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Tema 3: EL IMPERIO CAROLINGIO

El Imperio Carolingio fue el Imperio de Carlomagno o Carlos el Magno, el cual produjo un verdadero renacimiento de la época.
Los elementos procedentes del cristianismo, del mundo bárbaro y de la cultura greco-romana se entremezclaron para dar
origen a nuestra actual cultura occidental.

Unos de los más importantes reinos germanos fue el reino franco, unificado por Clodoveo. Con él se inició el reinado de
la dinastía merovingia, nombre dado en honor de su abuelo Meroveo.

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Al morir Clodoveo, el año 511, el reino se dividió en cuatro: Neustria al oeste de Francia; Austrasia al este; Borgoña en el
centro sur y Aquitania al sudoeste. Sin embargo, las luchas entre los merovingios llevaron, poco a poco, a que éstos perdieran
prestigio y poder, por eso se les llamo los reyes holgazanes.
Ante la decadencia de los reyes, los nobles se convirtieron en los verdaderos detentores del poder. Ellos recibieron el título
de mayordomos de palacio. A principios del siglo VII, los mayordomos de Austrasia, de la familia Heristal, obtuvieron
supremacía.
A esta familia perteneció Carlos Martel, quien detuvo el avance de los árabes en la batalla de Poitiers (Francia, 732), y su
hijo Pipino, el Breve, que destronó al último de los reyes merovingios el año 751, unió nuevamente el reino, creó los Estados
Pontificios y se coronó rey de los francos. Entonces concluyó la dinastía de los merovingios y se inició la  “dinastía
carolingia”.
CARLOMAGNO. EL RENACIMIENTO DEL IMPERIO ROMANO

Carlomagno Sarcofago de Carlomagno en la Catedral de Aquisgrán

Carlomagno es considerado a menudo como el padre de la Europa medieval por varias razones: creó la primera potencia
imperial que había visto Europa desde la deposición del último emperador romano, absorbió a los pueblos germánicos dentro
de la sociedad y, probablemente lo más importante, al gobernar sobre territorio demasiado extenso para controlarlo de manera
directa, puso las bases del sistema feudal basado en el vasallaje.

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En el año 768, Pipino dividió su reino entre sus hijos Carlos y Carlomán. Sin embargo, tres años después, esté último murió y
Carlos heredó la totalidad del reino.
El nuevo rey franco fue conocido como Carlomagno que significa Carlos el Grande y fue uno de los monarcas de mayor
prestigio de la Europa medieval.
Al llegar al trono, Carlomagno se propuso restaurar la unidad política del Imperio Romano y consolidar el cristianismo en
Europa. Para lograrlo, sometió a los sajones (772-804), que habitaban en el norte de Alemania, hasta convertirlos al
cristianismo.
Al mismo tiempo, y luego de mucho batallar, exterminó a los ávaros, pueblo de origen mongol que amenazaba la zona de
Baviera, Alemania.

Paralelamente, por el sur, Carlomagno se apoderó del reino de los lombardos en Italia (774 d.C.), pues éstos hostilizaban al
Papa, y llegó a cruzar los Pirineos, penetrando con poco éxito en la España musulmana (778). En esta región ocupó un
pequeño territorio al norte, en el que estableció una provincia fronteriza: la Marca hispánica.

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Con estas conquistas, Carlomagno creó un amplio imperio que se extendía desde el Atlántico al río Elba y desde el mar Báltico
a España e Italia. Entonces, el Papa León III lo coronó emperador en la Navidad del año 800, convirtiéndose en el primer
soberano europeo que asumía un título imperial desde la caída del Imperio Romano de Occidente.
Este hecho iba a conferir a la dinastía carolingia el papel de sucesora del Imperio Romano de Occidente y defensora efectiva
del pueblo cristiano occidental.
De esta manera nació el Imperio Carolingio y Carlomagno se convirtió en el brazo armado de la Iglesia .
LA AUTORIDAD DEL EMPERADOR
El Imperio Carolingio se sintió profundamente romano y cristiano, pero su modelo de organización fue germano. Carlomagno
gobernó su imperio de manera absoluta, al estilo de los emperadores romanos. Sin embargo, los hombres libres de su imperio
se reunían dos veces al año, al modo germano, en una asamblea que aprobaba las leyes llamadas capitulares.
Carlomagno, como otros reyes germanos, vivió en sus dominios campestres, aunque a menudo residió en la ciudad de
Aquisgrán, que es considerada, por eso, la capital de su Imperio.
En Aquisgrán, Carlomagno contaba con un grupo de funcionarios que lo ayudaban en sus tareas, como, por ejemplo, el
canciller, que era su secretario, y el chambelán, que se encargaba de todo lo concerniente al servicio personal del
gobernante.
Revestido de la dignidad imperial, reorganizó el reino franco según un modelo que hoy conocemos como vasallaje: aunque él
era el soberano absoluto, el territorio era dividido en feudos que asignaba a nobles vasallos para que se ocuparan de
gestionarlo y defenderlo.
CARACTERÍSTICAS DEL IMPERIO CAROLINGIO
Dentro de las características del imperio carolingio, encontraremos:
La política interior
Carlomagno, para gobernar el extenso territorio que fue obteniendo a lo largo de su reinado, tuvo que dividirlo en:

