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Capital social

En este apunte verás temas como capital social, formas de integración, aumentos y
reducción de capital, aportes irrevocables a cuenta de futuros aumentos de capital,
diferencias prácticas a nivel registral, normativa cambiaria aplicable y sociedades del art.
299.

Generalidades
Recordamos que el artículo 11 de la ley 19.550 referido al contenido del contrato
constitutivo en su inciso 4 establece que es necesario indicar el capital social, que deberá
ser expresado en moneda argentina y la mención del aporte de cada socio.

El capital social cumple tres funciones de vital importancia:

1. De productividad, función de contenido típicamente económico en virtud del cual el


capital social sirve como fondo patrimonial empleado para la obtención de
beneficios a través del ejercicio de una determinada actividad empresarial.

2. De determinación de la posición del socio en la entidad, pues mediante el capital


social se mide matemáticamente la participación y eventualmente la
responsabilidad de los socios en las sociedades anónimas y de responsabilidad
limitada.

3. De garantía frente a acreedores sociales.

Podríamos decir que, de todas estas funciones, la de garantía es la más importante ya que
se puede sostener que el capital sirve de instrumento de garantía que compensa a los
acreedores de la exoneración de responsabilidad que gozan los patrimonios personales de
cada uno de los socios, en especial en las sociedades anónimas y de responsabilidad
limitada.

Por tal virtud, la ley 19.550 ha establecido una serie de normas que tienden a preservar la
intangibilidad del capital social en resguardo y protección no solo de quienes la integran,
sino fundamentalmente en defensa de los acreedores sociales.

1) Art. 39. Los aportes sociales solo pueden consistir en bienes determinados
susceptibles de ejecución forzada.

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2) Art. 53. Requiere la necesaria aprobación por la autoridad de control en la valuación
de los bienes no dinerarios aportados a una sociedad por acciones.

3) Art 68. Prohíbe la distribución de dividendos a los accionistas cuando estos no


provienen de ganancias realizadas y liquidadas resultantes de un balance aprobado
por aquellos.

4) Art. 71. Prohíbe la distribución de ganancias hasta tanto no se cubran las pérdidas
de los ejercicios anteriores.

5) Art. 202. Consagra la nulidad de la emisión de acciones bajo la par.

6) Art. 205. Prevé la posibilidad de reducir el capital social por pérdidas sufridas por la
sociedad a los efectos de restablecer el equilibrio entre capital patrimonial.

7) Art. 206. Obliga a la sociedad a reducir el capital social cuando las perdidas insuman
las reservas y el 50% del capital social.

Así, teniendo en cuenta la función de garantía que frente a terceros cumple el capital social,
es dable sostener que esta cifra no es variable ni se modifica automáticamente por la suerte
de los negocios sociales.

Ello marca una diferencia entre “capital social” y “patrimonio”, que es el conjunto efectivo
de bienes de la sociedad en un momento determinado y cuyo conocimiento solo podrá ser
advertido de la confección y lectura del balance.

El capital social, por el contrario, es una cifra permanente en la contabilidad que indica a los
terceros con qué cifra responderá la sociedad frente a sus deudas.

Por ello se dice que el capital social está sujeto a los principios de determinación y de
invariabilidad, conforme a los cuales la cifra capital es de obligatoria mención en el contrato
constitutivo (art. 11), adquiriendo el rango de clausula obligatoria y cuyo aumento o
reducción no opera automáticamente, sino que se hace necesaria la reforma de la
correspondiente cláusula del estatuto a través de un procedimiento que se caracteriza por
su formalidad y por la inclusión de normas de protección para los socios, en caso de
aumento y para los terceros, en caso de reducción.

Todos estos recaudos revelan las intenciones del legislador para evitar que la sociedad
anónima se constituya en un instrumento de fraude para terceros.

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Formas de integración
En las sociedades anónimas y de responsabilidad limitada, los aportes de los socios solo
pueden consistir en bienes determinados susceptibles de ejecución forzada (art. 39) y si
bien se aceptan los aportes de uso y goce, ellos solo pueden ser efectuados en este tipo de
sociedades mediante las prestaciones accesorias contempladas en el art. 50 de la ley 19.550
(art. 45 in fine).

La suscripción del capital en el acto constitutivo debe ser total y en principio, la integración
en dinero en efectivo no puede ser menor al 25% de la suscripción.

