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Historia de la psicología

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La Historia de la Psicología es un apartado dentro de la psicología que,
haciendo uso de los métodos historiográficos y de los conocimientos
psicológicos acumulados a lo largo de la historia, trata de averiguar la génesis
de las propuestas psicológicas, la influencia entre ellas y con otras ciencias, y
la deriva de las mismas, atendiendo, entre otros factores, al contexto y a los
autores que las desarrollan.
La psicología, tal como la conocemos en la actualidad, es una ciencia
relativamente nueva que investiga los distintos procesos mentales y la
conducta humanas. Para ello se sirve, en parte, de la experimentación con
otras especies animales, que ayuda a iluminar diversos aspectos relacionados
con las facultades perceptivas e intelectivas humanas. La ciencia que estudia la
psicología no humana recibe el nombre de [etología].

Índice

 1El inicio de la Psicología


 2Antecedentes
o 2.1El concepto de «mente»
o 2.2El empirismo
o 2.3Institucionalización del término
«psicología» en Alemania
o 2.4Los primeros pasos del asociacionismo
o 2.5Delimitación de la psicología como
ciencia humana empírica
o 2.6Antecedentes de la psicología de los
pueblos o Völkerpsychologie
 3Comienzo de la psicología experimental
 4Psicología fisiológica
 5La introspección y la escuela de Wurzburgo
 6La psicología de la forma y la Gestalt
 7El psicoanálisis para paciente
 8El conductismo
 9La psicología cognitiva
 10Vygotski y la psicología histórico-cultural
 11La psicología humanista
 12La neuropsicología
 13Bibliografía
 14Notas
 15Referencias
 16Enlaces externos

El inicio de la Psicología[editar]
De ordinario, se hace referencia al año 1879 como la fecha inaugural de la
psicología moderna en tanto que disciplina científica. Ese año, el
alemán Wilhelm Wundt creó el primer laboratorio de psicología experimental en
la ciudad de Leipzig. Sin embargo, no todos los historiadores de la Psicología
coinciden en este punto:
«La historiografía convencional sitúa el origen de la psicología como disciplina científica a finales
del siglo XIX, en Alemania, con el establecimiento del primer laboratorio de psicología en Leipzig, en
1879, por parte de Wilhelm Wundt. Se trata de un mito fundacional que deposita en el empleo del
método experimental —en el que Wundt se había formado durante sus investigaciones precedentes
en el campo de la fisiología, con científicos como Johannes Müller y Hermann von Helmholtz— el
rasgo definitorio de una psicología científica. Es sobre todo esa impronta "experimental", junto al
papel institucional desempeñado por el laboratorio como centro ineludible de formación (también a
nivel internacional), lo que ha hecho que el nombre de Wundt haya pasado muy por delante de otros
contemporáneos suyos que planteaban proyectos bastante diferentes.» 1

Resulta, pues, ineludible el papel que juega Wundt en la «institucionalización»


de la psicología experimental, y quizá por ello no se eligió a otros autores
como Franz Brentano —quien publica en 1874 su Psicología desde el punto de
vista empírico2— o Wilhelm Dilthey —con su libro Ideas acerca de una
psicología descriptiva y analítica (1894)3—, ambos con perspectivas distintas a
la de Wundt. En cualquier caso, algo que a menudo se ha olvidado es que la
Psicología de Wundt comprendía dos partes, como dos caras de una misma
moneda:4 la psicología experimental y la «Völkerpsychologie» o «psicología de
los pueblos», que aborda el mismo fenómeno psicológico desde una
perspectiva más cercana a los enfoques de Dilthey o de Vygotski, y a la que
dedicó un especial esfuerzo cuyo resultado se plasmó nada menos que en diez
volúmenes publicados entre 1900 y 1920. 5
la presencia de la psicología en el ámbito universitario es mucho anterior:
«El despegue de la psicología como ciencia universitaria tiene así lugar en el siglo XVIII, en
Alemania, marcado por una psicologización del discurso filosófico que procede del análisis del
entendimiento de Locke y que se hibrida con la filosofía racionalista. A partir del lugar
que Wolff reserva a la psicología empírica en su sistema se abrirá todo un debate metodológico
sobre sus límites y posibilidades. En ese debate intervendrá activamente Immanuel Kant (1724-
1804), apostando por hacer de la psicología empírica, como descripción natural del alma, una
disciplina independiente de la metafísica.»1

En 1860 se crea en la Universidad de Berna (Suiza) la primera cátedra


universitaria que incluye una referencia explícita a la psicología. 6
En cuanto al vocablo, la palabra «psicología» fue utilizada por primera vez
en latín por el poeta y humanista cristiano Marko Marulić, en su
libro Psichiologia de ratione animae humanae (publicado a finales del siglo
XV o a comienzos del XVI).7 Algunos autores defienden que el término procede
de una traducción erudita del libro De Anima de Aristóteles.8

