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TEMA:
ESTUDIO MINISTERIO DEL PASTOR
ASIGNATURA:
TEOLOGÍA MINISTERIAL BÁSICA Y LAS ASAMBLEAS DE DIOS
DOCENTE:
PASTOR ABEL ESCALANTE
ESTUDIANTE:
JOSÈ RIGOBERTO CORLETO BERGANZA
FECHA DE ENTREGA:
SÀBADO, 5 DE MARZO DE 2022
Tabla de contenido
OBJETIVOS..........................................................................................................................................3
GENERAL........................................................................................................................................3
ESPECÌFICO.....................................................................................................................................3
INTRODUCCIÒN..................................................................................................................................4
El Ministerio Pastoral.........................................................................................................................5
Importancia Del Ministerio Pastoral...............................................................................................5
La labor complementaria del ministerio pastoral...........................................................................5
Característica especial del ministerio del pastor............................................................................6
El llamado Pastoral.....................................................................................................................6
La importancia del llamamiento:................................................................................................6
El apasionamiento por el ministerio: “más fuerte fuiste que yo, y me venciste”.......................8
La maravilla de la zarza ardiendo:..............................................................................................9
La Integridad del Ministro..........................................................................................................9
Requisitos bíblicos para ocupar el ministerio pastoral.........................................................10
El sacerdocio del pastor y su conducta.....................................................................................12
El Sacerdocio del pastor y su vocación.....................................................................................13
El Sacerdocio del Pastor y su mantenimiento..........................................................................13
El Sacerdocio del pastor y su mensaje......................................................................................13
CONCLUSIÒN....................................................................................................................................15
BIBLIOGRAFÌA.............................................................................................................................16
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OBJETIVOS
GENERAL
●Reflexionar sobre la naturaleza, fundamentos, desafíos y requisitos
bíblicos del ministerio del pastor
ESPECÌFICO
●Identificar los fundamentos, premisas, desafíos y requisitos del
ministerio del pastor según las Sagradas Escrituras
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INTRODUCCIÒN
Las palabras "ministerio, ministro y ministrar" son traducciones de palabras
griegas relacionadas con diakonía, que significa "servicio" o "mayordomía", y que
en el contexto bíblico se refiere en especial al aspecto espiritual. Por lo tanto, en el
Nuevo Testamento, un ministerio es, fundamentalmente, un servicio espiritual que
se presta al Señor en el marco de la iglesia, el cuerpo de Cristo.
El pastor que ha sido llamado por Dios ha recibido un gran ministerio, un gran
privilegio que implica un gran desafío. Debe reconocer, el pastor, que debe velar
por las necesidades espirituales de su congregación; debe enseñar y fortalecer a
los miembros de la iglesia, animando a cada uno de ellos al crecimiento en amor y
servicio. El ministerio del pastor intuye el llamado para guiar, vigilar y cuidar el
rebaño de Dios.
El presente trabajo tiene como objetivo reflexionar sobre el ministerio del pastor, y
contiene su respectiva introducción, desarrollo, conclusión y bibliografía.
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El Ministerio Pastoral
Uno de los grandes ministerios de la iglesia, sin duda, es el pastoral. La misma
palabra “pastor” encierra un gran simbolismo que habla de la importantísima labor
de este noble ministerio: Uno que apacienta.
1. En su sentido natural, es alguien que cuida rebaños (Mateo 9:36; Lucas 2:8,
15, 20; Juan 10:2).
2. Metafóricamente, se refiere a Cristo (Mateo 26:31; Juan 10:11, 14, 16;
Hebreos 13:20).
3. También en forma metafórica se refiere a aquellos que ejercen el pastorado
en la iglesia de Cristo (Efesios 4:11). Los pastores conducen y apacientan
la grey (Hechos 20:28), este servicio era encomendado a los varones
maduros espiritualmente, el pastoreo involucra un cuidado tierno y una
supervisión llena de atención (1ra Pedro 5:1-3).
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todo el cuerpo, bien concertado unido entre sí por las coyunturas que se ayudan
mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento
para irse edificando en amor” (Efesios 4:15,16).
El llamado Pastoral
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El llamado es importante para el ministro; por cuanto su trabajo es de carácter
espiritual, por ende, debe tener una capacitación espiritual para llevar a cabo su
misión de forma efectiva. La capacitación de la que se habla no puede obtenerse
de fuentes humanas; sino por fuente divina, espiritual. Dicho de otro modo: La
capacitación espiritual del ministerio pastoral, viene con la impartición de la unción
del Espíritu Santo que se da en el llamamiento.
