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CARTILLA

Práctica I

Etnografía
Educativa
Utilidad y usos de
la etnografía en la
educación

Contenido
1 ¿Qué es la etnografía?
2 Eurocentrismo etnográfico
3 La alteridad en la comprensión de las edades escolares
4 La etnografía en la escuela
5 Incertidumbre e hipótesis
6 Análisis de grupos
7 Entrevistas sobre encuestas
8 La etnografía educativa en las ciencias sociales

Palabras clave: etnografía, antropología, etnografía educativa


1. ¿Qué es la etnografía?
La etnografía puede ser definida como un método. Cuando hablamos de etnografía como método
nos remitimos inmediatamente a la antropología como la disciplina de la que se desprende este
método etnográfico, que en principio trataba de describir a las comunidades y grupos humanos.
El antropólogo observaba y describía las costumbres, las prácticas, las cosmovisiones, los
comportamientos y las relaciones entre grupos sociales que eran diferentes a él. En este sentido el
método se funda para la descripción del otro. Este ejercicio ubica una clara direccionalidad porque
se reconoce al otro en cuanto es diferente al que investiga, es decir, el otro adquiere ese carácter
porque es diferente al que observa, la vara de medición la pone la subjetividad del investigador.
Así, por ejemplo, si la cultura de la que proviene el investigador practica la monogamia y el grupo
humano sobre el que recae su investigación es poligámico el grupo será el contrario o la negación
de lo que el investigador es. Es por esta razón que el método etnográfico debe limitarse a describir
“objetivamente” la realidad de la comunidad y el grupo humano. Sin embargo, poco a poco la
etnografía va desplazándose a otras disciplinas en las que el método también sufre transformaciones.

2. Eurocentrismo etnográfico
En su concepción original, la etnografía desde la antropología surge con el carácter de ser una mirada
occidental del otro; en este sentido, de cómo se podría entender al no-europeo. Es así, como las
características de este tipo de etnografía primigenia tenía que ver con el colonialismo que se inicia con
el descubrimiento, conquista e invasión del “nuevo mundo”. Los seres humanos de las colonias eran
radicalmente diferentes a los europeos. En la modernidad se crea todo ese discurso con el cual se va
a imponer la superioridad europea, occidental, civilizada sobre las otras culturas del planeta. Así como
todo lo que no era romano era considerado bárbaro. En la modernidad se fabrica un pasado glorioso
de una evolución de la cultura que tenía su origen en la cultura griega, la cultura helenística, la cultura
romana, la cultura bizantina y el renacimiento europeo. Toda esta línea evolutiva occidental legitimaba
la superioridad de unos sobre otros. Debido a este discurso imperante, se construyó la visión de
civilizar al mundo salvaje no occidental. Tanto la religión católica como el pensamiento racional
tuvieron en consolidación del sistema colonial el mismo papel: construir al no-europeo. Si bien, las
prácticas y los métodos fueron distintos, siempre se trató de dotar de un alma, de una racionalidad, de
un pensamiento a aquellos que no tenían la capacidad de hacerlo por sí mismos. Tiempo después en el
siglo XVII, durante la Ilustración, se continuó con esta lógica.

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Con todo este discurso operando de manera legítima en la empresa colonial, surge la etnografía
antropológica para construir científicamente al otro. Por ejemplo, el caso de los indígenas
latinoamericanos: era preciso entender su comportamiento, su cultura, sus tradiciones, sus costumbres,
siempre desde una mirada de tutoría de superioridad.

Como eje fundamental de este tipo de etnografía aparece la comparación. Entender lo que es diferente
solo es posible en cuanto una comparación, y el referente es el europeo. Luego la comparación se
basaba a su vez en una negación: lo europeo y lo no-europeo. Así, el ejercicio comparado creaba una
escala de civilidad de los objetos observados y de esta manera había grados de civilización y el patrón de
medida era el europeo.

