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APERITIVO

-TUMBA DE SANGRE-

Bienvenido.
Bienvenido al restaurante "Cementerio".
Muchas gracias por visitar nuestro humilde establecimiento hoy.
Sus hors d”oeuvres le serán mostrados en poco tiempo. Por favor, espere un poco más hasta entonces.

No hay ningún menú en este restaurante.


En general, los platos que suministramos se deciden por el clima del día, los ingredientes que tenemos
disponibles y el estado de ánimo del chef; aunque con respecto al aperitivo, puede elegir entre las dos ramas de
vino que ofrecemos: rojo o blanco.
¿Cuál te gustaría?
Ah, has elegido. Pues bien, te traeré la "Tumba de Sangre".

Oh no, no hay nada extraño en eso.


Ciertamente, cuando se trata del aperitivo, la mayoría elige el blanco más que el rojo, pero eso no significa
que elegir como tal sea una regla.
En mi opinión personal, la Tumba de Sangre tiene un ligero sabor al vino tinto y funciona bien como
aperitivo.
... Sí, la Tumba de Sangre. La historia de ese vampiro que lo tomaba regularmente es famosa por aquí.
¿Sabes acerca de la mujer de la que fue modelada el vampiro, Banica Conchita?
Se dice a menudo que este vino se hizo famoso en gran parte debido a sus logros.
Pero al mismo tiempo, la Tumba de Sangre que la gente bebe en esta época tiene, para decir la verdad, una
fórmula ligeramente diferente a la de aquel entonces, a la llamada "Vieja Tumba de Sangre".
La Vieja Tumba de Sangre tenía una densidad mucho mayor y un sabor más suave que el de hoy, entre
otras cosas.

–Casi como la sangre humana.

¿Estás interesado?

¿En la Tumba de Sangre?


¿O con respecto a Banica Conchita?

... Vaya, parece que tus entremeses han llegado.


Si nuestro estimado huésped lo desea, mientras hago recomendaciones fuera del menú, ¿puedo tener el
privilegio de contarle la historia?

¿Oh?
¿Ese era tu propósito para venir aquí?
Dios mío... Es un gran honor ~
Pero, por favor, disfrute de su comida también, ¿vale?
Pues bien, te lo diré.

La mujer que intentó devorar toda la comida en este mundo y, al final, incluso a sí misma.

–La historia de la Malvada Devoradora de Comida, Banica Conchita.


HORS D’OEUVRE
-PATÉ DE HÍGADO DE CERDO TASAN CON VERDURAS SURTIDAS-

-ESCENA 1-

Aquí está el entremés de hoy, “Paté de Hígado de Cerdo Tasan con Verduras Surtidas”.
Sí, es un cerdo Tasan.
–Oh, ¿no conoces el cerdo Tasan?
… Le ruego me disculpe.
Supongo que no es irrazonable que nuestro estimado huésped no lo sepa, ¿eh?
Hoy en día el cerdo Tasan es una especie rara, cuya existencia rara vez se confirma.
Sin embargo, el paté de hígado de cerdo es un plato que fue muy apreciado independientemente del rango
social como cocina originaria de la región sur del continente Bolganio, hace unos setecientos años.
Como su nombre lo indica, es una criatura que proviene de la sección suroeste de Bolganio, la llamada
región de Tasan.
La región de Tasan era, en tiempos antiguos, la ubicación de una gran nación que rivalizaba con el Reino
Mágico de Levianta: el gran Imperio de Tasan.
Al mismo tiempo que el Reino Mágico de Levianta fue destruido gracias a esa catástrofe, el Imperio de
Tasan se dividió en los dos países, Re Tasan y Ra Tasan, debido a conflictos internos.
Finalmente, los dos países fueron conquistados por el vecino Imperio de Beelzenia, y después de eso el
nombre de Tasan desapareció de la historia.
Se dice que las tartas de carne de cerdo de Tasan fueron la comida favorita del último emperador del
Imperio de Tasan, el Emperador Ang. He oído que en ese entonces era un plato bastante caro, pero a medida
que el tiempo pasaba, llegó a la clase común y se convirtió en un alimento mucho más barato.
En comparación con los cerdos en general que se comen normalmente, incluso hoy en día la carne de
cerdo Tasan es mucho más dura, su olor es mucho más fuerte y rara vez se usa como ingrediente para
alimentos.
Entonces, cuando se trata de la porción que comes, son las entrañas que se usan para cocinar. Esto se debe
a que, a diferencia de la carne, los órganos internos tienen una consistencia particular y una dulzura débil que
es excepcionalmente deliciosa.
El paté de hígado que está probando ahora, señor, podría decirse que es la forma más ejemplar de
cocinarlo.
La más preciada de todas las variedades de cerdo Tasan es la raza conocida como "Baemu".
El "Baemu" tiene un pelo rojo llameante, a diferencia de los otros cerdos Tasan, que tienen pelo negro, y
en sus sienes tiene espléndidos cuernos marrones. Uno podría incluso preguntarse si se trata de una especie
completamente diferente con todas esas diferencias, pero, de acuerdo con la leyenda, es hasta el final solo un
tipo de cerdo Tasan.
Digo "leyenda" porque se cree que el Baemu ya se ha extinguido, y es imposible ver uno hoy en día.
Cuando se trata del Baemu, es un hecho triste que solo se pueda ver en los libros de texto.
Además, era difícil encontrar un Baemu incluso en la época en la que los cerdos Tasan aún estaban
prosperando, y las leyes de la fe Levin prohibían que se los comiera.
Aparentemente, la iglesia en ese momento afirmó que era un mensajero de demonios, y que si lo comías, te
sobrevendría una gran calamidad.
Hay una teoría que cuenta que el Emperador Ang, a quien mencioné anteriormente, comió un Baemu.
Siendo que su imperio se derrumbó poco después, tal vez haya algo de credibilidad en las palabras de la iglesia
Levin.
... En realidad, hay otra figura que históricamente se dice que comió un Baemu.
Ese sería un señor feudal en el imperio beelzaniano, el Duque Muzuri Conchita.
Se dice que descendió tanto del "Duque Lujurioso", Sateriasis Venomania, como de Maylis Beelzenia, de la
línea imperial beelzeniana.
En lo que respecta al "Duque Lujurioso", si usted tampoco lo conoce, debería haber varios textos sobre su
leyenda, por lo que le recomendaría que leyera uno de esos más adelante.
De todos modos, este duque Conchita era un gran gourmet, así que aparentemente siempre había querido
probar el Baemu al menos una vez.
Fue una infracción contra las leyes de la iglesia, pero como el duque Conchita no fue un seguidor de la fe
Levin en primer lugar, se cree que no conocía esa ley.
Pero, como dije antes, el Baemu era un cerdo que era extremadamente raro de encontrar, por lo que
durante mucho tiempo se le escapó la oportunidad de comer uno.
El duque Conchita vio por primera vez al cerdo Baemu el año en que su hija, Banica Conchita, nació en
este mundo; Fue el año 296 en la historia de Evillious.
Se dice que cuando nació el tan esperado primer hijo del duque Muzuri Conchita, un señor feudal del
imperio beelzeniano, se alegró enormemente e inmediatamente ordenó a sus sirvientes que se prepararan para
una celebración.
Ella era una niña, preciosa como un tesoro para él.
Se peleó con su esposa Megour con respecto a su nombre, pero al final se calmó cuando él le dio el
nombre de "Banica", como lo sugirió la esposa.
—Por supuesto que no íbamos a llamarla “Muraramurajakotasupopopo”... —la esposa aparentemente
murmuró a uno de los sirvientes, horrorizada.
Para celebrar el nacimiento de su hija mayor, varios bienes de celebración fueron enviados a la mansión de
Muzuri, en las montañas, de parte de los señores del imperio. Había muchos de ellos, hasta el punto de que
incluso el propio Muzuri no podía decir qué regalos eran de quién.
—Estas joyas son del duque Oruhari... Ese espejo es de Sir Yocaski. ¿¡Hm!? Esa espada y escudo... están
bastante adornados, ¿de quién son esos regalos? Ron, ¿lo sabes?
—¡Amo, eso es un regalo de la emperatriz Juno! ¡Es realmente vergonzoso de tu parte no reconocer el
regalo de la emperatriz de tu propio país!
—¿Ah, entonces es así? Astuto de ti, Ron. Te acuerdas mucho, pero con tantos regalos... Significa que
todos celebran el nacimiento de Banica conmigo. ¿No es maravilloso?
—... Está bien por ahora, tenemos un banquete de celebración con solo la gente de esta mansión esta
noche, pero debes presentar a Banica a todos mañana. En ese momento los que te regalaron estas cosas
también llegarán. Por esa razón...
—Ya lo sé. Y es porque eso que estoy gastando mi tiempo revisándolos de esta manera. Aunque prefiero
estar al lado de mi adorable Banica, siempre...
—Lady Banica está con su madre y los otros sirvientes. Debes cumplir primero tus deberes como duque,
Amo.
—Qué dolor.
—Una vez que las cosas se hayan calmado un poco, puedes pasar tanto tiempo con la joven Lady Banica
como quieras. Sé paciente hasta entonces.
Justo cuando Muzuri estaba conversando con su criado Ron, se traían más regalos a la mansión.
—¡Amo! ¡Han llegado algunos regalos nuevos! Aparte de las joyas y el equipo, te han dado algo de ganado.
—¿¡Ganado!? Ve a comprobarlo por mí, Ron. Si hay animales raros allí, los convertiremos en comida para
la celebración de esta noche. Es la fiesta de cumpleaños de Banica, debemos tener algo extravagante para la
cena, ¡nada ordinario!
El amor de Muzuri por la comida era bastante conocido entre los señores. Debido a que conocían su
disposición, había personas que le regalaban ganado, lo que llevaría tiempo para enviar.
Habiendo ido al vestíbulo por orden de Muzuri, Ron finalmente regresó con una mirada extraña en su
rostro.
—Amo, acaban de mudar todo el ganado al establo, pero...
—Oh, ¿hay animales de aspecto delicioso allí?
—Bueno, es... parece que hay animales que no sabemos quién los envió.
—¡¿Qué?! Eso es terrible. Sentiré tal vergüenza si no sé quién envió qué cuando llegue el momento de
decir mi “¡gracias!”...
—Supongo que es porque ha habido tantos problemas...
—Oh, bien. Por ahora solo descubriremos qué tipo de ganado me enviaron y luego veremos las
expresiones de la gente cuando hablemos de ellos.
—Oh, claro... Y si hay algún ganado del cual no podamos averiguar su raza, supongo que podríamos
esquivar el problema con eso...
—¿Cómo es eso? ¿Hay algún animal raro?
—Sí... O al menos, nunca he visto uno tan extraño como ese antes.
Ron parecía estar bastante emocionado, pero por el contrario, en el momento en que Muzuri escuchó al
experto Ron decir que había un animal que nunca había visto antes, sus ojos comenzaron a brillar
intensamente.
—Eso es muy interesante. ¡Bien! ¿Por qué no voy a ver eso por mí mismo? —dijo, saltando de la silla en la
que estaba sentado y corriendo hacia el granero, con su cuerpo gordo temblando.
—Que pena... Sé que ha estado muy animado desde el momento en que nació su hija, pero aún así...
—Ron murmuró con una expresión de asombro en su rostro, observando a Muzuri desde atrás cuando salía
de la habitación—. ... No, cuando se trata de esto, podría ser sólo su apetito; Nada que ver con Banica en lo
absoluto.
Como siempre, cuando se trataba de comida, Muzuri no podía ver nada más a su alrededor.
Era un espectáculo que Ron había visto muchas veces antes.

-ESCENA 2-

—¿Cuál de los animales presentes es el raro? —Muzuri preguntó al mozo que estaba presente en el momento
en que llegó al establo.

—H-hah… Ese. Esta es la primera vez que veo a ese cerdo espeluznante, Amo —dijo el hombre,
señalando el corral.

Dentro del corral guardaban unos veinte cerdos de varias razas que vivían en las regiones del sur del
imperio beelzeniano.
El cerdo Demilamb era la raza que se comía más comúnmente en esa área. Era generoso en carne grasosa,
pero no era demasiado rico en ninguna medida, y su carne elegante era un rasgo característico. También tenía
un precioso pelaje blanco.
El cerdo de la Luna en la Sombra era una raza mixta de una combinación de una especie nativa de Marlon
y Demilamb. Apenas tenía pelaje. Su gran carne rojiza no era particularmente sabrosa por sí sola pero, si se
procesada y surtía con otros ingredientes, su delicioso sabor llegaba.
El cerdo Tasan con pelaje negro era, para decirlo claramente, horrible y maloliente. Pasando por todos los
chefs del imperio, era imposible trabajar con el aroma.
Al mismo tiempo, sus órganos eran bastante notables. Corazón, hígado, intestinos, estómago… No
importaba cuál tomases, tenían una delicia única que no podías probar en las otras razas.
Y en cuanto al “raro” del cual Muzuri estaba tan interesado, en el momento en que lo vio, supo de
inmediato lo que era.
—¡Es eso, debe ser eso! Ese es el cerdo “Baemu”, ¿verdad?
—¿E-el B… Baemu?
—Dios mío, ni siquiera sabes lo del Baemu; Primero Ron, ahora tú, ninguno de ustedes sabe nada de
comida.
Dicho esto, en realidad fue la primera vez que el propio Muzuri había puesto los ojos en un Baemu.
Sin embargo, tenía un pelaje rojo intenso, casi como si estuviera cubierto de fuego. Y tenía dos cuernos
parecidos a los de un ciervo que crecían de su sien… El cerdo “Baemu”, que a menudo se oía entre rumores,
tenía rasgos como esos.
Los otros cerdos en el corral mantenían su distancia del Baemu como si tuvieran miedo, o quizás
mostraban reverencia por él, o por ella.
—¿Conoces a ese cerdo rojo, Amo?
—Esa… es una raza de cerdo conocida como Baemu. Rara vez se muestra ante los humanos, y es
imposible encontrarlo. Es un cerdo tan valioso que entre los gourmands se lo conoce como el “cerdo
legendario”.
—Ooh… legendario, eh… ya veo. Estoy impresionado, usted sabe mucho, Amo. —El mozo miró de
nuevo al cerdo rojo y asintió varias veces, como admirado. —Entonces, su sabor debe ser bastante
sorprendente, ¿eh?
—No lo sé.
—¿¡Huh!?
—Ni yo ni nadie que conozco ha probado el Baemu. Pero hay un cuento sobre que el emperador de aquel
gran imperio solía amarlo y lo comía regularmente. Y también se dice que, como fueron cazados en exceso
para entregárselo, el número de cerdos disminuyó considerablemente.
—¿Quién en el mundo… habría enviado un cerdo tan raro?
—… Esa es la cosa. ¿El cochero que lo trajo dijo algo al respecto?
—Al parecer, él tampoco lo sabía. Dijo que había viajado en el carruaje antes de saberlo. Se imaginó que
no se pondría nada en el compartimiento de equipaje que no se enviara como regalo para el cumpleaños de
Lady Banica, así que se lo llevó con el resto de ellos.
—Hmm, ya veo…
Era una confusa historia. Muzuri se cruzó de brazos, cerró los ojos y pensó por un momento.
Luego, de repente, abrió los ojos y gritó a los cielos:
—¡Lo tengo! ¡Este es seguramente un regalo de los dioses!
—¿Q-qué?
—Si no sabemos quién lo envió, eso significa que un Baemu salvaje subió a la zona de equipaje cuando el
cochero no estaba mirando… Es razonable pensar que fue así. Allí había otro ganado, y había alimento
establecido. Tal vez fue tentado por estas cosas y entró en contra de su mejor juicio.
—… ¿Pasaría algo tan conveniente simplemente?
—Es impensable en circunstancias normales. ¡Por eso digo que es un regalo de los dioses! Seguramente los
dioses están celebrando el cumpleaños de Banica, por lo que me concedieron este Baemu como recompensa
por mis buenas obras regulares. ¡Es muy obvio!
—… Supongo que sí.
El mozo renunció a refutar eso. Una vez que Muzuri se ponía así, nada de lo que él dijera lo frenaría. Él lo
sabía bien.
—En ese caso, no hay necesidad de contenerse. ¡Con gratitud nos daremos un festín con este Baemu esta
noche!
—Dado que es una oportunidad tan rara, podría ser mejor si le diera el lujo a sus invitados de honor
durante el debut de Lady Banica. Una vez que lo hagas, tu posición social será…
—¡Absolutamente no! ¡No dejaré que gente como el Conde Vincent y el Duque Oruhari prueben mi tan
esperado Baemu! ¡Solo me lo comeré, y luego presumiré ante los demás!
—Supongo que sí —suspiró el mozo.
Como él pensó, el mozo no objetaría nada. A riesgo de repetirme, cuando se trataba de comida, era
imposible encontrar un compromiso con Muzuri. Incluso había la posibilidad de que si un hombre como el
mozo fuera a dar una opinión negativa, fuera despedido.
—¡Bien! ¡Lleva a este Baemu a las cocinas de una vez!
Sin esperar realmente una respuesta del mozo, Muzuri corrió a continuación hacia las cocinas, su gran
barriga se tambaleaba flácidamente a lo largo del camino.

-ESCENA 3-

Habiendo escuchado las instrucciones de Muzuri, en el momento en que el jefe de cocina realmente vio al
Baemu que había sido traído, sus ojos se abrieron.

—¿E-es este el “Baemu”…?


—Sí. Quiero que lo uses como el ingrediente principal para la cena. ¿Puedes hacerlo?
El jefe de cocina se acercó al Baemu, lo rodeó mientras tocaba su cuerpo y finalmente respondió “Sí”
después de asentir una vez.
—Parece que no es muy diferente de un cerdo Tasan normal, aparte de su pelo rojo, esos cuernos y el
hecho de que es un poco más grande. Creo que puedo llevar a cabo la cocina en sí con poco problema. Solo
que no tenemos garantía de su sabor…
—¡Obviamente es delicioso! ¡Cuando todo está dicho y hecho, es el “cerdo legendario”, después de todo!
—… Bueno, supongo que por ahora lo daré como el mejor. ¿Quieres que lo prepare como un cerdo Tasan
normal, solo cocinando los órganos?
—No, trata de ver si puedes hacer algo con la carne también. Podría ser diferente de otros cerdos Tasan en
ese sentido.
—Hmmm, me pregunto… —El cocinero jefe acercó su nariz al estómago del Baemu e inhaló su olor—.
… Te aconsejaría que no te hagas ilusiones con eso.
—De todos modos no queda mucho tiempo hasta esta noche. Necesitas ponerte en…
—¡Squeeeeal!
En ese momento, el Baemu comenzó a luchar repentinamente, interrumpiendo las palabras de Muzuri.
—¿¡Qué!?
El jefe de cocina fue arrojado hacia atrás en desconcierto, cayendo al suelo sobre su grupa.
Como el mozo había atado con seguridad una cuerda alrededor de su cuello, el Baemu no pudo escapar del
cocinero principal o de Muzuri. Pero la cuerda funcionó como gustó en el acto, y uno por uno el “Baemu”
comenzó a esparcir los utensilios de cocina.
—Tú, pequeño… ¡Toma esto!
Muzuri desenvainó una espada grande que se adaptaba bien a su propia estatura corpulenta de la vaina
atada a su cintura, y apuñaló cerca de su arteria carótida.
—¡Squeeeeeeee!
El Baemu lanzó un grito de muerte, y luego se acostó en el lugar. Se retorció aún más por un momento
mientras la sangre brotaba de su cuello…
Y entonces finalmente dejó de moverse por completo.
—-Bien hecho.
Después de levantarse, el cocinero jefe le dio a Muzuri un breve aplauso.
—Hmph, estoy cubierto de salpicaduras de sangre. Voy a lavarme. Confío en que me hagas el banquete
más delicioso.
Y con esas palabras de despedida, Muzuri salió de la cocina.
-ESCENA 4-

Poco tiempo después, cuando las festividades estaban a punto de comenzar, el cocinero principal corrió hacia
Muzuri mientras este estaba sentado en el comedor esperando que se llevara la cena.

—Amo, hay algo de lo que necesito hablar con usted, es acerca de ese “Baemu” —murmuró el cocinero
principal cerca de los oídos de Muzuri para que su esposa Megour, quien estaba sentada a su lado, no lo
escuchara.
—¿Qué pasa? ¿Ha habido algún problema?
—Sí… ¿Me acompañarías a la cocina un momento?
Lo que Muzuri vio cuando llegó a la cocina una vez más a instancias del cocinero fue el Baemu, la piel se
desprendió, se retiraron los órganos y se cortó en pedazos.
Pero lo que el jefe de cocina quería mostrarle a Muzuri no era el lamentable estado del baemu.
—Por favor, mire esto —dijo, presentando a Muzuri una copa de vino ligeramente manchada de rojo—.
Esta copa vino desde el interior del estómago del Baemu.
—¿Estás diciendo que el cerdo se tragó una copa de vino?
—Está bien. Incluso eso sería inusual, pero… aún más extraño es que esta copa de vino parece estar hecha
de vidrio, pero a pesar de haber estado dentro de su estómago, ninguna parte parece estar rajada o derretida.
—Oh… ya veo.
Muzuri levantó la copa ofrecida.
Probablemente habían lavado toda la suciedad con agua de antemano. El vaso estaba extremadamente
limpio y, por supuesto, no olía a nada. Tal como lo había dicho el jefe de cocina, no parecía estar dañado en
absoluto.
Era una copa de vino de fabricación sencilla, con muy poca ornamentación, Pero fue por esa razón que
Muzuri pudo decir que fue hecha con una artesanía superior. Tenía una curva completamente simétrica y
hermosa. Muzuri nunca había visto un vaso tan uniforme, sin deformidades a la vista.
—O tal vez este cerdo realmente era un “mensajero de los dioses”.
—¿…?
—Jefe de cocina. ¿Qué diablos estás diciendo? ¿Cuál es el problema con esto?
—¿¡Huh!? … Bueno. A primera vista, el vidrio parece completamente intacto, pero no podemos descartar
la posibilidad de que fragmentos tan pequeños como para ser invisibles a los ojos queden atrapados en algún
lugar del estómago.
—Entonces, ¿estás diciendo que renuncie a comerlo?
—Con respecto al estómago, al menos. Hay una posibilidad de que pueda lastimar su boca, y si tuviera que
tragar un fragmento en su cuerpo, señor… En el peor de los casos, puede ser potencialmente mortal…
—¿No es tu trabajo asegurarte de que eso no suceda?
—Naturalmente, tengo la intención de ser más cuidadoso mientras cocino. Pero eso aún deja la más
mínima posibilidad…
—No me importa. Incluso si comer este Baemu me mata, habrá valido la pena.
—… Amo, su hija acaba de nacer. Por favor, cuídese…
—Si muero, algún día, cuando Banica haya crecido, le dirás que su padre fue un hombre maravilloso que
murió buscando la superioridad de la comida.
—… Por supuesto.
El jefe de cocina dejó de intentar persuadirlo. Como su colega, no, más que ello, más bien, conocía bien la
obstinación de Muzuri en lo que respectaba a la comida.
—Voy a beber mi aperitivo con esta copa de vino esta noche. ¿Qué vino se servirá?
—Cierto. Ese sería el “Yatski L”Opera”.
—… Es un hecho que nuestro propio Imperio Beelzeniano no hace buen vino. Eso es bastante triste.
—Cierto. Y pasamos por grandes dolores para conseguir este “Yatski L”Opera” de Elphegort aquí.
Muzuri comenzó a salir de la cocina con la copa de vino en la mano, pero de repente se dio la vuelta y le
preguntó al cocinero principal:
—Es verdad, ¿ya has intentado comer el Baemu?
—… Sí, hice paté con el hígado y lo probé por seguridad.
—-Entonces, ¿cómo fue?
—… De todos los alimentos que he comido hasta este momento, fue el mejor.
—… Bueno. Sigue cocinando.
Con una sonrisa extendiéndose en su rostro, Muzuri regresó al comedor.

-ESCENA 5-

El “Baemu” que fue llevado al comedor después de varios giros y vueltas fue un ingrediente mucho más
apetecible para Muzuri de lo que había previsto.

Hubo muchas ocasiones en las que hizo que su comida estuviera hecha de ingredientes raros, que cuando
realmente los probaba, terminaba pensando: «¿Así que esto es?». Pero con toda probabilidad cuando se trataba
de este Baemu, incluso si se sacaba, se servía como un cerdo normal y se ocultaba la naturaleza de sus
ingredientes, Muzuri sin duda daría críticas al respecto.
Usando los órganos de Baemu, el cocinero principal había preparado un plato de cinco artículos. Bazo al
vapor de vino, corazón marinado, riñones a la parrilla, estómago salteado y un rollo de repollo relleno de
pulmón, corazón e hígado.
—Después de todo, no pude hacer nada con la carne, así que preparé esto como lo haría con un cerdo
Tasan ordinario —explicó el cocinero.
Muzuri había querido probar el Baemu en su totalidad si pudiera, pero si el cocinero especialista lo decía,
eso probablemente significaba que la carne realmente era poco apetecible. Como Muzuri solo quería comer la
más deliciosa de las comidas, se encogió de hombros, como algo inevitable.
.
El primero en probar los diversos alimentos fue, por supuesto, Muzuri como cabeza de familia. Aunque,
naturalmente, todos ellos habían sido probados de antemano para protegerse del posible veneno.
Al probar por primera vez un bocado del bazo al vapor de vino, Muzuri soltó un pequeño gemido. Y
luego, sin decir si le pareció delicioso o repulsivo, probó el resto de los platos, uno por uno, sin palabras.
Su rostro era de piedra. Muzuri continuó comiendo con una expresión espantosa, y el cocinero y Megour,
que estaba en la mesa sosteniendo a Banica en sus brazos, lo miraron con caras ansiosas.
Antes de que hubieran pasado cinco minutos, Muzuri había consumido todos los platos.
En ese momento, por primera vez, pareció volver a sus sentidos, levantó la cabeza de la mesa y dijo: «…
Estoy perdido. Fue tan delicioso que terminé comiendo todo sin siquiera saberlo».
En ese momento, el jefe de cocina hizo una sonrisa de alivio. Parecía que su amo había estado satisfecho
con su comida.
—Habrá más, jefe de cocina. ¡Sigue trayendo!
—Por supuesto, señor. … Por cierto, amo, es un cerdo bastante grande el que tenemos. Incluso si
almacenáramos algo, me imagino que es demasiado para que una persona pueda comerlo sola…
—Lo entiendo. Hoy es la fiesta de cumpleaños de Banica. ¡Debes tratar a los demás como a ti mismo!
Al segundo de que todos escucharan las palabras de Muzuri, unos aplausos brotaron de los sirvientes.
Ya habían oído hablar del Baemu, y todos estaban ansiosos por probar el cerdo oscuro.
Varios platos fueron traídos de la cocina. Los que usaban el Baemu eran, por supuesto, alimentos lujosos
que demostraron en su creación la habilidad de los cocineros.
Les dieron gran cuidado al procesar el estómago del Baemu, pero el cocinero principal también les dijo a
los sirvientes que si sentían algo extraño en la boca, lo escupieran de inmediato.
Otra alegría vino cuando los sirvientes probaron la comida. Habían tenido muchas oportunidades para
obtener las “sobras” de su amo gourmand de esa manera, pero incluso los de la paleta discriminadora no
pudieron ocultar su sorpresa ante el delicioso sabor del Baemu.
El banquete se convirtió en algo placentero, agradable y conmovedor, algo que no había ocurrido antes.
Al ver las expresiones de alegría en los rostros de los sirvientes, Muzuri de nuevo se llenó de felicidad,
tanto como cuando comió el “Baemu”.
Pero pronto se dio cuenta de que había una persona fuera del aire alegre.
—Oh, Megour. Ni siquiera has comido un bocado de nuestra tan esperada comida, ¿verdad? Es muy
delicioso, debes probarlo.
Pero ella, disculpándose, negó con la cabeza ante la insistencia de Muzuri.
—Lo siento. Me encantaría comer todo esto, pero todavía no estoy completamente recuperada. Parece que
no puedo aumentar el apetito.
—No digas eso, solo prueba un bocado. No es probable que tengas la oportunidad de comer el “Baemu”
por segunda vez. Y si su madre no se alimenta, no habrá leche para Banica.
—Gracias por preocuparte… Bueno, está bien, solo un bocado.
Dicho esto, Megour cortó un poco del rollo de col con su cuchillo y luego se lo llevó a la boca.
—… Bueno, es realmente delicioso.
Y cuando lo hizo, una sonrisa de repente iluminó su rostro.
Por lo general, Megour no solía comer mucho, pero era una mujer que tenía una considerable imprudencia
con respecto al sabor de la comida, como corresponde a la hija de los nobles. Muzuri sabía muy bien que ella
no era del todo el tipo de persona para decir pequeñas mentiras blancas ni halagos cuando se trataba de sus
impresiones en la comida.
—¡Eso es correcto, eso es correcto!
De muy buen humor, Muzuri desvió su mirada hacia Banica, que estaba en su regazo.
—¿Qué te parece, Banica? ¿Comerás algo también? ¿Hm?
Luego trató de llevar un pedazo del corazón marinado que se clavaba en su tenedor a la boca de Banica,
pero Megour lo detuvo apresuradamente.
—No deberías darle algo así a un bebé recién nacido, apenas es capaz de abrir los ojos…
A diferencia de las tímidas palabras de antes, esta vez su tono tenía una clara nota de rechazo.
—Hmmm… Bueno, supongo. Pensé que tal vez ella podría, viendo que ella era mi hija y todo eso…
—Tendrá muchas oportunidades para comer comidas deliciosas cuando sea mayor algún día. En este
momento, lo que necesita no es carne ni verduras, sino mi leche, ¿no es así, Banica?
Cuando Megour dijo eso, Banica soltó una risita como respuesta.
—Ah, muy bien, muy bien.

La divertida fiesta continuó después de que Megour se fuera a dormir con Banica a cuestas, y finalmente
terminó casi al principio del día siguiente.
Por su belleza, la copa de vino que había estado en el estómago del Baemu terminó siendo almacenada en
una bóveda del tesoro en el sótano de la mansión como parte de la colección de Muzuri.

El sexto jefe generacional de la familia Conchita, Muzuri Conchita.


Quizás, para él, este fue el momento más feliz de su vida.
-ESCENA 6-

Ocurrió a la mañana siguiente, cuando el ayudante Ron estaba barriendo el jardín trasero, inestable sobre sus
pies por una resaca.
Fue allí donde vio a un hombre solitario que había caído ante la puerta trasera que conducía a las cocinas.
Una gran cantidad de sangre fluía de su boca, y no había ni un movimiento en su blanca y pálida cara.
—Eh... Jefe de cocina, ¿qué te ha pasado? ¡Espere! ¡Oye, alguien, rápido!

El médico contratado por la familia Conchita llegó pronto, pero lo que le dijo a Ron fue que el cocinero
principal ya estaba muerto.
Sin heridas externas, su causa de muerte era desconocida.
Pero lo que inmediatamente le vino a la mente a Ron cuando le dijeron que había muerto era aquel
"Baemu" que había comido él mismo la noche anterior.
«¿Podría ser, podría haber sido esa la causa...?»
Era un cerdo muy raro, uno que nunca habían comido antes. No era impensable que en realidad tuviera
algún tipo de veneno.
Ron rápidamente informó al Amo Muzuri de este hecho. Muzuri se sorprendió, y su rostro palideció, pero
cuando todo fue dicho y hecho, no había nada que pudieran hacer al respecto.
Todo el mundo ya había comido el Baemu.
Todos en esa casa, aparte de Banica, que todavía era un recién nacido.
—En... al menos, ¡haga que el médico examine a todos!
Todos los miembros de la familia recibieron un examen médico según las instrucciones de Muzuri, pero
ninguno de ellos tuvo nada anormal al respecto.
Sin embargo, si se trataba de un veneno desconocido, era probable que el diagnóstico del médico no lo
detectara.
—Por ahora no tenemos más remedio que ver cómo se desarrollan las cosas. Me quedaré en la mansión
por un tiempo, así que si sientes que algo extraño sucede con tu cuerpo, dímelo inmediatamente.
Las palabras del doctor eran vagas y escamosas, pero en ese momento no tenían otra alternativa que
confiar en él.
Sin embargo, a medida que pasaba la noche, Muzuri y los sirvientes comenzaron a calmarse un poco más.
Había pasado un día entero desde que habían comido el Baemu, y nada extraño había sucedido en sus
propios cuerpos. Si el Baemu hubiera llevado en su interior algún tipo de toxina, sería impensable que nadie
fuera del cocinero principal mostrara signos de enfermedad.
Seguramente, el cocinero jefe había muerto por casualidad, por alguna enfermedad crónica oculta o algo
así. Era triste en sí mismo, pero probablemente no tenía nada que ver con el Baemu
«Si, debe de ser eso-»
Eso es lo que todos empezaron a pensar.

-ESCENA 7-

Sus esperanzas se desvanecieron rápidamente al día siguiente.


Alguien más murió.
La siguiente víctima fue el mozo. Al igual que el cocinero, había muerto en el corral de cerdos. La sangre
brotaba de su boca.
El doctor cargó su cuerpo y el del cocinero en un carruaje y abandonó la mansión.
Habían pasado dos días desde que la gente en la mansión había comido el Baemu, y porque no había
pasado nada con sus condiciones físicas desde entonces, las probabilidades de que hubiera veneno en el
Baemu eran escasas. Sin embargo, como existía la posibilidad de que hubieran contraído alguna enfermedad
infecciosa, el médico inspeccionaría sus cadáveres un poco más de cerca, por lo que se los llevó.
Al principio, Muzuri intentó en algunos aspectos hacer que todos los miembros de la familia creyeran que,
si bien estaban asustados, se trataba de una casualidad.
Eran accidentes. Indudablemente, fueron muertes posteriores por enfermedad por pura coincidencia.
La que murió el tercer día fue una sirvienta que se encargaba de las cosas en torno a Megour.
–Ya tenía más de 60 años. No había nada sospechoso en que ella vomitara repentinamente sangre y luego
muriera.
El que murió el cuarto día fue un joven jardinero.
–A menudo bebía alcohol. No había nada extraño en que él muriera prematuramente.

Cuando el médico regresó al quinto día, la mansión se había quedado como muerta; Parecía que todos
temblaban de miedo.
Al parecer, una mujer Netsuma que lavaba la ropa había muerto esa mañana.
—... ¿Cómo te sientes hoy, mi duque? —preguntó tímidamente el doctor al jefe de la mansión, Muzuri.
—... Estoy bien, no me ha pasado nada. Pero mis criados están muriendo en sucesión. Día a día… ¡uno
por uno! ¡Esto no es por casualidad! Mira, ¿conoces la causa? ¡Si lo sabes, dímela ahora, me volveré loco si esto
continúa! —le gritó Muzuri al médico, con una expresión de súplica en su rostro.
—Me traje de vuelta los cadáveres de los dos que murieron primero, y traté de abrir sus abdominales para
inspeccionar sus entrañas. Normalmente, no haría algo así, pero como no pude encontrar nada malo con ellos
viendo desde fuera...
—Bueno, entonces, ¿cuál fue la causa?
—Extrañamente, los dos tenían el estómago extrañamente hinchado. Entonces les abrí los estómagos para
mirar dentro. Cuando hice eso... encontré cosas como esta —dijo el doctor, mostrándole a Muzuri un objeto
envuelto en tela.
—… ¿Qué es esto?
A la presión de Muzuri, el médico desenvolvió la tela.
En el interior se revelaba una cubertería manchada de sangre.
—¿¡Qué... Algo así estaba dentro de sus estómagos!?
—Es un cuchillo de cocina. Esto fue en el estómago para la primera muerte - el cocinero jefe.
Naturalmente, murió una vez que había ingerido tal artículo. En cuanto al estómago del mozo... lo encontré
lleno de una gran cantidad de heno no digerido.
—¿¡Heno…!?
—Tal vez se convenció de que él mismo era ganado. De todos modos, todavía no he identificado la causa
de todo esto. Una enfermedad en la que uno come cosas imposibles... No tengo conocimiento de que exista
tal enfermedad —respondió el médico, cubriéndose la cara con las manos.
Parecía que se había rendido por completo.
—Sus condiciones parecen casi como si estuvieran poseídos por algo. Incluso si fue el resultado de una
enfermedad, no tengo forma de curarla... Lo siento mucho por no poder ayudar en este asunto.
—¡Maldita sea! Entonces, ¿qué es de mí... qué debo hacer ahora?
—Esto podría... ser poco más que un consuelo temporal, pero... en este momento parece que un hechicero
famoso ha venido a la ciudad en la base de la montaña. Si el conocimiento médico no es bueno, entonces
quizás podrías intentar consultar a su experto...
—¿¡Un hechicero!? ¡¿Estás diciendo que podría salir de esto con un rufián tan sospechoso como ese?!
¡Bastardo, solo estás dando un vago consejo para que puedas salir de aquí porque no puedes curarnos!
Muzuri estaba enloquecido de ira, y lanzó una vela que había estado al lado del médico.
—¡He tenido suficiente! ¡Tú trabajo aquí ha terminado! ¡Salga de inmediato!
Luego, se levantó de la silla en la que estaba sentado, sacó su espada y apuntó al médico.
—¡E-eeeeek!
El doctor entró en pánico y huyó.

-ESCENA 8-

En la tarde del sexto día, un solo hombre vestido con una túnica llegó a la mansión de la ciudad de Gasto, al
pie de la montaña, en respuesta a la solicitud de Muzuri.
—Mi nombre es “ABC-IR”. Es un honor conocerte, Duque Muzuri Conchita.
Una túnica negra, cabello negro y un guante negro que llevaba solo en su mano derecha.
El hechicero cubierto de negro se inclinó ante Muzuri.
—¿”Ey-bee-see-aye-are”? Ese es un nombre muy inusual.
—¿Eso crees? Yo mismo lo he tomado bastante bien últimamente. ... Aunque si me aburro puedo
cambiarlo de nuevo.
—¿No es tu nombre real?
—No lo es. Si el nombre de un hechicero se hace demasiado conocido, se confía demasiado en él, y se
convierte en un gran problema. Así que en mi caso, cambio mi nombre periódicamente. Aunque está bien, hay
algunos idiotas entre los hechiceros que continúan usando ingenuamente el mismo nombre —dijo el
hechicero, sonriendo levemente con una expresión lánguida en su rostro.
—Pero oí que eras famoso.
—Cierto. Parece que últimamente este nombre también se ha vuelto bastante famoso. ... Supongo que lo
cambiaré poco después de todo esto, ¿eh?
—¡No me importa eso! Mi problema es la peculiar enfermedad que se ha extendido en esta mansión.
—Ah, sí, escuché todo antes de llegar aquí. Que por cada día que pasa alguno de tus sirvientes muere, uno
por uno, después de comer cosas "imposibles".
Muzuri asintió.
—Sí. Esta mañana murió otro criado. Aparentemente, justo antes de que lo hiciera, vomitaba el contenido
de su estómago: sus tijeras de costura estaban esparcidas cerca.
—Una vez que comen algo así, ya no se pueden ayudar.
—Estoy insoportablemente ansioso. Sigo pensando que si las cosas siguen así, todos morirán pronto. No
solo los sirvientes... sino mi esposa y mi bebé recién nacido, y yo...
—Hmm… —Mientras el hechicero escuchaba las palabras de Muzuri, miró alrededor de la mansión—.
Mm, ya veo. Creo que lo entiendo.
—¿¡De verdad!?
—Duque Conchita, ¿has obtenido algo inusual últimamente?
—¡S-si! ¡Eso es correcto! Estas cosas extrañas han estado sucediendo desde que todos comieron ese
"Baemu"
—¿”Baemu”?
Las cejas del hechicero se arquearon un poco.
—Es un precioso cerdo Tasan que rara vez se captura. Las muertes comenzaron a ocurrir el día después
de que comiéramos para celebrar el cumpleaños de mi hija. ¿Eso significa que el cerdo es la causa después de
todo?
—Qué extraño... —El hechicero descansó su barbilla en sus manos con una expresión de desconcierto,
como si la respuesta de Muzuri no fuera la que había estado esperando—. Más bien, estaba pensando en otra
cosa... Como por ejemplo, una "copa de vino roja" o...
—¿¡-!? Una copa de vino... ¡También había una, lo recuerdo! Estaba dentro del estómago del Baemu.
—¡Eso es! —El hechicero chasqueó los dedos en aprobación—. Entonces, ¿dónde está esa copa de vino
ahora?
—Estimé que también era un artículo bastante valioso. Lo tengo almacenado en una sala del tesoro.
—Duque Conchita, esa copa de vino es sin lugar a dudas la fuente de este incidente. Te recomiendo que la
abandones.
En respuesta a la orden del hechicero, Muzuri ordenó de inmediato a su camarero Ron: «¡Ron! ¡Sácala de la
bóveda del tesoro!»
—¡Sí, señor! —Ron salió corriendo de la habitación.
El hechicero continuó su explicación.
—Ese cerdo que dices que todos comieron, me temo que fue un “Contratista del Demonio”.
—¿Qué... qué es eso?
—La copa de vino fue probablemente uno de los “Contenedores del Pecado Capital”: se cree que esos son
recipientes en los que residen los demonios. Los que hacen un contrato con este demonio se transforman en
monstruos que pueden mandar a los muertos y consumir todo tipo de objetos. Además, las personas que
beben la sangre de esos contratistas pierden su autocontrol y, al igual que los contratistas, terminan comiendo
cualquier cosa, y así sucesivamente. Sin embargo, a diferencia de los verdaderos contratistas, debido a que
tienen los cuerpos de seres humanos comunes, sus estómagos no pueden manejar estos "alimentos malignos"
y mueren. –Esa es la situación.
—En otras palabras, esta es la maldición de un “demonio”?
—Bueno, no exactamente, pero será un problema darte una explicación más detallada, así que dejémoslo
así. —El hechicero continuó su discurso mientras paseaba por la habitación—. Has traído a tu cuerpo la
sangre de ese cerdo, que era un contratista. Aunque bien, no sé cómo un cerdo haría un contrato con un
demonio. Y así, todos en esta mansión están sufriendo una enfermedad peculiar de quienes beben la sangre de
un contratista, sí, llamémosla “La Enfermedad Gula”.
—¿Gula?
—Hay una leyenda pasada que dice que un pueblo se derrumbó debido a esta enfermedad hace unos cien
años. El nombre de ese pueblo era “Gula”. Parece que en ese entonces también al principio todos morían uno
por uno cada día, como las personas en su mansión. A medida que la enfermedad se agudizaba, el ritmo se
hacía dos por día, luego tres, hasta que finalmente...
En ese momento, Ron regresó con la copa de vino que había sacado de la sala del tesoro.
—Oops, parece que el centro de la conversación ha llegado. Oh, así que esta es la copa de vino en
cuestión...
Mientras el hechicero murmuraba eso para sí mismo, un gato rojo de repente saltó desde dentro de su
túnica y saltó hacia el chambelán.
—¿¡Huh!?
Mirando de reojo al sorprendido sirviente, el gato rojo rápidamente le quitó la copa de vino con la boca y
luego saltó a los hombros del hechicero.
—Me llevaré esta copa conmigo. Oh, no te preocupes, estoy lidiando con una carga real al tomar esto por
ti...
El hechicero sonrió audazmente y recibió la copa de vino del gato.
—¿¡E-entonces no morirán más personas!? —Preguntó Muzuri, con voz llena de esperanza.
Pero el hechicero, con pesar, negó con la cabeza y respondió: «No, la enfermedad de Gula no se puede
curar completamente retirando el recipiente de tu posesión. Hasta el final, esto no hará más que evitar que siga
progresando. Como van las cosas ahora, la gente en la mansión continuará muriendo una por una».
—¿¡Qué!? ¡Entonces no has resuelto nada con eso!
—... De acuerdo con la historia del pueblo Gula de la que hablé antes, en realidad había una persona, solo
una persona, que usó ciertos métodos y logró sobrevivir.
—¿Qué... qué métodos eran esos?
—Fue muy simple. El hombre simplemente, con determinación, continuó comiendo para que su
estómago permaneciera lleno. Llenó su estómago con comida ordinaria constantemente para deshacerse de
cualquier intención de poner objetos extraños en su estómago. Recorrió la aldea en busca de comida, y luego,
cuando se acabó, se convirtió en un bandido y allanó la despensa de otras aldeas, y al hacerlo, el hombre
sobrevivió durante varios años.
—¿Él... decididamente siguió comiendo para llenar su estómago?
—Finalmente, cuando pasaron diez años, el hombre perdió repentinamente el impulso de consumir
objetos extraños. No sé si su caso es el mismo que el suyo, pero en cualquier caso, si puede resistir durante
diez años, existe la posibilidad de que esta enfermedad... no, tal vez sería mejor llamarlo maldición. “–Esta
maldición se levante”.
—Diez años... ¿¡No hay otra manera!?
—No la hay —declaró bruscamente el hechicero—. Ninguna que yo sepa, al menos. Bueno, escuché que
eres un gran gourmand, duque. Quizás de alguna manera esto es lo mejor que podría haberte pasado, ¿no
crees?
—¡Por qué tú…!
Muzuri desenfundó su espada con enojo, tal como lo había hecho con el médico, pero rápidamente
recobró los sentidos y una vez más la enfundó.
—No... Supongo que debería estar agradecido solo por saber cómo levantar esta maldición. Lo tengo, por
encima de todo necesitamos seguir comiendo durante diez años, ¿no?
—Con tu estado, duque, debería ser posible. Recoge toda la comida dentro de tus tierras. Usa cualquier
medio necesario, ¿de acuerdo?
Al decir eso, el hechicero dio una sonrisa reprimida. Tal vez debido a sus bonitos rasgos, su expresión
parecía tener un encanto algo femenino.