Antecedentes[editar]
El abordaje de los fenómenos psicológicos está presente allá donde existe
discurso racional. Simplificando mucho las cosas, puede decirse que hay dos
tendencias a la hora de delimitar el objeto de estudio de la psicología moderna:
de un lado, la mente (ya sea su estructura, funciones, contenidos, etc.), y de
otro, la conducta. Dado que el estudio objetivo de la conducta es algo propio de
los siglos XIX y XX, habría que indagar para saber qué ocurrió para que se
produjera este desplazamiento desde la mente a la conducta (desplazamiento
que, atendiendo a la pluralidad de enfoques y escuelas que emergieron en el s.
XX, fue sólo parcial). Y, sobre todo, habría que aclarar qué es lo que se
entendía —y qué se entiende hoy día— cuando se habla de «mente».
Así, nos encontramos con que el concepto de mente abordado por la psicología
es un producto moderno.910 En la filosofía griega, simplificando, podemos
encontrar dos aproximaciones a la interioridad humana: la platónica, que
considera que la esencia del hombre es su espíritu, el cual se encuentra
"encerrado" en un cuerpo que lo limita y no le permite manifestarse en toda su
plenitud, y la aristotélica, que considera que el ser humano (al igual que los
demás seres vivos) está formado por una unidad integral de cuerpo y alma.11 El
alma sería el principio vital que anima y da unidad a la materia corpórea, pero,
en definitiva, ambos elementos son inseparables. En el caso de Platón, muchos
de los fenómenos que hoy llamamos psicológicos (como las pasiones o los
sentimientos) quedarían fuera de la consideración de lo propiamente espiritual.
En Aristóteles, sin embargo, quedarían integrados dentro del estudio del ser
humano como una unidad holística.12
Mientras que en las escuelas de filosofía romana parece ser que imperó una
concepción del hombre más cercana a Aristóteles (por ejemplo, el estoicismo),1
la concepción dualista de Platón pasó a los albores de la filosofía
medieval cristiana a través de Plotino y Agustín de Hipona. En el mundo
islámico se llevará a cabo una reinterpretación de Aristóteles desde una
perspectiva neoplatónica (es decir, influida por Plotino), en concreto, de la
noción de «intelecto agente», que se identifica con la divinidad
(véase Avicena).1 Sin embargo, a partir del estudio pormenorizado de los
autores islámicos, Tomás de Aquino retornará a la idea del alma como principio
vital (o «forma») del cuerpo, naturalizando de nuevo la razón y proponiendo el
conocimiento de la existencia de Dios a través de la razón natural —sus
famosas «cinco vías»—, que se complementa con la fe.13 Esto, sin embargo,
no fue aceptado por otros autores de la escolástica tardía, como Duns
Escoto y Guillermo de Ockham.
El concepto de «mente»[editar]
Aunque la visión naturalista e integral del ser humano propia de Aristóteles se
aproxima bastante a determinados planteamientos de la psicología moderna,
su visión del mundo físico chocó frontalmente con el desarrollo de la física
mecanicista del siglo XVII.14 En ese contexto, René Descartes (1596-1650)
decidió desmarcarse del aristotelismo en general. Separó el «yo pensante» —
res cogitans— de la materia o res extensa.910
«Descartes quería que los lectores advirtieran que cuando hablaba de "yo" o "res cogitans" no
estaba hablando del alma en el sentido aristotélico de la palabra, y por eso recurrió al empleo del
término "mens", que se refiere únicamente al principio en virtud del cual pensamos, por oposición al
de "anima", que se refiere al principio vital por el que nos nutrimos, crecemos y estamos sometidos a
las demás funciones que compartimos con los animales. A partir de este momento, pues, lo opuesto
a "alma" (anima, principio de vida) ya no será la ausencia de vida (lo inanimado), sino el cuerpo, que
pasa a entenderse como un autómata. Se desarrolla entonces un nuevo discurso sobre la
naturaleza humana y la mente (...), del que se ocupará la moderna psicología.» 1

Nace así un concepto de «mente» individual, que es «sujeto de acciones»


