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ración más moderada, la elaboración hohfeldiana supone un avance,


a partir del cual es preciso seguir reflexionando.

Lecturas recomendadas
La posición de KELSEN se halla en KELSEN, 1961: 123-200. Una
buena reconstrucción del aparato conceptual kelseniano puede verse
en NIÑO, 1983: cap. IV. El análisis de HOHFELD se encuentra en HOH-
FELD, 1913. Sobre este autor puede leerse en castellano NIEMI, 2001.
También resulta de interés el planteamiento de Alf Ross sobre los
derechos subjetivos (véase Ross, A., 1958: capítulos V, VI y VII).

CAPÍTULO VI
INTERPRETACIÓN DEL DERECHO

1. LA INTERPRETACIÓN JURÍDICA
De la relevancia que tiene la interpretación en el mundo del Dere-
cho da cuenta la siguiente frase atribuida al obispo Hoadly:
«Aquel que tiene una absoluta autoridad para interpretar cuales-
quiera normas jurídicas escritas o habladas, es en realidad el verdadero
legislador para todos los fines y propósitos y no la persona que por
primera vez las escribió o transmitió verbalmente» (Citado en KELSEN,
1945:183).

En estas palabras se pone el acento en la interpretación realizada


por ciertas autoridades, normalmente jueces, en el momento de la apli-
cación del Derecho. Sin embargo, como veremos más adelante, no
sólo las autoridades son capaces de interpretar, sino que cualquier
persona puede hacerlo aunque su interpretación pueda no tener la
misma relevancia jurídica. Ahora bien, ¿a qué llamamos "interpreta-
ción"?
Con el término "interpretación" se puede aludir o bien a una acti-
vidad, o bien al resultado de esa actividad. Si alguien afirma "Estas
son las reglas que debes seguir en tu interpretación" está usando "in-
terpretación" como sinónimo de "actividad interpretativa", mientras
que cuando se dice "Esta es la interpretación correcta" se hace refe-
rencia probablemente al producto de aquella actividad.
Los objetos susceptibles de ser interpretados pueden ser de dis-
tintos tipos. Así, a veces se habla de interpretar un acto o compor-
tamiento humano, interpretar un hecho histórico, interpretar una can-
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ción, interpretar un papel en una obra de teatro, interpretar un texto,


etc. En cada uno de estos casos, se está utilizando el verbo "interpretar" algún tipo de valoración o decisión. Por eso, la interpretación no sería
en sentidos diversos, aunque todos ellos tengan cierto aire de familia. una actividad puramente cognoscitiva. Las palabras no tendrían un
significado propio, sino sólo el que les atribuye quien las utiliza o quien
La interpretación jurídica consiste en interpretación de textos, bien las interpreta. Estos autores pondrían en entredicho la distinción entre
sea la actividad de descubrir o decidir el significado de algún docu- textos claros y textos oscuros, en la que se basa quien sostiene el con-
mento o texto jurídico, o bien el resultado o producto de esa actividad, cepto restringido de interpretación jurídica (GUASTINI, 2000: 5 ss.).
es decir, el significado al que se llega a través de aquella actividad. Podría decirse, en efecto, que la claridad y la oscuridad no son cua-
Después comprobaremos que el hecho de entender la actividad lidades intrínsecas de un texto que precedan a la interpretación. Por
interpretativa como una actividad de descubrimiento, de decisión o el contrario, son ellas mismas fruto de la adscripción de un significado
una combinación de ambas, permite diferenciar distintas teorías de a un texto, ya que, por un lado, únicamente después de interpretado
la interpretación. un texto podrá decidirse si es claro u oscuro, y, por otro, porque puede
existir controversia acerca de esas mismas características: lo que puede
Antes de avanzar, empero, hay que hacer una advertencia impor- resultar claro para unos puede resultar oscuro para otros. Además,
tante. En ocasiones los juristas hablan de interpretación de normas. un texto es claro sólo si los intérpretes concuerdan sobre su significado,
Esta forma de expresarse es correcta si por "norma" se entiende un o, al menos, lo es en la medida en que exista ese acuerdo. Pero si
texto normativo, pero si por "norma" se entiende el significado del esto es así, entonces la claridad ya no es una propiedad del texto,
texto normativo, como hemos sostenido en el capítulo III, entonces sino fruto de varias decisiones interpretativas que concuerdan.
resulta confuso hablar de interpretación de normas, ya que éstas no
serían el objeto de la actividad interpretativa sino su resultado. Por Por estas razones, en lo que sigue, utilizaremos el concepto amplio
tanto, diremos que se interpretan textos o formulaciones, cuyo sig- de interpretación jurídica, si bien no daremos por descontado que toda
nificado son normas, pero no que se interpretan normas (¿cómo podría actividad de interpretación es una actividad valorativa. En concreto,
atribuirse significado al significado?). será preciso señalar a la hora de analizar los problemas que presenta
la interpretación jurídica cuáles se pueden resolver adquiriendo un
mayor conocimiento lingüístico, y cuáles, en cambio, persistirán aunque
1.1. Un concepto restringido de interpretación jurídica seamos grandes expertos en materia lingüística.

Muchos juristas utilizan el vocablo "interpretación" para hacer 1.3. Algunas nociones lingüísticas
referencia a la atribución de significado a un texto o formulación nor-
mativa sólo cuando existen dudas o controversias en torno al mismo.
Después de todo lo dicho, podemos asumir, pues, que toda inter-
Éste sería un concepto restringido de interpretación jurídica, que pretación del Derecho empieza con un texto normativo, es decir, una
proviene de la máxima latina: ín clarís non fit interpretatio. Si se asume formulación lingüística escrita que expresa una o varias normas. Ello
este concepto, entonces no se puede hablar de interpretación cuando es cierto incluso en relación con las normas consuetudinarias, ya que
un texto sea claro y no dé lugar a dudas o controversias. Únicamente aunque se consideren que éstas son conductas, no cabe duda que en
serían objeto de interpretación los textos oscuros. última instancia son susceptibles de ser expresadas lingüísticamente .
Si las líneas y puntos negros que constituyen el aspecto físico del
1.2. Un concepto amplio de interpretación jurídica texto de una ley son capaces de influir sobre un juez o sobre los ciu-
dadanos, ello se debe a que tienen un significado, que es tanto como
decir que son utilizados como símbolos.
Otras veces, en cambio, se habla de "interpretación" para referirse
a cualquier atribución de significado a una formulación normativa, con
independencia de que existan dudas o controversias. En este sentido,
cualquier texto requiere siempre interpretación.
Quien adopta este segundo concepto suele enfatizar, aunque no
es necesario que así lo haga, que atribuir significado a un texto requiere 1 Sobre las cuestiones tratadas en este apartado véase GARRIÓ, 1990, y GÓMEZ y BRUERA,
1982, a los que seguiremos parcialmente.
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1.3.1. Signos y símbolos de objetos. Si tomamos, por ejemplo, como universo del discurso la
clase de los coches, los podemos clasificar de formas muy distintas
Hay que distinguir entre signos y símbolos. La presencia de abun- según los intereses que tengamos sin que ninguna de estas subclases
dantes nubes en el cielo, para alguien que posee el conocimiento nece- de coches sea la forma natural de clasificarlos. Los podemos clasificar,
sario, es el signo de que va a llover. Ahora bien, la luz roja de un como suelen hacer los concesionarios, por la marca, por el color, por
semáforo puede considerarse un símbolo que expresa la obligación las medidas, por el consumo de combustible; pero también podríamos
de detener un vehículo. Que ello sea así depende de una convención, clasificarlos por el número de sus matrículas, por el número del docu-
cuyo contenido podría haber sido distinto (asignando, por ejemplo, mento nacional de identidad de sus propietarios, por las iniciales de
tal significado a la luz verde en vez de a la luz roja). sus apellidos.
Por eso se dice que los símbolos son convencionales (la conexión Cuando el ser humano pretende referirse a un conjunto de objetos
entre el símbolo y lo que él simboliza es producto de los seres humanos con características semejantes, lo hace a través de palabras de clase
mediante acuerdo o uso), mientras que los signos son naturales (la o generales. Una palabra de clase es el nombre que se da a un conjunto
conexión entre el signo y lo que representa es causal, independiente de objetos que presentan propiedades semejantes. Por ejemplo, "Bar-
del acuerdo humano). Por tanto, los significados de los símbolos ori- celona", "Madrid", "Londres" son nombres propios, mientras que "ciu-
ginalmente no han sido descubiertos sino asignados. dad" es una palabra de clase.

