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Instituto Bíblico de las Asambleas de Dios

Pasaje Garbani, 559 Bell Ville - Provincia de Córdoba

CURSO BASICO EN TEOLOGIA


Materia
Introducción a Teología Pastoral

Autor: GUSTAVO CARDOZO

ASOCIACIÓN DE LA MISIÓN EVANGELICA DE LA ASAMBLEA DE DIOS

Fichero de Culto Nº 1473 – Personería Jurídica 059/A-1995


Introducción a Teología Pastoral Gustavo Cardozo

GUIA DE ESTUDIO
MATERIA: Teología Pastoral

ESTA MATERIA:

Esta materia tiene por objeto el estudio teológico de la actividad Pastoral.

USTED DEBE ESTUDIAR DEL SIGUIENTE MODO

Cada día separe parte de su tiempo para leer la Biblia. Trate de apartar la misma hora
cada día. Dedique tanto tiempo como sea posible sin dejar que interfieran otras cosas,
pues será un tiempo más o menos largo el que necesite. Antes de comenzar la lectura pida
la guía y bendición de Dios. Lea con atención la lección. Estudie cada una de ellas
separadamente y consulte al diccionario cada vez que sea necesario. Evite acumular dudas,
procure resolverlas para que el resultado de su esfuerzo sea provechoso.

LO QUE VA A APRENDER

• Esta materia prepara líderes para pastorear al rebaño de Cristo, entrenados en los
aspectos y responsabilidades del ministerio pastoral. Se busca que el futuro siervo
de Dios sea un hombre de Dios íntegro. Da énfasis en quién es el pastor como
persona. Incluye cómo organizar y administrar su tiempo en el pastorado e informa
sobre la celebración de las ordenanzas, funerales y otros servicios especiales.

COMO EVALUAR SU DESEMPEÑO

Si usted no adquiere un conocimiento satisfactorio de alguna lección, deberá reiniciar la


lectura del mismo, prestando suma atención a los puntos que le resultan difíciles hasta que
comprenda por completo. No dude en consultar al profesor o a su pastor.

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Introducción a Teología Pastoral Gustavo Cardozo

Teología Pastoral
SI ALGUNO ANHELA OBISPADO…
…buena obra desea. (1 Ti 3:1) Esto es lo que nos enseña la Primera Carta a Timoteo. Ya en los primeros
momentos de la iglesia se veía claramente que el ministerio era una cosa muy seria. Y que cualquier defecto del
ministro en cuanto a compromiso moral o motivación, afectará de un modo determinante a la Iglesia.
Te aconsejo lo siguiente: si llegas a formar parte de los llamados “Siervos”, Sea como Auxiliar, Diácono,
Presbítero, Evangelista o Pastor, no aceptes el puesto hasta que no te sea CLARAMENTE REVELADO desde
arriba gracias a ayunos y vigilias, y hasta que Dios no te informe nítidamente de lo que tienes que hacer. No te
aventures a agarrar el timón de la Santa Iglesia de Dios sin una Visión Divina. Pero debes tener cuidado de ver a
un Ángel Divino y no en vez de él a un enviado del Diablo. Tampoco te dejes llevar por el deseo de liderar y
menos aún por una necesidad económica. El servir como ministro es exactamente lo contrario. Se es llamado a
servir como administrador y no a ser servido, incluso en lo económico.

Clase 1
La ordenación
Ser ordenado es una decisión que puede transformar su vida dándole satisfacción personal y una misión para
cumplir delante de Dios. Es asumir plenamente el compromiso de predicar el evangelio y ministrar a la
humanidad en el nombre de Cristo.
Ser ordenado le autoriza para dirigir cultos religiosos, oficiar las ceremonias de la religión cristiana incluyendo
bodas, presentaciones de niños, bendiciones a las quinceañeras, funerales, y de celebrar las ordenanzas de la
iglesia como el bautismo y la Santa Cena. En fin, usted podrá hacer crecer su ministerio cristiano como Dios le
dirija.
Ser ordenado le permite usar un título formal delante de su nombre como Auxiliar, Diácono, Presbítero,
Evangelista o Pastor. Usted será merecedor del respeto y consideración que se acostumbra dar a los ministros de
organizaciones religiosas.

Reglas generales para ser considerado para la ordenación:


1. El candidato tiene que dar un testimonio comprensible y convincente de su conversión a Cristo. Esta
explicación tiene que delinear una progresión desde el estado "perdido en pecado", a una condición de
"salvo por gracia" mediante la fe en Jesucristo. Para que alguien sea un obrero, se exige, primeramente,
que este tenga habido una experiencia personal con el Señor Jesucristo A través del bautismo con el
Espíritu Santo – condición básica y fundamental para el candidato a la obra del Señor Jesucristo.
1. Todo aquel que desea ser un obrero debe apuntar a los frutos de Espíritu Santo en su vida y después los
dones del Espíritu Santo. Los frutos son mas importante que los dones, hasta porque lo mas significante
para Dios es lo que yo soy y no lo que hago.
2. El candidato tiene que dar un testimonio comprensible y convincente de su llamamiento al ministerio. Esta
explicación tiene que hacer referencia de haber recibido dirección del Espíritu Santo y ser apoyada por
experiencias de vida confirmando el llamamiento al ministerio. El candidato tiene que demostrar un
compromiso serio y una consideración pensante de la responsabilidad requerida para cumplir con el
ministerio.
3. El candidato tiene que dar una explicación coherente e informada sobre el ministerio a que Dios le ha
llamado. El llamamiento tiene que ser a uno de los ministerios que la iglesia o denominación puede apoyar
en principio y práctica. Ministerios oficiales son los de pastor, evangelista, presbítero, diácono o auxiliar,
pero puede ser también a músico, predicador, consejero, visitador, etc.
4. El candidato tiene que haber recibido una preparación y tener experiencia en la obra, saber como predicar
(esto se estudia en la materia Oratoria), oficiar en eventos especiales y celebrar las ordenanzas de la
iglesia. También tiene que tener una disposición para seguir educándose para el ministerio, estudiando la
Palabra de Dios y valiosa literatura cristiana que realmente le puede preparar en todos los aspectos del
ministerio.

