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Lic. Psicología
Alumnas: Fernández Nis, Giuliana; Oddi Farías, Bianca; Páparo Barranco, Selena & Walter
Motta Victoria
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Introducción:
realizar una articulación teórica de la película “Canino” (2009), dirigida por Yorgos
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Desarrollo:
La película Canino se trata de un padre, una madre y sus tres hijos viven a las afueras de una
ciudad. Su casa está rodeada por un alto muro. Los niños nunca han salido de allí. Su
educación, sus aficiones, sus diversiones, su aburrimiento, su estado físico... todo se ajusta al
modelo impuesto por los padres, sin ninguna huella del mundo exterior. La mayor, la menor y
el hijo son tres hermanos adolescentes que viven, por decisión de sus padres, encerrados en
su propia casa, rodeados de un muro que les impide ver el exterior. Sólo hay una persona que
les visita, Christina, una guardia de seguridad en la empresa del padre, a la que éste paga para
que el hijo pueda "desahogarse" con ella. El resto del día viven jugando (pueden hacer
deporte, nadar, ver vídeos caseros) o educándose, a través de cintas de cassette que sus padres
les graban con las nuevas palabras a aprender, como "Mar es una butaca de cuero", o
"excursión es un material muy resistente con el que se fabrica el suelo". Compiten por ver
quién gana más pegatinas, premio al que ha realizado mejor un ejercicio impuesto por el
padre, y sueñan con que caigan aviones al suelo del jardín, uno de los juguetes más preciados.
Es únicamente cuando Christina hace un regalo del exterior a la mayor, que este mundo
Aquí se mezclan varias de las reflexiones de las que hablábamos al inicio: la primera, como
un carácter autoritario como el del padre puede llegar a someter tanto a su mujer como al
resto de la familia. El patriarca decide el futuro de sus hijos, adiestrandolos como si fuesen
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imprescindible, en superior. Así, sus hijos son como robots (incluso hablan y actúan como
Para comenzar el trabajo, se tomará a Lacan con respecto al Complejo de Edipo. Al comienzo
de la clase IX, Lacan empieza hablando de la función del padre, y de su lugar, un lugar
bastante amplio en la historia del análisis. Se encuentra en el corazón del Edipo, y ahí es
donde se la ve presentificada.
estructura moral del sujeto, en sus relaciones con la realidad, sino en la asunción de su sexo.
Así, la cuestión de la genitalización es doble. Hay, por un lado, un crecimiento que acarrea
una evolución, una maduración. Hay, por otro lado, en el Edipo, asunción por parte del sujeto
de su propio sexo, es decir, lo que hace que el hombre asuma el tipo viril y la mujer asuma
cierto tipo femenino, se reconozca como mujer, se identifique con sus funciones de mujer. La
virilidad y la feminización son los dos términos que traducen lo que es esencialmente la
función del Edipo. Aquí nos encontramos en el nivel donde el Edipo está directamente
Menciona que no se puede hablar del Edipo si no está el padre, e inversamente, hablar de
Edipo es introducir como esencial la función del padre, porque es una y la misma cosa.
Entonces, se pregunta: ¿puede constituirse de forma normal un Edipo cuando no hay padre?
Puede decirse que es del todo posible, concebible, se entiende y se comprueba por
experiencia, que el padre existe aún sin estar, lo cual nos incita al punto ambientalista de la
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función del padre. Hablar de la carencia del padre en la familia no es hablar de la carencia en
el complejo.
norma. Según Lacan, el padre interviene en diversos planos. De entrada, prohíbe a la madre.
Este es el fundamento, el principio del complejo de Edipo, ahí es donde el padre está
representar esta interdicción. A veces ha de manifestarse de una forma directa cuando el niño
abandona sus expansiones, manifestaciones, tendencias, pero ejerce un papel mucho más allá
de esto.
Lacan manifiesta que la castración tiene aquí un papel manifiesto y cada vez más confirmado,
el vínculo de la castración con la ley es esencial. La relación entre el niño y el padre está
experiencia del Edipo, y como una represalia dentro de una relación agresiva. Esta agresión
parte del niño, porque su objeto privilegiado, la madre, le está prohibido, y va dirigida al
las suyas, pero que parten de sus propias tendencias agresivas. En suma, el temor
experimentado ante el padre es netamente centrífugo, quiere decir que tiene su centro en el
sujeto.
