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OsvAL.DO Comll.ERAS Suv.

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Una vez obten~dasu independencia, en Chile rigieron las leyes españolas CAp[TIJLO 11
sobre lo mercant!l por aproximadamente cincuenta años contados desde FUENTES DEL DERECHO COMERCIAL
que la República se hizo verdaderamente independiente.

En 1~65 s~ publica el Códi~o ~e Comercio, ligado al cual, y a las leyes


mercantiles dtctadas con postenondad, está relacionada la historia posterior )
del D~recho. C~mercial en Chile. A uno y a las otras, nos referiremos en
el capitulo stgmente.

14. EXPOSICIÓN DEL TEMA

Son fuentes del derecho "las formas en que la colectividad estatuye su


derecho propio, o sea, las formas en que aparece y se exterioriza el derecho
pOsitivo".

Las leyes mercantiles, el Código de Comercio, el Código Civil y la


costumbre son las principales fuentes de Derecho Comercial en Chile.

En cuanto a la jurisprudencia, Si bien en nuestro país no constituye, por


su finalidad, fuente creadora del derecho, lo es, en cambio, de la forma
como éste se manifiesta aplicado al caso concreto, especialmente para
itclarar los puntos oscuros o dudosos de las demás fuentes jurídicas, como
también en aquellos en que no hay regla alguna, toda vez que, según norma
eXpresa al respecto, nuestros tribunales no pueden excusarse_ de dirimir
una contienda sometida a su decisión ni aun por causa de existir un vacío
legal, caso en el cual deberán aplicar los principios generales del derecho
y la equidad natural.

En efecto, el inciso segundo del artículo 10 del Código Orgánico de


Tribunales expresa que "Los tribunales no podrán ejercer su ministerio sino
a petición de parte, salvo los casos en que la ley los faculte para proceder
de oficio.

Reclamada su intervención en forma legal y en negocios de su compe-


tencia, no podrán excusarse de ejercer su autoridad ni aun por falta de ley
que resuelva la contienda sometida a su decisión".
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ÜSVALDO CONTRERAS ST!!.AUC~

15. A) EL CóDIGO DE COMERCIO CHILENO ·. D ¡ contratos para la explotación comercial de las naves, VI De los
Neos .. !!!DI
.. de la navegación VII De los seguros manttmos, V e os pro-
nesgas ' . . . ¡ ·
Constaba originalmente de un título preliminar (que contiene disposicio- . ·
ce d tmten tos en el comercio marítimo ' IX Dtspostcwnes comp ementanas
nes generales y cuenta con seis artículos) y de cuatro libros que versaban y X De la prescripción.
sucesivamente sobre "Los comerciantes y de los agentes del comercio"
(Libro I); "De los contratos y obligaciones mercantiles en general" (Libro . Hay un título final llamado "De la observancia- de este Código", que se
II); Y "Del comercio marítimo" (Libro III). El Libro IV, "De las quiebras" refiere a la fecha en que el Código entró en vigencia.
fue derogado por la ley N° 4.558 de 1929, la que luego fue reemplazada
por la ley No 18.175 de 1982. El artículo único de la ley No 20.080 de 24 J. Fuentes del Código de Comercio chileno
' . de noviembre de 2005 dispuso incorporar nuevamente como Libro IV
del Código a las disposiciones de la ley N° 18.175, quedando esta última Redactado por don José Gabriel Ocampo, después de años de maduro
vigente, pero sólo con las normas de su Título II y en calidad de Ley Or- '--tudio nuestros tratadistas han vacilado Por mucho tiempo en cuanto a
gánica de la Superintendencia de Quiebras. Sin embargo, la ley N° 20.720, es , . d . d
·atribuirle origen o inspiración en un Código extranJero etenmna o.
de 9 de enero de 2014, volvió a derogar el referido Libro IV y a regular las
instituciones relacionadas con la quiebra en un texto separado, ahora bajo Esta vacilación se explica, en parte, porque las actas de la Comisión
el título de "Ley de Reorganización y Liquidación de Activos de Empresas Revisora nombrada por el Gobierno desaparecieron y nadie conoce su texto
y Personas". El Libro I, llamado "De los comerciantes y de los agentes del 'auténtico el que hubiera suministrado valiosas informaciones para aclarar
comercio", comprende cuatro títulos, que tratan: I, De la calificación de muchas dudas de gran importancia, entre las que figura la de su origen Y
los comerciantes y del registro del comercio; II, De las obligaciones de los fuentes de información.
comerciantes; III, De los corredores, y IV, De los martilleros.
. A pesar de lo anterior, un estudiO anatític.o hace P?sibl~ ~o~cluir c~áles
El Libro II, llamado "De los contratos y obligaciones mercantiles en han sido las fuentes del Código de Comercw de Chile, diVidiendo dtchas
general" comprende 17 títulos que versan sucesivamente: el I, Disposi- fuentes en legislativas y doctrinales. Estas últimas surgieron con mucha
ciones generales; el II, De la compraventa; el III, De la permutación: el frecuencia y se materializan en disposiciones legislativas originales Y
IV, De la cesión de créditos·mercantiles; el V, Del transporte por tierra, personales del redactor del Código, pues constituyen norm_as legales ~ue
lagos, canales o ríos navegables; el VI, Del mandato comercial; el VII, De aparecen por primera vez a la vida positiva del derecho. EJemplo clás1co
la sociedad; el VIII, Del seguro en general y de los seguros terrestres en de ello lo constituye toda la parte relativa a la reglamentación de la cuenta
particular; el IX, Del contrato de cuenta corriente; el X, Del contrato de corriente mercantil, que sólo ha tenido como base las explicaciones doc-
cambio; el XI está derogado; el XII, De las cartas órdenes de crédito· el trinales francesas.
XIII, Del préstamo; el XIV, Del depósito; el XV, Del contrato de prenda;
el XVI, De la fianza, y el XVII, De la prescripción. Según !a opinión mayoritaria, las fuentes legislativas, por orden de su
más frecuente aplicación, son las siguientes:
El Libro III, que se titulaba "Del comercio marítimo", fue derogado por
la ley No 18.680 de 11 de enero de 1988 y sustituido por uno nuevo titulado En primer lugar el Código de Comercio español de 1829, que parece
"De la navegación y del comercio marítimo", el cual contiene 1Otítulos que haber servido de fuente principal y de estructura a la legislación chilena.
llevan los siguientes nombres: I Disposiciones generales, II De las naves
y artefactos navales, De la propiedad naval, III De Jos privilegios y de la Acto seguido, el Código de Comercio francés de 1807, muchas de cuyas
hipoteca naval, IV De los sujetos en la navegación y comercio marítimo, disposiciones aparecen literalmente traducidas en el Código chileno.

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48 ÜSVALDO CONTR.ERAS S"!RAIICH JNS'f!11.1CIONES DE ÜERECHO CO~RCIAL


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A continuación, las Ordenanzas de Bilbao y en menor proporción el doctrina, se han ido perfeccionando las instituciones mercantiles o hacien~
Código de Comercio portugués de 1833 y el Código holandés de 1838. do nacer nuevas formas jurídicas que el legislador de 1865 no pudo tener
en consideración. Tal ocurrió especialmente con todo el Libro II1 sobre el
En algunos aspectos se tomaron como modelo leyes extranjeras, como comercio marítimo y con el Libro IV sobre quiebras, ambos derogados Y
)
sucede, por ejemplo, con el título que trata de las sociedades en comandi- reemplazados; con las disposiciones sobre contabilidad mercantil, entera~
ta; inspirado en la ley francesa de 17 de julio de 1856, y el Libro IV del mente inadecuadas en la actualidad; con las operaciones de bancos, que no
Código sobre quiebras, posteriormente reemplazado, que se tomó de la ley reguló, con los corretajes, que se ejercen de un modo muy distinto a como
)
francesa de 1863. fueron concebidos; de las bolsas, letras de cambio y pagarés, todas insti-
tuciones que cuentan con legislaciones nuevas; de los establecimientos de
En cuanto a fuentes doctrinales, el redactor de nuestro Código sólo se comercio, aún carentes de toda nonnativa y así, muchas otras instituciones
inspiró en autores franceses y españoles, que eran, al decir de muchos, que darían margen a una revisión completa de nuestro Código de Comercio,
los mejores de su tiempo, pero, además, eran aquellos cuya lengua aquél ya en gran parte modernizado sobre la baSe de leyes particulares que han
hablaba, en una época en la que la traducción de obras en materias espe- terminado por minimizarlo. Hay que reconocer, sin embargo, que este no
cializadas, como el derecho, casi no existía. es un fenómeno que afecte sólo a nuestro Código. Igual situación presen-
tan eminentes Códigos de Comercio europeos, como por ejemplo, los de
No obstante algunos méritos indiscutibles, nuestro Código de Comer~ España, Francia y Alemania.
cio nació, sin embargo, con muchos defectos, entre los que cabe citar su
excesiva extensión original, sobre todo en algunas materias, frente a una El párrafo final del Mensaje con que se acompafl.ó al Congreso el proyecto
inexplicable y excesiva concisión en otras; la repetición innecesaria y de lo que sería nuestro Código, redactado de puño y letra de don José Ga-
excesiva de muchos principios y normas del Código Civil y varias otras briel Ocampo, tenia algo de profético cuando, poniendo la idea en boca del
deficiencias, atribuibles en su gran mayoría a las vicisitudes de su origen. Presidente de la República, don José Joaqufu Pérez Mascayano, decía: "Al
presentaros d.e acuerdo con el Consejo de Estado, el adjunto proyecto, estoy
Al respecto cabe señalar que, en un principio, a nivel de proyecto, se muy lejos de suponer que él sea una obra perfecta en todo sentido, porque
caracterizaba por una tendencia predominantemente subjetiva, que concedía sé que nada sale de las manos del hombre que merezca semejante epíteto;
a la costumbre el mismo valor que a la ley, que admitía la interpretación pero me asiste la más íntima confianza de que él mejora considerablemente
por analogía tanto de sus disposiciones en general, como de los actos de la condición de nuestras instituciones comerciales y las coloca en la vía del
comercio y contratos en particular, que concedía amplios medios para probar progreso. La experiencia y el aumento gradual de nuestras luces nos des-
la costumbre (art. 31 delproyecto). Mas, luego, en el Código definitivo cubrirán los errores que él contenga y los vacíos que deje y, conociéndolos,
nos encontramos con un texto de tendencia predominantemente objetiva, será fácil corregir los unos y llenar los otros, sin correr los peligros que traen
que deja a la costumbre como fuente de derecho, un campo de aplicación consigo las transacciones irreflexivas y violentas de una legislación a otra".
muy hipotético y cuyos medios de prueba regula con rigor; que rechaza la
interpretación por analogía, confiere un carácter excepcional a la legislación Dichas palabras, ciertamente inspiradas por las parecidas que redactó
comercial y enumera los actos de comercio taxativamente. don Andrés Bello en el Mensaje que acompañó al Código Civil chileno, se
han hecho, desde hace mucho, una realidad indesmentible, de modo que
El paso de los años, más los avances del comercio, incentivados por nadie duda que nuestro Código necesita una profunda y urgente reforma
las crecientes relaciones económicas internas, regionales, continentales y general, cuya postergación conduce rápidamente, sí es que no lo hemos
luego mundiales, han ido haciendo aparecer otras deficiencias que se han alcanzado ya, a un punto en el que el "Código" no merece siquiera llevar
ido agravando a medida que, a impulsos del desarrollo del comercio y de la el nombre que el vocablo sugiere.
so ÜSVALDO CONTR.ERAS STR.AUCH [~ClONES DE DER.ECHO COMERC!Al. SI