⮚ Condados: era una circunscripción administrativa en la cual el conde (designado por el rey) tenía el poder judicial, el
poder militar (con la obligación de tener contingentes preparados para la guerra) y debía cobrar los impuestos.

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⮚ Marcas: eran las zonas de frontera del imperio, es decir, núcleos inestables donde la presencia militar debía de ser
obligatoria. estas estaban en manos de los marqueses, como ejemplo podemos poner la marca hispánica, la cual
abarcaba hasta Barcelona.
⮚ Ducados: pertenecía a los duques, es decir, el rango más elevado dentro de la nobleza. Eran territorios autónomos al
imperio, pero que debían una serie de tributos a este.
Los condes, los marqueses y los duques estaban vigilados por los enviados imperiales, denominados missi dominici
(“mensajeros del señor”) y eran un laico y un sacerdote, que en sus visitas a las provincias velaban por el cumplimiento de las
órdenes del emperador, tenían el poder de destituir a los vasallos si estos se excedían en sus competencias o no cumplían con
sus obligaciones.
El emperador, era el que poseía el máximo poder, este era el único que podía convocar a los ejércitos, administrar la justicia
real y designar a los nobles. Dependiendo del carácter del emperador, los nobles tendrían más o menos fuerza.
La economía
La base económica del Imperio Carolingio será la propiedad territorial, es decir, la agricultura fue la fuente de esta. Pues el
comercio era insignificante, se reducía a la compraventa de elementos y productos agrícolas en su mayoría.
Tomando en cuenta que existía una fuerte recesión económica, en primer lugar, debido al cierre del comercio en el
mediterráneo por el avance del islam. En segundo lugar, por la escasez de metales preciosos, es decir, las antiguas minas
estaban agotadas y con ello la producción de monedas de alta calidad para poder comerciar y traer artículos lujosos era casi
imposible.
Esto hizo que la pequeña y mediana propiedad fuera desapareciendo, mientras que los terratenientes se iban haciendo cada
vez más ricos y fuertes (sistema feudal). Será en estos enormes territorios donde encontraremos un sistema de autarquía
(Sistema económico en el que un estado se abastece con sus propios recursos, evitando en lo posible las importaciones), es
decir, en el cual se abastecían de todo lo que necesitaban, sin necesidad de tener entramados comerciales con otras zonas.
La cultura y el arte durante el Imperio Carolingio
Un elemento muy importante dentro de las características del Imperio carolingio lo encontramos aquí, pues en el año 800 se
dice que acaeció el Renacimiento Carolingio, debido a que el propio Carlomagno, que no tenía una gran cultura.

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A pesar de sus éxitos militares y políticos, hubo una conquista que siempre se resistió a Carlomagno: el alfabeto. El hombre
que había sido coronado emperador era iletrado y pasaba las noches intentando aprender a leer, algo que al parecer nunca
llegó a hacer con fluidez. A pesar de ello, o puede que precisamente a causa de ello, se preocupó por elevar el nivel cultural de
su imperio, creando así la escuela palatina de Aquisgrán, donde se formaban los hijos del emperador y los hijos de todos los
funcionarios de la corte. Fue un modelo para las demás escuelas europeas, dándose entre sus muros: artes, ciencias, letras y
todo el conocimiento de la antigüedad (retórica, gramática, dialéctica, geometría, astronomía, aritmética y música).
Por otro lado, el arte como tal, estaba basado en el arte clásico griego y en el cristiano, aunque tenía además influencias
bizantinas.
Carlomagno impulsó la recuperación del espíritu romano perdido en los siglos anteriores en Occidente (En Oriente, el Imperio
Bizantino mantenía intacta la cultura, la tecnología, la ciencia y el comercio de la antigua Roma especialmente en su capital:
Constantinopla), mediante lo que se ha llamado "renacimiento carolingio": emprendió la construcción de grandes conjuntos
monásticos y catedralicios que le servirían de base para la cristianización de los distintos pueblos sometidos, organizó
territorialmente la administración religiosa y creó importantes scriptorium (*) como difusores de esa revolución cultural.
(*) scriptorium, significa, literalmente, «un lugar para escribir», se usa habitualmente para referirse a la habitación de los monasterios de la Europa medieval
dedicada a la copia de manuscritos por los escribas monásticos. El scriptorium era, necesariamente, una zona próxima o adjunta a una biblioteca; dicho de otra
forma, la presencia de una biblioteca es indicio de la existencia próxima de un scriptorium.

