Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
#28196844#325407199#20220427140022245
Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Al llegar a la intersección con la
calle Ingeniero Enrique Butty, frena para esperar que se habilite el
semáforo y en dichas circunstancias, resulto violentamente embestido
en su parte trasera, por la parte delantera de un colectivo de la Línea
26, interno 238, dominio OPB-448, conducido por el señor Daniel
Germán Sandoval, lo que le provoco las lesiones que a continuación
se analizan.
Ante todo, cabe señalar que teniendo en cuenta la fecha
en la que se produjo el siniestro de autos, de conformidad con lo
dispuesto por el art. 7 del nuevo Código, la normativa aplicable es
aquella vigente al tiempo de la ocurrencia del hecho. Ello es así
porque es en esa ocasión en la que se reúnen los presupuestos de la
responsabilidad civil, razón por la cual el caso será juzgado en base al
Código de Vélez Sarsfield, (conf. Aída Kemelmajer de Carlucci, “La
Aplicación del Código Civil y Comercial a las relaciones y
situaciones jurídicas existentes”, ed. Rubinzal Culzoni, doctrina y
jurisprudencia allí citada).
El juez de grado consideró acreditada la versión brindada
por el accionante, y juzgó que los emplazados no lograron desvirtuar
la presunción de adecuación causal dispuesta por el art. 1113, segundo
párrafo, segunda parte, del Código Civil. Por consiguiente –como ya
lo adelanté-, hizo lugar a la demanda.
III. Por no encontrarse discutida la responsabilidad
atribuida en autos, me concentraré en el recurso esgrimido por el actor
respecto a los rubros indemnizatorios.
a) incapacidad sobreviniente:
El magistrado de grado fijo la cantidad de $150.000 por
daño físico, rechazando el tratamiento kinésico. Asimismo, fijó la
suma $68.000 para responder al daño psíquico, el que incluye el costo
del tratamiento respectivo (a la fecha del hecho dañoso).
#28196844#325407199#20220427140022245
Poder Judicial de la Nación
CAMARA CIVIL - SALA I
#28196844#325407199#20220427140022245
“Guerrero Maldonado, Víctor Alejandro C/ Grupo Concesionario del
Oeste S.A. y otro s/ ds. y ps.”, de agosto de 2016).
La lesión de la psiquis y en el cuerpo de los actores,
entonces, no constituye un perjuicio autónomo y distinto de la
incapacidad sobreviniente. Se trata, en ambos casos, de lesiones
-causadas en la estructura psíquica o el cuerpo de la víctima- que
producen una merma en la capacidad del sujeto para realizar
actividades patrimonialmente mensurables. Es esta merma, que resulta
en una disminución patrimonial (un lucro cesante), lo que en
definitiva constituye el daño resarcible. En sentido concorde, se ha
dicho que las consecuencias de la incapacidad física y las de la lesión
psíquica deben ser valorados en forma conjunta, porque los
porcentajes de incapacidad padecidos por el damnificado repercuten
unitariamente, lo cual aconseja que se fije una partida indemnizatoria
que abarque ambos aspectos ya que, en rigor, si bien conformarían
dos índoles diversas de lesiones, se traducen en el mismo daño, que
consiste, en definitiva, en la merma patrimonial que sufre la víctima
por la disminución de sus aptitudes y para el desempeño de cualquier
trabajo o actividad productora de beneficios materiales (conf. CNCiv,
Sala A, autos “G., J. M. c/ L. P., N. y otros s/ Daños y per-juicios”,
Expte. n° 37.586/2008; ídem, 22/10/2013, “C., C. M. c/ Sanatorio del
Valle y otros s/ Daños y perjuicios”, L. n° 589.623; ídem, 12/3/2013,
“H., Ricardo Alejandro c/ Empresa Ciudad de San Fernando y otros s/
Daños y Perjuicios”, L. n° 610.399; ídem, 19/6/2012, “G., Josefina c/
Transporte Escalada S.A.T. y otro s/ daños y perjuicios”, L. n°
598.408; ídem, 23/02/2012, “G., Victoria Yasmin c/ M., Pablo y otros
s/daños y perjuicios”, LL 18/06/2012, 9).
