LA COMPETENCIA Y LA MOTIVACIÓN COMO REQUISITOS DE

VALIDEZ DEL ACTO ADMINISTRATIVO

AUTORES:

- Callapani Chahuares, Rodrigo

- Ccasa Mollo, Shane Carolina
- Huamán Moriano, Zulma Cristina
- Mendoza Álvarez, Jeremy
- Solís Apaza, Brayan Francisco

RESUMEN

Competencia

Resumen: En el ámbito de la Administración Pública, Perú aún no ha determinado una forma

eficaz de controlar las competencias entre los diversos órganos e instituciones que forman parte

del Estado. Diversas son las situaciones y complicaciones que se presentan en el ámbito

competencial, ya sea por razón de materia, jerarquía, territorio o tiempo. Este trabajo, de

carácter bibliográfico, pretende abordar esta problemática.

Motivación

Resumen: La legislación peruana recoge a la motivación como requisito de validez del acto

administrativo. Esto significa que todas las declaraciones de la administración sobre el

administrado deben contener justificación legal. Variedad de razones dan lugar a la falta de

motivación en las resoluciones y demás actos de la Administración Pública. Este trabajo

pretende abordar esta problemática con bibliografía precisa sobre el tema.

Palabras clave: Competencia, motivación, legalidad, acto administrativo, validez, nulidad.

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Competence

Abstract: In the field of Public Administration, Peru has not yet determined an effective way

to control the powers between the various bodies and institutions that are part of the State. There

are various situations and complications that arise in the field of competence, whether due to

matter, hierarchy, territory or time. This work, of a bibliographical nature, aims to address this

problem.

Motivation

Abstract: Peruvian legislation includes the motivation as a requirement for the validity of the

administrative act. This means that all statements made by the administration about the

company must contain legal justification. A variety of reasons give rise to the lack of motivation

in the resolutions and other acts of the Public Administration. This work aims to address this

problem with a precise bibliography on the subject.

Key Word: Competence, motivation, legality, administrative act, validity, nullity.

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 ÍNDICE

Introducción
Problema General
Objetivo general
1. Análisis de la Competencia
1.1. Análisis conceptual de la competencia
1.2. Principios Generales de la competencia
1.3. Diferencias entre competencia y potestad
1.4. La jerarquía como principio de la organización administrative
1.5. Perdida del derecho en el acto administrativo por la ineficacia de la competencia en
razón de tiempo
2. Análisis de la Motivación
2.1. Las razones de la motivación como requisito del acto administrativo
2.2. Vicios de la Motivación del Acto Administrativo
2.3. Casuística referente a la motivación
2.4. Admisibilidad de la omisión de la motivación
2.5. Falsa Motivación y la ilegalidad del Acto Administrativo
Conclusiones
Bibliografía

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 Introducción

Respecto a la competencia, Gordillo (2011) coincide en que esta es improrrogable. Esta se

refiere al órgano que puede ejercer legítimamente en razón de materia, territorio, grado y

tiempo. También se coincide en que la competencia debe surgir expresa o implícitamente de

una norma legal. El origen legal no debe ser únicamente directo e inmediato, sino también de

origen derivado, que surja de reglamentos dictados en consecuencia de las atribuciones dadas.

En cuanto a la motivación, de acuerdo con Pérez (2009) la exigencia legal de que todo acto

administrativo debe estar lo suficientemente motivado aparece con suma claridad en los

reglamentos de procedimientos administrativos, la certeza esta obligación se va diluyendo

cuando estas normas resultan aplicadas en el ejercicio de la función administrativa. Veremos

que la nulidad del acto administrativo no resulta un criterio flexible ante determinados actos,

que por sus características pueden considerarse motivados bajo diversas modalidades.

Tanto la competencia como la motivación son criterios esenciales para que un acto

administrativo tenga validez. Lo anterior se sostiene por la necesidad imperiosa que generan

los principios de legalidad, certeza y seguridad jurídica. Como administradores, las entidades

públicas no pueden obviar la ley, porque se ve comprometida la confianza en el ejercicio de sus

funciones. Por otro lado, los administrados son los principales perjudicados por los fallos que

adolecen estos actos, ya que son sobre asuntos de implicancia directa.

Problema General

¿Qué se entiende por la competencia y la motivación como requisito de validez del acto

administrativo en la legislación y doctrina peruana?

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Objetivo general

Analizar la competencia y la motivación como requisitos de validez del acto administrativo en

la legislación y doctrina peruana.