Discipulado pastoral después de la ordenación:


La iglesia o denominación comprende que el reclutamiento de hombres y mujeres al ministerio es una gran
responsabilidad institucional, y debe hacer todo el esfuerzo necesario para conservar las intenciones nobles de
sus candidatos; por lo cual continua discipulando y desarrollando los talentos de cada individuo llamado a servir.
Ordenación y ética profesional:
La ética profesional dicta que cada miembro reconozca la ordenación de sus compañeros en el ministerio. Es Dios
quien hace el llamamiento al ministerio y la iglesia que da la comisión. ¿Quienes somos nosotros para dudar de
Dios y de la decisión de una iglesia?
Texto Bíblico General Efesios 4: 11-13

DIÁCONOS Hechos 6:1-6


La palabra Diácono viene del griego Diakonos, que significa Siervo. na de las funciones de ellos en la Iglesia del
Nuevo Testamento, la encontramos en el libro de Hechos 6:1-6. Deben ayudar a los Pastores, cuidando de los
asuntos temporales y materiales de la Iglesia de tal manera, que los pastores puedan dedicarse a la Oración y
Ministerio de la palabra de Dios (Hechos 6:4).
Calificaciones Necesarias para ser un Diácono

Texto Bíblico; 1ª Timoteo 3: 8-13


a) Honesto
b) Sin Doblez
c) No dado a mucho vino

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d) No Codicioso
e) Que guarde la Fe
f) Irreprochable
g) De un solo Cónyuge
h) Que gobierne bien a sus hijos

Responsabilidades de un Diácono

a) Servir a los demás (Hechos 6:2)


Tenemos un ejemplo de esto en Jetro, el suegro de Moisés. En el Libro de Éxodo Jetro aconseja a su yerno
Moisés que designe varones para decidir y juzgar determinados asuntos entre el pueblo.
Pues, el suegro observó que Moisés estaba llevando una carga muy pesada, y esto no rea bueno para él, y
tampoco para el pueblo. Entonces sugirió a Moisés que buscara entre el pueblo a hombres capaces, valerosos y
temerosos a Dios, que estuvieran sobre mil, cien, cincuenta y diez hombres.
De esta manera, el líder Moisés podría vivir tranquilo y en paz con el pueblo.(Éxodo 18: 13-27)
Nota: De la enseñanza de Jetro, sacamos un tremendo provecho para la vida espiritual de los líderes y la Iglesia,
pues, debía haber hombres para servir al pueblo, el mismo Señor Jesús nos enseña que nosotros estamos en la
tierra para servir y no ser servidos. (Mateo 20:28 / Lucas 22: 26-27).
b) Lleno de Espíritu Santo y Sabiduría ( Hechos 6.3)
En el texto bíblico citado, vemos que los Apóstoles estipularon que los siete varones debían evidenciar de que sus
vidas eran influenciadas por el Espíritu Santo y no por deseos carnales (Gálatas 5: 16-25).

PRESBÍTERO
La palabra obispado significa un Conjunto de Obispos, así también como la palabra Presbiterio significa un
Agrupamiento de Presbíteros. La palabra Presbítero viene del griego Presbuteros, que indica la madurez y
dignidad espiritual necesarias para el cargo.
Para que este Ministro puedan ejercer cargos de liderazgos en las Iglesias, deben poseer determinados requisitos
o condiciones Bíblicas para guiar a los miembros de la Iglesia a los patrones morales y espirituales que Dios exige
(Tito 1: 5-9 / 1ª Timoteo 3: 2-7).
A continuación veremos algunos requisitos Bíblicos que deben tener estos Ministros:
• Irreprochables: Esta palabra, proviene del griego Anepilemptos, que significa literalmente que no pueden
existir hacia él, ningún tipo de acusaciones en su contra. Esto tiene que ver con una conducta manifiesta,
aprobada e intachable desde su conversión, en la vida conyugal, familiar, social y laboral.
Ninguno debe ser electo al ministerio si existen contra el acusaciones (comprobadas) provenientes de
inmoralidades o transgresiones graves, todo lo contrario, debe ser hombre de reputación irreprochable entre los
miembros de la Iglesia así como también fuera de ella, para tener una vida cristiana ejemplar, sin problemas
morales, habituales o incidentales. Estos pueden servir como modelos a seguir
(1ª Timoteo 3:2-3 / 1ª Timoteo 3:7 / Tito1: 5-8).
• Buen Gobierno de su casa: Esta es una calificación de mucha importancia para el candidato que aspire a este
ministerio. Debe mostrar por ejemplo fidelidad en su matrimonio y tener a sus hijos en sometimiento (como la
palabra enseña). Así como también tener una buena relación familiar.
(1ª Timoteo3:2 / 1ª Timoteo 3:4-5 / Tito1:5-6).
Respecto a este punto, la Biblia nos relata el caso de Elí, quien junto a su descendencia fue rechazado por Dios
para el Ministerio en la cada de Dios, debido a que no supo gobernar su casa como Dios exige.
(1º Samuel 2:12-17 / 1ª Samuel 2:22-36 / 1ª Samuel 3:11-14 / 1ª Samuel 4:11-21).
• No Neófito: Esto quiere decir que no puede ser una persona nueva, es decir, que recién venga conociendo las
cosas de Dios. Debido al peligro de caer en envanecimiento, y así caer también en condenación. Corresponde
advertir que no implica que al tener una determinada cantidad de años de creyente automáticamente califica
para este cargo, sino que debe cumplir todas las condiciones.
(1ª Timoteo 3:6). Como ejemplo de esto vemos que Juan el Apóstol y evangelista era conocido por la Iglesia
como Anciano y Presbítero. (2ª Juan 2 / 3ª Juan 1)
• Retenedor Firme de la Palabra de Dios: (Tito 1:9) El Ministro no solo debe estar a la altura de los patrones
morales y espirituales, también debe comprometerse a retener firmemente el Testimonio Apostólico original,
referente a la obra de Jesús. (Efesios 2:20-22), amándola, conociéndola y dando su vida por ella. Esto es
importante por dos razones:
o Debe saber enseñar y exhortar de acuerdo a la palabra de Dios, y llegar a la sincera devoción a
Cristo, a la verdad y justicia (2º Timoteo 4:2-5)
o Debe saber corregir a aquellos que enseñan cosas contrarias a las escrituras, con el fín de
conducirlos a la verdad (2ª Timoteo 2:24-26).
• Apacentar el Rebaño de Dios: Fueron constituidos por el Espíritu Santo para apacentar el rebaño de Dios y
librarlos de las manos de los falsos líderes (lobos vestidos de ovejas). Hechos 20:28-30. Los ministros y líderes
de la Iglesia tienen la responsabilidad de cuidar a los creyentes y hacerlos discípulos, hijos de Dios,
alimentándolos con la palabra y protegiéndolos. (1ª Pedro 5:1-4). Por eso el Ángel de Señor es imparcial a la
palabra del Señor. (1ª Timoteo 5:17-21)