El carácter puramente descriptivo de esta etnografía consistía solamente en describir los objetos de
estudio, un acto que tiene que ver con el relato objetivo de lo que sucede en una dinámica de los objetos.
Por ejemplo, la organización social, sus prácticas cotidianas, sus formas de producción, su sistema de
creencias. Sin embargo, esta postura impedía la reflexión, de hecho, un acto reflexivo de una u otra
forma contaminaba el proceso de observación de los objetos. Esta postura positivista aún se conserva
cuando se trata de hacer etnografía.

Este tipo de etnografía distingue al sujeto observador del objeto observado. La diferencia es muy radical,
pues precisamente, estos observadores eran europeos con todas las connotaciones que eso implica
(superioridad, civilidad). Los objetos observados eran precisamente eso, objetos que debían ser dotados
de una identidad a través del sujeto observador. Es así como la identidad de los objetos era construida
como efecto de la negación del europeo. Luego era una identidad secundaria, construida artificialmente
por la narrativa europea. Todo lo que era el objeto era negación del sujeto observador. El grado de
civilidad consistía en qué tanto se parecía al europeo. Entre más se pareciera a este se trataba de una
otredad que se parecía al referente a seguir. El discurso de la modernidad aún hoy es dominante en el
mundo del siglo XXI. Todo el discurso económico del desarrollo está enfocado en cómo los países menos
desarrollados pueden llegar a tener el desarrollo de los países más desarrollados. Esto es un viejo rezago
de la modernidad de cómo los grupos humanos del nuevo mundo pueden llegar a ser como los europeos.

Sujeto Objeto
observador observado

Figura 1. Dualidad en la etnografía clásica


Fuente: elaboración propia

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Este discurso europeo occidental moderno impedía ver las dinámicas propias de los otros. El objeto
observado, al carecer de subjetividad, carecía también de unas dinámicas propias, de una cultura
propia, de una construcción social, política y económica propia. Porque sus dinámicas propias no eran
más que una ausencia de las formas europeas. El acto de la observación debía capturar la forma del
objeto, describirlo en su estado natural. No obstante, se creía que se estaba captando la esencia del
objeto al describirlo de manera neutral, pero lo cierto es que este proceso captaba la apariencia de los
objetos observados pues para penetrar su esencia se necesitaría entenderlos como sujetos con una
voz propia.

La teoría de la evolución del siglo XIX afecta fuertemente este método de estudio en la antropología.
Consistía en insertar al europeo en la cúspide de la evolución y a los otros grupos humanos como un
estadio inferior de esa civilización. Los grupos humanos no-europeos eran definitivamente inferiores
en varios aspectos. Luego, este discurso se impuso y perdura hasta la actualidad. Este efecto es un
rasgo distintivo del colonizado y del subdesarrollado. Tratar de entender realidades no europeas desde
lógicas europeas; pedir al académico europeo un concepto sobre realidades de las que él es ajeno.
El eurocentrismo etnográfico afectó la forma de hacer etnografía y aún hoy está vigente en algunas
investigaciones. Algunos rasgos han perdurado con otros sentidos. Por ejemplo, la negación entre el
adulto y el niño no es más que la reproducción de esta lógica que ahora es traducible en la negación
adulto y no-adulto.

3. La alteridad en la comprensión de las edades escolares


La construcción del otro que ha sido una constante desde la etnografía clásica ha sido criticada por
otros enfoques que permiten la reflexión más allá de la simple descripción. Ya el historiador de la
infancia Phillipe Ariès (1998), en su texto clásico El niño y la vida familiar en el antiguo régimen, logra
demostrar cómo la modernidad ha creado poco a poco el concepto de la infancia. Antes de esto, en
la Edad Media, no existía como tal la diferencia entre los niños y los adultos. Aunque su trabajo ha
sido fuertemente criticado ha servido como referente para historizar la infancia y para introducir la
discusión de las diferencias entre las edades de los humanos.