1. Análisis de la Competencia

1.1. Análisis conceptual de la competencia

Para abordar el concepto de la competencia es necesario precisar los factores que participan

dentro de la competencia como elemento. Primero está el reconocimiento de su potestad para

tomar decisiones y actuar en la administración, reconocido mediante mención expresa en la ley;

y en segundo plano está la regulación de las personas encargadas de representar al órgano u

organismo facultado con la potestad anteriormente mencionada. Al respecto, Morón (2019),

señala que “la noción de competencia precisa tanto la habilitación para la actuación del órgano

que los dicta, como la corrección en la investidura de dicho órgano por las personas físicas” (p.

220)

Respecto al factor de la potestad dentro de la competencia, encontramos que esta no solo se

refiere a la atribución de poder ejercer acciones dentro de la administración, sino que también

hablamos de un deber atribuido a los órganos de buscar los objetivos conferidos mediante los

medios que le posibilite el ordenamiento. Estaríamos viendo entonces un doble rol, de deber y

derecho. Respecto a esto, Morón (2019), señala que:

Cuando una atribución le es asignada regularmente cada órgano queda sujeto al deber de

búsqueda de ese objetivo por los medios que le posibilite el ordenamiento, y no sigue

sujeta a la literalidad de la norma, de forma tal que tenga que esperar normativa expresa

para cada acción o proceso interno, de impulso o ejecución. (p. 220)

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1.2. Principios generales de la competencia

Para hablar de los principios generales que rigen a la competencia como requisito de validez

del acto administrativo, tenemos a la ley, como fuente principal de la cual extraer estos

principios. Es a partir del contenido legislativo que podemos deducir la razón de ser de la

competencia como un presupuesto para el acto administrativo. Esta razón de ser primero la

encontramos en la potestad otorgada por ley. Al respecto Pacori (2020) señala que “Es el poder

que la Ley otorga a la autoridad administrativa el desempeño de sus funciones” (p. 137)

Dentro de esta generalidad relativa a los principios de la competencia, también tenemos aquella

referida a su carácter público. Vemos que su sustento jurídico viene dado por la legislación, es

en este punto que entramos al plano de la positivización del derecho. De lo anterior, también se

deduce su pertenencia a la esfera pública. En conjunto, se trata de dotar, mediante la ley, a los

distintos órganos y organismos de una potestad para actuar. Al respecto Pacori (2020) señala

que “La competencia es al derecho público como la capacidad es al derecho privado, con la

diferencia que la competencia implica que el sujeto debe de actuar dentro de la esfera que la

Ley le atribuya” (p. 137)

1.3. Diferencias entre competencia y potestad

La potestad y la competencia pueden ser términos que se interpreten de la misma forma sin

embargo existe una diferencia que se basa en una relación de género y especie. Significa que la

potestad administrativa es el género, mientras la competencia es la especie que viene a ser parte

de la potestad debido a que se puede tener diversas competencias asociadas dentro la potestad

administrativa por ejemplo la potestad fiscalizadora que conlleva muchas competencias. Al

respecto Osorio (2017) señala lo siguiente:

hay una relación de género y especie, en tanto la competencia solo es una medida o

fracción de una potestad administrativa. Así́, analizando, por ejemplo, la potestad

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 administrativa fiscalizadora, un órgano administrativo con potestad fiscalizadora puede

tener competencias asociadas a la «potestad de fiscalización», tales como requerimientos

de información a los regulados, instrucciones específicas a los regulados, solicitud de

antecedentes a otras autoridades administrativas, medidas de apremio en la inspección o

fiscalización, citación de regulados a declarar, etc. (pp. 153-154)

En cuanto a estas potestades, encontramos que estas son principalmente de fiscalización,

sanción, regulación y administración. Lo anterior se da de acuerdo a la clasificación de la

potestad que nos ofrece la doctrina. Estas potestades otorgan a los diversos órganos públicos de

competencias destinadas a la protección ante eventuales alteraciones o daños en la

administración. Al respecto Osorio (2017) señala “que estas potestades están otorgadas con el

objeto y fin de satisfacer el principio de servicialidad de la actuación pública, y, en especial, de

resguardar y promocionar bienes jurídicos dispuestos en las normas administrativas” (p. 154)

1.4. La jerarquía como principio de la organización administrative

Para que exista un orden eficaz en la administración se debe entender a la jerarquía y la

competencia como elementos dinámicos, esto quiere decir que la jerarquía puede dotar de un

orden de subordinación en el margen de la ley, pero, si se relaciona con la adecuada

competencia puede crear una dinámica para lograr una organización más eficaz. Al respecto

