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ENSAYO TEMA CINCO

JOSÉ SIERRA

Los dos imperios que he decidido comparar son el imperio de Carlos V con el imperio
otomano con Solimán el Magnífico como emperador. Para establecer dicha
comparación me parece necesario establecer una comparación inicial entre ambos
emperadores.

Por un lado tenemos a Carlos V, el cual en 1516 heredó en su persona la Corona de


Castilla, la Corona de Aragón, el Ducado de Borgoña y los territorios de los Habsburgo
(posteriormente el Imperio Alemán). Carlos se convirtió en este momento en la figura
más importante de la cristiandad debido a la dimensión de su imperio en Europa y a su
idea de conseguir una unificación cristiana en este continente. Por el otro lago Kamuni
Sultan Suleyman (Solimán el Magnífico) heredó el imperio otomano y lo llevó a su
máximo esplendor y se convirtió, al igual que Carlos en la figura más importante del
islam y mientras que el primero representaba la seguridad y la mayor fuerza de Europa,
Solimán representaba la mayor amenaza sobre el viejo continente. La única diferencia
que hubo de la llegada al trono de ambos fue que mientras Solimán lo hizo de forma
pacífica en contra de la costumbre de la época entre los otomanos, Carlos no fue tan
bien recibido por la condición de extranjero de sus consejeros y suya propia, la falta de
atención que mostró a las peticiones de las Cortes y por sus exigencias económicas para
conseguir la corona imperial, que le costaron una serie de revueltas.

Una de las cosas que tenían en común era que debido a la extensión de ambos imperios,
los dos emperadores eran muy viajeros y polifacéticos lo que les llevó a ambos a
dominar varias lenguas, francés, flamenco, italiano y castellano en el caso de Carlos y
serbio, persa, árabe y la lengua de chagatai en el caso de Solimán. Otra de las cosas que
tenían en común era los numerosos y poderosos enemigos que ambos imperios tuvieron
que hacer frente. El imperio de Carlos tuvo que enfrentarse a Solimán, a Barbarroja en
el Mediterráneo, al Protestantismo de Martin Lutero y a François I de Francia. Por la
otra parte el imperio otomano tuvo que hacer frente a Carlos V y a los Safawíes persas.
La razón principal por la que ambos emperadores chocaron fue por la idea de imperio
universal que ambos deseaban alcanzar y por la religión de ambos gobiernos, la cual no
podía aceptar y coexistir con la otra. Ambos reinados marcaron el Siglo de Oro de sus
respectivos reinos.

La principal diferencia entre ambos emperadores e imperios fue el triunfo del imperio
otomano frente a la derrota del imperio de Carlos V. Mientras Solimán iba ganando
territorios y aliados en Europa Carlos los iba perdiendo y mientras que el primero se
retiró a un monasterio tras abdicar donde pasó el resto de sus días hasta que murió, el
segundo siguió peleando hasta el último momento y murió en la campaña de Zigetvar,
en el pabellón real. Para empezar, Solimán, aparte de recibir un extenso territorio por
parte de su padre, inició una extensión hacia el oeste que este no había hecho mientras
que Carlos simplemente heredó el vasto imperio. Este diferencia entre ambos
emperadores fue la que supuso, en mi opinión, la diferencia entre sus imperios, ya que
Carlos solo se dedicó a defender un territorio que le había “caído del cielo” por parte de
distintos antepasados mientras que Solimán tenía esa sed de conquistar y hacerse valer
por sí mismo y llevar a su gente, a su pueblo, hacia tierras en las que nunca antes habían
estado y no parar ante nada. Esto se le puede achacar a ambas religiones ya que por un
lado Carlos buscaba una unidad religiosa de una religión vieja y con todo tipo de
problemas internos y por el otro lado, Solimán buscaba la expansión máxima del islam
y contaba con todo el apoyo y unidad de los creyentes y con una fe que no encontró
rival.

Solimán tenía fama de mecenas de las ciencias y de las artes y de poeta, se rodeó de
consejeros que consideró merecedores del puesto, sin importar su condición social y
organizó, codificó y recopiló la legislación administrativa y civil, convirtiéndose así en
un excelente gobernante y administrador, el más grande de los otomanos.

Como he dicho antes, su política exterior se basó en la conquista de Occidente


comenzando con la conquista de Belgrado y Serbia. Tras esto se dirigió a la isla de
Rhodas la cual acabó conquistando después de un largo asedio. En la batalla de Mohács,
Solimán venció finalmente a Luis II de Hungría. Fernando de Austria, hermano de
Carlos, invadió este reino un año más tarde lo que hizo que Solimán regresase,
recuperase el trono de Hungría y se presentase en Viena. Tras un largo asedio, tuvo que
retirarse. Finalmente, tras unos años, Hungría pasó a formar parte del imperio otomano.

En el Mediterráneo, los otomanos atacaban a los Austrias a través de corsarios y piratas


musulmanes que estaban bajo las órdenes del pirata Barbarroja, los cuales conquistaron
Túnez pero la acabaron perdiendo frente a Carlos. Las batallas en el mediterráneo
suponían un problema para este emperador ya que no disponía del dinero suficiente
como para hacerles frente debido a su conflicto con Francia, que a su vez estaba
apoyando a la flota otomana.

La política exterior de Carlos tuvo una trayectoria casi contraria a la del imperio
otomano. Bien es cierto que por un lado las guerras contra Francia le proporcionaron
alguna conquista territorial en Italia (el ducado de Milán) y un aumento del prestigio de
sus ejércitos, sin embargo fue una guerra tan costosa que ni los ingresos de las Indias
pudieron cubrir y estuvo endeudado durante todo su reinado. Respecto al imperio
otomano, consiguió pocos resultados (la toma de Túnez es uno de ellos), no consiguió
que su hermano Fernando recuperase los territorios conquistados por Solimán y perdió
posesiones estratégicas en el Mediterráneo. Intentó imponerse a los príncipes
protestantes del Imperio Alemán agrupados en la Liga de Esmalcalda a los que derrotó
en la batalla de Mülberg, lo que no evitó que tuviera que aceptar la libertad religiosa de
los príncipes en la Paz de Augsburgo. En resumen, el balance global será de fracaso de
su política exterior: sus finanzas cayeron en la bancarrota, Francia y el Imperio Turco
seguirán siendo una amenaza y la cristiandad y el Imperio quedaron divididos por la
doctrina protestante, lo que será el germen de futuros conflictos.

Como conclusión, pienso que los imperios son tan fuetes como su emperador ya que
este es la imagen del imperio y si este es fuerte, el emperador también lo es y viceversa.
En el caso de Carlos, es un ejemplo claro de un emperador que no estuvo a la altura de
su imperio, un emperador que dominaba prácticamente toda Europa y tenía constantes
ingresos procedentes de las Indias, ingresos que podrían haber sido invertidos en la
mejora del país, en las estructuras de este y en su gente en vez de en la guerra. La
imagen de Carlos que ha quedado en la historia es más la imagen de lo que pudo ser que
de lo que fue, ya que teniendo en cuenta lo que le fue dado, no supo aprovecharlo de la
mejor manera posible y solo le llevó a la bancarrota y a la perdida de territorios y parte
de su población (los moriscos entre ellos).

El caso de Solimán por el otro lado, es todo lo contrario. Fue un emperador fuerte que
representaba la imagen de un imperio fuerte, con una fama de hombre desprendido y
generoso, considerado por muchos uno de los hombres más admirables e inteligente que
ha habido, y que llevó el imperio a sus espaldas y supo cómo gestionarlo de la mejor
manera

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