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Desde Matia nos sentimos en la necesidad de compartir una serie de pautas dirigidas a
personas cuidadoras y a familiares de personas que requieren apoyos y que están
viviendo la actual situación de aislamiento tanto en un centro como en sus hogares.
1. Mantén una rutina cotidiana de contacto. a través de una llamada de teléfono, una
videoconferencia o cualquier otro medio seguro para ti y tu familiar.
2. Procura mantener un tono positivo y afectuoso. Tranquilízale sobre tu estado y el de
las personas que le importan.
3. Anímale a hacer sus rutinas de cuidado personal. Higiene, indumentaria, medicación,
algo de ejercicio,... Si sabes de alguna actividad significativa que suela hacer, invítala a
continuar con ella.
4. Asegúrate de que coma bien y tenga sus medicamentos. Hazle llegar la comida, si es
necesario preparada, y teniendo en cuenta sus preferencias.
5. El entretenimiento es importante. Facilítale las revistas, los periódicos que le gustan.
También puedes llevarle una película o si le gusta la música, un CD.
6. Hazle llegar fotos de familiares, notas de voz, vía WhatshApp… Si no dispone de
WhatsApp puedes hacerle llegar una foto familiar con un mensaje de ánimo por detrás.
Házselas llegar junto con la comida y las medicinas
7. Recuérdale su fortaleza para afrontar situaciones del pasado. Las personas mayores
llevan tras de sí una gran mochila de experiencias y muchas han superado anteriormente
situaciones complicadas.
8. Anímale a contactar con amigas y vecinas. Muchas estarán viviendo situaciones
parecidas y podrán compartir entre sí sus vivencias y preocupaciones.
9. Escúchale y responde sus preguntas. Dale la información que solicita y que le sea de
ayuda.
10. Si es posible, repartir ese contacto con el familiar mayor con entre varios
conocidos. Es bueno para la persona y también para el resto de la familia.
El duelo sin abrazos
SARA LOSANTOS, PSICÓLOGA DE FMLC
Ilustración de © Malagón
Este artículo va dedicado a todas aquellas personas que estos días se están enfrentando a
la pérdida de seres queridos a causa de la epidemia del COVID-19 y no han podido
despedirse ni abrazar a sus familiares, debido a las restricciones impuestas por esta
situación de alarma sanitaria.
Con estas palabras quiero contribuir en lo posible a reducir el impacto que estas circunstancias
excepcionales están generando en todos nosotros, ya que la cuarentena ha transformado el
modo que tenemos de afrontar el duelo y nuestra manera de realizar los ritos de despedida.
Por este motivo, he elaborado una serie de medidas que pretenden paliar los efectos de la falta de
contacto físico durante el aislamiento y dar respuesta a las inquietudes de quienes estéis sufriendo
las consecuencias de esta cuarentena.
Para terminar, quiero recordaros que esto no va a durar para siempre. Llegará el momento en
que volveremos a poder abrazar a nuestros seres queridos, recuperar el contacto físico y, en el
caso de nuestra entidad, retomar las terapias presenciales. Pero, mientras tanto, usemos los
recursos que tenemos a nuestro alcance, que son muchos.
En este contexto, ¿qué ocurre cuando fallece alguien de la familia estando lejos? ¿Qué
características tiene este duelo en la distancia?
Una de las principales complicaciones que atraviesa un doliente que se encuentra lejos de su
familia cuando se produce una pérdida es la lucha contra el sentimiento de incredulidad. Aceptar
la muerte de un ser querido es un proceso complejo, que necesita ser atendido y que requiere
tiempo para poder trabajarlo.
Todos estos factores hacen que la sensación de incredulidad y la lucha con la realidad de la
muerte sea más compleja y se convierta en un camino difícil para el que está fuera, requiriendo
por su parte un extra de atención en su proceso de duelo.
En los casos en los que el doliente no tenga en su entorno a nadie que comparta su misma pérdida
y duelo, tendrá que hacer un esfuerzo de responsabilidad con su propio proceso y hacerse
cargo de su vivencia interna para darle una salida adecuada, ya que, en casos así, es fácil que el
doliente tienda a desatender sus emociones por sentirse solo en el dolor.
En muchos casos, se tiende indirectamente a evitar el contacto con la emoción y, por lo tanto, se
bloquea el proceso de elaboración del duelo.
Cada cultura tiene sus tradiciones y sus maneras únicas de manifestar el dolor y atravesar el
duelo. Al ser la cultura el prisma a través del que observamos la forma en que afronta el duelo
cada doliente -por el cual podemos filtrar si es adecuado o no “cómo” lo está viviendo una persona
concreta-, el hecho de acceder a través de las redes sociales a, como mínimo, una pequeña parte
de la elaboración del duelo tal y como lo vive su comunidad será de gran importancia para el
doliente que está lejos.
Todas estas claves pretenden servir de orientación a las personas que han sufrido la pérdida de un
ser querido o intentan ayudar a una persona doliente de su entorno. Para saber más o
para solicitar ayuda psicológica gratuita, no dude en consultar nuestra página web:
www. fundacionmlc.org