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Superior Jerárquico
TRIBUNAL SUPERIOR DE VILLAVICENCIO – META
SALA PENAL.
E. S. D.
Es el caso, para concitar la atención de los Honorables Magistrados de la Sala Penal del Tribunal Superior de
Villavicencio, referirnos inicialmente a las voces de la Fiscalía, en cuanto a su acertada posición respecto al
“CONTEXTO FÁCTICO” de la sentencia impugnada, traído a colación mediante su recurso de alzada, así:
Como lo expone la señora Fiscal, están debida y suficientemente demostradas, durante el trasegar de este
proceso, y lejos de cualquier duda, las cantidades dinerarias que el enjuiciado debía por concepto de la
prestación alimentaria adeudada a sus tres menores hijos, hasta el punto que así quedó plasmado en la
decisión atacada.
Igualmente quedó debida y suficientemente probado, y así lo dejó ver en claro la señora Fiscal, que el
encausado no padece ningún trastorno en su salud física ni mental y que, por el contrario, siempre contó con
un trabajo bien remunerado, como lo es la labor que desempeñan los trabajadores especializados en el manejo
de maquinaria pesada.
Otra cosa bien distinta es que al esgrimirse la tesis del A-Quo, para exonerar de responsabilidad al enjuiciado,
no podría nunca condenarse a los trabajadores que se desempeñan como independientes y no tienen un
patrono permanente que pueda certificar horario de labores, tiempo de servicio a la empresa, cuantía del
salario devengado y afiliaciones al sistema de seguridad social. Esto es así, Señores Magistrados, hasta el punto
que quedó plasmado en el plenario que la conducta del procesado además de displicente fue
innecesariamente perversa, ya que cuando se descubrió que trabajaba en una empresa prefirió renunciar, para
impedir que los mejores pudieran obtener la parte de los derechos alimentarios que les correspondían, por el
aporte del padre de familia.
De otro lado, veamos las cosas en contexto para apoyar la apelación formulada por la Fiscalía y la solicitud de
revocatoria de la sentencia absolutoria de junio 21 de 2.022, que se dictara en beneficio de RAUL FRISNEDA
YEPES, sobre todo en cuanto a lo que afirma el señor Juez de instancia, así:
“En el caso sub examen, no están demostrados los requisitos para imponer una sentencia de
condena al señor RAÚL FRISNEDA YEPES por la violación del artículo 233 del C. P., pues se estima que
no se acreditaron los presupuestos del artículo 381 del C.P.P. concretamente el “conocimiento más
allá de toda duda, acerca del delito y de la responsabilidad penal del acusado, fundado en las
pruebas debatidas en juicio”, especialmente porque la FGN no logró comprobar: i) cuales eran las
cuotas debidas; y ii) que el acusado se sustrajo de manera voluntaria y sin justa causa al
cumplimiento de sus deberes alimentarios para con sus menores hijos
____________________________, además de que aquel contaba con la capacidad
económica suficiente para atender las prestaciones, como pasa a explicarse a continuación.
ii) No demostrar que el acusado contaba con capacidad económica suficiente para
atender el cumplimiento de esta obligación.” (Negrillas cursiva y subrayas fuera de
texto)
Estos son, básicamente, los dos pilares sobre los cuales erige el A-Quo su decisión de absolver al señor
________________________, aunque, no obstante las disquisiciones del señor juez en la sustentación de los
puntos anteriores, trae a colación una conclusión que, de por sí, derriba sus propios argumentos:
Veamos, entonces: De las voces del A-Quo se colige, sin lugar a duda, que el señor
_____________________________ “sí incumplió” con la prestación alimentaria debida a sus tres (3)
hijos menores de edad, durante el período comprendido entre enero de 2.016 y diciembre de 2.021;
cuotas que a pesar de llamarlas “algunas” e “indeterminadas”, también deja en claro que en gesto de
honestidad y decencia, digo yo, la señora _______________________________ reconoce el aporte de
abonos atribuibles a cuotas parcialmente pagadas.
