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El documento resume los cambios en la constitución económica ecuatoriana a lo largo de la historia. Inicialmente, las constituciones del siglo XIX se enfocaron en la organización política y derechos civiles, mientras que las normas económicas se limitaron a garantizar la propiedad privada. La constitución de 1929 expandió las normas económicas e incluyó derechos laborales y sociales. La constitución de 1968 promovió un estado desarrollista y planificador, mientras que la de 1978 estableció una economía mixta
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Título original
LA CONSTITUCIÓN ECONÓMICA EN LAS CONSTITUCIONES ECUATORIANAS
El documento resume los cambios en la constitución económica ecuatoriana a lo largo de la historia. Inicialmente, las constituciones del siglo XIX se enfocaron en la organización política y derechos civiles, mientras que las normas económicas se limitaron a garantizar la propiedad privada. La constitución de 1929 expandió las normas económicas e incluyó derechos laborales y sociales. La constitución de 1968 promovió un estado desarrollista y planificador, mientras que la de 1978 estableció una economía mixta
El documento resume los cambios en la constitución económica ecuatoriana a lo largo de la historia. Inicialmente, las constituciones del siglo XIX se enfocaron en la organización política y derechos civiles, mientras que las normas económicas se limitaron a garantizar la propiedad privada. La constitución de 1929 expandió las normas económicas e incluyó derechos laborales y sociales. La constitución de 1968 promovió un estado desarrollista y planificador, mientras que la de 1978 estableció una economía mixta
Economía – 2018 Danna Salazar Carrasco Paralelo: 9/3
LA CONSTITUCIÓN ECONÓMICA EN LAS
CONSTITUCIONES ECUATORIANAS
Las constituciones han reflejado cambios en las políticas y legislación económica, y
generalmente no han constituido por sí mismas fuentes o hitos a partir de los cuales se han producido estos cambios. Estas reformas legislativas e institucionales, a su vez, han sido adoptadas en el marco de procesos económicos que en buena parte tuvieron en la economía mundial su origen y catalizador fundamental. Las constituciones ecuatorianas del siglo XIX enfatizaron la organización política del Estado y los derechos civiles y políticos de los ciudadanos. Si bien estas cartas también incluyeron normas de orden económico, ellas se circunscribieron fundamentalmente a la garantía de la propiedad, así como a la aprobación y ejecución del presupuesto estatal con miras al equilibrio de ingresos y gastos, la autorización de empréstitos públicos y ciertos principios de las finanzas públicas. Como consecuencia de la Primera Guerra Mundial se decretó la inconvertibilidad del sucre, dando lugar a una fuerte devaluación que aumenta la pobreza de los más pobres y disminuyó las rentas fiscales provenientes de las exportaciones de cacao. Estado supuestamente ausente, neutro o abstencionista en materia económica es el que sostuvo jurídica, institucional y políticamente el poder de los bancos privados durante el período inmediato anterior a la Revolución juliana, dando lugar a un sistema monetario y financiero que derivó en altas tasas de inflación, endeudamiento público y graves convulsiones sociales, cuya máxima expresión fue la masacre de trabajadores en Guayaquil, el 15 de noviembre de 1922. Todo ello derivó durante el período juliano en importantes reformas en la legislación económica y en 1929 a una nueva constitución económica. A raíz del programa impulsado por la misión Kemmerer se dictó legislación sobre banca central y bancos privados, moneda, presupuesto, impuestos, aduanas y cheques. Al mismo tiempo se creó el Banco Central, la Superintendencia de Bancos, la Contraloría General del Estado, la Caja de Pensiones, la Dirección General de Aduanas, entre otras entidades públicas orientadas a la intervención del Estado en la economía. La Constitución de 1929 es la primera que amplía significativamente las normas relativas a la economía; incluye un título exclusivamente para regular el presupuesto nacional, en el cual se establece que el Ejecutivo debe presentar al Congreso un presupuesto equilibrado de gastos e ingresos. Esta es una consecuencia de la Revolución juliana, lo cual incluyó además el mandato constitucional de centralización de las rentas, así como la fiscalización del gasto mediante la Contraloría. Así mismo, esta Constitución desarrolló normas sobre la función social de la propiedad privada, la propiedad estatal, la prohibición de monopolios, la fijación por ley de jornadas máximas, salarios mínimos y otros derechos laborales como la seguridad social, además de otros derechos sociales como los relativos a salud y educación. Sin embargo, no se constitucionalizaron las nuevas Universidad de Guayaquil Facultad de Ciencias Económicas Economía – 2018 Danna Salazar Carrasco Paralelo: 9/3
instituciones y normas de regulación y control que fueron desarrolladas vía legislación
por la Revolución juliana. Desde finales de los años cuarenta hasta mediados de los sesenta las exportaciones de banano integraron el nuevo eje de la economía del país. El impacto de la producción del banano fue mucho mayor que el del cacao, pues este expandió la frontera agrícola, la red vial, la urbanización de la Costa y el mercado interno. Este proceso está ligado al desarrollo de un Estado desarrollista que busca mediante una planificación tecnocrática una mayor industrialización, construcción de infraestructura pública, centralización de la hacienda pública y en general una modernización del sistema económico, incluyendo el sector agrícola, lo cual se expresó en la primera Ley de Reforma Agraria de 1964. La Constitución de 1968 promulgada a raíz de estos procesos amplió aún más la constitución económica al establecer regulaciones sobre la planificación, el régimen tributario, monetario y bancario. La planificación, en particular, tiene en esta Constitución especial importancia pues se constitucionaliza la Junta Nacional de Planificación, la cual había sido ya creada mediante ley en 1954. Como se dijo, esta Constitución se dicta en un momento de apogeo del desarrollismo, esto es, de una política de crecimiento económico que contó con la base del auge bananero entre 1948 y 1965, proceso en el cual se asignaba al Estado un rol protagónico mediante la provisión de servicios públicos e infraestructura para el desarrollo del sector industrial. La carta de 1978 da continuidad a las tendencias desarrollistas de los años sesenta y setenta, modelando un Estado intervencionista en materia económica. Esta Constitución introduce, mediante la combinación de diversos sectores económicos, el planteamiento de una economía mixta en la cual el Estado tiene un rol protagónico. Dentro del papel del Estado se incluye la propiedad y explotación estatal exclusiva de áreas estratégicas, como por ejemplo los recursos naturales no renovables. La Constitución crea además el Consejo Nacional de Desarrollo (CONADE). Sin embargo, desde los años ochenta del siglo XX, las políticas y legislación económica comenzaron a adoptar una dirección contraria a la Constitución de 1978. La confluencia de factores económicos nacionales e internacionales diversos pero convergentes impulsó procesos económicos de liberalización, desregulación y privatización que no encuadraban en los parámetros de esta Constitución. En consecuencia, se plantearon varias reformas constitucionales. Estas reformas en la constitución económica se iniciaron en 1983 con el fortalecimiento del poder para legislar del ejecutivo mediante nuevas regulaciones respecto a proyectos de ley en materia económica calificados como urgentes por el Presidente de la República. Empero, las reformas más importantes se propusieron durante los años 1995 y 1996. Las reformas constitucionales de 1995 y 1996 hacen relación a la prohibición a los legisladores de manejar partidas presupuestarias, y a cambios en el proceso de aprobación legislativa de la proforma presupuestaria, establecimiento de derechos de los consumidores y derechos ambientales, una mayor protección a la propiedad de la tierra y debilitamiento del sistema de planificación.