Generalidades
1ª Timoteo 5:17-18 Los Ministros que gobiernan bien la casa de Dios y su familia con toda sinceridad y trabajan
diligentemente en la predicación y en la enseñanza de la palabra de Dios, de acuerdo a lo que enseña la palabra
en 1ª Corintios 15:10 / 1ª Tesalonisenses 5:12-13, deben recibir doble honra (versículo 17). Deben recibir ayuda
financiera de acuerdo a lo que leemos en 1ª Corintios 9:7-14 / 1ª Timoteo 5:18. Por otro lado, la Iglesia también
debe someterse al ministro en cuanto a conducta y enseñanza Bíblica (Hebreos 13:7 y 17). 1ª Timoteo 5: 19-21
Estos Ministros cuando pecan no pueden ser acusados sin presencia de testigos. Pero, si son encontrados
culpables y siguen pecando, deben ser reprendidos y disciplinados en presencia de todos para que halla temor en
los miembros de la Iglesia y también en el Liderazgo.
Consejo:
La Biblia enseña a no imponer manos con ligereza (1ª Timoteo 5:22). Respecto a la ordenación de un Presbítero

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de acuerdo a lo que señala la palabra en 1ª Timoteo 4:14 / 2ª Timoteo 1:6 / Hechos 6:6; Pablo establece lo
liguiente:
a) Nadie debe ser ordenado Apresuradamente, es decir, que la ordenación debe ser con debida cautela y
directrices bíblicas (Tito 1:5-16).
b) La ordenación de un hombre como Presbítero, es un acto público que se realiza en presencia de la Iglesia,
afirmando que la vida de este hombre satisface el patrón divino de la perseverancia en la piedad. En otras
palabras aquellos hombres que son ordenados para un cargo de dirección espiritual como por ejemplo Presbítero,
Pastor, Apóstol y Líder en general, deben ser fieles al Señor hasta el final.
c) Si una Iglesia ordena o separa a alguien apresuradamente, es decir, sin las calificaciones necesarias para el
ministerio, estaría en contra de las directrices divinas y participaría de los pecados de este hombre ( 1ª Timoteo
5:22).
Pablo le dice a Timoteo “Consérvate puro”, Esto significa que no debe involucrarse en la elección u ordenación de
cualquier persona indigna para ejercer el ministerio.

Evangelista
“La palabra que se traduce “evangelista” en el Nuevo Testamento es un sustantivo tomado del verbo
“euangelizomai”, literalmente ‘anunciar noticias’, y generalmente se traduce como “predicar el evangelio”. El verbo
es muy común en el Nuevo Testamento, y se aplica a Dios (Gálatas 3:8), a nuestro Señor (Lucas 20:1), a los
miembros ordinarios de la iglesia (Hechos 8:4), como también a los apóstoles en sus viajes misioneros. El
sustantivo “evangelista” aparece tres veces solamente en el Nuevo Testamento. Pablo exhorta a Timoteo a hacer
la obra de evangelista (2 Timoteo 4:5); es decir, a hacer conocer los hechos del evangelio. Timoteo había
acompañado al apóstol en sus viajes misioneros. Pero resulta claro (por los mandatos que le dio en las dos cartas
que le dirigió) que su tarea, cuando el apóstol escribía, era mayormente local y pastoral”. Desde este punto de
vista podemos decir que el evangelista, lleva intrínsecamente el trabajo pastoral o viceversa, el pastor realiza el
trabajo de evangelista. El que se le indique que debe hacer la obra de evangelista demuestra que el que era
evangelista podía también ser pastor y maestro.
En Hechos 21:8 se describe a Felipe como “el evangelista”. Felipe había sido elegido como uno de los “siete” en
Hechos 6, y después de la persecución de Esteban ocupó un lugar prominente en la predicación del evangelio en
zonas no evangelizadas ( por ejemplo Hechos 8:5, 12, 35, 40). Si bien era evangelista, no fue incluido entre los
apóstoles (Hechos 8:14). Se hace una distinción semejante entre Timoteo y los apóstoles en 2 Corintios 1:1 y
Colosenses 1:1. Se verá, entonces, que si bien los apóstoles eran evangelistas, no todos los evangelistas eran
apóstoles. Esta distinción se confirma en Efesios 4:11, donde la función de “evangelista” se menciona después de
la de “apóstol” y “profeta”, y antes de la de “pastor” y “maestro”. De este pasaje resulta claro que el don de
evangelista era un don distintivo dentro de la iglesia cristiana; y si bien todos los cristianos indudablemente
cumplían esta sagrada tarea, en tanto que se les presentaba la oportunidad, había algunos que fueron
preeminentemente llamados y capacitados por el Espíritu Santo para dicha tarea.
Más tarde en la historia de la iglesia el término “evangelista” se usó para hacer referencia a los escritores de cada
uno de los cuatro evangelios.
El evangelista tiene que tener autoridad, esta es una autoridad que le da el Espíritu Santo para poder predicar con
denuedo la palabra de Dios. Ahora bien hay muchos predicadores que se auto-nombran “Evangelistas”. Pero
muchas veces son predicadores independientes que no están bajo ninguna autoridad eclesial. De este tipo de
predicadores hay muchos, y muchos de ellos han dado lugar a errores doctrinales, porque predican bajo su propia
inspiración y argumentando muchas veces; que es la voz de Dios manifestada a ellos. Alguien que ejerce el
ministerio de evangelista debería de estar sujeto a una autoridad, asistir a una iglesia, tener un pastor. Un lugar
donde le reconozcan como miembro activo y que le puedan dar cobertura espiritual. Si es un evangelista
reconocido por una congregación o una misión, obviamente tendrá autoridad para predicar y para realizar su
trabajo. De otra manera no podrá realizar su trabajo. La tarea del Evangelismo es un ministerio, y Dios ha
repartido dones en su iglesia y a muchos varones de Dios les ha dado este hermoso privilegio: ser llamados
“evangelistas”.

