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José Viana. C.I: 31.182.920.

4to semestre, sección 2.

Ética y legislación de medios.

Análisis
Existe un debate extenso en los medios de comunicación que habla de cómo muchos
de los gobiernos que están en la Corte Interamericana de los Derechos Humanos juzgan e
imponen amonestaciones a los periodistas que “infringen con la ética del periodismo”
cuando de alguna manera publican información veraz y esta repercute directamente hacia
un gobierno, desnudándolo de tal manera que no le conviene al gobierno ni a sus dirigentes
políticos de mayor rango. Creando una guerra entre medios de comunicación, gobiernos y
poniendo en peligro a la libertad de prensa.

El artículo 4 del código de ética del periodista venezolano menciona que “el
periodista tiene la verdad como norma irrenunciable, y como profesional está obligado a
actuar de manera que este principio sea compartido y aceptado por todos. Ningún hecho
deberá ser falseado y ningún hecho esencial deberá ser deliberadamente omitido. El
Colegio Nacional de Periodistas está obligado a prestar amparo a todo colegio que sea
afectado por defender la verdad”. Esto quiere decir que el periodista deberá publicar
información de interés público si esta es totalmente verídica y no deberá tener algún tipo de
sanción si la información publicada entra en todo el marco ético de una noticia.

Aunque el periodista tenga amparo del Colegio Nacional de Periodistas, este no está
exento de amonestaciones y regulaciones. Este debe seguir las leyes y el código de ética de
su profesión para poder ejercer sus funciones como profesional en prensa correctamente.
Por ejemplo, en el artículo 13.5 establece que “estará prohibida por la ley toda
propaganda en favor de la guerra y toda apología del odio nacional, racial o religioso que
constituyan incitaciones a la violencia o cualquier otra acción ilegal similar contra
cualquier persona o grupo de personas, por ningún motivo, inclusive los de raza, color,
religión, idioma u origen nacional”. Personalmente creo que este artículo es de suma
importancia ya que da a entender que el periodista solo debe dedicarse a proporcionar
información al pueblo, información que sea relevante y de mucha ayuda para el desarrollo
social, cultural y político de sus vidas; y no deberá enmascarar discursos de odio, incitación
la violencia o cualquier acto que ponga en peligro a la integridad física y mental de una
persona o grupos personas.

Ahora, con toda esta explicación retomamos el debate de que tanto debería
imponerse el gobierno en lo que es la libertad de expresión y castigar a los medios de
comunicación y a los periodistas. Surge una pregunta muy interesante que abre un poco
más el debate y es ¿si el periodista y el medio de comunicación no infringen el código de
ética del periodista al momento de publicar información relevante y de gran interés político,
por que debería ser sancionado y perseguido por los dirigentes políticos?

Un gran ejemplo de todo esta enredadera de ideas y opiniones tenemos el caso de


Julian Assange y el gobierno estadounidense que presentó 17 nuevas acusaciones bajo La
Ley de Espionaje contra Assange por recibir y publicar información de la exanalista de
inteligencia militar Chelsea Manning.

El Departamento de Justicia se esforzó por argumentar que Assange no es periodista


y que los cargos por las publicaciones se refieren a la divulgación no solo de información
clasificada, sino de nombres reales de fuentes de inteligencia.

Si bien Julian Assange pudo haber cometido un error ético por publicar información
con nombres reales de personas y exponer su integridad como personas. Lo que más resalta
es como el gobierno de Estados Unidos reaccionó a la exposición de estos archivos
clasificados de su propio gobierno, presentando acusaciones contra el periodista y poniendo
en peligro la libertad de prensa. Y como se ha cegado antes otras situaciones similares
como es el ejemplo de Jamal Khashoggi, periodista saudí que fue brutalmente asesinado
por el gobierno de su país tras revelar documentos clasificados.

Si fue un delito que Assange recibiera y publicara información clasificada, gran


parte del periodismo en EE.UU. se convertiría en una empresa criminal y una gran masa de
periodistas deberían ser llevados a la corte.

Entonces la pregunta en realidad es ¿a los gobiernos en realidad les interesa la ética


del periodista y las repercusiones que podrían hacer sus actos, o en realidad es una táctica
de censura y control a los medios de comunicación para su beneficio propio?

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