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La gallina de los huevos de oro

PERSONAJES
Granjero
Duende
Mujer
Hombre

NARRADOR: Había una vez un granjero que era muy pobre. Un día, mientras estaba arando el campo
pensó…
GRANJERO: Trabajo mucho para nada. Estoy muy cansado y gano muy poco dinero. ¡Realmente tengo muy
mala suerte!
NARRADOR: De pronto, se le apareció un duende.
GRANJERO: ¡Oh, por Dios!
DUENDE: -No tengas miedo buen hombre.
GRANJERO: ¿Quién eres?
DUENDE: - Escuché lo que dijiste y hoy tu suerte va a cambiar. Toma (entregándole la gallina) te regalo ésta
gallina.
GRANJERO: Muchas gracias, ¡tengo mucha hambre! La cocinaré tan pronto regrese a mi casa.
DUENDE: ¡No! Ésta es una gallina muy especial.
GRANJERO: ¿Por qué es especial? ¿La gallina puede hablar?
DUENDE: No, la gallina no habla, pero es tan maravillosa que pone huevos de oro.
GRANJERO: ¿Huevos de oro? ¿Cómo es posible?
NARRADOR: El duende no le contestó y desapareció.
GRANJERO: Espero que sea verdad lo que ese duende me dijo. Iré a casa inmediatamente.
NARRADOR: El granjero regresó a su casa y rápidamente puso a la gallina adentro de una jaula. Al siguiente
día, tan pronto como se despertó, fue a ver si la gallina había puesto algún huevo de oro.

GRANJERO: ¡Oh, es verdad! ¡La gallina puso un huevo de oro!


NARRADOR: El granjero tomó el huevo y se fue al pueblo para venderlo. Se colocó en el centro de la calle y
empezó a gritar.
GRANJERO: -¡Vendo un huevo de oro! ¡Vendo un huevo de oro! ¿Quién lo quiere?
NARRADOR: Rápidamente una gran multitud se acercó para admirar el huevo de oro.
MUJER 1: ¿Cuánto cuesta?
MUJER 2: ¿De verdad es un huevo de oro?
GRANJERO: ¡Claro que sí!
HOMBRE 1: ¡Yo lo quiero!
HOMBRE 2: ¡Nooo, es mío!
HOMBRE 3: ¡Yo quiero comprarlo! ¡Véndemelo a mí!
GRANJERO: Es suyo, y no se preocupen, mañana traeré otro. ¡Hay suficientes huevos de oro para todos!
NARRADOR: El granjero vendió el huevo. Al siguiente día, cuando se despertó, fue a ver si la gallina había
puesto otro huevo de oro.
GRANJERO: ¡Muy bien, otro huevo de oro! Lo venderé inmediatamente.
NARRADOR: Y una vez más se fue al pueblo y vendió el huevo. Y así todos los días, la gallina ponía
hermosos y majestuosos huevos de oro.
GRANJERO: -Cada vez me estoy haciendo más rico. ¡Soy el hombre más rico del pueblo! Tengo todo lo que
un hombre puede desear, pero me gustaría que la gallina pusiera más huevos de oro.

NARRADOR: A medida que el granjero se hacía más rico, también se hacía más codicioso y más tacaño.
GRANJERO: -¡Quiero tener más y más dinero! Estoy cansado de que la gallina solo ponga un huevo al día.
Voy a matar a la gallina y encontraré la mina de oro que tiene adentro. ¡Tendré todo su tesoro de una sola vez!
NARRADOR: Así que mató a la gallina y cuando la abrió vio que no había nada adentro.
GRANJERO: ¡Esto no puede ser! ¿Dónde está la mina de oro? ¿Dónde está el tesoro? ¡Ahora ya no tengo a la
gallina ni sus huevos de oro!

FIN

La liebre y la tortuga

Lugar en el que se desarrolla la acción: una clase.

Primer acto

Se abre el telón. La liebre y la tortuga están en la clase con el libro abierto.

Tortuga: Los ejercicios de hoy son un poco complicados, ¿no te parece?


Liebre: ¡Qué va! Son muy sencillos.

Tortuga: ¿En cuál vas?

Liebre: Ya casi he terminado. ¿Y tú?

Tortuga: Voy en el segundo aún. ¿Me ayudas cuando termines?

Liebre: Me gustaría pero voy a salir al patio.

Se cierra el telón.

Segundo acto

Se abre el telón. La tortuga está en clase.

Tortuga: Siempre me pasa igual. Termino a lo último. ¡Y mira que me esfuerzo!

(Entra la liebre en escena)

Liebre: ¿Todavía sigues ahí?

Tortuga: Es que las multiplicaciones me cuestan un poco pero si sigo así seguro que mejoro mucho.

Liebre: ¡Mira que eres lenta!

Tortuga: (habla en voz baja) Y tú mira que eres engreída.

Tortuga: Creo que tengo que encontrar la manera de darle una lección...

Se cierra el telón.

Tercer acto

Se abre el telón. La tortuga y la liebre están de nuevo en clase.

Tortuga: Liebre, te propongo una carrera.

Liebre: ¿Tú a mí? ¡Debes estar bromeando!

Tortuga: He pensado que podemos hacer unas cuantas multiplicaciones y ver quién es la que tarda menos.

Liebre: ¡Ja, ja, ja! Está bien, pero espero que sepas que vas a perder.
Tortuga: ¡Ya veremos!

(Preparan las hojas con las operaciones)

Tortuga: Me concentraré para hacerlo lo mejor posible.

Liebre: Tengo tiempo de sobra, primero voy a dibujar un rato. Luego ya me pondré a resolver las operaciones...
Como eres tan lenta, me dará tiempo a hacerlo todo.