(pensar, imaginar, percibir, etc.) y que se opone a la noción de «cuerpo». Al
igual que en el platonismo, esto se plantea en un lenguaje espacial de «dentro»
y «fuera». Desde el punto de vista epistemológico, el problema fundamental
que se plantea es cómo la res cogitans puede acceder al conocimiento de
la res extensa, dada la radical heterogeneidad y, a la vez, separación entre
ambas. La solución propuesta por Descartes resulta a todas luces
insatisfactoria: la mente solo puede conocer contenidos de la mente, es decir,
«ideas» (que no provienen del «exterior», sino que están en la mente desde
antes de nacer —son «innatas»—; lo único que debemos hacer es ir
descubriéndolas). Su correspondencia con la «realidad exterior» queda
garantizada por la «veracidad divina», y el punto de contacto entre ideas y
realidad radicaría en la glándula pineal.11
De esta manera, Descartes lega dos de los conceptos que serán
fundamentales en la psicología moderna («mente» y «sujeto») acompañados
de una problemática a la que diversas escuelas psicológicas tratarán de dar
solución: la relación entre el «yo» y el mundo que le rodea.
El empirismo[editar]
Si en la filosofía aristotélico-tomista el hombre estaba integrado en la
«realidad» y formaba parte de ella, con Descartes se extiende la idea de que la
realidad es algo «externo» al sujeto, un ámbito distinto al que, de alguna forma,
la mente debe acceder.15 Ya hemos visto que la mente, según Descartes,
conoce ideas, que son de su misma naturaleza «inmaterial» pero, a la vez,
presupone que son «representaciones» de la res extensa. La garantía de su
«correspondencia» con la «realidad externa» no radicaría en una capacidad
propia del intelecto (o en su caso, la mente) para aprehender la realidad, sino
en una instancia extrínseca a la misma inteligencia, en este caso, la res
infinita (Dios).
Esta solución no satisfizo al inglés John Locke (1632-1704). Alineado con la
sensibilidad de su época, que se aparta cada vez más de la metafísica, pero
sin apartarse del racionalismo, acepta el presupuesto de que la mente humana
solo conoce ideas, pero rechaza que sean innatas, y propone que se adquieren
con la experiencia, comenzando en la experiencia sensible, que sería a su
juicio la que garantizaría el contacto con la realidad. La mente sería así una
«tabula rasa» (como en Aristóteles), y sus contenidos serían el resultado de las
combinaciones que se producen a partir de las sensaciones que nos llegan a
través de los sentidos. Sin embargo, las capacidades de la mente (como la
reflexión o la percepción), esas sí serían innatas.16
Institucionalización del término «psicología» en
Alemania[editar]
Las ideas de Locke llegaron a Francia, unidas al entusiasmo que produjo
la física de Newton.17 En Alemania, sin embargo, la sensibilidad era
otra. Leibniz (1646-1716) rechazó la idea de que las ideas tuvieran una base en
la experiencia sensible.
«Si la filosofía de Locke y de su principal seguidor, David Hume (1711-1776), contribuirán al
desarrollo de una psicología empirista y asociacionista, el sistema de Leibniz sentará las bases de lo
que será la psicología de habla germana, que caracterizaría la mente como actividad (frente a la
pasividad defendida por las tradiciones más empiristas) y unidad (frente a la idea de mente como
agregado de sensaciones).»1

