
organización social de trabajo, conforme a la ley.

El derecho laboral, como cuerpo organizado de normas jurídicas, tiene


características que lo hacen único y diferente a los demás ordenamientos legales;
entre ellas destacan que: es un derecho social, está en constante expansión, es
un mínimo de garantías, es irrenunciable y reivindica a la clase trabajadora.
Analicemos cada una de ellas.

De acuerdo con Hernández y Juárez (2005:8), las normas jurídicas contenidas en


el artículo 123 de la Constitución contienen los principios básicos de los
derechos de los trabajadores mexicanos, adquiridos esencialmente a lo largo
de la historia de nuestra nación, a través de diversos movimientos sociales, como
lo fue la guerra de independencia, en la que aparece una gran figura llamada José
María Morelos y Pavón, quien en su obra “Las Pasiones de la Patria” se refiere a
la intención trabajar por la naciente nación así como ser independiente de la
dominación española y regular sus relaciones sociales, construyendo una ley
armada y aprobada de la Carta Magna, promulgándola y aplicándola bajo la
supervisión de los mexicanos, excluyendo cualquier participación en la redacción
de dicha legislación por cualquier persona no mexicana, aparte de las propuestas
nacionales en nuestro país un ordenamiento jurídico fundamental en el que se
distinga la igualdad, la libertad, la dignidad y la justicia para el pueblo en torno a
este ordenamiento nacional.

Así nació el Decreto Constitucional de octubre de 1814, expedido en Apatzingán,


Michoacán, por José María Morelos y Pavón con la ayuda de Andrés Quintana
Roo. El apoyo fue reforzado por las fuertes concepciones de Morelos en aquellas
sesiones que son, hasta el día de hoy, la base de las elecciones de 1824, 1857 y
1917.

No obstante, lo anterior y a pesar de lo brillante de aquellos celebres hombres, es


hasta el constituyente de 1917, cuando por la fuerza de sus manifestaciones, tales
como la huelga en cananea, los señalamientos de inconformidad de los
trabajadores en río blanco, así como el movimiento armado del pueblo en contra
casi del imperialismo de Porfirio Díaz, que se logra lo que hoy conocemos como
nuestra Carta Magna. El poder del pueblo trabajador se distingue con el
nacimiento del artículo 123 constitucional, mismo que a su vez obliga o genera la
necesidad que una ley reglamentaria, siendo esta la ley federal del trabajo,
reglamentaria el apartado “A”, reguladora de las relaciones contractuales laborales
entre los trabajadores y patrones, de la iniciativa privada; esto es, personas
morales como cualquier empresa, sociedad, asociación o personas físicas que
contraen lo servicios personales y subordinados de un trabajador, lo que
finalmente los convierte en patrones y estarán sujetos a las disposiciones que en
materia de trabajo dicte el artículo 123 constitucional, apartado “A”.

De igual forma y toda vez que trabajador es aquel que realiza una activada que le
sea solicitada mediante un pago o cobro de un salario, resultaba contrario a
derecho que los ciudadanos que prestaran sus servicios para el gobierno con sus
empleados, carecieran de normatividad alguna que defendiera o velara por sus
intereses y es así como nace el apartado “B” del artículo 123 Constitucional, con la
intención de establecer normas que rijan relación entre los titulares del gobierno y
sus trabajadores, contemplando, desde luego, la obligación de constituir su propio
tribunal, así como su propia legislación. La importancia de éste artículo radica en
que en sus dos apartados, tanto en el “A” como en el “B”, establece los
principios básicos de la legislación laboral mexicana, esto es, el mínimo de
condiciones destinadas a regular las relaciones entre los trabajadores y los
patrones, entre estas condiciones podemos mencionar las siguientes: la duración
de la jornada de trabajo, prohíbe la utilización del trabajo de los menores de
catorce años, protege a la mujer durante el embarazo, el salario mínimo que
deberán percibir los trabajadores, la participación en las utilidades de la empresa,
capacitación y adiestramiento, higiene y seguridad, también establece el derecho
de coalición de los trabajadores y la seguridad social.
IMPORTANCIA DEL DERECHOS DEL TRABAJO Y SU MARCO
REGULATORIO

El derecho laboral, es la rama del derecho que se encarga de darle estructura al


lugar de trabajo, dice de qué son responsables los empleados y los empleadores,
así como también describe las regulaciones que darán la dirección necesaria para
resolver los conflictos en los espacios de trabajo.

La importancia del derecho laboral radica en que establece un orden dentro del
entorno profesional. Así, cada uno de los involucrados sabe cuáles son sus
derechos y obligaciones y qué deberá hacer para mantener un entorno ordenado.
De esta manera, el derecho laboral describe las regulaciones que darán la
dirección necesaria para resolver los conflictos en los espacios de trabajo.

