SÍNDROMES MIELOPROLIFERATIVOS Y MIELODISPLÁSICOS ABREVIATURAS
HEMATOLOGÍA
Dr. Jorge Fernando galindo Ortiz
Est. María del Pilar Ortiz Alvarez
8vo. Semestre “A”
20144273
Coquimatlán, Colima a 14 de mayo de 2021
SÍNDROMES MIELOPROLIFERATIVOS Y MIELODISPLÁSICOS AR: Anemia Refractaria ARS: Anemia Refractaria Simple AREB: Anemia Refractaria con Exceso de Blastos AREBT: Anemia Refractaria con Exceso de Blastos en Transformación HPN: Hemoglobinuria Paroxística Nocturna LLA: Leucemia Linfocítica Aguda LLC: Leucemia Linfocítica Crónica LMA: Leucemia Mieloide Aguda LMC: Leucemia Mieloide Crónica LMMC: Leucemia Mielo-Monocítica Crónica TEM: Trombocitopenia Esencial Megacarioblástica PV: Policitemia Vera MMMA: Mielofibrosis con Metaplasia Mieloide Agnogénica _________________________________________________________________________ La anemia refractaria (AR) es un síndrome mielodisplásico que tiene una incidencia de 20 a 30% en la que se los blastos en sangre periférica están ausentes o hay menos del 1%, mientras que en médula ósea hay menos del 5% y hay menos del 15% de sideroblastos en anillos. En casos raros esta patología evoluciona a leucemia aguda. Existe neutropenia y/o trombocitopenia, así como anemia con reticulocitos bajos. Además, la médula ósea hipercelular tiene marcadas alteraciones morfológicas. Por otro lado, la anemia refractaria con exceso de blastos (AREB) tiene una incidencia del 30%, hay menos del 5% de blastos en sangre periférica y de 5 a 20% en médula ósea. Los sideroblastos anulares están presentes en cantidad variable y la evolución a leucemia aguda es frecuente. La anemia refractaria con exceso de blastos en transformación (AREB-t) es otra patología derivada de la misma AR que tiene un porcentaje de incidencia de 5 a 20%. Hay más del 5% de blastos en sangre periférica y de 21 a 29% en médula ósea, los sideroblastos están presentes en cantidad variable y la evolución a leucemia aguda se da en el 60% de los casos. La leucemia mielomonocítica crónica (LMMC) se presenta con una incidencia del 10 al 20%. Se caracteriza por tener menos del 5% de blastos en sangre periférica y menos del 20% en médula ósea. Además, hay más de 1x109 monocitos por litro en sangre periférica. De igual forma, la cantidad de sideroblastos es variable y frecuentemente suele transformarse en leucemia mieloide aguda. La leucemia mieloide crónica (LMC) es el síndrome mieloproliferativo más frecuente. Hay una traslocación en el cromosoma Phi+ que origina los genes BCR-ABL y ABL-BCR, responsables de una proteína quimérica encarada de las alteraciones encontradas en la fase crónica. La policitemia vera (PV) es un síndrome mieloproliferativo, segundo en frecuencia, que tiene características bien definidas. Entre los criterios de diagnóstico destacan los siguientes: A1 >Masa eritrocitaria 31/35 ml/Kg (mujeres/hombres) A2 Saturación de 02>91% A3 Esplenomegalia B1 Trombocitosis (>400,000/mcl) B2 Leucocitos (>12,000/mcl) B3 Fosfatasa alcalina leucocitaria (>100) La trombocitopenia esencial megacarioblástica (TEM) es una enfermedad que se presenta más comúnmente en mujeres y tiene mayor frecuencia de presentación después de los 60 años. Puede transformarse en PV, MMA o LMA. En los grupos de riesgo alto destacan los mayores de sesenta años y que han presentado un historial de trombosis, mientras que los de riesgo bajo son los menores de dicha edad, sin historia de trombosis, sin obesidad ni tabaquismo y con plaquetas < 1,500,000/mcl. La mielofibrosis con metaplasia mieloide agnogénica (MMMA) es un trastorno mieloproliferativo crónico caracterizado por fibrosis mieloide, esplenomegalia, leucoeritroblastemia y hematopoyesis extrema mieloide. Es la condición menos frecuente de todos los síndromes mieloproliferativos y tiene mayor incidencia después de los 60 años. La supervivencia va de 4 a 5 años y su tratamiento está orientado a controlar los síntomas y reducir las citopenias. Finalmente, la hemoglobinuria paroxística nocturna (HPN) es una enfermedad clonal y adquirida causada por una mutación somática en el gen PIG-A que se encuentra en el cromosoma X y que codifica una proteína involucrada en la síntesis del glicosilfosfatidilinositol (GPI). Entre los síntomas destacan la hemólisis intravascular mediada por el complemento, la trombosis venosa, el déficit de la hematopoyesis, citopenia debido al fallo de médula ósea, transformación leucémica (raramente), etc. Referencias. 1. Rodríguez, J. & Acosta, I. (2011) Actualización en síndromes mielodisplásicos. Revista médica Rosario, 77(1), 24-41. 2. López, M. (2000) Los síndromes mieloproliferativos. Gaceta médica de México, 136(2), 27-29. 3. Milanés, M., Fernández, N., Fundora, T., Jaime, J. & Hernández, P. (2003) Hemoglobinuria paroxística nocturna. Actualización. Revista Cubana de Hematología, Inmunología y Hemoterapia, 19(1).