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INTRODUCCIÓN A LA PASTORAL PROFÉTICA

2. LA PASTORAL PROFÉTICA.

OBJETIVO: Que el agente de la pastoral profética tenga un claro conocimiento de la


pastoral que desempeña, para que pueda ubicarla dentro de la acción evangelizadora de
la Iglesia y con renovado entusiasmo la impulse.

TEXTO ILUMINADOR: Mt 28,18-20

1er PASO: VER.

La acción pastoral de la Iglesia es amplia y rica en su conjunto, pero es conveniente que


los agentes, de acuerdo al ministerio en el que colaboran ubiquen su acción concreta
dentro de la pastoral, para dar así una mejor respuesta a las exigencias de nuestro tiempo.

Compartamos:
† ¿Cómo podemos definir o describir lo que es pastoral? Acción de Cristo a través de la
Iglesia para salvar a los hombres.
† ¿Cómo está dividida la pastoral en nuestra diócesis? Por ocho comisiones Episcopales
† ¿Quién es el primer responsable? El Sr. Arzobispo, S.E.R. Don Constancio
Miranda W.
† ¿Quién es el vicario de Pastoral? Pbro. Víctor Melchor Quintana Quezada.
† ¿Cuáles son las Comisiones Diocesanas?
o P. Profética
o P. Litúrgica
o P. Social
o P. de Vocaciones y Ministerios
o P. Familiar y Vida
o P. Juvenil
o P. Laicos
o P. de las Comunicaciones
† ¿Han oído hablar de las dimensiones de la pastoral? 37 dimensiones PDP 539-
546
† ¿En qué dimensión de la pastoral han participado?

2o PASO: ILUMINAMOS LA REALIDAD

2.1 ¿QUÉ ENTENDEMOS POR PASTORAL PROFÉTICA?


A la pastoral profética le llamamos también ministerio de la Palabra o martiria. En un
concepto amplio la pastoral profética es la transmisión de la Palabra de Dios mediante la
palabra humana. Y está directamente al servicio de la fe, la cual nace y crece por medio de
la predicación, en este ámbito se muestra a Jesús como Profeta. Leamos Rom 10,8-9.

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INTRODUCCIÓN A LA PASTORAL PROFÉTICA

En En el Proyecto Diocesano de Pastoral, promulgado el 29 de junio del 2016, la Comisión


Diocesana para la Pastoral Profética, presentó el siguiente objetivo de dicha Comisión:
«Animar e iluminar la nueva evangelización, en el espíritu de la Misión Continental,
para suscitar, formar y enviar discípulos misioneros de Jesucristo comprometidos en la
Iglesia de Chihuahua y en el mundo» PDP 193

Así podemos decir que, el objetivo de la pastoral profética es despertar la fe y la


conversión, hasta llevarla a la maduración en el compromiso por la construcción del Reino
de Dios.

En nuestra Arquidiócesis, la Comisión Diocesana para la Pastoral Profética incluye las


siguientes Dimensiones:
a) D. de la Defensa de la Fe
b) D. de la Pastoral de la Cultura
c) D. de la Pastoral Catequética
d) D. de la Animación bíblica de la Vida Pastoral
e) D. de la Educación Cristiana
f) D. de Misiones

2.2 RASGOS DEL MINISTERIO DE LA PALABRA

Es un ministerio profético.
Dios se comunica totalmente cuando habla. Y se entrega como Palabra creadora y
reveladora. Pero solo el creyente que dialoga interiormente con Dios es capaz de percibir
esa Palabra misteriosa de Dios. Para que la Palabra de Dios sea operante es necesario que
la comunidad cristiana se ponga al servicio de las exigencias dinámicas de la Palabra de
Dios, esta función constituye el denominado ministerio profético, que desentraña el
contenido de la Palabra de Dios y la hace eficaz por medio de la palabra humana.

La primera misión de los apóstoles es el ministerio profético (leamos 1 Cor 1,17). Pablo
aconseja a los discípulos que se entreguen a la proclamación del mensaje (leamos 2 Tim
4,1-2). Por esta razón el acento pastoral de la comunidad apostólica recae en la
proclamación del mensaje o del kerigma, ya que la tarea más urgente es poner los
fundamentos de la fe.

Está al servicio de la fe
El ministerio profético es cristiano cuando parte de la fe y desemboca en la fe. El kerigma
es el grito del heraldo y de la proclamación de una buena noticia.

Kerigma cristiano, en sentido estricto, es el contenido de la proclamación de la Buena


Noticia salvadora y liberadora a quienes carecen de esperanza, no tienen libertad, están
faltos de justicia o son pobres y marginados.

El primer anuncio de la fe que hizo Pedro, constituye el primer kerigma apostólico.


(leamos Hch 2,14-38).
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La profecía es el segundo elemento sobrenatural de la proclamación y como consecuencia,


sobreviene en los creyentes una metanoia o conversión. El kerigma constituye, por tanto,
el hecho central de la Palabra de Dios y del servicio a la fe. También está el cuidado de que
la Palabra se mantenga incorrupta.

Es básicamente evangelización fundamental y catequesis

Evangelización fundamental:
La evangelización es el ministerio que despliega la Palabra de Dios de un modo dinámico
como palabra poderosa que salva; suscita la fe y la adhesión personal de un modo nuclear
y global. El hombre evangelizado se convierte primero en un creyente al dar un giro
profundo en su vida y religarse personal y totalmente a Dios.

La evangelización fundamental anuncia a Jesucristo como kerigma, es decir, como Buena


Nueva salvadora, con el objetivo de fundar una comunidad cristiana mediante la
conversión que conduce al bautismo.

