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E N E L PR O C ED IM IEN T O ADMINISTRATIVO
p o r F a b iá n O m a b C a n d a
i. I n t r o d u c c i ó n
Es com ún se ñ a la r que el derecho adm inistrativo constituye u n
“régim en ex o rb itan te”. T al caracterización proviene —en u n sentido
histórico— del hecho de re s u lta r sus in stitu to s ajenos al derecho co
m ún o privado. E ste últim o, de desarrollo m uy an terio r al derecho
público ad m inistrativo , no se reconoce en conceptos tales como el de
p rerro g ativ a o suprem acía de u n a de las p arte s en la relación ju ríd i
ca: desde u n a m irad a iusprivatista, la ra m a del derecho que aq u í es
tudiam os exorbita ciertas notas clásicas del derecho común y de ah í
la caracterización del derecho ad m in istrativ o como un “régim en
exorbitante” 1.
Se tra ta , pues, de u n derecho ajeno y, por tanto, exorbitante al
derecho privado.
A hora bien, ¿en qué consiste dicha exorbitancia? ¿Cómo se con
creta?
El régim en exorbitan te se realiza o concreta en un sistem a in te
grado por p rerro g ativ as y g aran tías.
P rerrogativas a favor del E stado y g aran tías en beneficio de los
particulares.
E sta s p rerro g ativ as o poderes e statale s y g aran tías de las p er
sonas arm onizan en tre sí, procurando u n equilibrio o —en m ejor te r
m inología— u n a coordinación e n tre poder y lib ertad . Poder, p a ra
que el E stado p ueda cum plir con su fin último: la realización del bien
común. L ibertad, p a ra que n i siq u iera con ese afán p uedan descono-
1 Pensemos, por ejemplo, en institutos típicos como el contractual. En el derecho pri
vado imperan en él, como regla, principios tales como el de autonomía de la voluntad,
igualdad de las partes y asunción casi con carácter absoluto del álea o riesgo; mientras
que en el contrato administrativo rige el ius variandi, el mantenimiento de la ecuación
económico-financiera y la imposibilidad de oponer la excepción de incumplimiento con
tractual del Estado, como forma de justificar el incumplimiento propio.
LA SU S P E N S IÓ N D E LO S E F E C T O S D E L ACTO
E N E L PR O C ED IM IEN T O ADMINISTRATIVO
p or F a b iá n O m a r C a n d a
I. I n t r o d u c c ió n
E s com ún se ñ a la r que el derecho adm inistrativo constituye un
“régim en ex o rb itan te”. T al caracterización proviene —en u n sentido
histórico— del hecho de re s u lta r sus in stitu to s ajenos al derecho co
m ún o privado. E ste últim o, de desarrollo m uy an terio r al derecho
público adm inistrativ o , no se reconoce en conceptos tales como el de
p rerro g ativ a o suprem acía de u n a de las p arte s en la relación ju ríd i
ca: desde u n a m irad a iu sp riva tista , la ram a del derecho que aq u í es
tudiam os exorbita ciertas notas clásicas del derecho común y de ahí
la caracterización del derecho ad m in istrativ o como un “régim en
exorbitante” 1.
Se tra ta , pues, de u n derecho ajeno y, por tanto, exorbitante al
derecho privado.
A hora bien, ¿en qué consiste dicha exorbitancia? ¿Cómo se con
creta?
El régim en exorb itan te se realiza o concreta en un sistem a in te
grado por p rerro g ativ as y g aran tías.
P rerro g ativ as a favor del E stado y g aran tías en beneficio de los
particulares.