IL Opiniones extranjeras sobre el Pero, posteriormente, al igual que otros muchos exiliados argentinos qu~
Código de Comercio chileno y semblanza de su autor encontraban en Chile una acogida cordial y sin prejuicios, Oc~mpo lle~o
-a nuestro país, donde pudo desenvolver sus activida~es p:ofesmnales sm
A pesar de las críticas que hoy nos merece, es menester hacer mención a despertar celos ni resentimientos, contrayendo matnm~mo con 1~ d~a
la influencia, generalmente ignorada en Chile, que el Código de Comercio chilena doña Constancia Pando, incorporándose a la soc1edad santlaguma
chileno de 1865 tuvo en el extranjero, que fue casi tan extensa como la hasta su muerte.
del Código Civil de Bello. De hecho, casi no hay legislación de un país
latinoamericano del Pacífico que no haya usado al Código chileno como Designado para integrar la Comisión Revisora del Proyecto de Código
una de sus fuentes. Civil de Andrés Bello, no hay constancia de su participación en ella, pero
al menos se sabe que Bello recurrió a la opinión expresada por Ocampo en
Mención especial merecen Colombia, que hoy dispone de un Código más de una ocasión, como ocurrió, por ejemplo, respecto del alcance del
Moderno (1970), Honduras, Panamá y Nicaragua y también Argentina, art. 1618 del Código Civil sobre la inembargabilidad de parte del salario
en cuyo Código de 1889 fueron adoptadas algunas instituciones chilenas, de los empleados públicos, según aparece del artículo firmado por aquél Y
pasando de éste al del Paraguay. publicado en el diario santiaguino, "El Ferrocarril", de 23 de enero de 1857.

En el extranjero nuestro Código gozó durante un buen tiempo de gran Siendo designado para !a redacción del Proyecto de Código de Comer-
reputación, habiéndose llegado a decir de él que "se recomienda por su cio en 1862, Ocampo procedió con la acuciosidad que su buen criterio le
gran claridad, un gran sentido práctico y el propósito escrupuloso con que indicó, partiendo por reunir !a necesaria documentación y una información
su autor procura aprovecl¡ar para las instituciones de su país todos los prolija, antes de presentar un proyecto acabado, para cuya confección ela-
progresos de la Ciencia del Derecho" (Proudhomme; quien agrega: ''Si boró varios ejemplares.
'- -~ se le compara con las diversas legislaciones que estaban en vigor en los
diferentes países de Europa y América, se comprueba que realiza respecto A pesar de sus grandes méritos, a Ocampo le faltaba audacia creadora,
de ellas, verdaderos y sensibles mejoramientos. La obra del Dr. Ocampo, ateniéndose generalmente al examen de normas foráneas, entre las cuales,
en una palabra, es digna, desde todos los puntos de vista, de un país donde sin embargo, supo con buen criterio escoger generalmente la más acertada.
los estudios jurídicos son prestigiados y toman cada día un desarrollo más
y más considerable"). Es preciso reconocer, también, que en más de alguna ocasión elaboró
definiciones o declaraciones de principios que envolvían manifiestos erro-
Tan grande repercusión exige unas palabras sobre su autor. res doctrinales, explicables por los reducidos elementos de información
de que dispuso y sus limitaciones idiomáticas, que, como hemos dicho, se
Don José Gabriel Ocampo nació en La Rioja, Argentina y se educó en encontraban reducidas al conocimiento del francés y algo de latín. Son,
el Colegio Sarsfield. Una vez recibida su educación universitaria, pasó muy también, imputables a Ocampo las críticas fundadas en las repeticiones
joven a Chile, donde se recibió de abogado. Regresó a la Argentina en 1827 frecuentes de disposiciones del propio Código y de normas que ya estaban
e instaló su Estudio en Buenos Aires, alcanzando éxito creciente y llegando en el Código Civil.
a constituirse en el abogado más prestigioso del foro porteño. Aunque no
participaba en política y era poseedor de un carácter serio y reflexivo, cayó Sin embargo, a! recordar la época en que redactó su Proyecto de Código,
en desgracia, como muchos, ante la tiranía de Rosas, viéndose obligado a no cabe duda de que su obra justificaba los elogios que se hicieron en su
fugarse a Montevideo, donde fundó una Academia de Jurisprudencia y una tiempo y la imitación o copia que del Código se hizo en otras repúblicas
revista, como ya lo había hecho antes en Buenos Aires. latinoamericanas, como ya hemos sellalado precedentemente.

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52 0SVALDO CONTRERAS 5TRAUCH [N!IT!WCIONES DE 0~1\.ECHO COMERCio\~ 53

Por otro lado, algunos errores y contradicciones del Código aprobado que directamente complementan el Código de Comercio; en segundo, las
no son tampoco imputables a Ocampo, sino a la Comisión Revisora, cuyos leyes especiales que regulan materias mercantiles, y, por último, las dis-
miembros, al igual que en la del Código Civil frente a Bello, no estaban a posiciones de otros Códigos o leyes que regulan tangencialmente materias
la altura de su redactor. comerciales.

La única contribución original de Ocampo a la legislación universal Y. se En caso de pugna entre una ley mercantil especial y el Código de Co·
dice, la única de procedencia latinoamericana en su siglo, fue la inclusión mercio, la cuestión debe resolverse en favor de aquélla, justamente por el
)
de un titulo que introduce y regula el contrato de cuenta corriente mercantil principio de la especialidad.
si bien se hace mención a que Ocampo habría consultado al respecto aÍ
economista francés Courcelle-Seneuil, entonces residente en Chile. Otro problema que se plantea es si, en caso de vacío de una ley mercantil
especial, se aplica el Código de Comercio o ~1 Código Civil y la respuesta
La actividad pública de Ocampo no se detuvo con la promulgación del correcta es que prima el Código de Comercio, de acuerdo con el artículo )
Código de Comercio, ya que luego fue nombrado Decano de la Facultad de 22, inciso 2° del propio Código Civil en orden a que los "pasajes oscuros de
Derecho de la Universidad de Chile, y después, en su calidad de abogado una ley pueden ser ilustrados por medio de otras leyes, particulannente si
prominente y bien remunerado, fundó, en unión de otros colegas, el primer versan sobre el mismo asunto". En respaldo de esta opinión pueden citarse
Colegio de Abogados de Santiago, institución que empezó sus actividades los artículos 24 y 4° del propio Código Civil.
en 1863 y algunas de cuyas actas fueron redactadas por el propio Ocampo.
Nuestra legislación establece, aparentemente, la prioridad de aplicación
En cualquier caso, Ocampo ocupa un lugar destacado entre los legisla· del Código Civil sobre la costumbre comercial (art. 2°del Código de Comer·
dores latinoamericanos. cio). Nosotros pensamos que también, por el principio de la especialidad,
ello no resulta tan claro y, desde luego, es inconveniente. Otros países han
Falleció el Dr. José Gabriel Ocampo en Santiago el 7 de febrero de 1882 establecido expresamente, con acierto, el sistema contrario, pudiendo ci-
y sus funerales dieron lugar a una gran manifestación de pesar y gratitud. tarse a Italia, que aplica en esta materia el aforismo de Casaregis: "Stylum
mercatorum et consuetudo praevalere debet juri comuni".
Coincidimos con Olavarría en que, si bien es cierto, Ocampo "no reunia
las características geniales que sus obsequiosos panegiristas le atribuyeron, ''Con esto (dice Ascarelli) el sistema del Derecho Comercial se abre a
tampoco merece los epítetos menospreciativos que durante su vida le pro- todas las conquistas que se realizan sucesivamente por la práctica mercantil,
digaron sus enemigos, en especial su compatriota Vicente F. López, y que adquiriendo una gran elasticidad y la capacidad de ajustarse continuamente
envolvían la negación en Ocampo del más elemental talento". a la realidad de la vida".