Una de sus primeras medidas para todo ello fue la creación de una escritura común y homogénea en todo el Imperio, la
minúscula carolina. Para conseguir todo esto, se rodeó de una serie de eruditos como Alcuino de York o Eguinardo (su
biógrafo de corte).
Se fundaron escuelas en las iglesias y en los monasterios, que llegaron a conformar importantes bibliotecas, en las cuales el
mundo occidental conservó una gran parte de la tradición cultural latina.
También se preocupó por las artes: mando construir numerosas iglesias que imitaron el estilo romano y bizantino como, por
ejemplo, la capilla del palacio de Aquisgrán.
El denominado renacimiento carolingio produjo una serie de obras que forjaron el fundamento cultural de la Edad Media. Sin
embargo, a pesar de su importancia, este renacimiento solo afectó a un número muy limitado de personas: a los nobles y al
clero.
Carlomagno fue el artífice de un renacer urbanístico, artístico e intelectual. Contrató a arquitectos, constructores y carpinteros
que restauraron los antiguos monumentos del Imperio Romano y erigieron otros nuevos; tuvo una especial atención hacia

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Aquisgrán, su preferida entre las capitales del reino. También llamó a eruditos que conservaron y transmitieron el saber de la
Antigüedad, iniciando la tradición medieval de los monjes copistas.
Ciertamente fue un renacimiento modesto teniendo en cuenta que el emperador tomaba como modelo la esplendorosa
Constantinopla, pero muy notable considerando que el reino franco apenas estaba saliendo de más de tres siglos de completo
abandono de las ciencias y las letras.
LA ESCUELA PALATINA DE AQUISGRÁN

Para llevar a cabo su empresa cultural, Carlomagno reunió en la Escuela Palatina de Aquisgrán a los hombres más sabios de
la época: el historiador y teólogo anglosajón Alcuino, el poeta español Teodulfo, los historiadores Eginardo y Pedro Diácono y
el teólogo Rabano Mauro. Estos hombres no pensaban en componer grandes obras, sino en rescatar las obras de la
antigüedad. Por eso se esforzaron, en primer lugar, por rescatar la pureza del idioma latino escribiendo gramáticas.
Enseñaron las llamadas artes liberales formadas por Trivium (gramática, retórica y dialéctica) y el Quadrivium (aritmética,
geometría, música y astronomía). Estas disciplinas se convirtieron en la base de todo el saber medieval.
En la Escuela Palatina los alumnos eran hijos de los hombres más poderosos del reino. Sus métodos y organización se
copiaron para los centros educativos que se abrieron en otros lugares del reino.
TERRITORIOS CONQUISTADOS POR CARLOMAGNO

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Estas conquistas comenzaron en el año 773, en el cual fue a auxiliar al Papa Adriano, que estaba siendo acosado por los
lombardos, de esta manera anexionó todos los territorios salvo Spoleto y Benevento.

Del mismo modo entre el 772-804 encontraremos una serie de campañas destinadas a acabar con los sajones, llegando a
ampliar sus fronteras hasta el este del río Elba. En aquellas tierras, para luchas contra el paganismo, decidió crear una serie de
diócesis para poder cristianizar de una manera más intensa dicha zona.
En el año 788 el duque de Baviera, Tasilón II se rebeló contra Carlomagno, y de esta manera el emperador anexionó mediante
la fuerza militar el territorio, llegando hasta lo que es Austria actual y parte de Croacia.
De esta manera el Imperio carolingio se extendía desde el suroeste de los pirineos hasta Austria, incluyendo el norte de Italia.
Lo que nunca llegaron a conquistar los francos fue la Bretaña, que perteneció en manos sajonas hasta bien entrada la Baja
Edad Media.

