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Émile Durkheim (1858 - París, 1917)

Sociólogo, pedagogo y antropólogo francés, uno de los pioneros en el desarrollo


de la moderna sociología.
Fue un sociólogo, pedagogo y filósofo francés. Estableció formalmente la
sociología como disciplina académica y, junto con Karl Marx y Max Weber, es
considerado uno de los padres fundadores de dicha ciencia.
Durkheim creó el primer departamento de sociología en la Universidad de Burdeos
en 1895, publicando Las reglas del método sociológico. En 1896 creó la primera
revista dedicada a la sociología, L'Année Sociologique. Su influyente monografía,
El suicidio (1897), un estudio de los tipos de suicidios de acuerdo a las causas que
lo generan, fue pionera en la investigación social y sirvió para distinguir la ciencia
social de la psicología y la filosofía política. En su obra clásica, Las formas
elementales de la vida religiosa (1912), comparó la dimensión sociocultural de las
vidas de las sociedades aborígenes y modernas, con lo que ganó aún más
reputación.
Durkheim perfeccionó el positivismo que primero había ideado Augusto Comte,
promoviendo el realismo epistemológico y el método hipotético-deductivo. Para él,
la sociología era la ciencia de las instituciones, y su meta era descubrir «hechos
sociales» estructurales. Durkheim fue un mayor exponente del funcionalismo
estructuralista, una perspectiva fundacional tanto para la sociología como para la
antropología. Según su visión, las ciencias sociales debían ser puramente
holísticas; esto es, la sociología debía estudiar los fenómenos atribuidos a la
sociedad en su totalidad, en lugar de centrarse en las acciones específicas de los
individuos.
Durkheim definió a los hechos sociales en Las reglas del método sociológico
como: modos de actuar, pensar y sentir externos al individuo, y que poseen un
poder de coerción en virtud del cual se imponen a él.
Durkheim también afirmó que la sociedad es algo que está fuera y dentro del
individuo al mismo tiempo, gracias a que este adopta e interioriza sus valores y su
moral. El «hecho social» tiene una fuerte capacidad de coerción y de sujeción
respecto del individuo. Por ende el hecho social no puede reducirse a simples
datos psicológicos, y la conciencia colectiva prima siempre sobre el pensamiento
individual, siendo entonces la sociedad, y no el individuo, la unidad de análisis
primordial de la sociología.
«Amar la sociedad es amar algo más allá de nosotros mismos y algo en nosotros
mismos». Esta curiosa frase de Émile Durkheim expresa la influencia que puede
tener la sociedad en las personas. Reconociendo que la sociedad existe más allá
de nosotros mismos, ella es mucho más que los individuos que la componen; la
sociedad tiene una vida propia que se extiende más allá de nuestras experiencias
personales. La sociedad tiene el poder de determinar nuestros pensamientos y
acciones.
Para Durkheim, la sociedad está estructurada alrededor de un conjunto de pilares
que se manifiestan a través de expresiones. Así, se acerca al Dios de Spinoza tal
como fue tomado posteriormente por el estructuralismo, que encuentra así en este
autor antecedentes y fundamentos. No obstante, no se debe confundir este
concepto con la caracterización que Durkheim hace de Dios y las religiones, que,
tal como figura en Las formas elementales de la vida religiosa, describe a las
creencias religiosas expresadas en ritos, simbologías, emblemas o ideas
abstractas como representaciones elaboradas por la sociedad para afirmar su
sentido, su objetivo como tal. Las creencias se evidencian al padre de la
sociología clásica como indispensables para la reproducción de la sociedad, en
tanto acarrean una moral (de este modo, al hablar de creencias nos encontramos
expuestos al factor subjetivista en el pensamiento de Durkheim, ya que para hacer
efectivo el fin de los lazos sociales es necesario que los componentes de la
sociedad se apropien de las creencias internalizadas y actúen conforme a ellas).
Así, la idea de Dios proviene del hombre, aunque su manifestación como
sustancia sea espinoziana

Karl Marx (Londres 1818 – 1883)