En cualquier caso, influido por el Ensayo sobre el entendimiento humano de


Locke, el discurso acerca del ser humano se va «psicologizando». 18 En
Alemania, el término «psicología» se institucionaliza en el ámbito académico,
trayendo consigo todo un esfuerzo por sistematizarlo a través de la docencia
universitaria y de numerosas publicaciones.18 Cabe destacar a Christian
Wolff (1679-1754) —más conocido por su obra metafísica como antecedente
de Kant—, quien divide la psicología en dos partes: una racional, dedicada al
conocimiento «a priori» de las cualidades de la mente humana, y otra empírica,
que se ocupa del conocimiento «a posteriori» de la actividad de la mente a
través de la observación.19 En su libro Psicología empírica (1732) propone la
necesidad de someter los fenómenos psíquicos a tratamiento matemático,
introduciendo el término de "psicometría" por primera vez.
Los primeros pasos del asociacionismo[editar]
Siguiendo la estela de Locke y de su seguidor más inmediato, el
irlandés George Berkeley, David Hume (Escocia, 1711-1776) parte de la
experiencia de los sentidos para explicar el conocimiento humano, pero
defiende que las «impresiones» sensibles son los únicos contenidos genuinos
de la mente, y que las ideas no son sino el fruto de la «asociación» de
impresiones. De aquí se deriva una concepción pasiva y mecanicista de la
razón.1 Junto con esta idea, será el primero en proponer unas leyes
psicológicas —la ley de la semejanza y la ley de la contigüidad— que, de modo
semejante a las leyes de Newton en la física, vendrían a describir ese proceso
de formación de las ideas complejas.
El asociacionismo conocerá su continuidad en autores británicos como David
Hartley (1705-1757) y Thomas Brown (1778-1820). Este último procuró dar un
tratamiento empírico a la cuestión de las conexiones mentales y emprendió el
análisis de los múltiples factores que determinan el curso de la asociación
enunciando sus famosas «leyes secundarias», según las cuales la vida
psíquica no es una simple concatenación de datos de los sentidos, sino que lo
que la caracteriza es la capacidad de captar relaciones. Sus aportaciones
hicieron posible el desarrollo posterior del asociacionismo con Herbert
Spencer, Alexander Bain y James Mill.
En Alemania, podemos destacar a Herbart (1776-1841), que sistematizará la
doctrina del asociacionismo y construirá una psicología racional basada en una
«mecánica de la conciencia». Una de las principales aportaciones de Herbart
se dio en el campo de la psicofísica, al proponer la existencia de un umbral
mínimo para los estímulos, término que designa la mínima intensidad que un
estímulo debe tener para ser perceptible. Sus ideas fueron la base de los
estudios de Ernst Heinrich Weber (1795–1878), médico alemán cuyas
investigaciones sobre la sensación y el tacto, junto con su énfasis en las
buenas técnicas experimentales dieron paso a nuevas direcciones y áreas de
estudio de psicólogos, fisiólogos y anatomistas posteriores, por lo que se le
considera como uno de los fundadores de la psicología experimental.
Si bien la línea clásica de la teoría asociacionista ha sido discutida, el
asociacionismo inspiró gran parte de los trabajos iniciales de Pierre
Janet, Sigmund Freud y Carl Gustav Jung; perfiló los primeros trabajos sobre
las respuestas condicionadas; y guio los estudios experimentales sobre la
memoria de Hermann Ebbinghaus, y los efectuados sobre el aprendizaje
por Edward Thorndike, sirviendo de base a la teorías conductistas.20
Delimitación de la psicología como ciencia humana
empírica[editar]
Hemos visto como el empirismo partía de los sentidos para explicar el
conocimiento humano, y la propuesta de Wolff para una psicología empírica.
En este debate irrumpe Inmanuel Kant. Kant sigue la propuesta de Wolff pero
incorporando los aportes de Hume, dando lugar a una sistematización
integradora y nueva a la vez. Su trabajo va en la línea de separar
definitivamente la psicología de la metafísica. 21 Para ello, decide poner límites a
la ciencia racional, y propone que el «Yo trascendental» (sustancia psíquica y
soporte último de la actividad mental humana) no puede tomarse «en sí
mismo» como objeto de estudio de la razón (resulta interesante resaltar que
Wundt acepta y profundiza en las limitaciones impuestas por Kant a la ciencia
en lo que se refiere al «Yo trascendental» 1).
Serán, pues, los «fenómenos» psíquicos (y no su "estrato subyacente") los que
pueden ser estudiados por una ciencia que —al igual que la física se ocupa de
los «fenómenos del sentido externo»— se ocuparía de los «fenómenos del
sentido interno».
En Los primeros principios metafísicos de la ciencia de la naturaleza (1786),
Kant distingue dos ramas dentro de las ciencias empíricas: las ciencias
«históricas» (que describen la realidad) y las propiamente «científicas» (que
buscan explicaciones causales, recurriendo a leyes matemáticas, entre otros
medios). Dado que estima que el método propio de la psicología es la
introspección, niega que esta ciencia pueda estar entre las segundas —a
diferencia de lo que pensó Wolff—.1
Antecedentes de la psicología de los pueblos
o Völkerpsychologie[editar]
El Romanticismo traerá consigo una reconsideración de la idea de «naturaleza
humana» —iniciada ya en la Ilustración—, empapada de las connotaciones de
un supuesto estado natural de inocencia originaria (fruto del contacto con otras
civilizaciones, como resultado de los descubrimientos que se fueron
produciendo a lo largo de los siglos anteriores y debidamente tematizada en
el Emilio de Rousseau22), que se contraponía a la artificial cultura de la Europa
civilizada. Pero, en contra del racionalismo ilustrado, se va abriendo paso la
idea de que el mundo y la naturaleza son una expresión del Geist (espíritu),
desde una perspectiva que tiende al panteísmo (presente ya, por otro lado, en
algunos autores de la Grecia clásica). Paralelamente, se va desarrollando una
nueva filosofía de la naturaleza de corte más organicista, que acabará
desembocando en la propuesta de Darwin (El origen de las especies, 1859);
bien puede decirse que "las teorías psicológicas, desde finales del siglo XIX ya
no han podido elaborarse a espaldas del evolucionismo". 1 Pero antes de que
eso ocurra, debemos destacar el aporte de Hegel.
Friedrich Hegel (1770-1831) llevará la doctrina del Geist al extremo,
defendiendo que la única realidad existente es el Espíritu Absoluto, que
además se identifica (o es inmanente) con el universo. Este tiene un desarrollo
histórico, según el cual, los diversos acontecimientos de la historia humana no
son sino momentos o manifestaciones del proceso de desarrollo del Espíritu
subyacente. Esta visión tendrá una influencia extraordinaria en todo el
desarrollo posterior de las ciencias humanas hasta nuestros días. 1 Entre otras
cosas, Hegel inspiró la propuesta revolucionaria de Karl Marx, quien sustituyó
el concepto de «Espíritu Absoluto» por el de «materia», pero siguiendo una
lógica histórica similar.
Para Hegel la psicología debe abordar al espíritu libre de las condiciones
fenomenológicas y materiales (de modo similar a la «psicología racional»
wolffiana, y rechazando su «psicología empírica»), lo cual lo aparta del camino
de desarrollar una psicología que parta de los hechos de la experiencia
empírica. Pero, si posteriormente esta idea no tendrá continuidad (al menos en
la psicología), la idea de desarrollar una «psicología de los pueblos» que
aborde el estudio de la «consciencia colectiva» será una constante en las
ciencias humanas.
De hecho, el proyecto de Wilhelm Wundt, con quien arranca definitivamente la
institucionalización de la psicología como ciencia experimental, se divide en
dos partes:4

 La primera, el desarrollo de la Psicología


Experimental como disciplina para abordar
una parte de los fenómenos psicológicos
(sus bases y procesos fisiológicos y parte
de los contenidos psicológicos) usando
el método experimental.
 La segunda, el desarrollo de
la Völkerpsychologiea o Psicología de los
Pueblos, que se ocuparía de las
formaciones psíquicas complejas
(actividades y productos psíquicos) usando
una metodología histórico-comparada.
Aunque esta parte de su proyecto sigue la
propuesta hegeliana, se separa totalmente
de ella en lo que se refiere a la metodología
para abordarla.123
La creación del primer laboratorio de psicología experimental en la ciudad
de Leipzig en 1879, no fue sino un paso decisivo en el desarrollo de la primera
parte.

