LA LIBERTAD DE EMPRESA EN EL ÁMBITO CONSTITUCIONAL

Siguiendo a Viera (2010), consideramos que la libertad de empresa es un derecho

fundamental de enorme trascendencia, tanto por la importancia que supone para el
despliegue de la economía de un país la iniciativa privada, como por el hecho de que
es indispensable instituir parámetros para que este despliegue no sea arbitrario y que
suponga una privación de derechos a las personas.

Por su parte Sabogal (2005), explica que la Libertad de empresa es una libertad que
se otorga a toda persona (sin hacer distinción entre personas naturales o jurídicas),
para desarrollar actividades de carácter económico (entendiendo por actividad
económica, aquella que tiene por objeto la producción y distribución de bienes, y de
forma derivada el consumo y la acumulación), y para mantener o aumentar su
patrimonio (conjunto de bienes materiales e inmateriales inherentes a una persona).

En similar sentido, la sentencia materia de análisis indica que:

“La libertad de empresa se manifiesta como el derecho de las personas a elegir

libremente la actividad ocupacional o profesional que desee o prefiera desempeñar,
disfrutando de su rendimiento económico y satisfacción espiritual” (EXP. N° 3330-
2004-AA/TC , 2005).

En cuanto a su reconocimiento constitucional este derecho ha sido regulado en el

artículo 59 de la Constitución Política, el cual estipula lo siguiente:

El Estado estimula la creación de riqueza y garantiza la libertad de trabajo y la

libertad de empresa, comercio e industria. El ejercicio de estas libertades no
debe ser lesivo a la moral, ni a la salud, ni a la seguridad públicas. El Estado
brinda oportunidades de superación a los sectores que sufren cualquier
desigualdad; en tal sentido, promueve las pequeñas empresas en todas sus
modalidades.

Así, en nuestro pais, la libertad de empresa constituye un mandato constitucional que

al mismo tiempo contiene un derecho subjetivo --cuyo titular es toda persona que
decida emprender una actividad económica- y una norma que impone al Estado
restricciones en su accionar empresarial. Es, en suma, un derecho exigible frente a los
demás particulares y al propio Estado. (Gutierrez, 2005)

Pese a lo anterior, un sector de la doctrina nacional (por influencia del derecho

colombiano), no lo considera un verdadero derecho fundamental, pues consideran que
“en realidad constituye el establecimiento de un instrumento para el ejercicio de
verdaderos derechos fundamentales” (Carrasco, s/f), como son el de la libre iniciativa
(artículo 2, inciso 17) de la Constitución), el libre desarrollo de la personalidad (artículo
2º, inciso 1 de la Constitución) o, incluso, el derecho al trabajo (artículo 22º de la
Constitución).

No obstante, nosotros somos de la tesis de que la libertad de empresa si constituye un

derecho fundamental esencial pues entre otras razones: a) protege la dignidad de la
persona humana, ya que lo materializa; b) consolida el sistema democrático, ya que su
existencia hace posible la libertad individual, la subsistencia y desarrollo integral de
todas y cada una de las personas que integran la sociedad. (Anzures, 2019)

En conclusión, la libertad de empresa es un derecho fundamental que se otorga a toda

persona para desarrollar actividades de carácter económico y para mantener o
aumentar su patrimonio.