E sta s p rerro g ativ as o poderes e statale s y g aran tías de las p e r
sonas arm onizan en tre sí, procurando u n equilibrio o —en m ejor te r
m inología— u n a coordinación e n tre poder y libertad. Poder, p a ra
que el E stado p ueda cum plir con su fin últim o: la realización del bien
común. L ibertad, p a ra que ni siq u iera con ese afán p uedan descono-
1 Pensemos, por ejemplo, en institutos típicos como el contractual. En el derecho pri
vado imperan en él, como regla, principios tales como el de autonomía de la voluntad,
igualdad de las partes y asunción casi con carácter absoluto del alea o riesgo; mientras
que en el contrato administrativo rige el ius variandi, el mantenimiento de la ecuación
económico-financiera y la imposibilidad de oponer la excepción de incumplimiento con
tractual del Estado, como forma de justificar el incumplimiento propio.
350 LA SUSPENSIÓN DE LOS EFECTOS DEL ACTO.
11 Razones históricas confluyen para ello. Por 101 lado, la influencia del contencioso
francés, que configuró al proceso administrativo como un proceso al acto, ha determina
do, en términos generales, la referencia de la tutela cautelar administrativa sólo a la sus
pensión de la ejecución del acto administrativo (COMADIRA., Julio R. - MONTI, Laura (co
lab.), Ley Nacional..., cit., 1.1, p. 240). Por el otro, la creciente juridización de la actividad
administrativa, que de aquel caos indisciplinado de hechos y actuaciones al que aludía
Garrido Falla como precedente del Estado Moderno, dio paso en éste a una actuación for
mal, concretada—cada vez más— en actos administrativos. Consecuentemente, la ma
yor parte de la actividad administrativa se realiza mediante actos administrativos que,
por su presunción de legitimidad y ejecutoriedad, obligan a la obediencia, constituyéndo
se la medida cautelar de suspensión en el instrumento por excelencia para neutralizar
sus efectos..... .
12 La jurisprudencia ha señalado que existe una medida cautelar que se denomina
“autónoma” y es propia del derecho administrativo. Se entiende que se produce cuando
un administrado viene recurriendo un acto administrativo en sede de la Administración
y solicitando al órgano jerárquico competente que deje sin efecto el acto administrativo
dictado por el inferior. Cuando la Administración guarda silencio frente al pedido de sus
pensión, el administrado se ve obligado a recurrir ante la justicia para que sea ésta quien
suspenda los efectos del acto recurrido en aquel procedimiento. Eso quiere decir que lo
que se le pide al juez es que dicte una medida cautelar de naturaleza administrativa, por
que no está dirigida a garantizar la eficacia de una sentencia (que quizá nunca se dicte
porque quizá nunca haya juicio), sino la del acto administrativo que aún no se ha dictado
y que resolverá el fondo de la cuestión (C. Nac. Cont. Adm. Fed., sala 5a, 7/11/2001, “Gas
Nea SA v. Res. 2346/2001 - Enargas [expte. 4934]”).
13 Inclusive las denominadas “medidas cautelares autónomas”, articuladas en sede
judicial, son accesorias de un cauce principal. Tal cauce principal lo constituye, al mo
mento de presentarse aquéllas, el procedimiento administrativo inacabado que impide al
actor, de momento, iniciar una acción judicial, pues la administración no es —todavía—
un sujeto enjuiciable. Como lo sostuviera la doctrina procesal italiana, el carácter acce
sorio del proceso cautelar deriva su sentido de otro proceso o eventual proceso (CARNE-
LUTTI, Francesco, Instituciones del proceso civil, traducción de Santiago Sentís Melendo,
de la 5a ed. italiana, vol. I, Jurídicas Europa - América, Buenos Aires, 1959, p. 87, cursiva
agregada), por lo que entendemos que tales medidas no pueden ser asimiladas a las de
nominadas “autosatisfactivas”, toda vez que de resultar adversa la resolución final del
procedimiento el particular podrá iniciar la acción judicial, dejando así el proceso de ser
eventual o potencial, para presentarse en acto. Por otra parte, estimamos que la natura
leza provisional de la cautelar autónoma —que es otorgada hasta tanto se dicte el acto
que agota la vía en el procedimiento— impide caracterizarla como autosatisfactiva, si en
tendemos por éstas a aquellas que se agotan con su despacho favorable, cerrando en con
secuencia el proceso por carencia de objeto (v.gr., medida iniciada para que se realice una
FABIÁN OMAR CANDA 353
dim iento adm inistrativo (en o tras p alab ras, an te la propia A dm inis
tración), los requisitos p a ra dicha cau tela r suspensiva son los que es
tablece el m encionado art. 12.
