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Clase N°8.

Consigna de producción extensa de la secuencia descriptiva (obligatoria)

Podés elegir una de las siguientes opciones:


1. Describí al alumno o al profesor ideal del Lenguas.
2. Convence a tu jefe de que no te dé un aumento.
3. “Hay ex novio/as y ex novio/as” Describí todos los tipos que conozcas.

El profesor ideal del Lenguas.

1.
Se entiende como profesor a un sin fin de conceptos y virtudes vinculadas al acto
mismo de educar y/o enseñar sin importar su linaje. Aun cuando en la cotidianidad
escolar y académica, es posible discernir a simple vista el uso de su denominación
en carácter de sus diferentes objetivos. Existen varios cuestionamientos alrededor
de la figura docente, al cual se le atribuye un peso extra, de modo tal, que su rol se
convierte en un factor clave e indispensable para el buen desarrollo social. Los
intentos para determinar un modelo de docente ideal son aspiraciones meramente
ficticias. Más que hablar de profesor ideal, habría que detenerse en investigar el qué
se le reclama al docente. Señalar un ideal es presuponer que de él o ella depende la
consecución de los objetivos educativos, y que si no posee ciertas condiciones, no
cumplirá con esas metas. Pero los objetivos están determinados por múltiples
factores, tanto interiores como exteriores. No obstante, podemos asociar al “buen
profesor” por cómo administra y suministra ese capital cultural; en el mejor de los
casos, en cómo es capaz de dispensar u ofrecer a los demás su propio valor.

El profesor ideal del Lenguas, deberá optar en no concurrir a estrategias pedagógicas


tradicionales, es decir, que deberá aportar aprendizajes significativos, adaptarse a
las nuevas tecnologías y ser capaz de orientar e interactuar en clase de un modo más
cercano hacia sus alumnos. Los alumnos, en términos generales, sostienen que se
trata especialmente de las actitudes que maneja frente a un aula, y como este, logra
depositar la confianza y la motivación a largo plazo; el compromiso que asume el
profesor en el desarrollo de la clase determina su relevancia frente a otros y la
capacidad de trabajo para desplegar las denominadas metacompetencias que todo
ser humano necesita para desarrollarse integralmente. En términos sencillos un
buen maestro es una persona que tiene una salud mental estable, que logra hacer
pensar a sus alumnos en vez de cuestionarlos o acallarlos, de carácter resolutivo
frente conflicto en relaciones interpersonales, con suficiente confianza y seguridad
en sí mismo para estar delante de un contingente humano, entre otros. A grandes
rasgos debe ser capaz de promover y fortalecer el desarrollo físico, intelectual,
afectivo, social y moral de sus alumnos, ya que él es el núcleo fundamental,
encargado de articular la inclusión y consolidación de sus alumnos como individuos,
capaces de formar parte y establecerse dentro de una sociedad que involucra el
desarrollo de varias dimensiones de la vida (social, política, cultural, profesional,
emocional, ética y humana, entre otras).

Los “buenos docentes” estimulan a sus estudiantes para que lean y estudien de
manera independiente, y siempre les dan oportunidad de que se expresen, de que
comenten en la clase sus lecturas. Un buen maestro es paciente, tiene sentido del
humor, pero nunca inhibe a un alumno, nunca lo ridiculiza, ni se mofa ni lo excluye
de otros. Considero que debe lograr un lenguaje o código personal hacia con sus
alumnos, permitiendo así, un mejor desarrollo comunicativo y no verbal.
Bloqueando barreras o estereotipos conceptuales que impiden y limitan el progreso
de los pensamientos.

Un buen docente es como Pigmalión, que con base en su esmero, dedicación y


afecto logra que Galatea, una estatua de mármol por él esculpida, cobre vida y calor.
Los buenos maestros saben construir un ambiente agradable y estimulante en el
salón. Los profesores excelentes cuentan de una manera natural con la capacidad de
crear entornos de aprendizaje, generando espacios que confrontan a sus estudiantes
con problemas pendientes de resolver. Claramente, uno de los factores primordiales
en el éxito escolar no está solo en la institución como agente regulador sino también
en sus docentes, como ejecutantes del saber, juntos logran trazar los obstáculos
educativos y fortalecer los vínculos.

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