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VIACRUCIS

El viacrucis es el piadoso recorrido que se hace con Cristo por el


camino de la Cruz para meditar el Evangelio de la Pasión, muerte
gloriosa y resurrección del Señor.
Cumpliendo el mandato recibido de su Padre, Jesús se entregó
libremente a la muerte en la Cruz, meta del camino de su
existencia. El dolor de la creación es asumido por el crucificado
que ofrece su vida en sacrificio por todos: Sumo Sacerdote que
puede compartir nuestras debilidades: víctima pascual que nos
redime de nuestros pecados; Hijo obediente que encarna ante la
justicia salvadora de su Padre el clamor de liberación y redención
de todos los hombres. (Puebla 194).
Que esta celebración aliente nuestra esperanza de recuperar el
sentido de solidaridad con los hermanos que sufren para
comprometernos a ayudarles desde nuestra fe. Pidamos a Dios que
perdone nuesta indiferencia frente a su mensaje salvador y que la
Cruz de Cristo nos recuerde siempre el compromiso de ser fieles
discípulos de Él. Con sentido penitencial iniciamos este viacrucis.

Celebrante: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu


Santo
ACTO DE CONTRICCIÓN
Jesús, mi Señor y Redentor, yo me arrepiento de todos los pecados
que he cometido hasta hoy y me pesa de todo corazón, porque con
ellos he ofendido a un Dios tan bueno. Propongo firmemente no
volver a pecar y confío que por tu infinita misericordia me has de
conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida
eterna. Amén.
I ESTACIÓN
JESUS CONDENANDO A MUERTE

V. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.


R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
Del Evangelio según San Juan 19, 13-16
Pilato sacó afuera a Jesús y lo hizo sentar sobre un estrado, en el
lugar llamado «el Empedrado», en hebreo, «Gábata». Era el día
de la Preparación de la Pascua, alrededor del mediodía. Pilato
dijo a los judíos: «Aquí tienen a su rey». Ellos vociferaban: «¡Que
muera! ¡Que muera! ¡Crucifícalo!». Pilato les dijo: «¿Voy a
crucificar a su rey?». Los sumos sacerdotes respondieron: «No
tenemos otro rey que el César». Entonces Pilato se lo entregó para
que lo crucifiquen, y ellos se lo llevaron. Palabra del Señor.
LECTOR
Jesús acepta la sentencia de muerte. Los sabios políticos de su
tiempo lo condenan. También lo condenan las masas palestinas
manipuladas por sus jefes. Pero Cristo es condenando a muerte,
maltratado y crucificado en mí y en cada hombre, cada vez que
pensamos mal, que hablamos precipitadamente, cuando
enjuiciamos sin justicia o nos movemos en el mundo obrando sin
amor, cuando por falta de tolerancia no aceptamos a los demás
como ellos son. “Todo aquello afecta la dignidad del hombre, hiere
de algún modo al mismo Dios” (Puebla n. 3)
ORACIÓN
Señor, hoy tú sigues siendo condenado hasta en nuestro mismo
hogar. Ayúdanos a no lavarnos las manos, que nos decidamos a
ser comprensivos y tolerantes y a trabajar por la justicia. Tu
que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
V. Alabada sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo.
R. Y los dolores de su Santísima Madre al pie de la Cruz.
II ESTACIÓN
JESUS CARGA CON SU CRUZ

V. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.


R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Del Evangelio según San Juan 19, 17


Jesús, cargando sobre sí la cruz, salió de la ciudad para dirigirse
al lugar llamado «del Cráneo», en hebreo «Gólgota».
Palabra del Señor.
LECTOR
Jesús recibe sobre sus hombros la cruz y comienza el camino del
calvario. Es el pago que le exige su radicalidad de estar con los
hombres para llevarlos a la comunión de vida con su Padre. No hay
que extrañarse que a todo hombre le toque cargar la cruz que le
impone su quehacer profesional y humano. También para él es una
exigencia lograr en la vida la liberación del pecado, de los
conformismos, de la muerte. Cada hombre que abandona sus
responsabilidades carga sobre sus hermanos una cruz más pesada,
cuando lo que tenía que hacer era aceptar voluntariamente para sí
la mayor carga posible y hacer de esta manera el peso de los otros
más suave y llevadero.
ORACIÓN
Señor, tú has aceptado con amor la Cruz como signo de
sometimiento a la voluntad del Padre, ayúdanos a cargar la
cruz de nuestro propio deber y cumplir en toda la voluntad de
Dios. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
V. Alabada sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo.
R. Y los dolores de su Santísima Madre al pie de la Cruz.
III ESTACIÓN
JESUS CAE POR PRIMERA VEZ

V. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.


R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
Del libro de los Salmos 38, 5.7.9.12.18
Me siento ahogado por mis culpas: son como un peso que supera
mis fuerzas. Estoy agobiado, decaído hasta el extremo. Mis amigos
y vecinos se apartan de mis llagas, mis parientes se mantienen a
distancia. Ya estoy a punto de caer. Palabra de Dios.
LECTOR
Jesús cae bajo el peso de la cruz. La vigilia, la agonía en el huerto
de los olivos, la flagelación, el peso de la cruz lo tumban.
La experiencia entre los hombres sabe que muchas cosas en la vida
fatigan, producen cansancio y hace perder el equilibrio a una
persona normal. Es la ley natural a que están sometidos todos los
que tiene vida humana. Pero ¡ay! de quien aumente
deliberadamente la agonía del hombre fatigado, el dolor del
hombre enfermo. “Son responsables de la injusticia todos los que
no actúan en favor de la justicia con los medios que disponen, y
permanecen pasivos por temor a los sacrificios y a los riesgos
personales que implica toda acción audaz y verdaderamente eficaz”
(Medellín 2,18)
ORACIÓN
Señor, que nosotros, pueblo creyente, entendamos que tu plan
es formar entre todos los hombres una verdadera y gran
familia. Que colaboremos contigo en la realización de este plan
de amor. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
V. Alabada sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo.
R. Y los dolores de su Santísima Madre al pie de la Cruz.

IV ESTACIÓN
JESUS SE ENCUENTRA CON SU SANTÍSIMA MADRE

V. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.


R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
Del Evangelio según san Lucas 2, 34-35
Simeón, después de bendecirlos, dijo a María, la madre: «Este
niño será causa de caída y de elevación para muchos en Israel;
será signo de contradicción, y a ti misma una espada te atravesará
el corazón. Así se manifestarán claramente los pensamientos
íntimos de muchos».
Palabra del Señor.
LECTOR
El Pueblo Santo de Dios vive su propia peregrinación por el
mundo, y al igual que Jesús, encuentra en su madre un poco de
consuelo en el camino al calvario. Todos caminamos hacia la
perfección de la santidad que es la vocación de todos los miembros
del pueblo de Dios, acompañado por la intercesión de María
Santísima, de los Mártires y de los Santos, así el pueblo de Dios es
constituido y enviado como sacramento universal de unidad y de
salvación
ORACIÓN
Te pedimos Padre que meditando y sufriendo con María y los
santos, crezcamos en la comprensión de los misterios de Cristo,
de tal manera que la fe constituya nuestra fortaleza y
seguridad hasta el fin de nuestra vida. Por Jesucristo nuestro
Señor. Amén
V. Alabada sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo.
R. Y los dolores de su Santísima Madre al pie de la Cruz.

V ESTACIÓN
EL CIRINEO AYUDA A JESÚS A LLEVAR LA CRUZ

V. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.