En los casos de aportes no dinerarios, por el contrario, deben ser integrados en su totalidad
y solo pueden consistir en obligaciones de dar, justificando su cumplimiento al tiempo de
solicitar la conformidad del art. 167 (presentación del contrato constitutivo ante la
autoridad de registro). Su valuación debe ser aprobada por la autoridad de control
mediante el procedimiento previsto en el art. 53, es decir a) por valor en plaza o b) por
pericia.

Como excepción a lo expuesto aquí, en el caso de las sociedades anónimas unipersonales


(SAU) y a los fines de evitar fraudes, se determina que el capital social debe ser integrado
totalmente en el acto constitutivo.

En caso de aumento de capital no rige la norma del art. 187 que autoriza la integración del
25% de la suscripción. En tales supuestos es admisible que la asamblea delegue en el
directorio la época de emisión de los correspondientes títulos (art. 188 y 235 inc. 1),
pudiendo establecerse en cada caso las condiciones de pago por las acciones suscriptas.

Mora en la integración: la mora en la integración de las acciones se produce de pleno


derecho, sin necesidad de interpelación judicial y suspende automáticamente el ejercicio
de los derechos inherentes a las acciones en demora. Ante tal situación, el art. 193 adopta
las siguientes soluciones:

a) El estatuto puede disponer que los derechos de suscripción preferente


correspondiente a las acciones en mora sean vendidos en remate público por medio
de un agende de bolsa, si bien se trata de acciones cotizables. Son de cuenta del
suscriptor moroso los gastos de remate y los intereses moratorios, sin perjuicio de
su responsabilidad por daños.

b) También puede el estatuto establecer que se producirá la caducidad de los derechos


societarios del accionista moroso, pero en este caso la sanción producirá sus efectos

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previa intimación a integrar en un plazo no mayor a 30 días con pérdida de las sumas
abonadas.

c) Sin perjuicio de ambas posibilidades, la sociedad puede optar por el cumplimiento


del contrato suscripto.

Aumento de capital
La modificación de capital implica, en principio, una reforma de estatutos.

El estatuto de las sociedades anónimas puede prever un aumento del capital social hasta su
quíntuplo y, en tal caso, la decisión social correspondiente puede ser adoptada por
asamblea ordinaria (art. 188 y 234).

Sin perjuicio de este principio, como excepción al régimen común del capital justificado por
las especiales características la operatoria bursátil, en las sociedades anónimas autorizadas
a hacer oferta pública por sus acciones, la asamblea puede aumentar el capital social sin
límite alguno ni necesidad de modificar el estatuto. El directorio podrá efectuar la emisión
por delegación de la asamblea, en una o más veces, dentro de los dos años a contar desde
la fecha de celebración.

Ahora bien, todo aumento de capital requiere de un procedimiento complejo en donde


intervienen todos los órganos de la sociedad. En el caso que nos interesa -sociedades
anónimas- el directorio debe justificar la necesidad de incrementar el capital invocando las
razones que imponen recurrir a nuevos desembolsos por parte de los accionistas.

A su vez, ello debe ser decidido por el órgano de administración de la sociedad en reunión
de directorio, la cual debe celebrarse cumpliendo las formalidades previstas en los art. 260
y 267 (reunión conforme a previsiones estatutarias, mínimo cada tres meses, con indicación
de temas a tratar) y dejar constancia en actas sobre los motivos que impulsan a la sociedad
a recurrir a esta fuente de financiación interna.

Cabe hacer hincapié que el directorio solo resuelve sobre la necesidad de aumentar el
capital sugiriendo a los accionistas el monto y justificando la necesidad.

Convocada la asamblea de accionistas por el directorio respetando la publicidad prevista en


el art. 237, son los accionistas los que deben resolver sobre el aumento del capital social
propuesto, variando la clase de asamblea según el monto sugerido por el órgano de
administración (asamblea ordinaria si el aumento no supera el quíntuplo y extraordinaria
en caso contrario).

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Dicho ello, es importante señalar que el aumento de capital social no necesariamente
implica el desembolso de nuevos aportes o dinero por parte de los socios, puesto que este
podría producirse por capitalización de cuentas del balance (art. 189).

Decidido por la asamblea el aumento de capital, viene luego la etapa de ejecución de esta
decisión, la cual resulta diferente según la manera en que dicho aumento haya sido
efectuado.

a) Si el aumento fue efectuado mediante capitalización de fondos especiales, los


accionistas recibirán directamente las nuevas acciones sin desembolsar un solo
peso.

b) Si se pactó un nuevo desembolso, la asamblea puede delegar al directorio la época


de emisión de las nuevas acciones, así como la forma y condiciones de pago, con lo
cual el directorio podrá elegir el momento de requerir el aporte de nuevos fondos a
los accionistas o podrá incluso fraccionar tal requerimiento, pero siempre en el plazo
de dos años siguientes a contar desde la fecha de celebración de la asamblea.

