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UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA MATANZA

DEPARTAMENTO DE CIENCIAS DE LA SALUD


MEDICINA
ESCENARIO CAMPO

Ficha de apoyo N°1: La observación participante

¿Qué es observar?

La observación es una técnica de recolección de datos, como tal, puede definirse como el uso
sistemático de nuestros sentidos en la búsqueda de informaciones que han sido definidas
previamente como de interés para el investigador. Sintetizamos entonces en la acción de
“observar”, todo aquello que implica ver, mirar, oír, escuchar, oler, sentir, etc. En esta técnica los
hechos son percibidos directamente, sin intermediaciones, accedemos directamente a “lo que la
gente hace”, y no a “lo que la gente dice sobre lo que hace”, como en el caso de otras técnicas de
recolección de datos, sean encuestas, entrevistas, etc.

La presencia del observador

Sin embargo, siempre debemos tener en cuenta que la presencia del observador puede provocar,
por si misma, una alteración o modificación de los sujetos observados, destruyendo la espontaneidad
de los mismos y aportando datos, por lo tanto, poco fiables.

La observación participante

Para evitar tales perturbaciones se han elaborado dos técnicas opuestas entre sí, la primera
consistiría en pasar lo más inadvertidos posibles, siendo parte del “telón de fondo” de la situación,
evitando concentrar la atención.

La otra forma de que las personas no se sientan observadas es mediante un procedimiento inverso,
que implica integrarnos a la acción de lo que estamos observando, participar como un miembro más
del grupo que la lleva a cabo, por eso se llama “observación participante”. Vemos entonces que se
trata de una doble tarea, asumir un rol dentro del conjunto y a la vez no perder la actitud
observadora.

De este modo se consigue ser testigo de los hechos “ desde adentro”, así podemos percibir no sólo
las formas exteriores, superficiales de las conductas sino también experimentar en carne propia las
actitudes, los valores, las sensaciones, que constituyen ese fenómeno que me interesa investigar. Se
suma entonces a la observación todo una dimensión emocional que permite un cuerpo de
información variado y completo.

Algo de historia…

Allá por 1922, Bronislaw Malinowsky, uno de los fundadores de la antropología y de esta técnica que
nace asociada a ella, escribía Los Argonautas del Pacífico Occidental; allí da cuenta de la necesidad de
la observación participante como técnica de recolección de datos, considerando que hay toda un1a
serie de fenómenos de gran importancia que no pueden recogerse mediante interrogatorios ni con el
análisis de documentos, sino que tienen que ser observados en su plena realidad. Llamémosles los
imponderables de la vida real.

Entre observaciones estructuradas y no-estructuradas.

En cuanto a las informaciones para registrar, hablamos de observaciones no estructuradas cuando


registramos lo que va apareciendo, sin una organización o estructura previa, lo que permite dar
lugar a los sucesos inesperados y no pasar por alto ningún aspecto importante que pueda
producirse. Cuando, por el contrario, establecemos de antemano una pauta de observación explícita
en que se detallan de antemano qué informaciones queremos recoger, hablamos de una observación
estructurada, contando así con la certeza de no habernos olvidado de registrar ninguno de los
aspectos centrales del fenómeno en estudio. Entre estos dos extremos, podemos realizar
observaciones semi-estructuradas, detallando más o menos la pauta de observación según las
necesidades y posibilidades.

Dos advertencias

A veces el gran compromiso que adopta el observador frente al grupo puede llegar a una
identificación tan intensa que perjudique la capacidad de “objetivar”, esto debe tenerse en cuenta
porque es sólo en el interjuego entre el adentro y el afuera, que es posible esa distancia óptima para
llevar a cabo la observación participante. La segunda advertencia se relaciona con adoptar dentro
del grupo, una sola de las posiciones posibles, restringiendo la posibilidad de captar las actividades
en su diversidad de facetas o puntos de vista.

Investigando-nos: la subjetividad en la observación participante

Es preciso considerar que a la hora de dar sentido a nuestras observaciones organizamos la


información disponible recurriendo tanto a nuestras nociones de sentido común, como a las
ideologías y teorías con las que miramos el mundo. Por eso debemos entender que el conocimiento
nunca es neutral, que siempre es un conocimiento situado, con un tiempo, un espacio, y un sujeto
que lo produce. Esto significa entonces que, como investigadores, co-producimos el conocimiento a
partir de nuestras nociones y supuestos, y debemos desarrollar la reflexión crítica sobre estas
nociones, estos supuestos, nuestro lugar en el campo, y las condiciones sociohistóricas en las que nos
situamos. El conocimiento que el investigador construye sobre los otros está estrechamente ligado
al conocimiento que produce de sí mismo y al que los otros producen de él. Así es que la
observación participante implica encontrarnos con la diferencia, sentirnos interpelados, y en ese
encuentro entonces no sólo conocer a un otro, sino también, conocernos a nosotros.

Bibliografía de referencia:

Boivin, M.; Rosato, A.; Arribas, V. Constructores de Otredad. Buenos Aires, Antropofagia,
2004.
Guber, R. El salvaje metropolitano. Buenos Aires, Legasa, 1991.
Malinowsky, B. Los argonautas del Pacífico Occidental. Barcelona, Península, 1975.
Sabino, Carlos. El proceso de investigación. Buenos Aires, Lumen Humanitas, 1996.