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Primera
Infancia Adolescencia Juventud Gravitas Senectus
infancia

Figura 2. Seis edades de la vida


Fuente: Le Goff (2016)

Una vez creada esta diferenciación, la niñez ha sido vista como la ausencia o negación del adulto por el
discurso etnográfico clásico. Al respecto la profesora Diana Milstein (2015) señala que:

La categoría niñez así como la adjetivación infantil, históricamente tal como ha sido construida
en las sociedades occidentales, permite constatar que las dimensiones físicas de los niños han
operado como marca distintiva que se extiende hacia atributos de minoridad en lo cognitivo,
social y afectivo y da como resultado una caracterización de los niños como seres carentes,
incapaces, deficitarios, dependientes por su propia condición biológica y ontológica. (p. 198)

Considerados los niños como los otros, se repite el discurso etnográfico eurocéntrico por otras vías. Al
respecto en filósofos como Immanuel Kant, considerado uno de los pensadores más importantes de la
historia de la humanidad y principal pensador de la Ilustración, alcanzar la razón es alcanzar la mayoría de
edad, pensar por sí mismo. En consecuencia, llama a aquellas personas adultas no racionales carentes
de autonomía como personas que están en su “minoría de edad”, ya que no han salido de su “merecida
tutela” en este caso otro adulto dominante que puede estar representado por el Estado Nación
Moderno. En todo caso, la minoría de edad kantiana es no pensar por sí mismo y conlleva a concluir
que los menores de edad no piensan y carecen de autonomía. Aquí se encuentra otra característica del
discurso en el que se encuentra la etnografía y la infancia. Pero esto también es válido para las edades
escolares (en la lógica de las edades: primera infancia, infancia, adolescencia y juventud). Aquí, estas
edades carecen de autonomía a la manera kantiana. Esto es expresado en la historia de la pedagogía
como la tabula rasa en la que los maestros y maestras deben llenar de contenido esos recipientes vacíos
que son los sujetos escolares. Todo el discurso moderno desde sus distintas etapas desde el siglo XV
hasta el siglo XXI se basan en esta concepción de las edades escolares. Inevitablemente la escuela ha
quedado atrapada en esta situación, precisamente porque la institución escolar funde sus raíces en el
discurso de la modernidad.

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Una alternativa a esta visión es hacer una etnografía del sujeto escolar que tenga en cuenta la alteridad. El
sujeto escolar es autónomo y tiene líneas de desarrollo diferentes a las del adulto. Aquí los enunciados del
no-adulto, de que el sujeto escolar sea ausencia y negación del adulto, se convierten en un limitante para
conocer la riqueza del mundo de los escolares. Su autonomía y su desarrollo tiene que ver con procesos
distintos a los de un adulto. “Ponerse en los zapatos” del sujeto escolar para poder describir, explicar y
comprender su forma y su esencia. Al considerar al sujeto escolar como un sujeto y no como un objeto
podemos apreciar todo el potencial que se despliega para el estudio etnográfico. En este sentido, la misión
de una etnografía de los sujetos escolares tiene que propender a la alteridad.

¿Sabía que...?
La Real Academia Española (2020) define
la alteridad como la “condición de ser otro”.

4. La etnografía en la escuela
Los sujetos escolares son investigadores en potencia. Considerarlos de esta manera abre la posibilidad
de que una etnografía en la escuela tenga otro sentido. Ya no el sentido clásico en que se convierten
en la ausencia o negación de algo sino en el que se involucran en el proceso de construcción discursiva
de una etnografía escolar, ¿quién mejor que ellos pueden describir, explicar y reflexionar sobre la
institución escolar? Hay cosas que por más preparación académica que tenga el maestro y la maestra
no van a poder comprender de la institución escolar o si se quiere, de una institución escolar concreta.
Por considerar algún aspecto de la geografía de la percepción: el patio escolar produce un efecto
emocional distinto entre los sujetos escolares y a su vez produce un efecto distinto en un profesor. Es
de suponerse que la hora del recreo puede ser la hora más feliz de la jornada escolar pero esa realidad
abstracta no puede ser cierta para un niño o niña víctima de bullying. Por eso es necesario escucharlos. El
niño y la niña son investigadores innatos. La curiosidad científica y la capacidad de asombro se encuentra
en el mejor momento pues tratan de entender y explorar el medio circundante. La etnografía de la
escuela debe integrar al sujeto escolar al proceso.