Comienzo de la psicología experimental[editar]


Gracias al enorme desarrollo de las ciencias naturales y a la aparición del
método científico-experimental —que se separa del método científico-filosófico
—, en la primera mitad del s. XIX se va perfilando una concepción de «lo
psíquico» como un conjunto de fenómenos peculiares —los contenidos de la
conciencia— que se supone que podrían ser observados y estudiados usando
el método empírico y experimental. De esta manera, las cuestiones generales
relacionadas con el «sujeto en sí» (la naturaleza humana) dejan de ser un
problema prioritario para la nueva psicología.
Con el primer laboratorio de psicología experimental de Wilhelm Wundt,
fundado en 1879 en la Universidad de Leipzig, la psicología comienza
oficialmente su andadura propiamente científico-experimental. Sus
antecedentes más próximos están en la psicofisiología. De hecho, los primeros
psicólogos experimentales eran fisiólogos.
En sus estudios sobre la sensación y percepción, Wundt basa su análisis
científico en tres principios experimentales: el principio de artificiosidad, que
consiste en el poder de provocar la aparición del proceso que se trata de
estudiar mediante circunstancias establecidas con anterioridad; el principio de
verificabilidad de condiciones, y el principio de repetibilidad por el que cada
resultado obtenido debe someterse a una revisión repitiendo las
investigaciones y las condiciones en que se realizó el primer experimento. Así
se introduce en líneas generales el método experimental. Pero Wundt
interpreta lo psíquico y lo físico simplemente como dos maneras diferentes de
referirse a una misma realidad; así, pues, todo fenómeno pertenece tanto a la
psicología como a la física, y no distingue los fenómenos que, aun teniendo
repercusión física, son, sin embargo, algo más.
Para Wundt, el fenómeno psíquico, lo anímico, tiene carácter de proceso; es
decir, los contenidos de conciencia nunca son objetos constantes, sino
fenómenos fugaces, que continuamente se suceden unos a otros. Por tanto, y
esto es lo importante, es imposible una observación exacta no fundada en la
experiencia; es, en consecuencia, absolutamente necesario un método
experimental. Lo importante no es conocer lo que el fenómeno sea en sí, sino
«prever» el comportamiento de los fenómenos; verificar hechos y comprobar
leyes. Todos los contenidos de conciencia están compuestos de unidades
elementales: sensaciones y percepciones. Con esta restricción del campo de la
conciencia (quedan excluidos otros diversos datos y elementos), Wundt basará
su psicología en un estudio casi exclusivo sobre la sensación y la percepción y
los problemas más directamente suscitados por estos «elementos de
conciencia».

Psicología fisiológica[editar]
Como un aspecto de la psicología en cuanto análisis experimental de los
fenómenos de conciencia puede entenderse, sin duda alguna, el empeño de
medir las sensaciones. Esta faceta de la psicología experimental, cuyo estudio
persiste hasta nuestros días, tuvo lugar en la llamada psicofísica y en la
psicofisiología del siglo XIX. Los autores más relevantes de este movimiento
son, como corresponde al siglo, fisiólogos antes de psicólogos: Weber, Fechner
y Helmholtz son los principales representantes (psicología fisiológica).
Ernst Heinrich Weber, quien fundamentalmente era fisiólogo, trabaja con los
sentidos de la vista y el tacto y emplea el tradicional concepto de umbral; para
estructurar de un modo científico estas experiencias, se vio obligado a estudiar
también las condiciones psicológicas indispensables para asegurar la
homogeneidad de los datos. Gustav Theodor Fechner, que no era fisiólogo sino
físico, realiza su trabajo con base en la teoría weberiana. Con su maestro y
dentro del campo concreto de la psicofísica intenta unir y relacionar los
fenómenos mentales (psico) y los fenómenos corporales (física). Es decir,
intenta ver la relación entre las llamadas tradicionalmente «energías psíquicas»
y «energías físicas». Describe la relatividad de los fenómenos sensoriales. Y
concluye con que la acción de los estímulos no es absoluta sino relativa. Sobre
esta base sistematizará Wundt su psicología científica. Siguiendo esta
directriz, Hermann von Helmholtz sistematiza los conocimientos
psicofisiológicos de las sensaciones auditivas y ópticas, basando su estudio en
la sensación como primicia de expresión del acontecimiento psíquico.