En otros términos, aunque conceptualmente autónomo, el
daño psíquico no constituye un tercer género de daños a los fines de
su indemnización, ya que en forma indistinta o simultánea, puede
constituir un daño patrimonial, emergente o lucro cesante, por las
#28196844#325407199#20220427140022245
Poder Judicial de la Nación
CAMARA CIVIL - SALA I
#28196844#325407199#20220427140022245
En tanto que por daño psicológico se alude a los
disturbios que afectan el comportamiento general del individuo, con
connotaciones de índole patológica que disminuyen sus aptitudes para
el trabajo o inciden en la vida de relación. Importa una merma o
disminución en el rendimiento o capacidad psíquica, por alteración
profunda de la estructura vital de la personalidad de la víctima.
Supone una perturbación patológica de la personalidad de
la víctima que altera su equilibrio básico o agrava un desequilibrio
precedente (Zabala de González M.: “Daños a la Persona”, p.193,
Hammurabi SRL, 1990).
Ahora bien, es evidente que esa disminución puede,
como todo el resto de los daños considerados desde el punto de vista
“naturalístico” (esto es, desde el punto de vista del bien sobre el que
recae la lesión; Bueres, Alberto J., "El daño moral y su conexión con
las lesiones a la estética, a la psíquica, a la vida de relación y a la
persona en general", Revista de Derecho Privado y Comunitario,
Daños a la persona, n° 1, Santa Fe, 1992, p. 237 y ss.), tener
repercusiones tanto en la esfera patrimonial como en la
extrapatrimonial de la víctima. Este último aspecto no puede
subsumirse en la incapacidad sobreviniente, sino que se identifica, en
todo caso, con el daño moral, al que hoy el código menciona como
consecuencias no patrimoniales (artículo 1741).
En consecuencia, el análisis a efectuar en el presente
acápite debe circunscribirse a las consecuencias patrimoniales de la
incapacidad sobreviniente, partiendo de la premisa, de que la
integridad psicofísica no tiene valor económico en sí misma, sino en
función de lo que la persona produce o puede producir. Se trata, en
última instancia, de un lucro cesante actual o futuro, derivado de las
lesiones sufridas por la víctima (Pizarro-Vallespinos, “Obligaciones”,
cit., t. 4, p. 305).
#28196844#325407199#20220427140022245
Poder Judicial de la Nación
CAMARA CIVIL - SALA I
#28196844#325407199#20220427140022245
presentan sin particularidades (pensamiento de curso y contenido
normal, atención, memoria y senso percepción sin alteraciones) está
bien orientado y con juicio de realidad conservado. La semiología de
la columna cervical muestra una movilidad dentro del siguiente
rango Flexión 20 grados Extensión 20 grados Rotación 30 grados
Inclinación 20 grados. Hipertonía de músculos paravertebrales. La
sensibilidad y los reflejos osteotendinosos de miembros superiores
están conservados. El actor refiere que estando parado en una
esquina con su moto fue chocado por un auto presentando
traumatismo encéfalo craneano y traumatismo cervical. Por tratarse
de un accidente in itinere fue asistido por su A.R.T. en el Hospital
Británico, se le realizó una radiografía que no mostro lesiones óseas
agudas y se le indico el uso de un cuello ortopédico y AINES.
Continuó en control en el Hospital Británico donde luego de unos
días se le retiro el cuello ortopédico y se le indico sesiones de
fisioterápia. En la actualidad el actor refiere padecer de cérvico
braquialgias, en el examen semiológico se observa una limitación
funcional y la radiografía muestra una rectificación de la lordosis
fisiológica con pinzamiento del espacio C2-C3 y C3-C4. El
electromiograma de miembros superiores muestra compresiones
radiculares de la raíz C4-C5-C6 bilateral. Esto le genera al actor una
incapacidad del 10 % de la total vida. En la actualidad el actor no
requiere ser sometido a ningún tratamiento de rehabilitación
física…”.
En el aspecto psíquico, el perito médico legista contó con
el apoyo de un psicodiagnóstico llevado a cabo por la licenciada en
psicología Viviana G. Espínola.