Monti (2007) afirma que “La jerarquía traduce un poder jurídico dentro de un grupo estable

como la administración pública. Existe en su virtud una relación de supremacía de los

funcionarios superiores respecto de los inferiores” (p. 113)

Todo estado tiene una administración central y descentralizada lo que conlleva atenuar el

principio de jerarquía es así que se propone una tutela atenuada es decir más flexible y adaptable

a la administración, para tener un orden que permita una organización eficiente y que pueda

funcionar tanto para la administración central y la administración descentralizada como es el

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caso de nuestro país Perú. Al respecto Monti (2007) define ambos términos de la siguiente

forma “En relación con el principio de la jerarquía, se halla el de la tutela o jerarquía atenuada,

que es la relación que vincula a la Administración central con la descentralizada.” (p. 116)

1.5. Perdida del derecho en el acto administrativo por la ineficacia de la

competencia en razón de tiempo

Este tema que hoy me toca analizar, relativo a la extinción de la potestad sancionatoria por parte

de la Administración en los procedimientos sumariales no fue elegido por un motivo de

inspiración o de interés intelectual, sino porque me ha tocado intervenir, casi al mismo tiempo

en que me recibía de abogado en esta facultad. Al respecto Cardaci (2014) señala que “en

materia de facultades disciplinarias de la Administración, es más preciso referirse a

incompetencia en razón del tiempo, que referirse a prescripción, pero sin perjuicio de ello” (p.

1119)

Cabe preguntar entonces, qué competencia tiene el funcionario público para prorrogar los

plazos a tenor de la normativa citada, que habla de plazos improrrogables y de prescripción. De

allí, que el Estado nacional carezca de competencia en razón del tiempo para juzgar estas

conductas cuando han transcurrido los plazos antes señalados. Al respecto Cardaci (2014)

señala que:

ya sea que se trate de incompetencia en razón del tiempo o de prescripción de las posibles

sanciones por transcurso del tiempo, resulta claro que el funcionario no puede ser

sancionado por los actos, hechos u omisiones supuestamente cometidas, pasados los

plazos legalmente establecidos. (p. 1121)

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 2. Análisis de la Motivación

2.1. Las razones de la motivación como requisito del acto administrativo

La motivación de la actuación administrativa es fundamental ya que sin este requerimiento

esencial tendríamos vacíos que impedirían una correcta, clara y debida motivación en el manejo

de resoluciones administrativas que perjudicarían a el interés general e irían en contra de los

razonamientos jurídicos explícitos entre los hechos y las leyes. Al respecto, Maqueda (2010)

afirma que “El conocimiento de cualquier ley es presupuesto necesario para su cumplimiento

por parte del sujeto regulado: sólo conociéndola podrá interiorizarla y hacer de ella la norma

reguladora de sus actos” (p. 476)

De acuerdo con el elemento de la motivación del acto administrativo son exigidos los

antecedentes facticos y jurídicos además de una breve y concisa referencia de los hechos y

fundamentos de derecho con los razonamientos en los que este se apoya, esto una exigencia

para todo tipo de actos administrativos y para los que emanan estos actos ya que la omisión de

alguna de estas exigencias podría perjudicar al interés general. Respecto a esto, Maqueda (2010)

sostiene que “El elemento motivación exige que los antecedentes fácticos y jurídicos y que las

razones del acto sean manifestadas al dictar el acto” (p. 477)

2.2. Vicios de la Motivación del Acto Administrativo

Dentro del ordenamiento administrativo peruano, podemos mencionar que incluye una causal

de vicio del acto administrativo, el defecto o la omisión de alguno de los requisitos de validez,

dentro de las cuales se encuentra la motivación, es decir que, a falta de motivación, un acto

administrativo concurre en una causal de vicio. Al respecto Rocha (2016) señala que:

las irregularidades en la motivación pueden darse por su ausencia total en el acto. En estos

casos, la autoridad no fundamenta el acto administrativo terminal; es decir, no acompaña

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 ningún discurso justificativo sobre las razones de hecho y de derecho que se tuvieron en

cuenta al momento de emitir el determinado acto administrativo (p. 253)

Otro vicio al acto administrativo se nota en la insuficiencia, es decir que resulten vago de

motivos esclarecedores, no podría admitirse un acto administrativo que no goce de buenos

fundamentos o que sean contradictorios a su contenido, la motivación del acto administrativo

debe ser concisa mediante una relación concreta y directa de los hechos. Al respecto Rocha