Por otra parte, el derecho laboral posibilita el desarrollo de principios y valores que
contribuyen a la creación de un entorno ético que preserve la integridad de todos
los involucrados. Además, esta rama del derecho permite la instauración de
sindicatos que se encarguen de mantener una buena relación entre ambas partes
a través de convenios que sean mutuamente beneficiosos. En caso de que se
produzca un conflicto, el sindicato actuará a favor del empleado para asegurarse
de que no se vulneren sus derechos, contribuyendo aún más a protegerlo frente a
cualquier disputa.

El derecho laboral se ocupa de establecer y organizar las normas que regulan las
relaciones laborales. Así, protege al empleado y al empleador para que trabajen
en un entorno ameno que evite los conflictos. El derecho laboral es importante
porque regula el comportamiento dentro de un espacio profesional y asegura la
justicia si se produce cualquier incidente.
Las normas de Derecho escrito, que deben ser observadas en el Derecho del
trabajo son:

A) La Constitución, en materia laboral, consagra los derechos mínimos de los


trabajadores. Los derechos establecidos en el artículo 123, son conocidos
como “garantías sociales”. No sólo el Artículo 123 constitucional tiene
relación con el Derecho del trabajo. Pueden mencionarse, además los
siguientes artículos: a) Artículo 5°, que consagra el derecho a dedicarse a
la profesión, industria, comercio o trabajo que le acomode a cada quien.

B) Artículo 32, que consagra el Derecho preferente de los mexicanos, en


igualdad de circunstancias, respecto de los extranjeros, para el desempeño
de empleos, cargos o comisiones del gobierno en que no sea indispensable
la calidad de ciudadano y que exige nacionalidad mexicana por nacimiento,
para determinadas profesiones y actividades.

C) Artículo 73 que otorga al Congreso la facultad exclusiva para expedir las


leyes del trabajo reglamentarias del Art. 123 de la propia Constitución.

D) Artículo 115 fracción VIII que alude a que las relaciones de trabajo entre los
municipios y sus trabajadores, se regirán por las leyes que expidan las
legislaturas de los Estados, con base en lo dispuesto en el Artículo 123 y
sus leyes reglamentarias.

E) Artículo 116 que establece una regla paralela para las relaciones de trabajo
entre los Estados y sus trabajadores.

F) La Ley Federal del Trabajo, constituye una norma reglamentaria de la


Constitución. La LFT, según lo determina su Artículo 1°, es de observancia
general en toda la República y rige las relaciones de trabajo comprendidas
en el Artículo 123, apartado “A”, de la Constitución. El apartado “B”, a su
vez, está reglamentado por la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio
del Estado.

G) Los reglamentos de la Ley. En el Artículo 89 de la Constitución, relativo a


las facultades del presidente de la República se menciona que tiene la
obligación de “Promulgar y ejecutar las leyes que expida el Congreso de la
Unión, proveyendo en la esfera administrativa a su exacta observancia”.
Esta constituye la facultad reglamentaria del titular del poder ejecutivo que
habrá de ejercer apoyándose en los secretarios del despacho encargados
del ramo a que el asunto corresponda (Art. 92).

H) Los Tratados Internacionales. Su aplicación resulta de los dispuestos en el


Art. 6, que exige, para su validez, que hayan sido celebrados y aprobados
en los términos.

ORIGEN DEL DERECHO LABORAL, SU RELACIÓN CON


OTRAS DISCIPLINAS.

En esta reseña se consideran los eventos más importantes en la historia de


nuestro país, los cuales dieron forma al derecho laboral como lo conocemos
actualmente. Es necesario mencionar los eventos históricos del sindicalismo
mexicano, porque ellos contribuyeron en buena medida a la formación de nuestro
derecho laboral; sin embargo, el sindicalismo no es el tema principal en esta
reseña. Por criterios prácticos, más que históricos, el análisis del tema en este
capítulo se dividió en seis etapas: la prehispánica, la Colonia, la Independencia, la
Revolución, la postrevolucionaria y la actual.

Cabe hacer mención que en buena parte de este capítulo se toma como referencia
la brillante exposición de la historia del derecho laboral, que hace en su libro el
maestro Néstor de Buen Lozano.
MÉXICO PREHISPÁNICO (1521)