Al respecto surge que “…Concluirnos entonces que se
detectan según el Baremo del doctor Castex y Silva, un desarrollo
reactivo leve a moderado. Ocasionándole al examinado un daño
psíquico equivalente al 10%, de la total vida, según el baremo antes
#28196844#325407199#20220427140022245
Poder Judicial de la Nación
CAMARA CIVIL - SALA I
#28196844#325407199#20220427140022245
indicativos, sin resignar las facultades que asisten al órgano judicial
para adecuarlos a las circunstancias y condiciones personales del
damnificado, de modo de arribar a una solución que concilie lo mejor
posible los intereses en juego. Criterios semejantes, aunque resistidos
por muchos, distan de ser novedosos (cfr. Iribarne, Héctor en
“Derecho de Daños”, primera parte, Directores Trigo Represas,
Stiglitz, Ed. La Roca, Bs. As, 1996, pág. 191 y sgtes.).
En muchos precedentes que se reiteran se han descartado
diversos mecanismos y en esa línea se ha precisado que “…la
determinación del daño impone evaluar las circunstancias personales
de la víctima, cuáles eran sus concretas condiciones precedentes al
hecho dañoso, el grado de desarrollo de sus dones o habilidades, sus
efectivas actividades, los requerimientos familiares, etc. De lo
contrario sólo podrá tenerse por probado una suerte de incapacidad
existencial genérica que por lógica prescindirá de esas condiciones
personales de la víctima. También que debían ponderarse los ingresos
que la víctima obtenía y que frente a la ausencia de una prueba
concreta acerca de su monto, se considera útil tomar como pauta de
referencia los valores que compone el salario mínimo vital y móvil
(expte. 55.244/2011 del 2 de julio de 2015, 101.411/2010 del 2 de
junio del 2015, entre otros).”.
Este temperamento resulta compatible con las directrices
sobre las que se asienta la nueva normativa en la materia (arts. 1745,
1746), que a partir de la entrada en vigencia del nuevo Código Civil y
Comercial de la Nación se orientan en tal sentido, ya que introducen
en realidad una fórmula de matemática financiera (Alterini, Jorge
Horacio, “Código Civil y Comercial…, t. VIII, pág. 278 y sgtes., Ed.
La Ley). En razón de ello, esta Sala viene considerando desde hace ya
tiempo que parece útil –en sintonía con esos nuevos postulados-
explicitar las bases objetivas y variables en juego que se toman en
cuenta para arribar a los montos indemnizatorios. Ello aún, cuando
#28196844#325407199#20220427140022245
Poder Judicial de la Nación
CAMARA CIVIL - SALA I
#28196844#325407199#20220427140022245
“BENGOCHEA LUISA SANDRA c/ GONZÁLEZ PABLO Y
OTROS s/ DAÑOS Y PERJUICIOS” N° 91613/2009 y “MISIAK
HORACIO ROBERTO c/ GONZÁLEZ PABLO Y OTROS s/
DAÑOS Y PERJUICIOS” N° 68239/2010), del 24 de julio de dos
mil veinte, “DIAZ CABRERA, CARMEN c/ UNION
TRANSPORTISTAS DE EMPRESAS S.A. LINEA 46 Y OTROS
s/DAÑOS Y PERJUICIOS - EXPTE. N° 58058/2015”, de junio de
dos mil veintiuno entre muchas otras).
La realidad vital asume en diversos supuestos
características y peculiaridades, difíciles de subsumir en un cálculo o
fórmula matemática, en los términos absolutos con que lo propone
algún sector de la doctrina -al menos con las variables y constantes
con que han sido alimentadas hasta ahora las más difundidas-, y que
por ello muchas veces demanda de una suerte de análisis artesanal del
caso, con sujeción al material probatorio reunido en el expediente. En
tales supuestos, el apartamiento de la fórmula o la corrección del
resultado que ella arroje, resulta plenamente justificado, para dotar a
la indemnización de una más justa y realista definición en el caso
sometido a revisión o juzgamiento (ver mis votos en EXPTE. n°
71.097/2010, caratulado “SAN MILLAN, JONATHAN NICOLÁS
Y OTRO C/ PANDOLFI, JORGE ABRAHAM Y OTROS S/
DAÑOS Y PERJUICIOS”, del 20 de diciembre de dos mil
dieciocho; EXPTE. Nº 72.118/2013, caratulado “ARNIJAS,
CLAUDIO NICOLAS C/ ALVARADO OTEGUI FERNANDO Y
OTRO S/ DAÑOS Y PERJUICIOS”, de septiembre de dos mil
diecinueve; EXPTE. Nº 62139/2016, caratulado “BALDO,
CRISTINA DE LOS ANGELES c/ BINAGHI, MARIANO
s/DAÑOS Y PERJUICIOS”, del 22 del mes de mayo de dos mil
veinte y EXPTE Nº 34088/2015, caratulado “VIVANCO HUGO
JULIO C/ RIVERO CESAR AGUSTIN Y OTROS S/ DAÑOS Y
#28196844#325407199#20220427140022245
Poder Judicial de la Nación
CAMARA CIVIL - SALA I
#28196844#325407199#20220427140022245
Es la violación del deber de no dañar a otro lo que genera
la obligación de reparar el menoscabo causado, noción que
comprende todo perjuicio susceptible de apreciación pecuniaria que
afecte en forma cierta a otro en su persona, en su patrimonio y/o en
sus derechos o facultades (conf. Fallos: 340:1038 “Ontiveros” y sus
citas).