(2016) señala que “La insuficiencia es una irregularidad o vicio que recae sobre el contenido

de la motivación del acto administrativo. A diferencia de la falta de motivación, donde es

omitida completamente en el acto, en la insuficiencia existe un indicio de motivación” (p. 256)

2.3. Casuística referente a la motivación

La motivación dentro de nuestro sistema administrativo tiene una especial relevancia, el cual

consistirá en el derecho a la certeza, es importante para todos los administrados, ya que obligara

que todo acto administrativo este debidamente motivado, es decir que debe existir un

rozamiento jurídico entre los hechos y las leyes que se aplicaran. Al respecto Santy (2018)

señala que:

La motivación de las decisiones administrativas constituye un principio constitucional

implícito en la organización del Estado, lo que supone, entre otras cosas, que la actuación

de la Administración dé cuenta tanto de los hechos como de la interpretación de las

normas, y del razonamiento realizado por el funcionario o colegiado en cada una de sus

decisiones (p.6)

La motivación del acto administrativo buscara siempre y a toda costa evitar la arbitrariedad e

ilegalidad de decisiones administrativas, podríamos decir que busca una buena relación de

supra/subordinación entre los representantes del estado y los gobernados, esto debido a que

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cuando se emite una decisión de un órgano del estado afectan directamente a los administrados,

al respecto Santy (2018) señala que:

“El tema de la motivación del acto administrativo es una cuestión clave en el ordenamiento

jurídico-administrativo, y es objeto central de control integral por el juez constitucional de la

actividad administrativa y la consiguiente supresión de los ámbitos de inmunidad jurisdiccional.

Constituye una exigencia o condición impuesta para la vigencia efectiva del principio de

legalidad, presupuesto ineludible de todo Estado de derecho. A ello, se debe añadir la estrecha

vinculación que existe entre la actividad administrativa y los derechos de las personas.” (p.3)

2.4. Admisibilidad de la omisión de la motivación

La motivación de los actos administrativos proviene del cumplimiento de preceptos

constitucionales que garantizan que los particulares tengan la posibilidad de contradecir las

decisiones de los entes públicos ante las vías gubernativa y judicial, evitando de esta forma la

configuración de actos de abuso de poder. Al respecto Pérez (2009) señala que:

Se sostiene en definitiva que la omisión de incluir los fundamentos en el propio acto o

con anterioridad al mismo (es decir, en forma anterior o concomitante), ha vulnerado el

derecho de defensa del administrado, y, por tanto, se ha transgredido una de las

finalidades de la exigencia de motivar adecuadamente los actos administrativos. (p. 45)

La omisión de la motivación va de la exposición de fórmulas generales o vacías de

fundamentación para el caso concreto o aquellas fórmulas que por su oscuridad, vaguedad,

contradicción o insuficiencia no resulten específicamente esclarecedoras para la motivación del

acto, cuando el órgano jurisdiccional incurre en la omisión de motivar su resolución incurre en

una nulidad insanable. Al respecto Pérez (2009) señala que:

Veremos que la nulidad insubsanable del acto administrativo, que se sostiene en principio

como consecuencia de la omisión de motivación, no resulta un criterio inflexible ante

11
 determinados actos que por sus características o antecedentes pueden considerarse

suficientemente motivados mediante modalidades muy diversas a la prevista en la norma.

Si a ello le agregamos la consideración de aquellos casos en que la Administración omite

o limita la motivación de los actos administrativos. (p. 37)

2.5. Falsa Motivación y la ilegalidad del Acto Administrativo

La falsa motivación es una causal de nulidad de los actos administrativos que es entendida como

aquella razón que da la administración de manera engañosa, fingida, simulada, falta de ley, de

realidad o veracidad. Esta se configura cuando las circunstancias de hecho y de derecho que se

aducen para la emisión del acto administrativo respectivo, traducidas en la parte motiva del

mismo, no tienen correspondencia con la decisión que se adopta o disfrazan los motivos reales

para su expedición. Al respecto Barreto y Rodríguez (2020) señalan que:

Entendida la falsa motivación, como uno de los motivos o causales de impugnación de

los actos administrativos, es importante señalar que motivar el acto es una obligación del

nominador, es de vital importancia exponer las razones de hecho y de derecho apuntando

a la realidad fáctica que lo llevan a crear un situación jurídica, es decir que la existencia

real de esos motivos, permiten determinar si estamos frente a una falsa motivación del

acto, lo cual determina la legalidad o ilegalidad del mismo. (p. 12)

