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Raúl Beceyro
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Cuando un documental cuenta, por el contrario, cosas que están pasando, que se pro-
ducen en el mismo instante en que el cineasta las está filmando, el trabajo se organiza
de acuerdo a esta caracterı́stica del material, estos hechos que todavı́a no se han pro-
ducido, cuyas eventuales caracterı́sticas deben preverse, para poder ası́ decidir qué va
a filmarse (de lo que se supone va a suceder) y de qué manera. El cine de Depardon o
de Frederic Wiseman muestra las marcas del cine documental que registra hechos que
están sucediendo en el momento en que se los filma.
A pesar de esto resulta evidente que el film que trabaja con hechos que han pasado,
con materiales del pasado (material de archivo, lugares y memoria) opera, en el presente,
con esos materiales. Las tomas de archivo son seleccionadas y montadas en el presente,
el lugar antiguo es filmado hoy, y la encuesta realizada también hoy, plantea los mismos
problemas que el acontecimiento que está sucediendo. La encuesta es, por otra parte,
un elemento que caracteriza al documental y que lo diferencia radicalmente de la ficción.
Es por eso que cuando un film de ficción quiere imitar a una pelı́cula documental coloca
frecuentemente a algún personaje hablando a cámara.
Además creo que no solamente los films documentales no pertenecen a una especie de
género, con normas repetitivas, sino que ni siquiera los films documentales que muestran
hechos pasados, ni siquiera esta categorı́a de film documental, pertenecen a un género.
Ya he mencionado dos films documentales que tienen prácticamente el mismo tema: el
exterminio de los judı́os por parte de los nazis. Me refiero a Shoah y a Noche y niebla.
En el interior de un mismo tipo de film documental (el que cuenta hechos de] pasado)
y aún de films que desarrollan el mismo tema (el exterminio de los judı́os), las decisiones
tomadas por sus realizadores han hecho que nos encontremos ante dos films radicalmente
diferentes: uno dura 30 minutos, el otro 9 horas y media; uno tiene encuestas de los que
escaparon de la masacre, o que participaron en la masacre o que presenciaron la masacre,
y el otro film no. Uno tiene imágenes de archivo, y el otro no. Uno tiene un texto dicho
por un locutor en off y el otro no. Uno tiene música y el otro no. Comparten (además
del tema y de ser ambos documentales) la filmación, hoy, de los lugares en los que
funcionaron los campos de concentración. Y eso es todo. (...)