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AUGUSTE COMTE.

En 1798 nació en la ciudad Montpellier de Francia, París. Pensador francés, fundador

del positivismo y de la sociología. “El apadrinó un nuevo movimiento cultural del que sería

considerado iniciador y máximo representante: "el positivismo". Tal corriente dominaría

buena parte del siglo XIX, en polémica y algunas veces en compromiso con la tendencia

filosófica antagonista, el idealismo”. (Fernández y Tamaro, 2004, párr. 3).

Consagró su esfuerzo a concebir un modo de resolverlo, cerrando la crisis abierta por

la Revolución Francesa y sus consecuencias. Halló la respuesta en la ciencia, hacia la que

estableció un verdadero culto: el conocimiento objetivo que proporciona la ciencia debía

aplicarse a la ordenación de los asuntos políticos, económicos y sociales.

El positivismo de Comte es un discurso complejo que comprende al menos una teoría

sobre el conocimiento, una interpretación sobre el sentido de la historia y una posición

política ante la sociedad. En cuanto a lo primero, el positivismo afirma que, en sentido

estricto, el conocimiento lo es sólo de datos verificables o “hechos” y que todo conocimiento,

además de cierto y sistemático, ha de ser útil, es decir, ha de traducirse no en teorías, sino en

un aumento de la capacidad de control e intervención tecnológica sobre los fenómenos.

Contrario al individualismo y a la democracia, confiaba en un mundo regido por el

saber, en el que productores y banqueros ejercerían una especie de dictadura. Tales ideas,

fundamento del pensamiento positivista, tendrían un gran éxito en los países occidentales

desde mediados del siglo XIX, proporcionando un credo laico para el mundo del capitalismo

liberal y de la industria triunfante.

Cervantes (2011) menciona que “Por parte de su obra empírica él no hizo

investigaciones como tales, él solamente hizo especulaciones o poca generalización de la


historia del mundo real. Por lo mismo su obra teórica para otros tenía mucha exageración

sobre el mundo social, porque a él le gustaba plasmar su propia visión del mundo”. (párr. 2)

ÉMILE DURKHEIM.

Nació el 15 de abril 1858 en Êpinal, Francia. Se crio en el seno de una familia judía,

hijo y nieto de rabinos judíos. Fue tío de Marcel Mauss, un notable antropólogo social. Es

uno de los pioneros en el desarrollo de la moderna sociología.

Pasó de un interés inicial por la pedagogía a una mayor amplitud de miras que lo llevó

al campo de la sociología, por aquel entonces en sus comienzos tras la primera formulación

positivista de Augusto Comte. El primer trabajo importante fue su tesis doctoral, Sobre la

división del trabajo social en 1893. Tras examinar la excesiva especialización y

deshumanización del trabajo, tendencia en progresión ascendente desde la Revolución

Industrial, Durkheim subrayaba en este estudio los graves riesgos que tal evolución suponía

para el bienestar y el interés común de la sociedad.

Émile Durkheim sostenía que los métodos científicos debían aplicarse al estudio de la

sociedad, y creía que los grupos sociales presentaban características que iban más allá o eran

diferentes a la suma de las características o conductas de los individuos. Explicaba el

desarrollo de la sociedad por tres factores: densidad de población, desarrollo de las vías de

comunicación y conciencia colectiva. (Fernández 2004, pag.12)

En el contexto intelectual de la época, para ser reconocida como disciplina debía

demostrar su carácter estrictamente científico. La sociología debía ser un método aplicable de

distintas formas para comprender la evolución de la sociedad moderna más que una gran

teoría.
Durkheim defendió la teoría funcionalista de Spencer de las partes diferenciadas

cada una con un fin y la noción de que la sociedad es más que la suma de sus elementos

individuales. Se interesó en la sociedad como un todo y en sus instituciones, en lo que la

cohesiona y mantiene el orden social, y defendió que el estudio sociológico debía basarse en

lo que llamó hechos sociales, realidades externas al individuo verificables empíricamente.

Para Durkheim, la esencia de la religión es la división del mundo en fenómenos

sacros y profanos. No es la creencia en un dios trascendente: hay religiones, aún superiores,

sin dios.