-ESCENA 9-

Desde ese día comenzó una vida de raspar toda la comida en la despensa, y del ganado del corral.
No solo era Muzuri. Su familia y sus sirvientes también.
Por encima de todo, meramente, persistentemente, comían para que nunca tuvieran hambre.
Las palabras del hechicero resultaron ser ciertas. Nadie más dentro de la mansión murió.
Para Muzuri, las comidas eran una alegría. Si solo necesitaba seguir comiendo, entonces, como había dicho
ese hechicero, nada podría ser más simple...
Eso es lo que había pensado al principio.
La comida en su almacén se agotó rápidamente. Muzuri impuso fuertes impuestos a la gente de su región y
continuó acumulando aún más alimentos.
Comer, beber, y por todos los medios consumir.
Esa era la única forma en la que podían evitar morir.
Con el paso de los años, los impuestos a los ciudadanos se hicieron cada vez más severos. Y a medida que
lo hicieron, la reputación del Duque Conchita se fue hundiendo.
Aun así, no podían permitirse dejar de comer.
Si se relajaban en sus esfuerzos por comer aunque fuera un poco, morirían, esa idea compulsiva
gradualmente había vuelto loco a Muzuri y a su familia.
Los sirvientes se quedaron en una posición que parecía ser bendecida a primera vista, pero para la gente en
cuestión fue una lucha. Fue una vida sin tiempo libre para disfrutar el sabor de la comida, seguir comiendo
como mero ganado, engordando.
Comenzó a haber criados que huían, incapaces de soportarlo. Hubo quienes se despojaron de las comidas,
ya no querían sobrevivir causando sufrimiento a los campesinos. Estas personas fueron atacadas sin demora
por la maldición de la "Enfermedad Gula", y sus cuerpos serían descubiertos al día siguiente.
Sus últimos momentos aterrorizarían a los miembros de la familia que los vieron, y todos ellos nuevamente
se lanzaron a comer sus comidas.
Incluso en ese entorno, Banica, la hija de Muzuri, creció rápidamente.
Cuando cumplió seis años, dijo algo como esto en la cena:
—No necesito más hoy. Ya no tengo hambre.
Dejando el tenedor y el cuchillo en su plato, Banica se volvió para mirar a su madre Megour, sentada a su
lado.
La esbelta figura de Megour, que antes era una gacela, se había convertido para entonces en algo
completamente horrible y corpulenta.
—… Come. No debes dejar nada en el plato —murmuró Megour a Banica con un tono cortante.
—No. No me gustan las zanahorias.
Banica negó persistentemente con la cabeza, en señal de rechazo.
—¡Come!
Megour se enfureció, agarró la comida frente a Banica con sus manos y luego comenzó a forzarla a comer.
—¡Para, paraaaa-!
Al ver a Banica estallar en lágrimas, Ron, quien estaba cerca, se apresuró a detener a Megour.
—¡Señora! Lady Banica no comió el Baemu como el resto de nosotros. ¡No hay necesidad de obligarla a
comer!
A pesar de sus esfuerzos, Megour continuó tratando de meter comida en la boca de Banica.
—¡Aunque yo estoy sufriendo...! ¿Por qué esta niña...? ¿Por qué es ella la única...?!
Ya no había más cordura en sus ojos.
Muzuri simplemente continuó comiendo su propia comida, observando lo que estaba sucediendo con su
esposa e hija, completamente estupefacto.

-ESCENA 10-

Finalmente, habían pasado nueve años y seis meses desde que todos en la mansión hubieran comido el
"Baemu".
Solo faltaba medio año para los diez años de los que hablaba el hechicero.
Solo continuaron comiendo, eso fue todo lo que hicieron, y sin embargo, Muzuri nunca podría haber
imaginado lo difícil que sería.
Fueron días llenos de sufrimiento. Pero eso pronto se acabaría. Solo un poco más, y serían liberados de su
estilo de vida similar al del ganado. Su castigo por parte del demonio llegaría a su fin.
–Así lo creyeron.
En esos nueve años y medio, hubo momentos en que Muzuri fue impulsado inexplicablemente por el
impulso de engullir rocas, fragmentos de espejo rotos y la llama de una vela.
Siempre que ocurría, Muzuri se ponía más serio de lo normal y se llenaba la boca de carne y verduras. Una
vez que había llenado su estómago, era liberado de esos extraños impulsos.
¿Se curaría realmente su condición una vez que pasaran los próximos seis meses? El hechicero no se había
mostrado en la mansión desde ese día. Y no lo habían visto en la ciudad en la base de la montaña.
En cualquier caso, no tenían más remedio que creer que la situación que asolaba a la gente de la mansión
era la misma que la leyenda de la aldea Gula de la que le había hablado.
El número de sirvientes había disminuido considerablemente. Ya casi nadie murió de la enfermedad Gula,
pero hubo quienes fallecieron por haber destrozado sus estómagos gracias a una simple sobrealimentación.
Habían sacrificado mucho. El propio Muzuri había perdido por completo toda la popularidad de las
personas que dominaba, y su región estaba tan agitada que no sería extraño que una rebelión estallara algún
día.
Todo fue porque tenía una enfermedad que lo obligó a comer, pero los sentimientos del hombre común
no eran tan simples como para ser suavizados por una explicación como esa.
Una vez que estuviera curado, tendría que enfrentar la expiación. Muzuri estaba preparado para perder su
estatus actual.
Su esposa Megour se había vuelto completamente loca. Atrás quedó su amable rostro. La mayor parte de
la ira de Megour, agresiva como era, estaba dirigida principalmente a su hija, Banica.
Banica se había convertido en una niña miserable, mucho más que mansa. Parecía que últimamente todo lo
que había visto de ella era verla cenando tranquilamente por miedo a su madre.
Pero los dos estaban vivos. Incluso solo eso fue suficiente para Muzuri. Incluso si lo perdía todo, estaba
bien mientras tuviera a su familia a su lado. Si podían encontrar un lugar tranquilo para vivir, él estaba seguro
de que Megour volvería a su antiguo yo.
Solo quedaba un poco más. Una vez transcurrido medio año, todo habría terminado.
–La única preocupación de Muzuri era que recientemente había habido mucho más frío que de costumbre
en su región, o incluso en todo el territorio de Beelzenia. Pronto llegarían a la temporada de cosecha, pero él
había estado recibiendo informes de que los cultivos no habían crecido como él pensaba que lo harían.
Incluso si había hambre, estaba en el territorio de Beelzenia; debían de tener algunas reservas de
emergencia de alimentos, y por lo tanto, mientras no sucediera nada demasiado grave, no sería demasiado
perjudicial.
Pero el territorio Conchita no pudo hacer tal cosa. La comida que sacaba anualmente de los ciudadanos
siempre se comía inmediatamente después, por lo que en la actualidad no había casi nada que hubiera podido
reservar.

-ESCENA 11-

Las dudas de Muzuri se hicieron realidad de una manera más cruel de lo que había imaginado.
Todos los cultivos perecieron en el clima frío y, además, gracias a la propagación de la plaga, el ganado
también había sufrido.
Fue la llegada de una gran hambruna.
Faltaban dos meses para llegar a los diez años que el hechicero había predicho, se habían vuelto incapaces
de mantener las grandes cantidades de alimentos que tan desesperadamente necesitaban.
Muzuri buscó la ayuda de la capital imperial y de los otros señores regionales, pero como también estaban
poniendo todo su empeño en asegurarse de que su gente no se muriera de hambre, no podían escatimar nada
para el territorio Conchita. Todos sus recursos fueron rechazados.
—Necesito... necesito encontrar algo de comida...
Los sirvientes de la mansión habían comenzado a buscar locamente algo que pudieran comer. Si no
llenaban sus estómagos, había una posibilidad de que la maldición del "Baemu" descendiera sobre ellos.
—¡¿Aunque haya llegado viva hasta aquí... tendré que soportar morir en el último momento...?!
Todos estaban al borde de la muerte. O, mejor dicho, las únicas personas que quedaban en la mansión
ahora eran aquellas que se aferraban desesperadamente a la vida.
Entre ellos había quien empezó el intentar robar comida entrando a las casas de los plebeyos. Pero la
hambruna había llegado cuando ya estaban empobrecidos por los pesados impuestos. No había ciudadanos
con suficiente comida almacenada para satisfacer su hambre.
En cualquier caso, había llegado al punto en que podían comer cualquier cosa, siempre y cuando fuera
comestible. Cosas que normalmente eran demasiado malolientes o demasiado duras, cosas que normalmente
no podían soportar: se habían comido la carne del cerdo de Tasan sin reservas, y si encontraban algún insecto
o rana cerca de los terrenos de la mansión, todos se pelearían por ellos, no importa lo espeluznantes que
fueran.
Aun así, no había suficiente comida. Habiendo continuado comiendo en cantidades tan grandes, sus
estómagos habían crecido más que los de una persona normal, por lo que no eran cosas que se pudieran llenar
tan fácilmente.
Finalmente, la "enfermedad Gula" comenzó a manifestarse en los sirvientes de la mansión. Todos los días,
uno por uno, devoraban cosas como piedras y tijeras, y luego morían. Ya no tenían forma de detenerlo.
Cuando habían transcurrido medio mes para el final del tiempo previsto, las cosas habían llegado a un
estado en el que los cadáveres gordos de los sirvientes estaban esparcidos por la mansión.
—Esto... podría estar tan lejos...
Muzuri se sentó solo en su silla en la sala de audiencia, contemplando el terrible espectáculo dentro de su
mansión.
La muerte por la enfermedad Gula tenía un límite de una persona por día. Les quedaban unos diez días
hasta el corte, pero solo quedaban catorce personas en la mansión. Excluyendo a Banica, que tenía trece años,
lo que significaba que si las cosas iban bien, tres personas podrían sobrevivir.
Sin embargo, no tenían ninguna garantía de que la enfermedad Gula se curaría en el momento adecuado, y
no sabía si su esposa y él estarían entre los sobrevivientes. Muzuri no había comido casi nada en varios días.
—Tú... debes tener hambre, mi pequeña Banica, ¿eh?
Megour entró en la habitación junto a Banica. Tal vez debido a su hambre, o por el desorden de su mente,
estaba vagando continuamente por las habitaciones con un andar asombroso.
Banica era verdaderamente lamentable. Ella ya había llegado a comprender que las personas en la mansión
padecían una enfermedad extraña. Por esa razón, ella misma había dejado de comer mucho antes para que sus
padres y los sirvientes pudieran tener incluso un poco más de comida. Y, sin embargo, ella no había expresado
ni una sola palabra de queja sobre lo hambrienta que estaba.
Cuando nació Banica, no, cuando todavía estaba en el vientre de su madre, Muzuri había orado por la
felicidad de su hijo y se había preparado para hacer cualquier cosa por eso.
–¿Cómo pudo haber resultado así?
—Moriré si no como, así que... ¿realmente no hay nada que pueda comer?
Megour caminó alrededor de la habitación una vez más, murmurando para sí misma.
Antes de que ella se volviera así, había sido una mujer sabia. Era hija del primer ministro de Elphegort, y
Muzuri se había enamorado de ella en el momento en el que la vio, anhelando su mano en matrimonio. No
había ninguna base para las relaciones diplomáticas entre el Imperio de Beelzenia y Elphegort, y no es que
hubieran pocos obstáculos para el matrimonio, pero al final pudieron lograr unirse.
Su amor por ella no había cambiado incluso ahora.
Debido a eso, no había querido verla así, pero el que había creado la razón del estado actual de Megour no
era otro que el propio Muzuri.
Megour inicialmente se había negado a comer el "Baemu" en la cena de celebración cuando nació Banica.
Muzuri la había engatusado para que se lo comiera.
—¿Oh…?
Megour se detuvo repentinamente, sus ojos cayeron sobre el cadáver de uno de sus retenedores tendidos
en el suelo.
Continuó mirando el cadáver con una expresión parecida al asombro.
Mirando a sus ojos, Muzuri fue atrapada por una ansiedad inexpresable.
La mirada de Megour, fija en un corpulento cuerpo.
Era casi como...

—Oh... Todavía hay algo para comer, ¿no?

Eso fue todo.


Megour estaba mirando el cadáver con los ojos encendidos como si fuera un cerdo enteramente asado.
«Pero... no podemos. Eso es lo único que no podemos hacer, Megour».
Comer un ser humano.
Ese sería el trabajo de una bestia o demonio.
—¡Jefe de cocina! ¿¡No hay un jefe de cocina aquí!?
Megour llamó en voz alta fuera de la habitación, pero no hubo respuesta.
—Honestamente... no hay nada que hacer al respecto, lo haré yo misma.
Todavía tan inestable como siempre, se acercó a Muzuri y le ofreció su mano con indiferencia.
—Querido. Préstame tu espada. Necesito cubiertos.
Por supuesto, Muzuri no pudo responder a su petición.
—… No. No puedo hacer eso.
—Sólo dame tu espada, ya.
—Megour, no importa cuán vacío esté tu estómago en este momento, lo que vas a hacer es...
—¡DAME! ¡ESO! ¡YA!
Megour atacó a Muzuri.
Con una expresión espantosa en su rostro, ella trató de sacar su espada de su vaina.
—¡Detente! ¡Detente de una vez!
Muzuri luchó desesperadamente, pero como no había comido bien, no tenía fuerzas. Eso debería haber
sido lo mismo para Megour, pero parecía que por alguna razón sus brazos tenían más poder de lo normal.
Banica estaba temblando en silencio en la esquina de la habitación, viendo a sus padres luchando entre sí.

«Oh, querida Megour. Ya te has vuelto completamente loca. No, no sólo tú. Éramos todos nosotros, ese
día. El día en el que comimos el "mensajero de los demonios”. Fuimos tomados por ello. Nos volvimos locos.
Todos nosotros… No deberíamos haber intentado sobrevivir si eso significaba volverse tan horrible por
dentro...»

La espada fue sacada de su vaina.


Pero la persona que sujetaba su empuñadura no era Megour.
Era su dueño, el propio Muzuri.

Entonces, bajó la espada sobre su amada esposa, ante él.


Se dijo que la familia Conchita había sido designada para ocupar el puesto de duque gracias a que era
descendiente de la familia imperial beelzeniana.
Al parecer, el duque Muzuri Conchita, su sexto jefe de familia, logró escapar de la maldición del "Baemu".
Aparte de él, solo sobrevivieron dos personas en la mansión. Su hija Banica, que no había comido el
"Baemu" en primer lugar, y el único miembro restante de sus sirvientes, Ron, que logró salir sin morir.
Después de la gran hambruna, el duque Conchita fue privado de su posición como señor, y durante un
tiempo el territorio Conchita quedó bajo el control directo de la familia imperial beelzeniana.
El territorio volvería a manos de la familia Conchita quince años después. Se dice que fue después de la
muerte del Duque Conchita. Su hija Banica fue seleccionada como el nuevo jefe de familia.

... De todos modos, parece que tu próximo plato ha llegado.


Al tomar tu plato, ¿te cuento un cuento de la crecida Banica y su amor?
SOPA
-SOPA DE CUELLO DE CUPIDO CUERNO-

-ESCENA 1-

El segundo plato es "Sopa De Cuello De Cupido Cuerno".


Tomamos el cuello de la oveja "Cupido Cuerno" que vive en abundancia en la isla de Marlon, la cortamos
finamente, la mezclamos con abundantes patatas y hierbas, y luego la hervimos con un poco de "Salsa Jakoku"
para resaltarle el sabor. Es una sopa que quizás no tengas muchas oportunidades de probar aquí, en el
continente, pero aparentemente se come con bastante frecuencia en Marlon.
–¿Hm? ¿Ya lo sabías?
-Oh ya veo. Así que usted es un nativo de Marlon, señor.
En este momento está unificado con los diversos países del continente, pero en la época de Banica
Conchita tanto el país de Marlon como el país de Leona se encontraban en la isla de Marlon, y estaban en
medio de la lucha por la hegemonía.
El país de Marlon estaba ganando la delantera en el estado de cosas en ese momento, pero el rey en aquel
entonces, Charon Marlon, aparentemente planeaba fortalecer su relación con el Imperio Beelzeniano, un gran
país que poseía la mitad de las tierras de Evillious como su territorio, para aumentar el poder que su país
ejercía aún más.
La emperatriz beelzeniana tuvo una idea similar. Debido al "Evento Venomania" que ocurrió en el año
136, y la rebelión en relación con eso que fue instigada por Karchess Crim, la conexión entre Beelzenia y
Marlon fue mucho más débil de lo que había sido en el pasado. Ese era un asunto inminente para el
gobernante del Imperio Beelzeniano, la emperatriz Juno.
Había un método que era el más simple y efectivo para fortalecer la conexión entre sus países, y era crear
una relación por matrimonio entre la familia imperial y la familia real.
Sin embargo, en ese momento todas las personas casaderas de la familia de Beelzenian eran hombres, y
todos los candidatos en la familia real de Marlon eran igualmente todos hombres.
Y así, la que terminó siendo seleccionada para el papel fue la hija de la familia del Duque Conchita, Banica.
Ella estaba relacionada con la familia imperial beelzeniana. Era joven y elegible a los quince años, por lo que
hubo discusiones sobre un compromiso entre ella y el tercer príncipe de Marlon, Carlos.
Al verse obligados a separarse de su posición en Beelzenia debido a su escándalo, la familia Conchita
difícilmente podía rechazar.
Y así, por primera vez, Banica se fue de la tierra de Beelzenia, donde había nacido y crecido, y se dirigió
hacia el país al otro lado del mar occidental, el país de Marlon...
Carlos Marlon estaba hosco.
–Ciertamente, en este momento, supuso que realmente no había estado desempeñando su papel como
corresponde a un príncipe. Gracias a su débil constitución desde nacimiento, no había llevado a cabo ningún
negocio público muy bien en comparación con sus hermanos mayores, y no tenía ninguna esperanza en la
lucha con espadas. Y en lo que respecta a la cuestión de si le fue o no bien en sus actividades académicas,
también falló en eso.
Sin embargo, era sin discusión un príncipe de Marlon, tercero en la fila para el trono. No había necesidad
de que él se mostrara en público solo para ayudar al hombre común. Cuando se trataba de la guerra, era mejor
dejar a los soldados con fuerza bruta como su única característica redentora. ¿En cuanto al gobierno? Había
una montaña de ministros y funcionarios capaces del gobierno en Marlon, ¿verdad?
Probablemente había pocas posibilidades de que él realmente heredara el trono... Eso es claramente lo que
todos pensaban. Sólo intentaron engañar a sus hermanos.
Y ahora, finalmente, había esta indignación. Al final, su padre, su madre e incluso sus hermanos lo vieron
como nada más que una herramienta.
«¿Fortalecer nuestra relación con el Imperio beelzeniano? ¿Tienen la intención de venderme por algo así?»
—No me voy a casar.
La sala de audiencias en el Palacio de la derecha del castillo de Marlon. Estaba decorada con varias
pinturas, y había una enorme araña en el techo. Un dragón de dos cabezas estaba representado con bordados
de oro en una alfombra azul.
El rey Charon Marlon, sentado en la silla de roble más alejada a la puerta de la habitación, lanzó una
mirada severa a su hijo Carlos, que acababa de declarar su negativa a aceptar el compromiso.
—... ¿Piensas abandonar tu deber como miembro de la familia real, Carlos?
El rey lo miró con ojos indiferentes. Por su tono, sorprendentemente no sonaba enojado, pero por otro
lado tampoco parecía que tuviera la intención de considerar los deseos de Carlos en lo más mínimo. Un aire de
intimidación forzada pesaba sobre el cuerpo de Carlos.
—Hasta este punto, he pasado por alto una gran parte de tu egoísmo por piedad por tu condición débil.
Pero no puedo hacer eso esta vez. Una conexión con el Imperio de Beelzenia... es esencial para el objetivo
final de nuestro reino, la unificación de la isla de Marlon...
—No estoy diciendo que no voy a hacer un matrimonio político. Incluso mis hermanos tuvieron que
hacerlo, después de todo. ... Pero sean cuales sean las circunstancias, ¡es demasiado repentino hablar de eso
ahora!
—No es realmente tan repentino. Es algo que he estado discutiendo con esa emperatriz por un tiempo.
La "Emperatriz" de la que habló el rey fue el actual Emperador de Beelzenia, la Emperatriz Juno.
Unir fuerzas con el país de Marlon probablemente sería beneficioso para Beelzenia, ya que recientemente
habían comenzado a perder el poder de su edad de oro.
—En otras palabras, ¿estás diciendo que esto es algo que impulsaste por tu cuenta sin consultarme al
respecto? ¡No puedo soportarlo! Y lo que es peor, ¡he oído que mi prometida ni siquiera es miembro de la
familia Imperial! ¡Solo la hija de uno de sus subordinados, la de un Duque!
—Dicen que no hay mujeres solteras en la familia imperial de Beelzenian en este momento, por lo que
realmente no hay otra manera. Y la familia Conchita es la de una de los "Cinco duques" de Beelzenia, y además
tiene una relación de sangre con la familia imperial beelzeniana. Ciertamente no creo que te falte nada con una
compañera así.
—¿Dices que son de los “Cinco Duques” pero, ¿que no es la familia Conchita los recién llegados que
fueron seleccionados para eso en los últimos años? No solo eso, sino que escuché que el actual jefe de la
familia, Muzuri, fue expulsado de su cargo como señor hace cinco años después de haber sido censurado por
su mal gobierno. Con la hija de una familia así como mi esposa... ¡la realeza de Marlon se convertirá en un
hazmerreír!
El rey no se inmutó ante las cáusticas palabras de Carlos, sin embargo, cruzó los brazos y pareció pensar
un momento, como si sintiera alguna razón en lo que su hijo estaba diciendo.
—... Sin embargo, este acuerdo ya se ha decidido. Mañana la hija de la familia Conchita cruzará el mar y
vendrá aquí a Marlon. No podemos rechazarla ahora, sea cual sea la razón.
—La ceremonia de boda no se llevará a cabo justo después de que nos reunamos, ¿verdad?
—Esto es solo una reunión... No soy tan despiadado. Hay algunas cosas que tenemos que hacer para
prepararnos, después de todo. Mientras tanto, puedes encontrar un tiempo para profundizar tu relación con la
chica... así que eso es todo.
Al escuchar eso, la expresión de Carlos se volvió un poco más aguda.
—... Entonces, ¿eso significa que si hay algún error serio de mi parte, este compromiso se cancelará?
El rey podía hacer una conjetura aproximada sobre qué era lo que Carlos estaba planeando.
Hizo un profundo suspiro, y luego dijo, en tono de advertencia: «Carlos. Si haces algo para estropear esto,
debes saber que puedes acabar privado de tu primogenitura como heredero».
—... Mis posibilidades de ser rey son extremadamente bajas de todos modos, ¿no? Así que entonces...
—Perder tu herencia, ¿entiendes lo que eso significaría? Para decirlo de otra manera, dejarías de ser mi
hijo. Y como ya no serías un príncipe, ya no tendrías ninguna razón para que se te permita vivir en el castillo.
Habló en voz baja, pero eso fue sin duda una amenaza dirigida a Carlos.
—... Bueno, entonces, ¿qué debo hacer?
—No tienes que hacer nada. Por ahora, saluda a Lady Banica cortésmente mañana como un caballero de
Marlon. Tu rudeza, a saber, es la vergüenza de Marlon. Nunca olvides que estás asumiendo parte del prestigio
de este país.
—...
—Eso es suficiente, esta conversación ha terminado. Puedes irte.
Y allí, Carlos fue expulsado de la sala de audiencias.
«Así que supongo que al final solo van a ignorar lo que quiero».
Carlos estaba malhumorado.

-ESCENA 2-

Al día siguiente, la hija de la familia Conchita llegó al castillo de Marlon como estaba previsto, con sus
sirvientes. El rey, su esposa, la reina Milkicent, y Carlos recibieron a sus visitantes en la sala de audiencias.
—Es un privilegio estar en tu presencia. Soy Ron Grapple, y soy el jefe de la familia Conchita.
El retenedor, cabeza actual de la familia Conchita, dio un paso adelante para inclinarse ante el rey, y luego
comenzó la presentación de la muchacha corpulenta que estaba esperando detrás de él.

—Esta es Lady Banica Conchita, quien es la siguiente en la fila para convertirse en la cabeza de la familia
Conchita.

Como reacción a sus palabras, Banica dio un solo paso hacia adelante como si empujara a lo largo su
cuerpo regordete, y luego se inclinó cortésmente como su retenedor había hecho.

—Estoy muy... complacido con estas conversaciones de compromiso. Puede que no tenga experiencia,
pero espero que podamos aprovechar al máximo esto.

Tal vez por nerviosismo, su cuerpo se sacudió con pequeños temblores, y una vez que terminó su saludo,
hizo un pequeño esfuerzo por levantar la cabeza.

Por consideración a ella, la reina amablemente habló a Banica y le dijo:

—Por favor, relaje los hombros, lady Banica. Si los arreglos de compromiso se llevan a cabo sin
problemas, esta también será pronto tu familia. No nos importa que te lo tomes con calma en tu propia casa.

Una vez que se le dijo eso, Banica finalmente levantó su rostro nerviosamente, encontrando la mirada de la
realeza de Marlon ante ella.

La reina asintió con la cabeza mientras sonreía, pero Banica devolvió esta pregunta a la reina:

—Um... He, ¿he hecho algo grosero? —Miró ansiosamente el rostro de la reina, y luego cambió su mirada
hacia Carlos, que estaba de mal humor y mirando hacia un lado—. Él... no se ve muy contento...

La reina respondió a Banica, un poco nerviosa pero todavía sin soltar su sonrisa.

—Ah... Deberíamos haber hecho las presentaciones primero nosotros mismos. Este es Carlos, él será tu
marido. Lo siento por su insociabilidad. Todavía es un poco joven como tú y no sabe cómo manejarse con las
mujeres, por lo que es un poco tímido.
—Así que ese es... el príncipe Carlos.

Banica se puso de pie y se giró para que estuviera directamente frente a Carlos, una vez más inclinándose
hacia él.

—Yo... es un placer conocerte... Estoy segura de que nos llevaremos muy bien.

El propio Carlos no hizo ningún movimiento para encontrarse con los ojos de Banica, todavía mirando
hacia un lado, pero al final simplemente murmuró: «... Igualmente».

El rey había observado los procedimientos sin expresar una sola palabra hasta este punto, pero después de
confirmar ese intercambio en particular, dijo, mirando hacia el retenedor de Banica: «Debes relajarte un poco.
Entonces, ¿debo entender que toda la comitiva de la señorita Banica sería usted mismo y... esos dos niños
detrás de usted?»

De pie, con expresiones distraídas, detrás de Banica y su retenedor, había un niño rubio que vestía un traje
negro como el de un sirviente, y una niña que se parecía a él con un uniforme de sirvienta.

Ambos parecían tener la misma edad que Carlos y Banica.

Al darse cuenta de que los dos estaban allí, el criado los reprendió apresuradamente.

—¿¡Ustedes dos no van a presentarse apropiadamente!?

Ante eso, los dos finalmente, se arrodillaron en silencio, y se inclinaron con indiferencia.

Primero la niña abrió la boca.

—Soy Arte.

Entonces el niño continuó.

—Soy Polloooo.

Después de soltar un gran suspiro, Ron se disculpó por su rudeza a los diversos miembros de la realeza de
Marlon.

—Estos son los encargados de cuidar a Lady Banica y quedarse a su lado... Por favor, acepte mis disculpas,
no ha pasado mucho tiempo desde que se convirtieron en sirvientes después de todo...

Pero en lugar de enojarse, el rey se rió ruidosamente en el acto.

—Ja ja ja, eso está bien. Todos nuestros jóvenes se están apresurando a la guerra, así que somos solo
nosotros los viejos los que estamos en este castillo. Tener a gente como tú aquí podría hacer que este lugar sea
un poco más animado. Bueno, entonces tendré cuatro habitaciones configuradas para todos ustedes.

—Oh, no, dejando a Lady Banica a un lado, una habitación será más que suficiente para estos niños y para
mí.

—Ahora no digas eso. Tenemos un montón de habitaciones de sobra. Has venido desde Beelzenia hasta
aquí. Ustedes deberían disfrutar.

—Eres muy amable. Sin embargo, como no puedo garantizar que Arte y Pollo no hagan un lío si les quito
la vista de encima... quizás sea mejor que compartamos una habitación.

—Ya veo. Entonces, en ese caso, tendré una habitación grande preparada para vosotros. Y si encuentra
algo que no sea de su satisfacción, no dude en hacérnoslo saber en cualquier momento.

El rey habló a un guardia de palacio que estaba a su lado y le ordenó que preparara una habitación para sus
invitados de Beelzenia.

La guardia de palacio asintió y salió de la sala de audiencias. Al cabo de un rato, regresó y condujo a Banica
y sus sirvientes a su habitación.

-ESCENA 3-

La sala de audiencias después de que Banica y sus sirvientes se hubieran ido.


Carlos fue el primero en abrir la boca.
—... Esa chica, Banica, es bastante gorda, ¿verdad?
Estaba claro que había algo de disgusto mezclado en su tono.
Sin embargo, parecía que la opinión de la madre de Carlos difería de la suya.
—Oh, ¿estás insatisfecho? Creo que es mucho mejor, una mujer gordita como esa tiene mucho más
encanto. Y parece que va a dar a luz a algunos bebés muy sanos.
Carlos pensó que su madre no tenía poder persuasivo para decir algo así, su madre estaba muy orgullosa
de su figura esbelta. El hecho de no poder controlar su propia condición física era sin duda una prueba de su
autocomplacencia. Mirando solo su cara había un poco de ternura allí, pero en comparación con su madre y
sus hermanos, ella estaba claramente demasiado gorda. Si Banica se convirtiera en su esposa, sus hermanos se
burlarían de él nuevamente.
Le habían dicho que ella estaba relacionada con la familia imperial beelzeniana. Una vez había ido al
Imperio Beelzeniano cuando era un niño, y cuando recordaba a la Emperatriz Juno y al resto de los miembros
de la familia imperial, todos tenían un tipo de cuerpo como el de Banica.
¿Era esa forma corpulenta algo genético?
El rey se aclaró en voz alta su garganta y luego miró a Carlos con una expresión severa.
—¿No entendiste lo que te dije ayer?
«Oh, más regaños, ¿eh? ...», Carlos gruñó para sí mismo, harto, y luego respondió con un tono rebelde:
«No sé a qué te refieres».
—Estoy seguro de que te dije que saludaras cortésmente a la señorita Banica. Entonces, ¿por qué el
comportamiento anterior? Fuiste extremadamente descortés.
—Ellos son los que fueron groseros. Alguien que viene a la familia Marlon trayendo solo tres sirvientes. Y
dos de ellos son niños.
—Esto es sólo un encuentro y un saludo. Una vez que el compromiso se haya resuelto correctamente,
tendrán mucha más preparación por sí mismos para hacer. Y esos niños son, por lo que parece, casi de la
misma edad que tú, ¿verdad? Podrían ser muy adecuados como compañeros de juego.
Carlos no tenía ninguna intención de jugar con unos mocosos tan impertinentes.
—No son solo ellos. ¿Por qué no apareció el padre de Banica, el jefe de la familia Conchita? ¿No es
costumbre que el jefe de la familia venga aquí y haga sus saludos?
Carlos estaba convencido de que esto significaba que la gente de Beelzenia estaba mirando a la familia real
de Marlon, después de todo. Por todos los derechos, debería ser el mismo rey, y no Carlos, quien debería
señalarlos.
Pero el rey negó con la cabeza y habló en defensa del jefe de la familia Conchita.
—He oído que el Duque Conchita está postrado en cama por enfermedad. Creo que no está en
condiciones de viajar.
Qué vergonzoso. Marlon no era dependiente de Beelzenia. ¿Por qué tenían que actuar tan serviles hacia
ellos?
Carlos paseaba alrededor del rey mientras estaba sentado en su trono.
—Tienes que aferrarte a tu orgullo como rey. La situación actual podría ser que en este momento son el
país más poderoso. Pero aún así, ¿cómo va a ir si siempre hacemos concesiones? La unificación de Marlon no
va a suceder con un ataque tan débil...
—¡Lo sé sin que me lo digas!
El ferviente discurso de Carlos fue interrumpido por la exasperación del rey.
La reina miraba en la otra dirección con una expresión un tanto horrorizada. Las discusiones entre Carlos
y el rey eran cotidianas. Sabía muy bien a estas alturas que incluso si tuviera que intervenir, solo empeoraría las
cosas. En momentos como estos, ella simplemente fingía que no era asunto suyo.
Cuando Carlos trató de refutar las palabras del rey una vez más, la entrada a la habitación se abrió
ligeramente y entró el retenedor de la familia Conchita.
—Mis humildes disculpas. Parece que el estado de ánimo del príncipe Carlos se ha agriado en nuestra
cuenta.
Por lo que parecía, había podido escuchar la discusión entre Carlos y el rey de afuera.
Sintiendo una buena oportunidad para cambiar la atmósfera turbulenta que se desarrollaba en la sala de
audiencias, la reina sonrió al asistente de Banica y dijo: «No has hecho nada más que disculparte desde que
llegaste aquí. Está bien, no pasa nada».
Sin embargo, el retenedor de Banica continuó, sin hacer ningún esfuerzo por levantar su cabeza baja.
—De todos modos, soy una persona que ha servido a la familia Conchita durante muchos años. Le
agradecería que me permitiera decir algunas palabras en nombre del honor de Lady Conchita.
Si se cancelaran los actuales planes de compromiso, él probablemente sería el culpable de ello.
«Suena como que este tipo está un poco desesperado por el compromiso».
Carlos no sintió ninguna simpatía real hacia el retenedor de Banica, pero se mostró reacio a que un
extranjero lo considerara una persona con cabeza de cerdo.
Bien, se dignaría a escuchar la defensa de ese hombre.
—Bien. Habla alto.
Carlos volvió a su lado junto al trono del rey.
—Gracias por su atención. Bueno, me imagino que ya te han dicho que la familia Conchita fue expulsada
de su cargo como señores hace cinco años.
—Oh, sí.
A pesar de decir eso, Carlos no sabía muy bien los detalles sobre por qué. La emperatriz beelzeniana fue
famosa por no permitir que ningún escándalo en su país saliera al público. Aunque, la noticia de que uno de
sus "Cinco duques" había perdido su señoría había llegado a Marlon, ya que ella no podía ocultarlo.
—Es cierto que por eso hay muchos rumores terribles sobre el actual jefe de la familia Conchita, Lord
Muzuri. Sin embargo, para contarles lo que realmente sucedió, la tragedia comenzó cuando el Señor Muzuri, o
mejor dicho, todos los que vivían en esa casa, se vieron afectados por una cierta enfermedad difícil de curar...
—¿Enfermedad-?
—Para arreglar esta enfermedad necesitas una enorme cantidad de comida. Como resultado, Lady Banica
ha estado luchando desde que era muy joven. Se vio obligada a comer comidas que no quería. Su estado de
salud es tal debido a esa enfermedad.
—Oh... Que horrible...
La reina miró honestamente al retenedor de Banica con una mirada compasiva.
Pero en realidad, el hombre había echado una pequeña mentira. Verdaderamente, era cierto que la gente de
la mansión se había contagiado con la "Enfermedad Gula", sin embargo, solo Banica no había sido afectada
por ella. Banica fue obligada a comer debido al abuso de su enloquecida madre, pero para barrer eso debajo de
la alfombra, decía que Banica también había estado enferma.
Pero todos los miembros de la realeza de Marlon presentes, empezando por la Reina, creyeron en todo el
asunto sin ver a través de su engaño.
—Para garantizar la comida, Lord Muzuri tuvo que imponer fuertes impuestos contra su gente. Al final,
fue censurado por su majestad la emperatriz Juno, y fue removido de su asiento como gobernante de ese
territorio. Su única salvación fue que no le quitaron su puesto como duque, por piedad hacia él. Quizás este
compromiso nos dará el ímpetu para que su majestad reviva a la familia Conchita.
El rey se inclinó hacia adelante y luego le preguntó al jefe de la cabeza: «¿Esa enfermedad está
completamente curada ahora?»
Sería muy insostenible que alguien que ingresa a la familia real de Marlon tuviera una enfermedad
incurable. Él no sabía qué tipo de enfermedad era en particular, pero si eso significaba que ella no podía tener
hijos, entonces realmente no había manera de que el matrimonio pudiera pasar.
El rey tenía dudas sobre eso.
Pero Ron respondió a la pregunta, sonriendo: «Sí. No hay nada anormal en Lady Banica ahora. Así que no
tienes de qué preocuparte».
—¿Todavía puede tener hijos?
—Por supuesto. —En ese momento, la frente de Ron se arrugó un poco—. Lord Muzuri, por otro lado, se
ha enfermado con una enfermedad diferente después de muchos años de ansiedad. Incluso si fuera a ser
restaurado a su posición de señor, probablemente le sería difícil cumplir con sus deberes. Para mi estimada
familia Conchita, Lady Banica es nuestra última esperanza.
Su expresión era de piedra.
Impresionado por la forma en que se mantuvo, el rey se reclinó profundamente en su silla y le hizo un
cumplido al hombre: «Parece que el duque Conchita se ha aferrado a un excelente retenedor».
—Muchas gracias. Gracias a la enfermedad de su juventud, Lady Banica ha estado sola, sin poder hacer
amigos por sí misma. Esos gemelos, Arte y Pollo... Cuando contraté a esos dos tan cercanos a Lady Banica en
edad de sirvientes, fue porque pensé que podían servir como amigos. Gracias a eso, nuestra tímida Lady
Banica se ha vuelto un poco más alegre últimamente.
Carlos había escuchado en silencio la historia del criado de la familia Conchita todo este tiempo, pero
cuando escuchó la historia personal de Banica, comenzó a sentir la más mínima empatía por ella.
Él mismo había sido físicamente débil desde que era joven. Incluso ahora llevaba consigo en su bolsillo
una medicina secreta que había sido transmitida a su familia, para que pudiera beberla rápidamente cada vez
que comenzara a tener espasmos.
Él nunca había sido capaz de hacer amigos tampoco. Aunque siempre había gente reunida alrededor de sus
hermanos, ese no era el caso de Carlos. No había podido salir a jugar afuera debido a su debilidad y, sobre
todo, todos los niños de su edad eran simplemente idiotas sin sentido del valor. Al menos, eso es lo que pensó
Carlos. Así que había preferido estar solo, y finalmente la gente dejó de intentar acercarse a él.
Quería estar solo, pero por otro lado también era solitario estar siempre aislado. Para cuando Carlos se
había dado cuenta de eso, ya no había nadie con quien pudiera estar en buenos términos.
¿Cómo había estado Banica? ¿También había estado sola o había sido una niña que disfrutaba de una vida
solitaria?
El retenedor de Banica siguió hablando.
Se enfrentó a Carlos y una vez más inclinó la cabeza.
—Príncipe Carlos. Perdóneme por suponer, pero sospecho que no está tan ansioso por comprometerse.
Pero, por favor, no abandones a la familia Conchita. No, no abandones a Lady Banica. Sobretodo quiero más
que nada que ella se vuelva feliz.
—... No puedo hacer ninguna promesa. Decidiré por mí mismo qué tipo de chica es, y si es adecuada para
casarse con la familia real de Marlon.
Al escuchar eso, Ron dio una sonrisa satisfecha.
—Es bueno escuchar eso. Es solo mi opinión, pero Lady Banica es una persona amable, amable y
maravillosa. Estoy seguro de que la tomará bien, príncipe Carlos.
—Incluso si me gusta ella, todavía está el asunto de lo que ella piense de mí.
—No creo que tengas que preocuparte por eso. Conozco a Lady Banica desde que nació. Así que sé que
ella ya te tiene un poco de cariño, príncipe Carlos.
—¿A pesar de que me estoy comportando así con ella?
—Por eso, tal vez. Lady Banica es terca, prefiere a los hombres que puedan manejarla.
Al escuchar eso de un lado, la reina dijo inocentemente con gran ánimo: «Oh, no es ese maravilloso,
Carlos? En ese caso, ¿os casareis ustedes dos de inmediato?»
—No te burles de mí. Te lo dije. Decidiré por mí mismo con respecto a ella. ¿Estás bien con eso, padre?
Carlos, la reina y el retenedor de Banica miraron al rey a la vez.
Él simplemente gruñó, «Mhm», y asintió.
—Eso es lo que he estado diciendo desde el principio.
Carlos caminó hacia el retenedor de Banica y firmemente le puso una mano en el hombro.
—Está decidido. Dijiste que tu nombre era Ron, ¿verdad? Dile que solo descanse de su viaje por hoy.
Mañana voy a mostrarle el castillo.
—Sí, señor. Estoy seguro de que Lady Banica estará encantada. ... En ese caso, con esta solicitud puede ser
que sobrepase mis límites, pero...
—¿Qué es?
—¿Te importa si Arte y Pollo van también? A Lady Banica no le gusta estar separada de ellas dos...
—… Está bien. Estaba planeando que vinieran también algunos de mis propios sirvientes.
La expresión de Carlos se había vuelto un poco triste de nuevo.