1.3.2. Nombres propios y palabras de clase 1.3.3. Denotación y connotación

El lenguaje (escrito o verbal) es un sistema de símbolos, llamados Las palabras de clase tienen dos funciones: denotar y connotar.
palabras. Entre las palabras de los lenguajes con los que los humanos La denotación o extensión de una palabra está compuesta por los obje-
nos comunicamos se encuentran los llamados nombres propios, que tos por ella nombrados, es decir, los objetos que constituyen la clase
se caracterizan por representar a un determinado objeto y sólo a aquél. que nombra. La denotación de la palabra "ciudad" está formada por
todas y cada una de las ciudades. La connotación o intensión de una
Ahora bien, la enorme cantidad de objetos que constituyen el mun- palabra consiste en el conjunto de propiedades que un objeto debe
do hace que sea imposible referirnos a ellos asignándoles un nombre tener (según el criterio que se emplee) para ser nombrado por la pala-
a cada uno. Además, aunque esto fuera posible, un lenguaje que sólo bra. La connotación de la palabra "ciudad" puede ser, por ejemplo:
estuviera formado por nombres propios (uno para cada uno de los "población con más de 20.000 habitantes". Puede decirse, pues, que
objetos en los que solemos dividir el mundo) tendría un notable límite. la connotación o intensión constituye el criterio de aplicación de la
Sólo podríamos nombrar objetos pero no hablar acerca de ellos, ya palabra. Si en un determinado lenguaje una palabra sirve para designar
que nada podríamos decir acerca de las semejanzas y diferencias entre el conjunto de propiedades A, B, y C, entonces todos los objetos del
las características de los mismos. Cada objeto fundaría su identidad universo del discurso quedan automáticamente clasificados en dos gru-
no en sus diferencias en relación con otros objetos ("Esto es una silla, pos distintos: el de los objetos que tienen tales propiedades y el de
mientras que aquello es una mesa"), o en su pertenencia a un mismo los que no las poseen. Sólo a los primeros les será de aplicación la
género ("Esto es una silla"), sino a través del nombre que se le aplicaría palabra.
a ese y sólo ese objeto2.
Entenderemos, pues, en lo que sigue, que el significado de las pala-
Para evitar estos inconvenientes, se suele proceder a clasificar los bras de clase tiene dos componentes: la connotación y la denotación3.
objetos del mundo. Clasificar consiste en agrupar aquellos objetos que
tienen una o varias propiedades en común. Toda clasificación es dis-
crecional, ya que quien la hace elige el criterio de agrupación de objetos
que prefiere, sin que nada haya en éstos que obligue a agruparlos
de una determinada forma. Por consiguiente, no hay clases naturales
3 Dejaremos de lado en este capítulo los problemas de significado asociados a la fuerza
2 Sobre estas cuestiones, véase HOSPERS, 1975, cap. 1. de las expresiones y concentraremos nuestra atención en lo que llamamos en su momento el
sentido de las palabras. Véase, al respecto, supra, capítulo III, subapartado 1.1.1.
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cuestión y por la situación empírica en la que fue usada. Y ello es


1.4. Problemas de interpretación así porque los distintos significados de la palabra no guardan ningún
tipo de relación.
Las anteriores nociones lingüísticas son relevantes para los llama-
dos "lenguajes naturales". Son ejemplos de lenguaje natural los idiomas Si alguien dice, por ejemplo, "Ayer estuve sentado en un banco
que solemos utilizar para comunicarnos en la vida ordinaria, por ejem- del parque" es muy probable que en esta frase la palabra "banco"
plo, el castellano, el inglés, el francés, etc. signifique "asiento largo y estrecho para varias personas". En cambio,
si esa misma persona afirmara "Ayer fui a sacar dinero del banco"
Una particularidad de los lenguajes naturales es que suelen cumplir parece que aquí "banco" significa "establecimiento público de crédito".
la función de comunicación de manera bastante aceptable, pero a costa
de un grado considerable de imprecisión. b) Otros casos de ambigüedad generan mayores problemas, pre-
cisamente debido a que los distintos significados asociados a una pala-
En ciertos ámbitos se utilizan entonces lenguajes formales (por bra están relacionados entre sí. Podemos llamarlos supuestos de ambi-
ejemplo, la lógica o las matemáticas) que se caracterizan justamente güedad relacional. Esta relación puede ser de distintos tipos.
por eliminar esa imprecisión. Pero, a cambio, son poco adaptables a
las necesidades de la comunicación en nuestra vida cotidiana. En ocasiones se utiliza ambiguamente la palabra en el mismo tipo
de discursos. En un texto jurídico, por ejemplo, la palabra "Derecho"
Los textos normativos están formulados en lenguaje natural para puede significar en algunas ocasiones "conjunto de normas jurídicas
facilitar precisamente la comprensión del mensaje. Es por ello que vigentes en una determinada sociedad" y en otras "estudio que se lleva
todos los problemas que presenta este tipo de lenguaje a la hora de a cabo sobre aquel conjunto de normas". Si alguien afirma: "Voy a
poder determinar con precisión el significado de las expresiones uti- estudiar Derecho civil", puede estar refiriéndose a que su objeto de
lizadas, se trasladarán a la actividad de interpretación jurídica, la cual estudio lo constituyen las normas civiles o bien que será la asignatura
consiste precisamente en la atribución de significado a los textos nor- correspondiente, es decir, un conocimiento sobre las primeras.
mativos. Estos problemas son la ambigüedad, la vaguedad y la textura
abierta del lenguaje. Otras veces, una expresión se refiere al mismo tiempo a un proceso
y al producto del mismo (como la palabra "interpretación") y no es
fácil distinguir ambos usos por su evidente relación.
1.4.1. Ambigüedad
c) La ambigüedad puede venir dada, finalmente, por el orden
A menudo una palabra se usa con más de un significado. O lo en que aparecen las palabras en una determinada estructura sintáctica.
que es lo mismo, no todas las palabras son usadas en todos los contextos Por ello, pueden denominarse estos supuestos, casos de ambigüedad
para designar las mismas propiedades, con la misma connotación. Basta sintáctica. Esto sucede muchas veces con las frases adjetivales o de
echar una ojeada a un diccionario para comprobar la verdad de la relativo. La estructura sintáctica de estas oraciones permite que sean
anterior afirmación. A este fenómeno se le llama ambigüedad. interpretadas en dos sentidos diversos, ambos correctos desde el punto
Una palabra o una expresión lingüística es ambigua si tiene (en de vista lingüístico. Puede ocurrir que en algunos supuestos el contexto
el uso que hace de ella una determinada comunidad lingüística) más sirva para dirimir la cuestión; pero también puede ocurrir que no sea
de un significado o, lo que es lo mismo, expresa más de un concepto. así (véase Ross, A., 1958: 119 ss.). Por ejemplo, el artículo 1.347.7.°
del Código Civil establece: «Son bienes privativos de cada uno de los
No hay que confundir, pues, "palabra" y "concepto". Dos o más cónyuges: las ropas y objetos de uso personal que no sean de extraor-
palabras pueden expresar el mismo concepto (el mismo significado) dinario valor». En este caso, la frase de relativo «que no sean de
y una palabra puede expresar varios conceptos (varios significados). extraordinario valor», ¿debe entenderse que se refiere sólo a los objetos
Por ejemplo, "mesa" en castellano y "table" en inglés expresan el mismo de uso personal o también a las ropas? Cuando ni el contexto ni la
concepto, mientras que "gato" significa en castellano tanto un cierto situación son suficientes para eliminar la ambigüedad de una expresión,
tipo de animal doméstico, como un utensilio que sirve para elevar un sólo queda estipular cuál de los significados posibles se va a tomar,
vehículo. siendo tal estipulación fruto de una decisión pero no de conocimiento
Podemos distinguir varias clases de ambigüedad: lingüístico.
a) La mera homonimia se da cuando la ambigüedad puede ser
resuelta por el contexto lingüístico en el que aparece la palabra en
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guntas pueden variar teniendo en cuenta el momento en que se for-