R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
Del Evangelio según San Marcos 15, 20-21
«Terminada la burla, le quitaron la púrpura y le pusieron su ropa.
Y lo sacan para crucificarlo. Pasaba uno que volvía del campo,
Simón de Cirene, el padre de Alejandro y de Rufo; y lo obligan a
llevar la cruz.». Palabra del Señor.
LECTOR
En algún punto del camino el cireneo se encuentra con Jesús, sin
proponérselo termina caminando con Cristo y ayudando a cargar la
cruz. Ese espíritu de apertura al sufriente del camino es signo de la
apertura de la Iglesia católica hacia las otras Iglesias y
Comunidades eclesiales en el compromiso irreversible de caminar
juntos hacia la plena unidad en la diversidad reconciliada de las
respectivas tradiciones. «La evangelización también implica un
camino de diálogo» en compañía con hermanos y hermanas de las
diversas religiones, convicciones y culturas que buscan la verdad y
se empeñan en construir la justicia, para abrir el corazón y la mente
de todos con el fin de que reconozcan la presencia de Cristo que
camina a nuestro lado.
ORACIÓN
Señor Jesús, que en nuestra comunidad, todos seamos cirineos
voluntarios y decididos que ayudemos a cargar tu cruz que
sigue siendo llevada por cada uno de nuestros hermanos que
más sufren. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén
V. Alabada sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo.
R. Y los dolores de su Santísima Madre al pie de la Cruz.

VI ESTACIÓN
LA VERÓNICA ENJUGA EL ROSTRO DE JESÚS

V. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.


R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Del libro del Profeta Isaías 52, 14


Y muchos se horrorizaban al verlo, tan desfigurado estaba su
semblante, que no tenía ya aspecto de hombre.
Palabra de Dios.
LECTOR
La verónica no solamente es una mujer con un pañuelo, la
Verónica en el camino es aquella que ha escuchado el clamor de
los profetas del antiguo testamento que inculca en el Pueblo de
Dios la exigencia de caminar a lo largo de las travesías de la
historia manteniéndose fieles a la alianza, invitando a la conversión
del corazón hacia Dios y a la justicia en las relaciones con el
prójimo, especialmente con los más pobres, los oprimidos, los
extranjeros, como testimonio tangible de la misericordia del Señor
ORACIÓN
Tú conoces Señor, los valores de la mujer. Ayúdales a
recuperar la imagen tuya que hemos borrado en ellas, para que
conscientes de su dignidad, trabajen en la construcción de un
mundo más justo y humano, animadas por tu Evangelio. Te lo
pedimos a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén

V. Alabada sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo.


R. Y los dolores de su Santísima Madre al pie de la Cruz.

VII ESTACIÓN
JESÚS CAE POR SEGUNDA VEZ

V. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.


R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
Del libro del Profeta Isaías 53, 5-6
Él fue traspasado por nuestras rebeldías y triturado por nuestras
iniquidades. El castigo que nos da la paz recayó sobre él y por sus
heridas fuimos sanados. Todos andábamos errantes como ovejas,
siguiendo cada uno su propio camino, y el Señor hizo recaer sobre
él las iniquidades de todos nosotros. Palabra de Dios.
LECTOR
Jesús caído de nuevo, según lo ve la tradición cristiana, manifiesta
la debilidad de su condición humana que oculta la grandeza de su
decisión de ser fiel hasta el fin “no se haga mi voluntad sino la
tuya, dijo al Padre en la oración en el Huerto. La reiteración en la
caída pertenece a nuestra historia. Recaída en el pecado, también la
reiteración en la tristeza, el cansancio, la falta de entusiasmo por
llevar la cruz de la vida. Sucede cuando no vemos más que la cruz,
no vemos que es camino a la luz, a la salvación, a la verdad. La
caída una vez más no ha de ser razón para abandonar, sino
conciencia de que necesitamos ayuda de Dios y de los demás; de la
oración, de los sacramentos, de la Palabra de Dios, de la
comunidad.
ORACIÓN
Señor, ayuda a tu comunidad, la Iglesia, a levantarse de esta
caída; que cada uno de nosotros logre vencer las tentaciones de
la sociedad injusta y egoísta en que vivimos, y se decida a vivir
la vida de rectitud de que habla San Pablo, que en verdad, nos
volvamos a Cristo, nuestro Pastor, que vive y reina por los
siglos de los siglos. Amén
V. Alabada sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo.
R. Y los dolores de su Santísima Madre al pie de la Cruz.

VIII ESTACIÓN
JESÚS ENCUENTRA A LA MUJERES DE JERUSALÉN

V. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.