-ESCENA 4-

Al día siguiente, Banica y Carlos y sus varios criados y guardaespaldas bajaron a la ciudad capital de Bariti. Ron
terminó descansando en el castillo ese día, teniendo fiebre por el agotamiento de su viaje.
Hubo un poco de alboroto con la gente del pueblo cuando su tercer príncipe se mostró a sí mismo en la
ciudad, pero en realidad no era lo mismo que una función oficial, y los guardaespaldas los guiaban con
firmeza, por lo cual no se produjo ningún pandemónium real.
Mientras Banica miraba a su alrededor con curiosidad, Carlos, que caminaba a su lado, le preguntó: «¿Te
gusta Bariti?»
—… Hmm. Supongo que me daría una impresión diferente si el sol brillara un poco más.
Profundas nubes grises cubrían el cielo. Pero en Bariti esto no era una ocurrencia infrecuente.
—No sé cómo es en Beelzenia, pero esta ciudad siempre se ve así. Rara vez tenemos cielos azules
—explicó Carlos.
Pero Banica simplemente respondió: «Supongo que sí...». No parecía estar particularmente interesada.
«Qué mujer tan hosca», esa fue la franca impresión de Carlos. Él la habría odiado aún más si ella no tuviera
clase y fuera temerariamente alegre y ruidosa, pero todavía estaba luchando un poco con ella por estar tan
callada. El propio Carlos no era muy bueno para conversar.
—Parece que no eres muy aficionada a esta ciudad.
Después de preguntarse si debería o no cambiar de tema, lo que salió de la boca de Carlos luego fueron
esas palabras cínicas. En realidad, Banica parecía tener cierto interés por el paisaje urbano, pero tampoco
parecía que estuviera disfrutando.
Banica no dijo nada, arrugando y guiñando. Un poco irritado por su conducta, Carlos le dijo en tono un
tanto más contundente: «Dímelo en voz alta. Odio las mentiras».
La expresión de Banica se alarmó por un momento, pero luego abrió la boca.
—… Bien. Para ser franca, se siente muy triste aquí. Aunque supongo que probablemente sea porque el
cielo está muy nublado.
—Wow, esa es realmente una respuesta contundente. Llamar "triste" a la ciudad donde vive tu posible
novio...
—Lo-lo siento...
Banica se encogió tanto que Carlos se sentía como si acabara de acosarla.
Sintiéndose incómodo, terminó tratando de cubrirse un poco de ella.
—Oh, no, creo que tal vez tengas razón en decir eso. Ahora mismo, Marlon está en medio de una guerra
con nuestro país vecino. Todos nuestros jóvenes reclutas se han alistado en el ejército, y los ancianos que nos
quedan también están trabajando en ello. Así que todos en la ciudad están un poco tensos.
—La guerra... la odio. No puedo soportar ver a la gente haciéndose daño.
—Nadie realmente mata a otra persona porque quiera hacerlo. Pero en este mundo hay personas que
entran en conflicto con nuestro sentido de los valores. Para la gente del país de Marlon, de estos hay muchos
más en Leona. Todos son vulgares, salvajes y no tienen modales. Nunca llegarás a ninguna parte hablando con
ellos. Si pudiéramos hacer eso, la isla de Marlon ya se habría unificado hace siglos. Pero tal como están los dos,
nuestros países se odian y se están matando el uno al otro. Escuché que todos los soldados que han sido
capturados por el país de Leona están encarcelados en la Torre del Reloj de la región de la Piscina Sangrienta, y
son asesinados después de ser sometidos a una tortura espantosa. Tenemos que hacer que paren de hacer
cosas así. Debemos derribar el martillo de la justicia en Leona y restaurar la paz en la isla de Mar...
Carlos se dio cuenta de que sin pensarlo había estado despotricando en Banica, y se cortó a mitad de la
frase. Seguramente no había ninguna dama que realmente disfrutara de una conversación tan sangrienta. No
quería que lo consideraran un hombre que no tenía idea de cómo hablarle a una mujer, la cuestión de si a
Banica le desagradaba o no.
Pero Banica no mostró ninguna señal de que estuviera incómoda, en cambio miró a Carlos con una
expresión genuina y le preguntó: «Entonces, ¿algún día también irás al frente de batalla, príncipe Carlos?»
Sin esperanzas en la lucha de espadas y la estrategia, Carlos no era capaz de llegar al campo de batalla. Pero
él respondió de manera pretenciosa: «No... Odio cosas tan vulgares como agitar una espada. Y un rey parado
en las líneas del frente alentando a sus soldados es una forma demasiado antigua de hacer las cosas. No
importa cuántas batallas gane, no llegará a ninguna parte si el jefe general muere, ¿verdad? Debes considerar la
construcción del nuevo país cuando termine la guerra. Y la realeza es la que debería estar en el centro de eso,
¿no?»
Banica no mostró ninguna duda sobre sus palabras mientras lo miraba.
Ella simplemente murmuró: «Creo que sería bueno... si fueras a lograr tu sueño de unificar a Marlon».
Naturalmente, ella misma debe saberlo. Que su compromiso era uno de los métodos que estaban
empleando para ese fin.
—Banica, ¿tienes algún sueño propio? —le preguntó Carlos de repente.
Probablemente fue la revitalización de la familia Conchita, como había dicho el jefe de personal: tenía
cierta inclinación a comprobarlo por sí mismo.
Pero la respuesta de Banica fue un poco inesperada.
—Lo hago... quiero comer tantas comidas deliciosas de todo el mundo como pueda.
—¿Eh? ¿Qué es eso?
Carlos casi continúa diciendo que decir cosas así probablemente era la razón por la que ella estaba tan
gorda, y cerró la boca apresuradamente. No importa cómo lo expresara, sería indeciblemente grosero.
—Cuando era pequeña, normalmente no podía tomar mis comidas como quería... Así que supongo que
podría ser yo quien retroceda ante eso, pero ahora estoy muy feliz de poder elegir libremente lo que como.
Últimamente me he dado cuenta de que comer no es solo algo que necesito hacer para sobrevivir, sino algo
que también puedo disfrutar haciéndolo.
Así que parecía que Banica no estaba jugando. Su idea general sobre la comida gracias a su educación fue
muy diferente a la de Carlos.
Pero Carlos no podía estar completamente de acuerdo con la forma de pensar de Banica.
—Si no te importa que lo diga, es un privilegio de ser un noble.
La población general no podía permitirse elegir los alimentos que comían de preferencia. Tomaban todo lo
que tenían para obtener las provisiones que necesitaban para hacerlo.
—Supongo que sí... Es por eso que quiero hacerlo para que más y más personas puedan disfrutar de la
comida, sin tener que preocuparse por ello. Siempre estoy pensando si podría haber alguna manera de lograrlo.
Carlos pensó para sí mismo que ella era una chica con una forma de pensar muy divertida, bastante
inadecuada para la hija de un noble.
—Creo que toda esta charla sobre comida me está dando hambre.
Carlos habló a los guardaespaldas y criados.
—Vamos a volver al castillo ahora.
En el castillo estaban preparando la cena.

-ESCENA 5-

El rey, la reina y los hermanos de Carlos estaban lejos del castillo, en Cesta, en el noroeste, por asuntos
oficiales.
«Supongo que me han dejado atrás de nuevo».
A diferencia de cuando era niño, la salud de Carlos ya no era tan grave como para no poder realizar viajes
largos, pero se había convertido en algo típico que no participara mientras no fuera un asunto público serio.
Por esa razón, la cena de ese día terminó siendo solo entre él y Banica.
Sus sirvientes tenían sus comidas preparadas en un área separada, pero inmediatamente después de que
Banica y Carlos comenzaran a escarbar en su comida, los gemelos corrieron ruidosamente a su habitación.
La primera en hablar fue la niña: Arte.
—¡Esto es terrible, Lady Banica! ¡La comida aquí sabe a mierda!
El siguiente fue el niño, Pollo, que habló con Arte con la esperanza de pacificarla.
—No digas algo así, Arte. El sabor es un poco débil, eso es todo.
—No es que sea débil. ¿¡No usáis ningún condimento en esto!? ¡Es como comer corteza de árbol! Uagh,
es solo lo peor, uuuugh.
—Bueno, ¡ciertamente hay un sabor sutil allí! O bien, casi no hay sabor en absoluto, ¡pero! ¡Es genial si
solo intentas llenar tu estómago!
—¡Estás desesperado! ¡Cocinar es calidad sobre cantidad! Haciéndome comer esta comida que sabe a
cerdo... Lady Banica, ¡esto significa guerra! ¡No hay otra opción que la guerra!
Carlos llamó al guardia que estaba frente a la habitación y luego, sin decir palabra, le dio órdenes con los
ojos. El guardia, también sin palabras, asintió y luego se movió para colocarse detrás de Arte y Pollo, que
seguían causando una escena. Cogió a Arte con su brazo derecho, y a Pollo con su izquierdo, y luego
abandonó la habitación.
—… Lo siento. Esos niños que no tienen modales —se disculpó Banica con Carlos, avergonzada.
—De verdad, debemos hacer que tu retenedor les dé una charla severa más tarde. ¿Nunca han comido
esos dos desde que llegaron aquí a este país?
—Supongo que comieron demasiados dulces en el barco... Así que Ron se enojó y no les preparó sus
comidas la noche anterior y esta mañana.
—Así que eso significa que estaban lloriqueando porque la comida que se hizo para ellos cuando
prácticamente se morían de hambre era tan mala.
—Lo siento mucho…
—Está bien.
No se sentía tan bien que las comidas que comía todos los días fueran criticadas de esa manera, pero cada
uno tenía sus propios gustos. Carlos no tenía una mente tan estrecha como para perder la calma por algo así, y
tampoco quería que se lo pensara así.
Carlos de repente quiso preguntarle la opinión de Banica al respecto. Simplemente había estado comiendo
la comida que le habían traído sin realmente ofrecerle sus impresiones. Pero ella debía de tener algún tipo de
opinión.
—Por cierto, ¿qué piensas al respecto, Banica? ¿Lo mismo que los gemelos? —preguntó Carlos.
Banica dejó su cuchillo y el tenedor por un momento.
—Tengo algunas... —Parecía que se preguntaba cómo debería responder durante un corto período de
tiempo, pero al final abrió la boca, aparentemente al haber tomado una decisión—. Para ser sincera, es cierto
que el sabor es mucho más débil que el de la cocina beelzeniana.
—Oh, ya veo. Supongo que para mí eso es simplemente normal.
—Pero tal vez eso es sólo una diferencia en la nacionalidad y la cultura. Beelzenia ha tenido especias y
condimentos del oriente que fluyen a través de ella desde tiempos antiguos, pero he oído que Marlon apenas
usa algo así en su cocina.
Especias... Carlos nunca había oído realmente que algo como eso se usara en la cocina. Por supuesto,
probablemente no lo sabía porque no tenía un interés particular en la comida.
—Bien, entonces, si usamos esas especias y cosas similares en nuestra comida, ¿sabrá mejor?
Banica inclinó un poco la cabeza ante la pregunta de Carlos.
—No lo creo... Como dijiste antes, Príncipe Carlos, creo que debido a que la gente de Marlon está
acostumbrada a este sabor, aplicar demasiadas especias sin pensarlo podría, por el contrario, hacer que su
sabor sea demasiado rico. Entonces, necesitaríamos un poco de prueba y una variedad de especias o
condimentos que preservarían la sutileza de la misma y aún así mostrarían su potencial de sabor.
Ah, por lo que parecía, el conocimiento de esa chica en lo que se refería a la comida era de lo más
impresionante. Carlos estaba un poco impresionado.
Aún más, ahora que el tema se había volcado en la comida, la actitud de labios cerrados de Banica había
cambiado repentinamente para convertirse en animada y locuaz.
—Tal vez deberías intentar usar esto.
Abruptamente sacó una botella llena de un líquido negro de su bolsillo.
—¿Qué es eso?
—”Salsa Jakoku”. Es un sabor oriental secreto que es poco común incluso en Beelzenia. Por favor, intenta
poner solo una pequeña gota de esto en la sopa.
Haciendo lo que se le indicó, Carlos puso el líquido de la botella que le había dado en la sopa. Se
preguntaba si debería poner algo que no había sido probado por el veneno en su boca, pero pensó que si era
algo que ella había preparado para él, probablemente estaba bien.
Una vez que realmente había tomado una cucharada de la sopa, podía decir que era muy diferente ahora.
Si pudiera ponerlo en palabras simples... era extremadamente sabroso.
—Con solo un poco de salsa, el sabor se ha vuelto completamente agradable y suave. Y el poco de
estimulación hacia mi garganta también es agradable.
El sabor era tan adictivo que se sintió atrapado por el impulso de renunciar a la cuchara, recoger el plato
de sopa y verterlo en su boca de un solo trago.
—Me alegra que te guste.
Cuando Banica se enteró de lo que Carlos pensaba, ella sonrió alegremente.
Carlos se sorprendió repentinamente de lo linda que parecía su sonrisa, y apartó los ojos de manera
nerviosa.
Para tratar de cubrir eso, volvió el tema a la sazón.
—... ¿Siempre llevas esa salsa?
—”Salsa Jakoku” es un sabor mágico. Trae un mundo nuevo a casi cualquier alimento en el que lo pongas.
Aparte de este, tengo otros dos condimentos que siempre llevo encima allá donde vaya.
Tenía curiosidad por saber exactamente qué eran los dos restantes. Cuando Carlos le preguntó seriamente,
Banica sonrió un poco maliciosamente.
—Jojo, luego te mostraré cuando cenemos mañana. –Bueno, estoy llena.
En algún momento, ella había terminado de comer toda su comida.

-ESCENA 6-

A medida que pasaban los días y los meses, Carlos descubrió que estaba empezando a disfrutar el tiempo que
pasaba con Banica.
Casi todo de lo que ella hablaba tenía que ver con la comida, pero como casi nunca había pisado tierra
firme, Carlos encontró que el contenido de sus historias era información reciente.
Además, cada vez que Banica hablaba de la comida, era tan elaborada y rebosante de realismo que Carlos
podía imaginar fácilmente en su mente los platos que nunca antes había visto, estimulando su hambre. Fue
hasta el punto en que Carlos, quien no sentía interés por la comida, había empezado a pensar fácilmente que le
gustaría ir al continente en algún momento si tuviera la oportunidad y probar la cocina de la que ella hablaba a
menudo.
Y si fuera al continente, necesitaría algún especialista con él. Los ingredientes del plato, el condimento, la
historia... sin ningún conocimiento sobre esos temas, su forma de disfrutar la comida debería de ser
excepcionalmente diferente. Y cuando se trataba de alguien que calificaba para eso... dudaba que hubiera
alguien cerca de él que supiera más sobre comida que Banica.
Tal vez no sería tan malo viajar al continente con ella. Había oído que ella no había puesto un pie en
ningún país del continente fuera de Beelzenia: Asmodean, Elphegort y Divina Levianta, que se había fundado
recientemente. Y esos diversos países también debían tener sus propias culturas alimentarias particulares.
Probablemente nunca iba a tener la oportunidad de ser rey coronado en su camino, y desde que era un
niño, en momentos en los que no podía salir al exterior, había querido con todo su corazón intentar soltarse
por un momento. Cambió. Su salud física era mucho mejor ahora que en el pasado. Mientras mantuviera su
medicina a mano, no era probable que se encontrara colapsando al final de un viaje.
Pasear por el país con Banica era divertido. Ella no era una persona muy animada, pero él podía relajarse
un poco solo porque ella estaba allí a su lado. Tal vez fue porque no aburrió a Carlos con su arte de la
conversación sobre la cocina, o tal vez porque mantuvo una actitud calmada, nunca se enojó ni se opuso cada
vez que Carlos, de manera inadvertida, decía algo desagradable. O tal vez eso fue solo el resultado de su figura
más completa.
Bueno, en realidad hacer un viaje solo para los dos sería difícil. Esos sirvientes gemelos molestos casi
seguramente les acompañarían, y al propio Carlos no se le permitió salir del país sin escolta...
«Me estoy adelantando mucho aquí. Ni siquiera estamos casados todavía».
El rey le había informado a Carlos que los preparativos para la ceremonia de la boda debían comenzar en
serio una vez que comenzara el nuevo año. Todavía no había dado una respuesta definitiva, pero Carlos ya no
sentía ningún deseo de oponerse al compromiso de él con Banica.
«Un matrimonio arreglado políticamente, no importa lo que lo inició. No me disgusta Banica. Y estoy
seguro de que ella siente lo mismo. Ella sonríe mucho más a menudo ahora que al principio».
... Lo que le preocupaba un poco era que últimamente Banica a veces mostraba un poco de agotamiento
en su rostro de vez en cuando. Y, aunque esto podría no haber sido necesariamente algo malo, se había vuelto
un poco más delgada que antes.
Ella se había quedado en Marlon durante mucho tiempo. Tal vez sentía un poco de nostalgia.
-ESCENA 7-

Al año siguiente, la emperatriz del Imperio Beelzeniano, Juno, llegó a Marlon. Con el propósito de celebrar una
conferencia con el rey Marlon para estar doblemente segura de la alianza entre Marlon y Beelzenia, pero al
mismo tiempo también se hizo oficial el matrimonio de Banica y Carlos.
La conferencia en sí había terminado en unas pocas horas. Al parecer, hablaron de cosas como un desglose
de los detalles de la ayuda necesaria para ganar la guerra con Leona y la derogación de algunas restricciones
comerciales, pero como Carlos no había estado presente, no estaba seguro de los detalles.
Por la noche, el comedor se preparaba en el castillo de Marlon. Asistieron el rey y la reina de Marlon,
Carlos y sus dos hermanos mayores, la emperatriz Juno, varios de los principales ministros del Imperio
Beelzeniano y Banica.
—Por todos los derechos deberíamos ir a Beelzenia nosotros... Muchas gracias por tomarse el tiempo de
venir aquí.
Cuando comenzó la cena y se sacaron los platos uno por uno, la reina inclinó la cabeza profundamente
ante la emperatriz.
—Jo jo jo. —La emperatriz soltó una risa ahogada, sacudiendo con entusiasmo su gran cuerpo y la carne
de su doble mentón—. Oh, no importa. Seguramente el rey no puede abandonar imprudentemente el país
mientras está en medio de una guerra con Leona. Y está el asunto del compromiso de Lady Banica.
La emperatriz tomó un sorbo de su aperitivo y miró a Banica, que estaba sentada dos asientos a su
izquierda. Sus ojos estaban abatidos, con mucha más tensión de lo normal.
La emperatriz, con buen humor, clavó algo de su ensalada de aperitivo con el tenedor, se la llevó a la boca
y luego continuó hablando.
—Pronto deberíamos determinar la fecha oficial para la ceremonia de boda. Yo misma creo que junio sería
un buen momento. Oh, asegurémonos de que la ocasión especial sea magnífica. Comenzando con los “Cinco
duques”, traeremos a todos los estadistas de mayor rango de Beelzenia, pero ¿podrá venir? Supongo que es
obvio que lo hará, es el matrimonio de su propia hija después de todo...
De esa manera, las discusiones sobre el matrimonio continuaron por sí mismas.
No hubo consideración de la posibilidad de que el compromiso pudiera ser cancelado.
—Estás bien con eso, ¿verdad, príncipe Carlos?
Cuando la emperatriz cambió bruscamente la conversación, Carlos estaba justo en el proceso de recoger
una cucharada de "Sopa de Cuello de Cupido Cuerno" y llevársela a la boca.
—… Sí. Estoy perfectamente bien con eso.
Carlos había respondido a la pregunta de la emperatriz pensando que estaba remarcando el sabor débil de
la sopa y preguntando si él mismo estaba satisfecho con ella.
Al ver una interrupción en el flujo de la conversación que la emperatriz había continuado sin detenerse, el
rey le habló.
—¿Estaría bien si tuviéramos la ceremonia en Marlon?
—¿Eh? Oh, sí, eso sería razonable. Naturalmente, le ayudaremos involucrándonos con los diversos gastos,
como la ceremonia y los anuncios al público.
«¿Debería pedir prestado en secreto la "salsa Jakoku" de Banica y poner algo en su sopa? No, sería muy
grosero hacerlo aquí». Con Carlos pensando con esos pensamientos, no estaba escuchando en absoluto la
conversación en la sala.
La emperatriz siguió hablando todavía.
—El padre de Banica también estará encantado. Además, el hogar de la futura esposa de Marlon, que ya
no es su territorio, está en malas condiciones. Tendré que pensar en un momento apropiado para restablecer
su posición...
—Disculpe, príncipe Cult.
El que interrumpió el discurso de la emperatriz fue un oficial comisionado masculino.
Estaba vestido con una armadura y llevaba una bolsa de tela ligeramente sucia. Cuando apareció de
repente en el comedor, se dirigió hacia el segundo hermano mayor de Carlos, Cult, que también era el
comandante del ejército.
—¿Qué es? Estamos en el medio de la cena.
Aunque a pesar de decirlo, Cult no hizo ningún movimiento para expulsar al oficial de la habitación.
Estaba privado de la interminable charla de la emperatriz. Así que estaba usando la apariencia fortuita del
oficial como pretexto para salir de la conversación, al escuchar su informe.
El oficial enderezó su postura y comenzó a decirle a Cult su razón para estar allí.
—Lamento mucho interrumpir su comida. Sin embargo, tengo que informarle de la noticia de que el
mago del que hablamos anteriormente acaba de ser encarcelado en las mazmorras de la Torre Media...
Pero parecía que el informe llegó a los oídos de la emperatriz.
—¿Mago? —Se inclinó hacia delante y miró fijamente al oficial y a Cult, aparentando mostrar cierto
interés—. ¿Hay un usuario mágico en esta isla?
Cult se volvió hacia ella con resignación, y luego comenzó a explicar.
—Sí. Un hombre espantoso dijo que trabajaba para lord Erizo, un noble de leona. Fue capturado en la
línea del frente por nuestro ejército el otro día, así que lo trajeron a Bariti para una investigación.
—Un hombre... entonces es un poco diferente a la persona que tenía en mente.
—¿También conoces a un hechicero, emperatriz Juno?
—Oh, sí. Una hechicera con vínculos considerables con la familia imperial beelzeniana.
—Ya veo... Todavía no sabemos si el hombre que capturamos es un verdadero hechicero o no. Sin
embargo, Lord Erizo también es un general que manda al segundo ejército de Leona. Si podemos obtener su
información, entonces podremos avanzar mucho más en la guerra.
El oficial sacó un objeto delgado con forma de espada y un vaso de bebida hecho a mano de la bolsa y se
los mostró a Cult.
—Ese hechicero, “Ey-bee-see-aye-are”, estaba caminando con estos artículos extraños.
—Hmph, qué espada de forma tan peculiar. ¿Y es eso... una copa de vino?
Al ver eso, la emperatriz Juno se inclinó aún más hacia adelante, su enorme barriga cabalgando sobre el
escritorio.
—¿Qué es, qué es? ¿Son esas algunas herramientas mágicas?
Por otro lado, Carlos no tenía ningún interés en su conversación, y todavía estaba preocupado por si debía
o no pedir algo de "Salsa Jakoku" a Banica.
Miró a Banica. Cuando lo hizo, vio que al igual que la emperatriz, ella todavía estaba mirando los artículos
que el oficial había sacado.
No estaba inclinada hacia adelante como la emperatriz, pero sus ojos eran serios, más que eso, estaban
desenfocados como si estuviera poseída por algo.
«¿Tiene ella algún interés en la magia?»
Carlos pensó que era extraño. Él nunca había oído nada de eso de Banica.
Pero los dos no se habían conocido ni siquiera por un año entero. Era comprensible que había lados en
Banica que Carlos no sabía.
—Es suficiente. Repasaremos esto otra vez, pero ahora mismo estamos cenando. Usted puede irse.
La emperatriz parecía totalmente cautivada por el tema, por lo que Cult cortó rápidamente la conversación
y se llevó al oficial.
Aunque el oficial se había ido, y los implementos que había traído iban con él, Banica todavía parecía estar
en un estado de shock.

-ESCENA 8-

Después de que la emperatriz continuara charlando de forma persistente, la reina emitiría vagos sonidos de
acuerdo para demostrar que estaba escuchando, el rey diría algunos comentarios breves cuando tuviera la
oportunidad, Cult forzaría una sonrisa cada vez que lo arrastraban. La conversación y el hermano mayor de
Carlos, Kirk, simplemente continuaron comiendo tranquilamente. De manera similar, Carlos comió la comida
que se les había traído en silencio, pero no pudo evitar preocuparse por Banica, quien se había mostrado un
poco extraña desde que vio esas herramientas que pertenecían al hechicero.
Mientras todo eso sucedía, la cena estaba llegando a su fin.
—Ya he terminado —dijo la emperatriz, dejando el cuchillo y el tenedor.
Todavía quedaba más de la mitad de su comida en el plato ante ella.
—¿Oh? Parece que no has comido mucho —señaló la reina.
Ciertamente al principio, la emperatriz se había abatido de corazón mientras hablaba, pero el ritmo que
había estado comiendo poco a poco se había ido reduciendo, y al final apenas había tocado su comida.
—Ah... No, supongo que no tengo mucha hambre hoy —respondió la emperatriz con un tono
avergonzado.
«Quizás los platos no se adaptaban a sus gustos», pensó Carlos.
La emperatriz, al igual que Banica y esos sirvientes gemelos, era una beelzeniana. Había una gran
posibilidad de que la cocina de sabor sutil de Marlon no fuera de su agrado. Aunque parecía haber intentado
forzarse a sí misma a continuar comiendo hasta al menos a mitad de camino.
—Ya veo. Bueno, también debes estar cansada de tu viaje, ¿verdad?
Sonaba como si el rey no tuviera idea de los sentimientos de la emperatriz.
A continuación, la reina dejó su propia vajilla.
—Yo también he terminado.
—También dejaste algo, ¿verdad?
Esta vez el rey le señaló a la reina. Ella también había dejado algo de comida.
—Han hecho mucha comida para hoy. Nunca podría comer todo eso.
—Es Verdad, es verdad. Yo mismo estoy lleno.
El rey podría ponerse detrás de la excusa de su esposa, dejando un poco de él.
Si bien no fue en la medida en la de esos otros tres, los hermanos de Carlos también habían dejado algo de
comida en sus platos. Carlos se las había arreglado para consumirlo todo, pero estaba seguro de que su
estómago estaba mucho más lleno de lo normal. El cocinero se había dejado llevar y había hecho demasiado.
Banica había comido todo también. Todavía estaba un poco alejada, pero Carlos estaba al menos un poco
aliviado de que no parecía estar enferma ni nada, ya que aparentemente todavía tenía apetito.
—Bueno, entonces, voy a guardar la vajilla.
Los sirvientes se acercaron a la mesa del comedor y comenzaron a juntar los platos con toda la comida
extra.
Entre ellos estaban esos gemelos y el retenedor de Banica, Ron. Hubo momentos en que ayudaban a los
sirvientes en el castillo de Marlon, sin limitarse a cuidar a Banica.
Ron aparentemente era un sirviente veterano, y cumplía con indiferencia sus deberes incluso en ese lugar
de trabajo desconocido sin agitación. Los gemelos también estaban, inesperadamente, realizando su trabajo
enérgicamente, en contraste con su perversidad habitual.
Banica miraba fijamente el estado de los gemelos que seguían devolviendo la comida.
Carlos pensó que tal vez ella estaba preocupada por los dos, pero después de una inspección más profunda
se dio cuenta de que no estaba mirando a los gemelos, sino a lo que tenían a mano.
Banica miraba las sobras que estaban sobre la vajilla que llevaban.
Y, finalmente, comenzó a mirar inquietamente los platos que llevaban los otros camareros, no solo los
gemelos.
—Oye, Banica, ¿algo está mal? Has estado un poco extraña por un tiempo —le dijo finalmente Carlos.
Ella no era nada más que educada durante las comidas. Esa fue la primera vez que Carlos la había visto
actuar así.
—... Qué desperdicio —murmuró Banica, contemplando las comidas que devolvían, sin prestar atención a
Carlos.
—¿Eh?
Carlos estaba estupefacto, incapaz de comprender el significado de sus palabras. Echándole una mirada de
reojo, ella bajó la vista y miró los platos que aún quedaban en la mesa.
—... Tengo que comerlo, todo... ¡Tengo que comerlo!
Sosteniendo su tenedor, Banica se inclinó hacia delante y lo apuñaló en un bistec a medio comer sobre la
mesa a su derecha.
Luego se lo llevó a las manos y se metió el trozo de carne en la boca de una sola vez.
El filete había sido dejado por Cult; y aunque era solo la mitad de uno, todavía era bastante grande. No era
algo que pudiera comerse una chica de un bocado, pero Banica lo engullía muy fácilmente.
—¿Qué... Qué estás haciendo?
En lugar de parecer enojado con las acciones de Banica, Cult solo estaba en shock. Ni siquiera entendía
completamente lo que acababa de suceder.
A continuación, Banica se inclinó aún más hacia delante y le arrebató un plato más, a la derecha del filete,
uno que tenía pudin de postre. Luego se lo tragó todo en un segundo, como si fuera una bebida.
El que había dejado eso atrás era el hijo mayor de la familia real de Marlon, Kirk. No le gustaban mucho
las cosas dulces, y por eso no había tocado su pudin
—...
Kirk no dijo nada. Carlos no sabía si eso era porque era una persona reticente desde el principio, o si era
porque estaba tan sorprendido que no podía decir nada.
—¡Todavía... aún queda más...!
Banica se puso de pie con vigor. La silla en la que había estado sentada se volcó. Luego corrió hacia uno
de los camareros que intentaba volver a la cocina y agarró y arrancó el plato que llevaba, o mejor dicho, la
langosta grande que estaba encima.
Allí, en el lugar, devoró la langosta. No solo el cuerpo, sino también la concha. Todo ello.
—H-hey... Banica
Carlos intentó acercarse para detener a Banica, pero por alguna razón su cuerpo no se movía.
Parecía que era lo mismo con los demás. El rey, la emperatriz, la reina, sus hermanos, los ministros,
ninguno de ellos pudo detener a Banica, con los ojos fijos en su extraño comportamiento.
«Me matará si me interpongo en su camino...»
Esa idea pasó por la mente de Carlos. En realidad, había pocas posibilidades de que eso sucediera, pero no
podía evitar pensar eso; Los ojos de Banica se abrieron de par en par y se derramó una baba en sus labios, sus
acciones la hicieron parecer casi como una bestia, o algo aún más aterrador que eso.
—Comer... comeré... tengo que comerlo todo... si dejo algo, me castigará.
De repente, un silencio descendió sobre el tranquilo comedor.
Solo se escuchaba el sonido de Banica comiendo y su voz murmurante.
Y, solo una más, no, solo dos más, voces que se escuchan desde el rincón de la habitación.
Carlos giró sus ojos en la dirección donde podía escuchar las risas.
—Jeejee.
—Jeejee.
Y allí estaban esos sirvientes gemelos, Arte y Pollo.
Como las caras de los demás se torcían de horror, solo los dos estaban tranquilos, seguían riendo como si
hubieran sabido que las cosas serían así.
Después de eso, el compromiso entre Banica Conchita y Carlos Marlon fue cancelado.
Hay varias teorías acerca de por qué: que las acciones de Banica en la cena habían tocado la ira del Rey
Marlon, que sospechaba que estaba enferma y que no quería que una persona enferma ingresara en la familia
real de Marlon, o que la Emperatriz Juno cortó ella misma el compromiso para evitar la vergüenza que se
produciría en su país si se hacía público. Nadie sabe cuál es la verdad ahora.
En cualquier caso, es obvio que lo que Banica hizo en esa cena fue lo que lo causó. Pero, ¿por qué tomó
tales acciones?
Banica le había ocultado algo a Carlos. Ella era una gourmet, pero al mismo tiempo también era una
terrible glotona. Se ha dicho que la cantidad de comida que ella comió en ese momento era tres veces mayor
que lo que una persona promedio podría comer.
Pero ya sea por vergüenza de ese hecho, o tal vez porque había escuchado a Carlos desde fuera de la
habitación en secreto cuando él la llamaba gorda, siempre comía solo la cantidad que una persona normal
tendría que comer todo el tiempo que había estado en Marlon. Tal vez su hambre había alcanzado su límite el
día de esa cena porque había estado viviendo así durante la mitad de un año.
Por supuesto, podría haber otra razón por la que ella se volvería loca de esa manera.
Como, por ejemplo, si le diera un vistazo a un "demonio" con el que nadie debe tener contacto, ¿es eso un
poco demasiado abstracto?
Aunque sospecho que ya lo entiendes.
–Ah, eso es correcto. Luego de que el compromiso se rompiera, después de eso, Beelzenia envió ayuda a
Marlon tal como estaba previsto.
De todos modos, como la isla de Marlon está rodeada de agua, su gran variedad de vida marina está
bastante bien favorecida y había mucha comida.
Naturalmente, no puedes comer todo lo que encuentres en el mar. Como-
Oops, tu próximo plato ha llegado.
Esto es realmente ideal, por lo que esta vez le contaré una historia relacionada con este plato, una historia
de los logros y éxitos de Banica Conchita en Beelzenia, y el comienzo de su caída.
POISSON
-SOFOCADO DE ZIZ TIAMA-

-ESCENA 1-

Este plato hecho usando un "Ziz Tiama" se come principalmente en el lado norte del continente.
En particular, en la región de Leviantan. Escuché que aproximadamente el setenta por ciento de Ziz
Tiamas atrapados en el mar de Hark se consumen en Levianta.
Queda un viejo relato que en tiempos antiguos, cuando abundaban los de Levianta que se llamaban a sí
mismos "hechiceros", el Ziz Tiama a menudo se usaba como un sacrificio para hechizos mágicos. Tal vez el
hecho de comerlo tan comúnmente en el área de Levianta sea un remanente de eso.
Por otro lado, aparentemente casi nunca se come en Marlon, que de manera similar limita con el mar de
Hark.
Ah, eso es correcto, usted es un nativo de Marlon, señor. ¿Entonces quizás esta es la primera vez que
comas un Ziz Tiama? No pareces tener mucho apetito.
¿Eh? ... Ya veo. Un Ziz Tiama se llevó a tu familia... No lo sabía, pero lamento muchísimo escuchar eso.
Solo quitaré esto y te traeré un plato diferente... ¿Qué tal un Pargo de Hark à la meunière?
Por supuesto. Voy a hacer que el chef lo prepare de inmediato.
-¿Le gustaría comer esto, buen invitado de allí? ... ¿Es así? ¿El Aotako es tu favorito? Gracias a dios.
Entonces, por favor, ayúdame con esto.
… Es verdad. Gracias a su apariencia, el Ziz Tiama también es llamado "Aotako".
Los hechiceros de Levianta supuestamente también lo llamaron "Pulpo muy Asombroso".
En el período en el que vivió Banica Conchita, era mucho más raro que ahora que el Ziz Tiama se comiera
como alimento en regiones fuera de Levianta. Incluso si el Ziz Tiama era atrapado en el mar de Hark en
Marlon, solo algunos de ellos fueron utilizados como ingredientes para la medicina; El resto fueron casi todos
descartados.
Y con su ojo en todo eso estaba Banica. Sabiendo que el Ziz Tiama se usaba para la comida en Levianta,
importó de manera barata todos los que se estaban desechando en Marlon y los usó para mejorar la cultura
alimentaria de Beelzenia.
... Me he adelantado un poco aquí.
En cuanto a Banica, después de que su compromiso con Carlos fue aniquilado, ella vino a llenar las
circunstancias de su vida con comer incluso más que antes.
Su apego a la comida era intenso, tanto que tres años más tarde no había una persona en Beelzenia que no
supiera de su naturaleza gourmand.
Cuando cumplió diecinueve años, Banica partió en un viaje para recorrer varios países con sus sirvientes
gemelos Arte y Pollo, para buscar aún más tipos de comida.
A la familia Conchita todavía no se le había devuelto su territorio, pero quizás fue por esa razón que
Banica pudo conducirse con una actitud relativamente despreocupada.
Nuestra siguiente historia comienza justo cuando Banica y sus amigos regresaron a Beelzenia después de
su largo viaje...
El jefe de la familia Conchita, Ron, estaba en el salón de la mansión esperando ansiosamente el regreso de
Banica.
Había recibido una carta de donde se alojaba Banica el otro día. Si bien el contenido en sí, que Banica iba a
terminar sus viajes y regresar a Beelzenia, había alegrado mucho a Ron, el problema era el hecho de que había
sido enviado desde el país de Leona.
Leona estaba en guerra con Marlon. Como Beelzenia se alió con Marlon, eso significaba que Beelzenia
también era un enemigo de Leona.
En otras palabras, Banica estaba en un país hostil con solo dos criados con ella. Ron no pudo evitar
sentirse ansioso por eso.
Si las cosas salían según lo planeado, Banica sin duda volvería ese día. Pero había llegado tarde, y él no
había escuchado el sonido de ruedas de carro o cascos viniendo de afuera.
¿Había pasado algo? Si iba a llegar a esto, desearía haberse empujado para ir de viaje con ella, y mientras
esos pensamientos pasaban por la mente de Ron, de repente escuchó el ruido de pasos silenciosos desde
afuera, y luego finalmente la puerta se abrió.
—¡Estoy en casa!
Y de pie no había otra que la hija de la familia Conchita, Banica.
—Nuestro caballo comenzó a soltar espuma por la boca y se arrodilló muy repentinamente en una ciudad
cercana. No teníamos más remedio que subir hasta aquí andando, así que llegamos un poco tarde.
—Oh, Lady Banica... Ha pasado tanto tiempo. Parece que te has vuelto mucho más robusta desde la
última vez que te vi.
Llamarla directamente robusta era probablemente grosero. Pero, para Ron, Banica realmente se veía
mucho más animada que cuando comenzó su viaje. Su piel estaba más bronceada y su cuerpo se había vuelto
mucho más grande, principalmente de anchura.
—Y ustedes dos no han cambiado ni un poco.
Ron desvió su mirada hacia los gemelos que estaban detrás de Banica.
Su apariencia no había cambiado en lo más mínimo desde antes. Parecían infantiles antes del viaje, no,
desde que empezaron a trabajar en la mansión, y ahora, a pesar de que deberían de tener la edad de Banica,
parecían mucho más jóvenes que ella.
—¿¡Qué es eso!? ¿Estás diciendo que todavía somos un cero a la izquierda? Ron, tomaré esas palabras
levemente en contra de nosotros. ¡Es guerra ahora, guerra!
Eso fue lo primero que salió de la boca de Arte, y ella comenzó a atacar histéricamente.
—Basta, Arte. Ron simplemente dejó escapar esas palabras de odio porque estaba insoportablemente feliz
de vernos de nuevo.
Pollo la siguió como de costumbre, pero Ron no había tenido ninguna intención de despreciar a los
gemelos.
—¡¿Por qué nos insultaría por la felicidad?! ¡No entiendo lo que estás diciendo! ¡Agh, tengo hambre! ¡Ron,
tráenos algo de comida!
Enfurecida, Arte tiró el equipaje que llevaba y corrió tan rápido como pudo hacia el comedor. Pollo corrió
tras ella.
—... Soy yo el que no lo entiende.
Parecía que sus personalidades no habían cambiado ni un poco.
Banica sonrió alegremente, mirando el intercambio.
—Parece que están contentos de verte después de tanto tiempo también, Ron.
—¿Eso crees? –En cualquier caso, me alegra que estés a salvo. ¿Te fue bien el viaje?
—Oh sí, fue muy fructífero. Tengo muchas historias que contarle, pero primero tengo que decirle a mi
padre que estoy en casa.
Banica miró a su alrededor y luego, al ver que su padre Muzuri no estaba cerca, se movió para llevar sus
pies a su habitación.
Pero Ron la detuvo.
—Lamentablemente, el Señor Muzuri es...
—¿¡Qué!? —La cara de Banica palideció al ver la expresión sombría de Ron—. No quieres decir-
—Está descansando después de tomar su medicina. Creo que es mejor que le des tus saludos mañana.
Al decir eso, Ron rápidamente regresó a su habitual sonrisa.
—... Qué manera tan engañosa de decir eso... —dijo Banica en protesta por el pequeño truco de Ron,
haciendo pucheros.
—Jajaja. Tienes mis disculpas.
—Dios mío... Bueno, creo que hay un asunto más del que tengo que ocuparme primero—. Banica se dio la
vuelta y miró hacia la puerta por la que acababa de entrar—. ¿Se ha asegurado mi cita?
—Sí. Justo como decía la carta que recibí antes. ¿Pero no estás cansada?
—Estoy bien. Pues bien, creo que iré allí ahora. Al palacio imperial.
-ESCENA 2-

La capital de Rucolebeni, en el Imperio Beelzeniano, estaba situada al norte de lo que era el territorio
Conchita.
Incluso más al norte, pasando Rucolebeni, hasta el desierto de Babul, estaba la "región de Beelzenia",
donde la familia imperial gobernaba directamente. Tal como estaba entonces, la familia también gobernaba la
región que una vez había pertenecido a la familia Conchita.
Si fueras incluso más al norte del desierto de Babul, estarías en un país completamente diferente:
Asmodean.
Asmodean fue una vez un territorio de Beelzenia, pero hace unos cien años logró la independencia gracias
a una rebelión instigada por la familia Donald, que manejaba la región.
La familia Donald se convirtió en uno de los "Cinco duques" en lugar de la familia Venomania que perdió
su posición ciento ochenta años atrás, pero siempre había criticado la condición militar de Beelzenia por ser
una "cosa débil e indisciplinada", y continuó solicitando que la familia imperial ampliase su poder militar para
la unificación del continente. Pero cuando vieron que eso no sería concedido, iniciaron una revuelta y
presionaron por la independencia de Asmodean, luchando contra Beelzenia. Durante este conflicto, Gastolle,
de los Cinco Duques, pereció en combate, y la parte occidental del territorio de Re Tasan que él manejó se
incorporó al territorio de Tasan del imperio.
El recién nombrado señor de la parte oriental restante del territorio de Re Tasan fue el jefe de la familia
Conchita, Marqués Tettipea Conchita. Después de eso obtuvo el título de Duque, y fue considerado como uno
de los Cinco Duques.
Después de la muerte de Tettipea, su hijo Tasute heredó su papel de señor, y recibió el permiso de la
familia imperial para renombrar su dominio como "Territorio Conchita".
Muzuri fue el siguiente en hacerse cargo después de Tasute, y Banica nació entre él y la noble Elphegort
Megour Glassred.
Aunque a pesar de la frase "Cinco duques", como la familia Donald ya se había alejado, en realidad solo
había cuatro familias que habían recibido ese título. Y uno de ellos se encontraba actualmente sin tierras para
gobernar: el nombre de "Cinco Duques" y la autoridad que lo acompañaba se estaba convirtiendo en una mera
cáscara de lo que una vez fue.