1.4.2. Vaguedad mulen y el contexto al que se refieran. Hace años, en España un hombre
que midiera 1,70 era considerado alto, mientras que hoy sería con-
Cuando se trata de establecer cuáles son los objetos nombrados siderado bajo. Un hombre de 1,85 puede ser considerado alto en ciertos
por una palabra de clase o expresión lingüística general, puede suceder ámbitos (en fútbol, por ejemplo), pero bajo en otros (por ejemplo,
que la misma se refiera, sin duda alguna, a ciertos objetos; que, sin en baloncesto).
duda, no se aplique a otros; pero que haya otros objetos a los que
es dudoso si la palabra se aplica o no. Cuando esto sucede, decimos b) Una segunda forma de vaguedad se da cuando las dudas que
que el significado (o concepto) expresado por la palabra o expresión suscita la aplicación de una palabra general a un fenómeno concreto
es vago4. se originan en que los casos típicos de aplicación están constituidos
por un conjunto de propiedades que en el supuesto en cuestión apa-
Éste es un problema de imprecisión del lenguaje distinto al de recen estructuradas de una forma especial, y no resulta claro si el cri-
la ambigüedad, ya que ahora no estamos frente al desconocimiento terio implícito en el uso del término considera a todas ellas, o sólo
del significado de una palabra (puede ser que lo tengamos muy claro a algunas, condición necesaria y suficiente para su aplicación. Parece
después de haber analizado el contexto y la situación, o simplemente claro que actualmente nadie dudaría en afirmar que un automóvil es
lo hayamos estipulado), sino ante la indeterminación de la extensión un "vehículo", pero ¿lo es un ascensor o una escalera mecánica? ¿He-
o denotación de la palabra en relación con su connotación o intensión. mos de tomar en este caso como propiedad definitoria de "vehículo"
Hay que tener en cuenta, en este sentido, que la ambigüedad es una la de ser un instrumento que sirve para desplazarse en cualquier direc-
propiedad de las palabras, mientras que la vaguedad es una propiedad ción (con lo cual un ascensor y una escalera mecánica caen dentro
de los conceptos o significados. del campo de aplicación del término) o sólo horizontalmente, etc.?
Como explicación del fenómeno de la vaguedad se suele utilizar Nótese que en estos casos no tiene sentido preguntar qué es en realidad
la metáfora del foco de luz. El significado de una palabra sería como un vehículo. Si dudamos en ciertos supuestos si corresponde llamarle
un foco de luz con el que iluminamos el mundo. Habría, así, una zona "vehículo" a un determinado objeto, no es una muestra de nuestra
de total luminosidad, en la que existiría un criterio automático de apli- ignorancia acerca de una supuesta naturaleza del mismo que estuviera
cación de la palabra a determinados objetos (que caerían dentro del oculta y hubiera que descubrir, ni tampoco de ninguna carencia de
haz luminoso), otra de total oscuridad, en la que tendríamos un criterio conocimientos del idioma. Nuestra duda nace, simplemente, del hecho
de exclusión automático de aplicación de la palabra a determinados de no estar seguros si estará de acuerdo con el uso habitual de aplicar
objetos, y, por último, una zona de penumbra que se caracterizaría la palabra "vehículo" para designar el objeto en cuestión.
porque en ella se carece de criterio automático de aplicación o de En definitiva, en los casos de vaguedad, decidir si un objeto está
exclusión del término. Es la existencia de esta zona de penumbra la o no incluido en el campo de aplicación de la palabra pasa a ser,
que permite afirmar que el significado de una expresión es vago. de nuevo, el resultado de un acto de voluntad y no supone un acto
Pueden distinguirse diversos tipos de vaguedad: de conocimiento basado en un saber lingüístico. Una persona con gran
competencia lingüística sigue teniendo el mismo problema: debe tomar
a) Una primera forma de vaguedad es la que se da cada vez que una decisión basada en razones extra lingüísticas en los casos que caen
una palabra tiene como criterio relevante de aplicación la presencia en la zona de penumbra.
de una propiedad que en los hechos se da de una forma continua,
como la edad, la altura o el número de cabellos que una persona puede
tener, y pretendemos hacer cortes en esa línea continua a través de
expresiones tales como "joven", "adulto", "anciano"; "alto", "bajo"; 1.4.3. La textura abierta del lenguaje
"calvo", etc. Ya sabemos lo que quiere decir "joven" o "calvo". No
se trata de un problema de ambigüedad. Simplemente, carece de sen- El hecho de no tener dudas sobre la aplicación de una palabra
tido preguntarse a qué edad se deja de ser joven, cuántos cabellos o haber eliminado la vaguedad a través de la decisión a la que antes
hay que perder para pasar a ser calvo, o cuánto hay que medir para se aludió, no debe llevarnos a pensar que hay conceptos generales
ser alto. Téngase en cuenta, además, que las respuestas a estas pre- que no son vagos, porque todos lo son, aunque sea potencialmente.
El desconocimiento que tenemos de las propiedades que pueden
4 Estas ideas han sido utilizadas en el ámbito jurídico por HART (HART, 1961: cap. VII). llegar a tener en el futuro los objetos, hace posible esa vaguedad poten-
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cial, llamada por CARNAP "vaguedad intensional" (CARNAP, 1960) y por expresiones tales como "bienes de lujo". La denotación de esta expre-
WAISMANN "textura abierta del lenguaje" (WAISMANN, 1951: 119). sión puede variar ostensiblemente con el paso del tiempo. Cuando
apareció el televisor, éste era considerado un bien de lujo; ahora difí-
Si se nos pide que hagamos explícita la connotación de una palabra cilmente se incluiría este objeto dentro de la denotación de aquella
podemos indicar un cierto número de propiedades definitorias, y creer expresión.
que el resto de propiedades posibles no incluidas entre ellas están
excluidas como no relevantes. Sin embargo, esta creencia es errónea.
En puridad, sólo pueden considerarse excluidas como irrelevantes las
propiedades posibles que han sido tomadas en consideración, pero no 1.5. Lenguaje jurídico y lenguaje natural
las que no lo han sido.
Queda dicho, pues, que las normas jurídicas, en cuanto autorizan,
Cuando se presenta un supuesto en el que aparece alguna o algunas prohiben u obligan ciertas acciones humanas (normas prescriptivas)
de estas propiedades que no habíamos tomado en consideración es o determinan un movimiento correcto en la actividad jurídica (normas
normal que surjan dudas que no pueden ser eliminadas por un proceso constitutivas) se expresan a través de los llamados lenguajes naturales.
mecánico o deductivo a partir del significado usual de la palabra. En Tiene perfecto sentido que así sea, ya que si la autoridad normativa
este sentido, puede decirse que el uso de esa palabra está abierto, tiene la pretensión de ser obedecida por los sujetos normativos, éstos
no decidido de una vez por todas. Como dice WAISMANN, cuando pen- deben ser capaces de conocer el significado de las formulaciones nor-
samos haber delimitado completamente las palabras de clase, el caso mativas a través de las cuales se expresan las normas jurídicas. Lo
insólito nos muestra que en un aspecto no contemplado faltaba tal mismo puede afirmarse respecto a los órganos aplicadores del Derecho
determinación. No existe un criterio que sirva para incluir o excluir (especialmente, los jueces), ya que difícilmente podrían cumplir con
todos los casos posibles, por la sencilla razón de que no podemos prever la misión encomendada si no accedieran de alguna forma al significado
todos los casos posibles. de tales formulaciones.
No podemos agotar la descripción de un objeto ni, por tanto, for- Es cierto que el lenguaje del Derecho (y también el lenguaje de
mular una lista completa de todas las propiedades con relación a las los juristas, como hemos visto en el capítulo anterior) incluye defi-
cuales pueden registrarse variantes o combinaciones de eventual rele- niciones de ciertos términos, con lo cual se puede afirmar que es un