La introspección y la escuela de Wurzburgo[editar]


El estudio de los fenómenos físicos y fisiológicos correlativos con los hechos
psíquicos pronto se vio desplazado por la aplicación de la introspección al
método experimental. Oswald Külpe (1862-1915), discípulo y ayudante de
Wundt, presenta como medio de investigación la introspección y demuestra
que es posible el estudio de los procesos psíquicos superiores de forma
empírica. Para este autor el método de la introspección es fundamental para la
Psicología, hasta el punto de que constituye el instrumento principal para el
estudio de la naturaleza humana; sin él la psicología sería puramente
fisiológica, y en ella se estudiarían las estructuras y funciones aisladas de la
conciencia o se convertiría en física. Por ello propugna que la introspección
tiene que transformarse en un verdadero instrumento científico; es decir, tiene
que ser sistemática y controlada.
Él y sus discípulos, la llamada escuela de Wurzburgo, entre los que se
encuentran Narziss Kaspar Ach, August Wilhelm Messer, Karl Bühler, Karl
Marbe y otros, trataron de confirmar estos criterios logrando una fenomenología
de la vida psíquica. A través de la teoría del pensamiento sin imágenes o de los
estudios sobre la volición se llegó a la investigación de los niveles superiores
del psiquismo, en un grado tal, que, como señala Juan José López Ibor, la
influencia de la escuela de Wurzburgo ha sido decisiva en la evolución
posterior de la psicología. Su interés por la psicología del pensamiento y el
decidido afán de orientar la investigación psicológica hacia esferas de la vida
consciente distintas de las sensaciones e imágenes tienen un valor de
indudable interés.

La psicología de la forma y la Gestalt[editar]


El fundamento científico de toda la psicología de la forma (traducción
aproximada del término alemán Gestalt, que también significa "configuración"),
de que un todo no es igual a la suma de las partes, no es un descubrimiento de
los psicólogos alemanes de principio del siglo XX. Realmente, toda la filosofía
que ha criticado, y que no es, en una palabra, el mecanicismo, cree y conoce
ese fundamento. El cuerpo humano para todos los filósofos, excepto los
mecanicistas, es algo más que un agregado de partes; es unidad, totalidad
organizada que supera la simple suma de sus partes. Sin embargo, en la
psicología experimental esta idea resulta nueva; tan nueva como que al
principio la psicología de la Gestalt fue tachada por los experimentalistas y
empiristas de improcedente y revolucionaria. La psicología de la forma tiene
sus raíces en las observaciones de algunos discípulos de Franz Brentano,
como Carl Stumpf, Anton Marty, Alexius Meinong y especialmente Christian
von Ehrenfels: su verdadero fundador es Max Wertheimer y sus más
importantes representantes, Wolfgang Köhler, Kurt Koffka y Kurt Lewin.
Los gestaltistas no niegan de un modo absoluto el valor de las experiencias
psicofísicas y psicofisiológicas, pero coinciden con la psicología comprensiva y
con la fenomenología en considerar que ahí no acaba la realidad psíquica. Por
otra parte, coinciden con el conductismo en su crítica del predominio exclusivo
de los métodos introspectivos, pero también acusan a los conductistas y a los
reflexólogos de haberse dejado arrastrar por el método de la asociación.
Von Ehrenfels se percató de que cualquier melodía era percibida por los
sentidos y el psiquismo como una forma que lleva en sí un ritmo y una peculiar
relación de las notas musicales que constituyen la esencia misma de esta
melodía. La Gestalt de la melodía no es propiamente una sucesión de notas
(composición de elementos) sino un fenómeno de la totalidad. Los fenómenos
psíquicos están estructurados de la misma manera; por complejos que sean,
un dato psicológico constituye una Gestalt. Una frase, por ejemplo, no está
constituida por una suma de letras o palabras, sino que contiene primariamente
un elemento suplementario que se estructura en una forma. La publicación de
Wertheimer sobre la percepción del movimiento aparente, dado a conocer en
1912, fue la primera aportación de la escuela de la Gestalt. Pero fueron Köhler
y Koffka quienes elaboraron los conceptos fundamentales del gestaltismo.
La psicología de la forma tiene, pues, su punto de partida en el estudio de
la percepción, pero pronto aplicó sus principios al campo del pensamiento y de
la inteligencia, al aprendizaje, memoria, evolución psíquica, conducta, etcétera.
Es decir, lo que en un principio se inició como un intento de esclarecer el
problema parcial de la percepción visual, terminó por exigir una revisión integral
de lo que algunos pensaban eran los principios fundamentales de la ciencia.
Como hemos dicho, la Psicología de la forma se pronuncia en contra del
concepto según el cual los elementos, considerados como existencias entre sí,
constituyen la materia de que está formada la percepción. En otras palabras: el
elementalismo no sólo da una imagen falsa; impide además observar lo que
está frente a nosotros. El error de los elementos trae como consecuencia el de
las asociaciones y el análisis de la experiencia no es de ninguna manera
idéntico a la experiencia original. El conductismo no admite más que la
experiencia objetivable, frente al introspeccionismo, cuyo método es una
observación interna de la mente. Sin embargo, la psicología gestaltista admite
de alguna manera los dos principios básicos de ambas direcciones: la conducta
y la conciencia; pero no admite en modo alguno el uso exclusivo de uno de
ellos como método. En consecuencia, se erige en intermediaria y participa a la
vez de la conducta y de la conciencia, de lo experimentable y de lo no
experimentable.