-ESCENA 3-

Una vez que avanzó hacia el noreste a través del centro de la ciudad de Rucolebeni, estaba el castillo imperial
donde vivía la familia imperial beelzeniana.
Después de que su madre murió y su padre fue privado de su territorio, Banica había sido dejada al
cuidado del castillo por un tiempo.
La emperatriz Juno era una mujer un tanto locuaz pero muy compasiva, y se compadeció de la difícil
situación de Banica, casi tratando de que ella fuera adoptada por su propia familia. Sin embargo, esa noción
había sido rechazada por todos a su alrededor, y la propia Banica no tenía ningún deseo de dejar de lado a su
propio padre de esa manera, así que al final se desvaneció.
Aun así, Juno siempre fue considerada con Banica. Su planificación del compromiso entre ella y la familia
real de Marlon también se había hecho únicamente por el deseo de verla feliz.
Cuando escuchó que Banica se iba de viaje, Juno se había preocupado por ella, pero no se opuso. Eso se
debió a que ella pensó que era algo que Banica había decidido por sí misma, y por lo tanto sería grosero
intervenir.
Juno creía que el viaje haría a Banica más fuerte. Y pudo confirmar que esa forma de pensar no era
errónea en lo absoluto, una vez que vio a Banica por sí misma, después de haber regresado de su viaje.
—¿Cómo estás, Banica? Has crecido mucho —dijo Juno primero a Banica. Había dos significados a lo que
ella dijo, pero Banica probablemente solo leyó uno de ellos.
—Y tu cuerpo es tan grande como siempre, Emperatriz Juno —remarcó ella.
Como esta era su forma de saludarse, Juno no se arrepintió de sus palabras.
—¿Tuviste problemas para adaptar tu ropa a otros países?
—Hay sastres que pueden hacer ropa para mujeres gordas en todos los países.
Ciertamente, la ropa que Banica llevaba ahora era diferente a cuando ella había comenzado su viaje. Lo
habían hecho recién en uno de los lugares que visitó.
—Oh, ya veo. Gracias a Dios por eso. ¿Dónde estuviste exactamente?
—En el continente fui a Elphegort, Asmodean y Levianta.
—Ya veo. Aparte de Elphegort y Levianta, estoy impresionada de que hayas entrado en Asmodean.
Asmodean y Beelzenia seguían teniendo pequeñas discusiones hasta el día de hoy. O, mejor dicho,
Asmodean continuaba peleando no solo con Beelzenia sino con todos los demás países a su alrededor.
Más molesto fue el hecho de que, dado que Asmodean se encontraba directamente al norte de la capital
del imperio, la región de Beelzenia, debía tener una presencia militar mucho mayor en el desierto de Babul, que
divide la frontera, que en cualquier otro lugar.
—Como uno podría esperar, disfracé quién era yo. Tanto cuando crucé la frontera como todo el tiempo
que viví allí —dijo Banica, dando un pequeño suspiro.
—Eso es muy prudente. Si se supiera que eras Beelzeniana, y además la hija de uno de los "Cinco
Duques", Burglar sin duda habría tratado de capturarte.
Por lo que Juno sabía, el actual emperador de Asmodean, el ladrón Donald, amaba la guerra, y siempre
estaba buscando algo que pudiera usar para encender una. Una vez capturada, Banica no habría sido
simplemente abandonada allí.
Banica ofreció el nombre de otro lugar que visitó.
—Desde allí también fui a la isla de Marlon.
Su viaje a la isla de Marlon probablemente significaba visitar el país de Marlon. La expresión de Juno se
nubló un poco.
—... ¿Fuiste a ver a la familia real?
—No... no pude.
—Entiendo... lo siento. No debería haberte preguntado: entonces no fuiste a Leona, ¿verdad?
—Sí fui; De alguna manera, pude escapar de los fuegos de la batalla e ingresar al país.
Parecía que Banica había sido mucho más temeraria de lo que Juno había supuesto.
Juno se preguntó si debería castigar a esa chica sin precedentes, pero al final pensó que debería sentirse
aliviada de poder regresar de una sola pieza.
—Bien, entonces, ¿sientes que has ampliado tus horizontes yendo tan lejos para visitar todos esos países?
—Lo hago, pero primero me gustaría que vieras algo: Pollo, sácalo.
Banica le habló a uno de sus criados que estaba en preparación detrás de ella. Mientras le lanzaba una
breve mirada, Pollo sacó un recipiente de cobre corto ante Juno. Estaba un poco amargado, ya que se había
visto obligado a ir cuando estaba a punto de comer en la mansión.
—Oh, ¿un recuerdo?
Juno miró dentro del contenedor. El interior estaba lleno de agua, y una criatura de ocho patas, extraña y
viscosa, estaba nadando por dentro.
—Esto es... un Ziz Tiama, ¿verdad?
Al ver el rostro tranquilo de Juno cuando dijo eso, Banica se mostró un poco sorprendida.
Ella había pensado que Juno se sorprendería al verlo, o que haría una mueca.
—¿Lo conoces?
—Lo conozco. Lo he mencionado anteriormente, pero tengo una conocida que es una hechicera. La he
visto usar uno antes.
La hechicera que Juno conocía llamaba a estos animales "Pulpos muy Asombrosos". Los usaría como
sacrificios para llevar a cabo rituales, y haría que la lluvia cayera en regiones que continuaron sufriendo sequías.
Cuando era joven, Juno la había visto con sus propios ojos y había llegado a comprender la grandeza de la
magia.
Pero este pulpo era algo que solo podía capturarse en el oeste del mar de Hark, el mar que se interponía en
el norte entre Marlon y Levianta. Había pasado un tiempo extremadamente largo desde que Juno había visto
un Ziz Tiama, ya que la región de Beelzenia se encontraba en el interior, a una gran distancia del mar.
Banica comenzó a explicar el Ziz Tiama.
—Ellos usan esto como comida en Levianta.
—¿De verdad? ¿Comen algo tan espeluznante allá arriba?
Juno solo conocía al Ziz Tiama como algo que los hechiceros usaban como sacrificio. Como tal, ella
apenas podía creer que pudieran ser comidos.
—En efecto. Es crujiente e increíblemente delicioso —Banica respondió, como si eso fuera obvio.
Eso significaba en otras palabras que Banica había probado una Ziz Tiama por sí misma.
Ella siempre ha sido una chica con un espíritu desafiante, llena de entusiasmo y vigor.
Juno estaba admirada, pero por otro lado en ella también estaba empezando a crecer un poco de
curiosidad por probar qué tipo de sabor tenía.
Aunque no fue en el grado de Banica, Juno también fue una mujer cordial. Desde los días de sus
antepasados, la familia imperial beelzeniana era conocida por ser gourmets. Y si bien no había ninguna
garantía de si esto era cierto o no, esa reputación llegaba al punto en que había una anécdota de que el
antepasado de la familia imperial había llevado al "Ejército de los Zapatos Rojos" a expandir el territorio de
Beelzenia con el objetivo de obtener deliciosa comida de varios países.
Como si hubiera adivinado los pensamientos de Juno o tal vez simplemente lo hubiera deducido por su
comportamiento, Banica interrumpió: «¿Te gustaría comerlo?»
—… ¿Cómo se come?
—Es posible comerlo crudo, pero te recomiendo que lo pruebes cocinado primero.
—Pero me temo que no hay cocineros en Beelzenia que sepan cómo cocinar uno. Aunque quizás haya en
el territorio de Lucifenia, que está más cerca del norte del Mar Hark.
Sin embargo, incluso si estaba en el mismo país, Lucifenia estaba bastante lejos de la región de Beelzenia.
Llevaría demasiado tiempo buscar un cocinero así en el territorio lucifeniano.
—No te preocupes. También lo he estudiado correctamente de antemano: Arte, por favor.
A las palabras de Banica, Arte se puso de pie detrás de ella. Ella también estaba haciendo una expresión
severa.
—Déjame usar tu cocina —le pidió sin rodeos a Juno.
—C-Claro... Alguien por favor muéstrele el lugar.
En respuesta a la orden de Juno, uno de los guardias se dirigió a la cocina con Arte.
Al verlos ir, Banica y Juno continuaron hablando sobre el Ziz Tiama.
—Aunque estos Ziz Tiama son cazados en Marlon, casi todos son descartados sin ser consumidos.
Tenemos un acuerdo comercial con Marlon, ¿verdad?
—Eso es cierto. ¿Seguramente estás diciendo que los compremos a Marlon?
—A pesar de tener que comprarlos a Marlon, podemos obtenerlos a precios extremadamente económicos.
Beelzenia tiene contacto con un mar en sus lados sur y oeste, pero casi no hay caza de la vida acuática en el
Mar Luna Creciente del sur, y nos falta variedad cuando se trata de platos hechos de diferentes tipos de vida
marina.
—Pero, ¿no tenemos ya peces raros y langosta importadas de Marlon?
—Naturalmente, esos son ingredientes importantes también. Sin embargo, es mediante el uso de
ingredientes que de otra manera se desperdician que podemos lograr un cambio mayor en la cultura
alimentaria de Beelzenia.
—Aún así... hm.
Después de eso, Banica continuó apelando a la utilidad de llevar al Ziz Tiama a la cocina de Beelzenia,
pero Juno no pudo obligarse a asentir con la cabeza.
Mientras lo hacía, Arte terminó de cocinar y volvió. Sobre un plato hondo que llevaba en sus manos estaba
el Ziz Tiama picado, nadando en un mar rojo.
—Había muchos tomates en la despensa, así que cociné el Ziz Tiama con ellos —explicó Arte.
Los tomates eran un producto cultivado en toda Beelzenia. En particular, la costa del Mar Luna Creciente,
el territorio de Grabia; hubo tantos que crecieron allí que hubo un festival de comer tomate con el excedente
de la cosecha de tomate cada año.
Banica tomó el plato de Arte y lo puso delante de Juno.
—Los tomates también se cultivan mucho en Levianta. Estaba pensando que este "Sofocado de Ziz
Tiama" sería más apropiado si íbamos a utilizar el Ziz Tiama en Beelzenia.
—“Sofocado de Ziz Tiama”... ¿Es ese el nombre de este plato?
—Sí. Por todos los medios, por favor, pruébelo.
Juno miró el plato.
Era mucho menos grotesco que cuando estaba vivo. Y como estaba empapada en sopa de tomate, casi no
sentía repulsión por su aspecto.
Juno tomó una sola pieza de Ziz Tiama con su tenedor y tímidamente se la llevó a la boca.
—… Hum. Es ciertamente delicioso. Y tiene una textura que nunca había experimentado hasta ahora.
Era ligero en sabor pero diferente del pescado blanco.
Ella había concluido eso. Era un hecho sólido que estaba delicioso, por lo que Juno comenzó a
reconsiderar que ella podría escuchar lo que tenía que decir.
—Bien, bien. Consideraré importar Ziz Tiamas. A Marlon tampoco le va a disgustar mucho... Tengo un
poco de sed.
Juno había estado pensando que este "Sofocado de Ziz Tiama" podría servir como un refrigerio con
bebidas. Normalmente combinaba un vino blanco con animales atrapados en el mar, pero este plato estaba
hecho con un sabor considerablemente denso, por lo que tal vez un vino tinto sería mejor.
—Tú, la de allí. Por favor, tráenos un “Yatski l”Opera” —ordenó Juno. Tenía la intención de darle
instrucciones a Arte, pero Arte no hizo el más mínimo movimiento desde donde estaba, fingiendo no oír. Al
ver eso, uno de los guardias hizo un juicio rápido y corrió apresuradamente hacia la bodega.
Después de golpear ligeramente la cabeza de Arte, Banica cambió el tema de conversación al vino que
Juno seleccionó.
—El “Yatski l”Opera”, ¿eh? Eso es un vino tinto de Elphegort.
—Lo es. Cuando se trata de sabor, nada puede vencer a Elphegort. Es desafortunado, pero el sabor de los
vinos hechos en Beelzenia fracasa, francamente. Llegaste a Elphegort, ¿verdad Banica? ¿Bebiste algo de Yatski
l”Opera desde su fuente?
—Sí. Es un vino con un sabor excepcional, con mucho cuerpo y con un cierto sabor picante. Hablando
por casualidad del Yatski l”Opera, pude conseguir algo especial en Elphegort.
Banica una vez más hizo un gesto a Pollo. Sacó un árbol joven que crecía en una maceta.
—¿¡Es eso…!?
Juno bajó su mirada al árbol mientras tomaba la copa de vino llena de Yatski l”Opera que el guardia le
había traído.
—Es un retoño “Trauben”. Yatski l”Opera está hecho con los frutos que crecen a partir de él.
—... Esto no es solo un recuerdo, ¿verdad?
Parecía que Juno ya había adivinado lo que Banica estaba pensando.
—Sí. También me gustaría cultivar un campo Trauben en Beelzenia.
—Pero nuestro clima es diferente al de Elphegort; ¿realmente iría bien?
—No te preocupes. Si se controla lo suficientemente bien, estoy segura de que también pueden ser criados
en Beelzenia.
—No es solo eso, sino que incluso si logras obtener los ingredientes principales, no podrás hacer Yatski
l”Opera sin conocer su proceso.
—También he estudiado el método de fabricación, y mi objetivo no es recrear el Yatski l”Opera. ¡Es para
crear un vino que lo supere!
Podía sentir la fuerte determinación de Banica por sus palabras.
Parece que no se limitó a bromear todo el tiempo que estuvo en su viaje.
Sin importar dónde lo dirigiera, la fuerza de Banica era algo muy bienvenido para Juno.
Aunque la propia Juno era una excepción, en Beelzenia los hombres seguían ocupando una posición más
alta que las mujeres, en términos generales. Todavía se consideraba a las mujeres como poco más que para
unirse a los hombres y tener bebés.
Las mujeres necesitaban ser más fuertes ahora. Era para el futuro de Beelzenia, y seguramente también
sería rentable, esa era la teoría favorita de Juno.
—Muy bien, Banica. Por favor, dime todo lo que has estudiado en tus viajes. Y si hay algo que pueda
hacer, entonces no dudaré en ayudar.
Juno bebió de todo corazón todo su vino.

-ESCENA 4-

A través de sus viajes, Banica estudió los diversos métodos de cocción, el cultivo de ingredientes y los métodos
de crianza de muchas tierras.
Gracias a Juno, estas cosas terminaron extendiéndose por toda Beelzenia y contribuyeron enormemente a
la elevación de su cultura alimentaria.
Debido a que Beelzenia en ese momento tenía un vasto territorio, era abundante en materias primas para
hacer alimentos; a la inversa, dado que la amplitud de su esfera cultural era lo que era, la organización de
producción de sus diversas regiones no estaba unificada, por lo que no estaban haciendo un uso eficiente de
esos productos alimenticios.
Estaban en un momento de paz y no tenían problemas en ese momento, pero sería difícil cubrir una caída
repentina de las cosechas, y tendrían problemas si en tiempos de hambruna las regiones afectadas se hundieran
en la pobreza con rapidez.
Los excelentes sistemas agrícolas de otros países y sus métodos de preparación que hacían que los
alimentos fueran más fáciles de conservar, todas las cosas que Banica trajo consigo, mejoraron esos problemas.
Además, gracias a los ingredientes y las recetas de Banica que no se habían llevado a Beelzenia, antes de
ese momento terminaron dando una nueva vida a su cocina.
La gente comenzó a darse cuenta de que solo habían estado utilizando una pequeña porción de su paladar.
Incluso solo tomando cerdos, frijoles y tomates a los que ya estaban acostumbrados, con una sola receta
podría convertirse en un plato completamente nuevo.
Las comidas eran esenciales para la supervivencia. Y fue por esa razón que encontrar alegría en esto llevó
al enriquecimiento de la vida de las personas.
Banica había concedido a la gente de Beelzenia un fragmento de felicidad.

-ESCENA 5-

Tres años habían pasado desde que Banica había regresado a Beelzenia.
Ron fue convocado por Muzuri y visitó su habitación.
—¿Me llamaste, Señor Muzuri?
Acostado en la cama había un anciano que se había vuelto extremadamente delgado.
—Mhm... Realmente no necesito nada; Sólo quería hablar contigo un poco.
Ron recordó la vieja apariencia de Muzuri. Ya no quedaba rastro de su amo, el que había sido tan regordete
como Banica. Para Ron fue intolerablemente doloroso de ver.
—Si te complace, seré tu acompañante durante el tiempo que quieras.
—Gracias... ¿Cómo está Banica? ¿Está ella en la mansión?
—En este momento, Lady Banica está atendiendo su campo Trauben. Los árboles que ella plantó
finalmente comenzaron a dar frutos el otro día. Ella estaba de muy buen humor para comenzar los métodos
de vinificación en serio.
—Ya veo... Banica finalmente lo logró —murmuró Muzuri, profundamente conmovido.
Ron entendió que no solo estaba hablando de las plantas Trauben.
—Oh, sí. Al evaluar los servicios de Banica en este país, Su Majestad, la emperatriz Juno, ha prometido la
restauración del territorio que fue confiscado a la familia Conchita.
Este era el deseo más querido de Ron, pero probablemente no lo era para Muzuri. El amo parecía haber
perdido todo anhelo de gloria.
Pero aun así, un padre naturalmente estaría feliz de que su hija esté bien. No se cuestionó el hecho de que
para Muzuri, e incluso para Ron también, Banica era su orgullo y alegría.
—Restablecimiento del señorío de la familia Conchita: pero, ¿la gente permitirá eso...?
Muzuri dejó escapar algunas de sus ansiedades. Para la gente del territorio, la familia Conchita fue una vez
los gobernantes malvados que los hicieron sufrir impuestos muy pesados.
Pero Ron sacudió mucho la cabeza.
—Todo el mundo se está regocijando. Las contribuciones de Lady Banica con respecto a la comida fueron
tan enormes... Y una vez que hayas recuperado tu fuerza, Señor Muzuri...
—… No. Es demasiado tarde para mí, Banica restaurará espléndidamente el territorio Conchita en mi
lugar. Eso es lo mejor para la gente.
Ron lo sabía bien. Pero él negó ese sentimiento con la esperanza de animar a su amo.
—No digas tal cos-.
—Oye, Ron. —Muzuri cortó las palabras de Ron.
—¿Sí?
—¿No... me odias?
—... ¿Por qué preguntas algo así?
—Por mi culpa... porque te hice comer el Baemu... todos murieron. Te hice a ti y a Banica pasar por tanto
dolor. Incluso ahora todavía siento un arrepentimiento infinito por eso.
El anciano que hablaba con voz débil tenía ojos que se llenaban de lágrimas. Ron sabía que estas, sin duda,
no eran performativas, sino lágrimas del corazón.
Su amo era un hombre amable. Si tan solo no hubiera sufrido esa maldición, indudablemente habría
florecido como un gran señor.
—... Señor Muzuri. Incluso cuando todos morían constantemente por la enfermedad Gula en aquel
entonces, no había nadie en la mansión que dijera una queja sobre ti. ¿Por qué crees que es?
—...
—Ese cerdo Baemu había sido tan delicioso. Verás, fue tan bueno que nos hizo sentir que incluso si
sufríamos, incluso si todos nos moríamos, valía la pena probarlo. Por lo menos no tengo nada más que
gratitud hacia ti, Señor Muzuri, por dejarme comer algo, y por eso nunca podría odiarte.
—… Eres muy amable. Pero incluso si tú y los otros retenedores me perdonaron, no creo que lo hiciera
Megour. Así que... tengo que ir a disculparme.
La voz de Muzuri se volvió cada vez más tranquila. Hasta el punto en que no podía ser entendido sin que
Ron se llevara las orejas a la boca.
Y entonces, él cerró sus ojos silenciosamente.
—Señor… ¿¡Muzuri!?
—Ha pasado tanto tiempo... pero ella todavía está enojada conmigo, ¿no es así? ... Ron, cuida de B...
En el año 321 de la Historia de Evillious, en el mes de agosto.
El sexto jefe de familia de la familia Conchita, Muzuri Conchita, se deslizó en su sueño eterno.
Dos meses después, la emperatriz Juno del Imperio de Beelzenian renunció al gobierno sobre el territorio
Conchita y decretó al séptimo jefe de la familia Conchita, Banica Conchita, como el nuevo señor de la región.

-ESCENA 6-

Quizás para distraerse de la pena de perder a su padre, a partir de entonces, la búsqueda de comida de Banica
llegó a ser aún más refinada.
Visitó muchos, muchos países y se comió todo tipo de platos allí. Alrededor de ese tiempo, terminó
estirando sus viajes no solo a través de la región de Evillious donde se encontraba Beelzenia, sino también en
la parte oriental del continente.
Por supuesto, fue para expandir aún más la cultura alimentaria de Beelzenia, pero más que eso fue una
acción que nació de sus propios deseos.
Para comer tantas comidas deliciosas de todo el mundo como pudiera, ese había sido el sueño de Banica
desde mucho antes.
Sin una familia o cualquier persona de la que estuviera enamorada, solo había una cosa en la que Banica
podía concentrar sus pasiones.
Eso era la "comida".

-ESCENA 7-

El encargado de vigilar la mansión mientras Banica estaba en un viaje había sido Ron.
Hoy volvió a trabajar duro en la limpieza de la mansión.
«Puedo hacer mucho al respecto. En cuanto a ayudar con el trabajo de Lady Banica, esos gemelos lo hacen
por mí, supongo».
Habían pasado unos 30 años desde que comenzó a servir a la familia Conchita, de la generación de
Muzuri. Y se había vuelto extremadamente viejo. Había cumplido una edad algo dolorosa para acompañar a
Banica en sus viajes.
—... Vaya Esos dos no ordenaron su habitación, como de costumbre.
Ron se encontraba actualmente en la habitación de Arte y Pollo. De alguna manera, esos dos estaban
entrando en su décimo año desde que habían comenzado a servir a Banica.
«Esos dos realmente no han crecido, ¿verdad?»
La reflexión de Ron no era sobre sus actitudes o personalidades. Se trataba de sus apariencias.
Esos dos todavía parecían niños.
Eran demasiado jóvenes para los 25 años.
«Realmente no han cambiado desde el momento en que fueron contratados en la mansión. Y el que los
contrató en primer lugar-»
Los pensamientos de Ron se detuvieron allí.
«Contratar a esos dos... Sí, debo haber sido el que decidió eso. Pero, ¿en qué lugar del mundo los
encontré?»
No importa cómo lo intentara, no podía recordarlo.
Incluso estaba empezando a tener la impresión de que se habían convertido en criados de Banica sin que él
lo supiera.
«... ¿Es por mi edad? Supongo que me estoy volviendo olvidadizo».
Ron decidió no preocuparse por eso.
Arte y Pollo eran los fieles servidores de Banica, y hoy en día eran indispensables para ella.
–Supuso que podría estar contento con eso.
Continuó enderezando la habitación de los gemelos. Odiaban que alguien más entrara en ella, así que si iba
a limpiar no tenía más remedio que apuntar a un intervalo cuando estaban en un viaje.
Después de que casi había recogido todo lo desperdigado por el suelo, Ron se dispuso a eliminar el hollín
de la chimenea. Si no se mantenía regularmente se volvería rápidamente inútil. Siempre les decía a los gemelos
que el mantenimiento habitual era importante, pero no tenía la esperanza de que escucharan obedientemente
lo que tenía que decir.
«Oh... Esto es...»
Ron notó que había un pequeño agujero dentro de la chimenea.
«Tal vez una rata mordida a través de la pared... Parece que hay algo metido allí».
Ron metió la mano en el agujero y tocó algo duro.
Trató cuidadosamente de extraerlo.
–Confirmó por sí mismo la identidad del elemento que estaba en el agujero, y sus ojos se abrieron de par
en par.
«¿Por qué está esto está... en un lugar como este?»
Lo que vio fue algo que no había visto en mucho tiempo.
Pero no había manera de que él pudiera olvidar.
Esa "copa de vino" fue sin duda...
–Algo que no debería estar allí.
«No debería... no debería estar sosteniendo esto. Tengo que guardar esto en alguna parte».
Ron guardó rápidamente la copa de vino en su bolsillo e intentó salir de la habitación.
Sin embargo, alguien apareció ante él para bloquear la puerta.
—No.
—¡Pollo! Cuando lo hiciste-
Pollo, quien pensó que había ido de viaje con Banica, estaba allí.
Y no era solo él.
—No puedes tirar eso.
—¡Arte!
Quizás los dos probablemente regresaron a la mansión sin que Ron lo supiera.
«Pero, ¿dónde está lady Banica?»
Indiferentes a la agitación de Ron, los gemelos continuaron con su risa a medias.
—Eso es algo que necesitaremos algún día.
—Eso es algo que necesitaremos para salvar a Lady Banica de la ruina.
Naturalmente, se referían a la copa de vino en su bolsillo.
—¿Ustedes dos tomaron esta copa de vino en...?
Pero los gemelos sacudieron sus cabezas al unísono.
—No. Eso es algo que Lady Banica obtuvo por su propia voluntad.
—Eso es algo que ella quería y obtuvo.
Poco a poco los gemelos se acercaron a Ron, con sus expresiones fijas.
—¡Pero este es un objeto maldito! ¡No debería estar aquí! —Ron les gritó.
Pero los gemelos continuaron dando un paso adelante sin importarles.
—No eres tú quien decide eso.
—No somos nosotros quienes decidimos eso.
Ron ya no sabía si los que estaban delante de él eran realmente los gemelos que él conocía.
—¿Qué demonios son ustedes dos?
Media frase, Ron finalmente recordó.
Por qué habían venido a la mansión diez años antes.
–No, recordó por qué habían estado allí.
—Lady Banica lo decidirá.
—Si ella quiere el contrato, o la muerte.
Los gemelos se acercaron a un cabello de Ron.
—Solo obedecemos a lady Banica.
—Simplemente obedecemos las decisiones de Lady Banica.
—Así que-
—No deberías estorbar.
Uno de los gemelos tomó el brazo de Ron.

-Sí.

La maldición estaba lejos de terminar.

-ESCENA 8-

Al enterarse de que Ron Grapple había desaparecido, Banica inmediatamente regresó de su viaje. Al día
siguiente, de repente se derrumbó en la mansión. No fue por el shock de perder a Ron. El diagnóstico que el
médico le dio fue "anomalías en los órganos por comer en exceso".

Era por la noche.


Banica yacía en su habitación, sola.
Cada vez que se daba la vuelta, la cama emitía un fuerte crujido. La cama fue hecha a medida para el uso
de Banica, pero aún así ya no era lo suficientemente fuerte como para soportar su peso. El cuerpo de Banica
había crecido mucho, era mucho más grande de lo que había sido antes. Incluso si buscabas en toda Beelzenia
o en todo Evillious, nunca encontrarías a nadie más gordo que Banica.
La forma en que estaba entonces no tenía nada de extraño en cuanto a las anomalías que ocurrían con su
salud.
«... Tal vez debería frenar lo que como por un tiempo...». Banica estaba pensando en eso, mientras se
encontraba medio dormida.

Aleja la "comida" de ti,


¿Y qué dirías que te queda?

De repente, una voz resonó en toda la habitación.


—¿¡…!? ¿Quién está ahí?
Banica era la única en el dormitorio. Pero esa voz en ese momento no había sido la suya. Intentó
levantarse de la cama. Pero su cuerpo no se movió. Finalmente, en el objetivo de su mirada vio algo flotando
débilmente muy cerca del techo.
—Mucho tiempo sin verte, Banica Conchita.
Se volvió hacia Banica y comenzó a hablarle. Pero su forma era borrosa, y ella no podía distinguir
claramente lo que realmente era.
—¿Quién eres tú? Aunque pareces conocerme.
—Ah, sí... Para ponerlo en las palabras que usa tu tipo, supongo que eso me convertiría en un "Demonio".
—Oh... ¿Eso significa que finalmente has venido a llevarme? —A pesar de estar en una situación tan
extraña, Banica se mantuvo en calma. Justo como el "demonio" había implícito, tuvo la sensación de que
conocía bien a esa criatura
—El pronunciamiento de tu muerte: bueno, no es una mala suposición. Si continúa de esta manera, en un
plazo de seis meses viajaras al Hellish Yard.
—... ¿Así que la causa es comer demasiado después de todo?
—Correcto.
—Si ese es el caso, entonces no tengo arrepentimientos reales. Porque ya he probado casi todos los platos
que pude encontrar en este mundo.
—¿Realmente crees eso?
—Sí. ... Bueno, si me atrevo a decirlo, solo hay una cosa que desearía haber comido.
—¿El qué?
—El Baemu. He buscado en todo el mundo, y aún más en el territorio de Tasan, pero al final no pude
encontrarlo. … Oh, lo siento. Hay uno más. "La Tumba de Sangre". Es un poco doloroso para mí morir antes
de que se complete el vino, pero... la persona que más quería que lo tomara ya ha fallecido, así que supongo
que está bien.
—… Bueno, eso es, después de todo, el límite de un ser humano. Si quiere mi opinión, todavía no has
alcanzado a tomar toda la “comida” –por lo menos solo la mitad.
—… ¿Qué quieres decir?
—¿Quieres saberlo? ¿Conocer un mundo de "comida" nueva y extrema que nunca has visto?
Esa fue una oferta muy atractiva para Banica.
—Pero voy a morir en medio año, ¿no es así?
—Por lo general, sí... Pero si me entregas tu cuerpo, entonces puedo cambiar incluso esa afirmación.
—Dios mío, qué propuesta... Entonces, básicamente, me estás diciendo que venda mi alma a un demonio.
La habitación estaba completamente oscura, las luces apagadas. Pero incluso si hubiera algo de iluminación
en ella, Banica no podría confirmar claramente por sí misma qué era lo que estaba frente a ella.
Solo había un brillo rojo.
—No es una mala propuesta, ¿verdad? Renacerás y podrás subir a saborear las alturas de toda la "comida".
—Renuncio.
—…
—Mi madre fue asesinada por un demonio. No, no solo mi madre. Todas las personas que trabajaron en
esta mansión murieron por una maldición.
—Eso es erróneo. Todos esos tontos carecían de la capacidad de aceptar mi poder, eso es todo. Y además,
no soy el que mató a tu madre. Ese fue tu pad…
—Silencio. No quiero hablar más contigo. Desaparece de una vez.
—… Ah, bien. Entonces, al menos te dejaré un regalo de despedida.
Oyó que se abría la puerta. Aunque Banica no podía ver debido a que no podía moverse, parecía que
alguien había entrado en la habitación.
Se acercó a su cama, pero ella no podía ver su cara. La figura dejó algo en la parte superior de un estante, y
luego salió de la habitación.
—Es una de las cosas que deseas. Y parte de mi propio cuerpo. Cuando lo pruebes, habrás hecho el
contrato. Te dejo lo que pase junto a vuestra propia decisión. No soy lo suficientemente orgulloso como para
poseerte por la fuerza, pero tampoco soy lo suficientemente perezoso para no hacer nada. Sin embargo, lo
preguntaré una vez más.
Aleja la "comida" de ti,
¿Y qué dirías que te queda?

—...
Banica no respondió.
Finalmente, el brillo rojo se desvaneció de su línea de visión y, al mismo tiempo, su conciencia se fue
alejando.

Cuando Banica abrió los ojos a continuación, ya era bastante tarde en el día.
Ella se sentó tranquilamente en la cama. Su cuerpo estaba empapado en sudor. A pesar del hecho de que
no había estado tan cálida la noche anterior, ella quería algo de beber. Ese pensamiento le vino a la mente. Su
garganta estaba insoportablemente reseca.
Echó un vistazo bruscamente al estante cerca de su cama y vio que habían colocado una copa de vino allí.
El vaso se llenó hasta el borde con un líquido rojo.
«… El demonio».
Banica recordó lo que había pasado la noche anterior. Esa fue la invitación del demonio. Si ella tomaba ese
líquido, entonces haría un contrato.
«Un mundo de nueva "comida"... hm»
¿Realmente existía algo así? No había nadie que supiera tanto sobre comida como Banica. ¿Alguien como
ella no ha llegado a probar ni la mitad de toda la "comida"?
«Qué estúpido, pero... suponiendo que realmente hay "comida" que no conozco...»
Entonces, por todos los medios, ella quisiera experimentarlo. Esos eran sus sentimientos honestos.
«Entonces... ¿qué es este líquido en primer lugar?»
El Demonio había dicho que era una de las cosas que ella había deseado.
«¿Tumba de sangre? ... No puede ser. Ese vino aún no se ha terminado».
Entonces, inevitablemente, eso significaba que la respuesta era la otra cosa.
Banica olfateó el líquido. Tenía un olor ligeramente metálico.
«¿Podría ser, que esto es sangre... de Baemu?»
El legendario cerdo rojo, el Baemu. Su alma vital estaba ahora ante ella.
¿Cómo sabría? Una intensa curiosidad se apoderó del corazón de Banica.
«No debo... Si bebo esto, entonces yo…»
A pesar de decirlo, Banica se llevaba la copa de vino a la boca.
«–Yo –Yo… ¿qué quiero hacer?»
Ella llevó rápidamente sus labios al borde del vaso. Si ella lo inclinaba aún más, el líquido se asentaría
directamente en el estómago de Banica.
«Investigar sobre la “comida”: he vertido mi vida en eso. Aleja la comida de mí...

¿Y qué demonios podría decir que me quedaría?

-ESCENA 9-

Una vez que supo que Banica Conchita, que había corrido el riesgo de perder su vida, se había recuperado
completamente, el Duque Oruhari de los Cinco Duques y el señor de Grabia decidieron celebrar un banquete
para celebrar su recuperación.
El territorio de Grabia estaba al este del territorio de Conchita, a lo largo de la orilla del Mar de la Luna
Creciente, y como los dos estaban tan cerca, las familias Oruhari y Conchita tenían una relación de larga data.
El mismo duque Oruhari había sido amigo del ex jefe de la familia Conchita, Muzuri, desde la infancia.
Tenían un interés mutuo en la cocina, y cuando eran jóvenes se jactaban el uno del otro de cosas como "comí
un plato raro antes" y "finalmente puse mis manos en ese ingrediente conocido por ser delicioso".
Pero después de que Muzuri fue privado de su puesto como señor, se convirtió en un recluso en su
mansión, y cuando el Duque Oruhari fue a visitarlo, hubo muchas ocasiones en que fue expulsado debido a la
enfermedad de Muzuri. En última instancia, el duque Oruhari casi no tuvo oportunidad de verlo antes de que
falleciera.
En privado, el duque Oruhari estaba profundamente arrepentido de no haber podido extender una mano a
Muzuri a pesar de conocer sus problemas. Fue por esa razón que cuidó de su hija Banica todo lo que pudo,
brindándole diversos tipos de apoyo cada vez que actuaba para mejorar la cultura alimentaria de Beelzenia.
Cuando había oído hablar de su colapso, se había preocupado por ella como si fuera su propia hija, y
cuando recibió la noticia de que de alguna manera se había recuperado, se había sentido aliviado desde el
fondo de su corazón.
«Probablemente no pudo comer lo que le gustaba mucho mientras estaba enferma. En ese caso, debería
tener algunas comidas espléndidas hechas por ella».
Con eso en mente, el duque Oruhari invitó a Banica a un banquete que se celebraba en su propiedad esa
noche.

La fiesta ya había comenzado, pero Banica todavía no estaba a la vista.


—Parece que Banica no ha venido todavía, ¿eh? —El que habló al duque Oruhari fue la emperatriz Juno.
No hubo muchas ocasiones en las que mostraba su rostro en una fiesta que estaba organizada por un
subordinado. Incluso en una organizada por el duque Oruhari, uno de los "Cinco duques". Pero esta vez fue
en celebración por la recuperación de Banica, alguien a quien ella cuidaba, por lo que Juno accedió a asistir.
—Parece que su llegada está un poco retrasada. Sin embargo, recibí un informe de un guardia del puesto
de control por el que había pasado el carruaje de Lady Banica. Estoy seguro de que ella estará aquí en poco
tiempo.
—Aun así... ¡Esta es comida muy extravagante! Y no importa lo que comas, todo está delicioso. Incluso yo
no tengo muchas ocasiones en las que pueda comer tantos platos —dijo Juno con asombro. En su mano
izquierda llevaba un plato hondo de "Sofocado de Ziz Tiama".
—Eso es simplemente el resultado de que asistas a este banquete, Su Gracia. Los cocineros ponen toda su
habilidad en esto.
—Jojojo, eso es una mentira ¿no es así? Incluso sé que esta comida fue preparada por Banica. No estaría
satisfecha con ninguna cocina a medias.
—Bueno... supongo que tienes razón. —El Duque Oruhari se rascó la mejilla con su dedo índice un poco
tímidamente—. Lady Banica había crecido de manera bastante espléndida. En el pasado ella era tan tímida y
retraída que estaba un poco preocupada por ella...
—Bastante. Aunque creo que sería bueno para ella encontrar un buen hombre para casarse.
—Ella necesita dar a luz a un heredero para poder dejar su herencia, sí. Bueno, tiene demasiado sobrepeso,
pero tiene una gran personalidad. Probablemente tendrá una pareja muy pronto.
Al escuchar eso, Juno le dirigió una mirada significativa.
—... Oye, duque Oruhari. También has estado soltero desde que tu esposa falleció, ¿verdad? Tal vez para
tus hijos deberías empezar a buscar una nueva...
—Traer compromisos a todo el mundo parece ser un mal hábito tuyo, Su Majestad. Di lo que quieras, pero
hay una brecha de edad demasiado grande entre Banica y yo. Y todos mis hijos ya están llegando a la adultez.
No creo que conseguir una nueva madre es todo lo necesario .
—¿Oh? ¿Pero dije una sola palabra acerca de que era Banica?
—... ¡Dios mío, qué maliciosa eres! —gritó el Duque Oruhari en un tono ligeramente enojado, con la cara
roja. Luego dejó el lado de Juno para ir a saludar a los otros invitados.

Había otro hombre que visitó al duque Oruhari, cuya cara era de color rojo brillante. Pero la razón por la
que su cara era roja era un asunto diferente al del Duque Oruhari.
—Parece que has bebido bastante, Sir Yocazki.
—Oh sí. Gracias a ti he estado divirtiéndome.
Yocazki Ausdin fue el hombre que ocupó el cargo de jefe de la guarnición defensiva de la costa del mar
Hark, en estrecha colaboración con el Duque d”Autriche, el señor de Lucifenia. Beelzenia y el país de Marlon,
al otro lado del mar de Hark, tenían una alianza, pero este no fue el caso con Leona. Realmente no había
muchas posibilidades de que Leona cruzara el mar para atacar abiertamente a Beelzenia, su poder militar
estaba dividido por su guerra con Marlon, pero estaba claro que Yocazki era un hombre a quien se le confió
un papel muy importante.
El duque Oruhari, francamente, no pensaba demasiado en un hombre tan grosero, pero también había
sido un amigo mutuo de Muzuri durante mucho tiempo. No podía permitirse el lujo de no presentarse a la
ceremonia con él para celebrar la recuperación de la hija de Muzuri.
Con una botella de vino en la mano, Yocazki se apoyó pesadamente en el hombro del Duque Oruhari.
—Por cierto, ¿no ha aparecido esa grasa todavía? ¿No es esta su fiesta de consuelo?
—... Si estás hablando de Lady Banica, estoy segura de que llegará en cualquier momento.
—Ya veo. Bueno, casi morir por comer demasiado es casi lo que esperaría de la hija de esa familia. No sé
nada sobre el mejoramiento de la cultura alimentaria, pero nadie la aceptará como una novia con ese cuerpo
que tiene.
Yocazki y el duque Oruhari tenían un estatus mucho más alto que Banica. Aun así, a Oruhari le hubiera
gustado abatirlo en ese momento por ser tan descaradamente grosero al respecto. Pero no deseaba ensuciar su
tan esperado banquete con derramamiento de sangre, y además tenía su conexión con el Duque d”Autriche,
de los Cinco Duques, por lo que logró tragar sus sentimientos.
—Sir Yocazki. Trata de no olvidar que incluso la "Tumba de sangre" que estás bebiendo ahora mismo es
algo que Lady Banica creó colaborando con nuestros fabricantes.
—Oh, sí, este vino está bien, está bien. Al igual que el “Yatski l”Opera, o incluso mejor. ... Mi botella está
toda vacía. ¿Podrías traerme más?
—... Eso sigue siendo un prototipo, y es algo que Lady Banica había enviado por especial. No hay mucho
más.
Fue en ese momento. De repente, se produjo un alboroto en la entrada de la sala de reunión donde se
organizó el banquete.
Sonaba como si Banica hubiera llegado.
—Je je jeh, parece que la grasa finalmente apareció.
El duque Oruhari ignoró las palabras de Yocazki y corrió hacia la entrada para recibir a Banica.
—Al fin has llegado, lady Banica. Ven ahora, entra y todos podremos disfrutar de la fiesta...
Una mujer con un vestido rojo estaba delante de la puerta. El duque Oruhari había comenzado a hablarle
con una sonrisa en su rostro, pero en el momento en que vio su apariencia, de repente se puso rígido.
Era sin duda Banica. Pero su figura era completamente diferente de lo que Oruhari recordaba: era una
mujer delgada y hermosa.
No había rastro del estómago corpulento por el que se conocía a Banica.
—Lo siento mucho por llegar tarde, duque Oruhari. —Ella cortésmente inclinó la cabeza hacia el
duque—. Mis sirvientes tomaron el camino equivocado mientras conducían.
Los camareros gemelos al lado de Banica miraron alrededor del pasillo con una sonrisa en sus rostros,
todavía sin calmarse.
El duque Oruhari también los conocía bien. Siempre estuvieron cerca cuando se reunía con Banica.
—A… ah, entiendo, qué desastre. ... Veo que te has adelgazado desde la última vez que te vi.
—¿Eso crees? No pude tomar muchas comidas durante el tiempo que estuve enferma.
—Yo... pensé que ese podría ser el caso, así que preparé mucha comida esta noche. Por favor, ayúdate
como quieras.
—Gracias —dijo Banica, y después de inclinar su cabeza una vez más, se dirigió al centro del pasillo con
sus criados.
Cuando el duque Oruhari miró en esa dirección, vio que todos los presentes, incluida Juno, estaban
impactados por la transformación de Banica. Yocazki estaba tan inquieto que dejó caer su botella, se desplomó
sobre los fragmentos rotos y se cubrió de sangre.
Banica había llamado la atención del banquete, pero se comió los platos que se habían colocado ante ella
sin importarle nada.
Todos sabían bien que Banica era una gran glotona. Pero, a pesar de su lado más viejo y gordo, todavía era
un espectáculo un tanto extraño verla tan delgada y aún comiendo rápidamente alimentos en exceso de su
peso corporal.
Muy pronto la noche pasó, y el Duque Oruhari estaba empezando a pensar en terminar el banquete.
—Hey, Lady Banica. Ya no tengo más comida —dijo Arte, una de los retenedores de Banica.
—Oye vejestorio, ¿no hay segundos? Todavía no he tenido suficiente comida —continuó el otro
retenedor, Pollo, hablando con el Duque Oruhari con insatisfacción.
El duque Oruhari les indicó a sus propios sirvientes que se alejaran, pero ellos negaron con la cabeza
disculpándose.
—Ah... lo siento, pero parece que todos los platos que habíamos preparado ya estaban listos.
—¿¡Eh- !? ¿Qué diablos, imbécil? ¿Hough?
Cuando Pollo comenzó a quejarse, un puño voló hacia su cabeza.
—¡Ay! ¡Lady Banica, qué duele!
Banica apartó a Pollo, que estaba agarrando su cabeza, y reprendió la rudeza de su criado.
—… Lo siento. Para estos hijos de mí, pero como pensé que algo como esto podría suceder, me llevé un
"postre para después de la cena". ¿Estaría bien si lo comiera aquí?
—Por supuesto que no me importa. Conociéndola, Lady Banica, estoy seguro de que cualquier postre que
hayas preparado será algo exquisito.
—Gracias. He traído más que suficiente, así que si te conviene, puedes comer conmigo. Pues bien, Arte,
tráelo aquí.
A su orden, Arte entregó sin palabras una gran cesta a Banica.
—Bien, entonces, perdón, bon appétit.
Banica abrió la tapa de la canasta, agarró parte del contenido y se lo llevó a los labios.
En ese momento-
—¿¡Qué!?
—¡Gaahh!
—¡Eeek!
Comenzando con el duque Oruhari, todas las personas a su alrededor soltaron un grito.
La comida que Banica había sacado de la caja.
Era-
Un enjambre de insectos vivos.
Gusanos, arañas, ciempiés–
Ignorando la conmoción de los que la rodeaban, Banica simplemente comenzó a devorar los insectos
dentro de la canasta.
Poco después de que ella comenzara a comer, Banica de repente levantó la vista hacia el Duque Oruhari.
—Oh, qué poco cortes soy. Comer sola... si lo deseas, puedes servirte uno, Duque Oruhari ♥ —dijo.
Sonriendo, Banica sacó un escorpión de la canasta y lo sostuvo ante sus ojos.
—Oh, n-no, está bien. Estoy bastante lleno... Disculpe un momento.
El duque Oruhari se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia la entrada.
Inmediatamente después de que se fuera y cerrara la puerta del pasillo, grandiosamente vomitó la comida
que había en su estómago.

