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ESPARZA WENDY
RESUMEN
DEFINICIÓN
La ITU se define como una entidad clínica inducida por la invasión, colonización y
multiplicación microbiana (bacterias, virus, parásitos, hongos u otros microorganismos) del
aparato urinario que sobrepasa la capacidad de los mecanismos de defensa del huésped,
siendo expresión de probables alteraciones morfológicas o funcionales y una respuesta
inmunológica no siempre evidenciable. Todos los órganos y estructuras del aparato urinario,
1,4
desde el meato uretral hasta la corteza renal, son susceptibles de ser afectados.
DENOMINACIONES
Cistitis aguda: Infección urinaria baja que se acompaña de sintomatología miccional con
disuria, polaquiuria, tenesmo vesical, urgencia, orina turbia y escasos síntomas generales.
Pielonefritis aguda (ITU alta): clínica sugestiva de afectación parenquimatosa renal con
sintomatología sistémica, fiebre elevada, dolor lumbar, vómitos y valores altos de reactantes de
fase aguda y alteraciones transitorias de la función renal.
EPIDEMIOLOGÍA
Estudios revelan que el 5% de las niñas y hasta el 0,5% de los niños sufren al menos un
episodio de ITU durante su vida escolar. La incidencia de bacteriuria asintomática es 0,7 a 3,4
% en los recién nacidos 0,7 a 1,3 % en los lactantes menores de 3 meses de edad y entre el
0,2% y el 0,8 % en los niños y niñas en edad preescolar, respectivamente. La incidencia de
bacteriuria sintomática es de 0,14 % en los recién nacidos, con un incremento adicional de 0.7
% en los varones y 2,8 % en las niñas menores de 6 meses. Diferentes estudios han
encontrado que el género, la raza blanca, estado de la circuncisión, y los factores clínicos
predicen la presencia de ITU. Trávez y cols en un estudio realizado en el hospital José
Carrasco Arteaga en 826 niños evidenciaron que el sexo femenino es el más afectado, el grupo
etareo entre 1 y 5 años predominó y el 82.3% tuvieron infección alta del tracto urinario, el
2,3,49
germen aislado fue la Escherichia Coli en el 90.6% de los casos.
Paredes y Cols en un serie de 231 niños hospitalizados en el servicio de pediatría del hospital
General IESS Ambato en el 2015, la ITU predomino en el sexo femenino con el 82,7% y el
grupo etario de 1 a 5 años con el 42,7 %, siendo la bacteiruria en el 90%, piuria en el 83,2 %,
las manifestaciones más comunes encontradas en el examen microscópico y elemental de
50
orina.
FACTORES DE RIESGO
Cruz J. Manejo de la infección urinaria en niños entre dos meses y cinco años. Nefrología Mex. 2004
ETIOLOGÍA
Las entero bacterias son los agentes bacterianos más comúnmente involucrados en este
padecimiento, y de estos, el E. coli, es el más frecuente. De acuerdo con varios estudios, su
prevalencia es del 75% al 90%. Se conoce que solo unos pocos sero grupos (01, 02, 04, 06,
07, 075, 0150) causan una proporción alta de ITU, esto lleva a la conclusion de clones o linajes
uro patógenos de E. coli. Ciertos serotipos OKH, también se relacionan con la gravedad clínica
6
sobre todo de pielonefritis. Además el estafilococo coagulasa negativo puede originar ITU en
recién nacidos e inmunodeprimidos y estafilococo saprófito en mujeres jóvenes y
5,7,11
adolescentes.
En el estudio realizado por Paredes y cols en una serie de 231 niños con ITU se aisló mediante
urocultivo a E Coli en el 44,1% y 3 % E Coli productora de betalactamasa de espectro
50
extendido, lo que evidencia el crecimiento vertiginosos de este tipo de sepas de difícil manejo
FISIOPATOLOGÍA
Existen dos vías de acceso hacia el tracto urinario, la vía ascendente y la vía hematógena,
menos habitual es la llegada por extensión directa en el caso de las fístulas genitales o
12,13
rectales.