Evidentemente el A-Quo no atendió como verdad probada las declaraciones de los testigos de la fiscalía, no
obstante haber sido amplia y suficientemente expuestas al escrutinio de las partes y del mismo señor Juez y,
también, a pesar de la manifiesta displicencia y desprecio por la actividad judicial desplegada por el acusado,
que no compareció a su proceso, en clara muestra de prepotencia e irrespeto, tal y como si previera que los
esfuerzos de la denunciante iban a resultar infructuosos.
El testimonio de la denunciante fue claro al informar que desde el abandono de su expareja, debió enfrentar
sola, una lucha por la supervivencia propia, pero principalmente por la de sus tres pequeños hijos, lucha en la
que debió afrontar sin apoyo del denunciado las obligaciones de dar techo y cobijo familiar, alimento,
educación, recreación, salud, cuidado y amor para sus hijos. En el decir de la denunciante no hay cabida alguna
a la duda ni a la mentira, pero si a la desesperanza y al grito pidiendo se le haga justicia, que en este caso, en
particular, se le ha negado.
Afirma el A-Quo en su providencia, que la Fiscalía no precisó los períodos de tiempo exactos durante los cuales
__________________________________ se sustrajo injustificadamente de las cuotas de la prestación
alimentaria para sus hijos, y más adelante continúa diciendo, que no separó las cuotas cumplidas de las que no
lo estaban. Pero es que no se trataban las cosas así planteadas, porque no era el caso determinar si algunas
cuotas fueron a no pagadas, sino si las cuotas fueron o no pagadas en el monto establecido, como lo indicaba la
obligación alimentaria a su cargo asignada por la Comisaría de Familia. De allí que resulta que si está probado
en el proceso, que el señor __________________________________ solo pagaba parcialmente algunas
cuotas, es decir, realizaba abonos a la acreencia que había adquirido para la manutención de sus menores hijos
y que la denunciante, en gesto de honestidad, reconoce que se hicieron esos abonos, estableciendo, incluso,
una suma determinada.
Tenemos entonces que concluir que, para la perspectiva del señor juez de primera instancia, la
incomparecencia a declarar en su propio juicio y la ausencia de medio probatorio alguno, que eventualmente
pudiera justificar su bien probado incumplimiento a la prestación alimentaria debida por FRISNEDA YEPES y en
beneficio de sus tres pequeños hijos, tienen un mayor valor probatorio que las pruebas y testimonios de la
Fiscalía, traídos al juicio.
Veamos entonces, de otro lado, como es que el A-Quo, para arribar a las consideraciones que lo llevaron a la
sentencia atacada, hizo a un lado las normas del ordenamiento superior que protegen los derechos de los
menores de edad.
Así fue como se dio al traste con la garantía del derecho a los alimentos y al debido proceso del menor,
garantías que se encuentran consignadas en los artículos 24 y 26 de la Ley 1098/2006, que para mayor
ilustración paso a transcribir:
ARTÍCULO 24. DERECHO A LOS ALIMENTOS. Los niños, las niñas y los adolescentes tienen
derecho a los alimentos y demás medios para su desarrollo físico, psicológico, espiritual,
moral, cultural y social, de acuerdo con la capacidad económica del alimentante. Se entiende
por alimentos todo lo que es indispensable para el sustento, habitación, vestido, asistencia
médica, recreación, educación o instrucción y, en general, todo lo que es necesario para el
desarrollo integral de los niños, las niñas y los adolescentes. Los alimentos comprenden la
obligación de proporcionar a la madre los gastos de embarazo y parto.
ARTÍCULO 26. DERECHO AL DEBIDO PROCESO. Los niños, las niñas y los adolescentes tienen
derecho a que se les apliquen las garantías del debido proceso en todas las actuaciones
administrativas y judiciales en que se encuentren involucrados.