Pues bien, ¿cómo fue eso?


Así termina la historia de la “Noble Gourmand Banica”, el prodigio que difundió el Ziz Tiama a través de
Beelzenia y llevó a cabo una serie de otras innovaciones relacionadas con los alimentos.
¿Oh? ¿Dices que se acabó demasiado pronto?
Naturalmente, el cuento aún no ha terminado.
A partir de aquí comenzamos una nueva historia, la de la "Malvada Devoradora de Comida Conchita".
SORBETE
-SORBETE DE LA MESETA-

-ESCENA 1-

Y aquí hemos preparado como “limpiador del paladar” un poco de sorbete frío.
Su color verde es el color de las variedades de vegetales frescos que se recolectaban en la Meseta Merrigod
y se congelaban allí para mejorar su textura fresca.
Hay varias leyendas e historias que quedan en nuestra literatura que conciernen a la Meseta Merrigod.
Como la historia de la bruja "Meta Salmhofer": se dice que causó que el Reino Mágico de Levianta cayera
en el caos con su extraordinario poder mágico.
Se dice que una de las víctimas del Evento Venomania, "Mikulia Greeonio", pasó sus años restantes en esa
misma tierra.
Y luego está el "Duelo de la Meseta Merrigod". Donde una bruja que ejercía un poder considerable y su
aprendiz se enfrentaron en una batalla contra el líder de la organización criminal “Père Noël” en ese mismo
terreno.
En la época de Banica Conchita, la Meseta Merrigod era un territorio del país de Elphegort.
No encontrará en los libros un registro único de los grandes eventos que sucedieron allí en ese momento.
Sin embargo, hay una leyenda de una solitaria niña que se pensaba que era de allí y que causó un gran
alboroto en Evillious.
Su nombre era Platonic.
Aunque se dice que esta no era su verdadera identidad. No hay registros en ninguna parte que hablen del
verdadero nombre de Platonic. Ella era una Elphe, y una notable ladrona. Nada está claro acerca de su
identidad fuera de eso.
Platonic viajó por toda la tierra de Evillious, principalmente matando a los nobles. En ese momento,
aparentemente, podrías encontrar el cartel de “buscaba” en cada país.
Habiendo robado una variedad de tesoros, Platonic una vez fue enviada a robar un determinado artículo
por un hechicero en Leona.
Su objetivo era una copa atesorada en la propiedad del señor Conchita del territorio Conchita del Imperio
Beelzeniano, Banica Conchita.
«Qué tierra tan sombría».
Habiendo atravesado un sendero boscoso, Platonic contempla tranquilamente el paisaje ante sus ojos. Su
falta de vivacidad no era porque el sol ya se estaba poniendo.
Esta era una tierra cerrada. Incluso para sus compatriotas, la entrada estaba severamente regulada y tenían
que recibir una inspección. Con eso en mente, no había posibilidad de que una extranjera como Platonic
cruzara la frontera.
Sin embargo, ella ya se había acostumbrado a eso. Incluso fuera del territorio de Conchita, en primer lugar,
nunca se movía por las carreteras principales. Obviamente, ella entendía que si alguna vez se encontraba con
alguien que conociera su rostro, las cosas se complicarían más.
–Después de todo, fue bastante desafortunado que su rostro fuera visto cuando irrumpió en la mansión
Demilamb.
A la famosa ladrona fantasma, aunque fuera Platonic, podían joderla de vez en cuando. Platonic no supo
hasta que había entrado a la mansión Demilamb que habría una niña descansando dentro de ella por una
enfermedad.
Al final, la niña había visto su cara y no había podido robar el "Cristal de Lustre Negro".
Peor aún, tuvo que sufrir el revés de una imagen de su rostro que se pasaba por todas partes como un
póster de buscado. Esa chica aparentemente tenía una memoria fotográfica, ya que la imagen que dibujaba se
parecía mucho a las características de Platonic. Desde entonces su trabajo se había vuelto mucho más difícil de
hacer.
Por lo menos ella cambió su peinado, para tratar de resistirse un poco. Ella dejó crecer su pelo corto y lo
ató con coletas. Aun así, eso no cambiaba el hecho de que tenía que tener mucho cuidado cada vez que
conocía a alguien.
Platonic miró de nuevo alrededor del territorio Conchita. Justo delante de ella había una choza de madera,
y en un jardín cerrado por una cerca, cuatro pollos pastaban. Varias casas se alinearon un poco más adelante.
Tal vez si empujaba por allí podría entrar en la ciudad.
Ella ya sabía su destino. Una gran mansión era visible en la cima de la montaña desde donde estaba
Platonic ahora. Esa era la mansión donde vivía el señor del territorio Conchita, Banica Conchita.
Sin embargo, había un lugar al que ella necesitaba ir primero.
«La casa de seguridad de la "Asociación" debería ser... si recuerdo bien, al sur desde aquí».

-ESCENA 2-

Era la primera vez que Platonic veía árboles de trauben fuera de su país de origen.
—¡Wow, crían traubens incluso en Beelzenia!
La fruta trauben fue muy utilizada como ingrediente para el vino. Así que la mayoría de las bodegas de
vino estaban ubicadas cerca de donde crecían los árboles para él en Elphegort, pero parecía ser lo mismo para
Beelzenia.
Cuando se asomó a una pequeña choza de piedra cercana, pudo ver un gran barril de vino en el fondo.
Un trabajador divisó a Platonic y se acercó a ella con un andar despreocupado.
—¿Tiene algún negocio en la bodega Conchita, señorita? ... Hm, el color de tu cabello... ¿Eres una Elphe,
tal vez? Hace mucho tiempo que no veo a un extranjero en la finca Conchita.
—Sí, es cierto.
Platonic fingió una lentitud infantil.
—¿Quieres trabajar aquí, tal vez?
—No, vine a ver a “Bruno”.
—Ah, él. En ese caso, dirígete al sótano. Deberías poder alcanzarlo si vas hacia atrás y sigues la vía fluvial.
—Gracias Señor.
Justo como le habían dicho que hiciera, Platonic dio la vuelta alrededor de la cabaña. Y cuando lo hizo, vio
que había algo allí que parecía una vía fluvial. Era un agujero pequeño que parecía lo suficientemente grande
como para que un solo adulto apenas pudiera atravesarlo.
Platonic se abrió paso a través del canal, mojándose los pantalones. Finalmente, se dirigió a un área abierta,
dentro de una pequeña habitación donde varios hombres se divertían jugando con naipes.
—¿Quién, quién demonios eres?
Uno de los hombres se fijó en Platonic, tirando sus cartas y sacando su espada. Pero uno de los otros
hombres con los que jugaba retuvo su mano con una expresión sombría.
—Está bien. Ella es una cliente.
Ese hombre se acercó a Platonic y la instó a sentarse en una silla que estaba cerca.
—He oído hablar de usted por AB-CIR. La señorita Ladrona Fantasma Platonic.
—¿Está en este lugar “Bruno”?
—Soy yo. ¿Tienes el dinero cerca?
—Sí, aquí mismo.
Platonic sacó un paquete de tela con un adorable patrón de corazones en él. Cuando lo abrió sobre la
mesa, había diez monedas de plata dentro.
—Excelente. Bueno, entonces, vamos al asunto, ¿de acuerdo?
-ESCENA 3-

La "Asociación" existía en secreto en casi todas las tierras de Evillious, y cada uno de los jefes de las sucursales
tenía el nombre de "Bruno".
Su trabajo consistía en ayudar a las personas de profesiones inferiores, como Platonic. Referirían a
personas con talento a sus trabajos y proporcionarían información sobre su objetivo; naturalmente, exigían
una tarifa considerable por todo.
Platonic se enorgullecía de sus habilidades como ladrona. Por eso, excepto en los momentos en los que
tuvo que huir, no usó mucho a la "Asociación". Eso fue porque pedirles ayuda significaba disminuir su
compensación por su trabajo.
Solo que la cantidad que AB-CIR le había pagado esta vez era más alta que la tarifa por cualquier trabajo
que Platonic había hecho antes. Quizás su situación financiera había mejorado porque había empezado a
trabajar en el Castillo Erizo en Leona últimamente. Sin embargo, el hecho de que su salario fuera tan
importante también significaba que ese trabajo iba a ser difícil.
El fracaso de Platonic en la mansión Demilamb fue porque ella había sido descuidada en su recopilación
de información. Él no perdonaría otro error. La "Asociación" tomó un alto precio, pero ella no pudo negar
que proporcionaron un buen servicio a cambio.
—¿Es esta tu primera vez en el territorio Conchita?
Bruno se sentó con las piernas separadas en una silla de madera frente a Platonic.
—Sí.
—Bueno, entonces primero explicaré la situación aquí. ¿Tuviste algún problema para llegar tan lejos?
—Sí. Se siente como si estuvieran prestando atención adicional a las personas que ingresan a este
territorio.
Aunque era una tierra bastante cercana a la capital, el territorio de Conchita no se unía a ningún otro país,
y no era políticamente muy importante en absoluto.
Si tenía que idear algo, estaba la ciudad amurallada al noroeste, pero eso era una reliquia de los días
pasados cuando Beelzenia todavía estaba en guerra con el gran Imperio de Tasan en el oeste. Hoy en día era
poco más que una ciudad ordinaria, sin ninguna demanda como fortaleza.
Platonic no entendió realmente por qué tenían restricciones tan estrictas en la entrada.
—Es por decreto de la emperatriz Juno. Tiene miedo de que salga a la luz que hay algo extraño aquí
—explicó Bruno.
—¿Algo extraño?
—Es Banica Conchita. Ella es la señorita aquí, y últimamente ha comenzado a tomar algunas acciones muy
extrañas.
Lo único que Platonic sabía acerca de Conchita era que había contribuido a la cultura alimentaria de
Beelzenia y se había convertido en un señor por sus logros.
Según Bruno, dos años después de que ella se convirtiera en el señor de ese lugar, se había enfermado
repentinamente.
—Al principio, la gente decía que su vida estaba en peligro, pero de alguna manera se recuperó. Fue
después de eso que sucedió, que Conchita comenzó a ser extraña.
La primera vez que Conchita se mostró en público desde su recuperación fue en un banquete que se
celebró en la finca del duque Oruhari, el señor del territorio de Grabia.
—Hasta ese momento, había sido conocida como una mujer extremadamente gorda, pero dicen que
cuando llegó al banquete era delgada, un gran cambio en comparación con lo que había sido antes.
—¿Tal vez ella se alejó de su enfermedad?
En respuesta a la suposición de Platonic, Bruno continuó hablando, pareciendo no estar completamente
de acuerdo a pesar de darle una inclinación de cabeza.
—Tal vez. Pero eso no es lo importante. Después de la comida en el banquete, Conchita comenzó a comer
algo más que ella había traído consigo. Todos los que lo vieron se alborotaron.
—¿Qué demonios estaba comiendo esa Conchita?
Bruno se detuvo por un momento, callado, antes de responder con una expresión sombría.
—... Bichos. Vivos.
—Eugh, asqueroso.
Las únicas personas que ella podía imaginar comiendo insectos eran personas pobres al borde de la
inanición y brujas que vivían en medio de la nada.
«Aunque ahora que lo pienso, la mansión Conchita está ubicada en una montaña lejos de la ciudad... nah».
Platonic apartó la fantasía que había comenzado a surgir en su cabeza.
—¿No es absurdo para un noble comer algo así en público?
—Exactamente. Banica no ha sido invitada a más fiestas desde ese banquete.
—Eso es natural.
—Después de eso, Banica contrató a un hombre en su mansión. Era un chef oriental que sabía hacer
comidas poco ortodoxas. Así que creó platos con criaturas extrañas como nadie había visto nunca, y luego,
todos los días, Banica los comía.
—¿Qué tipo de platos en parti-? —Inmediatamente después de que Platonic comenzó a abordar la
pregunta, ella rápidamente la retiró—. No, no importa. Probablemente no deberías decírmelo.
—Eso es sabio. El día que escuché lo que era el menú, perdí el apetito por todo el día. Con el tiempo,
Conchita ya no podía estar satisfecha con eso y comenzó a comer cosas aún más imposibles.
—… Un resumen. Solo dime un resumen.
—Digamos que existen variedades de hongos que nunca debes comer. Platonic, ¿alguna vez has comido
hongos mellalga?
—Por supuesto que no.
El hongo mellalga era algo que se dice que es representativo de todos los hongos venenosos, que una vez
que lo comieses haría que todo tu cuerpo se hinchara y enrojeciera como si estuvieras quemado.
—Pero Conchita lo hizo. Y no son solo plantas. Hay animales que también son venenosos, y ella los ha
estado comiendo regularmente sin extirpar el veneno. Pero ella no ha muerto, ni siquiera se ha quedado en
cama.
La impresión de Platonic del estado de cosas se fue haciendo cada vez más horrible.
Comiendo insectos, devorando veneno, tal vez Conchita realmente era una bruja.
—Incluso el chef oriental conocido por ser un bicho raro estaba, con razón, disgustado por las
necesidades dietéticas anormales de su empleador y al parecer huyó de la mansión. Después de eso, Conchita
contrató a otros chefs en sucesión, pero no hay nadie que se quede allí por mucho tiempo. Sus horripilantes
gustos se están intensificando, hasta el punto en que ahora aparentemente incluso usa moscas taquínidas,
vómitos y excre...
—Es suficiente. Voy a vomitar.
—Si lo haces, deberías envolverlo y llevarlo a la mansión Conchita. Ella probablemente te lo compraría.
Bruno habló con tono de broma, pero Platonic no se rió.
—Déjalo, en cualquier caso, entiendo ahora que Conchita es un fenómeno. Sería bastante incómodo para
la emperatriz si se corriera la voz de que uno de sus "Cinco Duques" es así.
—La familia Conchita también fue expulsada de su posición como señores por otro incidente en el
pasado.
—Entonces ella debería hacer que Conchita renuncie de inmediato.
—Sólo han pasado tres años desde que se convirtió en señor, y además fue la propia Emperatriz Juno
quien la nombró como tal. Si ella reemplaza repetidamente a sus señores, la gente comenzará a cuestionar su
juicio... Bueno, eso es probablemente lo esencial, me parece.
Incluso la asociación no podía pretender entender claramente el pensamiento de la figura central de un
país, eso parecía.
—En este momento, los hábitos alimenticios repulsivos de Conchita son bien conocidos entre su gente.
Han venido para evitar acercarse a su mansión. Porque siempre puedes oler el hedor de algo que se pudre en
sus alrededores. Cuando entres en la mansión, te aconsejaría llevar una máscara.
—-Bueno, incluso si el propietario es un farsante que no tiene ninguna relación con mi trabajo. Todo lo
que estoy haciendo es robarle esa copa de vino, ya sabes.
—No estaría tan seguro de eso. Conchita es una mujer que puede comer veneno y mantenerse saludable.
Ella podría ser realmente un monstruo.
Era posible que Bruno todavía estuviera bromeando cuando dijo eso, pero quizás también estaba medio
serio. A pesar de la naturaleza relajada de su expresión, no sonreía en lo más mínimo.
—Oh, dios mío, estoy temblando. —Platonic se aferró a sus hombros como si estuviera asustada, pero en
realidad no estaba tan asustada. Al contrario, pensó que incluso si esa Conchita no era una persona normal, no
tendría ningún impacto en su trabajo—. Pero hablemos de lo que necesito encontrar. No soy un héroe como
para ir a derrotar a un monstruo.
—Si solo... Todos los ladrones contratados por AB-CIR para deslizarse en la mansión hasta ahora han
desaparecido. Esperemos que no hayan sido comidos por la dama de la tierra.
Platonic frunció el ceño ante las palabras de Bruno.
—-¿Qué? Esta es la primera vez que lo escucho.
—¿Hm? ¿Oír qué?
—Que ese AB-CIR le encargó a otros ladrones esto antes que yo.
Para Platonic, el hechicero AB-CIR, que era su cliente actual, era un viejo amigo. Originalmente había sido
un patrocinador del mentor de Platonic, pero cuando ese mentor murió, Platonic comenzó a ser contratado
para hacer sus peticiones.
Después de que varios trabajos habían pasado, Platonic había pensado que habían construido una relación
mutua de confianza, pero parecía que había un error de cálculo por su parte.
—Ese imbécil no me dijo una sola palabra; si no fuera tan guapo, le daría una.
—Jajaja. Qué desastre para ti.
Platonic miró a Bruno con severidad mientras se reía ruidosamente. Él levantó sus manos frente a su
pecho como si quisiera pacificarla.
—Ahora, ahora, aunque, si realmente eres el mejor ladrón en Evillious, lo lograrás de alguna manera,
¿verdad? Es porque AB-CIR valora tus habilidades que él te confió esto.
—... Bien, le daré una oportunidad. ¡Dime el diseño de la mansión y cuántas personas hay en ella!
Platonic puso su mano sobre la mesa y acercó su cara a la de Bruno para que pudiera sentir su aliento.
-ESCENA 4-

La noche siguiente, Platonic ya había comenzado a entrar en la finca Conchita.


Ella no había venido al territorio Conchita para hacer turismo. «Haga su trabajo rápidamente, váyase una
vez que haya conseguido lo que buscaba y luego obtenga su recompensa». Ese era su lema.
—Por el momento, ha sido bastante fácil hasta ahora.
La mansión estaba rodeada de paredes de ladrillo de piedra que tenían una altura doble a la de Platonic. Sin
embargo, ella no debía ser retenida por tales cosas. Mientras tuviera las técnicas para escalar paredes sobre las
que había sido instruida por su mentor, incluso podría escalar las paredes del castillo imperial.
Lo que era más, la mansión no tenía guardias de seguridad estacionados allí. De acuerdo con la
información que había obtenido de antemano, las únicas personas en la mansión eran la ama Conchita, sus dos
criados y el cocinero a su cargo, lo que significaba cuatro en total. Parecía que Conchita solo mantenía a su
alrededor al mínimo de personas.
Había ganado, como vacas, cerdos y pollos, vagando por el interior del jardín, y Platonic se escondió junto
a un árbol cercano para que no la vieran. Si asustaba a los animales, se arriesgaba a alertar a las personas de su
presencia.
Habiendo animales, todo estaba de acuerdo con el informe que la "Asociación" le dio. Pero cuando vio
que la vaca caminaba cerca de ella, se dio cuenta de que era extremadamente diferente de una vaca normal.
—Qué diablos...
No tenía pelaje en su cuerpo, exponiendo su piel blanca desnuda y agrietada.
Su blancura era en la medida en que posiblemente no podía ser natural, pareciendo casi como si estuviera
cubierta con pintura blanca.
Sus pezuñas también eran blancas como su piel, y además increíblemente largas. Gracias a eso, siguió
adelante con un andar asombroso, como si tuviera dificultades para caminar, y ocasionalmente tenía que
apoyar su cuerpo contra la pared de la mansión.
Incluso más extraña era la zona en la que deberían ser sus ojos. Donde debería haber habido pupilas
redondas y lindas, en cambio solo había huecos vacíos, huecos.
Mirando a su alrededor, Platonic vio que no era solo la vaca, el cerdo y el pollo también tenían
características similares. Todos eran completamente blancos, con largas garras y pezuñas y ojos huecos.
Platonic levantó la máscara que cubría su boca y nariz solo por un momento, y rápidamente la volvió a
poner. Sólo con ese olfateo momentáneo supo de inmediato que el hedor que impregnaba la mansión provenía
de estos animales.
Le habían dicho que Conchita prefería comer alimentos raros. Quizás estos animales eran una especie rara
que existía en algún lugar, solo que Platonic no los conocía. Aunque ella pensó que cocinar y comer estos
animales blancos posiblemente no podría ser tan sabroso.
Platonic era fundamentalmente vegetariana, en primer lugar. No era que se abstuviera de comer por
razones religiosas, simplemente no podía soportar el olor de la carne desde que era una niña, y por eso nunca
se la puso en la boca. Sus padres la habían regañado a menudo, diciéndole que no debería ser tan quisquillosa
con sus preferencias.
Habían sido padres muy estrictos en su disciplina. Como eran, después de todo, poco más que señores
provinciales de un lugar como la Meseta Merrigod, Platonic nunca había adoptado su actitud, tan preocupado
por lo que el mundo pensaba de ellos.
Amaba el dinero, pero no deseaba confiar en sus padres para ello. Y después de todo el tiempo que había
pasado desde que se escapó de casa, probablemente había sido repudiada mucho antes.
«Para vivir libremente, ahorre algo de dinero y, un día, construya una casa inteligente y única en la ciudad y
viva allí», ese fue el sueño de Platonic.
Para llegar a eso, primero tenía que centrarse en el trabajo. Una vez que obtuviera la "Copa de Vino de
Conchita" y se lo entregara a AB-CIR, obtendría una enorme recompensa. Eso significaba estar un paso más
cerca de su sueño.
—De todas formas...
Con movimientos ágiles, Platonic trepó al árbol. Cuando llegó a la cima, sacó una cuerda con un gancho
en el extremo. Después de girarlo un par de veces, lo lanzó hacia la chimenea en el techo de la mansión.
Después de confirmar que el gancho se había enganchado en la chimenea, Platonic ató el otro extremo de
la cuerda a la rama de un árbol. Con esto la cuerda conectó el árbol y la chimenea.
Moviéndose a lo largo de la cuerda, Platonic llegó al techo y luego, después de recuperar la cuerda, miró
dentro de la chimenea. Una vez que se aseguró de que no fuera tan alta como para lastimarla al caer, ella saltó
hábilmente hacia adentro.

-ESCENA 5-

La chimenea conducía a la chimenea del tercer piso. Estaba completamente oscuro, no había luces encendidas
en la habitación.
Parecía que el hedor de la mansión era bastante menos objetable que en el jardín. Platonic tímidamente
bajó su máscara a su barbilla, luego se la quitó y la guardó en el pecho de su ropa.
Sabía que esa habitación no estaba siendo utilizada actualmente, pero era por esa razón que existía la
posibilidad de que alguien dentro se diera cuenta si entraba una luz, lo que sería peligroso. Esperó a que sus
ojos se adaptaran a la oscuridad y salió rápidamente de la habitación, cuidando de no dar pasos.
Según su información, la mansión tenía tres pisos de altura, con trece habitaciones en el primer piso, nueve
en el segundo y seis en el tercero. Fuera de eso, el sótano tenía cuatro habitaciones, y entre ellas una se usaba
como tesorería.
Había una gran posibilidad de que la copa de vino estuviera en esa tesorería, pero también existía la
posibilidad de que estuviera en las cámaras privadas de Conchita. Y ella no podía negar las alternativas de que
sería en el comedor o en las cocinas, considerando que era una copa de vino.
Platonic decidió primero apuntar a la tesorería. Como necesitaba pasar por las cocinas para llegar al sótano
desde donde estaba, de todos modos, buscaría allí a mitad de camino antes de llegar a la sala del tesoro. Y si la
copa de vino no estaba allí, ella regresaría al primer piso, inspeccionaría el comedor y luego, si eso también era
una quiebra, no tendría más remedio que entrar en la habitación de Conchita en el tercer piso.
Las escaleras estaban cerca de donde estaba Platonic. Ella estaba extremadamente agradecida de que
estuvieran hechas de piedra, de modo que cuando los pisó no hicieron mucho ruido. Si hubieran sido de
madera, ella habría tenido que prestar mucha más atención a la forma en que daba los pasos.
Una vez que había bajado al primer piso, las cocinas estaban a la derecha. No estaban cerradas con llave, y
Platonic se deslizó fácilmente dentro.
En el momento en que entró en la habitación, ese hedor horrible asaltó una vez más sus fosas nasales. Se
apresuró a sacar la máscara y se la puso en la cara. Necesitaba buscar si la copa de vino estaba ahí, pero lo que
más le llamó la atención fue los puros trozos de carne blanca que colgaban aquí y allá alrededor del interior.
Varios ganchos de hierro como el que Platonic había usado cuando se escabulló en la mansión estaban
colgando del techo. En sus extremos se encontraban inequívocamente las ruinas del ganado que había estado
en el jardín.
—Así que ella lo come después de todo...
Por curiosidad, Platonic tocó una de las placas de carne con su dedo índice.
La carne apenas tenía elasticidad, y era tan dura como una roca. Ella no sabía si se había vuelto difícil de
secar o si había sido así cuando estaba vivo, pero al menos no tenía ninguna inclinación en absoluto a intentar
averiguarlo.
En el centro de la habitación había una mesa delgada y larga de piedra. Varios platos que parecían estar en
proceso de ser hechos fueron colocados descuidadamente encima de esa mesa, probablemente siendo
utilizados para preparar la cocina.
Lanzadas dentro de un cuenco había varias variedades de plantas con flores, finamente picadas. Junto a ella
había una varilla de madera y, a juzgar por el hecho de que había hierba triturada en el extremo, probablemente
estaba siendo utilizada para pulverizar las plantas dentro del tazón. Eran muy coloridos, las hojas eran rosadas
y las raíces eran moradas.
En una cacerola había una sopa de color ámbar, y en el centro flotaban setas hundidas en forma de
embudo. Platonic supo de inmediato qué eran. Sin lugar a dudas, esos eran los hongos Mellalga.
Dentro de una tetera, frijoles oscuros estaban empapados en agua. El agua se estaba volviendo negra, al
igual que los frijoles.
Cuando se asomó a la estufa lejos de la mesa, vio dispersos alrededor de varios objetos parecidos a
brioches, completamente quemados. Tenían un poco de polvo verde rociado en la parte superior. Cuando miró
más de cerca, vio que no era harina, sino moho.
El hecho de que no importara la forma en que los mirara y no le abriera el apetito no era solo porque
Platonic había cenado correctamente antes de que ella fuera ahí.
Buscó en la habitación, pero no pudo encontrar nada que pareciera que fuera la copa de vino. Parecía que
su objetivo no estaba en ese lugar.
La cocina tenía tres puertas.
La primera fue la puerta sur, donde entró Platonic. Ella no podía abrirla y regresar ahora.
Si ella tenía razón, la puerta oeste conducía a los jardines. Platonic primero había planeado irrumpir en la
mansión por ahí, pero cuando pensó en el riesgo de que se cerrara, cambió su plan para entrar por la chimenea
más confiable. Abrió la puerta norte restante y salió de la cocina. Al igual que la puerta sur, tampoco estaba
cerrada con llave. El otro lado de la puerta conducía a un pasillo con una sala de audiencias al final, y allí había
una escalera que conducía al sótano.

-ESCENA 6-

Platonic había avanzado relativamente bien hasta ese momento, pero cuando bajó al sótano se dio cuenta de
que iba a enfrentar el primer problema de ese día.
Las escaleras por las que había bajado Platonic se abrían hacia el centro del sótano, con varias habitaciones
al noreste, noroeste, sureste y suroeste. La sala del tesoro debería estar hacia el sureste.
Sin embargo, escuchó el sonido de un niño y una niña cantando alegremente desde la dirección opuesta: la
sala noroeste.
—♪ Honooor y alabaaaanza–
—♪ Para nuestra gran Conchitaaaaa–
Parecía que aún quedaban dos personas despiertas.
Platonic agonizaba sobre si debía retroceder o seguir adelante. Afortunadamente, las voces cantantes
parecían provenir de la sala opuesta a la sala del tesoro. Si se movía en silencio, debería de entrar sin ser
descubierta.
Aunque era difícil pensar que incluso la sala del tesoro estaría desbloqueada. Si iban a salir afuera, en el
tiempo que le llevaría romper la cerradura, tenían la garantía de encontrarse con ella.
«Tal vez debería tomarme un momento para retocar mis planes...»
Platonic había tomado esa decisión y comenzó a subir las escaleras.
—¡Augh!
Algo salió corriendo de la sombra de un pilar y le mordió el brazo derecho.
—¡Oink, oink!
—-¡Tú, bestia!
Platonic sacudió su brazo con fuerza, y golpeó la cosa que la estaba mordiendo.
Rodó por el suelo y golpeó la pared, colapsando en el lugar, pero pronto se levantó de nuevo y rugió,
mirando a Platonic.
Había grandes marcas de dientes en la muñeca derecha de Platonic, y la sangre salía.
—… ¿¡Un cerdo!?
Aunque parecía ser evidente, por la realidad del otro ganado, el cerdo no tenía ojos. Las dos cuencas
estaban dirigidas directamente a Platonic. Su falta de piel, piel blanca y largas pezuñas... Era idéntico a los
animales del jardín. Lo único que era diferente era que este cerdo llevaba un collar con rosas en él.
En algún momento, el canto se había detenido. Cuando Platonic se dio cuenta de eso, dos personas
estaban de pie al lado del cerdo.
Probablemente eran los criados gemelos que vivían en la mansión. Ciertamente se parecían.
—Has encontrado un ladrón. Bien hecho, pequeña Murara.
Uno de los criados, la niña, le dio unas palmaditas al cerdo en la cabeza. Murara debía ser el nombre del
cerdo. Pero eso no le importaba a Platonic en ese momento.
«Maldita sea, he sido descubierta».
Sus enemigos seguían siendo niños, pero aun así eran dos contra uno. Tres contra uno, si incluías el cerdo.
Sin embargo, Platonic era técnicamente todavía una niña también. Ella acababa de cumplir dieciséis años
en su último cumpleaños.
Platonic nunca había matado a nadie durante un trabajo, y ella todavía no tenía intención de hacerlo. Así
que en una situación como esa, solo había una táctica que ella podía emplear.
—Bueno, ahora, ¿cómo vamos a cocinar esto? Geheehee.
Los jóvenes criados se rieron, una risa que no se adaptaba a sus rasgos jóvenes.
—Espera, Pollo. ¿Qué es esa risa vulgar?
—¿No encaja? Somos los villanos, ¿no? Si quieres puedes intentar imitarlo, Arte. Te doy un permiso
especial.
—¡¿Qué somos los villanos?! ¡Pensaba que la persona mala aquí es esta mujer que irrumpió en la casa de
alguien sin ser invitada!
—Correcto. Aunque todavía me gusta esta risa, así que la voy a mantener. Geheehee.
Mientras que los retenedores gemelos, Arte y Pollo, continuaron su argumento sin sentido, Platonic sacó
secretamente una bola redonda hecha de papel del pecho de su ropa.
El forro de la ropa de Platonic tenía bolsillos, y dentro de ellos llevaba varias herramientas. Esa pelota era
una de ellas.
—¡Comed esto!
Platonic lanzó el balón hacia los gemelos. Chocó con el hombro izquierdo de Arte, y en ese momento
explotó violentamente.
—Geho-¿Q-qué fue eso?
—Todo está lleno de humo, y no puedo ver, ¡y me duele el hombro! ¡Esto es lo peor!
Platonic intentó deslizarse en el humo y escapar de allí, pero parecía que había cometido un error en la
cantidad de químicos. El humo había sido demasiado fuerte en su propagación; ella se había perdido en eso y
ya no podía ver dónde estaban las escaleras.
«Waaugh... No importa, ¡tengo que ir a algún lugar pronto!»
Podía ver una puerta en un hueco débil en el humo. Platonic se precipitó dentro de una vez.
–Porque parecía ser la habitación en la que Arte y Pollo acababan de estar, todavía había una lámpara
encendida allí.
Era una despensa. Había comida bien empaquetada en sus estantes que de lejos superaba la cantidad que
había estado en la cocina. Como antes, todas eran cosas espantosas.
Sin embargo, los ojos de Platonic no fueron atraídos hacia esos, sino hacia algo que estaba sujeto a la pared
con cadenas.
Era un cadáver humano. El cadáver estaba en una posición de crucifixión, con ambos brazos abiertos. A
juzgar por el uniforme, era el cocinero que había estado trabajando allí.
«¿Qué han estado haciendo esos gemelos aquí? ¿Cómo había muerto el cocinero en primer lugar? ¿Fue por
una enfermedad? ¿Algún accidente? O-»
—¿Dónde estás, ladrón? ¿Dónde has ido? Geheehee.
—¡Dale! ¡Guerra, esto significa guerra!
Podía escuchar a los gemelos hablar desde afuera de la habitación. Decidiendo encontrar un lugar donde
esconderse por ahora, Platonic una vez más miró alrededor de la habitación.
«¡...! ¿¡Es eso!?»
Encontró un vaso dejado descuidadamente en un estante justo al lado del cadáver.
Estaba lleno de un profundo líquido escarlata.
Era una copa de vino sin distorsiones en su curva, teñida de un rojo tenue. No había ninguna duda al
respecto, esto era lo que Platonic había estado buscando.
«¡Aquí está! La "Copa de vino de Conchita"».
Platonic se acercó reflexivamente allí. Pero, tal vez por su impaciencia, no pudo captarlo. La copa de vino
se resbaló de su mano, se tambaleó ferozmente y luego cayó al suelo.
«¿¡Ah!? ¡Maldita sea!»
Platonic la recogió de inmediato. Afortunadamente, el vidrio en sí estaba en buen estado. Pero el líquido
interior se había derramado por completo y salpicó los pies del cadáver crucificado.
«¿Estaba él bebiendo vino? Oh, bien, siempre que haya conseguido el vaso, no hay problema con eso».
Ahora solo necesitaba escapar de alguna manera.
En algún momento ella había dejado de escuchar las voces del exterior. Tal vez subieron a buscarla.
Platonic abrió la puerta de la habitación un poco y miró hacia afuera.
El humo ya se había disipado. No había un alma en el pasillo. No cambió la gravedad de su situación, pero
al menos ella podría abandonar la habitación.
Ocurrió cuando Platonic abrió la puerta un poco más.
Desde detrás de ella oyó un golpe. Inmediatamente se dio la vuelta, y cuando vio la causa del ruido, dejó
escapar un grito.
–El cadáver se movía. Sus pies, donde se había derramado el líquido, se habían vuelto más marcadamente
blancos que su color de piel anterior y estaban ruidosamente estampados alrededor.
«¡¿Podría posiblemente haber estado vivo?!»
No le tomó ningún tiempo darse cuenta de que esa línea de pensamiento estaba equivocada.
La porción blanca pareció extenderse gradualmente y, finalmente, más de la mitad de su cuerpo se había
vuelto blanco. En el momento en que llegó a su cara, sus globos oculares cayeron con un plop fuera de sus
cuencas, y su cabello también salió en el lapso de un instante.
Sería peligroso quedarse allí.
Platonic lo sintió instintivamente. Mientras el cadáver blanco luchaba por deshacer las cadenas que lo
rodeaban, ella huyó de la habitación.

-ESCENA 7-

Platonic corrió escaleras arriba y corrió hacia la cocina.


Su plan inicial era escapar por la chimenea de la misma manera de la que había entrado, pero ahora que los
residentes la habían atrapado, no era necesario que se metiera en tantos problemas. «Sería prudente que salga
por la puerta de atrás lo antes posible». Saltó hacia la cocina con ese pensamiento en mente, pero una vez más
encontró su camino obstruido.
Dentro había una mujer con un vestido rojo.
Tenía ojos de almendra y una figura flexible. Platonic estaba orgullosa de ser delgada, pero cuando se
trataba del tamaño de su pecho, fue superada por ella.
Solo debería haber cuatro personas en la mansión. Ella ya había conocido a los gemelos. El cocinero
estaba muerto en el sótano.
Eso significaba que la bella mujer ante ella...
Era la dueña de la mansión, Banica Conchita.
Conchita se acercó tranquilamente a Platonic y se quitó la máscara que llevaba puesta.
—Vengo aquí para divertirme con un poco de trabajo estético de medianoche... y termino encontrándome
inesperadamente con una intrusa adorable.
—¿Trabajo estético de medianoche?
Ella no sabía muy bien qué significaban esas palabras, pero Platonic de alguna manera podía adivinar que
era algo repulsivo.
—Oh, sí. En pocas palabras, supongo que podrías decir que sentía un poco de hambre esta noche y vine a
buscar algo de comida ♥.
Mientras sonreía, Conchita agarró el brazo derecho de Platonic. Su agarre era mucho más fuerte que las
fauces de ese cerdo blanco, y Platonic no pudo deshacerse de ella.
—Creo que lo devolveré, por ahora.
Conchita arrebató la copa de vino de la mano de Platonic. Después de eso, Conchita acercó su rostro lo
suficiente a Platonic como para sentir su respiración, sin dejarla ir.
—Realmente eres adorable... lo suficientemente linda como para comerte ♥.
Platonic una vez más pensó en algo repulsivo al escuchar las palabras de Conchita, aunque si su
imaginación era correcta o no, no cambiaba el hecho de que estaba en un aprieto.
Al ser atrapada de esa manera, en el Imperio de Beelzenia, el criminal generalmente recibía el juicio del
señor de la tierra en la que se encontraba. Si se trataba de un crimen grave como el asesinato o algo así, el
juicio no sería manejado por el señor sino por el emperador; sin embargo, en el caso de Platonic eso no se
aplicaría.
En otras palabras, sin importar el caso, la mujer ante Platonic mantenía su destino en sus manos. Si sus
robos en otros lugares tenían alguna influencia en el resultado de su juicio, dependía de Conchita. Sin
embargo, al reflexionar sobre la información que había obtenido anteriormente y los eventos que Platonic
había presenciado esa noche, quedó claro que Conchita no sería honesta y justa al respecto. Sus probabilidades
de salir ilesa eran extremadamente bajas.
Aunque, si fuera juzgada normalmente eso estaría bien con ella. Tenía la esperanza de poder aprovechar
una oportunidad para escapar. El problema era que todos los ladrones que se habían colado antes de Platonic
desaparecieron, y el cadáver que había visto en el sótano... Platonic se imaginó a sí misma volviéndose como
ese cadáver, y se estremeció.
—Bien, entonces-
Conchita comenzó a hacer algo, apartando su rostro de Platonic por un momento.
Platonic intentó usar eso como una oportunidad para sacar otra bomba de humo de su pecho, pero antes
de que pudiera hacer eso apareció una figura que destrozó la quietud de la habitación.
—¡UUUOOOOOOOOOOO!
Hizo su entrada rompiendo la puerta detrás de Platonic, mientras dejaba escapar un indescriptible rugido.
El cadáver del cocinero comenzó a moverse, subió las escaleras y fue a la cocina. Su uniforme había sido
desechado, y la totalidad de su cuerpo de piedra caliza blanca estaba expuesto.
Y sus largas garras estaban dirigidas no a Platonic, sino a Conchita.
—-!
Los movimientos del cadáver fueron lentos, y así, a pesar de que Conchita hizo una expresión
momentánea de tensión, esquivó las garras que venían directamente hacia ella.
No había manera de que Platonic no usara ese momento para poner algo de distancia entre ella y
Conchita. Rápidamente se dirigió hacia la puerta occidental y saltó al jardín.
Todos los diversos animales en el jardín miraron a Platonic a la vez. Antes de que pudieran atacarla, se
lanzó con todas sus fuerzas, y una vez que se había acercado a la pared exterior, utilizó su cuerda con el
gancho para escalarla de una sola vez.
Mientras se aseguraba de que no la persiguieran, corrió lo más rápido que pudo para alejarse de la finca
Conchita.
-ESCENA 8-

—... Ella se ha escapado ♥ —dijo Conchita con tristeza, mientras hábilmente evadía las garras que la
golpeaban. Aunque, a la inversa, ella estaba sonriendo como si se estuviera divirtiendo—. Ildebrando,
sinceramente, incluso después de muerto, sigues causándome problemas.
Conchita rápidamente agarró la muñeca derecha del cadáver con la mano izquierda, luego agarró la
izquierda con la derecha. Ella entonces lo clavó a la pared con todas sus fuerzas.
El cadáver luchó por liberarse de Conchita. Él le lanzó la cara hacia adelante y le mordió el cuello con
fuerza. Después de soltar un gemido, inmediatamente soltó su mano derecha y la usó para agarrar la cabeza del
cadáver, alejándola de ella.
Sangre fresca se derramaba de su cuello. Pero eso fue sólo por un momento. Las marcas de colmillos que
se habían dejado allí se curaron en un instante, y la sangre que fluía cesó.
—Necesitas ser castigado, Ildebrando. —Banica abrió mucho la boca—. Bueno, entonces... Me pregunto,
¿qué tipo de sabor tienes?
Y luego, a cambio de lo que le había hecho, mordió el cuello del cadáver.