A destacar:

a) Si el aumento se realiza por capitalización, obliga al directorio a respetar la


proporción accionaria de cada accionista

b) Si se trata de aumento del capital con efectivo desembolso por parte de los
accionistas, estos cuentan con el derecho de preferencia para conservar su
proporción en el capital social, e incluso con el derecho de acrecer su participación,
para el caso de que alguno de los accionistas no suscriba la nueva emisión de las
acciones. Por el contrario, si no cuenta con fondos para hacer frente a la integración
de las nuevas acciones, aquel podrá ejercer el derecho de receso, siempre y cuando
el aumento de capital social supere el quíntuplo, si tal facultad está prevista en el
estatuto.

Finalmente, la decisión asamblearia de aumentar el capital requiere inscripción en el


Registro Público para su oponibildiad a terceros. En las relaciones intersocietarias, la
decisión asamblearia que aumenta el capital es plenamente oponible desde la clausura de
la asamblea y ejecutable desde ese momento por el órgano de administración.

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Derecho de preferencia y derecho de acrecer
El fundamento del derecho de suscripción preferente radica en la necesidad de conceder al
accionista la posibilidad de conservar en la sociedad la misma proporción entre el importe
nominal de sus acciones y el capital social. Es por ello que las normas que legislan al derecho
de preferencia revistan carácter de orden público (no pueden ser suprimidos ni
condicionados).

El derecho a acrecer, también legislado por el art. 194 y por ende merecedor de la misma
protección, tiene un fundamento diferente que consiste en la preservación del elenco
original de socios.

Consiste en el derecho de acrecer en la posibilidad que tienen todos aquellos accionistas


que han ejercido el derecho de preferencia de suscribir a prorrata acciones no suscriptas
por otros accionistas, incrementando de esta manera su participación accionaria.

En principio, el derecho de preferencia es un derecho otorgado a los titulares de acciones


ordinarias, de voto simple o plural, pero no existen inconvenientes en que sea extendido a
los titulares de acciones preferidas, pero para ello se requiere de una expresa decisión de
la asamblea extraordinaria que dispuso la emisión de esa particular clase de acciones.

Para garantizar el ejercicio de esos derechos, el art. 194 dispone un procedimiento a saber:

a) La sociedad hará el ofrecimiento a los accionistas mediante avisos por tres días en
el diario de publicaciones legales y además en uno de los diarios de mayor
circulación en la República, cuando se tratase de sociedades comprendidas en el art.
299 (sociedades anónimas).

b) Los accionistas pueden ejercer su derecho de opción dentro de los treinta días
siguientes a la última publicación, si los estatutos no establecieran un plazo mayor.
Tratándose de sociedades que hagan oferta pública, la asamblea extraordinaria
puede reducir este plazo hasta un mínimo de 10 días, tanto para sus acciones como
para debentures convertibles

c) Los suscriptores deben celebrar con la sociedad emisora un contrato de suscripción,


en doble ejemplar, que deberá contener los datos de identificación, la cantidad,
valor nominal, clase y características de las acciones suscriptas, el precio de cada
acción y del total suscripto así como la forma y condiciones de pago y la
individualización precisa de los aportes en especie.

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Ahora bien, el interés del accionista protegido por el derecho de preferencia debe ceder
ante el interés social, en supuestos particulares y excepcionales.

Ante ello, la asamblea extraordinaria puede resolver la limitación o suspensión del derecho
bajo análisis ante las siguientes condiciones (art. 197):

a) Que su consideración se incluya en la orden del día.

b) Que se trate de acciones a integrarse con aportes en especie o que se den en pago
de obligaciones preexistentes.

Esta limitación debe ser excepcional e interpretada con carácter restrictivo, válido solo ante
comprobadas necesidades financieras de la sociedad.

La suspensión de este derecho autoriza por su parte el derecho de receso, atento que con
ello el accionista puede perder derechos esenciales.

Salvo los casos previstos en el art. 197, la sociedad no puede privar al accionista del derecho
de preferencia. En este supuesto, el accionista podrá:

a) Acción de nulidad del acuerdo asambleario que dispuso el aumento de capital, si la


violación del derecho de preferencia surge en ese acto.

b) Exigir judicialmente la cancelación de las suscripciones que le hubiesen


correspondido. Pero si por tratarse de acciones entregadas a terceros de buena fe
no puede procederse a la cancelación prevista, el accionista perjudicado tendrá
derecho a que la sociedad y los directores solidariamente le indemnicen los daños
causados. (art. 195 y 196).