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Ficha de apoyo N°2: La entrevista

¿Qué es la entrevista?

La entrevista es una técnica de recolección de datos que implica una interacción entre el profesional
interviniente y la persona(s) que concurre a la institución. Sin embargo debe ser algo más que la
mera aplicación de una técnica.

La palabra entrevista en francés significa “entrevoir” (ver entre, a través de...). De ello deducimos
que en toda entrevista tendremos que seguir un proceso de indagación, observación, inferencia, para
conocer qué hay detrás de las palabras, los gestos y el comportamiento, para asegurar que
comprendemos aquello que pretende comunicar la persona

En este sentido, para que se establezca una buena relación entre los/as dos, el profesional deberá
crear un clima de respeto y empatía con el/la entrevistado/a, e irá encontrando la forma más
satisfactoria para comunicarse con el/ella, de manera que se favorezcan los objetivos con los que se
propició ese encuentro.

El proceso de entrevista no sólo supone estar atentos a qué dice el/la entrevistada, sino también a
cómo esto es dicho y al lenguaje corporal utilizado, esto proporciona información adicional de mucha
importancia cuando realizamos el análisis de la entrevista realizada. Asimismo, respetar los silencios
que pueden generarse en el proceso, ayuda a manejar los momentos de angustias o de introspección
por los que atraviesa el/la entrevistada, por lo que el/la profesional debe saber esperar y tomar en
consideración lo “no dicho”.

Tipos de Entrevista

De acuerdo con el objetivo y fin que tenga la aplicación de la técnica, existen diversos modos de
realizar una entrevista. En principio es posible distinguir entre “entrevista abierta” y “entrevista
cerrada”: la primera refiere a aquellas en la cuales las preguntas que se realizan a la/s persona/s
permiten que se expresen ampliamente y/o detalladamente en su respuesta. Por ejemplo: ¿Qué
pensás del aborto?.

El segundo tipo -entrevista cerrada-alude a aquellas preguntas con las cuales se obtendrían
respuestas concretas y/o “si ó no” en tanto no se orientan a priori a profundizar en la información.
Por ejemplo: ¿Tenés computadora? - ¿Tenés hijo/as? - ¿Vivís en el partido de La
Matanza?.Generalmente encontramos este tipo de preguntas en cuestionarios estructurados, como
por ejemplo los censos.

Asimismo, entre los tipos de entrevista podemos mencionar también las entrevistas
semiestructuradas, que son aquellas en las que está determina de antemano cual es la información
relevante que se quiere conseguir. Se hacen preguntas abiertas dando oportunidad a recibir más
matices de la respuesta. Por ejemplo: las historias clínicas.

Consideraciones relevantes al entrevistar

A partir de lo expuesto anteriormente, es importante considerar que éste instrumente no puede ser
comprendido como un conjunto de elementos previamente construido, que conserva “su formato

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original, entrando cada día en el proceso con la misma forma”, pues éste se crea, construye y
reconstruye en el devenir de la práctica en desarrollo, a partir del complejo de relaciones que se
establecen entre el profesional/usuario/institución, en contextos socio-políticos determinados.

“Cualquier instrumento o técnica de intervención no es un fin en sí mismo sino que cobra sentido en
tanto la intervención profesional esté enmarcada bajo principios éticos específicos que orienten el
quehacer profesional. Esto hace que el profesional deba aprender a observar, saber comunicar,
entrenarse en ciertas habilidades específicas y desarrollar ciertas actitudes profesionales, con el
agregado de ser auténticos y transparentes, aceptando y valorando al otro como persona y tratarlo
de entender en su contexto; además de ser consciente de las situaciones y riesgos que implica
establecer una interacción personal y que por lo tanto ésta debe hacerse de la manera más apropiada
posible”.

Desde esta perspectiva, si entendemos “la entrevista” como una instancia dialógica entre el
profesional y los/as entrevistados/as, podemos ubicar en la misma dos momentos regidos por la
lógica de estar insertos en un mismo proceso, cuya relación no es lineal sino dialéctica:

En primer lugar, ubicamos la reconstrucción de las manifestaciones de la problemáticas que se


objetivan en la vida cotidiana de los sujetos. Esta dimensión, a su vez, abarca la comprensión de la
relación existente entre las mencionadas problemáticas con la visión que los sujetos tengan de las
mismas. Por otro lado, a partir del momento anterior, implica el ejercicio de una acción vinculada a la
desnaturalización y a la problematización de la situación por parte del entrevistado/a.

Bibliografía de referencia:

CÁCERES, Leticia; OBLITAS, Beatriz y PARRA, Lucila. “La entrevista en Trabajo Social”.
Espacio Editorial. Buenos Aires. 2000. pp. 23-32
Guber, Rosana, La etnografía. Método, campo y reflexividad. Capítulo 4
Mallardi, Manuel; “La entrevista en los proceso de intervención profesional del Trabajo
Social. Diálogos con la filosofía Bajtiana”.

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