vancia. Y no podemos, simplemente, porque es imposible prever empí- lenguaje técnico, pero eso no puede llevar a creer que tal lenguaje
ricamente la aparición en los objetos de propiedades que no poseían ha pasado a ser un lenguaje formal.
en el momento en que se eligieron las propiedades definitorias de
la palabra para designarlos. Los lenguajes formales, como las matemáticas y la lógica, se carac-
terizan, frente al lenguaje natural, por carecer de ambigüedad y de
Esta es una idea especialmente fructífera en el ámbito jurídico. vaguedad. Un ligero vistazo a cualquier ley (o a cualquier libro de
Aunque hay que decir que no tiene sentido dar ejemplos de normas dogmática jurídica) bastará para percatarse de que la tecnificación pro-
que padezcan esta textura abierta, ya que ello podría ocultar el hecho ducida no elimina los casos de ambigüedad, vaguedad y textura abierta,
de que todas las normas tienen esa vaguedad potencial. Si se regula característicos de todo lenguaje natural, puesto que las definiciones
el comportamiento de una sociedad a través de normas generales y que se ofrecen siguen utilizando este tipo de lenguaje.
abstractas, el uso de las palabras generales, y con ellas la vaguedad,
resulta inevitable. Cuando en el artículo 20.4.° del Código Penal de 1995 se define
la legítima defensa a través de tres propiedades (agresión ilegítima,
Sí es interesante destacar, en cambio, que ni la vaguedad actual necesidad racional del medio empleado para impedirla o repelerla y
ni la potencial deben ser consideradas siempre como defectos. A veces, falta de provocación suficiente por parte del defensor), ¿alguien puede
su presencia permite mantener las mismas formulaciones normativas sostener seriamente que se ha acabado con la vaguedad? En cada caso,
vigentes durante mucho tiempo. Es decir, posibilita que, sin proceder los jueces deben tomar la decisión correspondiente sobre si una agre-
a su derogación, aquéllas se vayan adaptando, a través de las sucesivas sión determinada es "ilegítima", o sobre si la necesidad para impedirla
interpretaciones, a los cambios sociales que modifican la denotación o repelerla es "racional", o cuándo la provocación puede ser tildada
usual de ciertos términos. de "suficiente". Tales decisiones, en muchos casos, caen fuera del ámbi-
Un ejemplo característico de este proceso adaptativo de las for- to puramente lingüístico. Las posteriores precisiones que se realizan
mulaciones normativas que la vaguedad facilita, lo encontramos en jurisprudencialmente, puesto que también se llevan a cabo a través
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del lenguaje natural, siguen padeciendo la vaguedad y textura abierta formulación normativa como 3) "Queda prohibido fumar y comer en
propias de ese lenguaje. Sirva como mera ilustración alguna cita juris- esta sala" expresa dos normas: 4) "Prohibido fumar en esta sala" y 5)
prudencial relativa al segundo de los requisitos mencionados, "la nece- "Prohibido comer en esta sala".
sidad racional del medio empleado". La presencia de este requisito La discusión teórica acerca de la fuerza, descriptiva o no, que
exigiría, según el Tribunal Supremo: que no pueda recurrirse a otro poseen los enunciados interpretativos es una discusión todavía abierta.
medio no lesivo, proporcionalidad, en sentido racional y no matemá- Tres concepciones diferentes de la interpretación (cognoscitivista, no
tico, «que habrá de examinarse desde el punto de vista objetivo y sub- cognoscitivista e intermedia) debaten al respecto.
jetivo» (STS de 16 de diciembre de 1991), «en función no tanto de
la semejanza material de las armas o instrumentos utilizados, sino de
la situación personal y afectiva, en la que los contendientes se encuen-
tran» (STS de 7 de octubre de 1988), teniendo en cuenta «las posi- 2.2. Concepción cognoscitivista
bilidades reales de una defensa adecuada a la entidad del ataque, la
gravedad del bien jurídico en peligro y la propia naturaleza humana» Para esta posición, interpretar una formulación normativa F es,
(STS de 6 de junio de 1989), de modo que «esa ponderación de la en cualquier caso, detectar el significado de F, informando que F tiene
necesidad instrumental de la defensa ha de hacerse comprendiendo el significado 5. De acuerdo con esta concepción, la interpretación
las circunstancias en que actuaba el sujeto enjuiciado» (STS de 24 del Derecho tiene como resultado enunciados interpretativos prepo-
de septiembre de 1994). A pesar de las anteriores indicaciones, en sicionales, susceptibles de verdad o falsedad. La interpretación del
cada caso individual, los jueces deberán seguir tomando decisiones Derecho es una actividad cognoscitiva sobre cuya base es siempre posi-
«desde un punto de vista objetivo y subjetivo», sobre cuál es la situación ble determinar unívocamente el significado de los textos considerados.
«personal y afectiva» de los contendientes, sobre «la naturaleza huma- Cada cuestión jurídica admite, así, una única respuesta correcta: la
na», etc. que hace que el enunciado interpretativo sea verdadero.
Esta concepción ha estado asociada durante mucho tiempo al lla-
mado formalismo jurídico, que sostenía el mito de la certeza del Dere-
2. TEORÍAS DE LA INTERPRETACIÓN JURÍDICA cho, normalmente por razones ideológicas. Participarían de esta actitud
formalista la escuela de la exégesis francesa y la jurisprudencia de con-
2.1. Enunciados interpretativos ceptos alemana. Para estas visiones, la tarea de los jueces se basaría
en una aplicación mecánica de las normas generales a casos indivi-
Dado que interpretar consiste en determinar el significado de una duales. Los jueces no pueden (ni deben) en el trámite de aplicación
formulación normativa dada, puede llamarse "enunciado interpreta- efectuar ninguna modificación en aquellas normas.
tivo" a una expresión de la forma "F significa S", donde "F" representa
una formulación normativa determinada y "S" un significado definido5. El formalismo puede ser criticado, al margen de las consideraciones
ideológicas, por basarse en una concepción esencialista del lenguaje,
Como ya ha quedado establecido, una formulación normativa es según la cual se supone que detrás de las palabras se esconden las
la expresión lingüística de una norma y una norma es el significado esencias de las cosas, con lo que la tarea interpretativa consistiría en
expresado por esa formulación. Entre formulación normativa y norma descubrir tales esencias o verdaderas naturalezas.
no existe, también lo sabemos, una correspondencia biunívoca, pues
dos o más formulaciones distintas pueden expresar la misma norma Junto al formalismo, y fruto de una mayor sofisticación teórica,
y una misma formulación puede expresar dos o más normas distintas. actualmente la posición de DWORKIN puede encuadrarse dentro de la
concepción cognoscitivista6:
Una formulación normativa como 1) "Queda prohibido fumar en
esta sala" expresa la misma norma que 2) "No se permite fumar en «Mi argumento será —ha dicho DWORKIN— que, aun cuando nin-
esta sala". Todos los casos de obediencia de 1) serían de obediencia guna norma establecida resuelva el caso, es posible que una de las partes
de 2) y todos los casos de desobediencia de 1) lo serían también de 2). tenga derecho a ganarlo. No deja de ser deber del juez, incluso en
No es posible lógicamente obedecer una y desobedecer la otra. Una los casos difíciles, descubrir cuáles son los derechos de las partes, en
vez de inventar retroactivamente derechos nuevos. Sin embargo, debo
5 Sobre este apartado, véase MENDONCA, 2000a: 153-154; GUASTINI, 2000: 10-19: MORESO,
1998a: 112-116. 6 Para un análisis de esta concepción, véase IGLESIAS, 1999.
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decir sin demora que esta teoría no afirma en parte alguna la existencia
de ningún procedimiento mecánico para demostrar cuáles son los dere-
chos de las partes en los casos difíciles» (ÜWORKIN, 1977:146). 2.4. Concepción intermedia