Fue un filósofo, economista, sociólogo, historiador, periodista, intelectual y político
comunista alemán de origen judío. En su vasta e influyente obra abarca diferentes
campos del pensamiento en la filosofía, la historia, la ciencia política, la sociología
y la economía; aunque no limitó su trabajo solamente a la investigación, pues
además incursionó en la práctica del periodismo y la política, proponiendo siempre
en su pensamiento una unión entre teoría y práctica. Junto a Friedrich Engels, es
el padre del socialismo científico, comunismo moderno, marxismo y materialismo
histórico. Sus obras más conocidas son el Manifiesto del Partido Comunista (en
coautoría con Engels) y El capital (publicados los tomos II y III póstumamente.
Nacido en una familia de clase media acomodada en la ciudad renana de Tréveris
entonces recientemente incorporada al reino de Prusia, fue a estudiar a la
Universidad de Bonn y en la Universidad Humboldt de Berlín, donde se interesó en
las ideas filosóficas de los jóvenes hegelianos
Tras la finalización de sus estudios, escribió para un diario radical, la Gaceta
Renana (Rheinische Zeitung), donde comenzó a utilizar conceptos hegelianos de
la dialéctica para influir en sus ideas sobre el socialismo. Se trasladó a París en
1843 y comenzó a colaborar con otros periódicos radicales, como los Anales
franco-alemanes (Deutsch-französische Jahrbücher) y Adelante! (Vorwärts!), así
como una serie de libros, algunos de ellos coescritos con Engels. Estuvo exiliado
en Bruselas-Bélgica en 1845, donde se convirtió en una figura importante de la
Liga de los Comunistas, antes de regresar a Colonia, donde fundó su propio
periódico, la Nueva Gaceta Renana (Neue Rheinische Zeitung). Se exilió una vez
más, en 1849 se trasladó a Londres junto con su esposa Jenny y sus hijos. En
Londres, la familia se redujo a la pobreza, pero Marx siguió escribiendo y
formulando sus teorías sobre la naturaleza de la sociedad y cómo creía que podría
mejorarse, así como una campaña por el socialismo, convirtiéndose en una figura
destacada de la Primera Internacional.
Las teorías de Marx sobre la sociedad, la economía y la política, que se conocen
colectivamente como el marxismo, sostienen que todas las sociedades avanzan a
través de la dialéctica de la lucha de clases, sistema basado en la dialéctica de
Georg Hegel pero con un enfoque materialista y de praxis. Fue muy crítico de la
forma socioeconómica vigente de la sociedad, el capitalismo (a la que Lenin llamó
la "dictadura de la burguesía"
La obra de Marx ha sido leída de distintas formas. En ella se incluyen obras de
teoría y crítica económica, polémicas filosóficas, manifiestos de organizaciones
políticas, cuadernos de trabajo y artículos periodísticos sobre la actualidad del
siglo xix. Muchas de sus obras las escribió junto con Engels. Los principales temas
sobre los que trabajó Marx fueron la crítica filosófica, la crítica política y la crítica
de la economía política. Testigo y víctima de la primera gran crisis del capitalismo
(década de 1830) y de las revoluciones de 1848, Marx se propuso desarrollar una
teoría económica capaz de aportar explicaciones a la crisis, pero a la vez de
interpelar al proletariado a participar en ella activamente para producir un cambio
revolucionario. Tras la muerte de Marx, pensadores como Engels, Lenin y Plejánov
se dedicaron a divulgar las ideas de Marx, además de expandirlas y aplicarlas.
Algunos autores pretendieron integrar la obra de Marx y Engels en un sistema
filosófico, el marxismo, articulado en torno a un método filosófico llamado
materialismo dialéctico. Los principios del análisis marxista de la realidad también
han sido sistematizados en el llamado materialismo histórico y la economía
marxista. Del materialismo histórico, que sitúa la lucha de clases en el centro del
análisis, se han servido numerosos científicos sociales del siglo xx: historiadores,
sociólogos, antropólogos, teóricos del arte, etc. También ha sido muy influyente su
teoría de la alienación.
El pensamiento de Marx demuestra influencias de muchos pensadores anteriores
y contemporáneos. Era políglota y supo escribir e incluso hablar en varios idiomas
como: ruso, italiano, español, francés, inglés y alemán. Desde su juventud, leyó y
estudió diversos autores literarios y filosóficos como: Aristóteles, Epicuro,
Montaigne, Bacon, Leibniz, Spinoza, Voltaire, Hume, Paine, Kant, Hegel, Fichte,
Schiller, Goethe, Heinrich Heine, Dante, Shakespeare, Cervantes, Moliere y
Dickens entre muchos otros.
Maximilian Karl Emil Webe,(1864 - 1920)
Sociólogo alemán que opuso al determinismo económico marxista una visión más
compleja de la historia y la evolución social. Para Weber, las estructuras
económicas y la lucha de clases tienen menos importancia que otros factores de
naturaleza cultural, como la mentalidad religiosa o filosófica o incluso la ética
imperante; así, en La ética protestante y el espíritu del capitalismo (1905), obra
clásica de la por entonces naciente sociología, vio en la espiritualidad protestante
el caldo de cultivo que favorecería el desarrollo del capitalismo en el norte de
Europa..