Existen diversos mecanismos de defensa, entre ellos tenemos: mecánicos que hacen
referencia al arrastre de los microorganismos a través de la micción, evita que asciendan
desde el periné o desde el glande. Estrógenos permiten un ambiente apto para el crecimiento
de lactobacilos, bacterias que protegen contra gérmenes patógenos. Osmolaridad y pH ácido,
la acidez y osmolaridad de la orina hacen de la vejiga un ambiente hostil para el crecimiento de
16
bacterias.
Cuando por alguna razón, se alteran los mecanismos de defensa, las bacterias aprovechan la
situación y llegan hasta las vías urinarias; la forma más frecuente de hacerlo es ascender
desde el periné femenino o desde el prepucio en los varones, de ahí la importancia de las
16
normas adecuadas de aseo en estas áreas.
La E. coli, es el germen más frecuente en la etiología de la infección del tracto urinario. Unos
pocos serogrupos de E. coli (01, 02, 04, 06, 07, 075 y 015) causan una alta proporción del total
47
de las infecciones.
Fimbrias tipo 1 o manosa sensibles: Se encuentran en las cepas bacterianas que están más
presentes en los cuadros de cistitis y de bacteriuria asintomática (34%), y apenas se
encuentran en la pielonefritis aguda (5%). Recientemente se ha referido que este tipo de
46,48
fimbrias no contribuyen a la respuesta inflamatoria de la mucosa uroepitelial en la ITU.
Producen hemaglutinación mediada por manosa, y por lo tanto se conocen con el nombre de
hemaglutinación sensible a la manosa. El moco urinario es rico en residuos de manosa, y por
47
tanto las E. coli que poseen adhesinas manosa sensible se adhieren ávidamente a éste.
Fimbrias resistentes a la manosa: Están presentes en los pacientes con cuadros de PNA
(76-94%) que en los pacientes con cistitis (19-23%), en aquellos con bacteriuria asintomática
46
(14-18%) o en las heces de los individuos sanos (7-16%).
Recientemente se ha demostrado que las fimbrias P son codificadas por un grupo de 11 genes
(PAP GENE CLUSTER) y son portadoras de una adhesina específica, la GAL (Α1-4) GAL
ESPECIFIC PAP G ADHESIN. Dicha adhesina es esencial en la patogenia de la infección
renal y se adhiere a unos receptores específicos, los glucoesfingolipidos de las células
46,48
epiteliales de la mucosa del tracto.
En estudios genéticos ultra estructurales se ha demostrado que las fimbrias P son estructuras
heteropoliméricas compuestas por un tronco rígido que contiene proteínas unidas a éste por
una fibrilla flexible formada por cuatro proteínas más pequeñas, con PAP G, (LA ADHESINA
47
DE UNIÓN AL RECEPTOR), al final de la fimbria.
Las tres clases de proteínas G son:
Clase I (no asociada a enfermedad en el hombre)
1407
El TRL2 identifica las lipoproteínas de las bacterias Gram positivas y el TRL4 las endotoxinas
(lipopolisacaridos) de las bacterias uropatógenas, como el E. coli. El TRL11 también reconoce
otros gérmenes uropatógenos. En condiciones normales, las fimbrias del E. coli se unen a los
receptores específicos ya mencionados, reclutando los TRL4 y liberándose una señalización
transmembrana que desencadena la producción de diferentes mediadores inflamatorios, como
citoquinas dentro de las cuales las más importante en manifestase son la IL6 y IL8 además de
defensinas, proteínas del sistema del complemento, dando lugar a una respuesta inflamatoria
a nivel del tejido y a la llegada desde los capilares de células inmunes, como los neutrófilos.
Por todos los mecanismos descritos E.coli uropatógena es capaz de formar una comunidad
bacteriana intracelular (IBC) que permite la replicación de la bacteria protegiéndola de la
respuesta inmune del huésped, para ello es necesaria la presencia de galactosa mediada por
un gen (lacZ) y de un gen (yeaR) involucrado en la resistencia de la bacteria al stress
51
oxidativo; esto determina el crecimiento de la bacteria dentro de esta comunidad.