La “…comprensión, amplia y funcional del alcance de la
reparación plena, que no hace más que reflejar el permanente esfuerzo
del derecho por procurar restituirle a la víctima del daño injustamente
sufrido el estado anterior al evento lesivo, ha sido ampliamente
receptada en los artículos 1710, 1711, 1726, 1737 y 1740 del Código
Civil y Comercial de la Nación, aunque tenía también suficiente y
consolidado reconocimiento al amparo del Código Civil derogado,
aplicable a la especie por razones de derecho transitorio, por haber
ocurrido el infortunio con anterioridad a la vigencia de aquel cuerpo
normativo (Fallos: 340:1038, voto del juez Lorenzetti, considerando
6°).
La Corte Suprema de Justicia de la Nación, a mi modo de
ver, en el citado precedente “Grippo”, fija pautas concretas al libre
juego de las indemnizaciones que por incapacidad sobreviniente y
valor vida se pueden conceder en el ámbito civil, en particular, y en
los distintos fueros en general. En tal escenario, asigna a las fórmulas
matemáticas, con particular referencia al régimen especial de
reparación de daños derivados de accidentes de trabajo y
enfermedades profesionales previsto en las leyes 24.557 y 26.773 y
sus disposiciones modificatorias, complementarias y reglamentarias
(conf. artículos 11, inc. 4°, ap. b y 15, inc. 2, de la ley 24.557 y
artículo 2 de la resolución de la Secretaría de Seguridad Social
22/2014), un triple rol o función.
En primer lugar, una que opera como barrera o piso
mínimo. A ella se refiere cuando en el Considerando 1° indica que
#28196844#325407199#20220427140022245
Poder Judicial de la Nación
CAMARA CIVIL - SALA I
#28196844#325407199#20220427140022245
cuantificar los daños (conf. arg. Fallos: 327:2722 y 331:570)”. Dejó
bien en claro en este sentido que: “La consideración de criterios
objetivos para determinar la suma indemnizatoria en cada caso no
importa desconocer la facultad propia de los magistrados de adecuar
el monto de la reparación a las circunstancias y condiciones
personales del damnificado habida cuenta el margen de valoración de
que aquellos gozan en la materia (artículo 165 del Código Procesal
Civil y Comercial de la Nación), sino recurrir a pautas meramente
orientadoras que permitan arribar a una solución que concilie de la
mejor manera posible los intereses en juego y evite –o cuando menos
minimice- valoraciones sumamente dispares respecto de un mismo
daño sin motivos razonables y/o de entidad que lo justifiquen. Ello
máxime cuando, como en el caso, la ponderación cuestionada por
insuficiente atañe al daño material” (Considerando 4°, párrafo 3°).
