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Un pastor es una persona que Dios llena de su sabiduría, autoridad y amor, para guiar a
sus ovejas por el camino correcto, Debe tener convicción de su llamado y ser postulado
por la iglesia o liderazgo, después de ser escogido por Dios. O sea debe pasar dos filtros,
el primero y más importante es su llamado por Dios y el segundo confirmado por la
Iglesia. Ser pastor de iglesia Es un trabajo que implica mucha responsabilidad ante Dios,
porque se trata de dirigir a su pueblo.
Tal cual como lo hizo Moisés a través del desierto cuando lo sacó de Egipto. La función
del pastor de una iglesia cristiana va mucho más allá de los sermones que predica. Se basa
en una variedad de habilidades para asegurar el éxito y la salud de la iglesia. Si bien
muchos pastores se acercan a sus responsabilidades de diferentes maneras, sus funciones
son similares. Ellos llevan a cabo tareas administrativas, son líderes y se ocupan de las
necesidades emocionales de la congregación.
Características de un pastor
Pastorear
Hechos 20:28 llama pastores a aquellos que supervisan a la iglesia y a los miembros de la
iglesia como un rebaño. Al igual que un pastor conduce y guía a sus ovejas, así mismo el
pastor de una iglesia debe dirigir y guiar a su congregación y promover la sanación. El
exhorta a las personas que viven abiertamente en pecado y los ayuda a tener una correcta
relación con Dios.
Fomentar la visión
Muchos pastores tienen una pasión por un ministerio en particular y su visión a menudo lo
refleja. Por ejemplo, el pastor puede enfocarse fuertemente en la obra misionera, la
educación, los solteros, las parejas o los hijos. Aunque todas las iglesias tienen algún
aspecto de todos estos ministerios, la visión del pastor a menudo hace hincapié en uno o
más de estos. Una vez que determina su visión, la comparte con su congregación y asigna
a personas para que ayuden a ponerla en práctica.
Capacita.
El pastor enseña y capacita a los predicadores o a los aspirantes a predicadores que
deseen pastorear una iglesia. Les proporciona su experiencia en la iglesia a fin de
prepararlos para el ministerio, les permite predicar y funciona como su mentor.
Dependiendo de la denominación, el pastor también ayuda a sus alumnos a ser ordenados
y además puede entrenar a otros líderes de la iglesia, tales como diáconos y líderes de
educación cristiana
La humildad ante las páginas de la revelación divina obligan al pastor fiel a procurar con
diligencia presentarse a Dios aprobado, “como obrero que no tiene de qué avergonzarse,
que usa bien la palabra de verdad” (2 Ti. 2:15).
Ir a buscar al descarriado
Muchos pastores obvian esta parte del trabajo, porque no es un atarea fácil de realizar. Y
piensan que ¿para qué ir a buscar a alguien que se fue? Y la respuesta es porque así lo
dice la Palabra en Lucas 15:1-6 y esas palabras fueron pronunciadas por el mismo Jesús.
Perdonar
Esta es una virtud que aunque debemos tener todos los cristianos, un pastor debe tener una
doble porción. El oficio del pastor es uno muy mal pagado y muchas veces sus propios
discípulos le traicionan o lo abandonan.
Es por eso que si es una persona que le cuesta mucho el mandamiento de perdonar, no
agarre este ministerio hasta que aprenda a hacerlo con liberalidad. Porque no perdonar
trae raíces de amargura y eso es algo de lo que deben cuidarse todas las personas, un
pastor más.
Ser apacible
Un ser apacible está lejos de ser brusco o violento, es alguien que se quiere tener cerca
porque inspira paz.
Cuidar de la iglesia, sin enseñorearse de ella o explotarla. “Apacentad la grey de Dios que
está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia
deshonesta, sino con ánimo pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro
cuidado…” (1 Pedro 5:2-3).