-ESCENA 9-

Diez días después, Platonic estaba en Leona, tras haber escapado de la propiedad de Conchita. Esto fue para
informar a AB-CIR, que estaba en el castillo de Lord Erizo.
En el centro del castillo había una torre del reloj. Todas las habitaciones en su sótano habían sido
convertidas en celdas de prisión, donde se guardaba a los criminales y prisioneros de guerra. AB-CIR estaba
antes de ese pasaje del sótano.
—-Entonces, ¿esto significa que has corrido descaradamente a casa sin haber completado tu objetivo?
—Suspiró disgustado, acariciando la cabeza del gato rojo en su hombro derecho.
Pero fue Platonic quien quiso quejarse.
—¿No es obvio? ¡No dijiste nada acerca de que allí hay un monstruo así!
Esa mansión era el hogar de un demonio que superaba el conocimiento humano. Era difícil pensar que
AB-CIR la había enviado sin saberlo.
Siempre hubo conversaciones sospechosas en torno a AB-CIR. El señor del castillo en el que residía
ahora, lord Erizo, era un hombre bastante horrible. Se dijo que los prisioneros en su sótano serían llevados
uno por uno a la habitación en la parte superior de la torre y serían asesinados después de ser torturados. Y
también hubo rumores de que Lord Erizo estaba siendo obligado a hacer esto por AB-CIR, quien lo sirvió.
Si él no fuera del tipo que le pagaba por adelantado, Platonic ni siquiera habría pensado en involucrarse
con él.
Los sirvientes de la finca Conchita no habían podido verle la cara gracias a que llevaba una máscara, pero
es probable que Conchita pudiera memorizarla exactamente. No había ningún ladrón fantasma que robara en
la casa de alguien que supiera cómo se veía por segunda vez. Platonic había llegado allí con la intención de
lavarse las manos del asunto.
AB-CIR probablemente lo había adivinado. Unió ambas manos detrás de su cabeza e hizo una expresión
de preocupación.
—Pero si ni siquiera tú puedes manejarlo, entonces estoy completamente sin opciones.
—Usted debe ir allí mismo. Ve y golpéalos con tu magia especial.
Ella había escuchado la historia de las grandes hazañas de AB-CIR de su último mentor. Al igual que
Platonic, AB-CIR aparentemente también tuvo a alguien a quien llamó un mentor una vez.
La malvada hechicera "IR", que manipulaba las llamas, AB-CIR había tirado el guante con ella y, a pesar de
recibir heridas graves, la derrotó de manera bastante espléndida. Él, siempre con un guante en la mano
derecha, supuestamente ocultaba la herida que ganó en esa batalla.
Platonic pensó que si realmente tenía poderes tan fuertes, entonces ni siquiera esos monstruos blancos lo
retrasarían. Aunque en realidad nunca lo había visto usar magia.
Pero AB-CIR negó con la cabeza.
—No puedo dejar este país ahora mismo. Tengo cosas que estoy buscando aquí aparte de la copa de vino.
—... En cualquier caso, estoy renunciando a esto.
No importa cuán alta sea la recompensa, tener su vida era fundamental.
—Ya veo. Entonces supongo que es eso. Te enviaré a un trabajo diferente .
—... Este no es otro peligroso, ¿verdad?
—Bueno, creo que es seguro. Al menos, más que con Conchita. Prometo pagarte la misma suma que iba a
hacer esta vez como tu compensación.
Ella valoraba su vida, pero el dinero era la siguiente cosa más importante. No podía confiar
completamente en las palabras de AB-CIR, pero era cierto que quería salir de la línea roja.
Mientras Platonic no pudo responder de inmediato, de repente escuchó a un joven gritar desde una de las
celdas.
—¡Oye! ¿Dijiste “Conchita” justo ahora?
Parecía que el hombre había escuchado su conversación. Estaba vestido con ropas mucho más bonitas que
los otros prisioneros, y sus ojos azules miraban hacia ellos.
—... ¿Quién es ese? —preguntó Platonic.
AB-CIR respondió descuidadamente: «Hmm, ah. Ese es un príncipe que fue capturado en Marlon. Creo
que su nombre es... Carlos».
–Esto está fuera de tema, pero se dice que lo que AB-CIR buscaba en el país de Leona en ese momento
era una “cuchara azul”.
Estaba recolectando siete implementos que fueron llamados "Contenedores de los Pecados Capitales". Es
natural suponer que la "Copa de vino de Conchita" fuera uno de ellos.
AB-CIR tenía en su poder una "espada" y una "muñeca", que también se encontraban entre los
"Contenedores de los Pecados Capitales". Una vez obtuvo la "copa de vino" de Muzuri como ya le dije, pero
gracias a su propio descuido, Marlon lo capturó, y tuvo que separarse de todos ellos por un tiempo.
¿Cómo podría alguien como él, que se suponía que tenía magia poderosa, sufrir una derrota tan
embarazosa? No está claro, pero una teoría es que se encontraba en un estado incapaz de liberar el verdadero
potencial de su poder.
Esto es lo que está escrito en el libro por el historiador Will Jaakko:
AB-CIR no era "él" si no "ella". A pesar de que su verdadera naturaleza era como mujer, estaba atrapada
usando a un hombre como una representación de su espíritu. Esta condición fue suficiente para hacer que
AB-CIR perdiera sus talentos adecuados, y por esa razón la hechicera no mostró ninguna acción notable
durante esa era. Además de tratar de reunir los contenedores, la hechicera buscó un nuevo cuerpo. Se cree que
su red de contactos con Platonic, que era descendiente de los "restos de la pereza", era parte de eso, sin
embargo, al final, su potencial latente no era suficiente para satisfacer a la hechicera. No se refería a su
potencial como ladrón fantasma. La hechicera había juzgado que Platonic no era una representación adecuada
de ella.
... Realmente no lo entiendo ni yo misma.
Bueno, después de la limpieza de paladar viene el último plato de carne.
Y para la historia de Conchita, también, la carne principal de la historia es la siguiente.
VIANDE
-BISTEC DE XXXX-

-ESCENA 1-

Lamento mucho hacerte esperar.


Este es el plato de carne de hoy, Bistec de Bistec.
Al dejar reposar un corte magro de grado superior de XXXX a baja temperatura durante tres días, su
delicioso sabor se condensa libremente, por lo que su sabor es delicioso incluso sin la adición de condimentos
o sal-.

¿¡Huh!? ¿Qué apenas has podido escucharlo?


Bueno, entonces lo diré una vez más. El filete es un filete.
Has comido filete antes, ¿verdad?

¿"Eso no es lo que quiero decir"?


¿”Cuéntame sobre el ingrediente principal”?
¿”Por qué dices eso en voz baja"?
¿Eso realmente importa tanto? El tipo de carne no es realmente tan importante.
Lo importante es cómo se prepara.
En cualquier caso, este es el orgulloso trabajo de nuestro propio chef.
Ahora, por favor, come.

Pues entonces, continuaré la historia de Banica Conchita. Como el decimocuarto cocinero que ella había
contratado había fallecido, ella terminó contratando uno nuevo.
El decimoquinto cocinero era un Marlon, y se llamaba Joseph.
Mientras tanto, incluso los eventos más extraños ocurrían en el territorio Conchita. Sus habitantes estaban
empezando a ser asesinados por monstruos de un blanco puro.
Esos monstruos eran, por supuesto, cadáveres que habían sido transformados por el extraño poder de la
copa de vino, y como tal, el señor de la zona ignoró las quejas de su gente.
Pero los casos causados por los monstruos blancos continuaron. La voz de la gente no sería silenciada.
Finalmente, esos incidentes terminaron llegando a los oídos de la emperatriz Juno.
—Gracias por la espera. Aquí está el almuerzo de hoy.
Un hombre de pelo azul tímidamente dejó un plato ante Conchita.
Un objeto largo, en forma de tubo, estaba enrollado encima del plato. Era un intestino de tigre que había
sido enviado desde el lejano Oriente y, además, estaba lleno de insectos fibrosos.
Salchicha parásita: Conchita puso esto en su boca sin dudarlo, y luego comenzó a masticarlo
cuidadosamente.
El estallido de los parásitos aplastados en sus dientes hizo eco a través del tranquilo comedor.
—... No tiene mucho ponche. Pero, no está mal —dijo Conchita, dando pensamientos después de tragar la
salchicha y limpiándose la barbilla con una servilleta—. Como esperaría del chef nómada, Joseph. Tal
habilidad es excelente ♥.
La sonrisa de Conchita dejó en claro que sus palabras no eran solo adulación.
—E-gracias, muy amable.
Al ser alabado, Joseph se inclinó con una expresión que, por alguna razón, era rígida.
—Hace mucho tiempo, cuando viajaba por países extranjeros, escuché rumores sobre ti. Que había un
chef notable que viajó por el mundo, perfeccionando sus habilidades. Te perseguí, absolutamente deseando
conocerte, pero en ese momento no pude encontrarte. Después de escuchar que ya habías muerto en Leona,
renuncié a mi búsqueda.
Conchita había usado a la "Asociación" para recopilar información sobre chefs superiores e ingredientes
raros.
Ella los había conocido desde que había comenzado su viaje hacia la investigación de alimentos. No era
deseable que un noble mantuviera una conexión con operadores tan poco inteligentes. Pero la red de
inteligencia de la "Asociación" era mucho más valiosa para ella que los chismes inexactos de figuras públicas.
Y también tenían sus propias rutas de distribución particulares. En general, cosas como las armas y las
drogas ilegales eran productos de poco interés para Conchita, pero si dependía de ellas podría obtener con
relativa facilidad ingredientes raros como, por ejemplo, los intestinos de tigre que había comido ese día.
Eran neutrales con respecto a todos los poderes políticos, y no importaba cuánto dinero les pagara, no
estarían sometidos a Conchita. Era probable que la "Asociación" vendiera información que era desventajosa
para ella para alguien. Pero Conchita no tenía intención de ponerlos a prueba por eso. Había mucho mérito en
aprobar su existencia.
Ella también había recibido información de la "Asociación" de que Joseph estaba vivo. Habían
determinado dónde estaba ubicado, y entonces Conchita les había pagado para que le dijeran que fuera a su
mansión.
La primera vez que vio a Joseph, sintió que lo había conocido en algún lugar antes. Se parecía a alguien,
pero ella no podía recordar a quién. Como Joseph no parecía conocer a Conchita, asumió que era un simple
error, y el pensamiento desapareció de su mente.
Conchita le había prometido un salario extraordinario para evitar que rechazara su invitación. Fue una
suma mucho mayor que la que recibían los cocineros que preparaban la comida de la Emperatriz.
Ella había tomado las mismas medidas con todos los cocineros que había empleado antes de Joseph. Al
principio quedaron deslumbrados por la paga y siguieron adelante con el servicio de Conchita por sí solos,
pero eventualmente se enfermaron, crecieron más taciturnos, desarrollaron mejillas hundidas y finalmente
desaparecieron por completo de ella.
Pero en ese sentido, Joseph era diferente de los demás. Él creó indistintamente todos los platos grotescos
que ella le ordenó, sin inmutarse con el contenido. A pesar de que había pasado una semana completa, no
mostró ningún signo de agotamiento mental.
Cuando Conchita le preguntó si había hecho alguna comida como las de ella antes, Joseph respondió que
no lo había hecho.
—Es precisamente porque no me gusta que me esté divirtiendo, puedo sentir el potencial de nuevos
platos.
Conchita se alegró, ya que parecía que finalmente había conocido al chef que había anhelado.
En realidad, cuando se trataba de cocinar, Arte podía manejar las cosas por derecho propio. Eso se debió a
que fue su papel poner en práctica las técnicas de cocina que Banica aprendió durante sus viajes. Si ella
trabajaba dos veces como cocinera, entonces no habría necesidad de nadie nuevo, pero Arte odiaba hacerlo. Y
como Arte a menudo hacía un trabajo de mala calidad al ignorar lo importante cada vez que se veía obligada a
preparar comidas, Conchita no podía dejar de querer a un cocinero experimentado que hiciera su trabajo
correctamente.
—No he comido hasta ahora, tráeme un segundo plato.
Conchita le devolvió el plato vacío a Joseph.
—S-sí. ¡Bien, espera, Augh!
Después de recibir el plato, Joseph trató de volver a la cocina, pero a dos o tres pasos después de haber
girado sus pies, resbaló y cayó al suelo.
El sonido de un plato rompiéndose resonó en el comedor.
—Ouch... ¿Por qué hay una cáscara de plátano en un lugar como este? —gimió Joseph, levantando una
cáscara amarilla en sus manos.
—Vaya, cuando se trata de algo fuera de la cocina, eres absolutamente inútil —dijo Conchita en un tono
de asombro, mirando a Joseph.
La única vez que el hombre parecía confiable era cuando estaba cocinando. Todas las demás veces él
estaba encogido e insatisfecho. Su rostro se veía bastante unido, pero estaba impregnado de la aureola de un
hombre, el desastre que estaba condenado a no hacer nada.
—Ah-haaah... Lo siento.
Joseph finalmente se puso de pie, y se disculpó con la cabeza.
—Deje los fragmentos de platos a Arte y Pollo; solo concéntrese en cocinar para mí en la cocina.
—Por supuesto…
Joseph regresó a la cocina con un andar nervioso.
-Pero a mitad de camino su pie pisó algo de nuevo y cayó de rodillas.
—... ¿Por qué hay cáscaras de plátano tiradas en sucesión como esta?
Desde algún lugar escucharon el sonido de un niño riendo, un "Geheehee".

-ESCENA 2-

En el momento en que Joseph entró en la cocina, comenzó a toser violentamente.


—-Tough, tos-... gah, ¿otro ataque?
Sacó dos botellas pequeñas de su bolsillo en el pecho. Una contenía un fino polvo de oro y la otra un
líquido azul.
Abrió las tapas de ambas botellas y puso un poco del contenido en cada una de las tazas que estaban sobre
la mesa. Después de que echara un poco de agua y lo revolviera, Joseph lo bebió.
—Uf... Esto ya casi nunca pasa.
Él especuló que tal vez la fuente de sus espasmos era que últimamente se le ponía constantemente en
situaciones espiritualmente agotadoras.
Siendo capturado por el país enemigo, y luego de ser liberado de allí, ocultándose bajo la apariencia de un
extraño, ocultando su verdadera identidad. Tal vez su ansiedad se había acumulado en él sin que él lo supiera.
«Banica Conchita, ¿eh...?»
Él recordó a su empleadora, a quien se había enfrentado antes.
«Parece que su apariencia y personalidad han cambiado completamente de lo que era hace trece años».
Donde había estado gorda antes de volverse increíblemente delgada, y no había signos de timidez en su
personalidad. Ella era ciertamente una persona diferente a la Banica que había conocido mucho antes.
«Hmph. Bueno, supongo que es lo mismo conmigo», se dijo Joseph de manera despreciativa dentro de su
mente.
Banica no se había dado cuenta de quién era realmente.
No fue simplemente el resultado de su cambio de apariencia después de trece años.
En ese momento, Joseph tenía una cara diferente de la que tenía originalmente. No solo en el sentido de
que estaba mintiendo sobre su estatus social. Su rostro había sido cambiado con el de una persona diferente.
Eso se debió a la magia del hombre llamado AB-CIR.
O para ser más precisos, fue debido al poder de su espada, la "Espada de Venom".
Su verdadero nombre era "Carlos Marlon".
El tercer príncipe del país de Marlon.
-ESCENA 3-

Carlos había pensado al principio que el hombre llamado AB-CIR era un simple estafador.
Pero después de ser capturado por él y cambiar su cara, tuvo que admitir que AB-CIR era un verdadero
"hechicero" después de todo.
Si hubiera seguido recluido como prisionero, indudablemente habría sido utilizado como un peón político.
No solo eso. Pensando en la relación entre Marlon y Leona, no le habría sorprendido si hubiera terminado
siendo asesinado.
O bien era algo que Carlos había querido evitar. Justo en el momento en que estuvo en la cárcel
preguntándose si había alguna forma de escapar, escuchó la conversación entre AB-CIR y esa ladrona.
No había visto a Banica directamente desde que se rompió su compromiso, pero la noticia de sus
actividades llegó a Marlon. Que viajaba por todos los países, estudiaba los diversos "alimentos" allí y trabajaba
en el avance de Beelzenia.
Carlos había pensado que era algo natural de Banica, quien le había dicho que le gustaba comer; pero al
mismo tiempo, se sorprendió de su demostración de dinamismo.
Hablando de sí mismo, había seguido pasando sus días ardiendo en el palacio como nunca antes lo había
hecho. La que alguna vez fue tímida, Banica se había vuelto tan asertiva, y sin embargo, nada de él había
cambiado en absoluto.
¿Por qué no había insistido en comprometerse con ella en ese momento? Puso un frente fuerte, pero no
pudo desafiar a todos los más fuertes que él. Él era lamentable en ese entonces.
Por el deseo de estar incluso un poco más cerca de Banica, Carlos había empezado a estudiar cocina con
los cocineros en el restaurante del palacio.
Naturalmente, no se hacía ilusiones de poder alcanzarla en eso. Hubo una diferencia entre su respectivo
entusiasmo hacia la comida para empezar. Aun así, fue capaz de lograr adquirir cierto grado de habilidad. Sin
embargo, hasta el final estaba atascado al nivel de un aficionado, y por eso nadie comería nada de lo que
hiciera.
Primero se enteró de que Banica se había vuelto loca cuando escuchó la conversación entre AB-CIR y la
ladrona. Había dejado de escuchar más rumores sobre ella después de que se corriera la voz de que ella se
convertiría en la dueña del territorio Conchita. La emperatriz Juno probablemente se había esforzado por
evitar que las nuevas noticias se filtraran a regiones externas.
Carlos había ofrecido su ayuda a AB-CIR allí mismo, en ese lugar. Primero, para obtener una excusa para
salir de la prisión, y segundo... él quería conocerla una vez más y ver la verdad por sí mismo.
Las acciones que Banica había tomado en ese banquete hace trece años... Tal vez todo tuvo algo que ver
con eso. Si ese era el caso, entonces él quería enfrentarse a ella de nuevo, y no huir esta vez.
«Si pudiera ser perdonado, entonces, quizás esta vez...»
Carlos se había preparado para que AB-CIR rechazara su propuesta al principio. Carlos también había
estado listo para intentar persuadirlo cuando lo hizo, pero AB-CIR había aceptado fácilmente su petición.
—Ya veo, qué interesante —había dicho él, mirando a Carlos con una sonrisa.
La mujer ladrona intervino y escuchó a un lado: «¿Está bien? Estoy seguro de que solo lo dice como un
pretexto para escapar».
—Incluso si es así, no me importa. Fue capturado por mí. Debería tener la libertad de dejarlo suelto. —Al
contrario de las expectativas de Carlos, parecía que AB-CIR no tenía ningún interés en la relación entre Marlon
y Leona, o en la guerra en sí misma—. Estoy falto de mano de obra, así que debo usar todo lo que tengo a mi
disposición. Si él dice que es un conocido de Conchita, entonces puede ser de alguna utilidad para mí.
Sin embargo, parecía que la ladrona no podía apoyar el razonamiento de AB-CIR.
—¿No es eso peor, ya que ella ya conoce su rostro? Conchita mantiene alejados a los forasteros de su
mansión. Las únicas personas que deja entrar normalmente son sus sirvientes y su cocinero.
—¿No me dijiste que el cocinero estaba muerto?
—Sí. Se convirtió en un monstruo.
—Entonces, eso significa que no hay cocineros allí ahora. Por lo que he oído, las probabilidades de que
contrate a un nuevo cocinero son bastante altas: al Príncipe Carlos. —AB-CIR se volvió hacia Carlos y le
preguntó, mientras mantenía una expresión amable—. ¿Sabes cocinar?
—… Un poco.
—Entonces, si puedes, me gustaría que entraras a la mansión como cocinero. Una vez maté a un chef con
el nombre de Joseph, hace mucho tiempo. … ¿No podrías preguntarme sobre eso? Al final fue un
malentendido de mi parte, y le hice algo malo. Bueno, es muy conveniente ahora, ya que haré que ocupes el
lugar de Joseph.
—No... Espera un segundo. Como ella dijo, Banica y yo nos conocemos. Me encontrarán al instante si
trato de disfrazarme de esa manera.
—Normalmente, sí, pero puedo cambiarte para que te parezcas al verdadero Joseph.
Entonces, el gato que había estado montando en el hombro de AB-CIR salió corriendo a algún lugar.
Cuando regresó, el gato sostenía una única y peculiar espada en su boca.
AB-CIR tomó la espada del gato y la desenvainó.
—Todavía no estoy acostumbrado a manejar esta espada... Aunque debería estar bien si puedo regularla
adecuadamente.
Abrió la puerta de la celda de Carlos y entró.
—No te muevas... A menos que quieras ser poseído por un demonio.
Carlos no hizo ningún movimiento de resistencia en respuesta a AB-CIR alzando la espada, con ambas
manos atadas.
—¡Aquí!
La espada cayó sobre los ojos de Carlos, y allí se desmayó.
Se despertó varias horas después, y cuando la ladrona le mostró un espejo, descubrió que había conseguido
una nueva cara.

-ESCENA 4-

Al parecer, su transformación facial no era permanente.


Según AB-CIR, existía la posibilidad de que volviera a su viejo rostro nuevamente.
Le explicó a Carlos que su técnica era una "maldición".
—Se hizo para que, si abandonas tu rol y tratas de huir, yo pueda matarte, no importa lo lejos que estés.
Carlos no sabía si esas palabras eran ciertas o un engaño, pero en cualquier caso no tenía intenciones de
huir.
Fue a la mansión y vio por sí mismo que Banica había cambiado.
Ya no había alimentos normales en las comidas que ella comía. Ingredientes asquerosos, mezclados con
algunas cosas que ni siquiera se podían llamar comida, se llevaban a la mansión todos los días y se disfrazaban
cuando Joseph-Carlos tenía que cocinarlos. Fingiría estar tranquilo para complacerla, pero en realidad estaba
insoportablemente disgustado.
A pesar de haber estudiado un poco, las habilidades de Carlos para cocinar eran, después de todo, las de un
principiante. Estaba seguro de que no podría satisfacer a una gourmand como Banica, pero ella comía las
comidas que Carlos le preparaba todos los días con clara delicia. No estaba completamente fuera de discusión
el hecho de que Carlos tenía talento para hacer platos grotescos, pero estaba claro que el sentido del gusto de
Banica se había retorcido bastante.
No era solo la comida. Justo como la ladrona había dicho, ella estaba "manteniendo" varios animales
extraños en la mansión.
Cerdos blancos, gallinas blancas, vacas blancas, perros blancos, monos blancos...
Para cualquiera que no fuera Banica y sus criados, mostraban una disposición muy feroz. Carlos no podía
manejarlos, por lo que en el caso de que estuviera usando su carne para cocinar, era tarea de Pollo matarlos.
Peor aún, de vez en cuando los animales blancos huían de la mansión. La finca tenía pocas manos, así que
a pesar de que el lugar estaba rodeado de altos muros, no pudieron evitar completamente su escape. Como ya
se dijo, eran feroces por naturaleza, por lo que Carlos se enteró de que los aldeanos de la ciudad de abajo
habían sido asesinados por animales blancos. Pero Banica no tomó medidas para resolver ese problema.
Una vez, Banica se había preocupado por las personas que no podían comer tanto como querían. No solo
no pensó en la muerte de sus propios ciudadanos, sino que continuó creando la causa para ello.
AB-CIR había ordenado a Carlos que obtuviera la copa de vino. Carlos supuso que tal vez la fuente de su
cambio había sido el resultado del objeto que el hechicero estaba recolectando: la copa de vino. En ese caso,
tal vez todo podría resolverse cumpliendo las órdenes de AB-CIR.
La copa de vino estaba en el sótano, pero a Carlos se le prohibió entrar a cualquier lugar dentro de la
bodega, excepto la despensa. Las otras tres habitaciones estaban cerradas, y él no podía entrar. Ni siquiera
sabía quién tenía la llave.
Parecía que la única opción que tenía era continuar fingiendo ser cocinero y esperar alguna oportunidad.

-ESCENA 5-

Su vida de crear platos extraños continuó por un tiempo.


Él entendía bien por qué todos los otros cocineros hasta ahora se habían escapado. Al propio Carlos se le
permitía comer comida normal, pero aquellos que consideraban qué valía la pena en su trabajo como
cocineros probablemente se cansarían de hacer comidas tan críticamente infantiles. Afortunadamente, Carlos
no era un chef legítimo, por lo que no se enorgullecía de su cocina.
Los cocineros anteriores, sin duda, sintieron cierta repulsión por vivir con una desviada como Banica en
primer lugar. Mirar a una mujer que devoraría con avidez tales cosas repulsivas todos los días probablemente
afectaría su estado mental. Pero también en ese sentido, Carlos dejó de preocuparse por eso tanto como lo
había hecho al principio.
Ciertamente, Banica era una degenerada a quien le gustaba comer alimentos malvados, y su personalidad
también estaba bastante distorsionada, pero tenía un gran encanto femenino que lo anulaba. Había pensado
que sus rasgos eran bastante justos desde mucho antes, pero ahora que había adelgazado, su belleza brillaba
aún más.
Si Banica se hubiera presentado ante Carlos con su apariencia actual hace trece años, sin duda se habría
enamorado de ella. Probablemente habría aceptado un compromiso sin ninguna relación con el razonamiento
de la familia real. Así era como se había convertido Banica.
Hace mucho tiempo, le había gustado ver a Banica hablando animadamente sobre la comida. Y hubo
momentos en que la Banica de ahora mostraba esa misma expresión inocente de entonces. Eso era, por
supuesto, cada vez que hablaba de comida, pero el tema había cambiado de vacas y verduras a insectos y
hongos venenosos.
Sus circunstancias habían cambiado mucho, pero había podido asegurarse la oportunidad de encontrarse
una vez más con la chica que había pensado que nunca volvería a ver. Carlos estaba empezando a darse cuenta
de que sentía un poco de felicidad en su vida en esa mansión.
Los gemelos eran tan intrusivos como siempre lo habían sido. Nada de ellos había cambiado en absoluto
desde hace mucho tiempo.
No, eran demasiado inmutables.
¿Por qué demonios todavía parecían niños?
Por supuesto que no podía preguntarles a los dos directamente. "Joseph", que acababa de conocerlos, no
sabía nada sobre su pasado.
Los gemelos eran inmutables, y Banica había cambiado demasiado.
Una extraña atmósfera, como el concepto del tiempo había sido derribado de sus raíces, se había
extendido por la mansión.

-ESCENA 6-

Incluso más que la anormalidad de los contenidos de sus comidas, Banica comía mucho más que la persona
promedio.
Como Carlos era el único cocinero adecuado que trabajaba en la mansión, había muchas veces en las que
su carga de trabajo era casi demasiado difícil de manejar, particularmente cuando se preparaban platos que
demoraban un tiempo, por lo que no podía manejarlo todo por sí mismo.
En momentos como ese, Banica tenía a uno de los gemelos ayudando en la cocina, aunque en general la
persona a la que le correspondía era a Arte.
Pollo no parecía tener ninguna habilidad para cocinar en absoluto. No podía recordar las técnicas básicas
de cocina, no importa cuántas veces se lo explicara Carlos, y muchas veces simplemente hacía que las cosas
resultaran más complicadas por pura inutilidad, como estropear la cantidad de agua para poner en la masa de
pan y hacer que sea un desastre pegajoso, o hacer que el fuego de la olla esté muy caliente y abrasando el
contenido del interior.
Arte era un poco más seria que Pollo, pero en su caso ella siempre ignoraba hacer lo importante y se
distraía detrás de la espalda de Carlos de vez en cuando.
Además de eso, parecía que Arte y Pollo realmente no había aceptado a Carlos mucho más que eso, más
bien, lo despreciaron.
Arte casi nunca hablaba con Carlos a menos que ella lo necesitara, y Pollo le hacía bromas en cada
oportunidad. Varias veces desde que llegó a la mansión, Carlos se encontraba resbalándose con cáscaras de
plátano que Pollo había dejado tiradas. Había llegado al punto en que Carlos estaba empezando a preguntarse
si incluso Pollo, al fallar tanto en la cocina, lo hacía deliberadamente.
Cuando fueron a Marlon hace tanto tiempo, realmente no lo habían odiado como lo hacían ahora. Esa era
la única diferencia que se podía encontrar con esos gemelos, cuya apariencia no había cambiado en absoluto.
Aunque Carlos estaba actualmente en esta mansión como "Joseph". Así que en otras palabras, no era a
Carlos a quien no podían soportar, sino a Joseph.
Carlos especuló que odiaban a un extraño entrando a su mundo que consistía solo de Banica y ellos.
Si ese era el caso, era una razón extremadamente infantil, pero tenía la sensación de que no era todo.
Un día, Carlos decidió preguntar sobre eso, tratando de iniciar una conversación con Arte mientras ella lo
ayudaba a cocinar.
—Uh, perdóname... ¿Puedo preguntarte algo? —Carlos habló con voz vacilante mientras encendía un
fuego debajo de la olla.
Su rostro era diferente, por lo que no creía que se descubriera su verdadera identidad, pero aun así su
estatura y su voz eran las mismas que antes. Entonces, solo para estar seguro, en la mansión Carlos tendría una
personalidad tímida, bastante diferente a su verdadero yo.
—… ¿Qué?
Arte dio una respuesta contundente mientras violentamente derribaba un cuchillo de cocina sobre un
lagarto que tenía ante ella.
El lagarto de quince patas de color arco iris emitía un ruido extraño cada vez que Arte cortaba un trozo de
él. La mascota de Arte, el cerdo blanco Murara, estaba observando fijamente la escena a sus pies, pero no
estaba claro si el cerdo podía ver algo, sin ojos.
—Lady Conchita y el Sr. Pollo están con visitantes en este momento... soldados del ejército imperial,
¿verdad?
Por el momento Carlos decidió comenzar con un tema inocuo.
El ejército imperial era una unidad de las fuerzas militares directas de la emperatriz Juno. No era tan raro
que sus soldados visitaran a Banica en nombre de Juno. Aunque últimamente se sentía como si la frecuencia de
sus visitas estuviera aumentando.
No necesitaba pensar mucho en por qué. Sin duda tenía que ver con los animales blancos.
El número de ellos que escaparon de la mansión siguió aumentando, y con frecuencia causaban problemas
en el territorio. Probablemente ella estaba buscando una explicación de Banica sobre eso.
—¿Es bueno que Lady Conchita continúe dándole el resbalón de esa manera?
Arte ignoró las palabras de Carlos, continuando cortando la lagartija, pero en el momento en que había
dividido la lagartija de manera tan delgada que finalmente dejó de gritar, Arte abrió la boca.
—... Parece que le han dicho varias veces que se presente en el castillo. Pero Lady Banica sigue
ignorándola.
—¿Por qué? Si sigue así, parece que vaya contra la familia imperial .
Arte de repente tiró el cuchillo que había estado sosteniendo con la mano en la cara de Carlos,
interrumpiéndolo.
—¡Aah!
En ese instante, Carlos no pudo alejarse, pero el cuchillo golpeó la pared de piedra detrás de él sin dejar
una marca en él, y luego cayó al suelo.
—¡Cállate ya con tus quejas! ¡Cállate y prepara la comida como se supone! Honestamente, ¡eres tan
molesto! ¡Eres muy molesto!
Carlos recogió el cuchillo en silencio y lo puso encima del mostrador de preparación.
—Parece que realmente me odias, señorita Arte. ¿Es porque soy torpe? Si es así, me disculpo, pero si
puedes, me gustaría que me dijeras por qué.
Hizo su pregunta de la manera más tranquila que pudo, tratando de no enojar más a Arte. Cuando lo hizo,
ella pareció calmarse un poco y luego dijo con frialdad, frunciendo el ceño a Carlos: «... es tu cara. Te pareces
mucho a ese hombre que nos dejó a mí y a Pollo en el bosque».
—¿Ese hombre?
—Era el secuaz de una bruja. Llamábamos a esa bruja y a ese hombre “Madre” y “Padre”, pero no eran
nuestros padres. Eran falsos. Y cuando se quedaron sin comida durante una hambruna, nos abandonaron en
un bosque. Si no hubiera habido luz de luna, podríamos haber vagado por ese bosque y morir de hambre. Así
que, después de regresar a la casa a salvo, echamos a la bruja al horno...
Después de llegar a esa parte, Arte se llevó una mano a la boca, como si volviera a sus sentidos.
—... Es una historia del pasado. Sí, un cuento de hace mucho, mucho tiempo.
Después de murmurar eso, tomó un pedazo del cuerpo del lagarto y se lo lanzó a Murara. El cerdo blanco
lo engulló, y felizmente chilló.
Luego, Arte, una vez más, tomó el cuchillo que había dejado en el mostrador y comenzó a cortar un nuevo
lagarto.
La forma en que lo explicó fue un poco difícil de entender, pero Carlos pudo comprender el hecho de que
Arte y Pollo en su pasado habían sido abandonados por sus padres adoptivos, y que los gemelos tenían un
prejuicio hacia él porque su rostro actual se parecía al de su padre adoptivo.
Carlos se había considerado una vez un niño desafortunado. Pero las circunstancias de Carlos habían sido
muy preferibles a las de Banica y las de los gemelos.
—… Lo siento.
Esas palabras simplemente parecían caer naturalmente de su boca.
—¿Por qué? No tienes que disculparte. ... Al final, no eres Adam, ¿verdad?
Adam era muy probablemente el nombre del padre adoptivo.
Arte no volvió a hablarle hasta que se terminó la comida.
-ESCENA 7-

Ese día también Carlos estaba en la cocina, preparando la cena para Banica.
Lo único que le quedaba como ingredientes eran elementos tan extraños que describirlos induciría el
disgusto.
—Oh, el almacén de vino se ha agotado por completo.
Siempre había una sola botella de vino en la cocina, para que se pudiera traer rápidamente cada vez que
Banica dijera que quería tener algo. Pero ahora mismo la botella estaba vacía.
Carlos se dirigió a la despensa del sótano en busca de una nueva botella de vino. Allí había muchas
variedades de vino, pero básicamente solo Banica tomaba un tipo.
“Tumba de sangre”: un vino hecho en el territorio de Conchita, creado bajo las propias instrucciones de
Banica. Se traía periódicamente de una bodega en el sur.
De todos los artículos que Banica ponía en sus labios, la única cosa decente entre ellos era esa "Tumba de
sangre". Fue mezclado con ingredientes en gran parte desconocidos para otros vinos y alcoholes; dependiendo
de las circunstancias, había ocasiones en que ella bebía sangre cruda de animal.
Carlos sacó una de las botellas de "Tumba de sangre" y se dio la vuelta para volver a la cocina.
—Ah, aquí es donde has estado, ¿hm? ♥
Antes de que él lo supiera, Banica estaba allí de pie.
Parecía un poco borracha. Su rostro estaba ligeramente enrojecido, y sus ojos estaban borrosos. Mirando el
estado de ella, Carlos entendió por qué la botella de vino en la cocina estaba vacía.
—Has hecho un buen trabajo hoy —dijo Banica, acercándose a Carlos y lentamente apoyando su barbilla
en su hombro izquierdo.
Mientras lo hacía, puso sus dos brazos alrededor de su espalda.
Podía sentir los latidos del corazón de Banica, casi latiendo fuera de su pecho.
—H... ¿Te has emborrachado?
—Oho, tal vez. ♥ Me he vuelto un poco somnolienta.
—Entonces te llevaré a tu habitación. Después de que hayas dormido una siesta, terminaré la cena.
Por lo general, llamaría a Arte y a Pollo y se los confiaría. Pero siempre iban a algún lugar durante el día,
todavía no habían regresado. Sin ninguna otra opción, Carlos abrazó a Banica y la llevó tres tramos de
escaleras hasta su dormitorio.
—*Suspiro* ♥
En el momento en que llegaron a la habitación, Banica se tendió como si se dejara caer sobre la cama.
—Bueno, volveré a los preparativos de la cena —dijo Carlos. Sin embargo, mientras intentaba despedirse,
Banica lo agarró del brazo.
—... Quédate aquí solo un poco más. —Ella estaba sonrojándose, pero su expresión era seria—. Hasta
ahora, no he podido sentarme y hablar contigo, ¿eh?
—B-bueno, no, pero tengo que terminar de hacer la ce...
—Es suficiente por hoy. No tengo apetito.
Esa fue la primera vez que Banica había dicho que no necesitaba comer. En cierto modo, podrías llamar a
eso un evento importante, pero en ese momento Carlos no tuvo la compostura para pensar en algo así.
El pecho de su vestido estaba abierto. De alguna manera logró apartar la mirada, tratando de resistir su
seducción.
Tenía que decir algo. Pero no importaba cuántas veces se hubiera dicho eso, no salieron palabras de su
boca.
—Quiero escuchar tu historia. Cómo estás después de que volviera a casa cuando nuestro compromiso se
suspendió...
—-! ... ¿Has descubierto mi verdadera identidad?
—Hace poco. Tu rostro ha cambiado bastante, pero a medida que estuve contigo, tu rostro original
terminó siendo cada vez más visible para mí.
Los ojos de Banica empezaron a volverse aún más nublados. Eso probablemente no se debió a su
intoxicación.
—... Banica.
Carlos se movió para inclinarse sobre Banica y la abrazó con fuerza.
Los dos no salieron del dormitorio hasta el amanecer del día siguiente.

A la mañana siguiente, cuando Carlos volvió a la cocina, Arte y Pollo estaban allí; lo fulminaron con la
mirada como si estuvieran mirando a su archienemigo, y dijeron brevemente:
—Estamos.
—Hambrientos.
Carlos rápidamente se dispuso a preparar el desayuno.