Agregó en el sentido expuesto: “No cabe duda de que las
normas que forman parte de dicho sistema resarcitorio fueron
pensadas y están destinadas a los trabajadores en relación de
dependencia. No obstante ello, no puede desconocerse que el fin
perseguido por aquellas es, en definitiva, la reparación de los mismos
perjuicios cuyas indemnizaciones pretende quien sufre una minusvalía
derivada de un accidente de tránsito, sin que pueda razonablemente
admitirse que el distinto ámbito en el que se produjeron los daños
pueda constituir un elemento que autorice una cuantificación
notoriamente disímil respecto de la misma lesión” (Considerando 5,
párrafo 3°). Y, “Que en función de las consideraciones señaladas,
ponderadas a la luz del prisma del derecho a una reparación integral,
este Tribunal entiende que resulta ineludible que, al tiempo de
determinar el monto indemnizatorio por incapacidad sobreviniente y
valor vida, los magistrados intervinientes tengan en cuenta como
pauta orientadora las sumas indemnizatorias que establece el régimen
de reparación de riesgos del trabajo para esos mismos rubros, lo que
#28196844#325407199#20220427140022245
Poder Judicial de la Nación
CAMARA CIVIL - SALA I
#28196844#325407199#20220427140022245
la víctima ha sufrido daños irreversibles en su integridad psicofísica,
el porcentaje pericial de incapacidad laboral, aunque pueda ser útil
como una pauta genérica de referencia, no constituye un patrón que el
juzgador deba seguir inevitablemente (Fallos: 308:1109; 312:2412,
entre otros); entre otras razones, porque no solo corresponde
justipreciar el aspecto laboral sino también las consecuencias que
afecten a la víctima, tanto desde el punto de vista individual como
desde el social, lo que le confiere a dicha tarea un marco de
valoración más amplio (Fallos: 318:1715; 322:2658; 326:847;
327:2722; 329:4944)”. Y más adelante se añade: “Que vale la pena
señalar que en este ámbito de la responsabilidad civil, la
cuantificación del daño a la persona ceñida a una aplicación
matemática y estricta del porcentual de incapacidad laboral que
estiman los médicos en el pleito, convertiría a la delicada tarea del
juez en una actividad mecánica, meramente algebraica, incompatible
con la imprescindible dimensión valorativa que toda sentencia debe
realizar a la hora de ponderar adecuadamente el alcance y la entidad
de los intereses lesionados de la víctima (Considerando 16, primer
párrafo).
Como claramente lo deja entrever el Máximo Tribunal,
los cálculos matemáticos en cuestión son de obligada consulta,
aunque limitada a objetivos bien precisos, una función meramente
orientadora, y para evitar valoraciones sumamente dispares respecto
de un mismo daño sin motivos razonables y/o de entidad que lo
justifiquen, pero no en términos absolutos, para la estricta definición
de la cuantía. En rigor, de acuerdo a la inteligencia que corresponde
dar al citado pronunciamiento, el aludido carácter orientador es nítido
cuando, superado el nivel de las prestaciones mínimas que el sistema
especial de reparación de los accidentes laborales asegura a todo
trabajador con independencia de su nivel de ingreso salarial, el
análisis se mueve en los márgenes superiores, para la definitiva
#28196844#325407199#20220427140022245
Poder Judicial de la Nación
CAMARA CIVIL - SALA I
#28196844#325407199#20220427140022245
con lo que a continuación se resuelve en materia de intereses,
conduciría a un resultado desproporcionado, por una serie de
circunstancias que justifican intervenir para adecuar el resultado a
bases más realistas.
En ese orden de ideas, estimo adecuado valorar la edad al
momento del accidente -28 años-, respecto a sus ingresos conforme el
recibo obrante en el BLSG, surge que se desempeñaba como
empleado en el sector de hotelería, por lo que dicho recibo, será
acompañado en su evolución conforme el salario mínimo vital y
móvil vigente a la fecha de la sentencia de grado
En base a lo expresado, y por considerar reducido el
monto otorgado en la instancia de grado en concepto de daño físico
($150.000) y daño psíquico –el que es comprensivo del tratamiento
psíquico- ($68.000) y conjugado con lo que se resuelve en materia de
intereses a continuación, propongo al Acuerdo, hacer lugar a los
agravios del demandante y en consecuencia elevar la suma por este
ítem incapacidad sobreviniente (daño físico y psíquico) a $1.200.000,
dado que la cantidad solicitada en la demanda fue supeditado a la
fórmula “o lo que en más o en menos resulte de las probanzas”, lo
cual elimina eventuales violaciones al principio de congruencia que
los jueces estamos obligados a respetar (art 34, inc. 4 y 163, inc. 6º del
Código Procesal). (art. 165 parte final del Código Procesal).
b) Daño moral
El magistrado de grado, otorgó el monto solicitado en la
demanda, $50.000 por este concepto.
El demandante pretende su incremento.
El daño moral se halla configurado por la lesión en los
sentimientos que determina dolor o sufrimiento, inquietud espiritual o
agravio a las afecciones legítimas y, en general, toda clase de
padecimientos comprendiendo también las molestias en la seguridad
personal de la víctima o en el goce de sus bienes.
