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TRABAJO PRÁ CTICO DE PROMOCIÓ N

PSICOLOGÍA DEL DESARROLLO Y LA SUBJETIVIDAD

Estudiantes (Comisió n 4):

 Germá n Ferná ndez Verdú n.

 Juan José Ostroff

 Priscila Alderetes

Fecha de entrega: Hasta 4 de diciembre de 2020.


PSICOLOGÍA DEL DESARROLLO Y LA SUBJETIVIDAD

Guía para la realización del trabajo requerido a fin de obtener la promoción

El trabajo consistirá en la problematización, análisis o reflexión de un tema del segundo eje


del programa: Eje B: Subjetividad y Momentos Evolutivo (mujeres, familia,
constitución psíquica de la niñez, adolescencia y procesos de envejecimiento) Para tal
fin les ofrecemos un listado de películas que tratan sobre algunos de los temas
mencionados. Recomendamos una película para este trabajo ya que consideramos que
dicho soporte audio visual brinda más posibilidades de establecer articulaciones con las
categorías trabajadas. Si algunx estudiante no tiene la posibilidad de mirar una película
puede utilizar una nota de opinión, interés o investigación de las revistas electrónicas: El
gato y la caja https://elgatoylacaja.com/, Revista Anfibia http://revistaanfibia.com/ Revista
Sudestada https://www.revistasudestada.com.ar/ (u otras a las que se pueda acceder)

1) El trabajo deberá dar cuenta de la lectura, comprensión y articulación de la


bibliografía de la materia, deberá ser original e inédito. Preferentemente en grupo
de hasta tres estudiantes. Sólo usar la bibliografía de la materia, se pueden utilizar
textos no trabajados y que figuren en el programa, nos pueden pedir material si no
está disponible en los archivos del Facebook.

2) FORMATO y FECHA DE ENTREGA

 La organización del mismo es a elección, respetando las pautas académicas. La


extensión alrededor de 3/4 páginas.