(La liebre, al pensar que va a ganar, se distrae y pierde mucho el tiempo)

Tortuga: ¡Terminé!

Liebre: ¿Quéééé? A mí me faltan dos operaciones aún.

Tortuga: ¡He ganado!

Narrador: Moraleja - Hay que sentirse orgulloso de nuestros logros, no ser orgullosos, ¡es totalmente distinto!

Pedro y el lobo

Primer acto

Personajes: 

Pedro

Ovejas

Aldeanos

Lobo

……………………..

Pedro (entra en el escenario seguido de sus ovejas): Venga, ovejitas, que ya llegamos.


Ovejas: Beee… ¡No vayas tan deprisa!

Pedro: Todos los días lo mismo, ¡menudo aburrimiento! Vamos hasta el árbol, el mismo árbol de siempre. Un
día y otro día… ¡siempre igual!

(Pedro y las ovejas llegan al árbol. El pastor se sienta y las ovejas se ponen a comer en el prado).

Pedro (mirando al cielo): Una nube… dos nubes… tres nubes… ¡Me aburrooooo!

Oveja 1: No sé por qué Pedro está siempre tan aburrido, con lo bien que se está aquí.

Oveja 2: Ni que lo digas… no sabe valorar las cosas buenas. Pero cuidado, amiga, que el aburrimiento es
peligroso y lo mismo se le ocurre algo que no nos traiga buena fortuna…

Pedro: ¡Ya lo tengo! ¡Se me ocurrió una buena idea! ¡Qué bien me lo voy a pasar! Ey, ovejitas, se me ocurrió
algo para divertirme. Escuchen (las ovejas se vuelven hacia él): hace días que un lobo anda cerca. Bajaré al
pueblo gritando para que todos vengan hasta aquí. ¡Ja,jaja! ¡Ya veran la cara que se les queda cuando vean que
es mentira, que todo es una broma!

Oveja 1 a oveja 2: Pues no me gusta nada esa gran idea…

Oveja 2: A mí tampoco…

Segundo acto

Pedro: Allá voyyyy… (Pedro se pone a correr de un lado a otro del escenario)… ¡Ahí viene el lobooooo! ¡Ahí
viene el loboooo!

Entran en escenario unos cuantos aldeanos con palos:

Aldeanos: ¿Pero qué pasa? ¿Quién grita así?

Pedro: ¡El lobo! ¡Ahí viene el lobooo!

Aldeano 1: ¿Y dónde está? ¡Nosotros te ayudaremos!

Aldeano 2: ¡Déjenmelo a mí! ¡Este lobo no se comerá ni una oveja!

Pedro (riéndose): ¡Ja, ja, ja! ¡Es una broma! ¡No ha venido el lobo! ¡Ja, ja, ja! 

Aldeano 1: ¿Cómo dices?

Aldeano 2: ¿Una broma? ¡Será posible! ¡Canijo Pedro, menudo susto nos has dado!

Aldeano 3: ¡Ya ves! ¡Yo estaba durmiendo y me despertó!

(Los aldeanos se van enfadados)


Pedro (a sus ovejas): ¿Vieron lo fácil que fue? Pues esperemos un poco y volvemos a la carga… ¡Ya verán sus
caras!

Tercer acto

Pedro: Miren, miren, ovejitas, ¡ya verán!

Ovejas: ¡La que se viene encima!

Pedro (corriendo por todo el escenario): ¡Ahí viene el lobo! ¡Ahí viene! ¡Ahí viene el loboooo!

Aldeanos (entran de nuevo con palos): ¿Dónde?, ¿dónde?

Pedro: ¡El lobo! ¡El lobo!

Aldeano 1: ¡Déjenmelo a mí! ¿Pero dónde está?

Pedro: ¡Ja, ja, ja! ¡Qué inocentes! ¡Cayeron otra vez en la broma! 

Aldeano 2: ¡Ya está bien, muchacho! ¡Ni una más! ¡Otra vez nos engañaste!

Aldeano 3: ¡Chamaco mentiroso! ¡A mí ya no me engañas más!

Aldeano 1: ¡Ni a mí!

Pedro: ¡No aguantan nada! ¡Sólo fue una inocente bromita!

(Los aldeanos se retiran y Pedro se sienta de nuevo junto al árbol)

Pedro (a sus ovejas): Bueno, ya me divertí un rato. Ahora me echaré una buena siesta…

Ovejas: ¡La que se viene encima!

Cuarto acto

Oveja 1: No me gusta nada este silencio…

La oveja 2: Ni a mí…

(Entra en escena el lobo muy despacito)

Lobo: ¡Estoy de suerte! El pastor durmiendo y las ovejas bien gorditas… ¡Es mi día!

Oveja 1: ¡Corre, amiga, que viene el lobo!

(Las ovejas comienzan a correr por el escenario y el lobo se pone a correr detrás de ellas)

Lobo: ¡No corran tanto! ¡Vengan ovejitas, que no les quiero hacer daño!

Ovejas: ¡Sí, sí, seguro! Beeeeeee


(Pedro se despierta)

Pedro: Pero, ¿qué ocurre? ¿Qué escándalo es este? ¡Ahí está! ¡El lobo! ¡Vecinos, el loboooo! ¡Que ha venido el
lobooo!

(Pedro comienza a correr también por el escenario gritando)

Pedro: Pero, ¿por qué no viene nadie? ¡Que ha venido el lobooo!

(Pedro se para en mitad del escenario mientras las ovejas salen corriendo perseguidas por el lobo)

Pedro: ¡Nadie me cree ya! ¡Qué desgracia más grande! Por mis mentiras me quedé solo y sin ovejas… Si ya lo
dijo Esopo hace años: ‘Nadie creerá a un mentiroso aunque diga la verdad’.

(Pedro sale del escenario cabizbajo)

Fin

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