El psicoanálisis para paciente[editar]


El psicoanálisis fue fundado por Sigmund Freud. Freud fue alumno de Jean
Martin Charcot entre los años 1885 y 1886.24 Esto le posibilitó familiarizarse con
el uso de la hipnosis para intervenir en los síntomas de la histeria, lo que
parecía sugerir que este trastorno tenía una etiología psicológica y no
simplemente orgánica.
Más tarde, en colaboración con el fisiólogo Joseph Breuer,25 Freud aplicó el
método catártico descubierto por aquel, y poco a poco iría transformándolo
hasta configurar el método propio del psicoanálisis.
Después de varios años de experiencia clínica, Freud propuso que los
síntomas neuróticos eran originados por traumas vividos en el pasado y
reprimidos en el inconsciente por ser inaceptables para la moral social del
«Yo».26 Freud elaboró su teoría en torno al concepto de "libido" -que, al
contrario de lo que se pensaba entonces de modo generalizado, él sostuvo que
también tenía manifestaciones en la niñez- y a la idea de que esos traumas
eran sucesos de naturaleza sexual pertenecientes a la infancia temprana. Para
explicar esto, desarrolló una serie de conceptos recurriendo a la terminología
de la mitología griega clásica, el más célebre de los cuales posiblemente sea el
de "complejo de Edipo".26 De esta manera, siguiendo la «catarsis breueriana»,
trataba de reproducir los procesos psíquicos de la situación en la que se
adquirieron los síntomas neuróticos, con la suposición de que trayéndolos al
«consciente» desde el «subconsciente» se lograba que remitieran. 27
Posteriormente, Freud abandonaría la hipnosis, así como la focalización sobre
un problema determinado, dado que no obtuvo los resultados esperados.
Algunos autores consideran que el verdadero acto fundador del psicoanálisis
se produce en 1897, cuando Freud (tras la muerte de su padre) decide
aplicarse a sí mismo los métodos usados hasta el momento en su experiencia
clínica para reconstruir y analizar de modo sistemático sus recuerdos de
infancia.28 Hay que tener presente que desde 1895 (y hasta 1905) se abrió una
fuerte polémica entre sus colegas de profesión con respecto a sus postulados y
a las técnicas de intervención que usaba, lo que le llevó a un aislamiento
profesional y personal durante el cual no hizo sino profundizar y elaborar su
propia doctrina.
En 1902 comienza a convocar una serie de reuniones informales para recabar
el apoyo de algunos médicos vieneses como Max Kahane, Rudolf
Reitler, Alfred Adler y Wilhelm Stekel. Este pequeño grupo formó el núcleo de
lo que se convertiría, en 1908, en la Asociación Psicoanalítica Vienesa (Wiener
Psychoanalytische Vereinigung).28 Dos años después se animó y dio
proyección internacional a esta asociación, de manera que tras el final de
la Primera Guerra Mundial consiguió que el movimiento psicoanalítico
comenzara a expandirse y alcanzar otros ámbitos más allá de la psiquiatría y la
práctica clínica, como la antropología cultural. Una estrategia fundamental
utilizada para esta expansión fue la creación de ambulatorios donde se
aplicaba el método psicoanalítico a las clases más desfavorecidas de modo
gratuito en diversas ciudades (Berlín, Viena, Londres, Moscú, Budapest y
Chicago), contando en ocasiones con la subvención de fondos públicos. 29 El
avance del fascismo en Europa durante los años treinta llevó al cierre de
muchas de estas clínicas y a la migración de la mayoría de psicoanalistas
europeos hacia América.30
Con el paso de los años, el psicoanálisis doctrinario inicial fue evolucionando
para tratar de integrar nuevos elementos y descubrimientos posteriores
realizados en el ámbito de la psiquiatría y la psicología. Ello tuvo como
resultado la aparición de diversas escuelas y enfoques de intervención. Entre
sus seguidores más destacados podemos nombrar a Erich Fromm, Erik
Erikson, Carl Gustav Jung y Alfred Adler. Estos dos últimos se distanciaron de
la tesis freudiana de la etiología sexual de las neurosis, proponiendo teorías
alternativas.1
El psicoanálisis tuvo un papel muy influyente en el modo de enfocar el estudio
de la psique y la terapia psicológica en la segunda mitad del siglo XX, primero
en EE.UU. y posteriormente de retorno a Europa. En América del Sur su
vigencia aún pervive. Tuvo el mérito de llamar la atención sobre algunos temas
que hasta el momento no habían sido estudiados. Sin embargo, diversas
investigaciones pusieron de manifiesto que las terapias psicodinámicas
(nombre con el que hoy se conoce a las técnicas psicoanalíticas) tenían un
índice de eficacia similar a la ausencia de terapia. 31 En algunos casos, como en
el estudio del autismo, su influencia resultó contraproducente y motivó un
retraso de la investigación científica.3233