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Esto lleva a que sean los principales sujetos los que puedan dar cuenta de sus emociones, percepciones
y construcciones mentales alrededor de la escuela, la familia y la sociedad. En la adolescencia, la forma
como se percibe el consumo de algunas sustancias psicoactivas es radicalmente distinta a la sociedad y a los
profesores de una institución. ¿A qué se debe esta particularidad? Los cambios generacionales impiden ver
las dinámicas propias de las nuevas generaciones. Es así como los adultos investigadores cargan evidentes
estructuras mentales que los llevan a pensar de tal o cual forma. La lógica aquí es tener una posición de
apertura con el fin de comprender al sujeto escolar.

El adolescente pone una barrera entre los prejuicios del adulto profesor y entre sus formas de
experimentar. Es usual entrar a juzgar las conductas de los adolescentes más que entrar a comprenderlas.
Aquí hay una delgada línea que se debe tener en cuenta. No es acolitar los comportamientos que pueden
llegar a ser nocivos, sino comprender la razón de que tengan estos comportamientos. Solamente de esta
forma se podría ayudar en una situación así. ¿Quién mejor que los sujetos escolares pueden dar información
al respecto? Así, en la etnografía educativa se debe involucrar a los sujetos escolares en el equipo de
investigación. Una de las competencias del siglo XXI es el trabajo en equipo, enseñar a los estudiantes esta
habilidad desde la práctica es fundamental para su formación. El estudiante se compromete con hablar
de la percepción de su realidad. Los ejercicios etnográficos en la escuela en la que involucran los sujetos
escolares también pueden ayudar a comprender la comunidad educativa y la sociedad.

5. Incertidumbre e hipótesis
La investigación etnográfica clásica arranca de unas hipótesis sobre la construcción del otro. Una etnografía
escolar no debe tener prejuicios ni suposiciones sobre lo que será investigado. Las hipótesis determinan con
fuerza la realidad que se investiga a tal punto que a veces se falsea la realidad por el hecho de hacer encajar
la realidad en la hipótesis. Este comportamiento, heredado del positivismo, no permite comprender la
complejidad. En este sentido, es necesario volver a la incertidumbre como un elemento fundamental de la
etnografía.

Arrancar sin prejuicios de lo que se pueda descubrir, que sea la misma realidad la que vaya guiando el
proceso etnográfico. De esta manera, poner de presente la incertidumbre es hacer que el proceso
etnográfico esté apegado más a la realidad que a unos ideales que se encuentran en la teoría o en el
pensamiento del investigador. En la actualidad la incertidumbre ha sido un concepto que está en boga por
las ciencias físicas, la pérdida de certezas en distintas disciplinas ha llevado a que, para poder entender una
realidad compleja, es necesario guiarse por la incertidumbre porque la hipótesis induce al error.

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En la etnografía hecha en la escuela las certezas se construyen paso a paso, la realidad escolar debe
sorprender al investigador y al equipo constituido por los sujetos escolares.

6. Análisis de grupos
Los sujetos escolares están atravesados por una multiplicidad de variables que es necesario
deconstruir para poder comprender las dinámicas escolares. Una matriz clásica (Tabla 1) puede aportar
información acerca de los grupos de estudiantes. Sin embargo, el objetivo del análisis de grupos tiene
que contar con la percepción de los sujetos escolares. Por ejemplo, descifrar la variable clase social
(Y) no solamente consiste en aportar la estratificación económica del estudiante, sino que tiene que
responder a ¿cómo es la clase social a la que pertenece el estudiante? El concepto de clase social es
un recipiente vacío quien vierte de conocimiento el concepto del estudiante. Así, la pertenencia a una
clase social está atravesada por dinámicas culturales, económicas, sociales y políticas que la etnografía
educativa puede comprender en cuanto se apoye en la colaboración de los estudiantes.