R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
Del Evangelio Según San Lucas 23, 27-28
Lo seguían muchos del pueblo y un buen número de mujeres, que
se golpeaban el pecho y se lamentaban por él. Pero Jesús,
volviéndose hacia ellas, les dijo: «¡Hijas de Jerusalén!, no lloren
por mí; lloren más bien por ustedes y por sus hijos.
Palabra del Señor.
LECTOR
Jesús en el camino actual encuentra a gentes sencillas y a algunas
mujeres. Les habla y sigue su camino. Cuantas tragedias, paradojas
y situaciones dolorosas en el mundo actual. Jesús es la muestra de
la generosidad de quien mira más a los demás que a sí mismo,
incluso en una situación de angustia. El episodio nos conmueve a
nosotros, que ante el dolor creemos que el mundo entero ha de
estar a nuestro servicio, como si fuera el único dolor existente. Nos
llama la atención sobre que el compromiso por Jesús va conllevar
dolor y muerte, he ahí el ejemplo de los mártires cristianos, a ellas
las mujeres y sus hijos.
ORACIÓN
Señor Jesús que tu Iglesia hoy sea capaz de continuar tu misión
de consolar a las mujeres que tanto sufren. Que ellas, buscando
su verdadera liberación, sean defensoras de la vida, del amor,
de la justicia, en su hogar y en su comunidad. Te lo pedimos a
Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén
V. Alabada sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo.
R. Y los dolores de su Santísima Madre al pie de la Cruz.
IX ESTACIÓN
JESÚS CAE POR TERCERA VEZ

V. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.


R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
Del Evangelio Según San Mateo 11, 28-29
Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los
aliviaré. Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque
soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio.
Porque mi yugo es suave y mi carga liviana.
Palabra del Señor.
LECTOR
La tercera caída parece manifestar precisamente esto: El despojo,
la kenosis del Hijo de Dios, la humillación bajo la cruz: Jesús había
dicho a los discípulos que había venido no para ser servido, sino
para servir (cf. Mt 20,28). En el Cenáculo, inclinándose en tierra y
lavándoles los pies, parece como si hubiera querido habituarlos a
esta humillación suya. Cayendo a tierra por tercera vez en el
camino de la cruz, de nuevo proclama a gritos su misterio.
¡Escuchemos su voz! Este condenado, en tierra, bajo el peso de la
cruz, ya en las cercanías del lugar del suplicio, nos dice: «Yo soy el
camino, la verdad y la vida» (Jn 14, 6). «El que me siga no
caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida» (Jn 8,
12).
ORACIÓN
Padre Santo, cuando en el camino de tu Evangelio sintamos el
cansancio y la fatiga, no nos abandones. Que tu presencia nos
anime hasta llegar a la pascua total. Por Jesucristo nuestro
Señor. Amén
V. Alabada sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo.
R. Y los dolores de su Santísima Madre al pie de la Cruz.
X ESTACIÓN
JESÚS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS

V. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.


R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
Del Evangelio Según San Mateo 27, 33-36
«Cuando llegaron al lugar llamado Gólgota (que quiere decir
lugar de «la Calavera»), le dieron a beber vino mezclado con hiel;
él lo probó, pero no quiso beberlo. Después de crucificarlo, se
repartieron su ropa echándola a suertes y luego se sentaron a
custodiarlo». Palabra del Señor.
LECTOR
El silencio de Jesús en todo el camino y mientras es despojado de
sus vestidos nos está hablando, nos invita al discernimiento
comunitario que implica la escucha atenta y valiente de los
«gemidos del Espíritu» (cfr. Rom 8,26) que se abren camino a
través del grito, explícito o también mudo, que brota del Pueblo de
Dios: «escucha de Dios, hasta escuchar con él el clamor del
pueblo; escucha del pueblo, hasta respirar en él la voluntad a la que
Dios nos llama».
ORACIÓN
Señor nuestro, despojado de todo, vestido de nada, todo lo
entregaste hasta compartir la miseria y desnudez más
profunda del ser humano, haz que sepamos ver la dignidad de
cada uno más allá de su destrozada apariencia. Te lo pedimos
por el mismo Cristo nuestro Señor. Amén

V. Alabada sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo.


R. Y los dolores de su Santísima Madre al pie de la Cruz.

XI ESTACIÓN
JESÚS ES CLAVADO EN LA CRUZ

V. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.