Sin embargo, fuerza es reconocerlo, el asunto se presta a muchas dudas,


16. B) LAS lEYES M:ERCANTILES
Ynumerosos autores sostienen la posición de que, atendido el claro tenor
del artículo 2° del Código de Comercio ya citado, no podría tener prioridad
Atendida ia absoluta falta de interés en modernizar y actualizar el Có· la costumbre mercantil por sobre el Código CiviL Sin embargo, nosotros
digo, las leyes mercantiles dictadas sobre temas o instituciones especiales sostenemos que si la costumbre se acredita y aplica confonne a las reglas
son fuente de cada vez mayor importancia dentro del ramo. La base para del Código de Comercio, que estudiaremos a continuación, pasa a tener
distinguirlas de las leyes civiles o de otro carácter está en que las primeras la fuerza de una ley; y no de una ley cualquiera, sino que de una especial,
deben estar siempre directamente destinadas a regir materias comerciales. que rige particulannente un asunto de carácter mercantil, por lo que mal
De este modo habrá tres clases de leyes comerciales: en primer lugar, las podría prevalecer sobre ella, en tal hipótesis, el Código CiviL
ÜSVALDO CONTREI!.AS STI!.AliCH J~sUnJCIONES DE DERECHO COMERCIAl

Son también equivalentes a las leyes nacionales los tratados internacio- Civil; en cambio, en el Derecho Comercial la costumbre rige también en
nales si Chile los ha ratificado, según lo dispone la Constitución Política caso de que las leyes no dispongan nada sobre el particular (costumbre
de la República.
sine legem), y ello sin que sea menester que una norma lo diga en cada
Situación particular.
Por ejemplo, las nonnas internacionales sobre regulación de la avería
,,_. ~rue,sa o co~ún, reglas que se crearon por medio de un tratado que se ra- Así, puede ocurrir, y en el hecho ocurre, que, en ocasiones, el Código
tifico por Ch1le en 1924, o las nonnas sobre compraventa internacional de de Comercio contenga alguna disposición que se remita directamente a
mercaderías, que contempla la Convención de Viena de 1980. la costumbre, como por ejemplo, en el caso de los arts. 225, 262, 914 y
1092. Pero esto sólo quiere decir que por medio de estas remisiones se ha
17. C) LA COSTUMBRE MERCANTIL hecho patente la preeminencia que tiene -después de la ley mercantil- la
costumbre comercial, con preferencia al Código Civil.
l. Generalidades
B. Ene! Derecho Civil la costumbre, para entrar a regir, no necesita nin-
Las partidas definían el uso como "cosa que nace de aquellas que el gún otro requisito que un llamado expreso de! legislador. Por el contrario,
hombre dice o fa ce e sigue continuamente por un gran tiempo e sin embargo dado que su aplicación es mucho más frecuente y de mayor importancia,
ninguno". Y a la costumbre como "derecho o fuero que non es escrito, el el Derecho Comercial le exige, para que constituya nonna reguladora, que
cual han usado los omes luengo tiempo ayudándose de él en las cosas e en ·-·-·' cumpla con ciertos requisitos de fondo que el propio Código de Comercio
las razones sobre lo que la usaron". Puede observarse que sólo consideran señala en su artículo 4°. Sin embargo, la diferencia no es muy apreciable,
nonna jurídica a la costumbre, no a los usos. pues el Código de Comercio sólo se limita a consagrar la concurrencia de
exigencias que son inherentes a la naturaleza misma de la costumbre de
El Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua dice sobre cualquier clase que sea.
la costumbre que es "la práctica muy usada y difundida que ha adquiri-
do fuerza de precepto". Pero en fonna más general, puede decirse que , C. Por último, en el Derecho Civil puede probarse la existencia de la
es costumbre el conjunto de actos que revelan un sentimiento jurídico costumbre en los casos en que entra a regir, de cualquier manera, pues el
{opinio Juris) que consiste en la certeza de que ellos pueden ser objeto de Código nada exige al respecto; en cambio, en el derecho mercantil existen
una sanción legislativa o judicial. Este último aspecto la diferencia de los fonnas especiales de prueba, taxativa y expresamente requeridas, para que
simples usos o hábitos. !acostumbre jurídica pueda ser tomada como base decisiva de un conflicto.

Son costwnbres comerciales las que reglan las relaciones a que da origen 2. Clases de costumbre mercantil
el comercio entre particulares, es decir, aquellas que se refieren a los actos
de comercio señalados en el artículo 3° del Código de Comercio. En cuanto a las diversas clases de costumbre, podemos distinguir las
\.__.-
siguientes:
Se diferencian de las costumbres civiles en varios aspectos que contempla
nuestra legislación positiva y que son los siguientes: - La costtunbre jurídica.

A. En el Derecho Civil la costumbre no constituye derecho sino en los -Las costumbres interpretativas.
casos_ en que la ley se remite a ella (costumbre secundum legem), como
por eJemplo, en los art_ículos 1546, 1823, inciSo 2°, y 2117 del Código - Las costumbres técnicas.

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56 OsvAu>o CoNTRE¡w; STRA!ICH I!15T1T\.ICIONES DE 0UECHO COMERCIAL


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18. LA COSTUMBRE 1URÍDICA está continuando un precedente. Además, y esto es peculiar del propio uso,
es necesario que exista la voluntad o conciencia de que se está observando
Es aquella confonnada por los hábitos generales que surgen como resul- una normajuridica ineludible o inexcusable (la "Opinio Juris").
tado de la observancia de una regla formulada tácitamente por la voluntad
colectiva. En todos los casos la práctica de la costumbre deberá recaer sobre actos
legítimos, es decir, que no sean contrarios a la ley, a las buenas costumbres
Estos usos o costumbres son obligatorios por su propia naturaleza y son o al orden público.
fuente auténtica del Derecho Comercial, pues se encuentran menci~nados
por el artículo 4° del Código de Comercio chileno, regulándose a!lí las Se ha dicho que pertenecen al tipo de costumbrejuridica, por ejemplo, la
condicio~es que deben reunir y la concurrencia de los medios de prueba que se empleaba para regir en Chile el contrato de cuenta corriente mercantil,
que el articulo S1 contempla para acreditar su existencia y para que entren que con tanto acierto incorporó después nue~tro Código de Comercio, por
a regir un determinado conflicto juridico. vez primera, a la legislación positiva de lOS. países de la tierra. También se )
rigió por la costumbre jurídica que suple el silencio de la legislación, el
. ~s preciso subrayar que la costumbre debe ser social y colectiva, no in- contrato de cuentas corrientes bancarias y el de cheques, antes que la ley
dtv!dual, Yque su contenido se descompone en dos elementos: el material, de 8 de febrero de 1929 rigiera estas operaciones.
que se apoya en la uniformidad de su aplicación como conducta externa,
Y el elemento subjetivo, que consiste en la conciencia de que se trata de Según el artículo 4° del Código de Comercio chileno, "las costumbres
una norma jl\ridica vinculante. mercantiles suplen el silencio de la ley cuando los hechos que la constituyen
son uniformes, públicos, generalmente ejecutados en la República o en una
Analizaremos a continuación, doctrinalmente, ambos elementos, que, determinada localidad, y reiterados por un largo espacio de tiempo, que se
como veremos, tienen cabida en nuestra legislación positiva. apreciará prudencialmente por los juzgados de comercio".

. El primer elemento -el material- consiste en la ejecución repetida de Desaparecidos los juzgados de comercio, la apreciación corresponderá a
Ciertos actos que, de esta suerte, aparecen como la conducta uniforme de los tribunales ordinarios civiles, o los arbitrales que conozcan de materias
la colectividad, siendo indispensable para ello que sean ejecutados de la mercantiles, tos cuales no solamente apreciarán el largo espacio de tiempo
misma manera por todos o casi todos los que tengan motivos o posibili- por el cual los hechos que constituyen la costumbre deban haberse reiterado,
dades de realizarlos. sino también, si ellos son uniformes, públicos y los demás requisitos que
la ley menciona.
Dichos actos deben ser efectuados de la misma manera, lo cual quiere
decir que la repetición de conductas idénticas es la que constituye la base Estudiaremos cada uno de estos requisitos a continuación:
de la costumbre.
J. La uniformidad
Es también indispensable el espacio de tiempo en que deban repetirse
estos actos ejecutados de la misma manera, es decir, que la costumbre sea Este es -ineludiblemente- uno de tos elementos propios de la costumbre,
general, constante y duradera. y la ley es redundante al exigirlo expresamente. Es fácilmente comprensible
que si el comercio ejecuta hoy en dia un acto de una manera y al siguiente
En cuanto al elemento subjetivo, espiritual o intencional, reside precisa- lo ejecuta de una fonna distinta, esta falta de uniformidad quita la esencia
mente en la conciencia de la persona que realiza el acto, de que al ejecutarlo misma de la costumbre, eliminando toda posibilidad de que ésta llegue a ser
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ÜSVALDO CONU.EJV.S SUVIUCH 59

tal. El .c~mercio, propenso siempre a la uniformidad en la repetición de los ·"texto expreso, debemos ver a quién le corresponde la prueba y qué medios
__;
actos, urucaforma .de ase~u:arel respeto de las transacciones, y cuyo principal
\~

sé.pueden emplear para justificarla.


