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Una 

locomotora de vapor o locomotora a vapor es un tipo de locomotora impulsada por la


acción del vapor de agua. Era la forma dominante de tracción en los ferrocarriles, hasta que a
mediados del siglo XX fueron reemplazadas por las locomotoras diésel y eléctricas.

Origen[editar]

Dibujo de la locomotora de Trevithick de 1802.

Los primeros ferrocarriles empleaban caballerías para arrastrar carros sobre rieles. Cuando se
desarrollaron las máquinas de vapor, se trató de aplicarlas al ferrocarril. Los primeros intentos
tuvieron lugar en Gran Bretaña; así, por ejemplo, Richard Trevithick construyó una locomotora
en 1804, 22 años antes de la máquina de George Stephenson.
Esta máquina tenía un solo cilindro, disponía de un volante de inercia y la transmisión de
fuerza a las ruedas se realizaba por engranajes. La locomotora de Trevithick no fue
incorporada al ferrocarril debido a que los raíles de hierro fundido no soportaron el peso de la
máquina y se dañaron en los tres viajes de prueba realizados entre las minas de hierro de
Penydarren y el canal Methry-Cardiff.

La Salamanca, primera locomotora de cremallera de John Blenkinsop

Se continuó utilizando la fuerza animal para el arrastre de los vagones, hasta que la escasez
de caballos y sus altos costos a consecuencia de las guerras napoleónicas obligó a volver la
mirada otra vez hacia las locomotoras. En 1811 John Blenkinsop patentó el sistema
de cremallera para locomotora. Finalmente en 1812 Matthew Murray diseñó y construyó la
locomotora Salamanca en los talleres Feton, Murray and Wood.
La locomotora disponía por primera vez de dos cilindros y montaba el sistema de cremallera
patentado por John Blenkinsop, solucionando el problema de peso de la máquina. Si la
locomotora era demasiado ligera no tenía suficiente adherencia, sus ruedas motrices
patinaban y no conseguía arrastrar la carga. Por el contrario, si la máquina pesaba
demasiado, mejoraba la adherencia pero dañaba los raíles. La Salamanca solucionaba estos
inconvenientes.

Locomotora The Rocket, preservada en el Museo de Ciencias de Londres

En 1826 se inició la construcción de la primera línea férrea del mundo entre dos ciudades:
el Ferrocarril de Liverpool y Mánchester. El proyecto de la línea se encargó a George
Stephenson, que tenía experiencia en el diseño de ferrocarriles de minas. En 1829 todavía no
se había decidido el tipo de tracción de los vagones. Las locomotoras empleadas en las minas
eran lentas y poco fiables, con frecuentes explosiones. Esa fue la razón de que inicialmente se
propusiera el proyecto de disponer de 30 máquinas fijas repartidas a lo largo del recorrido, una
por cada kilómetro, que por medio de sogas arrastrarían los vagones.
El 6 de octubre de 1829 se realizó un concurso en Rainhill para determinar si las locomotoras
eran adecuadas para la tracción en la nueva línea. El ganador se llevaría 500 libras esterlinas
y un lugar en la historia. Muchos proyectos como el "Cycloped" (un artilugio de tracción animal
construido por Thomas Shaw Brandreth) o la locomotora "Perseverance" de Timothy
Burstall (que no alcanzó la velocidad mínima exigida), tuvieron una presencia testimonial en la
prueba.
Finalmente compitieron tres locomotoras, la "The Rocket" de George y Robert Stephenson
(padre e hijo), la "Sans Pareil" de Timothy Hackworth y la "Novelty" del sueco John Ericsson y
del británico John Braithwaite. La ganadora fue la "Rocket" porque sus rivales no consiguieron
terminar la prueba por avería en las máquinas, como la "Sans Pareil" que tenía un cilindro
defectuoso construido en los talleres de Stephenson. A pesar de esta anomalía, la "Sans
Pareil" fue más rápida que sus competidoras. De esta manera la "Rocket" pasó a la historia no
por ser la primera o la mejor, sino por ganar las pruebas de Rainhill.
Fue la primera locomotora moderna de vapor que introdujo varias innovaciones, que luego
fueron empleadas en casi todas las locomotoras construidas desde entonces. Así, empleaba
una caldera multitubular, que fue idea de Henry Booth, mucho más eficaz para transferir el
calor de los gases de la combustión al agua. Las calderas anteriores consistían en una
sola tubería rodeada de agua. También utilizaba una tobera de salida del vapor de escape
para crear un vacío parcial que tirara del aire que alimentaba el fuego.

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