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Cinco Señales de que Dios está llamándole al Ministerio

Una de las profesiones más satisfactorias pero más exigentes es el ministerio cristiano.
Sin embargo, a diferencia de otras profesiones, usted no es quien escoge el ministerio
cristiano, es el ministerio el que lo escoge a usted. La Biblia dice que Jesús es la cabeza
de la Iglesia (Colosenses 1:18), y es Él mismo quien escoge quién debe entrar al
ministerio a tiempo completo (Efesios 4:10-11).

Nadie debería entrar al ministerio a su antojo o sólo por el deseo de hacer el bien, o por
una ganancia financiera. Si usted no está llamado, no tendrá la gracia o el don para
hacerlo. Como resultado, estará frustrado, la vida de Dios no estará allí, y será
simplemente un trabajo, sin satisfacción. 

Alguien con un llamado al ministerio, desempeñando otro trabajo, será miserable. Y


alguien que no está llamado al ministerio, trabajando en el ministerio, será igualmente
desdichado. Entonces, ya que es tan importante convertirse en un ministro sólo si usted
está llamado, la pregunta es:

¿Cómo saber si estoy llamado?  


Dios lidia con nosotros como individuos, así que Él no hace lo mismo con todos. Todos
podemos tener diferentes experiencias cuando recibimos el llamado al ministerio. Sin
embargo, existen patrones que pueden verse en la vida de las personas llamadas al
ministerio. Básicamente, usted sabe que está llamado por revelación, pero aquí están
cinco señales que le pueden ayudar a determinar si está llamado(a) al ministerio.

1) Las personas llamadas al ministerio


reciben su llamado sobrenaturalmente.
 He escuchado a algunas personas decir que Jesús se les apareció para hablarles
de su llamado – ese no es el caso de la mayoría de nosotros. También he oído a
otros decir que escucharon una voz audible sobre su llamado – eso tampoco es lo
común.
 Lo que la mayoría de nosotros tiene es ya sea una voz interna o convicción que
nos empuja a amar, servir y buscar a Dios, más allá de la mayoría de las
personas.
 Algunos pueden recibir una palabra profética o una confirmación profética, otros
pueden tener un sueño, o a menudo Dios trae esa convicción a través de la lectura
de la Biblia. Es como si un verso relacionado con el llamado saltara de la página y
le sacudiera por dentro.
 Este es el testimonio del Espíritu Santo dentro de usted. No lo siente solamente
durante un tiempo de su vida. Es una convicción que nunca se va. El llamado de
Dios le marca para el resto de su vida. Lo que sea que usted haga, usted lo sentirá
halándolo por dentro. Es como un viento o una corriente. Tratar de ir en contra de
él requiere esfuerzo. Le hace sentir mal e insatisfecho, sin paz. Dejarse llevar por
él hace que todo parezca fácil, que fluye, y rápido. Todo se siente en paz en su
vida y hay una satisfacción interna y felicidad que vienen a su vida.
2) Las personas llamadas al ministerio aman
servir.
 En un curso que enseñé sobre cómo encontrar el propósito y llamado para su vida,
le pedí a varios ministros  que presentaran sus testimonios de cómo fueron
llamados al ministerio. Un componente que se encuentra en todos nosotros era
que nos involucramos de todo corazón en servir en la iglesia local a la que
asistíamos en el momento. Nadie tuvo que empujarnos; no era una carga. Lo
hicimos porque queríamos servir a Dios. Asimismo, no importaba a qué
departamento nos asignaran, lo hacíamos con responsabilidad y con gozo.

3) Las personas llamadas al ministerio


manifiestan una gracia y dones que son
visibles para otros.
 Cuando una persona está llamada al ministerio, hay dones sobrenaturales que se
manifestarán en la vida de la persona. Estos dones fluyen naturalmente y sin
esfuerzo. De hecho, puede ser tan natural para usted que quizás no se dé cuenta
que está fluyendo en esta gracia, pero otros lo notarán.
 Las personas notarán que sus oraciones son más efectivas. Cuando usted le
predica el evangelio a otros, es más efectivo. Cuando usted habla, las personas
quieren oírlo. Tiene un entendimiento más profundo de las Escrituras. Hay una
gran autoridad en sus palabras. Hay un mayor poder y manifestaciones
espirituales. Todas estas cosas ocurrirán y crecerán a lo largo de su vida.

4) Las personas llamadas al ministerio están


“programadas” para el ministerio al que están
llamados.
 Todos los llamados ministeriales son preordenados por Dios antes de que la
persona nazca.  Así que, cuando usted nació, Dios “le programó” con ciertas
características que van con su llamado. Son inseparables de usted como persona.
 Ser un pastor no se trata simplemente de tener el título de pastor, o de recibir un
diploma de una universidad bíblica. Su personalidad, manera de pensar, la manera
en que usted se comporta, etc., están programadas de acuerdo a su llamado.
 Por ejemplo, un pastor será un extrovertido, siempre buscando cuidar a otros, y
será un líder. Un evangelista no puede evitar el estar pensando siempre en ganar
almas. A un maestro le gusta estudiar y es muy organizado. Un profeta odia el mal
y todo lo que vaya en contra de la voluntad de Dios. Un apóstol siempre querrá
ayudar al mayor número de personas posible a crecer y madurar en las cosas de
Dios. Estas son cosas que no son estudiadas, son parte de quien usted es y no
pueden cambiarse más de lo que usted puede cambiarse el color de sus ojos.
5) Las personas llamadas al ministerio
tendrán un mayor deseo por Dios y las cosas
de Dios que el Cristiano promedio.
 Cuando comparo mi caminar Cristiano y el de otros ministros con el de la mayoría
de los cristianos, encuentro que tenemos un deseo mucho mayor por las cosas de
Dios. Estamos dispuestos a morir a nuestros deseos y a nosotros mismos.
 Estamos dispuestos a sacrificar más para el beneficio de otros. Estamos
dispuestos a buscar la voluntad de Dios mientras otros están divirtiéndose.
Estamos dispuestos a pedirle a Dios que nos de convicción cuando estamos
equivocados.
 Estamos dispuestos a pedirle a Dios que lidie con nosotros en el área de la
santidad. El cristiano promedio está dispuesto a sacrificar cosas por Dios. El
ministro está dispuesto a sacrificarse a sí mismo por los propósitos de Dios. 

Bono:
Y aquí está un extra bono. Los ministros cristianos maduros podrán sentir por el Espíritu
Santo, o por la obra de Dios a través de usted, que usted tiene un llamado. ¿Tiene usted
algún líder cristiano maduro que lo conozca? Pidáselos, y ellos seguramente puedan
ayudarle.

Conclusión:
¿Entonces, cómo le fue? ¿Lo ha llamado Dios al ministerio? Si ese es el caso, entonces
prepárese a morir a sí mismo, pero también prepárese para la más fantástica aventura de
fe, bendición, satisfacción y poder que usted pueda experimentar en la vida. Le ha sido
entregado un regalo maravilloso, pero ahora, es tiempo de prepararse para ello.

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