Los efectos del proceso inflamatorio, además de conseguir la erradicación de las bacterias,
pueden dar lugar a un proceso destructivo para el propio huésped, con la formación de un
tejido cicatricial en el lugar de la inflamación; es decir, la formación de una cicatriz es más una
consecuencia del proceso Inflamatorio que de algún efecto directo de la propia bacteria.
Las bacterias son capaces de activar el sistema del complemento, induciendo a la
opsonización de las mismas. Sin embargo además del aclaramiento bacteriano, la activación
46.
del complemento puede dar lugar a un daño tisular en el huésped. Gráfico 1.
10. Aerobactina
11. Factor necrotizante
Narváez I. Infección de vías urinarias en niños. 2005
La orina tiene algunas características que la hacen ser un mal medio de cultivo, como son pH
ácido, alta osmolalidad y alta concentración de urea, la orina puede tener un pH entre 4.5 y 7.5
como un promedio de 5.0 a 6.0 como el pH ideal.
1408
15,16
La Pseudomonas spp., Proteus spp, entre otras pueden producir un pH alcalino en la orina.
FACTORES GENÉTICOS
En cuanto a los factores genéticos con mayor frecuencia los niños con ITU recurrentes tienen
en su epitelio urinario receptores, glucolípidos antígenos del grupo sanguíneo P, que facilitan la
17
adhesión de las fimbrias o pili de E. coli.
1409
Los mecanismos de susceptibilidad genética asociados con pielonefritis han sido detectados en
los loci 3, 4, 5, obteniéndose evidencia que la detección de un sólo gen en el receptor murino
homólogo de la citocina IL-8 (mIL-8Rh) precipita el síndrome completo de pielonefritis aguda y
cicatrices renales.
Los genes de los distintos factores de urovirulencia de los patógenos urinarios a menudo se
duplican y con frecuencia también se encuentran unidos en segmentos cromosómicos grandes
de varios genes, llamados islas de patogenicidad y están ausentes en la flora coliforme fecal
16,17
normal.
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Las ITU sintomáticas pueden clasificarse en aquellas que afectan al parénquima renal
(pielonefritis aguda), con fiebre como síntoma principal, y en las infecciones limitadas a la
18,19
vejiga (cistitis), con sintomatología miccional como dato fundamental.
Es importante tomar en cuenta que en el 30% de niños con anomalías del tracto urinario, la
infección del tracto urinario puede ser el primer signo, de ahí que se confeccionará una
Historia clínica completa que incluya número y momento de posibles infecciones previas,
presencia de síntomas y signos asociados, especialmente de fiebre. Debe investigarse los
hábitos miccionales e intestinales, incluidos incontinencia diurna y nocturna, estreñimiento y
encopresis. Además determinar los antecedentes familiares de ITU, reflujo vésico-ureteral
5,52
(RVU), HTA e insuficiencia renal.
sugestivos de espina bífida oculta (hemangioma central, mechón de pelos, fosita lumbosacra,
lipoma o cordón dérmico). En la primera valoración se debe explorar la presencia de debilidad
en los miembros inferiores o de cualquier falta de coordinación que nos orienten hacia la
20
existencia de un trastorno neurológico.
El examen general de orina tiene una sensibilidad de 75% a 90% y una especificidad de 70% a
18
82%.
2. Toma de muestra por micción espontánea de la mitad del chorro urinario: por su
facilidad es de elección en niños mayores que controlen esfínteres, sin embargo puede existir
contaminación bacteriana periuretral en niñas y prepucial en niños.
3. Toma por cateterización vesical: es una técnica invasiva y puede introducir gérmenes en
una orina de otro modo estéril. Comparada con la muestra por punción suprapúbica tiene una
sensibilidad del 95% y una especificidad del 99%, lo que la convierte en una buena alternativa
para la punción en niños pequeños.