Abarca desde los orígenes de los pobladores en el territorio nacional hasta antes
de la caída de Tenochtitlan en 1521. Nos referimos a ese México que aún no se
integraba como nación, se trataba en todo caso, de un conglomerado de
civilizaciones, perfectamente organizadas e interrelacionadas unas con otras.
Civilizaciones que lograban dominio sobre el resto o sufrían bajo el yugo de otras
más poderosas. No existe información de las relaciones y condiciones de trabajo
antes de la llegada de los españoles. Los cronistas, españoles todos ellos, aportan
su visión y describen las circunstancias imperantes conforme a su capacidad de
entendimiento. En la mayoría de los casos, tienden a tomar como referencia o
comparativo, las condiciones en su continente de origen. Estos cronistas han
relatado la existencia de gremios perfectamente organizados, los cuales
integraban a obreros o artesanos. Cada uno de estos gremios estaba instalado en
un sector específico de la ciudad y, generalmente, estaba formado por familiares.
Se cree que compartir festividades, fiestas e incluso dioses. El propio Hernán
Cortés narraba la existencia de personas y maestros de distintos oficios en
mercados y lugares públicos, “esperando que alguien los alquile por sus jornales”.
En síntesis, la poca información disponible no permite entender las condiciones
laborales existentes antes de la llegada de los españoles; simplemente tenemos
una interpretación de aquella realidad, sin que se aporten mayores detalles sobre
salarios, jornadas de trabajo y demás condiciones.

MÉXICO COLONIAL (1521-1821)

En este apartado se analizan los principales sucesos relacionados con la materia


laboral, que tuvieron lugar entre la caída de México Tenochtitlan en 1521 y la
consumación de la Independencia en 1821. Los españoles instauraron, en sus
colonias, un sistema denominado encomienda que, en términos simples, consistía
en entregar una porción de tierra a los españoles, quienes disponían de ella y de
los que en ella vivieran. Los indígenas que ocupaban la tierra encomendada
estaban obligados a trabajarla y, prácticamente, eran esclavos; recibiendo como
contraprestación el ser evangelizados.2 Los malos tratos que los indios recibían,
motivaron controversias que originaron la expedición de diversas leyes, cuya
aplicación práctica nunca se concretó. La compilación de estas leyes es conocida
como Recopilación de Leyes de Indias, que en materia laboral establecían:
a) Jornada máxima de 8 horas. b) Descansos semanales, originalmente planeados
para festividades religiosas. c) Pago del séptimo día. d) Pago del salario en
efectivo, oportuna e íntegramente. e) Protección a mujeres embarazadas. f)
Prohibición de trabajar a los menores de 14 años. g) Protección contra labores
insalubres, específicamente, limitando el peso que podían transportar los
indígenas. h) Obligación de los dueños de esclavos de proporcionar habitaciones
higiénicas.

MÉXICO INDEPENDIENTE (1821-1910)

Este periodo abarca desde 1821, año de consumación de la Independencia de


México, y hasta 1910, año en que se inicia una nueva revuelta, que habría de traer
un nuevo orden político, social, cultural y, por ende, laboral, en nuestro país.
Luego de la cruenta Guerra de Independencia, el trabajador mexicano se
encontraba en una situación no muy diferente a la del inicio de las hostilidades; las
jornadas de trabajo eran excesivas (18 horas) y los salarios eran ínfimos. La
mayoría de los trabajadores se concentraba en el campo, en las minas o, poco a
poco, se integraban a las industrias. Fueron dos las Constituciones vigentes en la
época: una, promulgada en 1824 y, la otra, en 1857, ninguna de las dos contenía
disposición expresa sobre las condiciones de trabajo. Sin embargo, en el
Constituyente de 1857 destacaron, por sus discursos, dos diputados jaliscienses:
Ignacio Ramírez e Ignacio Vallarta; quienes, aun desde posturas distintas y
contrarias, hablaron a favor de los derechos de los trabajadores y lamentaron que
no s se incluyera en el texto constitucional proyecto alguno en materia laboral.
MÉXICO REVOLUCIONARIO (1910-1917)

La Revolución Mexicana inició, en forma definitiva, el 5 de octubre de 1910, con la


promulgación del Plan de San Luis, por parte de Francisco I. Madero. Resulta
difícil determinar cuándo ocurrió el fi n de la misma; sin embargo, para efectos de
este libro, se considerará que la Revolución terminó en 1917 con la promulgación
de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. La lucha armada
estuvo plagada de conflictos y caudillos que asumían sus ideales como la bandera
única de la Revolución. Esos caudillos, muchos de ellos hoy reconocidos como
héroes, aportaron ideas y voluntad, pero se enfrascaron en interminables luchas
armadas en las que, como siempre, los más perjudicados fueron los más pobres:
esos miles de campesinos y obreros que luego de luchar por lo que creían justo,
terminaron regresando a casa a padecer la miseria en la que quedó sumido el
país. Los sectores obrero y campesino tuvieron una participación importante. El
sindicalismo, a través de la Casa del Obrero Mundial integró los “Batallones
Rojos”, que se unieron al Ejército Constitucionalista, apoyando a Carranza, quien
terminó disolviéndolos el 13 de enero de 1916.