#28196844#325407199#20220427140022245
Poder Judicial de la Nación
CAMARA CIVIL - SALA I
#28196844#325407199#20220427140022245
Si bien el cálculo del dolor se presenta como una tarea de
dificultosa realización, nada impide apreciarlo, con criterios de
razonabilidad y justicia, en su intensidad y grado, para de esa manera
estar en condiciones de definir una cuantía que resulte idónea o
suficiente para compensar las angustias, tristezas y toda clase de
padecimientos derivados del evento dañoso, con la adquisición de
bienes y contratación de actividades sociales, culturales y de
esparcimiento o recreación en general, aptos para posibilitarle al
damnificado situaciones de disfrute, distracción y deleites suficientes
para alcanzar los objetivos que expresa el dispositivo.
A tal fin, valoro, las características del hecho, la edad que
tenía al momento del accidente (28 años), y todo lo descripto al tratar
la incapacidad sobreviniente en cuanto a la atención medica recibida
en el Hospital Británico, la utilización de cuello ortopédico y AINES,
las sesiones de fisioterápia, el tratamiento psicológico que deberá
encarar, y las secuelas con las que deberá convivir, sumado a las
características del hecho y las consecuentes molestias debieron
generar las situaciones derivadas del accidente de autos.
En función de lo expuesto precedentemente y lo dicho al
tratar el ítem incapacidad sobreviniente, entiendo que en este caso, la
suma establecida resulta algo reducida por lo que propongo al
Acuerdo admitir los agravios del actor, y elevar el resarcimiento a la
cantidad de $ 200.000, monto que entiendo mayormente ajustado a los
padecimientos susceptibles de ser generados por la situación
descrita.
Ello, porque aunque como regla considero que en materia
de daño moral, por respeto al principio de congruencia, la cifra
estimada por el damnificado no puede ser excedida, se dan a mi modo
de ver las condiciones para hacer una excepción a ese criterio. Por
tanto, propicio elevar la cuantía a la mencionada cifra, aunque supere
la de $50.000 reclamada en la demanda por este concepto, dada la
#28196844#325407199#20220427140022245
Poder Judicial de la Nación
CAMARA CIVIL - SALA I
#28196844#325407199#20220427140022245
En autos se encuentra probado que la actora debió ser
asistida en el Hospital Británico, que debió realizar distintos
tratamientos, como fue expuesto al tratar la incapacidad sobreviniente,
por lo que es razonable entender que debió tener diversos gastos sin
perjuicio de que no pueda acreditarlos. En consecuencia, de acuerdo a
los datos de la experiencia, considero que el monto otorgado por este
ítem resulta adecuado, más aun si se lo conjuga con lo que luego se
resuelve en materia de intereses, por lo cual propongo al Acuerdo
rechazar los agravios en estudio y confirmar este aspecto del
pronunciamiento apelado.
d) tratamiento psicológico
El magistrado de grado incluyó el costo de este ítem
dentro del daño psíquico, de lo que se agravia el apelante.
Los gastos terapéuticos futuros son resarcibles siempre
que de acuerdo con la índole de la lesión padecida, resulta previsible
la necesidad o conveniencia de realizar o proseguir algún tratamiento
para subsanar o aliviar aminoraciones o debilidades psicofísicas
derivadas del suceso. Tratándose de un daño futuro, no se precisa
seguridad de que sobrevendrá, sino un suficiente grado de
probabilidad. Para la procedencia de la indemnización debe bastar que
la asistencia o intervenciones terapéuticas aconsejadas, aunque no
indispensables, resulten razonablemente idóneas para revertir o
reducir las secuelas desfavorables del hecho (Zavala de González,
Matilde. “Tratado de daños a la persona”, Disminuciones psicofísicas,
t.1 p. 348/349).
El experto recomendó “…que el tratamiento tenga una
Frecuencia de una sesión por semana (costo promedio con un
profesional de acreditada experiencia es de $800 por sesión) y que su
duración no sea menor de 8 meses… El objetivo de un tratamiento
psicoterapéutico es tratar de mejorar la sintomatología del actor”.
