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PAPER SOBRE
Participantes:
Peñaloza, Arlene C.I.: V-6.388.401
Cohorte: 2019-II
Periodo Académico: 2021-2
FACILITADORA:
Dra. MARÍA WALLS
Unidad Curricular:
Psicología del Talento Humano
en las Organizaciones y en el Trabajo Administrativas
RESUMEN
RESUME
Introducción
Esto, no quiere decir que Bodino, viera el poder absoluto como poder
ilimitado, sino que el soberano es simplemente el dueño de este poder
mientras lo ostenta, por lo que este debe hacer valer su condición
respetando los límites que le establecen las leyes.
Hobbes (1651), defiende la tesis del Estado absoluto, en ese sentido
consideraba, que el Estado debía ser dueño no solo de la propiedad del
súbdito, sino hasta ser capaz de administrar sus vidas. Con esta postura deja
ver que el Estado es de carácter legítimo al ser creado por la voluntad del
hombre, y a su vez este mismo estado debe proteger a su creador.
Ahora bien, el Estado debe contar con una especie de apoyo de la
estructura formal – administración pública- para poder desarrollar sus
actividades. Fayol (1916), define el acto de administrar como: Planear:
visualizar el futuro y trazar el programa de acción. Organizar: Construir las
estructuras material y social de la empresa. Dirigir: guiar y orientar al
personal.
El mismo Taylor dentro de sus principios aborda el tema de la división
de trabajo, adoptado por la administración pública, sirviendo de base al
Modelo Burocrático (Weber 1922), los cuales son: la selección, el
adiestramiento y continuo mejoramiento del personal en la administración
pública, que actúan como premisa entre los principios de la administración
pública propuesto y resaltado a su vez por Bonnin, con la finalidad de que la
administración pública pueda contar con funcionarios comprometidos con la
administración, la gestión y la ciudadanía, y no con el gobierno de turno.
Pero, esta teoría debe afrontar con frecuencia condicionamiento que impone
el Estado de acuerdo a sus fines.
En atención a lo planteado, en Venezuela la actividad administrativa
está absolutamente normada, pero, a pesar de ello, es frecuente ver errores,
fallas y debilidades en la emisión de órdenes de compra y de pago, en los
procedimientos de destitución o de calificaciones de falta, en las
contrataciones de obra, o contrataciones de bienes y servicios en la
adquisición de bienes y desincorporación de los mismos, en la incorporación
de talento humano sin resolución de nombramiento, etcétera. Notándose, la
inobservancia de la Ley, el descuido en el control interno, la ausencia de
control previo entre otros.
Lo que trae como consecuencia desconfianza, descontento del
usuario, mala prestación de servicios, incumplimiento de metas y objetivos
organizacionales, clima laboral incómodo, costo generalmente elevado
asociado básicamente a procesos irregulares e inconformidades, crecimiento
indiscriminado de gestores, desvió de recursos, corrupción largos juicios
causando daño al patrimonio Municipal, entre otros.
La mencionada práctica, entorpece el normal funcionamiento de los
sistemas administrativos, generando entropía administrativa y un
desequilibrio que de una u otra forma afecta el desempeño y también la
efectividad y la eficacia de la institución pública, porque se comienza
alterando uno de los procesos y terminan alterándose todos.
Los cuales pueden, además dar entrada al incumplimiento del
principio de la lealtad del funcionario dentro de las instituciones públicas,
principio que se ha visto manchado por el carácter político. Guerrero (2005)
afirma que “la administración pública no le es posible escapar de su
naturaleza política, porque de hacerlo, dejaría de ser administración pública”.
Ese principio de lealtad se compromete, con el accionar de un
funcionario quien con la intensión de sostenerse en un cargo de la
administración pública, procede de forma incorrecta, ya que por lo general
los funcionarios públicos no cuentan con la seguridad que solo ofrece la
figura de funcionario de carrera, lo cual da muestra de lo poco o nada
blindada que se encuentra la administración pública en cuanto a la garantía
que debe brindar en la búsqueda de la eficacia y eficiencia de las metas
propuestas dejando entrever que el accionar del funcionario no está
orientado a la propia institución, sino a intereses individuales, dejando así de
lado el sentido de pertenencia institucional.
La pérdida de pertenencia institucional, puede traer como
consecuencia, procesos inadecuados y a su vez ineficientes en la actividad
administrativa, obligando a buscar mecanismos de carácter gerencial que
permitan revertir el impacto que tal entropía genera en contra del mismo
Estado, y en particular en la sociedad.
Sin embargo, en relación a lo anterior, es importante significar que en
los tiempos actuales de Venezuela, el grueso de funcionarios, han mostrado
vocación de servicio, pues, a pesar de los salarios que perciben, el
descontento por la insatisfacción de necesidades básicas, ambientes
laborales insanos, carencia de recursos para su actividad diaria, directrices
ejecutivas del alto gobierno que se van moviendo de acuerdo al acontecer
diario, ya sea por presiones sociales, económicas, tecnológicas y políticas
internas o externas, se mantienen activos enfrentando un sinfín de
dificultades, aún en medio de tanta entropía.
BIBLIOGRAFÍA
Lanzara, Giovanni Francesco (1999), "Por qué es tan difícil construir las
instituciones", en Desarrollo Económico: Revista de Ciencias Sociales,
Vol. 38.