El conductismo[editar]
La psicología cognitiva[editar]
Vygotski y la psicología histórico-cultural[editar]
La psicología humanista[editar]
La neuropsicología[editar]
La neuropsicología es una disciplina y especialidad clínica, que converge entre
la neurología y la psicología.[1] La neuropsicología clínica estudia los efectos
que una lesión, daño o funcionamiento anómalo en las estructuras del sistema
nervioso central causa sobre los procesos cognitivos, psicológicos,
emocionales y del comportamiento individual.
La neuropsicología tiene su origen en los trabajos de varios psicólogos y
médicos en los siglos XIX y XX.

Bibliografía[editar]
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psicología experimental. 2a. ed. Madrid.
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(1969). Psicología. 9a. ed. Barcelona.
 Foulquie, P. (1951). La psychologie
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 Koffka, K. (1958). Principios de la psicología
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 Köhler, W. y Koffka, K. (1963). Psicología
de la forma. Buenos Aires.
 Köhler, W. (1967). Psicología de la
configuración. Madrid.
 López Ibor, J. J. (1968). Lecciones de
psicología médica. Madrid.
 López Ramos, S., coord. (1995). Historia de
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 Lafuente, E., Loredo, J.C., Castro, J. y
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Madrid: UNED.
 Murphy, G. (1964). Introducción histórica a
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 Stocker, A. (1966). Orientaciones actuales
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 Triglia, A., Regader, B. y García-Allen, J.
(2016). Psicológicamente hablando. ed.
Paidós.
 Wertheimer, M. (1923). Untersuchungen zur
Lehr von Gestalt. II Psychol. Forsch., n. 4.
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New York.
 Zunini, G. (1950). Psicologia: Scuole di
psicología moderna. 2 ed. Brescia.
 History of Psychology, revista
estadounidense sobre la historia de la
psicología.

Notas[editar]
0. ↑ No está de más recordar que Wundt suponía un
principio monogenista de la especie humana (un
solo origen), al igual que Lazarus y Steinthal,
autores a los que sigue para elaborar
su Völkerpsychologie. «Por este motivo, la
intención de algún trabajo historiográfico
contemporáneo de establecer una relación
privilegiada de la Völkerpsychologie germana con
las posiciones biologicistas y racistas del nazismo
alemán resulta francamente desencaminada (véase
Castro, 2011; Sluga, 2006). Son más bien las
posiciones emparentadas con la diversidad
psíquica de la especie, como las mencionadas de
Haeckel o Le Bon, las que serán retomadas por
Adolf Hitler y sus correligionarios. Es verdad que
Wundt escribió alguna obra panfletaria defendiendo
la supremacía del espíritu y la cultura alemana
sobre la anglosajona (Leahey, 2005; Ringer, 1969),
pero lo hizo al margen del contexto académico en
el que desarrollaba su Völkerpsychologie, en el
marco belicista de la Primera Guerra Mundial,
cuando intelectuales de uno y otro lado entraron en
liza intelectual en defensa de sus respectivos
países. A este respecto, Wundt nunca defendió la
superioridad estrictamente biológica de unas razas
humanas sobre otras.» (Lafuente, E. y otros
(2017) Historia de la Psicología. Madrid: UNED).

Referencias[editar]
0. ↑ Saltar a:a b c d e f g h i j k l m Lafuente, E., Loredo,
J.C., Castro, J. y Piarrozo, N. (2017) Historia de la
Psicología. Madrid: UNED.
1. ↑ Brentano, F. (1874/1935). Psicología. 2.ª ed.
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2. ↑ Dilthey, W. (1894/1945). Ideas acerca de una
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teoría del conocimiento. México: FCE.
3. ↑ Saltar a:a b Wundt, W., Compendio de psicología.
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4. ↑ Wundt, W. (1900-1920). Völkerpsychologie. 10
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10. ↑ Saltar a:a b F. López-Muñoz, G. Rubio, J.D.
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Volume 27, Issue 3, April 2012, Pages 161-168
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Traducción, notas, prólogo e introducción de
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29. ↑ MONTEJO ALONSO, F. J. (2009): El
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e institucionalización. Tesis Doctoral UCM,
28/05/2009. Filosofía IV.
Madrid. http://eprints.ucm.es/9764/
30. ↑ Eysenck, Hans (2004). «Decadencia y caída del
imperio freudiano». La Editorial Virtual. Archivado
desde el original el 1 de marzo de 2014.
Consultado el 21 de diciembre de 2015.
31. ↑ Rivière, Ángel (2001). Autismo. Editorial Trotta.
pp. 21 y ss. ISBN 848164451X.
32. ↑ Artigas-Pallarés y Paula: "El autismo 70 años
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Asoc. Esp. Neuropsiquiatría, 2012; 32 (115), 567-
587.

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la Gran Enciclopedia Rialp que mediante
una autorización  permitió agregar contenidos y
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