Para los representantes de esta posición, interpretar una formu-


2.3. Concepción no cognoscitivista lación normativa F es, según el caso, detectar el significado de F, infor-
mando que F tiene el significado S, o adjudicar un significado a F,
estipulando que F tiene el significado S.
Según esta posición, interpretar una formulación normativa F es, De acuerdo con esta concepción, en determinadas circunstancias
en cualquier caso, adjudicar un significado a F, estipulando que F tiene la actividad interpretativa es una actividad cognoscitiva y en otras una
el significado S. De acuerdo con esta concepción, la interpretación actividad decisoria. Consecuentemente, algunos enunciados interpre-
del Derecho tiene como resultado enunciados interpretativos no pre- tativos son susceptibles de verdad o falsedad y otros no. Los textos
posicionales, carentes de valores de verdad. La interpretación del Dere- legales, pues, estarían parcialmente indeterminados, y, por consiguien-
cho no es una actividad cognoscitiva sino una actividad decisoria o te, existen respuestas correctas para ciertos casos: en los casos típicos,
estipulativa. Ninguna cuestión jurídica tiene, consiguientemente, una el Derecho se halla determinado y existe respuesta correcta para ellos;
respuesta correcta previa a la decisión judicial, por la sencilla razón en los casos atípleos, en cambio, el Derecho no se halla previamente
de que los textos legales son radicalmente indeterminados. determinado y no existe respuesta correcta para ellos.
Ésta es la posición defendida, entre otros, por los autores del rea- Ésta es la posición de HARTS:
lismo jurídico norteamericano7.
«He retratado la teoría del Derecho norteamericano —ha dicho
También GUASTINI la sostiene al decir: HART— como acosada por dos extremos, la Pesadilla y el Noble Sueño:
el punto de vista de que los jueces siempre crean y nunca encuentran
«Los enunciados interpretativos (...) no son ni verdaderos ni falsos. el Derecho que imponen a las partes en el proceso, y el punto de vista
Tales enunciados tienen la misma estructura profunda que las defini- opuesto según el cual nunca los jueces crean Derecho. Como otras pesa-
ciones llamadas estipulativas, esto es, aquellas definiciones que no des- dillas y otros sueños, los dos son, en mi opinión, ilusiones, aunque tienen
criben el uso efectivo de un cierto término o de una cierta expresión, muchas cosas que enseñar a los juristas en sus horas de vigilia. La verdad,
sino que proponen atribuir a un término o a una expresión un significado tal vez trivial, es que a veces los jueces hacen una cosa y otras veces
preferentemente a otros» (GUASTINI, 1993:109). otra» (HART, 1983: 348).

De acuerdo con esta posición intermedia hay, así, dos tipos de


La crítica que podría hacerse a esta concepción es que, al fijarse casos: casos típicos y casos atípicos. Los primeros son aquellos cuyas
de manera exclusiva en el proceso judicial, puede ofrecer una imagen características constitutivas están claramente incluidas en (o claramen-
distorsionada del Derecho y del fenómeno de la interpretación jurídica. te excluidas de) el marco de significado central de los términos o expre-
Puesto que los casos que llegan a los tribunales suelen ser contro- siones que la formulación normativa contiene. Los segundos, en cam-
vertidos, se puede llegar a creer que todos los problemas jurídicos bio, son aquellos cuyas características constitutivas no están claramente
lo son. incluidas en (ni excluidas de) el marco de significado central donde
se congregan los casos típicos.
Esta conclusión, sin embargo, es exagerada. Existen infinidad de
contratos que se cumplen y no se cuestiona su interpretación y otros Podemos decir que cualquier descripción adecuada de la actividad
tantos textos legales que son aplicados por los tribunales sin que ofrez- interpretativa debe admitir que no todos los casos son del mismo tipo
can mayores discusiones al respecto. Por poner sólo un ejemplo, cuando ni suscitan las mismas dificultades. Como ya sabemos, en el campo
la Constitución española establece, en su artículo 12, que la mayoría de referencia de toda expresión lingüística general hay una zona de
de edad se alcanza a los 18 años, no parece que éste sea un texto penumbra donde resulta dudoso si la expresión puede ser aplicada o
que ofrezca excesivos problemas de interpretación. no a un objeto determinado, pero no es menos cierto que también
hay una zona central donde su aplicación es predominante y cierta;
7 Para un análisis de esta concepción, véase TARELLO, 1962.
8 Para una defensa de esta concepción, véase también MORESO, 1997.
162 JOSÉ JUAN MORESO Y JOSEP MARÍA VILAJOSANA INTERPRETACIÓN DEL DERECHO 163

y es verdad, además, que la mayor parte de las expresiones son ambi- importante consecuencia relativa a la formación de los jueces y que
guas, por lo que éstas poseen dos o más campos de referencia, cada será bueno no olvidar cuando, en el próximo capítulo, abordemos el
uno de ellos compuesto de una zona central (de certeza) y una zona análisis de la tarea jurisdiccional:
de penumbra (de incertidumbre).
Parece razonable sostener, dada la textura abierta del lenguaje, «Si los jueces no quieren resolver a ciegas o de forma arbitraria
los casos de penumbra (...), no les basta con conocer a fondo las normas
que siempre existe la posibilidad de enfrentar situaciones atípicas frente jurídicas (...), tienen que poseer, además, una adecuada información
a las cuales es dudoso si la expresión se aplica o no, pero ello no de hecho sobre ciertos aspectos básicos de la vida de la comunidad
excluye que en otras situaciones, de carácter típico, no exista lugar a que pertenecen, un conocimiento serio de las consecuencias probables
a dudas. En definitiva, aceptar que toda expresión general posee siem- de sus decisiones y una inteligencia alerta para clarificar cuestiones valo-
pre una zona de penumbra no implica conceder que nunca posee una rativas y dar buenas razones en apoyo de las pautas no específicamente
zona de certeza. Aunque se puede dudar de si actualmente se está jurídicas en que, muchas veces, tienen que buscar fundamento» (GARRIÓ,
de acuerdo con el uso de la palabra "alto" para designar como tal 1990: 60).
a un varón que mida 1'80 metros, no hay duda que forma parte de
su denotación alguien que mida 2'10 metros; tampoco hay dudas de Saber cómo se lleva a cabo esta adjudicación de significado median-
que está fuera de su campo de aplicación quien mida 1'50 metros. te la actividad interpretativa y cómo se ofrecen buenas razones en
Hay que insistir en la importancia de distinguir entre la detección apoyo de las decisiones tomadas en casos de penumbra, requiere pasar
(total o parcial) de un significado preexistente y la adjudicación (total revista a las técnicas interpretativas que habitualmente usan los juristas.
o parcial) de un nuevo significado. La primera actividad es cognoscitiva,
puesto que el significado de una expresión está dado por el uso común
del lenguaje en cuestión (natural o técnico) o por la intención del 3. TÉCNICAS INTERPRETATIVAS
emisor de la expresión. Detectar el significado o los significados de
una expresión no puede ser sino una de estas cosas: detectar el sig- Toda interpretación, en el sentido del producto de la actividad
nificado que en contextos similares le acuerda un grupo hablante (o interpretativa, puede ser clasificada o bien como interpretación literal
un sector privilegiado de ese grupo hablante) o detectar el significado o bien como interpretación correctora9.
que efectivamente pretendió asignar a la expresión su emisor. En cual-
quier caso, ambas cosas pueden ser investigadas con métodos inter-
subjetivamente válidos y el problema puede ser resuelto mediante el 3.1. Interpretación literal
contacto con alguna realidad.
Claro está, sin embargo, que no siempre resulta posible determinar 3.1.1. Definición
así el significado de una expresión lingüística, y en tal caso es necesario
asignar estipulativamente un significado determinado a la expresión Suele decirse que la interpretación literal es la que atribuye a las
en cuestión. Cuando el intérprete ha agotado la investigación mediante formulaciones o textos normativos su significado propio10. Ahora bien,
métodos cognoscitivos y su duda subsiste, debe decidir si el caso se ésta es una afirmación engañosa, puesto que podría dar a entender
encuentra bajo la órbita de la expresión: para considerar el caso como que existe algo así como el significado propio de las palabras con inde-
incluido o excluido, el intérprete se ve forzado a adjudicar a la expresión pendencia de los usos que de ellas hagan los hablantes. Ya dijimos
un significado que, en relación con el caso, no tenía hasta entonces. que esto no es así. Por ello, si se quiere seguir empleando la expresión
Ese significado no estaba correlacionado con la expresión, pero se "interpretación literal" habrá de utilizarse otra definición.
resuelve que lo esté sobre la base de una decisión no determinada
por reglas lingüísticas preestablecidas. Entenderemos, pues, que la interpretación literal de un texto nor-
mativo es aquella que se adecúa al uso común de las palabras y de
Esa decisión discrecional, sin embargo, no tiene por qué ser nece- las reglas gramaticales en una determinada comunidad. Además, esti-
sariamente arbitraria, puesto que puede hallarse fundada en determi- pularemos que toda interpretación que no sea literal será correctora.
nados estándares valorativos adicionales (morales, sociales, políticos,
económicos) a partir de los cuales se ponderan las consecuencias de 9 Seguiremos en este epígrafe a GUASTINI, 2000: 25 ss.
la inclusión o exclusión. De esta peculiaridad ha extraído CARRIÓ una 10 Sobre la interpretación literal puede verse VERNENGO, 1971.
164 JOSÉ JUAN MORESO Y JOSEP MARÍA VILAJOSANA INTERPRETACIÓN DEL DERECHO 165