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La extensión geográfica del reino de Carlomagno correspondía a la totalidad de lo que hoy son Francia, Suiza, Austria, Bélgica,
Holanda y Luxemburgo, y la mayor parte de Alemania, Italia, Hungría, la República Checa, Eslovaquia y Croacia. Ha sido
considerado por ello un predecesor de la unidad europea. Ningún monarca había reunido en su mano un territorio tan extenso
desde la caída del Imperio Romano (476); por lo que no es de extrañar que la idea de la restauración imperial se abriese paso,
ligada a la alianza estable que Carlomagno mantuvo con el Papado.
La religión cristiana constituía un elemento cultural de integración, de estabilidad y de orden social, que el emperador se
encargó de cultivar: protegió a los monasterios y procuró extender la fe cristiana hacia el norte (imponiéndola por la fuerza a
los sajones).
LOS SUCESORES DE CARLOMAGNO
A Carlomagno le sucedió su hijo Luis el Piadoso o en latín Ludovico Pio (814-840) que era ya
rey de Aquitania y había conquistado Barcelona en 801, estableciendo el límite de la Marca
Hispánica. Ludovico fue coronado emperador por el papa Esteban IV en Reims, en el año 816.
Se le reconoce una personalidad bondadosa y muy religiosa, además de ser una gran entusiasta
de la cultura. Sin embargo, su vida política al mando del Imperio Carolingio estuvo repleta de
incidentes.
Sin embargo, a finales de su reinado se encontró con el levantamiento de sus hijos mayores,
Lotario, Pipino y Luis, entre quienes había repartido el Imperio y que se opusieron a la
posterior inclusión de su hermano menor Carlos. Tras la muerte de Pipino, y, por el Tratado de
Verdún (843), el imperio quedaba dividido entre los tres hermanos restantes.
LA DESINTEGRACIÓN DEL IMPERIO CAROLINGIO
Tras la muerte de Carlomagno en el año 814, el poder del emperador disminuyó de manera repentina: la creciente
independencia de los nobles, la gran extensión de los territorios, la dificultad de las comunicaciones y las particularidades
regionales atentaron contra la estabilidad del Imperio Carolingio.
Los condes y marqueses convirtieron sus cargos en hereditarios y buscaron desligarse de los monarcas. Por eso, el hijo de
Carlomagno, Ludovico Pío, reinó en medio de violentos conflictos con la nobleza.
El imperio Carolingio duró apenas un siglo; se extinguió oficialmente en el año 887 cuando el último heredero de Carlomagno,
Carlos el Gordo, fue depuesto por la Dieta imperial (asamblea que se reunía con el soberano, con los príncipes, laicos y

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eclesiásticos, de cada uno de los estados imperiales y los grandes del imperio, y cuyas tareas eran principalmente legislativas).
Sin embargo, la sombra del rey franco era larga y en el 962 un rey sajón, Otón el Grande, fue coronado nuevamente
Emperador de los Romanos.

Carlos el Gordo Otón el Grande

El soberano dio origen así a un nuevo poder, el Sacro Imperio Romano Germánico, que se inspiraba en el modelo del que, no
en vano, fue llamado “el padre de Europa”.
TRATADO DE VERDÚN

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Carlos el Calvo Lotario I Luis el Germánico

A la muerte de Ludovico, sus tres hijos, Lotario, Luis el Germánico y Carlos el Calvo se repartieron el territorio establecido en el
Tratado de Verdún (843). A través de este pacto el imperio se fragmentó en tres reinos:
Carlos el Calvo recibió la Francia occidental que corresponde, aproximadamente, a la actual Francia.
Luis el Germánico obtuvo Francia oriental o Germania equivalente a la Alemania actual.
Lotario I adquirió el título de emperador y los territorios situados entre los de hermanos, que se conocieron como Lotaringia:
los Países Bajos, Alsacia, Suiza e Italia.
Este tratado ratificó la progresiva desintegración del imperio soñado por Carlomagno. Además, una serie de episodios
contribuyeron a acelerar la decadencia del imperio: las invasiones de pueblos bárbaros, normandos, sarracenos y húngaros.
Estos episodios, sumados al creciente poder de la nobleza, acarrearon el debilitamiento de la monarquía, más notorio durante
el siglo XI.
Tras el Tratado de Verdún estas tierras no volvieron a ser parte de una misma corona, abandonando toda pretensión de unidad
geográfica y jurídica.

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El tratado tuvo consecuencias políticas muy importantes. Además de hacer evidente el fracaso de la restauración imperial
carolingia, creó la semilla de lo que después serían las naciones de Francia (sobre la base del territorio de Carlos, al oeste) y
Alemania (sobre la base del territorio de Luis, al este).
Tras esta división y con pocas modificaciones, se conformó Europa tal como la conocemos.

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