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Pero en la película, ¿se puede ver la interdicción del padre respecto al incesto? ¿El padre
película podemos ver que se producía una situación en donde el padre llevaba a Christina ,
guardia de seguridad, a su casa para que tenga relaciones sexuales con su hijo más grande,
pero hubo un conflicto entre esta mujer y la familia y no permitieron que vuelva a la casa.
Entonces él rompe su propia regla y le permite a su hijo que elija a una de sus hermanas para
que tenga relaciones con ella, él padre considera que su hijo necesita tener relaciones
Se puede ver claramente que la interdicción del incesto no se encuentra presente en este caso.
Con respecto al incesto, Freud expresa que lo más fácil para el niño será elegir como objeto
sexual a las personas que ha amado y ama desde su niñez. Más por la avanzada época que
tiene lugar a la maduración sexual es necesario alzar; al lado de otros diques sexuales, los que
han de oponerse a la tendencia al incesto; esto es, inculcar al niño aquellos preceptos morales
que excluyen de la elección de objeto a las personas queridas durante la niñez, y a los
parientes consanguíneos. El respeto de estos límites es, ante todo, una exigencia civilizadora
son necesarios para la constitución de unidades sociales más elevadas, y actúa, por tanto, en
niñez con la familia. En lo que respecta a la siguiente pregunta, podemos decir que en
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En Tótem y tabú (1913), Freud trata de aplicar el método del psicoanálisis a un estudio
sociedades humanas, las sociedades salvajes contemporáneas y los pacientes neuróticos. Así,
las dos primeras tienen formas equivalentes de organización social y religiosa, esto es: el
totemismo. El tótem establece los límites sociales de cada tribu y genera un vínculo no
consanguíneo entre sus miembros que determina la prohibición de las relaciones sexuales
clara al observar que los primeros deseos sexuales del hombre son siempre de naturaleza
Siguiendo lo planteado por Freud en Tótem y Tabú, él examina las costumbres de los
primeros habitantes de Australia, los cuales se han fijado como meta, con el mayor cuidado y
En lugar de las instituciones religiosas y sociales que les faltan, se hallan en los australianos
en el sistema del totemismo. Casi en todos los lugares donde rige el tótem existe también la
norma de que miembros del mismo tótem no entren en vínculos sexuales recíprocos, vale
decir, no tienen permitido casarse entre sí. Es la exogamia, conectada con el tótem. Esta
exogamia logra más, y por tanto se propone algo más, que prevenir el incesto con la madre y
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hermanas. También impide al varón la unión sexual con cualquier mujer de su propia estirpe,
o sea, con cierto número de personas del sexo femenino que no son sus parientes
justificativo psicológico de esta limitación enorme, que va mucho más allá de todo cuanto los
pueblos civilizados conocen en este aspecto. Uno sólo cree comprender que el papel del
tótem (animal) como antepasado es tomado bien en serio. Todos los que descienden del
mismo tótem son parientes por la sangre, forman una familia, y en esta aun los grados de
Así pues, estos salvajes nos muestran un grado insólitamente alto de horror o sensibilidad al
En “el mito de la horda primitiva”, las primeras sociedades humanas se organizaban en torno
a un Padre Terrible, que no puede ser llamado “padre”, sino más bien un macho alfa que
gozaba de todas las mujeres y hombres del clan, reproduciéndose con todas las hembras. Los
hermanos se unen para darse fuerza y poder matar al jefe de la horda, severo y celoso. Luego
comieron su cadáver para identificarse con él y que cada uno tuviese un poco de la fuerza del
padre.