Una segunda versión, excluiría la interpretación extensiva (que


3.1.2. Argumentos justificadores de una interpretación literal como veremos en el próximo apartado es uno de los tipos de inter-
pretación correctora), pero no la restrictiva (que es el otro tipo de
La interpretación literal presenta muchos problemas. Para empe- interpretación correctora). Entonces, el argumento podría utilizarse
zar, no resulta fácil determinar cuál sea el significado común de una tanto para justificar una interpretación literal como una interpretación
expresión, ya que no siempre éste es unívoco y preciso, como ya se correctora restrictiva. En esta segunda versión del argumento, la inter-
dijo anteriormente. Además, las reglas gramaticales tampoco están pretación de "animales" seguiría sin admitir la ampliación de su deno-
siempre expresadas con la suficiente claridad. tación para incluir en ella a las plantas, pero permitiría excluir de la
misma, por ejemplo, a los animales racionales.
A pesar de estas dificultades, los juristas suelen aludir a ciertos
argumentos para fundamentar una interpretación literal. En ocasiones, En las dos versiones anteriores, el argumento a contrario se está
incluso, se sirven de ciertas máximas para poner de relieve que no empleando como un argumento interpretativo, es decir, como un argu-
se debe ir más allá de lo que quiso decir el legislador. Como ya se mento a favor de una determinada atribución de significado a un deter-
dijo, esto es lo que sucede cuando se postula un concepto restringido minado texto normativo. Una tercera versión, en cambio, lo concibe
de interpretación jurídica aludiendo a que in claris non fit interpretatio. no como un argumento interpretativo, sino como justificador de una
nueva norma. Esta suele ser la versión que prevalece entre los juristas.
No hay que despreciar el importante papel que juega esta máxima Así, se dice que del hecho de que una norma atribuya una determinada
a la hora de justificar interpretaciones literales en ámbitos como el consecuencia normativa a una determinada clase de sujetos, debe
Derecho penal contemporáneo en el que se suele prohibir expresa- entenderse que sólo a esta clase de sujetos y no a otros debe aplicarse
mente realizar interpretaciones extensivas de los tipos delictivos. Así, aquella consecuencia normativa. Una aplicación de esta tercera versión
el artículo 4.1.° del Código Penal de 1995 dispone: «Las leyes penales del argumento a contrario nos la ofrece el Tribunal Constitucional en
no se aplicarán a casos distintos de los comprendidos expresamente su Sentencia 21/1981, de 15 de junio. En ella se interpreta a sensu
en ellas». También se alude a la interpretación literal en el ámbito contrarío el artículo 25.3 de la Constitución, que reza:
del Derecho privado. Por ejemplo, el artículo 1.281 del Código Civil
establece: «Si los términos de un contrato son claros y no dejan duda «La Administración Civil no podrá imponer sanciones que, directa
sobre la intención de los contratantes se estará al sentido literal de o subsidiariamente, impliquen privación de libertad».
sus cláusulas».
Del tenor literal de este precepto, que habla sólo de la Admi-
A veces, también se utiliza el llamado argumento a contrario para nistración Civil, el alto Tribunal concluye a contrario que la Admi-
justificar una interpretación literal. Ahora bien, de este tipo de argu- nistración Militar (sobre la cual, fijémonos bien, nada se dice) tiene
mento se pueden ofrecer imágenes diversas, no siendo todas ellas equi- la potestad de imponer sanciones que impliquen privación de libertad.
valentes entre sí. Por esta razón, tal vez sea útil distinguir tres versiones Aquí este argumento se está usando de una forma creativa, por cuanto
del mismo. de una norma que establezca que para una determinada clase de sujetos
En una primera versión, se entendería^que el argumento a contrario (A) es de aplicación una determinada consecuencia normativa, no se
excluye toda interpretación correctora. Ésta es la versión que justi- infiere lógicamente otra norma que disponga que para otra clase de
ficaría, obviamente, una interpretación literal, ya que por las defini- sujetos (B) sea de aplicación la consecuencia contraria. De "Si A,
ciones ofrecidas, si una interpretación no es correctora, es literal. Se entonces Ó", no se sigue "Si B, entonces no-C". Quienes, a pesar de
diría, entonces, que el legislador dijo exactamente lo que quiso decir, ello, realizan tal inferencia, incurren en una variante de lo que en
excluyendo que haya que interpretar más de lo que dijo, pero también lógica se conoce como falacia de la negación del antecedente. "Si B,
menos de lo que dijo (según el uso común de las palabras utilizadas). entonces no-C" es, pues, una norma nueva que surge del argumento
Imaginemos una formulación normativa que incluya la palabra "ani- a contrario que, entendido de esta forma, no es un argumento lógi-
males". Un argumento a contrario, según esta primera versión, excluiría camente válido. Pese a ello es muy utilizado por los juristas, sobre
que "animales" se extienda a "plantas", por ejemplo, pero también todo a la hora de resolver casos de laguna normativa.
excluiría la posibilidad de restringir su denotación sólo a los animales
irracionales, con lo cual, por ejemplo, los seres humanos formarían
parte del campo de aplicación de la expresión.
166 JOSÉ JUAN MORESO Y JOSEP MARÍA VILAJOSANA INTERPRETACIÓN DEL DERECHO 167