En espera de los resultados del urocultivo, la orina recolectada en buenas condiciones puede
analizarse mediante tiras reactivas (reacciones químicas con cambio de color) y examen
microscópico. Una prueba de nitritos positiva indica que hay bacteriuria con elevada
especificidad (98%) y moderada sensibilidad (50%). La prueba de la esterasa leucocitaria es
bastante específica (80%) y sensible (85%) para la detección de leucocituria. El estudio
21
microscópico de la orina también es útil para buscar leucocitos y bacterias.
El manejo actual de la ITU incluye pruebas de imagen que sugieran anomalías del tracto
urinario, que predispone al paciente a la aparición de nuevas infecciones o complicaciones. Las
pruebas de imagen se emplean en la ITU para valorar la estructura renal o la presencia de
dilatación de vías urinarias (ecografía), para detectar RVU (cistografía) o para identificar
25
defectos del parénquima renal (gammagrafía DMSA).
GAMMAGRAFÍA DMSA
Se considerada el patrón de referencia para el diagnóstico de defectos del parénquima renal.
Sin embargo es importante destacar que no todos los defectos que se identifiquen
corresponderán a cicatrices adquiridas secundarias a pielonefritis aguda, ya que también
pueden ser debidos a displasias congénitas preexistentes. Al comparar la validez con otras
pruebas de imagen (ecografía, UIV, RM) se concluye que ninguna es capaz de detectar más
34
cicatrices renales que la gammagrafía DMSA.
CISTOURETROGRAFÍA MICCIONAL
La CUMS es considerada patrón de referencia para el diagnóstico de Reflujo Vesico Ureteral.
La prevalencia de RVU en niños que han tenido una ITU se sitúa entre el 30-40%, las pruebas
ideales son la cistouretrografía miccional convencional con contraste y la cistouretrografía
radioisotópica. La primera permite demostrar y clasificar el RVU, y establecer la presencia de
uretroceles, divertículos vesicales o valvas de la uretra posterior, por lo que es de elección para
33, 34
el estudio inicial del síndrome de eliminación disfuncional (SED).
1. Normal. 2,3,4 RVU primario, diferentes grados, 5, 6 RVU con divertículo de Hutch. 7, 8 RVU
secundario a válvulas de uretra posterior. Archivos Españoles de Urología Pediátrica. 2013
TOMOGRAFÍA RENAL COMPUTARIZADA CON CONTRASTE
En los niños debe ser diferenciada de esta técnica en los adultos ya que existen importantes
diferencias conceptuales y metodológicas, así como de interpretación de los resultados y
manejo del paciente. En general los niños son menos colaboradores, prestan menos atención y
toleran peor las incomodidades de las pruebas. Algunos autores consideran imprescindible la
colaboración del niño para la realización de los estudios urodinámicos por lo que no los
consideran indicados en los menores de 4 años; sin embargo, otros autores proponen la
realización de estas pruebas incluso en neonatos en los que se quiere valorar por ejemplo la
funcionalidad vesical (existe poca experiencia en este grupo de edad).
Indicaciones de Urodinamia:
Se recomienda la realización de una ECO de vías urinarias tras una primera ITU si se cumple
cualquiera de los siguientes criterios
ITU febril
Paciente que no controla la micción y que no tiene una ECO prenatal o postnatal normal
Signos de disfunción del tracto urinaria
Masa abdominal o vesical
ITU por microorganismo distinto de E. coli
C Se recomienda la realización de una ecografía de vías urinarias a todo paciente en edad pediátrica
de presente ITU recurrente
C Se recomienda el empleo, en función de su disponibilidad, de técnicas de potenciación del estudio
ecográfico de las vías urinarias
D No se recomienda la realización rutinaria de DMSA en fase aguda en pacientes con ITU
Puede considerarse un uso selectivo dela DMSA difiera ( a partir de los 6 meses) tras una primera
ITU febril si se cumple cualquiera de los siguientes criterios:
Evolución atípica (persistencia de la fiebre mayor de 48 horas)
Signos de disfunción del tracto urinario inferior
Masa abdominal o vesical
Niveles de creatinina elevados
Septicemia
ITU por un microorganismo distinto a E. coli
Hallazgos patológicos en estudio de imagen previos (ECO, cistografías, DMSA)
Se puede considerar la realización de DMSA diferida, a partir de los 6 meses tras una primera ITU
febril, si se dispone de datos clínicos, analíticos, o radiológicos que indiquen una alta probabilidad
de que exista afectación renal.
