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Uno de los problemas que aqueja a nuestra sociedad desde tiempo remoto a través de la historia

es que no se logre la readaptación social de los internos y reducir el índice de la delincuencia.

Según resultados oficiales tanto a nivel internacional, nacional es alarmante que no se cumpla con
el fin de la pena por lo que es necesario se le dé importancia del caso ya que ve afectado el
instituto Nacional Penitenciario (INPE). Es inaudito ver la forma como la delincuencia ha alcanzado
grados magnitud, convirtiéndose de esta manera en el flagelo más cruento de la humanidad.

Conforme a los postulados principistas de nuestro ordenamiento penitenciario, se establece que la


ejecución penal tiene por objetivo la reeducación, rehabilitación y reincorporación del penado a la
sociedad así lo establece el artículo II del título preliminar del Código de Ejecución Penal, En tal
orientación el régimen penitenciario establece el conjunto de normas esenciales, que regulan la
disciplina, los derechos y obligaciones del penado, así como los beneficios penitenciarios a los
cuales pueden acceder como un factor importante para propiciar los fines propios del sistema.

Estos beneficios penitenciarios se orientan a dar mayor bienestar al interno, apuntando a su


readaptación social.

Desde la perspectiva de su naturaleza jurídica, los beneficios penitenciarios son beneficios


estimulados esencialmente, de orden premial (se sitúa en el derecho penal, prevé una serie de
beneficios penales), que forman parte del tratamiento progresivo y tienen aplicación en relación
directa al grado de desarrollo de la evolución de la readaptación del interno.

Identificación de las causas de impediente para la readaptación del interno.-

 No se aplica adecuadamente las normas jurídicas, desde la carta magna en la cual


establece en el artículo 139° inc. 22, “El principio de que el Régimen Penitenciario tiene
por objeto La Reeducación, Rehabilitación y Reincorporación del penado a la sociedad”.

 Por otro lado las causas impeditivas para la readaptación en el factor varón, la
personalidad del interno quien está conformado de acuerdo al medio biopsicosocial
donde vive, a esto se aúne no están formados con valores morales por el mismo hecho
que han crecido en lugares inhóspitos, de alto riesgo, carentes de cultura, instrucción,
analfabetos, que desconocen la ley, donde tiene muchos que ver la formación de la
familia, entorno social, en algunas ocasione provienen de lugares de alto riesgo de las
zonas marginales de la ciudad.
La criminología Moderna

Sobre la peligrosidad se han esbozados muchas explicaciones. Como manifiesta MASSIMO


PAVARINI, para la ideología correccional de la pena del siglo XIX la peligrosidad que pudieran
representar algunos delincuentes radicaba esencialmente en su estatus, más no así en una
naturaleza malvada. Bajo esta concepción, es peligroso quien tiene menos, y si se eliminaran estas
deficiencias se reduciría la peligrosidad social.

Otros, en cambio, han centrado su atención sobre la personalidad del delincuente, se le ha


calificado como lo dicen ZIMRING Y HAWKINS como moradores del presente porque se tratan de
individuos que tienen descontado del futuro, y por ello tienden a cometer actos pensando en la
inmediatez, llevado por el anhelo vehemente de codicias y enojos, concentrándose en exigencias
inmediatas y no parecen tener el habito de la previsión normal.

Dichos autores, califican también a estos individuos como poseedores de un optimismo irracional,
porque no siempre evalúan los costos y beneficios, no perciben las verdaderas probabilidades de
ser aprehendidos y tienden a subestimar la posibilidad de ser capturados. Se crean mecanismos de
inmunidad que les naturaliza el temor.

El jurista español GARCIA PABLOS DE MOLINA destaca también estos aspectos criminológicos,
señalados que algunos delincuentes por su patológico optimismo tienen una distorsión perceptiva
de la realidad, porque en el juicio de estos solo admiten la hipótesis del éxito es decir, que no se
detienen a evaluar el verdadero riesgo de sus acciones, como es el ser descubierto y detenido.

Destaca el referido autor que en las investigaciones del criminología se denota que a ciertos
individuos les preocupan más las consecuencias próximas de su conducta que las remotas (una
sentencia final condenatoria), sin embargo, deja claro que las investigaciones empíricas muestran
que la tasa de criminalidad no puede fresarse solamente con el rigor del castigo, porque en
algunos casos resulta contraproducente.

Todos estos conceptos, basados en la marginación o exclusión social, como factores


determinantes en la delincuencia, han dejado de ser aceptados básicamente en la prevención,
desplazándose la atención exclusiva en el delincuente, como se tenía anteriormente y en su lugar,
se desarrollan políticas de seguridad, contando con los medios técnicos modernos, e incidiendo en
las situaciones que incitan a la comisión de los delitos, considerando también el papel importante
que juegan las víctima.
La resocialización

Según IÑAKI RIVERA, el auge de esta ideología de la resocialización, se remota a los años de 1960 y
comenzó a definirse sobre la corresponsabilidad que tiene a sociedad en el delito, y la importancia
en el tratamiento de los condenados.

La idea de la resocialización, como aspiración surgió en los años setenta sin embargo, con el
trascurso de los años, estas ideas entraron en declive. Tal como lo manifiesta el jurista español
ABEL TÉLLEZ AGUILERA desde el siglo XIX se calificaba al tratamiento penitenciario como una de
las peores aberraciones del siglo, por sus entrepitosos fracasos y que el desafortunado eslogan
odia al delito y compadece al delincuente, resultaba una idílica idea que solo pueden creer las
mentes ingenuas.

Para el ex presidente del INPE LEONARDO CAPARRÓS, la mayor parte de la población de internos
logra resocializarse, y solo un sector minoritario pueden ser considerados como irrecuperables, y
que la mayor probabilidad de resocialización se encuentra básicamente en los jóvenes y en los que
recién se inician en el delito.

Conclusiones

o En la medias que los post-penitenciarios obtiene una técnica o una profesión, es la mejor
muestra de voluntad del ex recurso, de reinsertarse en la sociedad y por otro lado lo
permite contar con mayores posibilidades en el mercado, laborar, y mejora notablemente
su autoestima.
o El problema surge cuando el ex-interno se encuentra en los extramuros no cuenta con un
apoyo de la comunidad social, ya que esta propenso a la marginación y al rechazo o
indiferencia social. Por tanto se encuentra propenso a comer algún tipo de delito
recayendo nuevamente en un centro penitenciario.

Bibliografía

Eduardo Torres Gonzales, “BENEFICIOS PENITENCIARIOS” 2014. editorial IDEMSA.

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