Está en la página 1de 8

1.

EMPIRISMO Y HUME
Para el racionalismo la razón conoce sin ayuda de la experiencia. La razón es una
facultad innata. Sin embargo, el empirismo sostiene la tesis contraria, todo conocimiento
deriva en última instancia de la experiencia. El sujeto no posee ideas innata, tales como
sostiene el racionalismo, sino que se asemeja a una hoja en blanco que sólo se va
llenando con las experiencias. Para el empirismo no hay más conocimiento de las cosas y
de procesos que el que se logra mediante la sensibilidad y la razón no tiene otra función
más que la de ordenar lógicamente los materiales que los sentidos ofrecen.

1.1. INICIO DE LA CORRIENTE


BACON, se limita al plano metodológico según el cual toda ciencia ha de fundarse en
la experiencia o, en otros términos, el único método científico consiste en la
observación y experimentación y construye la TEORIA DE LA INDUCCIÓN.
LOCKE fue el primero en desarrollar sistemáticamente la TEORIA GNOSEOLÓGICA
EMPIRISTA, sosteniendo que todo conocimiento deriva en general de la experiencia.
HUME llevó esta teoría hasta sus últimas consecuencias que su análisis, se convierte
en pieza maestra de la argumentación filosófica. Sus críticas a los dos conceptos del
racionalismo: causalidad y substancia, preparan el camino a las investigaciones de
Kant

2. IMPRESIONES E IDEAS

SENSACIÓN
CONOCIMIE DIRECTA
NTO EXTERNA SENTIDOS REFLEXIÓN
PERCEPCIONES
EXPERIENCIA
AUTOEXPERIENC
INTERNA INDIRECTA IDEAS
IA

Hume, uno de los máximos exponentes del empirismo sostiene que todo conocimiento
procede de la experiencia, y que ésta puede ser externa o interna. La externa proviene de los
sentidos y la interna, es la experiencia íntima.
El estudio que hume propone emprender, es el análisis de los “hechos de la experiencia”, es
lo que hoy se denomina “hechos psíquicos” y que él va a denominar “percepciones del
espíritu”. A las percepciones que se reciben de modo directo las denomina “impresiones”, y
las divide en “impresiones de la sensación”, las que provienen de los sentidos e “impresiones
de la reflexión” las que provienen de la interioridad,

SIMPLES
IDEAS
COMPLEJAS

Estas impresiones o representaciones originarias se diferencian de las “percepciones


derivadas” Hume las denomina “ideas”, como los fenómenos de la memoria o de la fantasía.
El recuerdo no es un estado originario, sino derivado de una impresión, lo mismo ocurre con
la fantasía.
Tanto las ideas como las impresiones, pueden ser a su vez simples o complejas según que se
las pueda descomponer o no.
Todos nuestros conocimientos derivan directa o indirectamente de impresiones. El espíritu
humano no tiene otra posibilidad que no sea la de mezclar o componer, dividir o unir los
materiales que las impresiones suministran. Y en esta actividad el espíritu no responde a otra
legalidad que a la de las LEYES DE ASOCIACIÓN de las ideas. Según Hume, son tres:
 Asociación por semejanza.
 Asociación por contigüidad en el tiempo y el espacio.
 Asociación por causa y efecto.
Se da así un paralelismo con el esquema básico de la ciencia física moderna. Para esta:
 El mundo material se reduce a unidades últimas, indescomponibles, los átomos, cuyo
movimiento, combinaciones y separaciones producen la totalidad de los procesos que
constituyen el mundo físico.
 Toda multiplicidad de los cambios que allí ocurren está regida por una sola ley de
gravedad, descubierta por Newton.
Hume traslada aquel esquema al campo del hombre, es “un intento para introducir el
método experimental de razonar” (observación y descripción empírica en los “temas
morales”) toda la multiplicidad y variedad de los estados anímicos se reduce a
percepciones simples y a la su vez, a impresiones simples; y aquella variedad nace de la
combinación de tales elementos mediante las leyes de asociación.

