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Centro Regional de Estudios

Apostólicos
CREA
Vocación y Ética Ministerial (CREA 1)
EA1. Elaboro una síntesis sobre el ministerio y la vocación cristiana
de acuerdo a la lectura del manual "Vocación y ética ministerial".

Grupo 104

Alumno: Luis Carlos Ahumada Acosta

Tijuana, Baja California a 14 junio 2022


SINTESIS

Fuente de Información: Vocación y Ética Ministerial


Centro Regional de Estudios Apostólicos (CREA)
Secretaria de Educación cristiana
Ediciones IAFCJ
Guadalajara, Jalisco

Lección 1: La Tarea de Ministerial

Introducción: Considero que es de suma importancia en primer lugar tener la confirmación del espíritu
santo para un llamado al ministerio.

Así mismo va de la mano ser aprobado por el pastor y la congregación para esta encomienda que
nuestro Señor Jesucristo pone en el corazón de cada uno de nosotros para que su nombre sea
glorificado.

Paso I: Ministro y Ministerio: En la actualidad pienso que se ha malversado estos términos y muchos de
los que están ya en el ministerio solo quieren que sean servidos y no servidores, y esto es porque se
olvidan del ejemplo que nuestro Señor Jesucristo nos dio en cuanto al servicio en la obra de Dios y
ponerlo en acción todos los días en donde quiera que estemos.

Entiendo que el ser ministro no es para que se tenga un nivel jerárquico o bien buscar beneficios
personales, sino que es un ministerio que Dios nos permita que vivamos para el beneficio de la iglesia y
de todas aquellas personas que nos rodean, es decir ser de bendición para los demás.

Paso II: Principales tareas del ministro: Cuando existe una relación íntima con Dios esto va a facilitar
cada una de las necesidades que tenga el ministro y con la autoridad que nuestro señor Jesucristo le dé
para poder gobernar su casa, dirigir a un grupo celular, tener a su cargo ciertas coordinaciones, entre
otros trabajos. La relación con sus hermanos en cristo será creíble a lo que enseña, y por ende formará a
nuevos ministros y discípulos.

Paso III: Siervos de Jesucristo: Parte fundamental de este llamado es tener humildad para servir,
muchas veces se inicia con ello, pero en el transcurso del tiempo se olvida este término. Debemos tener
siempre claro que estamos para servir a Dios y a la iglesia y jamás tener un concepto más alto que este,
hacer sentir menos a alguien más por no tener el nombramiento o bien cierta distinción, en todo esto
recordar siempre nuestra encomienda es ser servidores con amor y pasión, y no cometer errores que
después pueda hacer que perdamos el rumbo que Dios nos dio.

Conclusión: Si tenemos amor a Dios y este amor es tan grande, todo nuestro trabajo en la obra de Dios y
servicio en la iglesia lo haremos con humildad y creyendo fielmente que lo hacemos para nuestro Señor
Jesucristo.

Lección 2: Llamado, Vocación, Misión y Respuesta

Introducción: En repetidas ocasiones nuestro Dios pone discernimiento para declarar en los vientres
cuando un nuevo ser será un ministro de Dios, alguien que va a predicar su palabra y desde niños
podemos sentir ese llamado al ministerio y cada día se va confirmando con nuestro caminar en el Señor,
porque todo esto ya está en los planes de Dios.

Paso I: Llamado y Vocación: Dios nos llama a que tengamos una salvación hermosa, pero así mismo nos
coloca en diferentes áreas para engrandecer su reino y podamos ser servidores, como lo es apóstoles,
profetas, evangelistas, maestros, entre otros. Esto es porque somos un cuerpo en cristo y cada uno tiene
una función y el llamado y vocación va ser diferente en cada uno según sea el propósito de Dios en
nuestras vidas.

Paso II: Todo llamado y vocación conlleva una misma misión: Esto es algo muy interesante ya que
todos nosotros debemos tener claro que fuimos llamados en una misma visión la cual es que el mundo
busque a Dios y entender que Él fue quien nos eligió para esta tarea y la tenemos que realizar de la
mejor manera para que esas almas que lleguen a los pies de nuestro Señor Jesucristo permanezcan
hasta final de su carrera.
Paso III: La respuesta a la vocación y al llamado de Dios es el compromiso: Si nosotros somos hombres
que tomamos compromisos con nuestros jefes terrenales y buscamos cumplir con toda rectitud, cuanto
más será tomar ese compromiso con Dios de servirle y atender todo lo que nos encomiende que
hagamos para su obra, sabiendo que todo nuestro trabajo en él no es vano.

También vamos a poder ver y sentir a nuestro Dios que estará ahí en el trabajo de su obra y va respaldar
cada palabra que declaremos siempre y cuando sea para exaltar su nombre.

Es muy hermoso cuando nos dejamos dirigir por el espíritu santo y él nos va dando el camino a seguir y
al igual de sentir pesado ese compromiso lo disfrutamos en gran manera.

Conclusión: El ministro debe sentir muy profundamente el llamado a trabajar en la obra de Dios y lo
hagan suyo, tanto debe ser que esa relación con el espíritu santo debe de estar fuertemente ligada y
enamorado de la misión que nuestro señor Jesucristo nos dejó, que cuando haya desanimo esa pasión y
amor a nuestro padre celestial lo haga fuerte y pueda enfrentar todas las circunstancias que se le
presenten.

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