I. Requisitos para los evangelistas.


o Tener buen testimonio. Hech. 16:1, “Después llegó a Derbe y a Listra; y he aquí, había allí cierto discípulo
llamado Timoteo, hijo de una mujer judía creyente, pero de padre griego; 2 y daban buen testimonio de él los
hermanos que estaban en Listra y en Iconio. 3 Quiso Pablo que éste fuese con él”.
o Ser ejemplar 1 Tim. 4:12, “Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra,
conducta, amor, espíritu, fe y pureza”. Tito 2:7, “presentándote tú en todo como ejemplo de buenas obras; en
la enseñanza mostrando integridad, seriedad, 8 palabra sana e irreprochable, de modo que el adversario se
avergüence, y no tenga nada malo que decir de vosotros”.
o Ser fieles 1 Tim. 1:19, “manteniendo la fe y buena conciencia, desechando la cual naufragaron en cuanto a la
fe algunos”. Hech. 6:3-5 (Esteban, Felipe); Hech. 11:24, Bernabé.
o Tener habilidad para predicar el Evangelio 1 Tes. 2:2, “pues habiendo antes padecido y sido ultrajados en
Filipos, como sabéis, tuvimos denuedo en nuestro Dios para anunciaros el evangelio de Dios en medio de
gran oposición. 3 Porque nuestra exhortación no procedió de error ni de impureza, ni fue por engaño, 4 sino
que según fuimos aprobados por Dios para que se nos confiase el evangelio, así hablamos; no como para
agradar a los hombres, sino a Dios, que prueba nuestros corazones. 5 Porque nunca usamos de palabras
lisonjeras, como sabéis, ni encubrimos avaricia; Dios es testigo; 6 ni buscamos gloria de los hombres; ni de
vosotros, ni de otros”. En resumen, Denuedo, convicción, nada de engaño, valentía, no agradar a los
hombres, nada de adular.
o Colaborar en el cuidado de la Iglesia 1 Tes. 2:7, “Antes fuimos tiernos entre vosotros, como la nodriza que
cuida con ternura a sus propios hijos … 11 así como también sabéis de qué modo, como el padre a sus hijos,
exhortábamos y consolábamos a cada uno de vosotros”.
o Valentía Mat. 10:28, “Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a
aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno”.

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II. La obra de evangelista.


¿Cuál es la obra de evangelista? Esta pregunta es muy importante para quienes tengan el deseo de ser
evangelistas. En estas tres cartas a Timoteo y Tito, como también en otras cartas, Pablo explica esta obra. En
Hechos de los Apóstoles Lucas la describe en detalle al narrar la historia de las actividades de Pablo y sus
compañeros.
El evangelista debe:
1. Anunciar el evangelio, Hech. 13:32.
2. Enseñar, 1 Tim. 4:13.
3. Hablar con denuedo, Hech. 9:29; 13:46.
4. Exhortar, Hech. 2:40; 11:23; 1 Tim. 4:13.
5. Amonestar, Col. 1:28; 1 Tes. 5:14.
6. Rogar, 2 Cor. 5:20; Efes. 4:1.
7. Disputar, Hech. 9:29.
8. Contender, Judas 3 (pero recuérdese Rom. 14:1).
9. Discutir, Hech. 17:2, 17; 18:19.
10. Responder, 1 Cor. 9:3; Fil. 1:16.
11. Redargüir, 2 Tim. 4:2; Mat. 18:15.
12. Convencer, Tito 1:9.
13. Tapar bocas, Tito 1:13.
14. Mandar, 1 Tim. 1:3.
15. Desechar, 2 Tim. 2:23; Tito 3:10.
16. Anunciar todo el consejo de Dios, Hech. 20:20, 27.
También debe entrenar obreros. 2 Tim. 2:2, “Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a
hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros”.
Tito 1:5, “Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo deficiente, y establecieses ancianos (y diáconos,
1 Tim. 3:8-13) en cada ciudad”. Desde luego, esto requiere mucha enseñanza sobre los requisitos para ancianos y
diáconos (1 Tim. 3; Tito 1). 1 Tim. 5:19, “Contra un anciano no admitas acusación sino con dos o tres testigos. 20
A los que persisten en pecar, repréndelos delante de todos, para que los demás también teman”.
2 Tim. 1:13, “Retén la forma de las sanas palabras que de mí oíste, en la fe y amor que es en Cristo Jesús. 14
Guarda el buen depósito por el Espíritu Santo que mora en nosotros”. El evangelista tiene que ser “conservador”.
Tiene que retener, guardar, conservar el patrón bíblico en todas las cosas.
2 Tim. 3:5, “a éstos evita”; Tito 3:10, “Al hombre que cause divisiones, después de una y otra amonestación
deséchalo”.