3. EL PRINCIPIO FUNDAMENTAL DEL EMPIRISMO


Todos los materiales del pensar se derivan de nuestras sensaciones externas o internas.
Sólo la mezcla y composición de éstas pertenece al espíritu y a la voluntad. Todas
nuestras ideas o percepciones más débiles son copia de nuestras impresiones o
percepciones más vivaces.
Hume cree poder probar el principio empirista mediante dos argumentos:

Primer argumento:
Cuando analizamos nuestros pensamientos o ideas, veremos siempre que se
reducen a ideas tan simples como eran las copias de sensaciones precedentes.

Al analizar nuestras ideas, se verá que en última instancia se reducen siempre a


impresiones.
La idea de dios: un ser infinitamente inteligente, sabio y bueno, surge al reflexionar sobre
las operaciones de nuestro propio espíritu y al aumentar ilimitadamente estas cualidades
de bondad y sabiduría
La idea de dios es la idea de un ente con cualidades. Hume se pregunta de dónde procede
tal idea y observa que no es más que una reunión y multiplicación al infinito de ideas de
cualidades características de nuestro propio espíritu. Mediante la reflexión me doy cuenta
de que poseo algunos conocimientos. La reflexión me permite observar en mi las mismas
capacidades y cualidades. Multiplico luego al infinito la idea de saber y obtengo la idea de
sabiduría infinita y perfecta. Enlazo estas tres ideas: bondad, poder, sabiduría, la multiplico
al infinito y obtengo omnisciencia, omnipotencia y suma bondad en una sola idea
compleja y tendré entonces la idea de Dios.
Para Hume es una idea construida por el espíritu sobre la base material que proporcionan
las impresiones de la reflexión. Es posible que haya dios, pero también es posible que no
exista; por lo tanto, dios no es más que una mera idea.

Segundo argumento:
Si por defecto del órgano, una persona no es capaz de experimentar ninguna clase
de sensación, tiene la misma incapacidad para formar ideas correspondientes. Así,
un ciego no puede formarse noción de los colores, ni un sordo de los sonidos.

Si se otorgase a cualquiera de ellos el buen uso del órgano del que carecen, llegaría a
alcanzar la idea de color el ciego, y la idea de sonido el sordo.
Hume formula el criterio con el cual determinar la validez de una idea. Toda idea deriva de
alguna impresión, pero para que esta idea tenga valor objetivo, es preciso que copie o
represente exactamente una impresión. Le corresponda una impresión con el mismo
significado que posee la idea. Si es compleja lo mismo para cada elemento. Si la
impresión faltase, ello querrá decir que la idea no es válida, que no es una idea objetiva,
sino una idea carente de significación real, producto de la imaginación.

4. CONOCIMIENTO DEMOSTRATIVO Y CONOCIMIENTO FÁCTICO


Dos tipos fundamentales de objetos: “de conocimiento” y “de ciencias”. Por un lado el
objeto de conocimiento lo constituyen las relaciones entre las ideas, se valen solo de la
razón, no dependen para nada de la realidad, solo dependen del pensamiento.
(Matemática y lógica)
El otro género (“conocimiento de ciencias/demostrativo”) de conocimiento se refiere a los
hechos, se trata de un saber totalmente diferente al anterior.
Este tipo de conocimientos referentes a la realidad no ofrecen problema alguno en la
medida que estén constituidos sólo de impresiones o recuerdos, pero ocurre que
constantemente vamos más allá de las impresiones mismas. Hume: ¿Qué permite ese
pasaje?
Todos los razonamientos que se refieren a los hechos pueden fundarse en la relación de
causa y efecto:
A partir de la experiencia del amanecer diario voy a observar lo mismo ayer y hoy y por
ende podre inferir que lo mismo va a suceder mañana (porque las cosas acontecen de
igual manera, como un patrón)
Investigar la idea de causalidad.