1) Sabiduría espiritual.
2) Fidelidad al llamado.
La razón más importante por la cual un pastor llamado por Dios no puede dejar el
ministerio; es por el hecho de que el don y el llamamiento de Dios se ligan
fuertemente y de manera muy profunda en el espíritu del ministro, de donde no
podrá arrancarlos. Acerca de este principio, las escrituras dicen: “Me sedujiste, oh
Jehová, y fui seducido; más fuerte fuiste que yo, y me venciste; cada día he sido
escarnecido, cada cual se burla de mí. Porque cuantas veces hablo, doy voces,
grito: Violencia y destrucción, porque la palabra de Jehová me ha sido por afrenta
y escarnio cada día. Y dije: No me acordaré más de él, ni hablaré más en su
nombre; no obstante, había en mi corazón como un fuego ardiente metido en mis
huesos; traté de sufrirlo y no pude” (Jeremías 20:7-9). Las escrituras dejan ver con
claridad la gran angustia del siervo de Dios; o dicho de un modo más actual; la
gran depresión del siervo de Dios, la cual era tan intensa que deseaba morir; al
punto de maldecir la hora y el día en que nació (Jeremías 20:14-18).
Hay, además, otra verdad bíblica en la cual basarse para decir que un ministro con
llamado no podrá dejar de forma definitiva su ministerio: “Porque irrevocable son
los dones y el llamamiento de Dios” (Romanos 11:29). Es importante notar que la
pasión por el ministerio no proviene del corazón del hombre, sino de la acción de
Dios; el cual ha designado al que llamó y que poderosamente le inquieta a cumplir
su misión. Jeremías lo dice de este modo: “Me sedujiste, oh Jehová, y fui
seducido; mas fuerte fuiste que yo, y me venciste”.
Cuando es el verdadero fuego de Dios al que llamamos pasión, el que está dentro
del ministro; los propósitos de Dios serán mucho más fuertes que la adversidad; y
el ministro no será vencido del deseo de renuncia; sino que el fuego del
llamamiento de Dios vencerá al ministro, haciéndolo permanecer en el ministerio.
(“Me sedujiste, oh Jehová, y fui seducido; mas fuerte fuiste que yo, y me venciste;
cada día he sido escarnecido, cada cual se burla de mí. Porque cuantas veces
hablo, doy voces, grito: Violencia y destrucción, porque la palabra de Jehová me
ha sido por afrenta y escarnio cada día. Y dije: No me acordaré más de Él, ni
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hablaré más en su nombre; no obstante, había en mi corazón como un fuego
ardiente metido en mis huesos; traté de sufrirlo y no pude”) (Jeremías 20:7-9).
Puede ser que las consideraciones acerca de lo sufrido del ministerio pastoral
tiendan a desalentar a aquellos que piensen dedicarse al pastorado; porque si es
tan difícil ¿Quién querrá dedicarse a él? No obstante, es necesario entender que
si Dios ha llamado al ministro, Él es poderoso para sostenerle en la adversidad.
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todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el
buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos” (Mateo 7:15-18).
La Biblia registra el pecado de verdaderos siervos del Señor sin que esto
desautorice su obra. Sin embargo, ha de aclararse que el pecado de dichos
servidores del Señor no es el carácter habitual de sus vidas; es más bien una
excepción. Aun así, es de suma importancia que la iglesia conozca a ciencia cierta
quien es el pastor como persona, a fin de poder aceptar y “juzgar” adecuadamente
el ministerio de dicho pastor.
En este tiempo cobra especial valor este principio, porque muchos se han
dedicado al pastorado por intereses personales y no por vocación ni llamado. Esto
ha traído grandes daños a la iglesia del Señor. Son muchos los intereses que han
motivado a quienes se dedican al pastorado sin ser llamados por Dios: Por
ganancia deshonesta, por fama, como forma de sustento económico, entre otros.
Pero lo más lamentable de todo, es la falta de integridad y virtudes cristianas en la
conducta de muchos de ellos. Eso ha provocado lesiones serias a la iglesia:
Adulterios de dichos pastores, defraudación financiera, descuido de la salud
espiritual de los creyentes, y en muchos casos, la introducción de doctrinas
erróneas y destructivas en la iglesia.
Todo ello ha provocado un mal ambiente para el ejercicio legítimo del ministerio y
una mala imagen del mismo dentro de la iglesia. Ese mal ambiente y daño de la
imagen del pastorado se ha extendido al mundo; es decir, fuera de la iglesia, en
los no creyentes; afectando así la credibilidad del ministro y de la iglesia, y por
ende, la misión de ésta.