C En los pacientes pediátricos que presentan ITU recurrentes febriles, se recomienda el uso de
gammagrafía DMSA
Guía de Práctica clínica sobre infección de tracto urinario en la población pediátrica. nstituto Aragonés de Ciencias de
la Salud. 2011
Antes de realizar las pruebas urodinámicas es imprescindible realizar una completa historia
clínica incluyendo los datos referentes al control de esfínteres, y deteniéndonos en una
detallada exploración neurológica.
Las técnicas urodinámicas específicas en los niños incluyen: la flujometría, la valoración del
residuo postmiccional, la cistomanometría, el test de presión del detrusor/flujo miccional, la
video cistografía, la electromiografía de los músculos del suelo pélvico y la medición de la
presión uretral.
Dependiendo de la orientación clínica no será necesario realizar todas ellas en todos los niños,
sino que seleccionaremos las más adecuadas a la patología que queremos estudiar. Algunas
de estas pruebas se realizan de modo simultáneo aunque la interpretación de los resultados
debe ser individualizada y correlacionada con la edad del niño, su sintomatología y los
31
hallazgos de la exploración física (neurológica) realizada.
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
En niños menores de 3 meses de edad, descartar meningitis bacteriana aguda y sepsis inicial
6,7
por la clínica atípica en este grupo de edad.
Pielonefritis Obstrucción de vías urinarias, Infarto renal, Necrosis papilar, Absceso perirrenal y
pararrenal, Pionefrosis, Nefritis focal, Nefrolitiasis, Colecistitis aguda, Apendicitis aguda y
Trombosis de vena renal, Neumonía bacteriana, Tb genitourinaria.
TRATAMIENTO
El tratamiento etiológico de la ITU precisa del empleo de antibióticos. Su elección puede estar
guiada por el urocultivo y el antibiograma en los casos no urgentes, aunque en lactantes y
niños pequeños con ITU febril y en escolares con manifestaciones clínicas de PNA, debe
iniciarse de forma empírica atendiendo a la etiología más probable.
Pielonefritis aguda (PNA) / ITU febril: En niños que se hospitalizan se recomienda tratar la PNA
inicialmente con antibioterapia I.V con de ampicilina + aminoglucósido sólo o cefalosporina de
3ª generación, durante 3-5 días o al menos 72 h tras la desaparición de la fiebre, seguida de
tratamiento V.O, según el resultado del antibiograma, hasta completar 7-14 días.
En niños mayores de 3 meses con ITU febril que muestran un estado general conservado,
buena tolerancia oral y seguridad del cumplimiento por la familia se ha demostrado eficaz y
seguro el tratamiento por vía oral. En tal caso debe hacerse con cefixima, con una dosis inicial
de 16 mg/Kg seguida de una dosis diaria de 8 mg/Kg, o amoxicilina-clavulánico 50 mg/kg/día
en 3 fracciones durante 10 días. El tratamiento con antibióticos por vía oral es tan eficaz como
32,33
el parenteral en el primer episodio de pielonefritis clínica en niños.
Infección urinaria baja (cistitis): El tratamiento antibiótico oral en el primer episodio es de dos a
cuatro días de duración y puede ser tan efectivo como el de 7 a 14 días para erradicar la ITU
34
baja en niños.