respaldo es el sentido practtco, hace fácil el cumplimiento de esta exigencia.
Algunas legislaciones, como la italiana, señalan la forma de acreditar la
2. La publicidad éostumbre mercantil y en ella se aceptan toda clase de medios probatorios,
como por ejemplo, recopilaciones oficiales de costumbres, informes de
Consi~te en que los hechos que constituyen la costumbre sean conoci~ organismos técnicos y cámaras de comercio, testimonio de otros comer-
do~ ampliamente, ya sea de todo el mundo, si se trata de una costumbre ciantes, sentencias judiciales que la reconocen, etc.
uruversal, de todo un pa~s, si es nacional; de una ciudad, pueblo 0 región si
es !~cal, o de un detenmnado número de individuos que ejercen una rama Así las cosas, el mérito de estas pruebas será variado y desigual Y los
particular del comercio, si es especial. autores discrepan sobre su valor. Sin embargo, parece ser que son las
sentencias judiciales las que mayor impqrtancia revisten, siguiéndolas
3. La generalidad en la ejecución en mérito las colecciones oficiales de costumbres y los informes de las
cámaras de comercio.
Se refiere est~ requisito, lo mismo que el primero, al número de personas
q~~ deben ?ract¡car los hechos que se invocan como costumbre. Puede tam~ En cuanto a los testimonios de otros comerciantes, por tratarse de un
bten aprectarse, como lo dijimos a propósito de la publicidad, de qué clase Inedia probatorio que lleva envueltos los peligros e inconvenientes de
de costumbre se tr~ta se~ün sea el número de personas que los ejecutan, toda prueba testimonial, deben ser mirados con la misma desconfianza que
esto es, que pueda ser uruversal, nacional, regional, etc. i~pim ésta, y casi ninguna legislación los considera.

En cuanto a nuestra propia legislación, la prueba de la costumbre está


4. La reiteración en el tiempo
tratada en el artículo 5° del Código de Comercio. Esta disposición establece
(¡ue "no constando a los juzgados de comercio que conocen de una cuestión
. El Código no se refiere a una expresión concreta de años 0 meses
entre partes la autenticidad de la costumbre que se invoque, sólo podrá ser
smo a 1~ repetición ~e los hechos en forma constante. Los elementos so~
probada por algunos de estos medios".
co~ulahvos, y se deJa .su apreciación al criterio del tribunal, el que debe
venficar la concurrencm de los demás requisitos también.
Antes de proseguir con la cita legal, cabe referirse a una importante cuestión
que se presenta aquí, respecto a saber si, al tenor de esta norma, basta para
5. Prueba de la costumbre que se dé por acreditada la costumbre en un juicio, que ella conste al propio
tribunal que está conociendo de él. Desde luego, para que el problema se
C~m? la fuerza ju~dica de la costumbre emana, precisamente, de estar presente, es menester que alguna de las partes haya "invocado" la costumbre,
constt~tda por ~a sene. de hechos püblicos y reiterados por mucho tiempo, de tal modo que es claro que nuestro legislador rechaza la aplicación por el
es p~e~tso acredttar al tnbunalla existencia de dichos hechos con todos los juez de una costumbre que ninguna de las partes ha invocado.
\ --'
reqmsttos ya señalados, para que la costumbre pueda tener el valor jurídico
que la ley le atribuye.
Ello es así, por lógica, ya que es casi imposible que el tribunal que conoce
de la cuestión controvertida tenga mayor conocimiento de una costumbre
Pe;o. toda vez que los hechos que constituyen la costumbre deben ser mercantil que los mismos litigantes que, con seguridad, serán comerciantes
acredttados, porque la nonna consuetudinaria no aparece formulada en un del ramo en que la costumbre debe servir de norma jurídica.
)

60 ÜSVALDO CONTRF.RAS STRAUCII


6\
)

La cuestión es, pues, si basta que conste a los tribunales la existencia ) ,,.¡,,te<.oi'< de la costumbre y que así lo diga en la sentencia expresamente,
de ~na costumbre mercantil para que se-dé por acreditada ésta y pueda para que sea legítimo que proceda a aplicarla en la resolución de un juicio.
aplicarse. ,, _)
El proyecto de Código, antes de su paso por la Comisión Revisora,
~osotros.estimamos que, si bien la referencia que hace la ley a la cons~ incluía un N" 3 en el artículo so, que era aún más benigno para la prueba
tancta del tribunal lo es a los juzgados de comercio, que como tribunales de la costumbre, pues autorizaba usar como elemento probatorio las es-
especializados ya no existen, nada autoriza a impedir el uso de tales facul~ crituras privadas, y en el N° 2" daba también valor probatorio a los actos
)
tades a los tribunales que hoy en día cumplen sus funciones. Por lo demás, 0 informes de notoriedad de una cámara de comercio. Podríamos concluir
los tribunales se caracterizan por su prudencia en la aplicación de las normas que, al mismo tiempo que menos exigente, el proyecto indicaba un orden
jurídicas Y es seguro que no darían aplicación a ninguna norma consuetu- de prelación del valor probatorio de las pruebas que se acompañaran en
dinaria :uya existencia no haya sido invocada y de algún modo probada y uno u otro sentido.
establectda en el transcurso del juicio. Por último, no podemos sino hacer
presente que la gran mayoría de los pleitos mercantiles se resuelven al ·En lo que se refiere al onus probandi, ~sea, cuál de las partes enjui-
menos en primera instancia, por jueces árbitros, que son personas elegidas cio deberá recurrir a estos medios probatorios que la ley señala, es fácil
por las partes o nombradas por el tribunal por su especial versación en las concluir, dados los términos en que está redactado el art. so del Código de
materias que deberán conocer. Comercio y las reglas generales "que emanan del artículo 1698 del Código
Civil, que el peso de la prueba recae sobre la parte que alega o invoca la
De hec~o, c~b~ señalar que, si bien antes de la dictación del Código existencia de la costumbre, ya que con ello tratará de probar la existencia
de ComerciO extstlan en nuestro país tribunales de comercio ellos fueron de una obligación o alegará su extinción 1•
suprimidos poco después de que éste comenzara a regir. '
.· El juez puede "invitar" a las partes a probar la costumbre, por medio
Dichos tribunales de comercio estaban encargados, fuera de su labor de del respectivo auto de prueba, pues no se trata, en este caso, de probar el
resolver contiendas judiciales, de proponer las medidas generales tendientes derecho, sino los hechos que constituyen, reuniendo ciertos requisitos, una
a.l desarrollo Y:1 progreso del comercio. Estaban aconsejados por un asesor nAnna juridica subsidiaria.
titular que les tnformaba de las cuestiones técnicas relativas al comercio y
podían recabar el informe sobre estas cuestiones, a especialistas llamados _ En cuanto a los medios materiales con los que se podrá probar la exis-
timcia de la costumbre jurídica, el Código señala, en primer término, a "el
"consiliarios", todo lo cual confería a sus dictámenes en materia mercantil
una autoridad indispensable y no superada. testimonio fehaciente de dos sentencias que, aseverando la existencia de
18. costumbre, hayan sido pronunciadas confonne a ella".
En estas circunstancias históricas, que no toman en cuenta la masifi-
El pronunciamiento de estas sentencias deberá basarse, precisamente, en
~a~ió~ d~~ com~rcio de hoy en día y la cada vez mayor importancia de la
la existencia de la costumbre que se trata de acreditar en el nuevo juicio.
JU~sdtccton ar~t~l en materias mercantiles, se basan los que sostienen la
tests de que, ehnunados los tribunales de comercio, no puede concederse a
los que han sustituido su función jurisdiccional la facultad de hacer constar
por sí mismos la existencia de la costumbre.
1 La Corte de Apelaci(Jnes de Concepción ha fallado indicando que la carga probatoria de
Sin embargo, por las razones anteriormente anotadas, nosotros sostene- la costumbre mercantil recae en quien la alega (Corte de Apelaciones de Concepción, causa
mos que debe estimarse que bastará que el tribunal tenga constancia de la rol N" 4483·2005).
r
'--' '
62 ÜsVALDO CONIRERAS STRAtiCI! 63