III. Resultados de esta obra.


Convence y convierte, como se ve en los Hechos en los casos de conversión.
Edifica, anima, confirma, Hech. 14:22.
Trastorna las obras de Satanás, Hech. 17:6; 19:9.

Pastor (Deuteronomio 10:12- 11:31)


1.- COMPLETA FIDELIDAD AL SEÑOR (10:12-15)
Para construir cualquier relación, la fidelidad es una necesidad absoluta. Dentro del matrimonio, una completa
fidelidad es esencial. La amistad requiere fidelidad. El jefe de alguien o su trabajo requiere fidelidad. Un estudiante
debe ser fiel a su escuela para afianzar una educación. Las naciones requieren fidelidad. Todo ciudadano empeña
su fidelidad a la bandera de su país, para defenderla de otras naciones que quieran invadirla. El punto es claro: la
fidelidad es una necesidad absoluta para construir cualquier relación fuerte. Dios quiere una relación fuerte con
Su pueblo; por consiguiente, Él exige la fidelidad de Su pueblo.
1.1.- La fidelidad es una necesidad absoluta:
Moisés gritó, debemos fidelidad plena al SEÑOR. Pero ¿qué significa fidelidad completa? ¿Qué es exactamente lo
que el SEÑOR demanda? (10:12-13)
a.- Debemos temer al SEÑOR (10:12): Temer significa reverenciar, honrar, tener en alta estima hasta el
punto de rendirle culto. También quiere decir respetar la justicia y el juicio de Dios, saber que debemos retroceder
y hacer cualquier cosa necesaria para escapar a Su juicio. El que empeña su fidelidad al SEÑOR es una persona
que le teme de verdad.
b.- Debemos caminar en los caminos de Dios (10:12): Hay muchos caminos en la vida que una persona
puede tomar. Está el camino de la mundanalidad y la carne; el de la codicia y las posesiones; el de las drogas y el
alcohol; el de la delincuencia y la violencia; el del orgullo y la incredulidad; el de la religión y el culto falso. Hay
muchos, muchos caminos a lo largo de esta vida. Una persona puede comprometer su vida, su caminar a casi
todo. Pero Dios demanda que caminemos en todos Sus caminos, que dediquemos totalmente nuestras vidas a Él,
que nos comprometamos sinceramente en Su camino. Debemos nuestra completa devoción a Él.
c.- Debemos amar al SEÑOR (10:12): Amar a Dios significa adorarle; que Él es lo más precioso en la vida
para nosotros y queremos una relación profunda, intensa, íntima con Él; que estamos consagrados a Él y que lo
tenemos tan cerca en nuestros corazones; que confiamos en Él y somos cautivados por Él; y que tenemos un
fervor hasta la muerte por estar cerca de Él. Esto es lo que significa empeñar nuestra fidelidad al SEÑOR:
nosotros le amamos.
d.- Debemos servir al SEÑOR con todo nuestro corazón y alma (10:12): Servir a Dios quiere decir
ministrar y suplir las necesidades de las personas; necesidades como la comida, refugio y ropa. También servir a
Dios quiere decir testificar fuertemente, dar testimonio de Él. Una persona que empeña Su fidelidad al SEÑOR
sirve al SEÑOR con todo su corazón y alma.
e.- Debemos guardar, obedecer Sus mandamientos
(10:13): Empeñar fidelidad al SEÑOR significa obediencia, hacer lo que Él ordena, guardar cada mandamiento.

1.2.- ¿Por qué Dios exige completa fidelidad?


¿Por qué el SEÑOR exige que le temamos, caminemos Sus caminos, le amemos, le sirvamos, y guardemos Sus
mandamientos? ¿Por qué empeñar nuestra fidelidad al SEÑOR? Moisés respondió esta pregunta (10:14-15)

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Introducción a Teología Pastoral Gustavo Cardozo

a.- Porque Él es el Creador y Dueño del universo .(10:14): Dios creó el universo, la tierra y todos los
cuerpos que se mantienen en el espacio. Fue Dios quien estableció las leyes de reproducción entre los hombres y
los animales. Ésta es la razón por la que Dios demanda que le demos nuestra obediencia.

b.- Porque Dios nos amó y nos escogió para ser Su pueblo (10:15): El gran Dios y Creador del universo
se humilló, bajó para amarnos. Él Dueño de todo, tendió la mano y nos escogió para que fuésemos Su pueblo, Su
familia, Sus hijos adoptados. Por esta razón, exige nuestra fidelidad (Lucas 9:23; Romanos 12:1-2; 1 Corintios
15:58; Exodo 32:29; Deuteronomio 6:5; Proverbios 3:5; 23:26; Salmo 119:2; Joel 2:12)

2.- CIRCUNCIDAR O CORTAR EL PECADO DEL CORAZÓN (10:16-19)


No sea terco. Usted debe ser operado, sufrir una "circuncisión espiritual" (Colosenses 2:9-12) Los pecados de la
vieja naturaleza y de la vida vieja deben ser removidos. Este punto era de importancia crítica. Moisés sabía esto.
Él sabía que el juicio de Dios caería en el pueblo, que nunca podrían permanecer en la tierra prometida si el
pecado permanecía en sus vidas. A menos que el pecado fuera circuncidado, cortado de sus corazones,
perderían las promesas de Dios, perderían su heredad en la tierra prometida. Por esto, Moisés advirtió al pueblo.