KARL MARX.

Tréveris, Prusia occidental, 1818. Pensador socialista y activista revolucionario de

origen alemán. Raramente la obra de un filósofo ha tenido tan vastas y tangibles

consecuencias históricas como la de Karl Marx: desde la Revolución rusa de 1917, y hasta la

caída del muro de Berlín en 1989, la mitad de la humanidad vivió bajo regímenes políticos

que se declararon herederos de su pensamiento.

Contra lo que pudiera parecer, el fracaso y derrumbamiento del bloque comunista no

habla en contra de Marx, sino contra ciertas interpretaciones de su obra y contra la praxis

revolucionaria de líderes que el filósofo no llegó a conocer, y de los que en cierto modo se

desligó proféticamente al afirmar que él no era marxista.

Ciertamente fallaron sus predicciones acerca del inevitable colapso del sistema

capitalista, pero, frente a los socialistas utópicos, apenas se interesó en cómo había de

organizarse la sociedad. En lugar de ello, Marx se propuso desarrollar un socialismo


científico que partía de un detallado estudio del capitalismo desde una perspectiva económica

y revelaba las perversiones e injusticias intrínsecas del sistema capitalista.

El pensamiento de Marx quedaría asentado sobre la dialéctica de Hegel, si bien

sustituyó el idealismo hegeliano por una concepción materialista, según la cual las fuerzas

económicas constituyen la infraestructura subyacente que determina, en última instancia,

fenómenos supe restructúrales como el orden social, político y cultural.

Marx partió de la crítica a los socialistas anteriores, a los que calificó de "utópicos", si

bien tomó de ellos muchos elementos de su pensamiento como Saint-Simón, Robert Owen o

Charles Fourier. Tales pensadores se habían limitado a imaginar cómo podría ser la sociedad

perfecta del futuro y a esperar que su implantación resultara del convencimiento general y del

ejemplo de unas pocas comunidades modélicas.

Basado en la crítica sistemática del orden establecido y el descubrimiento de las leyes

objetivas que conducirían a su superación; la fuerza de la revolución sería la forma de acabar

con la civilización burguesa. En 1848.

El considera que la experiencia religiosa no es una experiencia de algo realmente

existente. Su punto de vista es claramente ateo: no existe Dios ni una dimensión humana

hacia lo trascendente (por ejemplo, algo así como un alma).

Otros autores, entre los que destaca Louis Althusser, argumentan que los escritos de

Marx no forman un todo coherente, sino que el propio autor, al desarrollar sus reflexiones

críticas sobre la economía política durante la década de 1850.

MAX WEBER
Maximilian Karl Emil Weber, conocido por el mundo simplemente como Max

Weber, 1864, Erfurt, Alemania. En vida se desempeñó como economista, historiador, jurista,

politólogo, filósofo y sociólogo. Es reconocido por ser junto a Karl Marx y Émile Durkheim,

una de las figuras que contribuyó a la formación de los estudios sociológicos modernos.

Al criarse en el seno de una familia burguesa y en un ambiente inmerso en las

cuestiones económicas, intelectuales y políticas del país, desarrolla desde muy temprana edad

una visión compleja del mundo. Ya desde temprana edad mostraba la capacidad de

comprender aquellos temas de discusión adulta que eran llevados a su casa.

Su educación la llevó a cabo en las Universidades de Berlín, Heidelberg y Gotinga, en

las cuales se especializaría en las áreas de historia, derecho y economía.

En el año de 1888, Max Weber ingresa al grupo de la nueva Asociación Profesional

de Economistas Alemanes (Verein für Socialpolitik), la visión de este grupo centraba el rol

fundamental de la actividad económica para la disolución de los problemas más grandes del

país.

Se le asigna la tarea de estudio y redacción respecto al fenómeno migratorio de

trabajadores agrícolas extranjeros a la ciudad, al tiempo que sus trabajadores locales se

dirigían a las ciudades. Este fenómeno fue conocido bajo el nombre de “cuestión polaca”.