A nuestro entender, cabe probar la costumbre no sólo por sentencias de existencia de una costumbre mercantil: hacer valer las escrituras públicas que
los tribunales ordinarios, sino también provenientes de jueces árbitros, pues den cuenta de la existencia de esa costumbre y sólo una vez que mediante
la ley no las excluye expresamente y sus fallos son sentencias de igual valor ~te medio probatorio se hubieran obtenido dos sentencias judiciales en el
a las que dictan los jueces ordinarios. La solución anterior lleva envuelta ~ntido indicado en ellas, podría hacerse uso del medio probatorio consagrado
además, una ventaja práctica, pues son numerosos los juicios que acaba~ en el N° 1 del artículo 5° del Código de Comercio. Cabe advertir que esta
por arbitraje, en los que, como más arriba hemos dicho, se consignan con solución es absurda y conduciría sin motivo alguno a eliminar de hecho a
'-----' mayor facilidad las costumbres mercantiles que en los juicios mercantiles esta fuente de derecho, que tanta importancia tiene en el derecho mercantil.
ordinarios.
'------·
Yendo a otro aspecto, es preciso señalar que los medios de prueba de
También puede probarse la existencia de la costumbre invocada, por que habla el artículo so de nuestro Código sólo son aplicables a la justifi-
el medio propuesto en el N° 2 del artículo so del Código de Comercio, es cación de las costumbres jurídicas, o sea,2- aquellas costumbres que suplen
decir, por "tres escrituras públicas anteriores a los hechos que motivan el el silencio de la ley en materias de fondo:
juicio en que debe obrar la prueba".
\_j Para así concluirlo, el principal argumento que puede esgrimirse está
Es menester tener presente que las escrituras públicas deben ser tres y su en la ubicación especial de los artículos que se refieren a la costumbre en
otorgamiento debe ser anterior no sólo al comienzo del pleito, sino anterior, nuestro Código. En efecto, es el artículo 4° el que se refiere a la costumbre
aun, a los hechos que lo motivan, es decir, respecto a aquellos para cuya jUrídica, o sea, a la que "suple el silencio de la ley", y el artículo siguiente,
evaluación jurídica se invoca la costumbre que se trata de probar. De otro ·· o sea, el 5°, trata de los medios que pueden emplearse para probar la cos-
modo esta disposición podría prestarse a abusos por parte de personas que tumbre, refiriéndose naturalmente a la que acaba de mencionar el artículo
se prefabricarían pruebas ad hoc para, en seguida, entablar un pleito cuyas precedente, siendo el artículo que le sigue, el 6°, el que considera a las
probabilidades de éxito, de esta manera, les serían ampliamente favorables. Costumbres interpretativas y técniCas, respecto de las cuales no hay medios
Probatorios determinados.
'---- Si las pruebas son contradictorias, es decir, si, por ejemplo, una parte
presenta dos sentencias judiciales acreditando la existencia de una costum- ' ' Por lo tanto, la solución lógica es que los rigurosos medios de prueba
bre mercantil determinada, y las otras tres escrituras públicas que justifican zo
(iue el artículo 5° trata en sus números 1o y sólo se aplican a la prueba
la existencia de una costumbre mercantil diferente, debe darse como no de la costumbre a que ya se había referido el artículo precedente, el 4°, o
\_j probada la costumbre, pues es claro que el Código no ha señalado ni un sea, a la costumbre jurídica.
orden de preferencia, ni la enumeración de los medios de prueba que hace
el artículo so significa graduar su valor probatorio. E!lo sin perjuicio de la Por lo demás, nos parece absurdo que una convención mercantil, con-
alternativa en la que el juez aduzca constarle a él la existencia de la cos- templada en el Código de Comercio, necesite para su interpretación de la
tumbre, conforme a la facultad que le entrega el primer inciso del artículo prueba de dos sentencias judiciales o de tres escrituras públicas. Aun, a falta
so del Código, a la que ya nos hemos referido con anterioridad. de estas probanzas, habrá el tribunal de decidirse por una interpretación
cualquiera, la que bien puede ser la misma o distinta de aquélla en que se
Cabe señalar que si aceptáramos que no fuera admisible que nuestros exigió tan rigurosos medios probatorios. Y lo mismo puede decirse respecto
actuales tribunales ordinarios de justicia, incluidos los tribunales arbitrales de las costumbres técnicas.
que conocen causas mercantiles, puedan dar ellos mismos por establecida
la existencia de la costumbre, por constarles su existencia, en realidad sólo Existe otro argumento para así estimarlo: el histórico, derivado del
habría un solo medio de consagrar, por primera vez en un fallo judicial, la Mensaje con que se acompañó el Código al Congreso Nacional, que ex-
6S
64 OsvALOO CoNll!..ERAS STAAIJCH

presamente se refiere sólo a "los numerosos requisitos que la costumbre __ . que la existencia de la costumbre jurídica se basa en hechos,
debe tener para asumir el carácter de la ley supletoria, y la naturaleza de la i ero también la existencia misma de la ley es un asunto de hecho. Lo que
prueba con que debe ser acreditada en juicio", no mencionando para nada :.··pasa es que, establecida su existencia, no puede decirse que el alcance
las otras dos clases de costumbres de que habla el Código en su artículo 6°. pue estas normas tienen se trate de hechos de un juicio. La costumbre
, ~.~·,¿·,ca en este caso siendo supletoria de la norma escrita, constituye
J.... ' ' . . .
Y, por último, puede agregarse que es muy lógico que las costumbres también una norma legal por.remisión general dellegtslador a su unpeno.
contempladas en dicho artículo 6° no requieran de prueba especial, por Más claro aparece esto en el caso de las costumbres a que nos referiremos
cuanto este artículo es una repetición, si no de la letra, al menos del espíritu a continuación, pues en ellas, aunque su establecimiento también se base
del artículo 1546 del Código Civil, y no debe ni puede, al igual que éste, en hechos, hay un envío expreso de una disposición legal que le da fuerza
exigir prueba determinada alguna a las costumbres interpretativas o técni- imperativa, aun antes que a la legislación común.
cas. Se refuerza esta opinión si se recuerda que, en este caso, no existen
los motivos que hay en el caso de la costumbre jurídica para que la ley se '_-:·.' Antes de terminar con el tema de la prueó~ de la costumbre, cabe señalar
muestre recelosa con una costumbre que va a suplir su silencio, pues aquí ~~e en el nuevo Libro III del Código que regula el comercio marit~o se
la costumbre sólo va a aclarar o interpretar normas contenidas en la misma eStablece una forma adicional para acreditarla, al menos en las matenas que
ley o en un acto o contrato mercantil. · éste rige. En efecto, el artículo 825 expresa que "en las materias reguladas
p(¡r este Libro, la costumbre podrá ser probada, adem~ de las form~ que
La jurisprudencia chilena se ha pronunciado en repetidas ocasiones en Señala el artículo S" de este Código, por informe de pentos, que el tnbunal
este mismo sentido1 • á¡)reciará según las reglas de la sana crítica", modalidad esta que nos parece
:~mode;n•y muy acertada.
Pero, refiriéndonos con mayor detención a este tema, cabe advertir que
la jurisprudencia en nuestro país ha estimado, erróneamente a nuestro modo
de ver, que no procede la interposición del recurso de casación en el fondo 19. LA COSTUMBRE INTERPRETATIVA
por infracción de la costumbre, ya que, a su juicio, su establecimiento es una
cuestión de hecho que no cumple con el requisito señalado en el articulo El artículo 6° del Código otorga eficacia a la costumbre interpretativa,
767 del Código de Procesamiento Civil, que autoriza el recurso cuando se ;;,;. poi<¡ue el!• constituye el indicio de una cierta voluntad de la que el uso no
proceda "con infracción de la ley siempre que esta infracción haya influi- -- es nada más que una expresión o presunción.
do sustancialmente en lo dispositivo del fallo" (Vid. RDJ Tomo XXXIII
N"s. 7 y 8, sección primera, p. 381). Nosotros estimamos que establecidos En Derecho Comercial se denomina costumbre interpretativa aquella
los hechos por los tribunales del fondo, debiera admitirse la facultad del que sirve "para interpretar tOs actos o convenciones mercantiles".
tribunal de casación para determinar su exacto sentido y alcances, como lo
hace con cualquiera otra norma legal escrita, y resolver si, en consecuencia, Pueden adquirir este significado tanto las prácticas o costumbres indi-
ha sido correctamente resuelta la contienda conforme a ella o no. viduales o privadas como los hábitos o usos p~blicos o generales.

Si una persona realiza una serie de actos repetidos relativos a una mis-
1 La Corte de Apelaciones de Concepción ha sei\alado "de ser cierto lo anterior, estaríamos ma materia, de una misma manera, es lógico suponer en ella una voluntad
en presencia de una costumbre mercantil, respecto de la cual, el articulo 4o del Código de Co· constante, aun cuando en alguno de ellos pueda ocasionalmente faltar.
mercio sei\ala que suple el silencio de la ley... En dicho caso, la autenticidad de la costumbre
Lo mismo ocurre si dos comerciantes sujetan en la práctica un contrato a
invocada por el demandante debió ser acreditada en la forma prevista en el artículo 5° del Código
de Comercio" (Corte de Apelaciones de Concepción, causa rol N" 4483-2005). nonnas que convienen y utilizan habitualmente.
67
'-./ 66 ' " ' " ' " " " " ' DERECIIO COMERCIAL

El principio de interpretación a que aludimos está consagrado expresa- No existiendo reglas especiales sobre :ste tipo de costum:bre, puede
\,, clita~< su existencia por todos los mediOS legales, y del mismo modo
mente en nuestro Código Civil, cuyo art. 1564 prescribe que las cláusulas
de los contratos se interpretarán, entre otras formas que indica, "por la
10 impugnarse no sólo la existencia de la costumbre, sino, comprob~da
aplicación práctica que hayan hecho de ellas ambas partes, o una de las • t la voluntad que ella expresa, demostrando, por toda clase de medios
partes con aprobación de la otra", criterio que puede regir perfectamente -~
probatorios, que hubo una voluntadd'iStmta.
.
para el Código de Comercio, tanto porque el artículo 2° de este último da
fuerza subsidiaria en materias mercantiles al Código Civil, como porque 20. LAS COSTIJMBRES TÉCNICAS
el artículo 6° tiene un alcance casi idéntico.
También se refiere a este tipo de costumbre_s el artíc,~lo 6o del Código de
Por lo tanto, extendiendo el ejemplo a un círculo más o menos amplio . omercio,p
· ero en su primera parte • cuando senala que las costumbres mer-
C
de personas, si todas las que realizan ciertos actos los ejecutan de una _. cafltiles servirán de regla para determinar ej_sentido de .las p~labras o fr~~es
manera que expresa una voluntad idéntica constante, parece lógico inducir -. í·é~nicas del comercio", es decir, sirven como un medio de mterpretacmn.
\_j
que este modo de obrar es el reflejo o expresión de una voluntad general
y que su repetición es indicio de que todos los miembros de ese círculo
L• "costumbres técnicas" se llaman así, pues tienen. relación con ope-
desean ajustarse a dicha forma de proceder y de que reconocen la misma -'ractones
· ,.,r.icter técnico o profesional del comercto que se re fi eren. a
d"'"" ..,......
voluntad, aun cuando en casos excepcionales pueda faltar la manifestación é i:~~::;s~:~ aspectoS de este tráfico, como ser la manera de envasar, medir,
expresa de ese deseo. \ avaluar, cargar, arrumar, transportar las mercader[as, etc.