R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
Del Evangelio Según San Juan 19, 18-20
“Donde lo crucificaron; y con él a otros dos, uno a cada lado, y en
medio, Jesús. Y Pilato escribió un letrero y lo puso encima de la
cruz; en él estaba escrito: «Jesús, el Nazareno, el rey de los
judíos». Leyeron el letrero muchos judíos, porque estaba cerca el
lugar donde crucificaron a Jesús, y estaba escrito en hebreo, latín
y griego.” Palabra del Señor.
LECTOR
Jesús es tendido sobre la cruz y clavado en ella. Asisten a l hecho
los maestros de Israel, los soldados romanos, la Virgen María y
algunos de sus amigos. Nuestros pueblos, viven hoy una situación
de crucifixión. Los condicionamientos ajenos a nuestra realidad en
el campo de la cultura, de la economía y de los sistemas de la vida
cambia implacablemente nuestra imagen. Por ello, hay que
promover la unión de las familias en defensa de sus derechos con
el fin de contribuir a la edificación de una sociedad más justa y
solidaria.
ORACIÓN
Señor nuestro, tu conoces el dolor de la crucifixión. Hay
muchas familias que sienten tus mismos dolores. Despierta en
todas las familias de esta comunidad, la necesidad de unirse
para así colaborar en tu plan de amor y de salvación. Te lo
pedimos a Ti, que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén

V. Alabada sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo.


R. Y los dolores de su Santísima Madre al pie de la Cruz.
XII ESTACIÓN
JESÚS MUERE EN LA CRUZ

V. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.


R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
Del Evangelio Según San Lucas 23, 43-46
Era alrededor del mediodía. El sol se eclipsó y la oscuridad cubrió
toda la tierra hasta las tres de la tarde. El velo del Templo se
rasgó por el medio. Jesús, con un grito, exclamó: «Padre, en tus
manos encomiendo mi espíritu». Y diciendo esto, expiró.
Palabra del Señor.
LECTOR
En el culmen de la Pasión, Cristo no olvida al hombre, no olvida en
especial a los que son la causa de su sufrimiento. El sabe que el
hombre más que de cualquier otra cosa, tiene necesidad de amor:
tiene necesidad de la misericordia que en este momento se derrama
en el mundo. «Yo te aseguro: hoy estarás conmigo en el paraíso»
(Lc 23,43). Así responde Jesús a la petición del malhechor que
estaba a su derecha: «Jesús, acuérdate de mí cuando estés en tu
Reino» (Lc 23,42) La promesa de una nueva vida. Este es el primer
fruto de la pasión y de la inminente muerte de Cristo. Una palabra
de esperanza para el hombre.
ORACIÓN
Padre Santo, del costado abierto y traspasado de tu Hijo en la
cruz, brota la vida para un pueblo que llama, recoge y
reconcilia a todos los pueblos y los convierte en Pueblo santo y
elegido. Por Cristo nuestro Señor. Amén

V. Alabada sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo.


R. Y los dolores de su Santísima Madre al pie de la Cruz.

XIII ESTACIÓN
JESÚS ES BAJADO DE LA CRUZ

V. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.