Ampicilina + aminoglucósido
Pielonefritis aguda Aminoglucósido sólo
Antibiótico Amoxicilina clavulánico
Cefalosporina de 3ª (CFX, CFZ, CFTX, Cefixima)
Intravenosa 3-5 días ó 2-3 días sin fiebre
Vía Oral (cefixima o amoxicilina-clavulánico)
Cefixima
Tto. secuencial v.o. (antibiograma) Amoxicilina-clavulánico
TMP/SMX
Amoxicilina-clavulánico
Cefalosporina 1ª (Cefalexina, Cefaclor,
ITU baja. Cistitis aguda Cefadroxilo)
Antibiótico Fosfomicina
TMP-SMX
Vía Oral
Duración 4 a 7 días
Hernández R. Infección urinaria en el niño (1 mes-14 años). Asociación Española de Pediatría España 2008
CFX: cefotaxima. CFZ: ceftazidima. CFTX: ceftriaxona. TMP/SMX: trimetoprim-sulfametoxazol.
Hernández R. Infección urinaria en el niño (1 mes-14 años). Asociación Española de Pediatría. 2008
1418
Pivmecilinam
PROFILAXIS
Al finalizar el tratamiento inicial se debe continuar profilaxis antibiótica hasta descartar factores
predisponentes en los menores de 5 años. Si bien no es clara la efectividad de la misma por
la pobre calidad de los estudios realizados sobre este aspecto, debe prescribirse hasta que se
tengan los resultados de los estudios imagenológicos en busca de factores predisponentes. La
cefalexina tiene como única indicación la profilaxis en neonatos, en los cuales no se pueden
39
utilizar los otros antibióticos.
USO DE ARANDANOS
VACUNACIÓN
En las últimas décadas se ha venido investigando sobre protección del tracto urinario a través
de inmunizaciones. En experimentos realizados en ratones la inmunización subcutánea con
cepas de E. Coli, protege contra PNA transmitidas por vía endovenosa, pero muy poco contra
infección ascendente. Igualmente inmunización intraperitoneal e intravesical en ratas, protegen
contra la infección ascendente producida por bacterias homólogas.
Se ha postulado que la adherencia bacteriana al urotelio puede inhibirse in vitro por algunos
carbohidratos como la D manosa , que ayuda a promover el crecimiento de flora intestinal, lo
40
que hace que las bacterias sean incapaces de mantenerse en el tracto urinario.
Se han realizado estudios experimentales con bloqueo de citocinas, específicamente del factor
de crecimiento plaquetario transformante relacionado con fibrosis en pielonefritis aguda.
Bloqueo de angiotensina II y factor de crecimiento plaquetario, interleukina l y factor de
crecimiento paracrino para fibrosis renal derivado de fibroblastos.
Si hay deterioro de la función renal en pacientes con nefropatía por reflujo e hipertensión
arterial se justifica el uso de inhibidores de la enzima convertasa que modifica la hemodinamia
41
intrarrenal y preserva la función renal.
PRONÓSTICO
La ITU es generalmente benigna, pero en la primera infancia puede progresar a daño renal,
especialmente cuando se asocia con anomalías congénitas del tracto urinario, la mayoría de
los niños con ITU no presentan secuela a largo plazo. Entre un 8-40% en menores de 6 años
tienen reflujo besico ureteral. Otras anormalidades incluyen hidronefrosis y uropatia obstructiva
y doble sistema colector. De un 10-65% en niños menores de dos años presentaran cicatrices
renales que puede asociarse con el desarrollo de hipertensión y enfermedad renal terminal.
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CRITERIOS DE HOSPITALIZACIÓN
AB: Antibiótico; ITU: Infección del tracto urinario; PSP: Punción suprapúbica; SV: Sonda vesical
Guía de Práctica clínica sobre infección de tracto urinario en la población pediátrica. Instituto Aragonés de Ciencias de
la Salud; 2011
1422
Guía de Práctica clínica sobre infección de tracto urinario en la población pediátrica. Instituto Aragonés de Ciencias de
la Salud; 2011
1423
Evidence-based care for children 12 years of age or less with first urinary tract infection. Concinnati children´s hospital
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