Enviarlos a esta dirección: silvinarivas@hotmail.com

Películas sugeridas
Un asunto de familia dirigida por Hirokazu Koreeda
Nadie sabe dirigida por Hirokazu Koreeda
The Kid (1921) de Charles Chaplin
La guardería de Virginia Croatto
Pupille (En buenas manos) Jeanne Herry.
Diecisiete dirigida por Daniel Sánchez Arévalo
The Florida Project  dirigida por Sean Baker y escrita por Chris Bergorch
Ya no estoy aquí dirigida por el mexicano Fernando Frías
Elsa y Fred dirigida por Marcos Carnevale
Sol de otoño dirigida por Eduardo Migñona
Going in Style (Un golpe con estilo) dirigida por Zach Braff 
Pibe chorro dirigida por Andrea Testa
Little Miss Shine  dirigida por Jonathan Dayton y Valerie Faris.
Nietos dirigida por Benjamín Acuña
La fuente de las mujeres dirigida por Radu Mihăileanu,
Las sufragistas  dirigida por Sarah Gavron 
Si nos remontamos a los lineamientos de Silvina Rivas, en orden de constituir el
psiquismo del niño, es fundamental pensar la interacción y el lazo que mantiene con el
Otro. El primer Otro es la madre, quien va a cumplir la función de cuidadora primaria, para
la supervivencia del individuo y quien “imprime al aparato psíquico una marca
estructural”. Además, se toma en cuenta la constitución del aparato psíquico en relación a
la coyuntura social e historia personal del individuo, ya que el entorno en el que se
desarrolla afecta a la constitución de la subjetividad del niño, en la medida que “el infans
adviene a un mundo familiar y social que lo antecede”. En la película “The Florida
Project”, podemos ver estas conceptualizaciones desde, según nuestras consideraciones, un
punto de vista negativo. Primeramente, la película plantea un escenario donde los niños
protagonistas viven en las cercanías de Disney World (hotel Magic Castle o Castillo
Mágico”). Dichas cercanías se caracterizan por ser barrios de alta peligrosidad, en la
medida que las confrontaciones callejeras y la criminalidad abundan. En el motel Magic
Castle, la protagonista Moonee vive con su madre Halley. Halley es una joven adulta de 22
años, quien constantemente tiene entrevistas fallidas con trabajadores sociales para aplicar
por programas sociales, las conocidas TANF estadounidenses (Temporary Assistance for
Needy Familys = Asistencia Temporal para Familias Necesitadas) debido a que perdió su
empleo como bailarina exótica, por lo que la subsistencia tanto de ella como de su hija
corren peligro. Mientras tanto, Moonee constantemente absorbe este entorno que se le
presenta, normalizando situaciones que contradicen diversos parámetros del imaginario
social estadounidense. Sus encuentros con diversos Otros distan de ser afectuosos o
amistosos, a excepción de su pequeño círculo de amistad conformado por Scooty, Dicky
(que viven también en el motel Magic Castle) y Jancey (quien vive en un motel colindante,
Futureland). Debido a este círculo de amistad, Moonee ignora la realidad que se le
presenta, ya que pasa la mayoría del tiempo realizando travesuras con los niños. Sin
embargo, diversas características del lugar se van incorporando a la subjetividad de
Moonee. Por ejemplo, en varias ocasiones a lo largo de la película, Monee naturaliza la
situación de precariedad en la que viven sus vecinos, así como también normaliza diversas
manifestaciones de la cuestión social que se suscitan en torno a ella. Esto puede
vislumbrarse cuando le presenta Magic Castle a Lancey, diciendo que tiene vecinos que
“los arrestan todo el tiempo” o que tiene una vecina “que cree que está casada con Jesús”.
Asimismo, Halley envía a Moonee en reiteradas ocasiones a pedir comida a un restaurante
donde trabaja Ashley (madre de Scooty), demostrando la situación al límite en la que
viven. Monee se toma esto con gracia, pensando en esto como una mera aventura con
amigos.
Asimismo, la relación que mantienen Halley y Moone es fundamental para el
entendimiento de la película, y de las acciones que se producirán en el último tramo de la
misma. Nuevamente, debemos entender que la constitución del aparto psíquico no puede
ser pensado sin el encuentro del Otro. La madre como cuidadora primaria, tiene la misión
de imprimir en el niño las leyes del lenguaje y del sentido. Por lo tanto, la madre será en
primera medida la persona que interprete los diferentes procesos por los cuales el niño se
desenvuelva. Esta es la violencia primaria de la cual también habla Aulagnier, en tanto la
madre será la que se anticipará a las posibilidades de entendimiento del niño satisfaciendo
sus necesidades y trasmitiendo sentidos, afecto y cultura. Sin embargo, debido a los
continuos esfuerzos de Halley por solventar las problemáticas que se le presentan, su rol
como madre se ve trastocado, en la medida que Moone irá tomando como referentes del
lenguaje y de los sentidos al entorno que la rodea, apropiándose de los parámetros que
rigen en las cercanías del motel, y poniendo en práctica diversos comportamientos que
rozan con la criminalidad. Si bien, al principio del largometraje, Moone comete travesuras
propias de un infante (con ayuda de sus amigos mencionados anteriormente), Halley no
hace reparos de los mismos, minimizando estas situaciones, o incluso, dándole fuerzas a
Moone para realizar otras. Por lo tanto, Halley falla en una conceptualización importante
que plantea Freud en la consolidación del aparato psíquico: la necesidad del auxilio
exterior para ordenar las excitaciones y descargas de energía. Freud entiende que en el
cuidado del niño, el Otro debe ordenar sus impulsiones emocionales y/o pulsiones,
estableciendo una relación de asistencia asociada al amor con la madre. Esa experiencia
deja en el niño un recuerdo placentero, que no se volverá a repetir en los años posteriores
de forma taxativa, sino que quedará grabado en la memoria del niño como un patrón
uniforme, por lo que si se volviera a repetir este circuito mencionado, la satisfacción
producida en primera medida sería ahora una suerte de alucinación. Por lo tanto, Halley no
cumple con esta misión que se le encomienda al Otro. Por ejemplo, al principio de la
película Moonee se encuentra con sus amigos escupiendo un auto de una señora de
FutureLand, sin ninguna razón aparente, lo cual genera un altercado entre los padres de los
niños y la dueña del auto. Halley desestima la situación brevemente, mientras que la que
impone un determinado castigo (limpiar el auto) es la dueña anteriormente mencionada.
