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Afectación a las Pymes por aumento en el precio de gasolina.

Ante el constante aumento en el precio de las gasolinas en México, la Secretaría de Hacienda y


Crédito Público informó que el estímulo fiscal al Impuesto Especial sobre Producción y Servicios
(IEPS) a la gasolina Magna volverá aumentar.
Ahora, el nuevo subsidio es de 33.72%, lo que equivale a 1.62 pesos menos por litro de
combustible. Esto quiere decir que en lugar de que el consumidor pague la cuota total del IEPS
vigente en 2019, que es de 4.06 pesos, pagará 3.188 pesos por litro.
Pero la gasolina magna no fue la única en recibir un estímulo ante los precios altos que registra. En
el caso del combustible Premium, SHCP anunció un estímulo de 17.86%; con esto los conductores
pagarán sólo 3.33 pesos del IEPS por litro.
En el caso del diésel, Hacienda también anunció un aumento en el estímulo quedando en 24.91%.
Esto quiere decir que los autotransportistas no pagarán la cuota de IEPS completa, tendrán un
descuento de 1.31 pesos por litro dejando el impuesto en 3.96 pesos.
Es un hecho que en los últimos meses, la gasolina está por las nubes. El problema es que la subida
de precio no sólo afecta a los ciudadanos, también hace su parte con las empresas.
Piénsalo bien: si la gasolina sube de precio, este impacto repercute directamente en el precio de los
transportes, tanto por medio aéreo, terrestre o marítimo; esto también lleva a una subida del precio
en el coste de los factores de producción y, por tanto, al precio de los productos.
El problema es que ante la subida de precios en las gasolinas, el distribuidor debe subir los precios
de sus productos para tener menos impacto en el coste de envío. Al final Juan debe pagar un poco
más por los insumos y, si no quiere tener también pérdidas, deberá hacer lo mismo que su
distribuidor: aumentar un poco sus precios (lo que repercute en el consumidor).
Es un hecho que en los últimos meses, la gasolina está por las nubes. El problema es que la subida
de precio no sólo afecta a los ciudadanos, también hace su parte con las empresas.
Piénsalo bien: si la gasolina sube de precio, este impacto repercute directamente en el precio de los
transportes, tanto por medio aéreo, terrestre o marítimo; esto también lleva a una subida del precio
en el coste de los factores de producción y, por tanto, al precio de los productos.
Podemos poner de ejemplo a ‘Juan’, un emprendedor que comenzó hace poco un negocio de
comida en la Ciudad de México. ‘Juan’ ya tiene bien identificados a quienes le surten los productos
que cocinará en su restaurante.
El problema es que ante la subida de precios en las gasolinas, el distribuidor debe subir los precios
de sus productos para tener menos impacto en el coste de envío. Al final Juan debe pagar un poco
más por los insumos y, si no quiere tener también pérdidas, deberá hacer lo mismo que su
distribuidor: aumentar un poco sus precios (lo que repercute en el consumidor)

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