A pesar de ser reconocido como uno de los padres de la sociología, junto con Karl
Marx, Auguste Comte y Émile Durkheim,1 Weber nunca se vio a sí mismo como
sociólogo sino como historiador;2 para él, la sociología y la historia eran dos
empresas convergentes. Sin embargo, sobre el final de su vida en 1920, escribió
en una carta al economista Robert Liefmann: «Si me he convertido finalmente en
sociólogo (porque tal es oficialmente mi profesión), es sobre todo para exorcizar el
fantasma todavía vivo de los conceptos colectivos».3
Sus trabajos más importantes se relacionan con la sociología de la religión y el
gobierno, pero también escribió mucho en el campo de la economía. Su obra más
reconocida es el ensayo La ética protestante y el espíritu del capitalismo (1905),
que fue el inicio de un trabajo sobre la sociología de la religión.4 La recopilación
Economía y sociedad, publicada póstumamente entre 1921 y 1922, es la suma
más completa y sistemática de sus ideas y conceptos.
Max Weber era hijo de un destacado jurista y político del Partido Liberal Nacional
en la época de Bismarck. Estudió en las universidades de Heidelberg, Berlín y
Gotinga, interesándose especialmente por el derecho, la historia y la economía.
Las primeras investigaciones de Max Weber versaron sobre temas económicos,
algunas de ellas realizadas por cuenta de los intelectuales reformistas conocidos
como «socialistas de cátedra». Desde 1893 fue catedrático en varias
universidades alemanas, fundamentalmente en Heidelberg, excepto entre 1898 y
1906; aquejado de fuertes depresiones, durante ese periodo dejó la enseñanza
para dedicarse a viajar y a investigar. En 1909 fundó la Asociación Sociológica
Alemana.
Max Weber fue un gran renovador de las ciencias sociales en varios aspectos,
incluyendo la metodología: a diferencia de los precursores de la sociología,
comprendió que el método de estas disciplinas no podía ser una mera imitación de
los empleados por las ciencias físicas y naturales, dado que en los asuntos
sociales intervienen individuos con conciencia, voluntad e intenciones que es
preciso comprender.
Weber argumentó que la religión fue uno de los aspectos más importantes que
influyeron en el desarrollo de las culturas occidental y oriental. En otra de sus
obras famosas, La política como vocación (1919), Weber definió el Estado como
una entidad que ostenta el monopolio de la violencia legítima y los medios de
coacción, una definición que fue fundamental en el estudio de la ciencia política
moderna en Occidente..
Weber propuso el método de los tipos ideales, categorías subjetivas que describen
la intencionalidad de los agentes sociales mediante casos extremos, puros y
exentos de ambigüedad, aunque tales casos no se hayan dado nunca en la
realidad; de este modo estableció los fundamentos del método de trabajo de la
sociología moderna (y de todas las ciencias sociales), a base de construir modelos
teóricos que centraban el análisis y la discusión sobre conceptos rigurosos.
Para Weber, la exaltación del individuo y la doctrina de Calvino sobre la
predestinación, según la cual la salvación o condenación de cada hombre ha sido
decidida de antemano por Dios, había impulsado a los creyentes a buscar signos
de la elección divina no sólo en una moralidad intachable, sino también en el
trabajo y en el éxito. De modo inverso, del estudio de las religiones orientales (a
las que dedicaría algunos de sus últimos trabajos, como La ética económica de las
religiones del mundo, 1915-1919) se desprendía que, a pesar de contar con los
elementos y factores económicos necesarios y favorables, el capitalismo no había
podido desarrollarse en las civilizaciones orientales por no tener cabida en la
mentalidad religiosa y filosófica imperante.
A pesar de ser uno de los historiadores y sociólogos más prolíficos, la obra de
Weber continúa en la actualidad siendo difícil de enmarcar dada su amplitud,
transversalidad y complejidad. En su obra convergen pequeños ensayos,
correspondencia, conferencias sólo parcialmente documentadas, pequeñas
reflexiones y pensamientos, libros y cuadernos de notas de sus propios
estudiantes. Weber aplicó la investigación sociológica a diversos campos: política,
derecho, economía, música y religión. Junto a Karl Marx, Alexis de Tocqueville,
Vilfredo Pareto, Ferdinand Tönnies y Émile Durkheim, Weber fue uno de los
fundadores de la sociología moderna. Mientras Pareto y Durkheim trabajaron en la
tradición positivista siguiendo los postulados de Auguste Comte, Weber creó y
trabajó en una tradición antipositivista, idealista y hermenéutica, al igual que
Werner Sombart, su amigo y para entonces, el más famoso representante de la
sociología alemana. Estos trabajos iniciaron la revolución antipositivista en las
ciencias sociales, que marcó la diferencia entre éstas y las ciencias naturales,
especialmente debido a las acciones sociales de los hombres. Los primeros
trabajos de Weber estaban relacionados con la sociología industrial, pero son más
conocidos sus últimos trabajos sobre sociología de la religión y sociología del
gobierno.

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