La Palabra de Dios establece los requisitos para ejercer el pastorado. Y estos son
excluyentes y son, por tanto, necesarios para regir el peregrinar del pastor, porque
la Palabra de Dios lo manda en 1ra Timoteo 3:1-7 y en Tito 1:5-9.
“Palabra fiel: Si alguno anhela obispado (pastorado), buena obra desea (1Timoteo
3: 1).
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Es necesario, pues, que el obispo sea irreprochable, marido de una sola mujer,
sobrio, prudente, decoroso, hospitalario, apto para enseñar, no adicto al vino, ni
pendenciero, sino amable, apacible, no avaro, que gobierne bien su propia casa,
que tenga a sus hijos en sumisión con toda dignidad (pues si alguno no sabe
gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la Iglesia de Dios?); no un neófito, no
sea que, lleno de orgullo, caiga en acusación del diablo; debiendo tener también
buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en descrédito o en trampa del
diablo.”
Cuando Moisés expone las exigencias divinas para los sacerdotes, resulta
significativamente enfático el perfil familiar de este servidor de Dios. Por ejemplo,
no podía casarse con una mujer común (Levítico 21:7) o que tuviera algún tipo de
falta, menos el Sumo sacerdote (Levítico 21:13-15) quién debía contraer
matrimonio con una mujer intachable y por supuesto, virgen. Los hijos de estos
ministros debían participar activamente en el ministerio de su padre y ser el reflejo
moral de la gestión de su padre. Esto se ilustra con la disposición que ordenaba
que la hija fornicaria de un sacerdote fuera quemada (Levítico 21:9), tan drásticas
eras las medidas, que ni luto pudo guardar Aarón, cuando sus hijos fueron
incinerados por Dios, al comportarse de manera irreverente durante su servicio en
el santuario (Levítico 10:6).
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a mí se acercan me santificaré, y en presencia de todo el pueblo seré glorificado”
(Levítico 10:3).
Además de estar obligado a ser santo, como todo israelita (Levítico 11:44; 19:2;
20:26), el sacerdote tenía que reflejar en su comportamiento la santidad de Dios
que representaba, a la vista de todo el pueblo. Es por esta razón que el apóstol
Pablo recomienda a Tito ser irreprensible, como administrador de Dios (Tito 1:6) y
a Timoteo le recuerda que el candidato al obispado (pastorado) debe tener un
buen testimonio de los de afuera (1ra Timoteo 3:7).
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«Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor,
mayormente los que trabajan en predicar y enseñar.” En 1ra Timoteo 5:17-18, es
significativo el concepto de trabajo, ya que el mismo Dios los “contrata” para
trabajar en su viña, por lo mismo requiere de un mantenimiento justo por parte de
la congregación a la que este sirve.
Los pastores deben reconocer la grandiosa tarea que Dios les encomienda. El
apóstol de los gentiles une dos requisitos para los ministros en 1 Timoteo 3:2-3 “…
apto para enseñar, no dado al vino…” (Otra versión dice: no dados a mucho vino).
Hoy más que nunca se requiere que los ministros del Dios Altísimo agudicen su
capacidad para discernir entre lo santo y lo inmundo, sobre todo al momento de
enseñar o predicar las verdades eternas. Pablo insiste en esto a Tito exigiéndole
que el verdadero líder de la grey de Dios debe ser “retenedor de la palabra fiel tal
como ha sido enseñada, para que también pueda exhortar con sana enseñanza y
convencer a los que contradicen…” (Tito 1:9).
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CONCLUSIÒN
El llamado pastoral es muy importante en el plan que Dios trazó para la iglesia, y
requiere de una cantidad considerable de requisitos que Dios exige a quienes Él
llama. Ser pastor no es una tarea fácil, pero sí es algo honorable, es un trabajo
que muchas veces no es valorado por las personas o por las ovejas, pero es de
gran importancia (junto a otros ministerios) para el crecimiento espiritual de
quienes forman parte de la Iglesia.
Los pastores que llevan muchos años, pero que sienten que las fuerzas van
decayendo, necesitan renovar su compromiso con Dios, reconociendo
constantemente el privilegio sin comparación que Dios les ha conferido.
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BIBLIOGRAFÌA
De Reina, C., & De Valera, C. (1993). Biblia de Estudio de la Vida Plena. Miami:
Editorial Vida.
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