-ESCENA 8-

Una mañana, después de varios meses, Carlos se despertó por el sonido de voces fuertes que provenían del
vestíbulo de la entrada.
—¡Es por eso que digo que debes responder a su citación!
Era la voz de un hombre audaz, ni Banica ni los gemelos. Sonaba como un visitante, pero no tenía el tono
de alguien que estaba allí en asuntos ociosos.
Carlos saltó de la cama y decidió dirigirse al vestíbulo de la entrada para echar un vistazo rápido a lo que
estaba sucediendo.
Cuando casualmente miró afuera desde una ventana del pasillo, sus ojos se encontraron con una visión
peculiar.
La mansión fue rodeada por soldados.
Probablemente había unos veinte hombres. No era toda una unidad del ejército, pero no era un
acompañamiento trivial, asediar la mansión de un señor regional. Y todos ellos estaban vestidos con la
armadura roja del ejército imperial.
«¡Supongo que la familia imperial finalmente está tomando medidas más fuertes!»
Aun así, esto era, después de todo, una disputa en el país. Seguramente la familia imperial no se pondría
ruda si Banica solo cumplía, ese era el pensamiento de Carlos hasta que llegó al vestíbulo.
—Estaba siendo tan molesto... ¡así que finalmente lo maté! ¡Geheehee!
Pollo estaba parado allí, haciendo su extraña risa mientras estaba cubierto completamente de sangre.
En su mano izquierda agarraba un cuchillo, y a sus pies yacía un soldado barbudo.
—P... Pollo... ¿Qué demonios estás...?
—Oh, ¿finalmente lo has matado, hm? ♥ —Banica cantó de alegría cuando apareció ante ellos,
interrumpiendo las palabras de Carlos.
—¡Banica, debes detener esto! Si se corre la voz de que has matado a un mensajero de la familia imperial,
entonces...
—Está bien. Me he cansado de quedarme encerrada aquí, en la mansión.
Parecía que, a diferencia de Carlos, Banica no podía comprender la gravedad de la situación.
—¿No sabes lo que está pasando? ¡La mansión está rodeada de soldados! ¿Qué podemos hacer los cuatro
al respecto?
—Oh, ¿tenías la intención de luchar junto a nosotros? Eres bienvenido, pero como eres, no serías de
mucha utilidad en la batalla. Quédate aquí-
Banica levantó sus manos como implorando a los cielos.
—Y déjame esto a mí, no, a nosotros.
Mientras hablaba, la mansión pareció sacudirse violentamente.
—¡UUUUUUNNNNNHHHHH!
Oyó un gemido desde abajo que hizo que su cabello se erizara. Poco a poco se hizo más fuerte, y luego,
cuando finalmente había alcanzado su pico...
—¡Gyaaaaaaah!
Gritos resonaron desde fuera de la mansión.
Carlos corrió de nuevo al segundo piso, y una vez más miró por la ventana.
Los soldados estaban peleando con algo al otro lado de las paredes exteriores. A primera vista, parecían ser
seres humanos desnudos.
Pero su piel era claramente mucho más pálida que la de los soldados, y tenían garras que se extendían
como tacones de aguja.
La ladrona había dicho que "un cuerpo muerto cobró vida". Esto probablemente había sido lo que ella
había visto. Pero no fue solo uno. Uno por uno aparecieron desde el suelo, y, en un instante, su número no
solo había llegado a estar a la par con los de los soldados, sino que pronto los eclipsaron.
Inmediatamente después de salir del suelo, eran meros esqueletos, completamente sin piel o incluso carne.
Pero cuando atacaron a los soldados y mordieron pedazos de su carne, gradualmente obtuvieron cuerpos
blancos puros.
Habiéndose convertido en una apariencia humana, entre ellos había hombres que parecían hombres y
mujeres que parecían mujeres. Sus movimientos eran lentos, pero como los soldados fueron sacudidos por su
repentina aparición, fueron víctimas de ellos.
Carlos de repente se fijó en uno de los Hombres Pálidos. Había una chica de pelo dorado a caballo sobre
sus hombros, montando a lo largo.
Era Arte.
—¡Vaaamos! ¡Esto es la guerra! ¡Guerra!
Ella estaba mirando a los Hombres Pálidos peleando mientras gritaba alegremente.
«¿Eso significa que ella les está mandando?»
Entonces Carlos vio la cara del Hombre Pálido sobre el que Arte estaba montando. Podría jurar que había
visto esa cara, lo que parecía ser un hombre, en algún lugar, hace ya un tiempo. Carlos rebuscó en su
memoria... y recordó quién era él.
—… Está bien. Eso es... es el retenedor del jefe.
Ese hombre llamado Ron, que había venido a Marlon con Banica y compañía hacía 13 años.
Ese Hombre Pálido se parecía mucho a él.
—Mmhmm... Todo el mundo está dando lo mejor de sí ♥.
Antes de que se diera cuenta, Banica había ido detrás de él. Ella asintió complacida mientras miraba el
estado de la batalla.
—Banica... qué en el mundo...
—No te preocupes. Estos son todos los retenedores calificados que han servido a la familia Conchita
durante muchos años. No perderán ante esos jóvenes soldados.
—¡No estoy preguntando por eso! Me refiero a lo qué en el mundo... ¿estás tratando de hacer? …
—preguntó Carlos, agachando la cabeza con la mano en el borde de la ventana.
—¿No te lo dije hace mucho tiempo? Mi sueño es comer toda la comida del mundo.
Conchita se asomó por la ventana y luego saltó hacia el suelo.
Era una altura bastante alta. Por lo general, podría haberse roto los pies o, en el peor de los casos, sufrir
alguna lesión grave, pero con suavidad flotó como un pedazo de pelusa y se posó ágilmente en el suelo.
—Bueno, ¡me he dado cuenta! ¡Puedo comer cada cosa que existe en la tierra! —Se giró una vez como si
estuviera bailando, gritando en voz alta sus palabras—. ¡Cerdos! ¡Perros! ¡Aves! ¡Suciedad! ¡Casas! ¡Pueblos!
¡Países! ¡Continentes! ¡Puedo comer todo! Por lo tanto, ¡devoraré todo en este mundo!
El gemido de los Hombres Pálidos. Los gritos de los soldados.
La risa de Banica resonó más fuerte que todos ellos.
-ESCENA 9-
Carlos no tenía forma de saber cómo las acciones que Banica y los demás realizaron serían percibidas por la
familia imperial beelzeniana y el resto del país.
Desde ese día, el ejército imperial no intentó volver a invadir la mansión. Quizás Juno estaba tratando de
hacerlo para que las noticias del incidente no fueran públicas. O tal vez estaba reuniendo sus fuerzas para
derrotar a los Hombres Pálidos de un solo golpe...
En cualquier caso, en ese momento Carlos no tenía forma de saber qué estaba pasando afuera. Los que
estaban en la mansión estaban bajo arresto domiciliario.
Había estado completamente aterrorizado desde que vio a esos Hombres Pálidos. Finalmente, había
llegado a comprender que había entrado en un dominio con el que nunca debería haber jugado.
No era una cuestión de que ella fuera una degenerada, o una persona detestable.
Banica se había convertido en una bruja que había vendido su alma a un demonio.
Aún más aterrador, aunque él mismo había visto la verdadera personalidad de la bruja, era el hecho de que
aún sentía afecto por ella.
Al día siguiente, Carlos intentó escapar de la mansión. No pudo soportar la verdad. Al final, no era
diferente de los otros cocineros, aunque en ese momento no tenía la compostura para sentirse mal por eso.
Sin embargo, su plan fracasó trágicamente. La mansión ya se había rodeado de Hombres Pálidos, y Carlos
no tenía los reflejos para deslizarse y escapar de ellos o de los gemelos que los comandaban.
Capturado después de escabullirse de la mansión, Carlos fue llevado ante Banica con los brazos agarrados
por los gemelos.
Enfrentado con Banica, mirando en silencio hacia abajo, Carlos no podía pensar en nada que decirle. Las
mejores palabras para decir: si Carlos las tuviera, no habría intentado huir para empezar.
Al final, lo único que salió de la boca de Carlos fue un engaño.
—-¿Dentro de mucho tiempo podré tomarme unas vacaciones?
Al escuchar eso, Banica le dio la espalda a Carlos con disgusto, y solo dijo: «... Todos los cocineros hasta
ahora preguntaban eso y luego desaparecían. Qué pena, no puedo hacer nada con gente como tú...»
En el tono frío de sus palabras, Carlos se preparó para ser asesinado. El ladrón le había dicho que había
visto al cocinero anterior muerto en el sótano, y que los gemelos también lo habían matado. Aunque había
tratado de no pensar en eso, no hasta que vio a Pollo manchado de sangre por asesinar a un soldado.
Pero el juicio que Banica le dio a Carlos fue simplemente que continuara cocinando en la mansión como
siempre. Se le ahorró el castigo bajo la condición de que nunca saliera de la mansión.
—Los ingredientes son muy comunes, pero es difícil encontrar un cocinero que pueda prepararlos bien.
—Había compartido sobre los motivos de su decisión.
¿Fue esa su opinión, o fue el resultado de sus sentimientos hacia Carlos? Por su parte, Carlos quería creer
que era lo último.
El número de Hombres Pálidos continuó aumentando. Parecía que Banica y esos gemelos tenían el poder
de convertir a las personas que murieron en Hombres Pálidos. Sumado a lo que el ladrón le había dicho, tal
vez tenía alguna relación con esa copa de vino.
Tarde o temprano, la emperatriz Juno desplegaría una unidad militar en esas tierras.
Una vez que lo hiciera sería una guerra civil. Banica sería finalmente ejecutado como una traidora.
O tal vez los Hombres Pálidos que ella y los gemelos gobernaban tendrían éxito.
Cada resultado era horrible.
No podía huir afuera. Tal vez podría haber encontrado algún medio de regreso si pudiera buscar ayuda de
AB-CIR, pero ese método no se le ocurrió a Carlos.
-ESCENA 10-

Una vez más, Carlos estaba haciendo la cena para Banica ese día.
Se había dicho que las cosas más ligeras eran las mejores, por lo que había decidido el potaje.
A pesar de que tenía el nombre de “potaje”, no estaba usando los vegetales habituales y era doloroso de
tan solo verlo.
«... Sopa, ¿eh?»
Carlos recordó el día en que había cenado con Banica por primera vez.
«“Salsa Jakoku”... Seguro que fue toda una revelación. Ese fue el momento en el que cambió
completamente mi forma de pensar sobre el sabor».
Pensando en eso ahora, Carlos supuso que ese incidente había sido el ímpetu para que aprendiera sobre la
cocina.
La niña de entonces ya no estaba.
Ella había cambiado.
«¿Qué... Qué hay de mí?»
Ciertamente, su rostro había cambiado, debido a la magia de AB-CIR, pero en su corazón... No sentía que
algo hubiera cambiado en su personalidad básica.
–Aunque parecía que eso era lo único que necesitaba para cambiar más.
«Yo... siempre he estado corriendo o huyendo de algo».
Se había escapado de sus hermanos, había huido de la autoridad de los adultos, se había escapado de sus
estudios, había huido de su entrenamiento en esgrima. Incluso se había escapado de la responsabilidad de ser
de una familia real.
Y ahora, solo había estado pensando en cómo podría huir de la loca a la que amaba.
A decir verdad, no era que él no pudiera pensar en un camino que pudiera tomar fuera de ella.
Era solo que no tenía el coraje de llevarlo a cabo.
—... Tal vez ahora sea el momento de cambiar.
Si él lo hacía, Carlos se vería agobiado por un terrible pecado.
Pero se preparó para asumir esa responsabilidad.
—… *Tos*
Otro espasmo. Pensó que habían mejorado cuando se convirtió en adulto, pero últimamente habían
regresado.
Carlos sacó dos botellas pequeñas. La cantidad de medicina dentro de ellas había comenzado a escasear.
Era una medicina secreta que solo se transmitía a la familia real de Marlon, por lo que dudaba que incluso
alguien como Banica pudiera ponerla en sus manos.
Carlos inmóvil fijó sus ojos en el polvo dorado dentro de la pequeña botella.

-ESCENA 11-

—Banica, he traído la cena.


Carlos llamó a la puerta de la habitación de Banica, y al cabo de un momento se abrió.
—Entra... ¿Oh? ¿Por qué hay dos raciones?
Parecía que Banica descubrió que el hecho de que hubiera dos platos descansando en la bandeja que
Carlos llevaba para ella era algo extraño.
—Pensé que podría comer contigo hoy, mientras teníamos la oportunidad. ¿Puedo?
—Por supuesto. Creo que es mucho más divertido comer con otra persona que comer sola.
Un potaje marrón embarrado yacía sobre los platos.
—Bueno, entonces, vamos a probarlo.
Banica sacó un poco de potaje del plato sobre la mesa y tomó un solo bocado.
Después de ver que tenía, Carlos tomó un poco de su propia sopa.
—... Esto es delicioso, pero sabe un poco diferente de lo que esperaba.
—Eso es porque la sopa de hoy tiene un ingrediente secreto muy especial.
Carlos sacó un pequeño biberón del bolsillo del pecho.
—¿Y eso es…?
—Esta es una medicina de reserva que llevo conmigo todo el tiempo. Aunque nunca bebo este polvo
dorado por sí solo.
Carlos sacó otra botella. En el interior había líquido azul.
—Esta es la tinta que los Ziz Tiama emiten. Esto no tiene ningún beneficio por sí mismo, pero cuando se
mezcla con este polvo dorado, anula la toxicidad letal que tiene el polvo como efecto secundario y se convierte
en un medicamento que puede curar todas las dolencias.
—Toxicidad... le... tal.
De repente, los ojos de Banica se pusieron en blanco, y ella se lanzó hacia adelante para caer postrada
sobre la mesa.
—... Parece que ha surtido efecto.
—¿Tú... pusiste el polvo... solo... en el potaje?
Banica miró a Carlos, su cuerpo se sacudió con pequeños temblores.
—Fue una apuesta. Sé que tienes una resistencia al veneno. Así que imagino que uno normal no tendría un
impacto en ti... Pero lo recordé. Una leyenda... sobre este polvo... que escuché de mi padre hace mucho
tiempo...
La voz de Carlos mientras hablaba rápidamente se volvió vacilante y lenta.
—*Tos* —Él tosió sangre, y se derrumbó allí justo como lo había hecho Banica.
—Carlos... ¿Tú también... te comiste el polvo como yo?
—No tenía... ninguna intención de... hacerte morir sola. —La cara de Carlos palideció—. Banica... vamos...
al infierno juntos...
—... Eres un hombre realmente estúpido.
Banica se levantó bruscamente.
Sus ojos en blanco habían recuperado su brillo, y sus temblores habían cesado.
—¿¡Qué…!?
—Me quedé un poco adormecida, pero no puedo ser asesinada con esta escasa cantidad de veneno. No
fue más estimulante que una especia para mí.
—Ya veo... creo que perdí la apuesta.
Los ojos de Carlos se desenfocaron y se difuminaron como el océano. Ya no podía ver nada, su visión se
envolvía en la oscuridad.
Aun así, aún podía oír la voz de Banica.
—Carlos, te lo voy a preguntar una vez más. ¿Por qué fuiste tan lejos como para poner el veneno en tu
propia sopa?
—Yo... n... no... quiero... huir.
Nunca debe beber el polvo de oro por sí solo; su padre le había dado una charla sobre eso con severidad.
«Por lo general, no es algo que un niño deba tener, y es solo porque tu enfermedad nunca mejorará, de lo
contrario se te permitirá beberla», las viejas palabras de su padre resonaron en la mente de Carlos.
«He roto mi promesa... Lo siento por ser un mal hijo... Padre...»
Ya no podía formar palabras.
Pero sus oídos aún no perdieron su funcionalidad.
Escuchó una voz.
—¿No querías huir? … Te equivocas.
La voz le sonaba un tanto sombría a Carlos.
—Has huido otra vez... dejándome atrás.
Y luego, al final, finalmente dejó de escucharla.

-ESCENA 12-

La siguiente noche.
Banica se sentó sola en una silla junto a la mesa de su comedor.
—¡Gracias por esperar!
—¡Todo está hecho!
Juntos, Arte y Pollo trajeron una comida que estaba encima de una enorme fuente.
Como su cocinero había muerto de nuevo, hoy Arte llevó a cabo los preparativos de la comida, por
primera vez en mucho tiempo. La cena especial hecha por su sirvienta fue colocada ante Banica con mucho
ruido.
Era un plato de carne, hecho usando el "animal" en su totalidad. Filete, asado, costillas, cuello, lengua y
todos los órganos internos: todo estaba presente.
—Lo preparé sin quitarle el vello del cuerpo. ¿Está bien?
Banica asintió sin palabras ante la pregunta de Arte, mirando el plato delante de ella y lamiéndose los
labios.
—Se ve delicioso…
Primero, Banica tomó el brazo izquierdo que todavía estaba en el límite del plato y comenzó a roerlo desde
el costado.
—Ah, que delicioso... Estos delgados brazos... Estos queridos brazos que me sujetaron tan fuerte.
A continuación, cogió el tenedor y tomó un globo ocular, llevándoselo a la boca.
—Esto también es maravilloso... Estos ojos azules... Estos ojos queridos que me miraron directamente.
Con una expresión de éxtasis descansando en su rostro, una a una se comió las piernas, los dedos, el
cabello y los labios.
Ella comenzó a derramar lágrimas, tal vez conmovida por lo delicioso que estaba todo.
Banica continuó su comida mientras lloraba.
Al verla, Pollo dijo con un suspiro: «Pero, ¿estás seguro de que te gustó? No es un "soldado muerto" como
de costumbre».
Mientras masticaba la carne en su boca, Banica respondió así:
—¡Quiero comer todo lo que hay! Esta fue la oportunidad de poder comer a alguien que amo, y eso no
sucede a menudo, ¿verdad?

–Otra pequeña digresión.


Se dijo que el "polvo de oro" que tenía Carlos era en realidad algo obtenido al raspar un tesoro, la "Llave
de Oro", que se transmitía a través de la familia Marlon.
Su composición no es segura, pero como no había duda de que estaba hecha de metal, era natural que
fuera venenoso beberlo solo.
Yo misma estoy muy intrigada por la tinta Ziz Tiama que podía cancelar su toxicidad.
La "Llave de Oro" se transmitió entre los Marlons como un arma que podía derrotar a los demonios. En
realidad, hay registros que afirman que un ancestro de Marlon, Karchess Crim, usó la llave para matar al
Duque Venomania durante el "Evento Venomania".
Carlos probablemente había recordado esa historia él mismo.
Sin embargo, la cantidad de polvo no fue suficiente para matar a Banica Conchita, por eso salió mal.
"Eres tan lindo que podría comerte" son palabras que dicen con frecuencia los hombres amables y los
padres cariñosos, pero no hay muchos que lo hagan.
El canibalismo es un crimen importante según nuestras leyes actuales, como ve.
¿La carne que has comido antes?
¿Todavía estás preocupado por eso?
Ya te lo has comido todo, así que tal vez no deberías ser tan meticuloso...
POSTRE
-PLATO COMBINADO DE POSTRES VARIADOS-

-ESCENA 1-

El último menú de hoy es un "Plato combinado de postres variados".

Las cinco variedades de alimentos que emplea son manzana, plátano, naranja, melocotón y melón.
Entre todos ellos hemos seleccionado cultivares que están poco dulces.
Hay algunos clientes que no están satisfechos con eso, pero creemos que los postres excesivamente dulces
no son adecuados para el concepto de nuestro restaurante.

“Cuando comas en el "Cementerio", disfruta de una conclusión que contenga lo dulce y lo amargo.”

Tres días después de que la emperatriz Juno supiera que la ladrona fantasma Platonic había sido capturada
en el territorio lucifeniano.
El Duque d”Autriche había querido castigar a Platonic en persona, pero Juno lo rechazó y, en cambio,
ordenó que el Duque la acompañara al castillo imperial.
Juno tenía cosas que quería preguntarle. Platonic había cometido robos en varias regiones, y aunque Juno
escuchó muchos informes sobre ella, había uno de ellos en el que estaba interesada.
Fue hace casi un año, pero ella había oído decir que Platonic había sido vista en el territorio Conchita. En
general, solo apuntaba a las casas de los nobles. Y cuando se trataba de los nobles que Platonic buscaría en el
territorio Conchita, no había otro candidato que Banica Conchita.
Si Platonic se había dirigido a la propiedad de Conchita, Juno quería saber lo que sabía. Quería preguntarle
directamente: qué demonios estaba pasando dentro de esa casa...
Habían pasado cuatro meses desde que desaparecieron los soldados que había desplegado en la mansión
de Conchita, pero aún no había realizado ninguna contramedida válida. Hubo informes de que esos soldados
habían desertado a Banica, y que se habían convertido en monstruos blancos puros, merodeando por la finca.
Había una alta probabilidad de que Banica estuviera tramando una rebelión. Los territorios cercanos le
pedían que se mantuviera en guardia. Pero como la propia Banica no había tomado ninguna medida en ese
punto, quería evitar enviar a un gran ejército para invadir el territorio Conchita lo antes posible.
Los movimientos del país de Asmodean habían sido sospechosos últimamente. Parecía que se estaban
preparando para librar una guerra en toda regla con el Imperio Beelzeniano. En esas circunstancias, si
ocurriera alguna disputa interna en Beelzenia, sin duda, Asmodean se aprovecharía de eso.
Ella no podía negar la posibilidad de que Banica tuviera una conexión con Asmodean. Una vez había
viajado allí hacía mucho tiempo. Ella había afirmado no tener contacto con la ladrona, pero en ese momento
incluso eso era sospechoso.
Los informes de monstruos blancos y todas las extrañas acciones de Banica que había escuchado incluso
antes, Juno estaba preocupado por todo eso. En toda la historia del Imperio de Beelzenia, hubo varios casos
de nobles a los que se les había considerado sensatos al tomar repentinamente acciones locas y quedar
atrapados en insurrecciones. Todos habían ocurrido antes de que naciera Juno, por lo que ella nunca había
experimentado personalmente ninguno de ellos, pero Juno tenía la sospecha de que había algo que el caso de
Banica compartía con todos ellos.
Alguno de los nobles enloquecidos más representativos sería probablemente el "Evento Venomania". El
evento donde Sateriasis Venomania, el duque de Asmodean, que en ese momento había sido un territorio de
Beelzenia, secuestró a muchas mujeres y las juntó en un harem y, supuestamente, con eso actuando como un
catalizador, incluso se extendió a las luchas internas, ocurriendo en Marlon. Eso fue porque el duque
Venomania había secuestrado a la reina de Marlon.
Y se dijo que una sola hechicera había contribuido a la resolución de ese asunto.
Existía alguien en la era actual que había heredado el nombre de esa hechicera.
Y Juno también la había estado buscando. Cada vez que ocurría un gran problema en Beelzenia, ella
aparecía, y luego, una vez que lo había resuelto espléndidamente, desaparecía de nuevo en alguna parte. Juno y
el emperador anterior habían apelado varias veces para que viniera a servir a la familia imperial, pero ella nunca
lo había aceptado.
Era considerablemente difícil localizar a alguien tan esquivo como ella. Ella siempre aparecía por su cuenta
después de darse cuenta de los acontecimientos.
Tal vez ya estaba atrapada en el caso de Banica. Si era así, entonces seguramente aparecería en el castillo
imperial eventualmente.
Y las expectativas de Juno en ese frente no estaban equivocadas.
La Ladrona Fantasma Platonic fue empujada ante los ojos de Juno en la sala de audiencias.
La mujer de pelo rosa que estaba a su lado no era otra que la hechicera que Juno había querido ver...

Elluka Clockworker.

-ESCENA 2-

Con el tiempo, Platonic terminó regresando para recibir una nueva misión de AB-CIR.
Después de eso, una vez más se dirigió hacia el Imperio Beelzeniano. Pero esta vez su destino no era el
territorio Conchita, sino el territorio de Lucifenia en el noroeste.
El territorio de Lucifenia era una tierra que compartía una frontera con el país de Elphegort, al norte, y al
sur, el territorio de Demilamb, el lugar que había llevado a la propagación del cartel de búsqueda de Platonic.
Estaba justo allí al cruzar el mar Hark desde Marlon en barco.
Se podía ver un bosque casi inmediatamente al norte desde una ciudad portuaria en la costa. Se llamaba el
"Bosque de Held" y era un enorme bosque que superaba la frontera norte del territorio de Lucifenia, incluso
extendiéndose hacia el sur de Elphegort.
Sin embargo, el objetivo de Platonic tampoco era ese lugar. Ella no entró en el bosque, sino que cambió a
una carretera hacia el este, y un poco más adelante llegó a una ciudad llamada "Lucifenian". Era la ciudad más
grande en el territorio de Lucifenia, y también donde vivía el señor de la región, el Duque d”Autriche.
El objetivo de Platonic debía de haber estado en algún lugar de esa ciudad.
—Bien, entonces... Primero, supongo que me dirigiré a la "Asociación".
Dirigiéndose hacia el este, a lo largo del río Orgo que fluía hacia el sur de Lucifenia, finalmente salió de
Lucifenian y esta vez llegó a una pequeña ciudad llamada "Rolled". A diferencia de Lucifenian, donde vivían
muchos nobles, la mayoría de las personas que vivían allí eran comerciantes, y muchas tiendas estaban
alineadas a lo largo de la carretera principal que atravesaba la ciudad.
La "Asociación" en el territorio de Lucifenia se basaba en un granero en las afueras de la ciudad, y parecía
que su líder, "Bruno", se llamaba públicamente Lionel Corpa y trabajaba como comerciante.
—Como recuerdo, las “Espadas Gemelas de Levianta” se almacenaron en la gran iglesia Levin de
Lucifenian. Hasta hace poco, eso era así.
Comparado con el "Bruno" del territorio de Conchita, estaba mucho más tranquilo y hablaba con un tono
amable.
—Hasta hace poco, ¿eh? Entonces, ¿quieres decir que no están allí ahora?
—Sí. He escuchado que el abate se las entregó a una hechicera que visitó la iglesia. Aunque no estoy
seguro de qué detalles llevaron a que eso sucediera.
Así que parecía que ella iba un paso atrás. Platonic chasqueó la lengua por un momento, pero rápidamente
repensó el problema, tal vez solo dependía de cómo miraba las cosas. Tal vez le sería más fácil robarle a esa
hechicera que esconderse en una gran iglesia llena de creyentes.
Aunque, por supuesto, no podía ser optimista mientras no conociera el poder de esa hechicera o la
existencia de algún aprendiz que la siguiera.
—¿Cuál es el nombre de esa hechicera?
—Creo que era “Elluka Clockworker”. Una mujer.
Ella nunca había escuchado ese nombre antes.
Una profesión como la de "hechicera" era en sí misma bastante única, y ella rara vez hacía acciones
públicas. Y en su línea de trabajo, Platonic sabía bien que la mayoría de las personas que llevaban el título de
"hechicero" o "bruja" eran simplemente charlatanes.
En la medida en que lo supiera, la única persona a la que llamaría un verdadero hechicero sería AB-CIR.
—¿Y sabes dónde está esa “Elluka” ahora?
—Por supuesto. Afortunadamente para ti, actualmente se encuentra en la ciudad de Rolled. Habitación
404 de una posada en el bloque 36. Puede verificar el diseño con este mapa.
Dicho esto, Bruno le entregó a Platonic una hoja de pergamino.
—Gracias. Eres bastante eficiente.
—Ese es nuestro trabajo, después de todo.
—Usted debe también tener un gran éxito en su comercio público.
—Eso espero. Ciertamente no odio mi trabajo en la "Asociación", pero es un poco doloroso tener que
mantener ocultas algunas cosas a mi familia.
Después de darle las gracias de nuevo, Platonic dejó el granero y se dirigió directamente a la posada a pie.
En comparación con infiltrarse en la propiedad de un noble, esconderse en un lugar pequeño y compacto
como una posada sin una necesidad real de investigar era extremadamente fácil para Platonic.
El problema era que la pequeña naturaleza del lugar en sí hacía que le resultara complicado robar su
objetivo sin ser atrapada por el propietario. Esta vez, las "Espadas Gemelas de Levianta" que Platonic
intentaba robar estaban, naturalmente, en la misma habitación que la propia Elluka.
Si AB-CIR los perseguía, entonces las "Espadas Gemelas de Levianta" probablemente tuvieran algún valor
sustancial para ellos. En ese caso, era difícil pensar que Elluka los dejaría en su habitación cada vez que salía.
Sería difícil tomar las espadas de Elluka por la fuerza por una variedad de razones, y Platonic tampoco tenía
ningún deseo en cuanto a su estética personal.
En ese caso, entonces, el método más adecuado disponible para ella era arrastrarse en la habitación de
Elluka en la oscuridad de la noche cuando estaba durmiendo, robar solo las espadas gemelas y luego escapar
rápidamente; Platonic estaba mirando hacia la cara de la hechicera que dormía profundamente en su cama, el
medio más ortodoxo para que lo usara un ladrón.
No era probable que se despertara de unos pocos ruidos pequeños. Platonic había entregado una suma de
oro al dueño de la posada de antemano, y le pusieron una droga para dormir en el té que bebía Elluka.
Los objetos que ella buscaba habían sido colocados descuidadamente justo al lado de la cama. Las espadas
gemelas tenían empuñaduras plateadas que brillaban, y solo por su aspecto se podía decir que debían tener
algún valor monetario.
—Bueno, entonces, voy a tomarlas prestadas ♪ —Platonic susurró en voz baja, y alcanzó las espadas
gemelas.
Pero en ese momento, Elluka, que debería haber estado dormida, extendió la mano rápidamente y tomó el
brazo derecho de Platonic.
—No puedo permitir eso, señorita Ladrona Fantasma Platonic.
—¡¡Qu-!! … ¿¡Cómo!?
Su "¿Cómo?" Tenía dos cosas a las que se refería.
¿Cómo se despertó Elluka?
¿Y cómo supo el nombre de Platonic?
En contraste con la alarma de Platonic, Elluka respondió a su pregunta con una sonrisa relajada en su
rostro: «Tengo un poco de poder profético, ya ves. Aunque es inestable y no puedo activarlo a voluntad. Pero
esta vez cumplió su propósito. Que viniste aquí y que me pusiste un somnífero en mi té, lo sabía todo de
antemano.
—¿¡Poder p-profético!? ¡Eso es hacer trampa! ¡Eso está contra las reglas!
—Tal vez no deberías causar un escándalo, ¿eh? Sería muy inconveniente para usted que alguien más se
despertara.
—Ugh... —Justo cuando Elluka advirtió, Platonic bajó la voz—. Dios mío, esto es lo peor... últimamente
no han habido más que errores.
—Podría simplemente llevarte al señor de esta región en este momento... Pero, dependiendo de tu
comportamiento, también podría ayudarte.
Elluka miró directamente a los ojos de Platonic, mientras agarraba su brazo derecho. Ella estaba
sonriendo, pero sus ojos eran de piedra, seria.
—Adorable ladrona fantasma. Me gustaría comprobar una cosa primero. ¿Donde naciste?
—¿Qué estás tratando de lograr al preguntar eso?
—Es muy importante para mí saberlo. Así que apúrate y dime. —El tono de Elluka cambió para contener
un poco de ira.
—... Elphegort. En la Meseta de Merrigod en Elphegort.
—Ya veo... ¿Alguna vez has escuchado el nombre “Mikulia”?
—Creo que tengo a alguien con ese nombre en mi ascendencia, si recuerdo bien.
—Comprendo... bien. Parece que no tienes ninguna relación con la "Pecadora Original", entonces.
—Elluka, una vez más, volvió a su forma de hablar tranquila, y la tensión en sus hombros se relajó un poco.
—¿La “Pecadora Original”? ¿Qué es eso?
—Eso no es de tu incumbencia... Siguiente pregunta. ¿Quién te ha mandado aquí para robar las “Espadas
Gemelas de Levianta”?
—… Nadie en particular. Acabo de escuchar que había algo valioso en esta posada y pensé que lo tomaría.
El solo hecho de soltar el nombre de su cliente sería un acto indigno para un ladrón. Sin importar el tipo
de tortura que recibiera, Platonic no tenía intención de soltar el nombre de AB-CIR.
—Dejando de lado si puedo o no simplemente confiar en lo que estás diciendo... De un modo u otro,
Platonic, tu juicio no es correcto. Estas “Espadas Gemelas de Levianta” son falsas. Incluso las empuñaduras
de aspecto plateado no son más que plomo pulido. Incluso si los vendiera, ni siquiera sería suficiente para
pagar la tarifa de mi posada durante tres días.
—¡Mientes! ¿Crees que me dejaré engañar por...?
—No tengo ninguna razón para mentirte con las cosas como son. Ahora que lo pienso, ¿no te vieron la
cara en la finca de Duque Demilamb y te colocaron un póster de buscado? ¿No tienes habilidad como ladrón?
—Uuugh...
Incapaz de llegar a una refutación, Platonic solo podía comenzar a lamentarse, con los ojos llorosos.
—Si es así, tal vez deberías conseguir un nuevo trabajo. Oh, jo, eso es correcto... ¿qué tal esto?
Elluka miró a Platonic con ojos que parecían tramar algo.

-ESCENA 3-

Un año después de eso, Platonic y Elluka estaban ahora ante la emperatriz Juno.
Platonic tenía ambas manos atadas por una cuerda, pero Elluka estaba tranquilamente parada allí, sin
restricciones en absoluto.
—-Bueno, entonces, ¿quieres que te conteste algo primero? —preguntó Juno a la hechicera con túnica
negra después de aclararse la garganta—. Elluka Clockworker. ¿Por qué estás con Platonic?
—Oh, ¿estás disgustada? —Elluka balanceó su bata, y luego empujó ligeramente su mano frente a ella.
Había una sonrisa en sus rasgos, pero ella no parecía estar de buen humor—. Yo soy la que debería estar
quejándose. Ser tratadas como una banda de ladrones y ser traídas aquí de Lucifenia sin previo aviso...
—Pero recibí un informe de mis soldados hace un tiempo de que actuabas junto a Platonic, ¿no es así?
Con las manos atadas por una cuerda, Platonic miró en dirección opuesta sin ninguna expresión en su
rostro. Parecía que ella sentía que no tenía nada que ver con ella.
—La señorita ladrona estaba sirviendo como mi criada. Como castigo por colarse en mi morada, estaba
tratando de hacer unas pocas "travesuras" con ella.
Elluka miró a Platonic. Su rostro seguía siendo evitado, pero ella se quejó, con una expresión agria
cruzando sus rasgos: «Ugh... Fueron días horribles. Haz esto, haz eso... ¿Por qué yo?...»
Mirando de reojo a Platonic mientras murmuraba para sí misma, Elluka le explicó a Juno lo que había
estado ocurriendo entre Platonic y ella.

—¿Intentó robar algo tuyo, lady Elluka? Pero pensé que la Ladrona Fantasma Platonic solo atacaba a los
nobles.
En las palabras de Juno había una expresión de incredulidad ligera y una pregunta dirigida a Platonic; Sin
embargo, Platonic solo respondió con la cara aún mirando hacia otro lado.
—En cualquier caso, una vez que la capturaras deberías haberla llevado al señor de la región de inmediato.
¿Por qué no hiciste eso?
—No tenía obligación de hacerlo.
—Pero mientras estés en este país, debes cumplir con su...
—Y había algunas cosas con su cara por las cuales tenía algo de curiosidad... —dijo Elluka, acariciando
ligeramente la barbilla de Platonic.
Todo el cuerpo de Platonic se contrajo levemente.
—¿Sentiste que algo andaba mal con ella, quizás?
Juno supuso que había una buena razón por la que Elluka había mantenido deliberadamente a un criminal
a su lado.
Sin embargo, la respuesta con la que regresó fue:
—Oh, no, en absoluto. Ella es realmente linda, ¿verdad?
En resumen, parecía que Elluka la había elegido para ser su doncella simplemente por sus propias
preferencias.
—… Muy bien. Después de todo, no te llamé para acusar los crímenes de Platonic.
Al escuchar esas palabras, por primera vez Platonic mostró una reacción clara.
—¿¡Huh!? ¿Quieres decir que esto no va a terminar con mi ejecución?
—Dejemos eso a un lado por ahora. No tenía idea de que estarías acompañando a Lady Elluka... pero
quizás sea más conveniente para nosotros.
Juno una vez más se volvió hacia Elluka.
—Lady Elluka. Me temo que una vez más debo pedirle ayuda para resolver un problema.
-ESCENA 4-

El corral del ganado en los jardines de la finca Conchita apenas cumplía su propósito en la actualidad.
Una vez, cuando Muzuri había estado vivo, se había llenado de una gran cantidad de ganado. Ahora, se les
había dejado salir, y todos los jardines eran su dominio.
Aun así, el canal de alimentación dentro del corral todavía se estaba utilizando.
—¡Vamos, es hora de comer! —gritó Pollo.
Cuando lo hizo, el ganado que caminaba por el jardín se juntó de manera masiva ante el corral. Todos
estaban ciegos y sin ojos, pero podían escuchar la voz de Pollo, y podían oler el olor de la alimentación.
El alimento era pedazos de carne aplastados finamente con hueso mezclados con él.
Actuando como el ingrediente principal para la alimentación del ganado hoy estaba el vendedor ambulante
Apollinare. Casi no había gente que siquiera se acercara a la mansión, pero Apollinare venía periódicamente
para traer ingredientes raros, sin miedo a los animales o soldados muertos.
Pero hoy, murió. Pollo lo había matado por órdenes de Banica.
Recientemente, Banica se había vuelto insatisfecha incluso con los alimentos extraños que Apollinare había
estado trayendo. Banica deseaba alimentos aún más nuevos, pero cuando se enteró de que él no podía
llevárselos a ella, lo eliminó demasiado rápido.
En este momento, Lady Banica estaba actuando un poco extraño, eso era lo que Pollo pensaba.
Pollo había pensado que Banica usaría a los soldados muertos para invadir otros territorios. Pero aunque
habían pasado varios meses desde entonces, no había hecho ningún movimiento.
Pollo podría de alguna manera adivinar la razón de eso.
El poder de Banica se fue debilitando, poco a poco.
El hecho de que los soldados muertos comenzaban a disminuir en número era una prueba de ello. Algunos
de ellos habían comenzado a regresar a ser cadáveres. Fue lo mismo con los animales.
Su apetito también estaba empezando a bajar. Todavía comía todo lo que había sin dejar nada, pero estaba
claro por su expresión que ya no estaba satisfecha con eso. No fue la insatisfacción de no querer comer más,
sino un disgusto con su sabor. En realidad, la cantidad que ella comía claramente había disminuido desde
antes.
En contraste con eso, parecía que su deseo de "comida malvada" se estaba haciendo más fuerte. Banica
siempre estaba buscando ingredientes que nunca antes había probado. Esa frustración estaba vinculada a su
enojo hacia Apollinare.
Su marco delgado también había comenzado a cambiar. Sus brazos y piernas permanecieron delgados,
pero su vientre crecía constantemente. Era bastante extraño, considerando que ella había estado comiendo
menos.
«¿Tal vez hay algún problema con la cocina negligente de Arte?»
Quizás deberían contratar a un nuevo cocinero pronto. Banica había comenzado a cambiar poco después
de que muriera el viejo.
«Pero, ¿cómo reabasteceremos nuestros ingredientes ahora que Apollinare se ha ido?»
Si todos hubieran sido personas normales, habría suficiente comida en la despensa para que los tres
pudieran aguantar durante medio año. Pero considerando cuánto comía Banica, apenas durarían un mes.
¿Deberían buscar un nuevo vendedor ambulante? Pollo no sabía muy bien qué hacer con algo como eso.
Todo lo que era problemático, ya sea Banica o Arte lo solucionaban.
«Pero Banica acaba de ir a dormir en su habitación, y Arte…»
En ese momento, un nuevo animal vino corriendo hacia él desde la puerta trasera abierta de la mansión.
Era Murara, la mascota de Arte. Se deslizó a través de un hueco en el otro ganado y comenzó a comer en
el comedero con los otros.
—Oh. ¿También estás hambriento, Murara? Está bien, come.
Normalmente Murara solo comía lo que Arte preparaba. Pero él no la había visto hoy. ¿Había salido a
jugar? Pero entonces, ¿por qué no lo habría llevado? Abandonado, Pollo estaba secretamente resentido.
Sin Arte alrededor no había nadie que pudiera preparar las comidas de Banica. Al ver a Murara y al ganado
engullir su comida, el propio estómago de Pollo gruñó.
«Supongo que debería ir a consultar a Lady Banica...»
Aunque habían vivido juntos por algún tiempo, Pollo nunca había visto a Banica cocinar nada. Pero ella
era una persona tan quisquillosa con la "comida", seguramente era una maestra en la cocina.
«La cocina casera de Lady Banica...»
Con solo eso en su cabeza, el humor de Pollo mejoró un poco de nuevo.

-ESCENA 5-

Cuando Pollo llegó a la habitación de Banica, llamó. Sin embargo, no hubo respuesta.
—Voy a entrar.
No estaba cerrado, y Pollo entró en la habitación sin reservas.
Banica estaba acostada en la cama, durmiendo. Parecía que su vientre se había vuelto aún más grande que
cuando la había visto ayer.
De alguna manera, la habitación olía a sangre. Quizás fue porque no se había limpiado mucho. Pero tanto
Pollo como Arte odiaban la limpieza.
Mientras consideraba cómo podría despertar a Banica, Pollo miró sin rumbo hacia abajo y notó que una
tira de tela negra había caído sobre la alfombra roja.
—Esto es...
Lo reconoció. Pollo pensó un momento, luego se dio cuenta de lo que era.
-Era la cinta que Arte llevaba en la cabeza.
Era su favorita, y por eso siempre, siempre lo usaba.
¿Por qué estaba tirado en la habitación de Banica? Pollo no lo sabía.
—Hnn... Oh, Pollo. Estás aquí.
Banica abrió los ojos, mirando a Pollo mientras se frotaba los párpados y se incorporaba.
—Oye, Lady Banica. Tengo hambre.
—… Sí. Yo también tengo hambre —dijo ella.
Por alguna razón, los labios de Banica se veían más rojos de lo normal.
Tal vez ella había cambiado su pintalabios. Como hombre, Pollo no lo entendía.
—Pero Arte no está por aquí. Sin ella no hay nadie aquí que pueda cocinar.
«Entonces supongo que tendré que hacer algo hoy», esa fue la respuesta que Pollo esperaba, pero lo que
Banica terminó diciendo era diferente.
—Entonces supongo que hoy comeremos todo crudo.
—... Bueno, no, si no cocinamos adecuadamente los ingredientes, entonces...
—Es tan delicioso comer comida cruda, siempre y cuando los ingredientes sean los adecuados.
Banica miró a Pollo con los ojos hacia arriba.
—Pero... ¿no deberíamos esperar a que vuelva Arte?
—Arte... Sí, Arte. Ella estaba deliciosa. Ustedes dos son diferentes de los humanos ordinarios. Pensé tanto.
A sus palabras, Pollo lo entendió todo.
—¿Te has comido a Arte? ¡Pero eso es terrible! ¡Sin ella no hay nadie aquí que pueda cocinar! Oh, estamos
en problemas.
Pollo se echó hacia atrás, asombrado.
—No te preocupes por eso. No estoy en problemas .
—¿Qué vamos a hacer con la comida de hoy?
—No te preocupes, no estoy en problemas.
Banica siguió mirando a Pollo en completa quietud, su lengua tan roja como sus labios sobresalientes.
Entonces sus ojos se abrieron de par en par, y ella acercó gradualmente su boca a él.
—Oye, Pollo. Me pregunto cómo... sabes.

En su conciencia atenuada, este pensamiento llegó a Pollo.


«¿La alfombra de esta habitación siempre fue tan roja?»
Realmente no lo sabía.

-ESCENA 6-

La ciudad amurallada en la sección noroeste del territorio Conchita, Re Tasan.


El nombre "Re Tasan" tenía el significado de "Estado vasallo al Gran Imperio de Tasan", y el país que
llevaba su nombre una vez existió en esa tierra. El nombre de la ciudad tuvo su origen en eso.
Se dijo que, hasta que Beelzenia tomó el país de Re Tasan, esa ubicación se usaba como una fortaleza. Sin
embargo, en gran parte había perdido su propósito original, y en la actualidad era poco más que una ciudad
rodeada de altos muros.
Elluka y Platonic llegaron a esa ciudad que descansa en la frontera entre la región de Beelzenia y el
territorio Conchita.
Estaban allí ahora, en el territorio de Conchita. Por lo que había escuchado de Juno, Elluka había razonado
que Banica Conchita estaba poseída por algo inhumano, y por eso había pensado que enfrentarían algún tipo
de resistencia en el camino hacia allá.
Sin embargo, en verdad habían llegado limpiamente sin ninguna interferencia. Quizás fue bueno que
vinieran solas, sin soldados que las acompañaran, pero pensando en el caso en el que los soldados del ejército
imperial murieron hace cuatro meses, era inusual que los visitantes de la región de Beelzenia fueran aceptados
en esa ciudad.
Pero cualquier confusión sobre ese punto se resolvió al reunirse con el alcalde de la ciudad y escuchar lo
que tenía que decir.
De hecho, la gobernanza del territorio por parte de Conchita ya se había roto. Parecía que el estado actual
de los asuntos era que los alcaldes de la ciudad no recibían órdenes ni instrucciones de su señor regional, por
lo que cada uno impondría su propio gobierno municipal por su cuenta.
—Este es uno de los mencionados “Hombres Pálidos”.
El alcalde llevó a Elluka y Platonic a la cárcel, y les mostró al Hombre Pálido encerrado en una de sus
habitaciones.
—¡E-eso es! ¡Era uno de estos! ¡Eso es lo que vi en la mansión! —Platonic gritó en el momento en que vio
al Hombre Pálido, señalándolo.
Hasta que ella lo supo de Juno, Elluka no sabía que Platonic se había colado en la mansión Conchita.
Aunque llevaban casi un año viviendo juntas, Platonic casi no le había contado nada de lo que había hecho de
ladrona, y seguía esquivándole el verdadero motivo para intentar robar las Espadas Gemelas de Levianta.
Era solo que Elluka no era el tipo de persona que le gustaba preguntar a otras personas sobre su pasado.
Era un asunto diferente si era necesario para sus propios objetivos, pero si no, entonces interrogar a alguien a
la fuerza sobre cosas de las que no querían hablar solo podía ponerlas en desacuerdo. No era como si la misma
Elluka no tuviera un pasado oscuro detrás de ella.
El Hombre Pálido no hizo nada, simplemente se mantenía de pie en la celda, en un estupor.
—Nos esforzamos por capturarlo vivo. Afortunadamente, este Hombre Pálido estaba relativamente más
tranquilo que los demás, por lo que pudimos someterlo con solo tres soldados recibiendo heridas graves,
pero...
Mientras escuchaba la explicación del alcalde, sin previo aviso, Elluka se acercó a las barras de hierro.
—Ya veo... Un “soldado muerto”, ¿eh? Alcalde, ¿puede abrir esto para mí?
Elluka señaló la puerta de la celda de hierro cerrada.
—¡N-no, no puedes! Como dije, es extremadamente peligroso...
—Sólo ábrelo.
Presionado por la tranquila determinación de Elluka, el alcalde abrió la celda a regañadientes.
El Hombre Pálido no hizo ningún movimiento inmediato para atacar. Sólo merodeaba como si estuviera
en guardia, al parecer había comprobado que la atmósfera a su alrededor había cambiado.
—Espero que esto funcione…
Elluka puso la palma de la mano en la frente del Hombre Pálido y susurró algo.
Mirando detrás de ella, Platonic fue testigo del brillo de todo el cuerpo del Hombre Pálido por un
momento.
—UUUH...
Con los brazos colgando lánguidamente, el Hombre Pálido comenzó a gemir suavemente.
—¿Cuál es tu nombre? ¿Puedes decirlo?
Cuando Elluka le hizo una pregunta, el Hombre Pálido finalmente dejó de gemir y luego habló lentamente
con palabras humanas.
—UUH... Ron... Ron Grapple...
—Señor, por favor, dime: ¿Qué diablos pasó en esa mansión? ¿Cómo terminaste así?
—Yo-yo... trabajo... en la ma... nsión... comí... el Baemu.
—¿El “Baemu”?
—El... vaso... la... copa... dentro... maldito...
Mientras el Hombre Pálido hablaba, temblaba ligeramente. Después de un momento su brazo derecho se
desprendió y cayó al suelo, huesos y todo.
—Lady Banica... los gemelos... demonio. Por favor... toma... copa de vino.
—¿Es la copa de vino la fuente de todo?
—Sí... toma... copa de vino... salva... Lady Banica.
El brazo izquierdo del hombre pálido también cayó al suelo. Parecía estar apenas logrando ponerse de pie.
—Entiendo. Me aseguraré de recuperar la copa de vino. Y también encontraré una manera de salvar a
Banica Conchita. Así que... relájate, vete a dormir.
—Por favor... Lady Banica... y el niño...
—¿”El niño”? Qué niñ-
—… ¡UUUOOO!
El cuerpo entero del Hombre Pálido comenzó a desmoronarse a la vez.
Una vez que cayó en pedazos en el suelo, se convirtió en un mero esqueleto.
—... Supongo que eso es todo.
Elluka hábilmente se volvió y salió de la celda.
—Pero ahora sé la fuente de todo esto . Hay una "copa de vino" en esa mansión, que enloqueció a
Conchita y tiene el poder de traer soldados muertos. Esto debe ser lo que estoy buscando, un...
—No, vaya, ¡realmente genial, señorita Elluka! —Platonic de repente comenzó a hacerle un cumplido
forzado a Elluka—. Ya veo, una copa de vino maldita, ¿euh? ¡Qué sorpresa haber aprendido que hay algo tan
temible en esa mansión!
—... Dios mío, qué transparente eres. Estoy bastante segura de que debes haber sabido sobre la copa de
vino de antes...
—¡Noooop! No tenia ideeaaa ¡Simplemente me deslicé allí buscando algo valioso en la casa de un noble!
A pesar de que Platonic intentó defenderse con un tono alegre, parecía interminable, con los ojos saltones.
Si la copa de vino era el elemento que Elluka pensó que era, entonces eso significaba que tenía las mismas
peculiaridades que las verdaderas "Espadas Gemelas de Levianta".
Si Platonic buscaba no solo las espadas gemelas sino también la copa de vino, eso significaba que estaba
frente de otra persona que estaba buscando las mismas cosas que Elluka, eso era lo que Elluka suponía.
En cualquier caso, tal vez ella necesitaba investigar un poco más profundamente a Platonic cuando esa
situación se terminara. Más aún si esa persona se iba a poner en el camino de Elluka.
—… Muy bien. En cualquier caso, con esto mi objetivo está claro. ¡Haré los preparativos y luego marcharé
hacia la mansión Conchita!
—Yeeey. Buena suerte con eso.
—... ¡Obviamente vendrás conmigo, Platonic!
—¿¡Eh!? —En ese momento, la expresión de alegría de Platonic se redujo—. ¡N-no hay manera! ¡De
ninguna manera volveré a un lugar tan horrible!
—¡No sé el diseño de la mansión! ¡No tengo más remedio que me guíes a través del lugar!
—¡Entonces solo te diré el diseño! ¡Vete tú, vieja!
—¿”Vieja”?
—Uh... mierda.
—… Está decidido. Te llevaré conmigo incluso si tengo que obligarte. Incluso si tengo que matarte, te
llevaré conmigo. ... No tienes derecho de veto, criada.
Mirando de reojo a Elluka, emitiendo un aura ominosa, y a Platonic, temblando como un conejo, el alcalde
saltó nerviosamente ante la posibilidad de sugerir que salieran por el momento.