¿Por qué debemos circuncidar o cortar el pecado del corazón? Moisés dijo el por qué. Porque Dios es Supremo,
trascendente por encima de todos. El SEÑOR tu Dios es Dios de dioses y SEÑOR de señores (10:17) La idea es
que Dios ejecutará justicia y juicio en el pueblo si pecan. El desobediente, la persona que rompe los
mandamientos de Dios, será juzgada. Y notemos lo que Moisés declaró: Dios es imparcial. Él no muestra ningún
favoritismo ni acepta sobornos. Entre los hombres, el adinerado puede comprar jueces y jurados para escapar al
juicio. Pero Dios nunca acepta sobornos. Ninguna persona puede comprar Su favor para escapar del juicio. Al
contrario, Dios defiende al pobres y desvalido y ama al extranjero. Él provee para el necesitado. En materia de
justicia y juicio, Dios es imparcial. Éste es el punto: debemos cortar el pecado de nuestros corazones. No
debemos negarnos a guardar y obedecer los mandamientos de Dios. Y tratando con los pobres y necesitados,
debemos seguir el ejemplo de Dios: defenderlos y suplir sus necesidades (Efesios 4:24-32; Colosenses 3:5-13)
¿Qué nos dice hoy el ritual de la circuncisión?

a.- Jesús ha realizado una circuncisión espiritual en los creyentes, cortando la vieja naturaleza pecadora del
creyente. Pero Él corta más que sólo un pedazo de carne; Él realiza una cirugía radical: corta el cuerpo entero de
pecado, todo el pecado que el creyente ha cometido y por el cual es culpable (Colosenses 2:11-12)

b.- La circuncisión –la verdadera circuncisión- es del corazón, no de la carne. Dios nunca pensó que la
circuncisión fuera sólo un ritual, una señal física para decir que uno pertenecía al pueblo de Dios. Sí, la
circuncisión iba a ser una señal, pero una señal de una verdad espiritual, una señal de que el corazón de una
persona pertenecía a Dios, una señal de que uno estaba siguiendo y viviendo total y completamente para Dios
(Romanos 2:28-29; Deuteronomio 10:16; 30:6)

3.- MANTENERNOS CERCA DE DIOS (10:20-22)


Moisés dio dos razones por qué una persona debe mantenerse cerca de Dios:
3.1.- Porque Él SEÑOR es tu alabanza, tu Dios (10:21)
Él te ha escogido y te ha apartado para que seas Su seguidor, y tienes que clamar que eres un seguidor del
SEÑOR. Como el SEÑOR es tu Dios, Él es tu alabanza, el objeto de su devoción. Por consiguiente, debes
honrarle y alabarle, elevando Su nombre ante todos, los vecinos inmorales e injustos que te rodean.
3.2.- Porque Dios ha hecho mucho por ti (10:21-22)
Dios te ha salvado de Egipto, de todas las esclavitudes y cargas de este mundo. Es más, Dios está cumpliendo
Sus promesas a ti (1 Corintios 15:58; Gálatas 5:1; Hebreos 10:22,23; Santiago 4:8; Apocalipsis 3:3; Génesis
28:15; Éxodo 33:14; Salmo 16:8; 34:18; 73:28; 145:18; Jeremías 23:23)
4.- RECORDAR LAS BENDICIONES PASADAS (11:1-7)
Aprender de nuestro pasado nos ayudará a amar y obedecer a Dios. Moisés exhortó al pueblo a recordar el poder
de Dios, cómo Dios los había salvado poderosamente y los había guiado. Enfocar experiencias gloriosas del
pasado nos animará a amar y obedecer Dios.
4.1.- Nota cómo Moisés exhortó al pueblo:
Él dijo que no fueron sus hijos los que experimentaron la disciplina, la grandeza y el poder de Dios (11:2-4) No
fueron sus hijos los que experimentaron la salvación de Dios de Egipto, que vieron las señales y las plagas (11:3)
No fueron sus hijos los que dieron testimonio del poder de Dios que destruyó al ejército que los siguió en el Mar
Rojo (11:4)
4.2.- Recuerda que has experimentado las grandes obras de Dios (11:7)
a.- Dios nos ha salvado de Egipto, es decir, del mundo con todas sus cargas y cadenas: nos ha salvado
del pecado, la condenación, el infierno por venir. Dios nos ha salvado maravillosamente.
b.- Dios nos guía día a día a través de nuestro caminar por el desierto de este mundo, dándonos una vida
victoriosa. Él nos da la capacidad para conquistar a todos los enemigos, todas las pruebas y tentaciones de esta
vida –que se esfuerzan por destruirnos y dejarnos fuera de la tierra prometida, del cielo.
c.- Dios nos disciplina o castiga, nos corrige cuando lo necesitamos para impedir que dañemos nuestro
testimonio. Dios ha hecho tanto por nosotros que le debemos nuestra obediencia. Debemos amarle y obedecerle.
Debemos recordar el pasado, todas las cosas maravillosas que Él ha hecho por nosotros. Recordar el pasado nos
animará a amarle y obedecerle.
5.- GUARDAR TODOS LOS MANDAMIENTOS DE DIOS (11:8-15)
Moisés sabía que la obediencia era absolutamente esencial para que el pueblo de Dios viviera vidas plenas y
victoriosas. La victoria dependía de la obediencia. A ningún creyente se le permitiría vivir en la tierra de Dios a
menos que obedeciera a Dios. Por esta razón, Moisés exhortó al pueblo a guardar todos los mandamientos de
Dios.
5.1.- Si obedecemos los mandamientos de Dios, seremos lo suficientemente fuertes para conquistar la tierra
prometida (11:8)
Cuando crucemos la tierra, Dios nos dará fuerzas para conquistar a los enemigos que enfrentaremos.
Marcharemos como conquistadores, viviendo vidas victoriosas en la tierra. La obediencia nos hará fuertes,
asegurémonos la fuerza especial de Dios.