En 1895, es designado para trabajar en la Universidad de Friburgo como profesor de

economía política. Al cabo de dos años se traslada a la Universidad de Heidelberg para

impartir las mismas clases. En ese mismo año fallece su padre. Un año después se ve sumido

en un estado melancólico, despertándole altos estados de nerviosismo e insomnio. Debido a

estos males y repetidos ataques de depresión abandona su labor de enseñanza en el año de

1899, dejando muchos cursos inconclusos. Por sus afecciones, Max Weber tuvo que recluirse

en un sanatorio hasta el año de 1900


El sociólogo centró sus investigaciones en el estudio de la religión. Le movían dos

tipos de razones: la primera, establecer la influencia recíproca de la religión sobre la

sociedad, y de esta sobre la religión y establecer las raíces de la peculiaridad occidental. La

segunda, analizar el proceso de desarrollo de la racionalidad occidental, cuyas raíces Weber

no situaba en la Ilustración, sino en situaciones anteriores, que ciertamente no se reducían a la

religión, pero en cuyo surgimiento esta había desempeñado un papel decisivo. La muerte

impidió a Weber culminar su proyecto, y una buena parte de su obra quedó en forma de

esbozo

ROBERT MERTON

Filadelfia, 1910. Sus investigaciones sobre la sociología del conocimiento y la teoría

sociológica y sus análisis basados en un método funcional-estructural, según el cual los

hechos sociales y sus funciones deben ser considerados como subsistemas del conjunto

social, lo convirtieron en una de las figuras más relevantes de la sociología anglosajona.

En consonancia con la línea antiutópica de la sociología estadounidense, siguió la

estela del funcionalismo de Bronislaw Malinowski para definir las pequeñas estructuras

desarticuladas de la sociedad de los Estados Unidos, que se traducen en los grupos o

comunidades automarginados o autodiferenciados. Toma como objeto de estudio las

relaciones de interdependencia sociocultural, las estructuras, los procesos y las conductas

sociales. Está orientada al conjunto de la sociedad o dirigidas al ámbito de problemas y

objetos de la convivencia sociocultural.

Durante más de 40 años de investigación, le dio forma a la sociología de la ciencia

como disciplina académica, y sus concepciones teóricas han impulsado decisivamente el


proceso de institucionalización de la ciencia. Su aporte, sin duda, ha sido fundamental para

iniciar el planteamiento de la estructura social de la ciencia.

"Merton desarrolló una teoría de la estructura social sobre una base epistemológica

que se aleja del positivismo de Durkheim, para concentrarse en los marcos normativos de la

acción, sin renunciar al objetivismo y las explicaciones causales para alcanzar la construcción

de modelos ideales de la acción" (Torres, 2002, pag.34.).

La teoría social de Merton, influenciada por el funcionalismo parsoniano, se sustenta

en la acción del proceso de escogencia entre alternativas estructurales y las motivaciones que

sostienen las decisiones y los patrones de conducta. Las estructuras se basan en jerarquías y

poder, que definen roles específicos de acción sobre las posiciones estratificadas que

permiten castigar o recompensar, así como gobernar un sistema de difusión de información

que permite o restringe la acción de los actores sociales. Estos elementos se encuentran

presentes en la variedad de estudios sociológicos que realizó Merton en temas como los

grupos étnicos inmigrantes, el crimen y la delincuencia, la burocracia, el racismo y las

profesiones.

Desarrolló y aplicó su teoría de la estructura social es el de la actividad científica que

sería la médula central de la normatividad de su teoría en una disciplina nueva que fundaba:

la sociología de la ciencia.

También encontró que los científicos buscan la solución de problemas y no son ajenos

a la utilidad de la ciencia, especialmente cuando son cooptados por quienes financian la

investigación, en una interacción de instituciones que permiten o restringen la autonomía de

la investigación, y que genera o no conflictos con el ethos científico. De esta forma, se

configuran jerarquías en las estructuras sociales, y se definen roles como el de los pares

evaluadores, editores o los administradores de la ciencia, que, dadas unas condiciones


sociopolíticas, entran en conflicto o permiten el desarrollo de disciplinas científicas y la

aplicación de sus conocimientos en la instrumentalidad de la solución de problemas en la

sociedad.

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