5. CRÍTICA DE LA IDEA DE CAUSALIDAD


Se trata de una noción que se nos impone y empleamos constantemente. [ Habitación a
oscuras  una voz (efecto)= persona (causa) ]
De modo semejante esperamos en el futuro que las mismas causas irán acompañada de
los mismos efectos. Sin este tipo de previsiones (amanecer/sale el sol – quemarse/dolor),
la vida humana no podría desenvolverse de manera adecuada.
Se trata de una idea compleja, cuyo análisis revela cuatro elementos:
a) Un primer hecho: causa, que inicia el proceso.
b) Un segundo hecho: otro hecho como término del proceso casual y es lo que llama
efecto.
c) Una cierta relación temporal entre A y B, una sucesión.
d) Para que pueda hablarse de una “relación causal”, el primer hecho tiene que
producir el segundo, y ello de tal manera que, dado el primer hecho, el otro
necesariamente tenga que darse; la relación de causalidad, y esto es lo esencial, es
una “relación de conexión necesaria”.
Hay impresiones visuales, auditivas, táctiles, pero no hay impresión de ninguna fuerza.
La experiencia nos muestra sólo sucesiones, pero no nos enseña nada más y la
noción de fuerza o conexión podría proceder de la razón, que se tratase de un
conocimiento “a priori” y que, por lo tanto, el supuesto básico del empirismo sea falso.
Sin embargo, Hume dice que no es así. La razón procede siempre guiándose por el
PRINCIPIO DE CONTRADICCIÓN; y no es contradictorio, de tal manera que es
racionalmente posible que lo que no es contradictorio no sea casual.
Con la razón solamente nunca se llegará a saber qué efecto podrá producir, porque
racionalmente son pensables sin contradicción las más diversas posibilidades. La idea
de conexión necesaria tampoco procede de la razón.
La verdad es que el hombre no se limita a comprobar meras sucesiones, sino que
afirma relaciones causales y está seguro de que los objetos similares irán
acompañados de efectos similares.

6. ORIGEN DE LA IDEA DE CAUSALIDAD


Es un hecho que poseemos la “idea de conexión necesaria”, por eso es necesario rastrear
su origen.
Ejp: hombre dotado de todo razonamiento pero sin experiencia, al principio no sería
capaza de llegar a la idea de causa-efecto. Este sujeto no vería en el mundo nada más
que meras sucesiones e hechos. Se supone con el transcurso del tiempo la actitud del
hombre habrá de cambiar. La experiencia, las repetidas sucesiones tantas veces, hace
que ocurra algo en el sujeto, que es la de ver la causa-efecto, como resultado de las
sucesivas repeticiones. Entonces ante esa acción el sujeto puede inferir lo que va a
suceder, A esto Hume los llama “hábito o costumbre”. La costumbre o el hábito tienen
fuerza tal sobre nosotros, que nos resulta muy difícil de regresar a los datos sensibles tal
como éstos se presentan libres de todo lo que no sean puras impresiones.
Esta nocion de fuerza o concexion necesaria, que constituye la idea de causalidad, no la
proporciona ni la razón ni hay impresión de ellas. Es el resultado del hábito.
Se ve ahora cuál es la impresión de la que proviene la idea de conexión necesaria: la
impresión o sentimiento que el espíritu experimenta, del tránsito usual de una idea a otra
asociada con ella.
Esta idea de causalidad no es teóricamente válida, no nos da conocimiento de las cosas
mismas, porque no tiene el mismo sentido que posee la impresión. La impresión se refiere
a la forzosidad del hábito, de manera que es el sentimiento de una necesidad subjetiva. La
idea de conexión está referida a las cosas mismas. La conexión necesaria resulta de una
“proyección” a las cosas mismas.

7. CRITICA DE LA IDEA DE SUBSTANCIA


La crítica al concepto de substancia procede de las mismas líneas que la crítica a la idea
de causalidad.
“Substancia” equivale a “cosa” y siempre nos estamos refiriendo a la “cosa”. La
“substancia” es “lo que está debajo” y es distinto de los “accidentes” (características)
¿Hay impresión, substancia o cosa? Tenemos impresiones de los “accidentes”, ¿tenemos
impresión de los accidentes o de la cosa en sí? No, no hay tal impresión. No hay
sensaciones de cosas o substancia. Lo único que vemos, olemos, tocamos, son los
accidentes no “la cosa en sí” ¿Cómo se forma esta idea de substancia o cosa? El enlace
que se da entre las distintas percepciones es semejante, constante. Y la repetida
ejecución del mismo forma en mí un hábito, determinado, entonces por la repetición
regular de un mismo conjunto, relativamente constante, de “impresiones contiguas”. El
hábito me lleva a creer que estas impresiones contiguas, no se acompañan unas a otras,
sino que están enlazadas entre sí por algo que las une, y que es lo que llamamos cosa o
substancia.
Lo que llamamos “esta mesa” no es propiamente una cosa o substancia, sino un conjunto
constante de ideas simples cuyo propósito es facilitar el recuerdo o mención.