Por lo tanto, an tes de verificar si se d an los requisitos propios de
la suspensión, debe d e te rm in a rse si se e stá efectivam ente fren te a
u n acto adm inistrativo, esto es, u n acto que produce efectos directos
sobre la esfera de in tereses de los p articu la res 24.
Como consecuencia de la presunción de legitim idad del acto ad
m in istrativ o , la interp o sició n de recursos co n tra éste no suspende
los efectos ni la ejecución del acto (art. 12, p árr. I o, últim a p arte,
LNPA).
La regla es, entonces, que la interposición de recursos adm inis
trativos e inclusive de acciones judiciales 25 no suspende los efectos
del acto adm inistrativ o atacado.
Como h a sido p u esto de relieve por la doctrina, tal regla es se
guida, de sim ilar modo, por la legislación m ay o ritaria com parada
europea y norte y su d am erican a 26.
Com partim os el esp íritu y la fin alid ad que in sp ira la aludida re
gla, pues se hace difícil concebir que si la A dm inistración al ac tu a r
lo hace en procura del bien com ún, ta l realización pueda verse com
prom etida o d ilatad a m e d ian te la m era interposición de un recurso
adm inistrativo o acción ju d icial co n tra el acto que incide n eg ativ a
m ente sobre el derecho de u n p articu lar. Ello no obstante, si el acto
es ilegítim o o g rav em en te dañoso y de poco o in existente provecho
e) Causales de suspensión
Como se an ticip a ra, tre s son las causales de suspensión que
enuncia el a rt. 12, LNPA.
Los analizarem os sep arad am en te.
Por lo dem ás, no puede escaparse que con el criterio amplio que
se le otorga en la ju risp ru d en c ia de la Corte S u p rem a al concepto de
propiedad luego del célebre p recedente “B ordieu”, p rácticam en te
todo derecho ajeno a la v id a y la lib ertad es susceptible de in g resar
bajo este concepto y, consecuentem ente, pasible de valoración pecu
n ia ria y reparación.
E sa asim ilación, su m ad a a la no pocas veces invocada solvencia
esta ta l que se d a por p resu m id a y a la ju risp ru d en c ia de la Corte Su
p rem a que erige en v alla de las m edidas cau telares la posible u lte
rior reparación de los daños patrim o n iales 51, to rn a ría n a la su sp en
sión del acto en u n a m edida, en los hechos, nu n ca conducente.
M erece u n tra ta m ie n to separado la cuestión a tin en te a si esta
sola causal es suficiente p a ra el otorgam iento de la suspensión, a te n
diendo a que la redacción del artículo enuncia las tres causales como
in d e p en d ien tes y autónom as. El te m a será tra ta d o p u n tu a lm e n te
m ás abajo, donde rem itim os.
56 En doctrina, se ha entendido que este criterio resulta el modo más adecuado para
resolver la tensión que produce el ejercicio de la autoridad estatal para el cumplimiento
de sus fines con el respeto de la libertad individual, que exige que ésta no se vea manci
llada con motivo de aquel ejercicio ejecutivo (CASSAGNE, Juan Carlos, El acto adminis
trativo, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 1974, ps. 35/36).
57 Este criterio fue seguido, asimismo, en numerosos precedentes del fuero contencio-
so-administrativo en pretensiones cautelares articuladas en sede judicial (C. Nac. Cont.
Adm. Fed., sala Ia, 21/5/1991, “El Expreso Ciudad de Posadas”, LL 1993-B-424, y C. Nac.