Sobre la falsa motivación, está va relacionada directamente con el principio de legalidad de los

actos y con el control de los hechos determinantes de la decisión administrativa. Para que

prospere la pretensión de nulidad de un acto administrativo con fundamento en la causal

denominada falsa motivación, La falsa motivación es una causal de nulidad autónoma de

impugnación de los actos administrativos. Al respecto Barreto y Rodríguez (2020) señalan que:

La causal de “falsa motivación” puede consistir en que la ley exija unos motivos precisos para

tomar una decisión, pero el funcionario la expide sin que esos motivos se presenten, caso en el

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cual se habla de la inexistencia de motivos legales o falta de motivos, como también en que los

motivos invocados no han existido realmente (p. 6)

Conclusiones

En conclusión, la competencia posee dos factores principales que le dan razón de ser como

requisito del acto administrativo. El primero se refiere a la potestad de actuar dentro de la

administración, además del deber de ejercer esta potestad de la mejor forma posible, en este

sentido tendría una doble dimensión deber-derecho. Y el segundo factor se refiere al órgano u

organismo facultado para ejercer esta potestad.

En cuanto a los principios generales, podemos concluir que todos confluyen en la legalidad

como tronco común del cual partir. A su vez, la legalidad vendría a formar parte de la

positivización propia de un Estado Constitucional de Derecho. De modo que este conjunto de

derechos y obligaciones atribuido a los distintos órganos y organismos de la administración se

regirían por un marco de reglas y principios contemplados en la ley y la Constitución.

Sobre la diferencia entre potestad y competencia, concluimos del análisis que, de acuerdo a

doctrina y legislación, existe una relación género-especie entre estos dos. La potestad

administrativa vendría a ser el género, que confiere el poder a los órganos y organismos para

actuar dentro de la administración. Mientras que la competencia vendría a ser la especie,

formando parte de un conjunto más grande, la potestad administrativa.

La jerarquía y la competencia, se sustentan en razones de eficacia dentro de la administración.

En este sentido, ambos se deben entender como elementos dinámicos dentro de orden de

subordinación en el margen de la ley para alcanzar una organización eficaz. A su vez, propone

una tutela adecuada para el funcionamiento de las instituciones de la administración pública.

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La competencia en razón de tiempo es un requisito sumamente importante que debe cumplir el

acto administrativo, esto refiere a los casos en que un órgano tiene determinadas facultades

concedidas sólo durante un lapso determinado, si al momento de dictar una resolución

administrativa no se cumple con este requisito, este será invalidado y perderá los derechos que

involucra.

Es necesario que un acto administrativo cuente con fundamentos de hecho y de derecho que

respalden de manera concreta lo que manda o requiere una resolución administrativa, ya que

este requisito de validez constituye una garantía constitucional, esto con el fin de evitar la

arbitrariedad de los órganos administrativos al emitir sus resoluciones administrativas.

Tal y como hemos podido comprobar, los vicios de la motivación de un acto administrativo, no

son nada más que una contravención a las normas reglamentarias, establecidos en nuestro

ordenamiento administrativo, en este caso a un requisito de validez como es la motivación, es

decir que el acto administrativo es nulo.

Es importante aclarar que la casuística, en el ámbito administrativo, se adentrara a casos

concretos, los cuales servirán para ampliar nuestro derecho vigente y cada vez haya menores

incurrencias en errores, esto servirá también dentro de la emisión de actos administrativos que

deban contar con su debida motivación, fundada en derecho, dejando de lado la arbitrariedad e

ilegalidad de dichas decisiones por parte del estado.

No cabe duda que la motivación de la actuación administrativa, es decir, la fundamentación con

los razonamientos en que se apoya constituye una exigencia ineludible para todo tipo de actos

administrativos, imponiéndose las mismas razones para exigirla tanto respecto de actos

emanados de una potestad reglada como discrecional, una motivación correcta y eficiente

En cuanto a la falsa motivación y la ilegalidad del mismo, esta se configura cuando las

circunstancias de hecho y de derecho que se aducen para la emisión del acto administrativo

14
respectivo, traducidas en la parte motiva del mismo, no tienen correspondencia con la decisión

que se adopta o disfrazan los motivos reales del respectivo asunto, es un evento sustancial, que

atañe a la realidad fáctica y jurídica del acto administrativo.

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