Tabla 1. Matriz multivariable. Variables de los niños y las niñas en la institución escolar

Edades Nacionalidad Género Etnia Clase social


U V W X Y

Fuente: elaboración propia

El análisis de grupos permite entender las intersecciones de múltiples variables. ¿Qué significa ser
una niña de clase alta?, ¿qué significa ser un niño negro de clase alta?, ¿cuál sería la variable más
representativa? No es posible hacer generalizaciones abstractas porque depende de la institución
escolar que se analice. En algunos casos unas variables pueden ser más relevantes que otras. Es posible
también ver que hay descripciones de variables que son comunes a todos los sujetos escolares. La matriz
multivariable otorga el panorama general de las dinámicas escolares de instituciones concretas y permite
ver esa interacción del grupo. Es necesario reiterar que la construcción de la matriz se debe hacer
contando con los sujetos escolares como coinvestigadores, como un equipo que busca establecer una
etnografía educativa.

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7. Entrevistas sobre encuestas
Las encuestas han sido utilizadas sobre todo para establecer tendencias en los grandes grupos. Son
muy conocidas las encuestas socioeconómicas que circulan en la institución escolar con el ánimo
de saber las generalidades de la comunidad educativa. No obstante, estas a veces contienen datos
erróneos y se alejan lo más posible de una realidad profunda. En estas encuestas a padres de familia es
muy posible ver preguntas como ¿a qué clase social pertenece? Y dan unas opciones: clase baja, clase
media y clase alta. Este es un caso real de una institución educativa privada de élite en Bogotá. Una
primera observación consiste en que ese enfoque de clase social no logra comprender con precisión
en qué lugar se encuentran esas familias, ¿se pertenece a una clase con relación a qué?

En segundo lugar, da la posibilidad a que los encuestados mientan. En pocas palabras, estas encuestas
carecen de sentido. Las entrevistas, en cambio permiten establecer, para este caso, un diálogo
reflexivo con los padres de familia. En el uso libre de la palabra se descubren bastantes elementos que
una encuesta no permite: los silencios, las reiteraciones, las alteraciones, son aspectos fundamentales
de la palabra no escrita.

8. La etnografía educativa en las ciencias sociales


A veces puede llegar a ser un cliché en la investigación hablar de “aprender a investigar investigando”,
esta frase tiene unos matices positivistas. No obstante, enseñar a investigar en ciencias sociales, tiene
que ver con la resolución de problemas reales y la escuela es un laboratorio propicio para hacerlo.
Los problemas disciplinares de las ciencias sociales se ven reflejados en la cotidianidad escolar: la
política, la geografía, la memoria, la historia, la economía. Una aproximación de los sujetos escolares
a su realidad a través de su vivencia resulta un aprendizaje indeleble. Acercarlos a la cotidianidad tiene
más sentido que acercarlos a la cotidianidad de otros espacios y tiempos, luego podemos empezar
por ahí, por el reconocimiento de las dinámicas de las ciencias sociales del presente, de uno que es
significativo y aprehensible para los sujetos escolares.

Así, se hace primordial entender y delimitar las funciones de quienes participan en la etnografía tal y
como se ve en la Tabla 2:

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Tabla 2. Funciones de los participantes en la etnografía

Funciones de los participantes de la etnografía


Coinvestigadores Investigador profesional

• Son la voz principal y protagónica de la


• Guía, gestiona y administra la investigación.
etnografía.
• Fomenta y motiva la capacidad de
• Trabajan en equipo con el investigador investigación de los coinvestigadores.
profesional.
• Sistematiza y edita los resultados de la
• Llevan un diario de campo y utilizan investigación.
otras herramientas para la creación de
información.

Fuente: elaboración propia

En la Tabla 2 se abordó a los sujetos escolares como investigadores, del potencial que tienen para
hacer estos ejercicios etnográficos. Sin embargo, es fundamental el rol del investigador profesional
para poder guiar el ejercicio etnográfico. El proceso del investigador profesional tiene que ver más
con un ejercicio de sistematización, edición, publicación y gestión. Aspectos que, generalmente,
necesita de un desarrollo de habilidad en los sujetos escolares.