Aquí se produce una suerte de cambio de roles en relación al Otro, tomando el comando de
reprimir esa pulsión la señora. Paralelamente, el padre de Dicky castiga severamente al
mencionado, impidiéndole juntarse con sus amigos. Mientras tanto, Ashley reprende a
Scooty, y comienza a preguntarse si está haciendo lo correcto al permitirle a su hijo
mantener un vínculo con Moonee y en consecuente, con Halley. Con estas comparaciones,
podemos visualizar con claridad la manera en que se encarna el rol del Otro primario sobre
el niño, siguiendo de esta manera los lineamientos de Freud.
Asimismo, mientras se desarrolla la trama, denotamos que es común que Halley no
ponga un alto a su hija en sus comportamientos. Bobby, el gerente del motel, comienza a
enumerar situaciones que han sobrepasado su rol como administrador (pez muerto en la
piscina, apago de la luz desde el generador, pisos sucios por helados, etc) a lo que Moonee
ríe con estridencia, mientas Halley justifica sus acciones.
Sin embargo, cabe recalcar que no es solo Moonee la que comienza a absorber el
entorno donde viven. Por ejemplo, el padre de Dicky en un momento comienza a vender
los juguetes de este debido a que planean una mudanza. Scooty aprovecha la situación,
pero en vez de llevarse un juguete, elige un encendedor, aunque parece que no entendiera
el porqué de su elección. Es aquí primordial entender que la subjetividad de los niños pone
en juego el desarrollo de sus comportamientos, y que Dicky en ese momento comienza a
denotar su propia singularidad, aunque evidentemente esta se vislumbra de una manera
intrínseca al desarrollo de sus capacidades. Por otro lado, Lancey es dubitativa con las
acciones que toman los niños, debido a que el entorno que ella absorbe no es tan
perjudicial como el de los otros, además de que su madre impone sobre ella una gran
presencia protectora, por lo cual evidencia una mayor capacidad de discernimiento sobre
las acciones que realizan en conjunto.
Como punto de inflexión, Moone y los niños van hacia un condominio abandonado
donde vuelven a cometer travesuras. Esta vez, destrozan lo que queda dentro del mismo, y
deciden, por decisión de Scooty, prender fuego la chimenea (con el encendedor que había
logrado obtener producto de la subasta del padre de Dicky). Rápidamente, el fuego se
esparce. Moone les dice, luego de volver a Magic Castle, que deben permanecer callados,
entendiendo por esta vez que la situación se salió de control. Mientras tanto, Halley ve una
gran nube de humo proviniendo del condominio, a lo que invita a Moonee a verlo juntas.
Al margen de esta situación, Ashley sospecha rápidamente que Scooty tuvo algo
que ver, lo reprende y le impide volver a juntarse con Moonee, debido a que comprende
que al estar cerca de ella, tiende a desvíar su comportamiento y traerse problemas consigo.
Nuevamente, Ashley denota una capacidad de actuar en relación con su hijo, desde el
proceder del Otro, de aquel que debe llevar una responsabilidad para con el niño en el
desarrollo del aparato psíquico del mismo, y de esta manera, va implantando en Scooty las
formas en las que se desarrolla el mundo externo.
Esta situación conlleva a que Halley, enfurecida con el trato que ha realizado
Ashley con Scooty, confronte a la primera en un altercado violento enfrente de su hijo
(quién testifica la escena, con la imposibilidad de reaccionar de alguna forma). El ataque,
asimismo, se produce bajo una premisa mucho más fuerte que el distanciamiento que
empiezan a tener Ashley y Scooty respecto de Halley y Moonee. Halley se encuentra
desbordada por diversas problemáticas en su vida: ha sido despedida del trabajo, ha estado
en confrontación con las fuerzas policiales en varias ocasiones (en un momento, le explica
a Moonee que no puede ser arrestada de nuevo) y en consecuencia de no poder proveer la
subsistencia necesaria para mantener a Moonee, se ve obligada a comenzar a ejercer la
prostitución. Asimismo, a lo largo del film, podemos denotar que Halley no sabe cómo
comportarse ante las diferentes situaciones que se le presentan, llevándole la contraria en la
mayoría de estas ocasiones a Bobby, que (si nos atenemos a conceptualizaciones que
realiza Freud en su texto “El Malestar de la Cultura”) de alguna manera personifica a la ley
dentro del lugar en donde viven. Por consiguiente, tampoco sabe cómo impartir realmente
su rol como madre (cuidadora primaria) sobre Moone, aunque acepta con naturaleza su
condición como progenitora (no es desdicha con Moone, sino que intenta por diversos
medios lograr que su hija sea feliz, aunque las condiciones del mundo externo trastoquen
este plan). Por lo tanto, se puede dilucidar que Halley actúa de este modo, debido a que no
ha tenido un encuentro con el Otro de una manera que permitiera una concepción positiva
del mundo que la rodea (coyuntura social e histórica determinada en relación a su modo de
vida), así como también, se debe haber producido una impronta negativa en la estructura de
su aparato psíquico que la lleva a accionar y reaccionar de maneras muy específicas ante
diversas situaciones. De este modo, Halley reproduce esta consolidación de su propio
aparato psíquico a Monee, lo que explicaría en ulterior medida los primeros
comportamientos “desviados” de esta.
Al final de la película, Ashley denuncia a Halley por lo acontecido (además, se deja
entrever que también la denuncia por haber ejercido la prostitución en Magic Castle).
Miembros del Servicio Social se informan de todo lo ocurrido, por lo que deciden de actuar
de inmediato. Los profesionales deciden separar a Moonee de Halley, entendiendo que la
niña no vive en un ambiente seguro para su edad. Moonee procede a despedirse de Scooty,
quién le desea lo mejor con su nueva familia. Aterrada con esta afirmación, Moonee
discierne sobre lo que de verdad está aconteciendo (no había caído en cuenta sobre la
gravedad del asunto, ya que estaba sumergida en sus fantasías), por lo que va a buscar a
Lancey, y le pide que la acompañe a Disney. La película termina con las dos huyendo de
Servicio Social y la policía, irrumpiendo en Disney World, dispuestas a ignorar la realidad
que les es presentada.
Bibliografía
 Ficha de cátedra: Constitución del Psiquismo Infantil

 -Fernández, Ana: (1993) Cap. 10: “Poder e imaginario social” en La mujer de la ilusión.
Buenos Aires: Paidós.

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