R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
Del Evangelio Según San Juan 19, 34-38
«Uno de los soldados, con la lanza, le traspasó el costado, y al
punto salió sangre y agua. El que lo vio da testimonio, y su
testimonio es verdadero, y él sabe que dice verdad, para que
también ustedes crean. Esto ocurrió para que se cumpliera la
Escritura: “No le quebrarán un hueso”; y en otro lugar la
Escritura dice: “Mirarán al que traspasaron”. Después de esto,
José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, aunque oculto por
miedo a los judíos, pidió a Pilato que le dejara llevarse el cuerpo
de Jesús. Y Pilato lo autorizó. Él fue entonces y se llevó el
cuerpo». Palabra del Señor.
LECTOR
Han devuelto a las manos de la Madre el cuerpo sin vida del Hijo.
Los Evangelios no hablan de lo que ella experimentó en aquel
instante. Es como si los Evangelistas, con el silencio, quisieran
respetar su dolor, sus sentimientos y sus recuerdos. O,
simplemente, como si no se considerasen capaces de expresarlos.
Sólo la devoción multisecular ha conservado la imagen de la
«Piedad», grabando de ese modo en la memoria del pueblo
cristiano la expresión más dolorosa de aquel inefable vínculo de
amor nacido en el corazón de la Madre el día de la anunciación y
madurado en la espera del nacimiento de su divino Hijo.
ORACIÓN
Haz, Señor, que nuestros sufrimientos no nos alejen de ti, sino
que nos hagan comprender mejor los sufrimientos de la pasión
de tu Hijo Jesucristo y nos acerquen más a Él. Por el mismo
Cristo nuestro Señor. Amén
V. Alabada sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo.
R. Y los dolores de su Santísima Madre al pie de la Cruz.

XIV ESTACIÓN
JESÚS ES COLOCADO EN EL SEPULCRO

V. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.


R. Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
Del Evangelio Según San Lucas 23, 53-55
«Y, bajándolo, lo envolvió en una sábana y lo colocó en un
sepulcro excavado en la roca, donde nadie había sido puesto
todavía. Era el día de la Preparación y estaba para empezar el
sábado. Las mujeres que lo habían acompañado desde Galilea lo
siguieron, y vieron el sepulcro y cómo había sido colocado su
cuerpo». Palabra del Señor.
LECTOR
Todo está en silencio. Jesús fue a la tumba prestada, inocente y sin
protestar. El sufrimiento, la traición, y la tortura son tragadas en la
oscuridad. ¿Dónde están todos? ¿Dónde estaría yo? Jesús, lo
siento. Esperamos. Jesús enséñame a cómo ser paciente y esperar
por lo que tienes planeado para mí. Ayúdame a ayudar a aquellos
que sufren y que están solos en su oscuridad. Perdóname, Señor,
por fallar en reconocer qué tan precioso es el don de la vida.
Perdóname por no valorar la vida. Por favor concédeme la gracia
de perdonar a aquellos que me han lastimado siguiendo tu camino
al Calvario y siguiendo tu santo ejemplo. Ayúdame a reconocer
mis cruces con alegría, porque cuando acepto mi cruz me uno a ti.
Todo está en silencio. Solo en el sepulcro sé que estoy en tu
corazón. Ayúdame a tomar tu amor e iluminar la oscuridad de este
mundo. Sé que no me abandonarás.
ORACIÓN
Ayúdanos, Padre, a meditar y desentrañar el misterio de la
Cruz, porque en ella están nuestra confianza y nuestra
grandeza; y que, al morir y sepultarnos con Cristo, nuestra
existencia pobre y débil se transfigure y resucite con Él. Que
vive y reina contigo por los siglos de los siglos. Amén
V. Alabada sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo.
R. Y los dolores de su Santísima Madre al pie de la Cruz.
Profesemos juntos nuestra fe:

Creo en Dios Padre,


Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra. Y en Jesucristo, su único Hijo,
Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu
Santo, nació de Santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
fue crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó entre los muertos,
subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre,
Todopoderoso.
Desde allí vendrá a juzgar a vivos y a muertos. Creo en el Espíritu
Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el
perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna.
Amén.

CONCLUSIÓN
Que tu bendición, Señor, descienda con abundancia sobre esta
tu comunidad que camina como pueblo de Dios y ha
conmemorado la muerte de tu Hijo con la esperanza de su
santa resurrección; venga sobre ella tu perdón, concédele tu
consuelo, acrecienta su fe y consolida en ella la redención
eterna. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

(Bendición de la cruz)

V. El Señor esté con ustedes.


R. Y con tu espíritu.

V. La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo ✠ y


Espíritu Santo, descienda sobre ustedes. Amén.

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