MÉXICO POSTREVOLUCIONARIO (1917-1970)

En este apartado se analiza el periodo de 1917 a 1970, más por un criterio


unilateral y de presentación, que por verdaderas razones históricas. Se escogió
1970, porque es el año en que se expidió la Ley Federal del Trabajo vigente.
Inicialmente, era facultad de las legislaturas de los estados expedir leyes en
materia laboral. Durante el periodo de 1891 a 1926 se promulgaron diversas leyes
estatales, entre las que destacan la Ley de Trabajo de Veracruz, del 14 de enero
de 1918, y las Leyes de Trabajo de Yucatán, de 1918 y 1926. Las luchas entre el
trabajo y el capital seguían a la orden del día, los salarios y las condiciones de
trabajo continuaban siendo precarios y, las autoridades, poco o nada hacían por
colaborar con la causa obrera. En 1918, los obreros decidieron unirse buscando
mayor fuerza sobre el Estado y el capital, por lo que formaron la Confederación
Regional Obrera Mexicana (CROM) y teniendo como fines: lograr una mayor
distribución de la riqueza social y una descentralización de la propiedad de la
tierra.

MÉXICO ACTUAL (1970 A LA FECHA)

Los primeros intentos por reformar la Ley de 1931 fueron obra del presidente
López Mateos, quien integró una comisión para elaborar un proyecto en 1960.
Este proyecto, aunque no logró traducirse en ley, inspiró las reformas
constitucionales de 1962. En 1967, el presidente Díaz Ordaz integró una segunda
comisión, la cual concluyó un nuevo proyecto en 1968. Díaz Ordaz remitió el
proyecto a los sectores interesados para que hicieran las observaciones
correspondientes. Esto llevó a que la ley, en su elaboración, “configuró un proceso
democrático”. Dicho proceso culminó el primero de mayo de 1970, fecha en que
entró en vigor la Ley Federal del Trabajo.
A partir de esa época, el obrero mexicano ha tenido que enfrentar varias crisis
inflacionarias, con la consabida pérdida de poder adquisitivo: los salarios mínimos
cada vez alcanzan para comprar menos bienes y servicios. La presidencia de
Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) marcó un nuevo rumbo en la política
económica del país. Su gestión se caracterizó por seguir criterios de la corriente
neoliberal.12 La firma del Tratado de Libre Comercio con América del Norte
(TLCAN) y su entrada en vigor en 1994, no ha representado beneficio alguno para
la clase obrera mexicana. El periodo del presidente Vicente Fox (2000-2006) se
caracterizó por la continuidad en el programa neoliberal; se firmaron varios
tratados de libre comercio que significaron una apertura con casi todos los países
del mundo. Durante ese periodo, la discusión sobre la necesidad de reformar la
Ley Federal del Trabajo tuvo mucho auge, presentándose diversas propuestas.
Una de ellas es la Propuesta de Modificación de la Ley Federal del Trabajo, de la
Secretaría del Trabajo y Previsión Social, del 12 de diciembre de 2002, mejor
conocida como Ley Abascal.
RELACIÓN DEL DERECHO DEL TRABAJO CON OTRAS DISCIPLINAS

DERECHO CONSTITUCIONAL: Regula los derechos y deberes fundamentales de


los trabajadores y empleadores como seguridad social, atención de la salud,
remuneración mínimo vital, irrenunciabilidad a los derechos laborales.

DERECHO PENAL: Establece lo que es permitido y no es permitido para los


empleados y empleadores, por ejemplo: el acoso sexual laboral, es de índole
penal, no laboral.

DERECHO PROCESAL: Para que la legislación laboral tenga plena eficacia es


necesario un procedimiento mediante el cual se hagan efectivos los deberes y las
obligaciones y demás es necesario que exista un tribunal que declare tales
derechos y obligaciones y demás imponga su cumplimiento en forma imperativa.

DERECHO CIVIL: Debemos aplicar las normas del código civil en materia de
contratos, de responsabilidad, de capacidad y al hablar de los requisitos de
existencia y de validez del derecho del trabajo son los del derecho civil.

DERECHO INTERNACIONAL: Tiene importancia en relación con los convenios


emanados de la OIT y lo referente a los tratados bilaterales y multilaterales en
materia laboral.

DERECHO ADMINISTRATIVO: Regula las relaciones laborales entre el Estado y


los empleados públicos.

DERECHO AGRARIO: Señala que los trabajadores del campo son los que
ejecutan los trabajos propios y habituales de la agricultura, de la ganadería y a la
silvicultura, al servicio de un patrón, y establece los derechos y obligaciones de
ambos.
DERECHO DE LA SEGURIDAD SOCIAL: Son relaciones muy estrechas
tratándose de seguros sociales por cuanto estos seguros cubren los estados de
necesidad de todos los trabajadores dependientes o por cuenta ajena.

Nombre: Susana Garibay Mercado


Materia: Derecho Laboral
Maestro: Juan Carlos Gómez Olmos

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