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Introducción a Teología Pastoral Gustavo Cardozo

5.2.- Si guardan los mandamientos de Dios, vivirán largo tiempo en la tierra prometida (11:9)
La idea es que los israelitas continuarían poseyendo la tierra prometida y vivirían en ella. Pero si fueran infieles,
desobedientes, entonces otras naciones los conquistarían y los deportarían como esclavos. La desobediencia
causaría la pérdida de la tierra prometida.
5.3.- Si guardan los mandamientos de Dios, la tierra prometida será bendecida y cuidada por Dios y sería
fructífera (11:9-12)
Dios se asegurará de que la tierra fluya leche y miel: La tierra no será un desierto seco como Egipto que tenía
que ser regado (11:10); la tierra tendrá hermosas montañas y valles con suficiente lluvia que proveerá agua más
que suficiente para el pueblo, el ganado, y las cosechas (11:11); la tierra será vigilada día tras día por Dios
(11:12) desde el principio del año hasta el fin.
5.4.- Debemos obedecer a Dios porque la obediencia es la condición para recibir sus bendiciones en la tierra
(11:14,15)
Si fielmente obedecemos a Dios con todo nuestro corazón y alma: El enviará la lluvia a su tiempo (11:14); dará
cosechas abundantes, comida suficiente en los campos y viñas para Su pueblo y el ganado (11:14-15); dará
satisfacción, plenitud para el corazón humano (11:15)
6.- GUARDARNOS DE CULTOS Y DIOSES FALSOS (11:16-17)
Muchas de las personas que rodeaban a los israelitas eran adoradores que siguieron dioses falsos, dioses de su
propia imaginación, ídolos. Era necesario que Moisés advirtiera al pueblo contra la idolatría y el culto falso. Había
el peligro de que se dejaran incitar por sus vecinos para unirse en su culto falso. Era una posibilidad real. Por esta
razón, debían ser advertidos. Si se volvían a la idolatría, el juicio de Dios caería sobre ellos. La ira del Señor los
quemaría y sufrirían pérdida y escasez. El SEÑOR cerraría los cielos para que no lloviera y la tierra no rendiría
ningún producto. Habría sequedad y ninguna siega y agua insuficiente para el ganado. La gente y el ganado
perecerían pronto o estarían obligados a irse de la tierra, buscando agua. El resultado sería muy trágico:
perecerían, perderían la tierra prometida (Deuteronomio 5:7,8)
Sólo el SEÑOR nuestro Dios es real. Él es el Dios verdadero y vivo, que puede ayudarnos en tiempos de
necesidad. Si no le adoramos, entonces no tendremos ayuda. La ayuda del hombre es limitada. El hombre no
puede garantizarnos el brillo del sol ni la lluvia. El hombre no puede garantizar el aire que respira siquiera. Y
ciertamente no puede garantizarnos la vida más allá de este mundo. A lo sumo, la medicina puede extender
nuestras vidas sólo unos pocos años. Debemos, absolutamente debemos, guardarnos de la idolatría y los cultos
falsos. No debemos permitir que el culto falso de nuestros vecinos influya en nosotros (Romanos 1:18, 21-25,; 1
Corintios 6:9-10; Gálatas 5:19-21;1 Juan 5:21; Apocalipsis 21:8; Levítico 26:1; Deuteronomio 7:25; 11:16; Isaías
42:8)
7.- SER DE TESTIMONIO Y TESTIFICAR DEL SEÑOR (11:18-21)
Esto era esencial para cuando los israelitas entraran y se establecieran en la tierra prometida. Por esto, Moisés
habló al corazón del pueblo.
7.1.- Moisés le dijo al pueblo cómo ser testigos del SEÑOR (11:18-20)
Tres pasos eran esenciales:
a.- El creyente debe guardar los mandamientos de Dios en su corazón y en su mente (11:18) Debe
estudiar y vivir la palabra de Dios, aprendiéndolos y memorizándolos (Romanos 10:8-10; Colosenses 3:16; Deut.
6:6; 11:18; Job 23:12; Salmo 119:11, 47, 72, 97, 140)
b. El creyente debe enseñar a sus hijos los mandamientos de Dios (11:19) No importa lo que haga a lo
largo del día, debe hablarle sobre los mandamientos de Dios. Educar a sus hijos es esencial. La Palabra de Dios
debe pasarse de generación a generación. Además, los padres deben hacer de la Palabra de Dios parte de sus
vidas. Deben vivir la verdad ante sus hijos para que vean la importancia de obedecer Dios. Por esta razón, el
creyente debe hablar constantemente los mandamientos cuando se sienta en casa, cuando va por el camino,
cuando se acuesta, y cuando se levanta. Cuando los obedece, será un ejemplo vivo ante sus hijos (Juan 5:39;
20:31; 1 Corintios 10:11; Efesios 6:4; 2 Timoteo 1:5; 3:15; Tito 2:4; 1 Juan 5:13; Deuteronomio 6:6-7; Proverbios
22:6)
c. El creyente debe hacer de su hogar un testimonio fuerte para el SEÑOR (11:20)
Debe escribir los mandamientos en el frente de su casa y en sus puertas. Cuando los vecinos piensen o hablen de
su hogar, el pensamiento dominante va a ser su testimonio por el SEÑOR, que vivimos para el SEÑOR. Los
vecinos sabrán que el creyente y su familia siguen los mandamientos de Dios.(Hechos 4:20; 2 Timoteo 1:8; 1
Pedro 3:15; Salmo 66:16; 145:11; Malaquías 3:16)
7.2.- Cuando el creyente tiene un testimonio fuerte y da testimonio del SEÑOR: ¡Dios le promete que vivirá
permanentemente, mientras los cielos estén sobre la tierra (11:21)
¡Qué maravillosa promesa de Dios! (Mateo 6:20; 25:23; Juan 14:2-3; 2 Corintios 5:1; Hebreos 11:8-10; 11:13-16;
2 Pedro 3:10-13; Apocalipsis 22:14)
8.- SER VICTORIOSO SOBRE TODOS TUS ENEMIGOS (11:22-25)
Dios te ha prometido heredar la tierra, prometió darte la victoria sobre todos tus enemigos. Pero debes saber
esto: la promesa es condicional. Debes obedecer al SEÑOR y sólo a Él. Debes obedecer y amar a Dios, andar en
Sus caminos y aferrarte a Él. Si obedeces a Dios, conquistarás y vencerás a todos tus enemigos no importa cuan
grandes o fuertes sean. El poder de Dios te permitirá conquistarlos. Pero no sólo esto: conquistarás un gran
territorio. Todo lugar que pisen tus pies será tuyo. Mira los límites del territorio prometido a Israel: desde el
desierto del Líbano, y del Río Éufrates hasta el mar occidental (Mar Mediterráneo) (11:24) Dios prometió que los
israelitas serían indetenibles y serían temidos por todos (11:25)
Los enemigos que nos atacan a lo largo de nuestra vida son innumerables. Pero la victoria está asegurada. Dios
promete darnos el poder para conquistar a todos los enemigos que nos confrontan y atacan, para que podamos
caminar triunfalmente como conquistadores a lo largo de nuestra vida. Hay sólo una condición: obediencia a Dios.
Guardar Sus mandamientos, una vida victoriosa es posible, porque somos más que vencedores por medio de
Aquel que nos amó (Romanos 8:37-39; 16:20; Juan 16:33;; 1 Corintios 10:13; Santiago 1:2,5,12; 4:7; 2 Pedro 2:9;
1 Juan 5:4-5; Apocalipsis 3:21; Salmo 44:5)
9.- CONOCER LAS CONSECUENCIAS DE TUS DECISIONES (11:26-32)
Los israelitas estaban en la encrucijada de sus vidas. Tenían que tomar una decisión muy importante. Lo que
decidieran determinaría su destino eterno en la tierra prometida por Dios. Moisés sabía esto. Por consiguiente los
retó:conozcan las consecuencias de sus decisiones, de aquí en adelante serán benditos o malditos.
9.1.- Notemos los hechos y la opción declarada por Moisés (11:26-28)