#28196844#325407199#20220427140022245
Poder Judicial de la Nación
CAMARA CIVIL - SALA I
#28196844#325407199#20220427140022245
Civil Comentado y Anotado”, t. II, p. 293 y jurisprudencia allí
citada).
Al respecto, vale destacar que este derecho de la víctima
de acceder a la justicia para obtener compulsivamente de su deudor
las indemnizaciones correspondientes (art. 730, inc, c), y que estas
sean completas, proviene de la Constitución Nacional, del principio
general de no dañar (art. 19 de la Constitución nacional), e incluso se
afirma que se trata de un derecho inferido de la garantía de la
propiedad (art. 17) y de la igualdad ante la ley (art. 16 de CN), o un
derecho constitucional autónomo emergente de los derecho implícitos
(art. 33). La misma Corte Suprema de Justicia de la Nación ha puesto
de relieve la jerarquía constitucional de este principio en varios
precedentes (Ver Lorenzetti, Ricardo Luis: “ob. cit.”, ps. 492 y 494, y
fallos allí citados).
Dicho lo cual, sobre la temática, el juez de grado dijo “…
El interesado sufrió daños en su vehículo, suficientemente acreditados
a lo largo del proceso”.
A fs. 264/268 luce la contestación de oficio del taller
mecánico Todo Motos, en donde se informa que el presupuesto
acompañado por el actor a fs. 7, que da cuenta de un costo de
reparación de cuatro mil pesos ($4.000).
Del dictamen de fs. 270/275 surge cuando el ingeniero
Molina refiere a los daños producidos en el automotor, describiendo
acabadamente los repuestos objetos de reemplazo, como así también
los trabajos de chapa, pintura, mecánica y electricidad adecuados para
su reparación. Este importe no fue cuestionado por las partes, el cual
se encuentra abonado lógicamente, reitero, con lo informado por el
taller referido en cuanto al valor de reparación del rodado, es decir el
monto que surge del presupuesto auténtico que corresponde a la suma
reclamada e indicada en la presentación liminar.
#28196844#325407199#20220427140022245
Poder Judicial de la Nación
CAMARA CIVIL - SALA I
#28196844#325407199#20220427140022245
tratamiento psicológico y los gastos de reparación del rodado, en que
deberá correr la tasa del 8 % anual desde el hecho y hasta las
respectivas pericias, y desde esa oportunidad a la tasa activa, puesto
que los valores fueron fijados para esas fechas.
V. Franquicia
En juez de primera instancia hizo extensiva la sentencia a
la citada a la garantía, declarando inoponible al damnificado la
franquicia pactada lo que está de acuerdo con la doctrina plenaria
sustentada en autos “Obarrio” y “Gauna”.
La aseguradora se queja de lo decidido argumentando
que el criterio del plenario es contrapuesto a la postura esbozada por
la Corte Suprema en autos “Villarreal”. Funda su crítica en que el
criterio del plenario debe ceder ante la doctrina establecida por el
máximo tribunal y desarrolla una profunda argumentación en derredor
de su postura.
La Cámara en pleno, estableció por mayoría de votos,
como doctrina legal obligatoria (art.303 CPCC) en los autos “Obarrio,
María Pía c/ Microomnibus Norte S.A.s/ Daños y Perjuicios
(accidente de tránsito c/ lesiones o muerte-sumario)” y “Gauna
Agustín c/ La Economía Comercial S.A. de Seguros Generales y otro
s/ daños y perjuicios (accidente de tránsito y lesiones o muerte-
sumario)” del 24 de octubre de 2006, que en los contratos de seguro
de responsabilidad civil de vehículos automotores destinados al
transporte público de pasajeros, la franquicia como límite de cobertura
fijada en forma obligatoria por la autoridad de control de la actividad
aseguradora conforme la resolución n° 25429/97 es inoponible al
damnificado (sea transportadora o no). En virtud de ello, la
aseguradora citada en garantía deberá responder frente a la víctima
por la totalidad de la condena, sin perjuicio de las acciones de regreso
que le correspondieren respecto de su asegurado.