-ESCENA 7-

Banica a menudo contemplaba el paisaje desde la mansión en la que vivía, erigida en la cima de una colina.
La habitación de Banica estaba en el tercer piso, y desde su ventana podía ver la vista hacia el sur y el oeste.
Visible al oeste era la ciudad de Gasto. No era particularmente grande, y tenía una gran carretera que
corría del norte al sur a través de su centro. Si se dirigía al norte desde esa carretera, llegaría a Rucolebeni en la
región de Beelzenia. Cada vez que Banica iba al castillo imperial, ella siempre usaba ese camino.
Al sur se extienden los campos de trauben. Y establecido solo por ello, había una bodega. Todo eso había
sido hecho por Banica.
Aunque no podía verlo desde su habitación, el mundo también se extendía hacia el norte y el este. Allí
había toda clase de edificios, toda clase de personas y también toda clase de alimentos.
Banica siempre había vertido sus pasiones en comer. Al comer aprendió de los animales, aprendió de las
plantas, aprendió de las personas, aprendió del mundo.
Ella sintió que al aprender sobre la comida, ella podría desentrañar los misterios del mundo.
¿Por qué nació el mundo? ¿Por qué cayó la lluvia? ¿Por qué se puso el sol? ¿Por qué la gente se enamora? ...
Ella sintió que la respuesta a todas estas preguntas se encontraba en la comida.
La gente no podía vivir sin comer.
No, no solo la gente. Animales y plantas, cualquier cosa que tuviera vida buscaba alimento.
Fue la providencia de la naturaleza. Un deseo instintivo.
Cada vez que Banica comía algo estaba satisfecha. Al comer, el mundo poco a poco había llegado a su
alcance.
Así era como eran las cosas. Al menos, Banica siempre lo había pensado así.
Pero en este momento, no había nada en su mansión.
No había comida. Banica se la había comido.
No había ganado. Banica se lo había comido.
No había soldados muertos. Banica los había comido.
No estaba Carlos. Banica se lo había comido.
No estaba Arte. Banica se la había comido.
No estaba Pollo. Banica se lo había comido.
A través de la comida ella había continuado obteniendo algo.
Pero a través de comer ella también había seguido perdiendo algo.
Y ahora ya no podía crear nuevos soldados muertos.
Aunque no tenía idea de por qué, Banica había perdido el poder con el que había sido dotada.
Cuando no más líquido rojo fluyó de la copa de vino, ya no pudo revivir cadáveres.
Aun así, ella tenía hambre.
Eso fue porque Banica estaba viva.
Ella tenía que comer algo. Pero no quedaba nada para comer en la mansión.
Si ella fuera al pueblo en la base de la colina, podría conseguir comida. O ella podría reunirse y comer el
Trauben de los campos.
Pero ella no iba a hacerlo.
El hambre de Banica no se satisfaría con ningún alimento ordinario.
Si no era algo que Banica nunca había comido hasta ahora, entonces ella no estaría satisfecha.
Ella podía oír un llanto. No era de ella.
Pero ella podía oírlo desde algún lugar cerca de donde estaba.
Banica miró hacia abajo.
Y Banica se dio cuenta de que estaba agarrando algo en sus brazos con ambas manos.
El llanto venía de allí, de un bebé que estaba ahí.
¿Por qué había un bebé allí, otra vez?
Pensó Banica. Y entonces ella recordó.
.
Está bien. Yo di a luz a este niño.
Este es el hijo de Carlos y mío, ¿no es así?

Banica siempre había querido uno.


Un hijo de su propia carne y sangre.
Por eso-

Era algo que nunca había comido antes.

-ESCENA 8-

Elluka y Platonic habían llegado a la ciudad de Gasto.


En ese punto, la mansión Conchita estaba justo delante de ellos.
Pero en un bar de la ciudad, las dos mujeres escucharon algunas noticias sorprendentes.
—Los soldados muertos... ¿han desaparecido?
La persona que le explicó todo eso a Elluka fue un juglar llamado Xenos Jaakko. Aparentemente estaba
viajando, buscando eventos interesantes que pudiera usar como base para sus canciones, y como tal, había
venido desde Levianta, en el norte, al oír hablar del señor del territorio Conchita volviéndose loco.
¿Cómo podría ese hombre saber eso, a pesar del hecho de que Juno debió haber bloqueado todos los
informes sobre el territorio de Conchita para evitar que se filtraran?
-Al principio, a Elluka le pareció extraño, pero se sintió mucho más segura gracias a la información que
obtuvo de él.
—Bueno, ya ves. Quería ver a esos "Hombres Pálidos" al menos una vez, así que reconociendo el peligro,
me dirigí para acercarme a la mansión. Pensé que simplemente huiría si se pusiera demasiado mal. Pero,
cuando realmente llegué allí, no había un alma, ¡mucho menos un Hombre Pálido! ¡Y había escuchado que una
montaña de las cosas espantosas esas estaban allí arriba! No quería regresar con las manos vacías, así que me
acerqué a la pared exterior y miré dentro un poco. Pero tampoco había nadie allí, y estaba terriblemente
tranquilo. Tanto que pensé que podría estar deshabitado. Empecé a pensar, tal vez, que debería escabullirme
por dentro, pero de todos modos, es una mansión que pertenece a un noble, ¿verdad? Pensé de nuevo que tal
vez no sería tan bueno si me atrapaban entrando, así que me rendí y regresé aquí a la ciudad. Ah, estaba tan
decepcionado y arrepentido que hice de mis sentimientos una canción, así que por favor, escúchala, ¿no es así?
El título es “¡Veinticinco mil seiscientos años y diez minutos de amor!”
Xenos hinchó su pecho y comenzó a cantar, pero Elluka y Platonic lo ignoraron y abandonaron el bar.
—Hmm. Eso es un poco extraño —comenzó Platonic mientras caminaban, hablando de su impresión de
la historia que acababan de escuchar—. Incluso dejando de lado el asunto de los soldados muertos, el hecho
de que no había nadie en los jardines es extraño, cuando llegué allí, había un montón de ganado blanco
deambulando por ahí, ya sabes.
—Así que en otras palabras, incluyendo el ganado, todas las criaturas blancas se han levantado y
desaparecido por completo.
—Ese parece ser el caso.
—... Esta podría ser nuestra oportunidad, o quizás una situación difícil.
—Puedo ver que es nuestra oportunidad, pero ¿qué quieres decir con ser una situación difícil?
—... Quiero decir que alguien podría habernos adelantando.
Elluka sacó una expresión amarga.
Eso se debía a que había tenido una experiencia con otra persona que la había superado cuando pensó que
se estaba acercando a su objetivo, en su pasado.
—Vamos a ir a la mansión ahora, Platonic.
—¿Qué? Pero ya es tarde. Vamos a hacerlo...
—¡No, tenemos que darnos prisa! ¡Porque esta vez, no importa lo que cueste, vamos a conseguir el
Contenedor del Pecado Capital!

-ESCENA 9-

El bebé había dejado de llorar y dormía tranquilamente.


Mirando esa cara dormida, Banica de alguna manera se sintió feliz.
–A pesar de que ella estaba increíblemente hambrienta

¿No te lo vas a comer?

Ella escuchó una voz desde algún lugar.


El bebé no podía hablar. Y ciertamente no era la voz de Banica.
Era una voz que reverberaba directamente dentro de su mente.
Y ella recordaba haberla escuchado antes.
—Mucho tiempo sin verte, demonio.

Si no comes a ese bebé, esta vez realmente morirás.


En el fondo de su mente, una débil cosa roja como la niebla se había alzado junto con la voz.
—¿Debo comer específicamente este bebé?

Sí. ¿Por qué crees que has perdido tus poderes?

—No tengo idea.


Banica continuó la conversación con el "demonio" en su cabeza.

Es por ese polvo dorado.

—¿El que Carlos tenía? Pero cuando lo comí, no funcionó.


Su cuerpo se sentía un poco adormecido, pero se recuperó de inmediato, el veneno no pudo acabar con
ella.
Aunque Carlos había muerto.

No podía solo con la cantidad que tomaste. Pero incluso te lo comiste. Todo su cuerpo estaba impregnado
de los ingredientes del polvo; había estado tomando dosis de él durante varias décadas hasta entonces. Está
arruinando tu propio cuerpo, poco a poco. Pronto serás incapaz de escuchar mi voz.

—Pero, ¿qué tiene eso que ver con este bebé?

Ese niño es una vacuna.

—¿Una Vacuna? ¿Qué es eso? ¿Está delicioso?


Esa no era una palabra que Banica estaba acostumbrada a escuchar.

Eso es correcto, es una palabra perdida para el mundo de tu especie... En resumen, es un medicamento
que tiene el poder de oponerse al veneno. Se está generando en el cuerpo de este bebé.

—Lo sabes todo, ¿verdad? ¿Conoce también las verdaderas identidades de Arte y Pollo?
Esos dos siempre estuvieron con Banica. Durante ese tiempo, no habían envejecido. Y después de que
Banica había hecho su contrato con el demonio, habían seguido obedeciéndola sin miedo ni sorpresa. De una
forma u otra, sabía que no eran humanos normales, pero al final, lo que realmente eran no se había aclarado.
—¿Fueron tus lacayos?

No. Explicar a esos dos es un poco difícil. Son “Hänsel” y “Gretel”: las reencarnaciones de quienes son
mis colegas, padres e hijos.
—No lo entiendo.

Te diré más de eso cuando recuperes mi poder. ¡Ahora! ¡Comete rápidamente a ese niño!

El tono del demonio se hizo más duro. Al mismo tiempo, su forma vaga surgió un poco más claramente
en su mente.
El demonio era rojo, y tenía un cuerpo redondo.
—… No.

¿Por qué?

—No lo sé. Pero no haré lo que no haré.

¿Te conmueve la emoción? Qué pena, eres tan trivial. ¡Realmente eres una estúpida sin valor!

El tono del demonio fue ganando gradualmente un aire de intimidación.


Al mismo tiempo, su aspecto era cada vez más claro.
Tenía brazos y piernas cortas, y una linda cola.
—No tengo ninguna razón para obedecer a un demonio.

¡Solo cómetelo ya! Aleja la "comida" de ti, ¿y qué dirías que queda?!

—No, no lo haré.

¡Come! ¡Come! Come!

—¡No lo haré! ¡No lo haré! ¡No lo haré!


La discusión dentro de su cabeza continuó.
Al mismo tiempo, ella sintió que la nariz del demonio era enorme, y apuntaba hacia arriba como aplastada.

Estás sufriendo de hambre, ¿verdad? Pero incluso si buscas por aquí, no, incluso si buscas en todo el
mundo, ¡no hay nada que puedas comer que te satisfaga! ¡Excepto este niño!

La voz interna del demonio comenzó a convertirse en algo con un toque de amenaza.
Banica ya había podido ver claramente su verdadera forma.
Ese cerdo de un rojo intenso obligaba a Banica a comer.
Tal vez ese cerdo era el "Baemu", o quizás su querida madre, pensó Banica
—¿No hay nada para comer?
¿Era ese realmente el caso?
Banica se dio cuenta
Un camino distinto al de comerse a su hijo.
Ella finalmente se había dado cuenta.
—Quizás eso no es realmente así.

¿¡Qué!?

—Ahora me he dado cuenta. Que hay una comida que no he comido aparte de este niño. Y está muy cerca
de mí.
Banica miró su propia mano derecha y sonrió en silencio.
—Todavía hay algo para comer, ¿no?
El cerdo adivinó en qué estaba pensando Conchita, y rápidamente entró en pánico.

… Ni siquiera consideres algo tan tonto. ¡Detente, detente, maldita sea!

—Voy a comerme a mí misma junto a ti, ¿hm? Bien, entonces-

Para Banica, esa fue su primera comida en bastante tiempo.


Y su última “comida malvada”.

—Me pregunto... ¿Qué sabor tengo?


-ESCENA 10-

Salieron de la ciudad y, cuando llegaron a la montaña, treinta minutos después, Elluka y Platonic habían
llegado a la puerta principal de la mansión Conchita.
Ciertamente, justo como lo había dicho el juglar, no había señales de nadie fuera de la mansión o adentro.
—Bueno, entonces, ¿cómo vamos a entrar? —Durante el viaje, Platonic había hecho quejas dispersas todo
el camino, pero con la mansión delante de ellos, parecía que finalmente había resuelto su decisión y le había
hecho una pregunta seria.
—No vamos de ninguna manera en particular. Iremos por la puerta principal.
—¡¿Huh?! Pero la puerta podría estar cerrada. Podría abrirla para ti si quieres, pero...
—Eso no será necesario.
Elluka chasqueó los dedos, y con un clic se deshizo la cerradura, la puerta se abrió con demasiada rapidez.
—... Ah. Usted acaba de usar un poco de magia de desbloqueo, ¿verdad, señorita Elluka? Eso es genial, si
tuviera un hechizo como ese, sería capaz de robar tanto como quisiera...
—Es imposible para ti —respondió Elluka de inmediato, cortando las palabras de Platonic.
—Sí, sí. Supongo que no tengo ni una pizca de talento mágico.
Entraron por la puerta principal y avanzaron por los jardines. Según Platonic, cuando se había colado
antes, había un montón de ganado blanco pastando por dentro, pero como era de esperar, ninguno de ellos
estaba allí ahora.
—Primero, supongo que nos reuniremos con el dueño de la mansión. Platonic, ¿dónde está la habitación
de Banica Conchita?
—Uuh, si recuerdo bien, es una habitación en la esquina del tercer piso.
Incluso después de entrar en la mansión no había un alma alrededor. Como no había ninguna señal de que
alguien pareciera tratar con Elluka y Platonic, las dos siguieron sin dudar.
—-Tal vez todo el mundo ya ha huido —dijo Platonic a Elluka, manteniendo su voz baja.
—¿Huyeron? El ejército beelzeniano rodea todos los puntos de control que conducen a otras regiones. No
pudieron salir tan fácilmente.
—Es más fácil de lo que piensas sortear los puntos de control. Lo he hecho muchas veces antes.
—... Bueno, en cualquier caso, vamos a buscar en toda la mansión. Consideraremos la posibilidad de que
hayan escapado después de eso.
Las dos subieron las escaleras y llegaron al segundo piso.
En ese momento, Platonic notó un ruido que había escuchado en una habitación cercana.
—... Parece que hay alguien aquí.
—Entremos.
Elluka abrió la puerta sin dudarlo, y entró. Platonic la siguió tímidamente.
No había nadie dentro de la habitación, pero esta vez escucharon mucho más claramente lo que antes
sonaba como algo que se movía.
Venía de la chimenea. Las dos se asomaron al interior y, acostado, había un cerdo blanco con un collar de
rosas.
—... ¿Estaba escondido aquí? Parece que ahora casi no respira.
—Platonic, tócalo.
—¡N-no hay manera! ¡Esa cosa me mordió antes!
—Tócalo, te lo ordeno.
Platonic extendió la mano con resignación y empujó vacilante al cerdo moribundo en el estómago con su
dedo índice.
En ese momento, el cuerpo del cerdo se derrumbó en un abrir y cerrar de ojos, dejando solo huesos.
—¡Bien, genial! Platonic, ¡has matado sin remordimientos a un cerdito inocente! ¡Qué cruel! —Gritó
Elluka con un tono de afectación.
—Tú, pequeña... ¡Eso no fui yo! ¿Por qué a mí?
—-El cerdo ya estaba muerto. Al igual que el hombre pálido en la celda. Había sido revivido por la fuerza
usando algún poder extraño. En otras palabras, este cerdo regresa a la tierra de esta manera...
—... ¿Eso significa que la fuente del poder extraño ha desaparecido?
Elluka suspiró con pesar.
—Vamos al tercer piso. Es probable que el cadáver de Conchita esté en su habitación o en otra parte de la
mansión. Sería genial si encontramos la copa de vino con ella... pero mis esperanzas son escasas.
En el tercer piso estaba la habitación de Banica Conchita.
La vista que ambas vieron cuando entraron fue muy diferente de lo que habían imaginado.
Había una sola figura dentro.
Pero no era Conchita, ni los gemelos que eran sus sirvientes.
Las dos bajaron sus ojos a un escritorio en el centro de la habitación.

Yaciendo allí estaba la copa de vino, manchada de sangre...


Y un pequeño bebé acostado durmiendo en un plato.
–Al final, Elluka y Platonic no pudieron encontrar a Banica.
Ella había desaparecido inesperadamente de la mansión sin dejar rastro.
Al recibir un informe sobre eso de Elluka, la emperatriz Juno declaró a países externos que Banica había
desaparecido. Naturalmente, dejando de lado las partes relacionadas con la existencia de los soldados muertos
y que ella había estado planeando una rebelión.
Habiendo recibido ese informe, la emperatriz Juno consideró que Banica había huido a territorio
extranjero.
El territorio Conchita una vez más cayó bajo el gobierno de la familia imperial, y finalmente se anexó
oficialmente a la región de Beelzenias. Por cierto, la ciudad fronteriza de Gasto fue llevada a Rucolebeni, que
ganó el paisaje urbano a gran escala que tiene hoy.
El bebé que había estado en la finca de Conchita se convirtió primero en el hijo adoptivo de Juno.
Sin embargo, hubo oposición por parte de quienes la rodeaban, y así, finalmente, las cosas se calmaron al
criar al bebé como el hijo del sirviente de Juno.
Entre los historiadores hay quienes postulan una teoría que propone que el descendiente de ese niño fue
Germaine Avadonia, la heroína de la Revolución de Lucifenia, pero no está muy bien respaldado.
En cuanto a lo que le pasó a la copa de vino, no puedo decirlo con certeza.
Existe la teoría de que Elluka se la llevó con ella después de eso, y también se dice que Platonic burló a
Elluka y la robó en secreto.
En cuanto a los acontecimientos históricos, el país de Marlon ganó su guerra, y el país de Leona pereció.
No hay nadie que sepa lo que le pasó a AB-CIR.
Comenzó una guerra entre el Imperio beelzeniano y el país de Asmodean y, durante tanto tiempo sin
resolución, empobreció a ambos países.
Aprovechando eso, el territorio lucifeniano del Imperio beelzeniano comenzó a trabajar hacia su
independencia, y así el duque d”Autriche, tomando el nombre de Lucifenia Primero, fundó el Reino de
Lucifenia.
De esta manera comienza la historia del declive del Imperio Beelzeniano-
Y es aquí donde termina la historia de Banica Conchita y su comida del día.
¿Lo disfrutaste?
En cuanto a la compensación, usted puede pagar su factura en la recepción.
Tenga en cuenta que no permitimos crédito
... ¿Todavía tienes algún negocio aquí?
... ¿Eh?
¿Nuestro permiso de negocios?
No sé de qué estás hablando.
... ¿Qué es ese pedazo de papel?
... ¿”La Oficina de la Estrella Oscura de la UEE”?
No sé lo que quieres decir.
No hemos hecho nada ilegítimo...

¿Qu... quiénes son estas personas?


¿¡Estoy siendo arrestada!?
¡Basta, detente en este instante!
¡No desperdicies este restaurante!

¿La copa?
¿El espejo?
¡No lo sé! E incluso si lo supiera, ¡no te lo diría!
Agh ¡Basta, no lo saques de aquí!
¿El propietario?
¡Nunca lo he conocido!
El... ¿¡El chef se ha ido!?
¡Ese bastardo se escapó sin mí!

–¡Suélteme, matón insolente!


¡No importa cuántas veces preguntes, no puedo decirte lo que no sé!

¡Sólo soy el camarero!


EPÍLOGO
-DIGESTIVO-

El demonio que acechaba en la copa de vino sonrió.


Esa noche había podido ver una incursión ruidosa y divertida por primera vez en mucho tiempo.
A partir de lo cual llegó a ver que su amo volvió a cambiar.
Parecía que esta vez su amo era un juez.
Pero desafortunadamente, su alma ya tenía un contrato previo.
Bueno, eso estaba bien también.
Ella trataría de ver con cuidado con qué tipo de historia caería el engranaje en la trampa esta vez.
Junto con sus otros amigos.
El demonio que acechaba en la copa recordaba su historia personal hasta ahora. Los acontecimientos
desde ese día cuando ella había devorado al demonio y había asumido su papel personalmente.
Varios humanos se habían convertido en su dueño.
Primero fue esa ladrona.
Ella había entretenido al demonio tal como era, pero al final ella no era apta para ser su dueña.
Los "restos de la Pereza" en su interior se habían convertido en un obstáculo para el demonio.
Su siguiente dueño había sido ese hechicero.
"Él" se convirtió en "ella", y cambió su nombre también.
Ella había escondido dentro de él un tremendo poder, pero aún no había sido el adecuado para ser la
dueña del demonio.
Se habían reunido muchas veces después de eso, pero por cada reunión ella cambiaba su nombre y
apariencia.
Sí, esta noche también.
El tercer dueño había sido la princesa de un país.
Ella se parecía mucho a uno de esos gemelos, pero su interior era otra cosa.
Esa había sido la culpa de que el destino estuviera deformado debido a esa hechicera.
Debido a que esa tonta era molesta, el demonio había tenido que salir de la copa de vino a la que se había
acostumbrado.
Ella había estado dentro del espejo que se había convertido en propiedad del juez junto con la copa de
vino esta noche.
Aun así, si la otra hechicera no lo hubiera hecho, probablemente habría disfrutado más.
Al llegar al cuarto, finalmente pudo reunirse con ella.
Su apariencia era diferente, pero esa vez era la verdadera "Gretel".
Ella le había permitido al demonio la mayor diversión.
En agradecimiento por eso, ella le había dado más poder que los demás.
Ella estaba ahora en el contenedor junto con el demonio.
El quinto fue Pierrot.
No había usado el poder del demonio.
Estúpido como siempre, parece que realmente no entendía cómo usar correctamente la copa de vino.
Estaba otra vez con el demonio ahora.

Ella continuó pasando por las manos de varias personas después de eso, y esta noche el juez se había
convertido en su nuevo amo.
¿Cuánto tiempo había pasado desde entonces?
¿Cien años?
¿Doscientos años?
¿O mil años?
En cualquier caso, el momento del final estaba probablemente cerca.
El momento en el que el demonio deje la copa de vino junto con los gemelos y se convierta en el "Amo
del Cementerio" probablemente también estaba cerca.
Entonces, el demonio lo devoraría con seguridad esta vez.
El mundo entero.

El karma del "mal" no terminará.


MELANCOLÍA
DE HELD

-ESCENA 1-

"El Bosque de Held", la región sur de Elphegort.


La hechicera Elluka Clockworker fue al bosque por primera vez en mucho tiempo para encontrarse con un
viejo amigo.
No había caminos pavimentados en el bosque de Held. No había manera de que la gente se moviera a
través de los difíciles caminos de los animales, y si alguien que no estaba acostumbrado a ellos entrara, se
perdería al instante.
Como Elluka había venido a estos bosques muchas veces antes, no era nada difícil para ella llegar a su
destino. Todo lo que necesitaba para tener cuidado era asegurarse de que la bata que llevaba no se enganchara
en las ramas de los árboles.
Poco después ella salió a un claro. En medio del mismo había un enorme árbol.
En el momento en el que llegó Elluka, el tronco del árbol comenzó a enrollarse e hincharse, y finalmente
tomó forma de cara.
El gran árbol había creado una cara. Una voz baja emanaba de su boca.
—Pero si es Elluka. ¿Tu presencia aquí significa que ha habido una gran calamidad fuera del bosque? ¿O
está usted aquí por los "Contenedores del Pecado Capital"?
Incluso si hubiera alguien que no fuera Elluka, no podría escuchar su voz. Solo aquellos con gran poder
mágico podían hablar con ese gran árbol: el Dios de la Tierra, Held.
—Ya veo. Las “Espadas Gemelas de Levianta” que habían estado en la gran iglesia de Levin en Lucifenia
eran falsas, ¿eh? —Murmuró Held con pesar.
—Demonios... siempre es así. Finalmente encuentro una pista sobre un “Contenedor del Pecado Capital”,
y después de todo lo que tuve que atravesar, al final, todo fue en vano. ¡Ya han pasado trescientos años y
todavía no he logrado tener ni uno!
Elluka golpeó su puño en la cara de Held que había ante ella.
—No llegarás a ninguna parte pegándome. Mi cuerpo es un árbol, después de todo, así que incluso si me
golpeas, no me harás daño.
—Yo lo sé. Por eso lo hago.
—Bueno, el mundo es inmenso. Además, parece que siempre se están transmitiendo de persona a persona.
Supongo que todo lo que puedes hacer es ser paciente.
—Haces que parezca que es el problema de otra persona. ¿No nacieron esos “Contenedores del Pecado
Capital” originalmente en tu bosque? ¡Solo los he estado buscando porque me lo dijiste! Es decir, ¡soy solo una
voluntaria! ¡UNA VOLUNTARIA!
—Pero no lo olvides, eres parte de la razón por la que se crearon esos “Contenedores del Pecado Capital”,
Elluka. Usted liberó los “Demonios del Pecado Capital” que habitan en esos contenedores...
—Agh, es suficiente. Muy bien, ya veo como es. Es mi culpa por destruir el Reino Mágico con el “Arte
Secreto Clockworker”.
Elluka sacó la lengua y golpeó a Held de nuevo.
—¿No acabo de decir que no puedes lastimarme? Por cierto, he oído que el Reino Mágico ha sido
recientemente reconstruido.
—“Divina Levianta”, ¿eh? Es un país completamente distinto, solo tiene el mismo nombre. Parece que ni
siquiera se han hecho cargo del legado de su pasado, por lo que no hay que preocuparse.
—Sin embargo, ese lugar no es bueno. Si alguna vez hicieran algo que desenterrara las reliquias de nuestra
era que yacían latentes en esa tierra...
—... Creo que te preocupas por nada, pero por ahora vigilaré.
Mientras Elluka y Held continuaban su conversación, un petirrojo de plumas verdes se detuvo en una de
las ramas de Held y comenzó a hablar con Elluka: «¡Ah, es Elluka! ¡Mucho tiempo sin verte!»
Elluka miró al petirrojo y sonrió.
—Michaela, lo siento mucho. Estoy hablando con Held sobre algo importante. Jugaré contigo más tarde,
¿podrías disculparnos un minuto?
—... Tch.
Después de que el petirrojo llamado Michaela ladeara la cabeza en decepción, se fue una vez más.
—Sigue siendo un espíritu energético como siempre. ¿Cuántos más hay? Los espíritus que te sirven, quiero
decir.
—No es seguro. No me acuerdo bien.
—Qué dios tan irresponsable eres.
—Bueno, entonces, volvamos al tema en cuestión. Se trataba de la Divina Levianta, ¿verdad?
—Creo que hemos terminado de hablar de eso. Vine aquí porque tenía un área de interés diferente a mi
informe sobre las “Espadas Gemelas de Levianta”.
—Oh…
El viento soplaba, y las hojas y ramas de Held se balanceaban levemente.
—Recientemente he contratado a una criada. Sin pagarla.
—Qué inusual para ti estar con otra persona. ¿Tiene ella algún talento mágico?
—Ella es estupenda, estupendamente sin talento. Traté de enseñarle dos o tres hechizos simples como una
prueba, pero ella falló en cada uno.
—Entonces, ¿por qué tienes a esta persona trabajando contigo?
—Mikulia Greeonio... Hablé contigo sobre ella antes.
—Una de las amantes del duque Venomania... y la que se parecía a la “Pecadora Original”, ¿verdad? —Los
ojos de corteza de Held se estrecharon ligeramente como si tratara de recordar.
—La criada que tengo contratada es aparentemente descendiente de esa Mikulia. Y ella también...
—Tiene el mismo rostro que el de la “Pecadora Original”, supongo.
—La “Pecadora Original” no debería tener ningún descendiente. Escuché que el primer Proyecto “Ma”
fue un fracaso. Entonces, ¿por qué aparecen tantas personas que se parecen a ella?
Held cerró los ojos y pareció pensar en la pregunta de Elluka por un momento, y luego finalmente los
abrió de nuevo y respondió: «No creo que debas preocuparte mucho por eso. Creo que es bastante común en
este mundo que personas con la misma cara se muestren a través de las edades, independientemente de la
relación de sangre. Cosas así sucedieron también en nuestra era, pero parece más sorprendente en este mundo.
Aunque, por supuesto, si son descendientes de sangre, entonces la probabilidad es mucho mayor».
—¿Por qué crees que sucede eso en el mundo?
—Pregunte a “Levia-Behemo”. Después de todo, fueron ellos quienes construyeron a los humanos de este
mundo, no yo.
Levia-Behemo era el nombre del dragón divino adorado por muchas de las personas que vivían en
Evillious. Pero, desafortunadamente, Elluka nunca los había conocido.
—Entonces, ¿dónde debería ir para hablar con ese “Levia-Behemo”, hm?
—...
—¿Por qué estás tranquilo con eso?
—De todos modos, no sentiste ningún demonio dentro de Mikulia Greeonio, ¿verdad?
—Sí. No siento nada de eso en absoluto en mi criada.
—Entonces no tienes que preocuparte. Es sólo un parecido accidental entre extraños. ¿No has traído a
esta persona aquí hoy?
—Parecía que si la traía aquí, causaría un caos con los espíritus. Le puse un hechizo de captura y la dejé
encerrada en mi casa.
—Qué cosas tan crueles haces...
—No se pude hacer otra cosa. En el momento en que quito mis ojos de ella, ella trata de escapar, esa
chica...
—¿Al menos le dejaste algo de comer?
Elluka pareció desconcertada y se llevó una mano a la boca.
—Ah... lo olvidé. Me sentiría fatal si ella muriera de hambre, debería regresar antes de que pase mucho
tiempo. Te veré más tarde, Held.
Dicho esto, ella se alejó de Held.
Un petirrojo voló por el aire a una velocidad vertiginosa detrás de Elluka
—Espera, Elluka~ ¡¿Ya te vas ~?! ¿¡No dijiste que jugaríamos juntos ~!?

-ESCENA 2-

Varias horas después de que se fuera Elluka un nuevo visitante apareció al lado de Held.
—Oh, ho ho, vaya. Alguien mucho más novedoso que el anterior ha llegado.
Al igual que Elluka, el hombre que estaba al final de la mirada de Held estaba vestido con una túnica
negra.
Pero la persona con la que Held estaba hablando no era el hombre, sino el gato rojo en su hombro
derecho.
—¿Por qué estás aquí? Irina Clockworker.
—Ha pasado bastante tiempo desde que me llamaron por ese nombre. Ahora voy por AB-CIR —dijo el
gato rojo, saltando del hombro del hombre. Cuando lo hizo, el hombre cayó al suelo como si su alma hubiera
sido extraída.
—Uf. Es bastante difícil para un titiritero un cuerpo masculino.
—Ahora que lo mencionas, esta es la primera vez que te veo no morar en una mujer. ¿Has tenido algún
cambio en tu estado mental?
—De ningún modo. Mis circunstancias simplemente lo hicieron inevitable.
—Oh, ¿qué tipo de circunstancias?
—... No tengo la obligación de decírtelo, y no vine hoy a hablar sobre algo así —dijo la gata roja, rascando
la cara de Held con sus garras.
—Eso no me duele... pero te pediría que dejes de dañar mi tronco.
—Entonces, dime, viejo, ¿dónde está Elluka ahora?
—Tú, que hasta ahora solo seguiste huyendo de Elluka... otra vez, qué novela.
—Parece que la perra ha comenzado a entrometerse con uno de mis peones. Si puedo me gustaría
rescatarla.
—Si dijera que no te lo diré, ¿qué harías? ¿Me quemarías con algún hechizo?
Held hablaba como para provocar al gato rojo, pero su tono era tan tranquilo y bajo como siempre lo
había sido.
—Hmph. Incluso si quemara tu cuerpo de árbol, eso no te mataría.
—Es verdad. Por otro lado, mientras habito este árbol, no puedo echarte una mano. Aunque sé que eres
un "HER" y que tienes los "Contenedores del Pecado Capital", no puedo hacer nada al respecto.
—¿Y si fueras a perder tu cuerpo de árbol?
—Yo dejaría de existir en este mundo. Pero justo antes de eso, por un momento, podría emplear mis
poderes como un dios. En ese segundo, tal vez podría hacer que todos ustedes, incluida tu alma, desaparezcan.
—Te pido perdón, entonces.
A pesar de decir eso, el gato rojo comenzó a arañar la cara de Held con sus dos patas.
—Entonces deja de rascarme el tronco.
—Tengo una pregunta más. Sé que no puedes hacer nada directamente conmigo. Pero, ¿por qué no le has
dicho a Elluka de mi existencia? El exterminio del “HER” y los “Contenedores del Pecado Capital”, ese es tu
objetivo, ¿no?
—No puedo permitir que Elluka te conozca.
—¿Teme el contacto entre Elluka y un “HER”? Estas bromeando. Entonces, ¿por qué tienes a Elluka
buscando los “Contenedores del Pecado Capital”? Mientras ella los persiga, se encontrará con un montón de
“HERs” que tienen un contrato con los “Demonios del Pecado Capital”, ¿verdad?
—No es que seas un “HER”. Quiero evitar que tú y Elluka se reúnan.
—Sean cuales sean tus expectativas, cuando llegue el momento, pienso acercarme a ella yo misma. ¡Y luego
robaré su cuerpo y a los dos que permanecen dormidos en su alma!
—Entonces, ¿eso significa que no planeas conocerla ahora?
—¿No te lo dije? Solo quiero recuperar a mi peón. Siempre que conozca su paradero, puedo ordenar a
otros peones para recuperarla más tarde. A pesar de las apariencias, soy una persona muy ocupada, ¡así que
dígame! ¿¡Dónde está Elluka!?
El gato comenzó a rasguñar furiosamente la cara de Held.
—Oh, cielos, tomará algo de tiempo antes de que mi corteza se regenere.
—Ja, ja... al zoquete que he empezado a servir recientemente tiene la “tortura” como un pasatiempo, así
que pensé que debería intentarlo alguna vez. ¡Así que escúpelo! Será más fácil para ti una vez que hables, ¿sí?
¿Hm?
El asalto del gato rojo con sus garras duró varios minutos, pero al final Held se negó a revelar la ubicación
de Elluka.
—Huff... Huff... Viejo dios de labios apretados... Parece que tendré que rendirme por hoy.
Derrotado, el gato rojo asomó el hombro del hombre con su cabeza, y él se despertó con los ojos abiertos.
Entonces ella se subió a sus hombros y volvió a casa.

-ESCENA 3-

Después de que el gato rojo se fuera, Held llamó a uno de los espíritus que le servía.
—¿Me llamaste, señor Held?
—Ah, aquí tienes, Gumillia. Tengo algo que me gustaría que le contaras a los otros espíritus.
—¿Qué es?
—Quiero que logres que todos unan su poder y formen una barrera alrededor de todo el bosque. Una
barrera que mantenga alejados a aquellos con un poder mágico muy fuerte.
—Pero, si lo hacemos, Elluka no podrá entrar tampoco.
—Ah, no me importa. En realidad, eso sería preferible.
—¿Tuviste una pelea con Elluka?
—No, no es eso... Al contrario, esto es algo que quiero que se haga por ella.
—… Entiendo.
El espíritu llamado Gumillia no había tomado una forma animal como Michaela. Era probable que
ninguna criatura viviente pudiera ver a Gumillia en el verdadero estado amorfo del espíritu.
—Oh, es cierto. Gumillia, hay algo que quiero que tengas en cuenta.
—¿Qué es?
—Algún día puedo hacer que te vayas de este bosque por un tiempo.
—¿…? ¿Con qué propósito?
—Hay alguien que no quiero que Elluka conozca. Si llega el momento en que esa persona intente
establecer contacto con ella, entonces quiero que te conviertas en su tutor, y un vigilante para que no se
acerque a ella.
—Pero, ¿cómo, específicamente?
—Vamos a... pensar en eso cuando llegue el momento. ¿Eh? Será un largo camino desde ahora. Por el
momento yo... te encomiendo la barrera. —Held dio un gran bostezo—. De todos modos, creo que podría
volver a dormirme pronto.
­Comentario del Autor­

Este trabajo tiene como tema la “comida”, así que para reunir material de escritura salí a probar
varios alimentos raros.

Por ejemplo, en lo que respecta a la carne, el japonés medio come a diario ternera, cerdo y pollo,
y a lo sumo cordero. Pero en realidad hay muchos otros animales comestibles. Y en lo que
respecta a los órganos internos, incluso en Japón hay un gran número de lugares que cocinan y
ofrecen otras partes aparte del hígado y los menudillos que se consumen habitualmente. Aunque,
por desgracia, no hay restaurantes que comercien con carne humana. Aunque si los hubiera, no
creo que fuera a ellos.

En cuanto a la razón por la que los ingredientes de los alimentos raros casi nunca se suministran
en el supermercado o restaurante medio, hay un problema de coste y distribución, de no poder
obtenerlos por escasez, o simplemente de que no saben bien.

No es tan difícil vivir sin comerlos. Al fin y al cabo, el ser humano es capaz de comer una gran
variedad de animales. Si tuviera que ir un paso más allá, diría que el concepto de “gourmet” es un
privilegio que sólo puede darse un humano, y es poco más que un lujo para presumir de una
cultura avanzada.

En ese sentido, se podría decir que la protagonista de esta novela que buscaba “la comida
definitiva”, Banica Conchita, fue fiel al deseo más humano de todos. Tal vez sus actos no fueron
aceptados por quienes la rodeaban, pero no se puede concluir fácilmente que se equivocara como
ser humano. Al final, fue poco más que esa providencia del mundo natural, que los débiles temen
a los depredadores.

En la época en que se me ocurrió el argumento de la canción que sirve de base a esta novela,
“Malvada Devoradora de Comida Conchita”, todavía estaba en los primeros pasos de la serie de
los Pecados Capitales. En concreto, Conchita era la siguiente canción que pensaba hacer después
de “Hija del mal”. Sólo que en mis ideas de entonces Conchita era una chica kaiju que al final
volaba al espacio para comerse un meteorito que se dirigía a la Tierra.

Las cosas se acercaron más a como son ahora después de que rehiciera mi idea un poco más,
pero en ese momento Miku tenía un papel en ella como sirvienta junto a Rin y Len. Cuando hice
la canción, le pedí a Ichika, que se ha encargado de las ilustraciones de esta novela, que hiciera
ilustraciones que pudiera utilizar para el vídeo. Sin embargo, como no había ni una sola Miku a
la vista en ninguna de las ilustraciones terminadas, borré su papel en consecuencia y la eliminé
sigilosamente del coro. El resultado final fue que la composición de los personajes se sintió más
unificada, así que al final quedó bien.

En cuanto a lo de salir a probar comidas raras de las que hablé al principio, mi mayor conclusión
personal es que “los testículos de ciervo son sorprendentemente deliciosos”. Es sólo mi opinión
personal. Las personas que lo comieron conmigo pusieron algunas expresiones de duda, así que
probablemente no deberías creer en mi palabra. Además, por favor, abstente de traerme
testículos como regalo en un evento o algo así sólo porque lo haya escrito aquí. Por lo general, no
acepto productos perecederos.

AkunoP (mothy)

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