Entonces, construir un equipo con los estudiantes es fomentar e implementar las competencias
del siglo XXI para la etnografía educativa. Los sujetos escolares toman el protagonismo y desde
sus vivencias elaboran una etnografía sobre sí mismos. El uso de herramientas auxiliares de la
investigación como la entrevista o el diario de campo permite la creación de material para luego
ser sistematizado. También es muy importante la socialización constante de las experiencias de los
estudiantes. Hacer etnografía educativa es hacer equipos de investigación en donde los protagonistas
sean los estudiantes. Cuando se logra que los estudiantes sientan pertenencia por la etnografía que
se está realizando se puede acceder a capas de la experiencia, la percepción y la vivencia de la realidad
que son de difícil acceso y generalmente no se evidencian a través de una encuesta o una charla.
Los sujetos escolares revelan gradualmente la información, el investigador profesional poco a poco
descubre las percepciones del espacio escolar.

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Hasta cierto punto, el ejercicio etnográfico, orientado por la reflexividad, permite a los estudiantes
comprender o hacer explícitas ciertas percepciones. Por ejemplo, si el proyecto va encaminado
a resolver el problema de la deserción escolar, el estudiante tiene que saber cuáles son las faltas
de incentivos para estudiar. Existen muchas soluciones fáciles para esa pregunta, emanadas de la
sapiencia del investigador profesional, pero es más fácil decir que la deserción se debe a problemas
económicos que a causa del aburrimiento generado por el acto educativo, la presión generada por el
bullying, la falta de un entorno de sociabilidad u otro aspecto que se arraiga en los estudiantes.

Ahora, en la Figura 3 se aprecian los pasos para realizar una etnografía educativa:

01Paso
02 Paso
03 Paso
04Paso

Plantear un Describir y Formar equipos Desarrollar la


problema analizar los grupos con los sujetos etnografía
educativo involucrados escolares educativa

07 Paso
06 Paso
05Paso

Socializar los Sistematizar la Compilar el


resultados información material resultado
de la etnografía

Figura 3. Propuesta para hacer una etnografía en el contexto educativo


Fuente: elaboración propia

»» El paso 1 tiene que estar referido al planteamiento de un problema educativo que se genere
en el contexto educativo. Este paso requiere la colaboración de los sujetos escolares, pues son
ellos quienes otorgan la información de una realidad problémica. Sin embargo, es el investigador
principal quien organiza y plantea de forma coherente esta situación problémica.

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»» El paso 2 aborda el aspecto de la descripción de la población involucrada y, en este caso, es una
primera instancia para conocer los coinvestigadores.

»» El paso 3 busca establecer los equipos de investigación con los sujetos escolares en los que se
involucra a los estudiantes y se otorga el sentido de pertenencia sobre la etnografía.

»» El paso 4 pone en funcionamiento la etnografía y se construye gradualmente y los resultados


tienen un carácter paulatino, este paso sería el corazón de la etnografía.

»» El paso 5 le corresponde al investigador principal, pues toda la creación de fuentes debe ser
clasificada.

»» El paso 6 también le corresponde al investigador principal, quien analiza esta información para
dar posibles respuestas al problema.

Finalmente, en el último paso se socializan los resultados con sus coinvestigadores.

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Ariès, P. (1998). El niño y la vida familiar en el antiguo régimen (N. García Guadilla,
trad.). Taurus (original publicado en 1960).

Referencias
Milstein, D. (2015). Etnografía con niños y niñas: oportunidades educativas para
investigadores. Espacios en Blanco, Revista de Educación, 25, 193-211.

Real Academia Española. (2020). Alteridad. En Diccionario de la lengua española


(Edición de Tricentenario). Consultado el 19 de mayo de 2021. https://dle.rae.es/
alteridad%20?m=form

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Referencias de imágenes
Le Goff, J. (2016). ¿Realmente es necesario cortar la historia en rebanadas? [gráfico]. FCE.

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INFORMACIÓN TÉCNICA
Práctica I: Etnografía Educativa

Autor: Juan Pablo Díaz


Asesor Pedagógico: Óscar Mauricio Salazar Loaiza
Diseñador Gráfico: Kelly Yohana Valencia Forero

Este material pertenece al Politécnico Grancolombiano.


Prohibida su reproducción total o parcial.

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