Pero como los hermanos también amaban al padre vino luego el arrepentimiento, naciendo
había sido en vida. Desde esta conciencia de culpa por el asesinato del padre por parte de los
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a) No matarás al animal totémico: no repetirás el asesinato del padre, porque si otro macho
ocupa el lugar del padre entonces hay que matarlo por ser el macho dominante.
b) Prohibición del incesto: no gozarás de las mujeres del clan (ya que era lo que el padre
originalmente prohibía), las mismas se reparten y existe una que es prohibida (exogamia).
exogámicas, salvo en un primer momento la que mantenía el hijo con Christina, que deriva
Padre, en los individuos no se crea una cultura que implica la exogamia, como sí ocurre con
la tribu de la cual habla Freud en Tótem y Tabú, ya que la introyección de La Ley Paterna de
Prohibición del Incesto, posibilita que los clanes deben aliarse con otros clanes para
Según Lacan, el padre prohíbe al niño pequeño hacer uso de su pene en el momento en que
dicho pene empieza a manifestar sus veleidades. Se trata, pues, de la prohibición del padre
con respecto a la pulsión real. En la película se puede ver que el padre incitaba en todo
momento a que el hijo se satisficiera teniendo relaciones sexuales con Christina y luego con
padre.
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¿Qué es lo que prohíbe el padre? En el primer nivel prohíbe a la madre. En cuanto objeto, es
suya, no es del niño. En este plano es donde se establece, al menos en una etapa, tanto en el
niño como en la niña, aquella rivalidad con el padre que por sí misma engendra una agresión.
El padre interviene como provisto de un derecho, no como un personaje real. Aquí es el padre
en cuanto simbólico el que interviene en una frustración, acto imaginario que concierne a un
objeto bien real, la madre, en tanto que el niño tiene necesidad de ella.
que conduce a la formación del ideal del Yo. En la medida en que el padre se convierte, de la
forma que sea, por su fuerza o debilidad, en un objeto preferible a la madre, puede
Lacan se pregunta: ¿Qué es el padre? El padre no es un objeto real, aunque deba intervenir
como objeto real para dar cuerpo a la castración. No es tampoco un objeto ideal. El padre es
el padre simbólico, es una metáfora. ¿Y qué es una metáfora? Es un significante que viene en
lugar de la madre, S en lugar de S´, la madre en cuanto vinculada ya con algo que era x, es
simbolizar.
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¿Cuál es el significado? ¿Qué es lo que quiere? La madre le da vueltas a la x, el significado.
En primer lugar, si el niño es llevado a preguntarse lo que significa que ella vaya y venga, es
El niño, con más o menos astucia o suerte, puede llegar a entrever muy pronto lo que es la x
imaginaria, y, una vez lo ha comprendido, hacerse falo. Pero la vía imaginaria no es la vía
El elemento significante intermedio cae, y la S entra por vía metafórica en posesión del
primordial entre el niño y la madre, poner al padre, en cuanto símbolo o significante, en lugar
de la madre. Al hablar de metáfora paterna Lacan está hablando del complejo de castración.
“El padre, para nosotros, es, es real. Pero no olvidemos que solo es real para nosotros en
tanto que las instituciones le confieren, yo no diría siquiera su papel y su función de padre,
La posición del Nombre del Padre, la calificación del padre como procreador, es un asunto
que se sitúa en el nivel simbólico. Puede realizarse de acuerdo con las diversas formas
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significante. Por el solo hecho de que instituye un orden simbólico, algo corresponde o no a
la función definida por el Nombre del Padre, y en el interior de esta función introducen
significaciones que pueden ser distintas según los casos, pero que en ningún caso depende de
real a partir del momento en que hay cadena significante, articulación de una palabra.
Hay una relación entre el ternario simbólico y el ternario imaginario, en tanto que el niño
cosa. En el deseo del niño, el de él, este ser es esencial. ¿Qué desea el sujeto? No se trata
Desde esta primera simbolización en la que el deseo del niño se afirma, se esbozan todas las
En consecuencia, se abre una dimensión por la cual se inscribe virtualmente lo que desea
objetivamente la propia madre en cuanto ser que vive en el mundo del símbolo, en un mundo
donde el símbolo está presente, en el mundo parlante. Aunque solo viva en él de forma
parcial, aunque sea, como a veces sucede, un ser mal adaptado a ese mundo del símbolo o
que ha rechazado alguno de sus elementos, esta simbolización primordial le abre a pesar de
todo al niño la dimensión de algo distinto, como se suele decir, que la madre puede desear en
el plano imaginario.