En toda actuación administrativa, judicial o de cualquier otra naturaleza en que estén
involucrados, los niños, las niñas y los adolescentes, tendrán derecho a ser escuchados y sus
opiniones deberán ser tenidas en cuenta.
Bien saben, señores Magistrados, de la prevalencia de los derechos y del interés superior de los niños,
consagrados en las normas de la Convención Internacional de los Derechos del Niño, la Constitución Política y
específica y especialmente adoptados en la Ley 1098 de 2.006.
Es necesario traer a colación, entonces, lo estatuido como derecho fundamental en el Artículo 44 de la Carta
Política y que para mayor ilustración me permito transcribir:
Está claro, entonces, que los niños tienen la protección constitucional y la garantía jurídica de su derecho a la
provisión alimentaria, entre otros derechos, y la sentencia apelada despoja a los menores del derecho a contar
con la parte de la prestación que corresponde a su padre y hacerlos, a pesar que está demostrado que el
enjuiciado tuvo y tiene capacidad económica para sufragar la prestación alimentaria a sus hijos menores; tanto
más cuanto que se demostró que el señor ___________________________, es un trabajador calificado, que se
desempeña como conductor de maquinaria pesada. Es también cierto, y todos lo sabemos, que este tipo de
trabajo los desempeñan habitualmente trabajadores independientes, que los mismos generalmente no son
vinculados mediante contrato de trabajo a término definido o indefinido, con todas las reconocidas
prestaciones, sino que se les contrata por obra o por días.
Los niños, Honorables Magistrados, tienen incuestionables y prevalentes derechos sobre los de los demás, que
obligan a tenerlos como de interés superior. Es así como el derecho a una alimentación equilibrada obtiene,
entre muchos otros, rango de derecho fundamental prevalente, en el Artículo 44 de la Constitución Política.
No tuvo en cuenta el fallador de primera instancia las voces y luces de la Ley 1098 de 2.006, Código de la
Infancia y la Adolescencia, al que acudiremos para dejar en claro algunos postulados. Tanto más cuanto que las
normas del Código de Infancia y Adolescencia hacen parte, como antes se dijo, del bloque de
constitucionalidad y los niños tienen la garantía jurídica de su derecho a la provisión alimentaria, al debido
proceso, que la sentencia impugnada los desconoce.
Para recordar, señores Magistrados, les transcribo las siguientes normas de la precitada ley 1098/2006
“ARTÍCULO 5°. NATURALEZA DE LAS NORMAS CONTENIDAS EN ESTE CÓDIGO. Las normas
sobre los niños, las niñas y los adolescentes, contenidas en este código, son de orden
público, de carácter irrenunciable y los principios y reglas en ellas consagrados se
aplicarán de preferencia a las disposiciones contenidas en otras leyes.
ARTÍCULO 8o. INTERÉS SUPERIOR DE LOS NIÑOS, LAS NIÑAS Y LOS ADOLESCENTES. Se
entiende por interés superior del niño, niña y adolescente, el imperativo que obliga a
todas las personas a garantizar la satisfacción integral y simultánea de todos sus
Derechos Humanos, que son universales, prevalentes e interdependientes.
De otro lado, la sentencia impugnada no considera, en beneficio de los menores víctimas, la responsabilidad
parental, que implica la obligación inherente a la orientación, cuidado, acompañamiento y crianza de los niños
y que incluye la responsabilidad compartida entre padres y madres, según los estatuye el Artículo 14 de la Ley
1098, que me permito transcribir:
A su vez, es también sabido que la familia, la sociedad y el Estado tienen la obligación constitucional y legal de
proteger y hacer prevalecer los derechos de los niños, frente a los de cualquier otro.
