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INTRODUCCIÓN
En 2 Corintios 12 Pablo se vio obligado a decir cosas que no quería. La aceptación aparente
de falsos profetas dentro de la congregación de los corintios era una amenaza y destruiría la
relación de ellos con el Señor. Dios había empleado a Pablo para traerlos a Cristo. Si
negaban su autoridad de apóstol, el fundamento espiritual de ellos se vendría abajo.
Pablo se sintió como un necio al "gloriarse" pero lo consideró necesario para confirmar su
elección por Dios como apóstol. Comenzó este capítulo con una revelación sobrenatural
poco común; asimismo le dijo a la gente de su sufrimiento y la manera como el Señor lo
había sustentado.
Dios le dio una revelación maravillosa para fortalecerlo para las pruebas venideras que de
otra manera hubieran sido extremadamente difíciles de soportar.
Pablo admitió que sería fácil gloriarse de tales revelaciones, aunque insensato.
Ahora relataba su experiencia, pero no quería llamar la atención por temor de que la gente
lo pusiera en un pedestal que ningún ser humano merecía. Pablo se gloriaría pero no de lo
que vio y escuchó en el cielo sino de sus debilidades que lo hacían depender de la fortaleza
y el poder del Señor que lo sustentaban.
La respuesta de Dios vino, pero no de la manera que Pablo esperaba. En vez de quitar el
problema. Dios lo usó como medio para demostrar lo maravillosa que era su gracia para
consolar a Pablo en sus sufrimientos.
A causa de la debilidad que Pablo sintió por los golpes de Satanás, llegó a confiar más en el
Señor y en lo que su fortaleza podía hacer por él. La lección fue tan clara para Pablo que
pudo gloriarse en sus debilidades porque demostraban lo que el poder de Cristo podía hacer
por él.
En el versículo 10 Pablo da una lista de algunas pruebas que soportó: Sus debilidades, los
reproches de sus enemigos, la angustia y la persecución. Como todo lo sufría por "amor a
Cristo" las pruebas tomaban una perspectiva diferente. Cuanto más débil Pablo se sentía,
más fuerte sabía que estaba en Cristo.
A veces Dios quita una prueba. En otras ocasiones permite que el problema permanezca, no
para lastimar sino para desarrollar más confianza en Él. Si el creyente nunca está expuesto a
la angustia o al sufrimiento, puede caer en la trampa de la autosuficiencia. Cuando Dios
permite que el aguijón llegue a la carne y cause dolor, muestra la suficiencia de su gracia
para cada prueba.
Pablo regresaría a Corinto y no les seria carga. Se consideraba como el padre de ellos. La
responsabilidad del padre es la de proveer para sus hijos. Nada podría demostrar más el
amor desinteresado de Pablo que lo que afirma en el versículo 15. Pablo no escatimaría
nada en su ministerio a los corintios. Gastaría sus escasos recursos financieros si fuera
necesario, y lo que es aún más significativo se "gastaría" él mismo. No puso la condición:
"Haré esto si me muestran más amor", sino "gastaré lo mío" y "aun yo mismo me gastaré".
Uno de los principios básicos de la vida cristiana es preocuparse tanto de uno mismo como
de otros. Jesús no vino para ser servido sino para servir (Mateo 20:28). El mismo Espíritu
de Cristo motivaba a Pablo. Mientras que sus discursos a los corintios incluían temas
seculares como el del dinero, el principio de Pablo es de mucho valor. A los seguidores de
Cristo debe motivarlos el amor al prójimo y sus necesidades.
Pablo invitó a los corintios a que se examinaran y probaran su fe. Debían saber que por su
relación espiritual Cristo vivía en ellos. Cualquiera que fuere el resultado de ese examen de
conciencia. Pablo les aseguró que él y sus hermanos en el ministerio no habían fallado el
examen.
Pablo hizo esas advertencias antes de visitarlos para no tener que reprenderlos cuando
llegara a Corinto. Deseaba que el poder de Dios fluyera a través de él para que se vieran
fortalecidos en la fe. Pablo concluyó la carta con una amorosa exhortación a que reinara la
unidad y la paz en la congregación.
El examen de conciencia es necesario de vez en cuando para que los creyentes mantengan
su sensibilidad espiritual. Sin él, los cristianos están en peligro de depender de su propia
fuerza y no del poder de Dios. El creyente no debe en ningún momento suponer que no
necesita más vigilancia en lo que se refiere a la santidad. Las normas que Pablo recalcó en
el versículo 11 incluyen un llamado a la perfección. Dio a entender que nadie llega al
estado de perfecta madurez espiritual en esta vida. La vida del cristiano siempre conlleva la
posibilidad de mejorar.
El amor es el más fuerte vínculo de unidad y lealtad que existe. Para mantener buenas
relaciones, el amor no tan sólo debe sentirse; debe expresarse.
A través de esta carta Pablo expresa su amor por los creyentes, con declaraciones de amor:
-cuán grande es el amor que os tengo 2:4
-nuestro corazón se ha ensanchado 6:11
-amándoos más 12:15.
Aplicación
La vida de Pablo es un ejemplo del camino difícil que a veces les toca andar a los
cristianos. Si hubiera sido gobernado por sus emociones, le hubiera sido difícil soportar el
"aguijón" en la carne. Tuvo la desilusión de que Dios respondiera a sus oraciones de
manera diferente a lo que esperaba. Sin embargo, también aprendió que la gracia de Dios
permite que los creyentes mantengan su fe fuerte e intacta. La demasiada seguridad hace
que la persona no confíe completamente en Dios. En la debilidad se manifiesta el poder de
Dios. El examen de conciencia debe incluir toda la vida con sus motivos y deseos. Cuando
el creyente sigue lo que el Espíritu Santo le recuerda con respecto a las normas de Dios, y
está dispuesto a cambiar, puede estar firme en Cristo.
Dios permitió que Pablo siguiera sufriendo con su “aguijón en la carne”, para que de ese
modo no se enorgulleciese de sus revelaciones, sino que dependiera de Dios en su
debilidad.
La gracia de Jesucristo es el que respalda a todo aquel que confía y descansa en él, ya que a
través de la obra del Espíritu Santo sustenta y fortalece en cada momento.
Solamente una fe viva en la muerte expiatoria de Cristo trae salvación; por lo tanto el
creyente debe respetar al hermano más débil, renunciar a la idolatría, arrepentirse de hacer
lo malo, aplicar la disciplina, dar con generosidad, ser embajadores de Cristo, vivir en paz y
permitir que los dones espirituales se manifiesten en la iglesia motivados por el amor y
usados en amor.