En el extranjero, mientras en los países regidos por el Common Law / Por lo demás, no sólo el Código de Comercio se refiere a este tipo de
le atribuyen a la costumbre amplia aplicación, en los de tradición latina o i interpretación, ya que el Código C:ivil expres~ que l~s palabras de la ley
más propiamente "continental", si no existe un texto expreso, se duda en _'·i' ·"se interpretarán en su sentido natural y obvto, segun el uso general de
\_,_.'
cuanto al alcance, valor y prueba de estos usos; y el silencio del legislador _, ·¡~·mismas palabras" y si se trata de palabras técnicas de cie_ncias ~ art~,
mueve a los tribunales a variar sus opiniones y sus fallos. ~e tomarán "en el sentido que les den los que profesan la misma cien.cta
0 arte, a menos que aparezca claramente que se han tomado en sentido
En nuestro ordenamiento juridico, la costumbre interpretativa o técnica
,f)i_verso"(art. 21 Código Civil).
está expresamente considerada en el artículo 6° del Código de Comercio, y
ella no es fuente directa de derecho como la costumbre jurídica, ni necesita
de prueba especial, como la que exige a aquélla el artículo 5°. Su prueba,
. Indirectamente se refieren a estas costumbres técnicas los artículos 1 ?I
y 269 del Código de Comercio cuando hablan del "uso d.e porteadore~ m-
se somete a las reglas generales de nuestro derecho. te\igentes" y a "los usos y procedimientos de los comercmntes entendidos
'y diligentes", respectivamente.
Las costumbres interpretativas suplen la voluntad de las partes y se
consideran sobrentendidas para interpretar su voluntad.
\_ __/
21. ÜTRAS CLASIFICACIONES DE LA COSTUMBRE MERCANTIL

La jurisprudencia ha reconocido a menudo la aplicación de la costum-


bre interpretativa, y en un caso particular declaró que, ajustándose a las Fuera de la clasificación que distingue entre costumbre jurídica, costum-
prácticas mercantiles corrientes, debía estimarse a una carta en la que un bres interpretativas y las costumbres técnicas .a las que nos hem?s ref~rido
comerciante manifestaba no tener inconvenientes en otorgar una fianza que in extenso en los números anteriores, la doctrma hace otras clastficacwnes
le era solicitada, como promesa de otorgarla. de este instituto a las que nos referiremos a continuación.
\__,)

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69
68 ÜSVAI.DO CON!RERAS STRAIICI!

En primer lugar, mencionaremos la clasificación doctrinal según la cual _ que las acciones de sociedades anó~imas ~ued~n ~er nominales
existe la costumbre según la ley, a falta o fuera de la ley y contra la ley. , : ~1 portador, siendo las primeras transfer~b~~s por ~sc~~c1ón o por en-
0
- dóso sin garantía y las segundas por la trad!c!on del tttulo (Gaceta de los
La primera, la costumbre según la ley (secundum Iegem), tiene amplia ·_-Tribunales, año 1885, No 1618).
cabida en nuestra legislación y sirve, de acuerdo con las reglas de herme-
néutica legal, para aclarar el sentido de la ley, de acuerdo a la conocida regla .. _Otra clasificación distingue entre costumbre~ univers~les,_ ex~je~,
contenida en el art. 2° del Código Civil de que "la costumbre no constituye nacionales y locales. Esta división se hace atendiendo al arnbtto temtonal
derecho sino en los casos en que la ley se remite a ella". en la que se aplica. Las costumbres locales son aceptadas. expresamente
por nuestro Código, que se refi~re a ellas tanto, en el ~ensaJe -al tratar de
La costumbre a falta o fuera de la ley (sine legem) es aquella que es la comisión- como en forma dtrecta por el artleulo 4 .
posible usar a falta de ley que regule la materia en conflicto. Ella es, pre-
cisamente, a la que se refieren los artículos 4° y 5° de nuestro Código de ,. La ley recurre a ellas, también, en natiierosos _artículos, _como en~¡
Comercio. ..frtículo 275, inciso 2°, refiriéndose a la forma de fiJar el salariO del comt-
-~ionista, a pesar de que, al referirse a la costumbre "de uso general en la
Por último, la costumbre contra la ley (contra legem) no tiene valor ¡}laza donde hubiere desempeñado la comisión", pareciera indicar que se
jurídico en nuestro sistema legislativo vigente, que se funda básicamente trata de una costumbre general de las que ocupan la clasificación siguie~te,
en el derecho escrito. El artículo 112 del Código de Comercio no deja duda ' !O que se desvanece con la frase que sigue, que demuestra que el Códt~o
alguna al respecto cuando señala que "no se reconocen términos de gracia atiende a la localidad, pues señala que en su defecto se atenderá para fiJar
o uso que difieran el cumplimiento de las obligaciones más allá del plazo ¡a_ retribución a "la acostumbrada en la plaza más inmediata".
que señale la convención o la ley".
--~-Es una costumbre local, asimismo, la que figura en el artículo 307, que
La jurisprudencia judicial, invariablemente, ha desechado todo intento ~Ontiene las normas por las cuales debe regirse el comisionista para regular
por dar aplicación a la costumbre en los casos en que ésta contraría un el precio de las mercaderías.
texto legal expreso 3 •
' Lo es, también, la regla del artículo 520, inciso 2°, que establece la forma
Así, por ejemplo, una sentencia que era frecuentemente citada, dictada en que debe tenerse por contratado el seguro en caso de que no se le den
cuando aún la sociedad anónima estaba regida por normas contenidas en al comisionista instrucciones para celebrar este contrato.
el Código de Comercio expresa lo siguiente: "Aunque se hubiera probado
la costumbre comercial de pagarse, en los contratos de compraventa de Es costumbre o uso local aquélla a que apela el Código para fijar la
acciones, tan sólo la diferencia de precio en-dinero, sin hacer la entrega retribución en el depósito cuando no hay estipulación (art. 809 inc. 2°).
efectiva de laS acciones, tal costumbre no podría tener valor legal ni podría
estimarse como incorporada al contrato de compraventa de acciones, porque En la jurisprudencia, algunos fallos han reconocido la importancia de
ello no importaría otra cosa que autorizar un procedimiento abiertamente la clasificación hecha, cuando, por ejemplo, se rechazó una demanda por
contrario a lo dispuesto en el artículo 451 del Código de Comercio que la que se cobraba la sobreestadía de una nave, debido a que por el mal
tiempo no había podido hacerse la ca~ga, dándose _como fundamento de la
denegación el hecho de existir en esa localidad la costumbre de realizar
las faenas del embarque a pesar de la lluvia (Gaceta de los Tribunales, año
' Asila Cone Suprema ha fal!ado indicando "las costumbres mercantiles sólo son fuentes de
derecho ene! silencio de la ley, pero no contra el!a..." (Corte Suprema, causa rol N" 2982-2005). 1880, Sentencia N° 231).
70
'- ·' ÚSVAli)Q CONTRERAS STRAUCH 7l

En cuanto a las costumbres universales, son mencionadas en el Mensaje ~arque en virtud del principio de la especialidad, las le7es ~ue se
del Código, a diferencia de las costumbres que rigen en el territorio de la
C~~:;~~~ materias concretas y específicas del derecho m~~anttl.e~tán por
República o en una localidad de ésta, que son mencionadas en el artículo :'-( de una legislación de tipo general, como es el Codtgo Civil, Y
4°, pero en todo caso, para nuestro legislador, tienen idéntico tratamiento.