En conclusión, señores Magistrados, la decisión apelada no consideró ninguna de las normas de rango superior
y prevalentes que enmarcan los procesos en los cuales los niños, niñas y adolescentes son protagonistas del
proceso penal, en cualquier condición, como víctimas o victimarios. No tuvo en cuenta el señor juez, al
momento de adoptar la sentencia absolutoria atacada por la Fiscalía, la enorme gama jurisprudencial y
doctrinal que desarrolla la aplicación prevalente de la normatividad que atañe al menor, ni se tuvieron en
cuenta los datos fácticos proveídos en la audiencia de juicio oral y relacionados con la acreencia generada por
la inasistencia alimentaria, por parte del acusado __________________________________.
Lo aquí evidenciado es una transgresión del debido proceso en cuanto a lo que atañe al derecho del menor de
edad; tanto más cuanto que, se repite, se liberó a la defensa del procesado de probar su teoría del caso y se le
endilgó tal responsabilidad a la Fiscalía, careciendo de sustento legal o jurisprudencial adecuado y aplicable al
caso concreto. En este caso, contrario a lo afirmado por la A-Quo, se probó, sin lugar a duda, el monto de la
acreencia alimentaria mensual, las cuotas debidas y la capacidad económica del denunciado para cumplir con
su obligación alimentaria, hasta el punto que aún se echa de menos la actividad probatoria de la defensa, para
arribar al convencimiento que ___________________________, carece de los medios para proveer alimentos
a sus hijos menores o que tuviera alguna afectación a su salud que le impidiera cumplir con la ley. El mensaje
que recibe la sociedad, mediante estas decisiones judiciales, es que quien incumpla su obligación de proveer
alimento a sus menores hijos se puede salir con la suya, desestimula que otras víctimas denuncien estos
hechos, a pesar de las nefastas implicaciones que tal conducta omisiva trae al seno de la sociedad y, sobre
todo, de la frustración que se produce en las víctimas, que después de tanto tiempo esperanzadas en obtener
justicia verdad y reparación, mediante una decisión favorable a los intereses superiores de los menores de
edad, por el contrario reciben el mensaje que no obstante el transcurso de varios años en trasegar de un
proceso penal, no se obtiene justicia sino una cuantiosa pérdida de tiempo y una severa frustración.
Por las razones expuestas, la orilla procesal a la que represento, honorables Magistrados de la Sala Penal del
Tribunal Superior de Villavicencio, Meta, con mucho respeto se permite apoyar la solicitud de revocatoria de la
Sentencia de Junio 21 de 2.022, proferida por el Juzgado Segundo Promiscuo Municipal de San Martín de los
Llanos, Meta, mediante la cual se absolvió al señor RAÚL FRISNEDA YEPES del delito de inasistencia
alimentaria, para que en su lugar se dicte la que en derecho corresponde y, en consecuencia, se condene al
enjuiciado por el punible endilgado, tal y como reiteradamente fue solicitado por el ente acusador y el suscrito
representante judicial de las víctimas, que entre consideraciones son la parte débil del proceso y
constitucionalmente protegida.
DERECHO:
COMPETENCIA:
De conformidad con lo preceptuado en el numeral 1º del artículo 34 de la Ley 906/04, la Sala Penal del
Honorable Tribunal Superior de Villavicencio – Meta, es competente para conocer de las apelaciones que se
interpongan contra sentencias de primera instancia proferidas por los Juzgados Penales Municipales del mismo
distrito.
NOTIFICACIONES:
Todas las direcciones y números de celulares de las partes del proceso para recibir notificaciones, están
acreditados en el plenario.
El suscrito las recibirá en el lugar de su residencia, ubicada en la Vereda Los Maracos – Finca Villa Paty, en la
ciudad de Granada, Meta, o mediante el abonado celular 3212238659.
Dejo en los anteriores términos, descorrido el traslado a los no recurrentes, De los señores Magistrados de la
Sala Penal del Tribunal Superior de Villavicencio – Meta, atentamente,
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