Emisión de acciones con prima

La emisión de acciones con prima o sobreprecio, autorizada por el art. 202, tiene la finalidad
de equiparar la situación de los nuevos socios con la posición de los antiguos accionistas.

Su función es la de conservar los accionistas originarios el mayor valor real de la acción que
si se emitiera sin prima -esto es el valor nominal-, traería un enriquecimiento gratuito a los
nuevos accionistas, quienes participarían en igualdad de condiciones con los antiguos de la
situación económica ventajosa que representa una empresa en marcha.

El art. 202 lo prevé como facultativo mediante decisión de la asamblea extraordinaria (está
cuestionado por la doctrina, algunos entienden que debe ser obligatorio).

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Emisión de acciones bajo la par

La emisión de acciones bajo la par -esto es por debajo del valor nominal- se encuentra
expresamente prohibido, salvo en el supuesto previsto por la ley 19.060.

Aumento del capital en las sociedades que hacen oferta pública de sus acciones

La ley prevé que el aumento del capital podrá realizarse por oferta pública de acciones
cumpliendo los procedimientos establecidos por las leyes respectivas, bajo pena de nulidad.

Los títulos emitidos como consecuencia de la emisión de acciones en violación al régimen


de oferta pública, así como los derechos emergentes de ellos, además de su total invalidez,
son inoponibles a la sociedad, socios y terceros.

Los directores, miembros del consejo de vigilancia y síndicos son solidaria e ilimitadamente
responsables por los daños que se originan a la sociedad y a los accionistas por las emisiones
hechas en violación del régimen de la oferta pública.

El suscriptor podrá incluso demandar la nulidad de la inscripción y exigir solidariamente al


a sociedad, los directos, miembros del consejo de vigilancia, y síndicos el resarcimiento de
los daños.

Efectuado el aumento de capital por oferta pública, la sociedad deberá comunicar a la


autoridad de control y registró público la suscripción del aumento de capital, a efectos de
su registro (299).

Aportes irrevocables a cuenta de futuras emisión de acciones

Este instituto surge de la necesidad de dotar de fondos de refresco a la sociedad que se


imputan como “aportes” para ser capitalizados en una futura asamblea a celebrarse,
asumiendo también el carácter de “irrevocables” a efectos de que el suministrante o dador
de tales fondos evite reclamarlos antes de producirse el aumento del capital.

Ahora bien, sin perjuicio de la buena recepción que ha tenido el instituto, es dable observar
que bajo tan pomposo nombre se esconde un préstamo mercantil de carácter gratuito al
que se le ha cambiado de denominación para evitar que dicho mutuo engrose el largo
pasivo de la sociedad y con ello se castigue a los estados contables.

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Reducción del capital social
A diferencia de lo que acontece con el aumento del capital social, en el que se compromete
el interés de los socios, con la reducción del capital social se ven comprometidos los
intereses de los terceros contratantes con la sociedad, pues se les reduce la garantía que la
cifra capital les ofrece.

Ello justifica que cuando la sociedad decide voluntariamente reducir el capital social para
adaptarlo a su patrimonio, los acreedores sociales cuentan con el derecho de oponerse a
tal reducción, la cual solo podrá llevarse a cabo si tales acreedores son desinteresados o
suficientemente garantizados.

Este derecho de los acreedores no se podrá ejercer cuando la reducción voluntaria del
capital se opere por amortización de acciones integradas y se realice con ganancias o
reservas libres, pues en tal caso no se afecta el capital.

La reducción del capital social debe ser siempre resuelta por la asamblea extraordinaria de
accionistas, y si es voluntaria, debe mediar informe fundado del síndico sobre su
procedencia.

La reducción del capital social puede ser efectuada por incurrir la sociedad en pérdidas a los
fines de reestablecer el equilibrio entre el capital y el patrimonio social (art. 205), siendo
obligatoria tal disminución cuando las pérdidas insumen las reservas y el 50% del capital
social (art. 206).

Si las pérdidas han afectado la totalidad del capital social o cuando ellas fueren de tal
magnitud que resultare insuficiente el capital social remanente para cumplir con el objeto
de la sociedad, la ley prevé tal supuesto como causal de disolución de la sociedad, el cual
no operará si los socios acuerdan el reintegro total o parcial del capital perdido o su
aumento.

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