Va dirigida a los bautizados no practicantes que han dejado de creer, a los practicantes
adultos no iniciados y a los niños y adolescentes bautizados que deben ratificar su fe como
una fe adulta mediante una aceptación personal de Jesucristo como Señor y Salvador de
sus vidas.

Catequesis:
Otro momento o dimensión del ministerio profético es la catequesis: «Los que han
recibido la fe en Cristo, ingresan en el catecumenado, lugar donde se inician los
convertidos en la vida de fe, de la liturgia y de la caridad del pueblo de Dios» (AG 14).

La catequesis desarrolla el contenido kerigmático; en la catequesis, la Palabra de Dios es


palabra de enseñanza y la fe se manifiesta como fe de iluminación. El convertido,
introducido inicialmente en el misterio de Cristo por el kerigma, interioriza
progresivamente todos los aspectos que posee la fe cristiana. Al mismo tiempo que
mantiene la fe de conversión, desarrolla la educación en la fe, ya que la fe que se manifiesta
en el acto personal de conversión, debe madurar hasta transformarse en una fe de
comunión.

Se discute hoy la diferencia entre evangelización y catequesis, el catequeta Emilio Alberich


afirma que el momento catequético aparece en naturaleza, distinto y sucesivo al del
anuncio evangelizador: «La catequesis constituye un momento señalado dentro del
proceso de evangelización. […] la evangelización engloba en realidad todo el conjunto
del anuncio y del testimonio del Evangelio dados por la Iglesia y, en este sentido, la
catequesis es siempre una forma de evangelización»1.

1
ALBERICH E., La catequesis en la Iglesia, Madrid, CCS 1991, p 48.
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El mismo catequeta nos dice que, «En forma sintética, si tenemos presente los datos del
Nuevo Testamento y los documentos eclesiales, se puede llamar catequesis a toda forma
de servicio eclesial de la palabra de Dios orientada a profundizar y a hacer madurar la
fe de las personas y de las comunidades»2.

La Exhortación Catechesi Tradendae (CT) de 1979, afirma que entre catequesis y


evangelización no hay ni separación ni oposición, ni identificación pura y simple, sino
relaciones profundas de integración y de complemento recíproco 3.

Por otra parte, la Exhortación Apostólica “Evangelii Nuntiandi” [EN] del 8 de diciembre
de 1975, sobre la evangelización en el mundo contemporáneo, subrayó con toda razón que
la evangelización -cuya finalidad es anunciar la Buena Nueva a toda la humanidad para
que viva en ella- es una realidad rica, compleja y dinámica, que tiene elementos o, si se
prefiere, momentos esenciales y diferentes entre sí, que es preciso saber abarcar
conjuntamente, en la unidad de un único movimiento. La catequesis es uno de esos
momentos -¡y cuán señalado!- en el proceso total de evangelización»4.

S.S. el Papa Francisco en la exhortación apostólica Evangelíi Gaudium, publicada el 24 de


noviembre del 2013, afirma que “en la catequesis tiene un rol fundamental el primer
anuncio o «kerygma », que debe ocupar el centro de la actividad evangelizadora y de
todo intento de renovación eclesial”5.

2.3 EL PROCESO EVANGELIZADOR


«Nosotros queremos confirmar una vez más que la tarea de la evangelización de todos
los hombres constituye la misión esencial de la Iglesia; […] Evangelizar constituye, en
efecto, la dicha y vocación propia de la Iglesia, su identidad más profunda. Ella existe
para evangelizar, es decir, para predicar y enseñar, ser canal del don de la gracia,
reconciliar a los pecadores con Dios, perpetuar el sacrificio de Cristo en la Santa Misa,
memorial de su Muerte y Resurrección gloriosa»6.

La Iglesia existe para evangelizar, esto es, para llevar la Buena Nueva a todos los
ambientes de la humanidad y con su influjo, transformar desde dentro, renovar la misma
humanidad.

El mandato misionero de Jesucristo comporta varios aspectos íntimamente unidos entre


sí: anuncio, testimonio, enseñanza, sacramentos, amor al prójimo, hacer discípulos; todos
estos aspectos son vías y medios para la transmisión del único Evangelio y constituyen los
elementos de la evangelización.

2
Ibid.
3
Cf. CT 18.
4
Ibid.
5
EG 164.
6
EN 14.
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INTRODUCCIÓN A LA PASTORAL PROFÉTICA

La Iglesia, aun conteniendo en sí la plenitud de los medios de salvación, actúa entre los
hombres de modo gradual. El Decreto conciliar Ad gentes ha clarificado la dinámica del
proceso evangelizador:
† Testimonio cristiano, diálogo y presencia de la caridad (nn 11-12).
† Anuncio del Evangelio y llamada a la conversión (n 13).
† Catecumenado e iniciación cristiana (n 14).
† Formación de la comunidad cristiana, por medio de los sacramentos, con sus ministerios
(nn 15-18).

Conjuntando todos los elementos anteriores, podemos decir QUE LA EVANGELIZACIÓN


es el proceso, por el que la Iglesia, movida por el Espíritu, anuncia y difunde el Evangelio
en todo el mundo.

El Proceso evangelizador está estructurado en etapas o momentos esenciales 7:


† LA ACCIÓN MISIONERA para los no creyentes y para los que viven en la indiferencia
religiosa.
† LA ACCIÓN CATEQUÉTICO-INICIADORA para los que optan por el Evangelio y para
los que necesiten completar o reestructurar su iniciación.
† LA ACCIÓN PASTORAL para los fieles cristianos ya maduros, en el seno de la
comunidad cristiana.

7
Cf. CONGREGACIÓN PARA EL CLERO, Directorio General para la Catequesis, Città del Vaticano, Librería Editrice
Vaticana 1997, nn 46-49.
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