#28196844#325407199#20220427140022245
Poder Judicial de la Nación
CAMARA CIVIL - SALA I
#28196844#325407199#20220427140022245
VI. Por todo lo expresado, si mi voto fuese compartido,
propongo modificar el pronunciamiento apelado y hacer lugar a los
agravios del actor en lo que respecta a los montos de los ítems
“incapacidad sobreviniente”, “tratamiento psíquico”, “gastos de
reparación del rodado” y “daño moral”, que se elevan respectivamente
a la cantidad de $1.200.000, $25.600, $ 23.790 y $ 200.000. Se
aceptan parcialmente los agravios de la parte accionada respecto a los
intereses, los que deberán calcularse de conformidad con lo
establecido en el considerando IV. Asimismo, se rechazan las
restantes quejas en estudio de ambas partes y se confirma todo lo
demás que ha sido materia de agravios. Atento a las características de
los agravios, su incidencia económica, los distintos criterios que
existen en materia de accesorios, y la forma como se resuelve, las
costas de Alzada deben imponerse a la demandada y a la citada en
garantía, que en el análisis global resultaron vencidas (art. 68 del
Código Procesal).
La Dra. Guisado dijo:
Es sabido que, a partir de los precedentes “Santa
Coloma”, “Gunther” y “Luján” —dictados todos el mismo día, el
5 de agosto de 1986—, la Corte Suprema de Justicia de la Nación
estableció que el principio alterum non laedere tiene raíz
constitucional.
Como consecuencia de ello quedó establecido a partir de
la doctrina del Máximo Tribunal que la reparación integral no se logra
si el resarcimiento que se admite como modo de reparar los daños
ocasionados se concreta en valores económicos insignificantes en
relación con la entidad del daño que pretende resarcirse (conf. Fallos:
314:729, considerando 4°; 316:1949, considerando 4°, y 340:1038;
entre otros).
#28196844#325407199#20220427140022245
Poder Judicial de la Nación
CAMARA CIVIL - SALA I
#28196844#325407199#20220427140022245
las sumas indemnizatorias que establece el régimen de reparación de
riesgos del trabajo para esos mismos rubros, lo que coadyuvará a
arribar a una decisión que -más allá de las particularidades propias de
cada régimen indemnizatorio- no desatienda la necesaria armonía que
debe regir en el ordenamiento jurídico cuando no se evidencian
razones de entidad para un proceder diferente.
En el marco descripto y desde que integro este Tribunal,
a partir de la sanción del nuevo Código Civil y Comercial de la
Nación, entiendo que he dado acabado cumplimiento con dichas
pautas orientadoras a las que el Tribunal hace referencia, pues he dado
a conocer incluso en los casos en los que resulta de aplicación las
normas emergentes del código velezano, cuáles son los valores
objetivos que tengo en cuenta a los fines de establecer el quantum
indemnizatorio adecuado al caso.
Y refuerza tal proceder, en concordancia con lo
expresado en el último fallo –que sin duda está orientado a los casos
en que ninguna pauta se brinda al justiciable que permita conocer qué
se tuvo en cuenta a la hora de fallar- , que no parece adecuado
diferenciar de manera profunda a quienes se encuentran en relación de
dependencia de los que no, Por ello desde siempre he tenido en cuenta
el valor del SMVM –cuando no se hubiere acreditado efectivamente
otro ingreso- vigente al momento en que se establecen las partidas
indemnizatorias, pudiendo incluso en los casos en que se encontraba
acreditada una relación laboral pero no su ingreso en la oportunidad
necesaria, tener en cuenta la variación del mismo para ser trasladado
al ingreso denunciado. O es más, he duplicado o triplicado en su caso
aquel salario según las particularidades del caso que se presenta a
resolver.
En razón de ello entiendo que desde hace tiempo vengo
dando cumplimiento con dicha manda orientativa, que he podido
utilizar con la libertad y con la independencia que como jueza ejerzo
#28196844#325407199#20220427140022245
Poder Judicial de la Nación
CAMARA CIVIL - SALA I
#28196844#325407199#20220427140022245
sufridos con motivo de un accidente de tránsito en donde el obligado
al pago es una empresa dedicada al transporte público de pasajeros.
Por ello, propongo al Acuerdo también confirmar el
decisorio en crisis en cuanto a esta materia se refiere.
Con lo que terminó el acto.
EZEQUIEL J. SOBRINO REIG
SECRETARIO
#28196844#325407199#20220427140022245
Poder Judicial de la Nación
CAMARA CIVIL - SALA I
PAOLA MARIANA GUISADO – JUAN PABLO RODRÍGUEZ
JUECES DE CÁMARA
#28196844#325407199#20220427140022245