8. CRÍTICA DE LA IDEA DE ALMA


La crítica ha estado dirigida a la noción de “substancia”, pero aplica a todo lo semejante a
ella. La idea de alma es paralela a la de substancia material. Los pensamientos y deseos
serían estados pasajeros, manifestaciones o accidentes del alma misma, de la substancia
pensante que soy yo. ¿Se tiene impresiones de mi alma o solo de mí? Tenemos
impresiones de la reflexión, de lo que llamamos accidentes del alma, pero no impresiones
del alma misma.
Lo que percibo en mí mismo es un estado particular, pero no hay impresión de mí o de mi
alma.
De mí, observo percepciones particulares, pero no lo que sería yo mismo, mi yo
substancial. Mi yo o mi alma, debería ser algo diferente de mis estados particulares, pero
ocurre que no tengo impresión ni percepción de mí mismo fuera de estos estados
particulares. Por lo tanto no se si hay alma.
En el sueño profundo no hay ninguna percepción, tampoco tengo conciencia de mí mismo,
no sé si existo o no. Si las percepciones fueran suprimidas por la muerte, estaría
aniquilado. El “alma” o “yo” no es más que un conjunto de percepciones o estados
anímicos. La substancia pensante es un conjunto de percepciones que se suceden con
una rapidez inconcebible y perpetuo movimiento.
El alma no es la base o soporte misterioso del cual diferentes estados psíquicos fuesen
manifestaciones (Descartes) Para Hume es una serie de percepciones que se suceden
muy rápidamente en continuo flujo y no es nada más que eso.

9. EXCURSUS. LA “SUPERACIÓN” DE LOS FILOSOFOS


Las ideas de causalidad y substancia son fundamentales para el racionalismo. A
Descartes le parecieron claras que ni las dudó. Sin embargo, Hume demostró que son
conceptos sospechosos. Descartes “olvida” dudar de la substancia y de la causalidad.
Estas nociones son parte de la sombra de descartes, constituían su propio ser y
justamente lo más difícil es hacernos objetivo lo que nosotros mismo somos.
Es en el fondo mismo del hombre que éste encuentra sus limitaciones filosóficas. La finitud
del hombre le impide alcanzar el ideal del saber absolutamente libre de supuestos. La
historia de la filosofía va mostrando los supuestos sobre los que se movió el filósofo
anterior, y va mostrando lo nuevo de su predecesor.

10. BALANCE DE LA FILOSOFIA DE HUME. ESCEPTICISMO Y NATURALISMO


La filosofía de Hume termina por disolver todo conocimiento y toda realidad en nuestras
impresiones, no hay cosas, no hay alma, no hay conexiones necesarias, o no tenemos
seguridad de que las haya. Esto no significa ser escepticista, ya que esto implicaría
eliminar toda acción y pensamiento.
El escepticismo es imposible, la naturaleza, el instinto, lo superan. La naturaleza es más
fuerte que cualquier principio.
A pesar de las dificultades para analizar la causalidad y la substancia, razonamos
suponiendo cosas y nexos casuales. La praxis refuta el escepticismo. La acción, el trabajo
y la cotidianeidad son destructores de cualquier pirronismo. 1
La creencia en un mundo de las cosas conectadas “casualmente”, es una creencia que
nos ha infundido la naturaleza, de manera que nos ha determinado a juzgar, no a dudar. El
yo, la causalidad, las cosas, las sentimos, porque la creencia que nos lleva a afirmarlos “es
más propiamente un acto sensitivo de nuestra naturaleza, que no de la naturaleza
cogitativa.
El escepticismo se contrapesa al naturalismo. Es incuestionable que la duda tiene su
utilidad: despierta el sentido crítico y elimina el dogmatismo y el fanatismo. Hume se
considera partidario de un escepticismo moderado.

1
Pirronismo: Incertidumbre, duda, desconfianza o precaución de la credibilidad, veracidad o eficiencia de algo. persuadidor

También podría gustarte