Cont. Adm. Fed., sala Ia, 27/471999, “Beliz”; C. Nac. Cont. Adm. Fed., sala 2a, 14/10/1983,
“Pesquera del Atlántico”; C. Nac. Cont. Adm. Fed., sala 2a, 9/4/1992, “Continental Illinois
National Bank”; C. Nac. Cont. Adm. Fed., sala 2a, 17/3/1997, “Pinzón”, LL del 20/2/1998,
supl. Derecho Administrativo, y C. Nac. Cont. Adm. Fed., sala 4a, 16/4/1998, “Arte Radio-
televisivo Argentino SA”).
58 Conf. GORJDILLO, Agustín, Procedimiento administrativo..., cit., p. 170, nota 449.
59 Toda ejecución de un acto limitativo de derechos —incluso aquellos legítimos y
oportunos—- es más gravosa para el particular que la suspensión de los efectos de ese acto,
por lo que ese modo de interpretar la previsión del.art. 12 deviene, a mi criterio, irrazo
nable.
370 LA SUSPENSIÓN DE LOS EFECTOS DEL ACTO.
60 Sacrificio especial que deberá ser indemnizado, conforme a las pautas propias de
la responsabilidad del Estado por su actividad lícita.
FABIÁN OMAR CANDA 371
67 Carácter revisor que cede lugar a la acción ju dicial directa en el proceso urgente
por excelencia, esto es, el amparo contra autoridades públicas (art. 43, CN), previsión que
no viene sino a constitucionalizar una práctica jurisprudencial arraigada, tal era la de no
exigir el agotamiento de la vía cuando quien accionaba se encontraba en una situación
que requería un real amparo para sus derechos fundamentales.
68 Como sostiene Comadira, siendo que dicha norma ha sido diseñada para regular
conflictos privados, su aplicación al litigio contencioso-administrativo lo es por analogía
(COMADIRA, Julio R ., Derecho adm inistrativo, cit., p. 4 5 6 ).
FABIÁN OMAR CANDA 375
69 Conf. COMADIRA, Ju lio - SAMMARTINO, P atricio, “M edidas cau telares...”, c i t , ps. 330
y 339 y ss.
70 Para un estudio profundo de esta cuestión ver, COMADIRA, Julio R Derecho adm i
nistrativo, cit., cap. XVII, “Las medidas cautelares en el proceso administrativo”, con es
pecial referencia a la suspensión de los efectos del acto, ps. 439 y ss.
71 CASSAGNE, Juan Carlos, “Efectos de la interposición de los recursos y la suspen
sión de los actos administrativos”, ED 153-994; HALPERIN, David, “Las sentencias del
Tribunal Fiscal y la prohibición de innovar”, REDA, nro. 1, Depalma, Buenos Aires, 1989,
p. 131; BARRA, Rodolfo, “Efectividad de la tutela judicial frente a la Administración”,
ED 107-419; HUTCHINSON, Tomás, “La suspensión...”, cit., p. 683; GAMBIER, Beltrán -
ZUBIAUR, Carlos, “Las medidas cautelares contra la Administración (fundamentos, pre
supuestos y aplicación del art. 12, ley 19.549)”, LL 1993-D-690.
376 LA SUSPENSIÓN DE LOS EFECTOS DEL ACTO.
72 COM ADIRA, Julio R., Derecho adm inistrativo, cit,, en especial ps. 456 y ss., y la ju
risprudencia allí citada.
73 Es decir, si se encuentra en situación de ser llevada ajuicio por encontrarse habi
litada la instancia judicial (sea porque se formuló el reclamo o el recurso correspondiente,
o bien porque no era necesario interponerlos —v.gr., supuestos de excepción del art. 32,
LNPA—).
74 La función judicial en sentido estricto se caracteriza por ser realizada por los jue
ces del Poder Judicial (criterio subjetivo) al resolver controversias con fuerza de verdad
FABIÁN OMAR CANDA 377