a aquel primer supuesto (Q) la solución normativa que el sistema


3.2. Interpretación correctora jurídico contempla para el segundo (C2): "Si Q, entonces S"12.
El artículo 4.1. del Código Civil dispone:
La interpretación correctora, como vimos, se define por oposición
a la interpretación literal. Es correctora cualquier interpretación que «Procederá la aplicación analógica de las normas cuando éstas no
atribuye a un texto normativo un significado distinto al que tendría contemplen un supuesto específico, pero regulen otro semejante entre
los que se aprecie identidad de razón».
según el uso común de las palabras y de las reglas gramaticales en
una determinada comunidad. La interpretación correctora puede ser, La discusión, entonces, pasará a ser cómo determinar que existe
a su vez, extensiva o restrictiva. una semejanza entre los dos supuestos y, sobre todo, cuál es la razón,
Una interpretación es extensiva si amplía el significado literal de muchas veces solamente implícita, que justifica que para el supuesto
una formulación normativa, incluyendo en su campo de aplicación regulado se haya dado una determinada consecuencia jurídica que aho-
supuestos que, según la interpretación literal, no entrarían en él (amplía ra se pretende hacer extensiva al caso no regulado. Supongamos que
la denotación usual de las palabras). una ordenanza municipal establece la obligación de vacunar a todos
los perros de una ciudad. Cuando alguien se plantea si tiene la obli-
Una interpretación es restrictiva si reduce el significado literal de gación de vacunar a su gato se pueden dar dos soluciones. Primera,
una formulación normativa, excluyendo de su campo de aplicación interpretar, a sensu contrarío (según la tercera versión), que no existe
supuestos que, según la interpretación literal, entrarían en él (reduce tal obligación. Segunda, entender que la obligación de vacunar se
la denotación usual de las palabras). extiende a los gatos, dado que entre éstos y los perros existe una seme-
Veamos por partes cada una de estas estrategias interpretativas, janza (ambos son animales domésticos) y una identidad de razón para
mostrando, al igual que hicimos en relación con la interpretación literal, extender la obligación: evitar, por ejemplo, que transmitan enferme-
en qué argumentos se apoyan y cuáles son sus limitaciones. dades a las personas.
Un somero vistazo a su estructura basta para darse cuenta que
el argumento analógico, al igual que sucedía con la tercera versión
3.2.1. Argumentos justificadores de una interpretación extensiva del argumento a contrario, no es un argumento interpretativo, sino
un argumento creador de normas, siempre que lo utilice un juez dentro
Suele decirse que los argumentos que sirven únicamente para fun- de sus competencias. Precisamente, es a través de la creación judicial
damentar interpretaciones extensivas son el argumento analógico (tam- de una norma que se puede colmar la laguna que previamente se ha
bién llamado a simüí) y el argumento a fortiorí. detectado.

Argumento a fortiorí
Argumento analógico
La estructura de un argumento a fortiorí es muy parecida a la del
La estructura de un argumento analógico es la siguiente. En primer argumento analógico. En primer lugar, se parte de que un determinado
lugar, se parte de que un determinado supuesto de hecho o caso (Ci) supuesto de hecho o caso (Q) no está regulado por las normas de
no está regulado por las normas de un determinado sistema jurídico, un determinado sistema jurídico, es decir, que no viene establecida
es decir, que no viene establecida una solución normativa, lo que sig- una solución normativa, lo que significa que existe una laguna nor-
nifica que existe una laguna normativa n. En segundo lugar, se asume mativa. En segundo lugar, se asume que otro supuesto de hecho o
que otro supuesto de hecho o caso (C2), que guarda con el anterior caso (C2), sí que está regulado en ese mismo sistema (éste establece
una semejanza relevante, sí que está regulado en ese mismo sistema una determinada solución normativa): "Si C2, entonces S". En tercer
(éste establece una determinada solución normativa): "Si C2, entonces lugar, se concluye que con mayor razón hay que atribuir a aquel primer
S". En tercer lugar, se concluye que por analogía hay que atribuir supuesto (Ci) la solución normativa que el sistema jurídico contempla
para el segundo (C2): "Si Q, entonces S".
11 Respecto al concepto de laguna normativa, recuérdese lo dicho en el apartado 2.4 del
capítulo IV. 12 Para un estudio más detallado del argumento analógico, véase ATiENZA,1986.
168 JOSÉ JUAN MORESO Y JOSEP MARÍA VILAJOSANA INTERPRETACIÓN DEL DERECHO 169

Este argumento, al igual que el analógico, es un argumento creador correctora. Dentro de estos últimos, los hay que únicamente justifican
de normas y presupone la previa identificación de la razón por la que interpretaciones extensivas, o bien únicamente restrictivas. No obstan-
a un determinado caso se conecta una determinada solución normativa te, hay argumentos que sirven indistintamente para justificar tanto
y no otra. Pero, a diferencia del argumento analógico, el argumento interpretaciones literales como correctoras (y, dentro de estas últimas,
a fortiori requiere una mayor razón y no precisa, en cambio, similitud tanto las extensivas como las restrictivas).
entre los casos. A continuación ofreceremos un elenco no exhaustivo de este tipo
Este argumento tiene dos variantes. Si se usa para interpretar dis- de argumentos °. Deberemos tener en cuenta, además, que tales argu-
posiciones que confieren permisos asume la forma del argumento a mentos no se excluyen recíprocamente, por lo cual pueden utilizarse
majorí ad minus, al que se suele aludir diciendo que quien puede lo varios de ellos en apoyo de una determinada interpretación. Así mismo,
más puede lo menos. Si una disposición permite a los bancos cobrar se pueden usar para reforzar cualquiera de los argumentos que hemos
un interés por sus préstamos del 20 por 100, se entiende a fortiori visto hasta ahora14.
que les autoriza a percibir el 10 por 100. Si, en cambio, se usa para
interpretar disposiciones que instauran obligaciones o prohibiciones,
entonces asume la forma del argumento a minori ad majus. Si una Argumento psicológico
disposición prohibe viajar con perros en los trenes, puede interpretarse Se emplea este argumento cuando una determinada formulación
que con mayor razón prohibe viajar con cabras, aunque está claro que normativa se interpreta atendiendo a la voluntad del legislador, volun-
en el uso del lenguaje que compartimos nadie confunde un perro con tad que se manifiesta en su exposición de motivos, preámbulos y tra-
una cabra. bajos preparatorios.
El artículo 20.1.c) de la Constitución española, relativo a la libertad
3.2.2. Argumentos justificadores de una interpretación restrictiva de cátedra, ha generado controversia en cuanto a su alcance. Basándose
en un argumento psicológico, el Tribunal Constitucional ha sostenido
Pertenecería a esta clase de argumentos, el que GUASTINI llama lo siguiente:
argumento de la disociación. Este argumento consiste en introducir, «Aunque tradicionalmente por libertad de cátedra se ha entendido
a la hora de interpretar una determina disposición, una distinción que una libertad propia sólo de los docentes en la enseñanza superior o,
el autor de la misma no había establecido (entendidos los términos quizás más precisamente, de los titulares de puestos docentes deno-
de manera literal), con la finalidad de reducir el campo de aplicación minados precisamente "cátedras" y todavía hoy en la doctrina alemana
de aquella disposición sólo a algunos de los supuestos de hecho pre- se entiende, en un sentido análogo, que tal libertad es predicable de
vistos por ella. Está claro que este argumento es parasitario de algún aquellos profesores cuya docencia es proyección de la propia labor inves-
otro que justifique la restricción, tal como el argumento Ideológico, tigadora, resulta evidente, a la vista de los debates parlamentarios, que
ad absurdum, etc., que veremos a continuación. Si interpretamos que son un importante elemento de interpretación, aunque no la determi-
la clase "animales" debe subdividirse en las subclases "animales racio- nen, que el constituyente de 1978 ha querido atribuir esta libertad a
todos los docentes, sea cual fuere su nivel de enseñanza en el que actúan
nales" y "animales irracionales", para luego entender que la norma y la relación que media entre su docencia y su propia labor investi-
en cuestión se referirá sólo a los segundos, justificaremos la subdivisión gadora» (STC de 13 de febrero de 1981).
seguramente apelando a la finalidad que se persigue con la normativa
(argumento teleológico), o a que cualquier otra interpretación con-
duciría a resultados absurdos (argumento ad absurdum), etc. Argumento sedes materiae
Se emplea este argumento cuando una determinada formulación
3.3. Argumentos justificadores de una interpretación literal normativa se interpreta atendiendo al lugar que ocupa en el contexto
o correctora del que forma parte.