'
l~!.~~::::.':;l;,v:;•::l~o':,~d~o,,l~•:,;costumbre, los casos en que ella se ~plica Y su
Los conflictos que se plantean entre costumbres mercantiles chilenas y tratados por el Código de Comercto.
extranjeras, en los casos que ellos puedan tener lugar, deberán arreglarse
conforme a las reglas del Derecho Internacional Privado. , Énconsecuencia, sólo a falta de dichas normas entra are,girel Código Civil.
'---'

Otra clasificación distingue entre costumbres generales y especiales. .-- Desde un punto de vista práctico, cabe se~alar q_ue e~i~te un sinnú~ero
d tos y contratos mercantiles en que se aplican dtspostcwnes conterudas
Son generales aquellas que afectan a todo el comercio en general, y son : -~~:~Código Civil, como por ejemplo, la saciedad, el mandato, el m~tuo.' _el
especiales las que se usan en y se practican respecto de determinada rama de ósito la prenda y la fianza, así como también que encuentran_a~l¡cac~o~
del comercio. p De;echo Comercial prácticamente todas las normas del Cod1go CIVIl
· conforman la teoría general de las obligaciones.
No merece otro comentario esta clasificación, salvo mencionar que, en
caso de conflicto entre la costumbre general y la especial, si el conflicto 23. E) LOS CON1RATOS MERCANTILES
es entre comerciantes de un mismo rubro, debe concederse prioridad de
Todas las normas anteriormente citadas, incluso el Código de Co~er­
aplicación a ésta sobre la costumbre general, conforme al principio de
~io, son la excepción, ya que lo normal es que las reglas que proporciona
derecho que da preeminencia a la norma especial. En caso contrario, debe
·la ley mercantil sean supletorias de_ la voluntad de las part_es, actuando en
regir la costumbre general, pues constituye una norma jurídica de mayor
'- . · autoridad y de mayor conocimiento. ~~bsidio de eltas cuando no la expresan en el contrato. Sm embargo ,hay
hormas que son imperativas, como es el caso de todas las que prohtben
Ciertos actos. Excepcionalmente, las normas que rigen al contrato de seguro
,___ ,. Las costumbres especiales pueden subdividirse infinitamente, según la
son también imperativas.
operación mercantil a que se refieran. Así puede hablarse de costumbres
bursátiles, bancarias, relativas al comercio de seguros, etc. Pero en general el Derecho Comercial es la rama-del ~erecho en q~e
de mayor manera ~e plasma y expresa el principio de la hbre autonomta
22. D) EL CóDIGO CiVIL de la voluntad.

El Código Civil constituye otra de las fuentes del Derecho Comercial, En este campo del derecho, los acuerdos de voluntad se. v~elcan en los
toda vez que el artículo 2° del Código de Comercio estatuye que "en los contratos, generalmente contratos nominados. Per~ lo~ mas mtere~antes,
aquellos que le dan a esta rama del derecho su origmah~ad Y.loz~~ta, son
, _.
__
casos que no estén especialmente resueltos por este Código, se aplicarán
las disposiciones del Código Civil". !a pléyade de contratos innominados que son fruto de la 1magmacwn crea-
dora de los comerciantes, de la gente de negocios y sus asesores letrados.
La ubicación y forma de redacción de esta norma podrían hacer pensar Muchos de ellos se revelan como tan valiosos e interesantes que, poste-
que el Código Civil está por encima del resto de las leyes mercantiles y de riormente, son objeto de regulación legislativa y se convierten en contratos
la costumbre. Pero ello no es así por las siguientes razones: nominados.
72 ÜSVALDO CONTR.EI!.AS STllAUCH
73

::~;;~,~;~:~~;:~¡f.:~:. ~i;:~~:;;~~:
De hecho, entonces, la contratación es la fuente más rica e innovadora
los tratados internacionales que regulan
del der~cho mercantil, en el cual no es el legislador y ni siquiera el jurista como la Convención de Viena sobre la
el que 1mpulsa al desarrollo del derecho, sino que son los protagonistas :·. compraventa internacional de mercaderías, y las distintas :onvenci~ne~ ~ue
mismos del comercio, los comerciantes, quienes discurren continuamente · gulan el contrato de transporte marítimo de mercadenas; los pnnc1p10s
nuevas formas de actos y contratos, en los que las normas jurídicas son generales sobre los contratos mercantiles elaborados por u~
re m rmt, etc.
sus cláusulas, las que con mucha posterioridad, si el acto o contrato viene
a ser de habitual aplicación, se desarrollan y sistematizan por la doctrina , . Esta moderna ley de las transacciones comerciales internacionales
y, luego, si el legislador lo estima necesario, vienen a ser nonnados por · t'i~ne un ilustre predecesor en el "Ius Gentium" del derecho romano, que
algún cuerpo legal. se ocupaba de las reglas e instituciones extranjeras, derecho intemac.ional
"strictu sensu" y, además, de las instituciones concebidas por las nac10nes
24. F) LA LEX MERCATORJA ·· P~.a regular sus relaciones comerciales il!.temacionales.

Hay diversas visiones sobre lo que hoy en dia abarca la /ex mercatoria. 'El desarrollo del Derecho de Gentes absorbió la recepción por Roma
Su conc·epto depende, entonces, de lo que cada autor o jurista sostenga que d~e ·las costumbres de Derecho Comercial internacional de modo que la /ex
pertenece a su campo de aplicación, pensando en su extensión y fuerza ,.. ,, fue entendida formalmente como una fuente autónoma de de-
obligatoria. aplicable a las relaciones comerciales entre los ciudadanos romanos

Para algunos, la /ex mercatoria es solamente un grupo de principios


y procedimientos consuetudinarios que son más o menos usados en las . Por la época en que la Constitución Antoniana de 212 DC les dio la
transacciones internacionales. ~;,d,,dwo;a romana a todos los habitantes del imperio, la lex mercatoria
'd!h> f,'""'." su individualidad, porque Una sola ley pasó a ser aplicada a todos
Para otros es mucho más que eso, porque se añade que tales principios
han sido incorporados a las convenciones internacionales y tratados y aún
más, a la legislación nacional de muchos países. Por lo tanto, para tales Con el renacimiento de las relaciones económicas internacionales y del
autores, la /ex mercatoria se ha desarrollado hasta el punto que, realmente, COmercio a fines de la Edad Media se produjo un primer resurgimiento de
es un derecho autónomo que regula las actividades comerciales internacio- la /ex mercatoria en Europa Occidental que empezó en Inglaterra en los
nales, principalmente aquellas que desarrollan las empresas. siglos XI o XII, en las Instituciones conocidas como las "fncipit Lex mer-
catoria ", el origen de la ley de los comerciantes, que fue sistemáticamente
Podríamos decir que hoy en día la /ex mercatoria consiste en las normas Organizada por George Malynes en 1685; siguió con el "Droit Des Faires"
y principios generales del derecho mercantil internacional, con una fuerte en Francia, del cual aparecieron las letras de cambio; ellus Mercatonun
influencia hacia el plano de los derechos nacionales, e integrada por lo concebido en Italia; las normas comerciales puestas en ejecución en España
que genéricamente se califica como los "usos y costumbres del comercio y los usos comerciales codificados en Francia hacia el final del siglo XVII
internacional"; los llamados "términos comerciales uniformes", entre los por Jacques Savary, cuya obra fue continuada luego de su muerte por su
que se encuentran los Incoterms adoptados por la Cámara de Comercio hijo del mismo nombre.
Internacional; las "condiciones generales de venta" aceptadas en ciertos
sectores del comercio internacional; los "contratos tipo" para la venta de Una nueva etapa de hibernación afectó a la /ex mercatoria a causa de
ciertos productos; las leyes modelo elaboradas por la Comisión de las Na- la progresiva afirmación del poder de los Estados individuales y el protec-
ciones Unidas para el Comercio Internacional - CNUDMI (conocida más cionismo que afectó las relaciones comerciales e internacionales.
75
74 ÜSVALOO CONTR.EII.AS STRAUCI! 'J,nroO<O><O '"DERECHO COMERCIAL

Este desarrollo fue iniciado en Francia por la codificación de la ley ~-' E 195lla Cámara de Comercio Internacional publicó los Incoterms,
-, ___ ;
comercial que hiZo Colbert en 1673, referida a las leyes del comercio ~' n na colección de la interpretación generalmente aceptada de las
quesonu . ·al · e
terrestre, y en 1681 a las leyes del comercio marítimo, todo sobre la base . ¡ u•adas en los contratos de compraventa mternac10n , varias vec s
elausu as "'
del trabajo ejecutado por Savary. mejoradas, la última de las cuales en 2010.