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Así es como el deseo de Otra cosa hace su entrada de una forma todavía confusa y
Hay en ella el deseo de Otra cosa distinta que satisfacer mi propio deseo, cuya vida empieza a
palpitar. Ese algo más que hace falta es precisamente la existencia detrás de ella de todo el
orden simbólico del cual depende, y que, como siempre, está más o menos ahí, permite cierto
El deseo de la madre, que es el deseo del Otro, tiene un más allá. Y solo para alcanzar este
más allá se necesita una mediación, y esta mediación la da precisamente la posición del padre
en el orden simbólico.
El padre, en tanto que priva a la madre del objeto de su deseo, especialmente del objeto
fálico, desempeña un papel del todo esencial, no en las perversiones sino en toda la neurosis y
a lo largo de todo el curso, aunque sea el más sencillo y normal, del complejo de Edipo.
De lo que se trata es del nivel de la privación. El padre priva a alguien de lo que a fin de
cuentas no tiene, es decir, de algo que solo tiene existencia porque lo hace surgir en la
Está claro que el padre no puede castrar a la madre de algo que ella no tiene. Para que se
establezca que no lo tiene, eso ya ha de estar proyectado en el plano simbólico como símbolo.
Pero es, de todas formas, una privación, porque toda privación real requiere la simbolización.
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comprueba. Esta privación, el sujeto infantil la asume o no la asume, la acepta o la rechaza.
Este es el punto nodal. No importa como algo esencial, es decir que no coincide, con aquel
momento cuya clave se busca, el declive del Edipo, su resultado, su fruto en el sujeto, la
identificación del niño con el padre. Pero hay un momento anterior, cuando el padre entra en
función como privador de la madre, es decir, se perfila detrás de la relación de la madre con
el objeto de su deseo como el que castra y lo que es castrado, en este caso, no es el sujeto, es
la madre.
La experiencia demuestra que si el niño no acepta la privación del falo en la madre operada
por el padre, mantiene una determinada forma de identificación con el objeto de la madre.
En el plano imaginario, para el sujeto se trata de ser o no ser el falo. La fase que se ha de
sabe que de él dependen estos dos hechos: por una parte, que el niño se convierta en un
hombre, por otra parte, que la niña se convierta en una mujer. En ambos casos, la cuestión de
tener o no tener se soluciona por medio del complejo de castración. Lo cual supone que, para
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Este es un paso que se ha de franquear y en el que ha de intervenir en algún momento,
A partir de ahora, cuando se trata de tenerlo o no tenerlo, nos vemos obligados a tener en
cuenta al padre. En primer lugar, es preciso, que esté fuera del sujeto, constituido como
¿Qué hay del padre real en cuanto capaz de establecer una prohibición? Para prohibir las
primeras manifestaciones del instinto sexual que alcanzan su primera madurez en el sujeto,
madre sus buenos oficios, no se tiene ninguna necesidad del padre. Con la madre basta
perfectamente para mostrarle al niño hasta qué punto lo que le ofrece es insuficiente, y basta
Sin embargo, el padre entrará en juego, como portador de la ley, como interdictor del objeto
que es la madre. Esto es fundamental, pero queda del todo fuera de la cuestión tal como el
niño la pone en juego efectivamente. Se sabe que la función del padre está vinculada con la
interdicción del incesto. Hace de obstáculo entre el niño y la madre, es portador de la ley,
pero de derecho, mientras que de hecho interviene de otra forma, y es también de otra forma
como se manifiestan sus faltas de intervención. En otras palabras, el padre en tanto que es
culturalmente portador de la ley, el padre en tanto que está investido del significante del
padre, interviene en el complejo de Edipo de una forma más concreta. En este nivel es donde
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Por eso el niño, que ha constituido a su madre como sujeto sobre la base de la primera
Lo que cuenta es la función en la que , en primer lugar el Nombre del Padre, únicamente
significante del padre, en segundo lugar la palabra articulada del padre, en tercer lugar la ley
en tanto que el padre está en una relación más o menos íntima con ella. Lo esencial es que la
madre fundamenta al padre como mediador de lo que está más allá de su ley, la de ella, y de
su capricho, a saber, pura y simplemente, la ley propiamente dicha. Se trata del padre en
cuanto Nombre del padre, estrechamente vinculado con la enunciación de la ley, como nos lo
En el primer tiempo y en la primera etapa, se trata de que el sujeto se identifica en espejo con
paterna actúa en sí, al estar la primacía del falo ya instaurada en el mundo por la existencia
impide que el padre exista en la materialidad mundana, es decir en el mundo, debido a que
esté reina la ley del símbolo, por eso la cuestión del falo ya está planteada en algún lugar de
En segundo lugar, el padre se afirma con su presencia privada, en tanto que es quien aporta la
ley, y esto ya no se produce de una forma velada sino de una forma mediada por la madre,
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En el tercer tiempo, el falo, el padre ha demostrado que lo daba solo en la medida en que es
portador de la ley. De él depende la posesión o no por parte del sujeto materno de dicho falo.