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Introducción a Teología Pastoral Gustavo Cardozo

Una bendición y una maldición está puesta delante de ti. Estás parado en la encrucijada de la vida, obligado a
escoger qué camino tomar. Está el camino de la bendición, pero también está el camino de la maldición. Serás
bendito si obedeces los mandamientos de Dios. Pero también aseguró, serás maldito si desobedeces los
mandamientos de Dios. Si permites que tus amigos y vecinos sean un obstáculo para ti, serás maldito. Si dejas
que el pecado te seduzca, serás maldito. Si reapartas de los caminos del SEÑOR, serás maldito. Si sigues dioses
falsos o cultos falsos, serás maldito. Ningún mandamiento de Dios debe ser quebrantado. Apartarse de Dios no
será tolerado. Debemos enfrentar el hecho: estamos en la encrucijada de la vida. Debemos tomar la decisión más
importante de nuestra vida: si seremos benditos o malditos.
9.2.- Moisés encomendó a los israelitas una ceremonia para proclamar las bendiciones y maldiciones (11:29-
30)
Debían hacerlo después que entraran en la tierra prometida. Moisés no estaría presente para la ceremonia. Su
cargo sería llevado a cabo por Josué. La ceremonia tendría lugar en dos montañas, el Monte Gerizim y Monte
Ebal. Las bendiciones serían proclamadas en la cima del Monte Gerizim y las maldiciones desde el Monte Ebal
(11:29-30)
9.3.- Moisés estimuló al pueblo (11:31)
Declaró: están a punto de entrar en la tierra prometida. Cruzarán el Jordán y poseerán la tierra. El SEÑOR va a
darles la herencia que ha prometido.
9.4.- Moisés dio un encargo final al pueblo:
Después de conquistar la tierra prometida, asegúrense de escapar de las maldiciones de la desobediencia. La
forma de escapar a las maldiciones es obedecer todas las leyes y mandamientos de Dios (11:32) La obediencia
es el requisito de Dios. Dios exige este acto de Su parte. Empeña tu obediencia a Dios (1 Juan 3:23; Marcos 9:23;
Juan 3:16; 6:35; 12:46; 13:34-35; Romanos 10:13; Santiago 1:25; Apocalipsis 22:14; Exodo 19:5; Deuteronomio
5:29)

La persona que desobedece a Dios será maldecida (Efesios 5:6; 2, Tesalonicenses 1:7-9; Hebreos 2:2-3;
Deuteronomio 11:28; 1 Samuel 12:15)

CONCLUSION: Estamos en el deber de escoger lo que más nos convenga a cada uno. No debemos dejarnos
influenciar por los demás que no quieren conocer o seguir a Dios, pues cada uno dará a Dios cuenta de sí
(Romanos 14:12; Amós 4:12) Estamos en un momento de nuestra vida cuando debemos tomar una decisión
seria acerca de nuestro destino eterno. Si no conoces al Señor como tu Salvador debes reconocerlo ahora mismo,
pues hoy es el día aceptable, hoy es el momento de salvación para ti (2 Corintios 6:2) ¿Cuál será tu respuesta?
Dios te guíe en esta hora al tomar la decisión más importante de tu vida.

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