En 1980 fue aprobado un tratado para regular la compraventa interna-


La Revolución Francesa reforzó las nacionalidades, de modo que en
el siglo XIX se completó la evolución hacia una total subordinación de cional de mercaderías.
las relaciones económicas internacionales a la ley nacional o estatal.
... :Por su parte, la UNCITRAL ha 'aprobado varias leyes modelo, entre las
1 s cabe citar especialmente, por su vinculación al desarrollo moderno
Este método de regulación de las relaciones económicas internacio- cua e b" · · t ·onal
de la !ex mercatoria, a una que concierne~~1 ar Itr~Je m emac1 ·
nales no era apropiado, de modo que en la segunda parte del siglo XX
la opinión de los investigadores y juristas en todo el mundo, al interior . p ¡ tanto desde tan temprano como los comienzos de los años 60,
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de los foros internacionales y en las instituciones especializadas, funda- . or o , b' 1
·loS comentaristas empezaron a tomar nota de estos enormes cam I?S ~n a
,___ mentalmente la Uncitral y la Unidroit, entre las más importantes, y por tendencia del derecho mercantil internacional y saludar:on el advemm1ent~
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sobre todo, la globalización del comercio y la lucha internacional contra de una nueva !ex mercatoria. Clive Schmithofffue el prunero en lnglate~a,
el proteccionismo, condujeron de nuevo a un renacimiento de la /ex mer- en Francia, Phillipe Kaahn, Phillipe Fouchard, Jean Stuffiert y, por enctma
catoria, proceso generado por una gran cantidad de causas, circunstancias
-de todos ellos, Berthold Goldmann.
y orígenes aparecidos durante el siglo XX.
Las expresiones !ex mercatoria o ius mercatorum, que ordinariam~nte
Uno de ellos esta constituido por las clausulas de los contratos que se utilizan para designar lo que se ha venido ~n !~amar d~recho ~spontaneo
usualmente Se emplean en el comercio internacional, eSpecialmente los del comercio internacional, son términos de s1gmficado 1mpreCiso, pues en
contratos estandar, que mas tarde pasan a ser reconocidos como parte de ellos se engloban distintos componentes jurídicos.
sus usos y costumbres por poderosas organizaciones profesionales como
laAsociación·de Comerciantes en Granos de Londres, las reglas, pólizas ' En la actualidad se habla de una nueva lex mercatoria, y con ~llo se
y cláusulas emitidas por el Instituto de Aseguradores de Londres, etc. alude a un ordenamiento jurídico que, pese a los proftmdos cambws ex-
perimentados en la esÚuctura de la sociedad internacional desde la Edad
En 1933 la Cámara Internacional de Comercio emitió las llamadas Media hasta nuestros días, posee ciertos elementos comunes con el derecho
"Costumbres y usos uniformes para los créditos documentarlos", la que común de los comerciantes en aquel perlado. En estas líneas cabe destacar
fue una codificación acordada luego de extensos estudios y debates entre dos aspectos del asunto, uno sociológico y el otro jurídico.
profesionales del ramo, sobre las prácticas bancarias relacionadas con estos
esenciales instrumentos de crédito y pago en el comercio internacional. En términos sociológicos, el nuevo derecho del comercio internacional
Ha sido puesta al día muchas veces y su última versión se conoce como ha surgido de la práctica entre comerciantes pertenecien~es a dis:intos Esta-
documento UCP 500. dos con diferentes sistemas políticos, económicos y socmles, as1 como con
distintos niveles de desarrollo; de manera que han participado Y participan
El 13 de mayo de 1938 una conferencia que tuvo lugar en Ginebra las empresas de los países de economía de mercado COI_UO las empresas ~e
aprobó un "Proyecto de ley uniforme concerniente a las letras de cambio comercio exterior de los Estados que aún mantienen un Sistema de economta
y pagarés". planificada. Se trata de la "sociedad internacional de los comerciantes", en

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ÜSVALOO CONTR.ERAS Snv.UCII

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b~ena m:dida autóno~ respecto de los Estados; y el hecho de que, pese a las
d!ferenc1.as entre los sistemas políticos y económicos, haya surgido un nuevo L;:~:·::~~:~á~~:~~~IPj:';''¡:';l :d~';";:;c;h~:':;i.~n:t:ernacional.
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Estamos ante la dimensión
. Estas "fuentes" ofrecen, sin embargo,
ordenamiento de las relaciones comerciales internacionales es un factor de varios aspectos distintos que es preciso tener en cuenta.
primera importancia, pues ello evidencia que existe "un derecho autónomo del
comercio, nacido de las propias exigencias de éste, y que se ha desarrollado _ La recepción de la lex mercatorla por los sistemas estatales puede
con independencia de los sistemas jurídicos nacionales". La aceptación de llevarse a cabo a través de textos internacionales que institucionalizan sus
este derecho autónomo del comercio internacional por los Estados capita- desarrollos, y sirve, además, para fijar sus contenidos y propiciar una mayor
listas Y socialistas, ha constituido hasta la fecha, indudablemente un factor áplicación prospectiva por la propia sociedad de comerciantes, como ha
de estabilidad en las relaciones de cooperación pacífica entre los Estados. oCurrido con la Convención de Viena de 1980 sobre compraventa inter-
nacional de mercancías. En otros casos, pueden ser los usos del comercio
En términos jurídicos importa detenerse en las fuentes de la nueva /ex internacional en si mismos los que sean objeto de una recepción o referencia
mercatoria. Si el derecho éomún de los comerciantes de la Edad Media explicita o implícita en los textos internacionales. Esta "legislación inter-
se basaba fundamentalmente "en la practica y usos universalmente acep~ ·nacional" está constituida por una amplia red de tratados internacionales
tados por los participantes en el comercio internacional", la nueva /ex de derecho uniforme; es decir, por un conjunto de normas refrendadas por
mercatoria se caracteriza por el hecho de que sus fuentes son de carácter el derecho internacional público.
"internacional". No obstante, sentado esto, conviene separar debidamente
dos aspectos distintos: -Lo que genéricamente se califica como "usos y costumbres del comer-
cio internacional", y que comprende todo un conjunto de actos de variado
La "legislación internacional", constituida por un amplio número de tra- tipo (lncoterms, condiciones generales de venta, contratos tipo, etc.). Esta
tados internacionales que crean un "derecho uniforme" del comercio inter- dimensión es la que ahora nos interesa. Consiste en un conjunto de reglas
nacion~ ~ue incl~ye, preferentemente, las siguientes materias: compraventa sUrgidas del obrar de los participantes en el comercio internacional que,
mercantil mtemacmnal, medios de pagos internacionales, transporte derechos con frecuencia, se apartan de las reglamentaciones nacionales en materia
de propiedad intelectual e industria~ etc. En este sector existe ci;rtamente mercantil. Se trata de un importante sector del tráfico externo de nuestros
una práctica de los comerciantes generadora de "normas materiaies comunes": días que se caracteriza por una clara tendencia desnacionatizadora que, s{n
pero son los Estados, por el cauce de un tratado internacional, quienes las embargo, no elimina por completo el pape!' del Estado; la !ex mercatoria
recogen y formulan, incorporándolas a su orden juridico interno. está aún muy lejos de completar su ciclo histórico hasta el total retomo
a la posición universalista del medievo, necesitando de su· plasmación en
Un sector relevante de las fuentes de la nueva /ex mercatoria está in~ fuentes de origen, eso si, preferentemente internacional. Su aplicación
tegrado por lo que genéricamente se califica de "usos y costumbres del práctica, sobre todo en el arreglo de controversias a través del arbitraje,
comercio internacional" pero que, en un análisis más detenido, comprende, está poniendo de relieve una cierta crisis de la noción, como se puso de
fundamentalmente, los llamados "términos comerciales uniformes" entre manifiesto en la redacción en el seno de la Uncitral de la Ley Modelo
los que se encuentran los Incoterms adoptados por la Cámara de Comercio sobre arbitraje comercial internacional, aprobada en junio de 1985. Pero,
Internacional, las "condiciones generales de venta" aceptadas en ciertos además, los resultados de las prácticas comerciales internacionales y de
sectores del comercio internacional, los "contratos tipo" para la venta de la actividad institucional en el ámbito internacional puede ser, asimismo,
ciertos productos, etc. objeto de recepción individual por los distintos sistemas estatales, a través
de la codificación interna. Nada impide que el legislador estatal utilice la
No podemos desconocer una importante faceta normadora, cual es la técnica de la incorporación material o por referencia para hacer suya las leyes
recepción de una serie de usos y prácticas mercantiles tanto por el dere~ modelo o textos internacionales sobre arbitraje o usos y prácticas mercan~
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ti! es. En este punto, la labor de la UNCITRAL, junto a otras instituciones CAPiTIJLo m
'----' de carácter internacional, pone de relieve la importancia y rendimiento a MERCANTILIDAD. Á.'v!BITO DE APLICACIÓN DEL DERECHO COMERCIAL
'---- mediano plazo de una costosa labor institucional en orden a la consecución·
de auténticas fuentes del derecho del comercio internacional.
'--'

'---- En todo caso, resulta indiscutible que la nueva !ex mercatoria constituye
un factor trascendental en el marco del Derecho Comercial y del Derecho
' Internacional, pudiéndose afirmar que el papel que juega ese especial
\. _ _/ sector de participantes del tráfico, que· son los comerciantes, ha dotado
\.__./
al actual derecho del comercio internacional de una importante nota de
profesionalización, la que influye fuertemente, también, en los derechos
,_ mercantiles internos.
Sección Primera
("
Conceptos generales sobre el ámbito
' de aplicación del Derecho Comercial
~
25. CONCEPTO JUR.!O!CO DE LA MERCANTJL!OAD
e_
Referirse, en el Derecho Comercial, al tema de la mercantilidad, con-
,' __ -siste en definir lo que se considera mercantil y lo que, en consecuencia,
é~ objeto, por una parte, de la normativa jurídica del ramo y, por otra, del
e~
;;-,iéStudio doctrinario de la disciplina.
,_ La tarea de precisar desde un punto de vista jurídico las materias que
deben quedar comprendidas dentro del Derecho Comercial presenta enormes
u
' dificultades, tanto para quienes pretenden hacerlo sobre la base de la teoría
'-' . 'pura, como para aquellos que pretenden hacerlo sobre el análisis concreto
de las normas de una legislación nacional en particular.
u
,__. Como anteriormente hemos dicho, en general las opiniones se han divi-
dido y encausado en dos grandes corrientes, que han dado lugar a cuerpos
u legislativos inspirados en ellas: el criterio objetivo y el criterio subjetivo. Sin
e, pe~uicio de que, en épocas recientes, ya ha cobrado fuerza una tercera teoria,
que relaciona la mercantilidad con el ámbito de actuación de las empresas.
CJ

u 26. EL CRITERIO OBJETIVO DE LA MERCANTIL!DAD

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Para la teoría objetiva, la mercantilidad está vinculada a las operaciones
v ;: calificadas de comerciales por la ley. A ellas se aplica el Derecho Comer-
v
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