El padre se revela en tanto que él tiene. Es la salida del complejo de edipo. Dicha salida es
interviene como quien lo tiene. Esta identificación se llama Ideal del Yo.
La salida del complejo de Edipo es, distinta para la mujer. Para ella, esta tercera etapa es
mucho más simple. Ella no ha de enfrentarse con esa identificación, ni ha de conservar ese
título de virilidad. Sabe dónde está eso y sabe dónde ha de ir a buscarlo, al padre, y se dirige
El padre es, en el Otro, el significante que representa la existencia del lugar de la cadena
El padre está en una posición metafórica y sólo si la madre lo convierte en aquel que con su
Así es como puede ser franqueado el tercer tiempo del complejo de Edipo, o sea, la etapa de
la identificación en la que se trata para el niño de identificarse con el padre como poseedor de
Llegado el final de la explicación del complejo de Edipo según Lacan, nos planteamos lo
siguiente: sin dudas se puede ver en la película al padre como portador de la ley, ya que era el
que ordenaba en la familia, la figura autoritaria de dicho núcleo familiar, el que decide el
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Aunque el carácter del padre sea obsesivo, hay algo en su vida que le empujó a proteger a sus
hijos. Así, vemos como el padre tiene verdadero miedo a su entorno, a la sociedad, a un
mundo en el que, seguramente, él no puede ser nadie destacable, y por eso necesita adiestrar a
continua para dar explicación a los sucesos “extraños”, que irremediablemente acceden desde
el peligroso exterior.
cuando aparecen escenas de sexo, es algo mecanizado, frío sin sentimientos ni emoción.
Cuando los padres hacen el amor, es también un acto mecánico, sin emoción, se taponan los
oídos como una forma más de aislamiento. Hay ciertos toques de contactos pseudoeróticos,
como el lamer.
El padre ejerce una educación machista en la que la mujer sirve al hombre, siendo su
sobreprotegido el hijo, el único que tiene derecho a complacerse con una mujer del exterior,
mientras que las hijas no gozan del mismo derecho (pasan la aspiradora), es más, son objetos
podemos ver que el padre no cumple el papel de castrador, ya que incentiva en todo momento
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En este momento podemos ver que no prohíbe la interdicción del incesto, lo cual-retomando
está vinculado el padre con la ley. La madre es sumisa ante los actos de su marido dejando
entrever que es un mundo creado por él y sólo él tiene derecho a salir del mismo.
en,por ejemplo, las relaciones sexuales que hubo entre el hermano y la hermana, es más, lo
promovió. Todo iba dirigido al padre, si bien había pocas “señales” de cariño de parte de los
hijos hacía el padre (por ejemplo, cuando una de sus hijas le lamía el pecho), si se mostraba
Freud explica que el complejo de Edipo revela cada vez más su significación como fenómeno
central del período sexual de la primera infancia. Después cae sepultado, sucumbe a la
represión. La niñita, que quiere considerarse la amada predilecta del padre, forzosamente
tendrá que vivenciar alguna seria reprimenda de parte de él, y se verá arrojada de los cielos.