13 Un listado muy completo de argumentos que utilizan los juristas puede verse en TARELLO,
En los anteriores apartados hemos visto argumentos que pueden 1980: 341-396.
ser usados para fundamentar, por un lado, una interpretación literal; 14 Los ejemplos de cada uno de los argumentos los tomaremos de EZQUIAGA, 1987 y MEN-
y, por otro, argumentos que sirven para justificar una interpretación DONCA, 2000a: 169-172.
170 JOSÉ JUAN MORESO Y JOSEP MARÍA VILAJOSANA INTERPRETACIÓN DEL DERECHO 171

Los artículos 28 y 37 de la Constitución española, relativos al dere-


cho de huelga y al derecho de adoptar medidas de conflicto colectivo, Argumento a coherentia
respectivamente, han generado controversias en cuanto a su relación
y campo de aplicación. A los efectos de determinar el peso de uno Se emplea este argumento cuando una determinada formulación
y otro, el Tribunal Constitucional ha dicho, empleando un argumento normativa se interpreta prescindiendo de aquel (o aquellos) signifi-
sedes materiae, lo siguiente: cado(s) que suponga(n) una contradicción respecto de lo establecido
por otra formulación normativa ya interpretada.
«El primero de ellos se encuentra en la sección 1.a del capítulo 2.°,
que versa sobre los derechos y libertades, mientras que el segundo se El artículo 53.2 de la Constitución española, relativo a la tutela
encuentra en la sección 2.a del capítulo 2.°, que habla simplemente de de ciertas libertades y determinados derechos mediante el recurso de
los derechos ciudadanos. Esta colocación sistemática comporta eviden- amparo, ha generado dudas interpretativas, por cuanto se alude en
tes consecuencias en cuanto al futuro régimen jurídico de uno y de él «a los ciudadanos» como sujetos de tal tutela. El Tribunal Cons-
otro derecho» (STC de 8 de abril de 1981). titucional ha decidido ampliar dicha tutela a las personas jurídicas,
en base a un argumento a coherentia. Lo ha expresado de este modo:
Argumento ideológico «Una interpretación aislada del artículo 53.2. que limitara a la per-
sona individual esa tutela reforzada que dice este precepto, dejando
Se emplea este argumento cuando una determinada formulación para las otras personificaciones la tutela ordinaria, implicaría con este
normativa se interpreta atendiendo a su propia finalidad objetiva, supo- recorte al sistema de defensa de un derecho fundamental, una con-
niendo que fue dictada como medio adecuado para alcanzarla. clusión contraria a la que resulta —además del art. 24.1— del artícu-
lo 162.1.b) de la Constitución, en el que también a las personas jurídicas
El artículo 14 de la Constitución española dispone: se reconoce capacidad para accionar en amparo» (STC 53/1983).
«Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer
discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opi-
nión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social». Argumento ad absurdum

Este precepto ha generado controversia en cuanto a su alcance. Dada una formulación normativa a la que quepa atribuir varios
El Tribunal Constitucional ha señalado con insistencia que, en atención significados, ella debe ser interpretada prescindiendo de aquel (o aque-
a su finalidad objetiva, el artículo en cuestión no prohibe toda desi- llos) significado(s) que dé(n) lugar a consecuencias absurdas o que
gualdad, sino sólo aquella que carezca de una justificación objetiva contrasten con valoraciones del sentido común.
y razonable (STC de 2 de julio de 1981). El artículo 14 de la Constitución española, ya citado anteriormente,
ha generado dudas interpretativas en cuanto a su alcance respecto de
la igualdad en la aplicación de la ley. El Tribunal Constitucional ha
Argumento económico resuelto la cuestión, recurriendo a un argumento ad absurdum, de la
siguiente manera:
Se emplea este argumento cuando una determinada formulación
normativa se interpreta prescindiendo de aquel (o aquellos) signifi- «No existe (...), un mandato de igualdad absoluta que obligue en
cado(s) que suponga(n) una repetición respecto de lo establecido por todo caso al tratamiento igual de los supuestos iguales, pues ello sería
otra formulación normativa ya interpretada. contrario a la propia dinámica jurídica que se manifiesta no sólo en
la modificación normativa, sino también en una razonable evolución
Respecto de la interpretación del artículo 149 de la Constitución en la interpretación y aplicación de la legalidad (...). [CJarecería de
española, relativo a las competencias exclusivas del Estado, el Tribunal sentido un enjuiciamiento que habría de respetar por definición los ele-
Constitucional ha dicho, refiriéndose a la expresión «... y en general, mentos de Derecho conducentes a la nueva interpretación, so pena de
de todos los medios de comunicación social», contenida en el apar- asentar los pronunciamientos de los Tribunales sobre un principio de
tado 1.27, que ella no puede incluir, so pena de redundancia, materias predominio de los precedentes, que no es consustancial con nuestro
que estén reguladas en otros preceptos (STC 49/1984). sistema jurídico» (STC 63/1984).
172 INTERPRETACIÓN DEL DERECHO 17?
JOSÉ JUAN MORESO Y JOSEP MARÍA VILAJOSANA

Argumento pragmático Lecturas recomendadas


Una buena introducción a los problemas del lenguaje natural sigue
Se emplea este argumento cuando una determinada formulación siendo HOSPERS, 1967. Para la aplicación de esos problemas al ámbito
normativa se interpreta optando por aquel significado que lo haga más del Derecho hay que ver HART, 1961: cap. 7, y Ross, A., 1958: cap. 4.
eficaz para lograr su finalidad, prescindiendo del (de los) significado(s) Respecto a las teorías de la interpretación jurídica puede leerse MORE-
que la convierta(n) en ineficaz a ese respecto. so, 1997: cap. 5. Por lo que hace a las técnicas interpretativas, hemos
El artículo 28.1 de la Constitución española, relativo al derecho seguido básicamente el planteamiento de Riccardo GUASTINI (GUASTINI,
de sindicación, ha generado dudas interpretativas en cuanto a su alcan- 2000).
ce. Dice así:
«Todos tienen derecho a sindicarse libremente. La ley podrá limitar
o exceptuar el ejercicio de este derecho a las Fuerzas o Institutos arma-
dos o a los demás Cuerpos sometidos a disciplina militar y regulará
las peculiaridades de su ejercicio para los funcionarios públicos. La liber-
tad sindical comprende el derecho a fundar sindicatos y a afiliarse al
de su elección, así como el derecho de los sindicatos a formar con-
federaciones y a formar organizaciones sindicales internacionales o a
afiliarse a las mismas. Nadie podrá ser obligado a afiliarse a un sin-
dicato».

El Tribunal Constitucional, recurriendo a un argumento pragmá-


tico, ha dicho al respecto:
«Forma parte esencial del derecho de sindicación el derecho de
celebrar reuniones a las que concurran los afiliados al sindicato que
las convoque, con el objeto de desarrollar los fines propios del sindicato,
pues de otra forma el ejercicio del derecho sería lógicamente imposible»
(STC 91/1983).

Cada uno de los argumentos del listado anterior plantea, como


resultará obvio, problemas importantes a la hora de su aplicación, sobre
todo por la buena dosis de vaguedad que contienen sus respectivas
formulaciones.
Sucede, además, que no todos ellos son compatibles entre sí, y,
por consiguiente, no siempre conducen a idénticos resultados. Por otro
lado, no existen pautas generales que establezcan jerarquías entre ellos,
lo que dificulta la opción entre uno y otro ante un caso particular.
El artículo 3.1 del Código Civil, en el que se recogen los criterios
de interpretación que hay que usar en la tarea interpretativa, tampoco
es de mucha ayuda al respecto, ya que se limita a decir lo siguiente:
«Las normas se interpretarán según el sentido propio de sus pala-
bras, en relación con el contexto, los antecedentes históricos y legis-
lativos, y la realidad social del tiempo en que han de ser aplicadas,
atendiendo fundamentalmente al espíritu y finalidad de aquéllas».

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