El varoncito, que considera a la madre como su propiedad, hace la experiencia de que ella le
quita amor y cuidados para entregárselos a un recién nacido. Esto lo pudimos pensar en
función de una escena de la película donde muestra a la madre contándole a sus dos hijas que
espera dos bebés, ellas reaccionaron con sorpresa y empezaron a decir que no querían
compartir sus habitaciones, ni sus cosas. La madre las amenaza diciendo que mientras se
Según Freud, el complejo de edipo ofrece al niño dos posibilidades de satisfacción, una activa
y una pasiva. Pudo situarse de manera masculina en el lugar del padre, y como él, mantener
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comercio con la madre, a raíz de lo cual el padre fue sentido pronto como un obstáculo; o
quiso sustituir a la madre y hacerse amar por el padre, con lo cual la madre quedó sobrando.
Con respecto a la película, esto lo pudimos relacionar en la escena donde el hijo mayor se
levanta en medio de la noche luego de tener una pesadilla y recurre al padre en busca de
consuelo, por lo que se acuesta al lado suyo en la cama, y lo abraza, quedando la madre al
otro costado.
En cuanto a la naturaleza del comercio amoroso satisfactorio, el niño solo debe tener
representaciones muy imprecisas; pero es cierto que el pene cumplió un papel, pues lo
atestiguan sus sentimientos de órganos. No tuvo aún ocasión alguna para dudar de que la
intelección de que la mujer es castrada, puso fin a las dos posibilidades de satisfacción
derivadas del complejo de edipo. En efecto, ambas conllevan la pérdida del pene; una, la
amorosa en el terreno del complejo de Edipo debe costar el pene, entonces por fuerza
estallará el conflicto entre el interés narcisista en esta parte del cuerpo y la investidura
libidinosa de los objetos parentales. Las investiduras de objeto son resignadas y sustituidas
forma ahí el núcleo del superyó, que toma prestada del padre su severidad, perpetúa la
objeto.
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Con respecto a las dos hijas nos preguntamos: ¿cómo fue su complejo de Edipo? Según
de latencia. El clítoris de la niña se comporta al principio como un pequeño pene, pero ella,
por la comparación con un compañero de juegos, percibe que es “demasiado corto”, y siente
este hecho como un perjuicio y una razón de inferioridad. Durante un tiempo se consuela con
la expectativa de que después, cuando crezca, ella tendrá un apéndice tan grande como el de
un muchacho. Pero la niña no comprende su falta actual como un carácter sexual, sino que lo
explica mediante el supuesto de que una vez poseyó un miembro igualmente grande, y
después lo perdió por castración. Así se produce una diferencia esencial: la niña acepta la
castración como un hecho consumado, mientras que el varón tiene miedo a la posibilidad de
El complejo de Edipo de la niña es mucho más unívoco que el del pequeño portador del pene;
es raro que vaya más allá de la sustitución de la madre y de la actitud femenina hacia el
desliza a lo largo de una ecuación simbólica, diríamos del pene al hijo; su complejo de Edipo
culmina en el deseo, alimentado por mucho tiempo, de recibir como regalo del padre un hijo,
parirle un hijo.
porque este deseo no se cumple nunca. Ambos deseos, el de poseer un pene y el de recibir un
a preparar al ser femenino para su posterior papel sexual. En la película se puede ver que, si
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bien el padre cumple el papel de autoridad en la familia y las hijas obedecen a todo lo que él
dice, pero no hay muestras de cariño de ellas hacia él, una escena donde una de sus hijas le
lame el pecho, podría llegar a considerarse una muestra de cariño, pero aparte de eso no hay
ninguna más.
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Conclusión:
del trabajo acerca de qué papel jugaría el Complejo de Edipo desde Freud y Lacan, en una
Este trabajo de articulación ha sido muy útil para poder repensar la teoría a través de un caso,
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Referencias:
Freud, S. (1913-1914). Tótem y Tabú y otras obras, Tomo XIII. Amorrortu Editores.
Freud, S. (1924). El sepultamiento del complejo de Edipo, Obras completas, Tomo
XIX. Amorrortu Editores.
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