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IPEM N°207 “EDUARDO REQUENA”

AÑO: 4 años
MATERIA: LENGUA Y LITERATURA- TERCER MATERIA
PROFESORES: CECILIA SOSA IRAZOQUE, CAROLINA FAU Y ERICA BOCANOVICH
TRABAJO PRÁCTICO N°5
EL HÉROE Y EL ANTIHÉROE EN LA LITERATURA

La palabra héroe proviene del griego antiguo ἥρως(hērōs) y podía ser


utilizarse tanto con hombres como con mujeres ilustres. El concepto apareció por primera vez
en Grecia y fue aplicado en la cultura por Píndaro, quien distingue entre dioses, héroes y
hombres. Hesíodo, ya en época romana, define al héroe como un «semidiós» o «dios local»,
mientras que Aristóteles declara que los héroes eran, tanto física como moralmente,
superiores a los hombres.
Si bien en este caso nos estamos refiriendo al héroe mitológico, el héroe literario, al beber de
estas fuentes, no será, sobre todo en los orígenes, demasiado distinto.
El héroe literario es el personaje central de una historia. En la literatura, al contrario que en la
mitología, el héroe no será tan perfecto. 
El prototipo de héroe medieval español es el MÍO CID o EL REY ARTURO convirtiéndose el
héroe no solo en un ser de ficción, sino en una figura representativa de todo un pueblo y una
cultura.
  
Fue todo este éxito, en torno al rol de los caballeros, a la usanza del MIO CID,  que inspiro a
Cervantes a escribir  su Obra EL QUIJOTE DE LA MANCHA, como una burla refinada de todas
esas novelas de Caballería.
 
Por otra parte, surge el temple moral del héroe en quien se enlazan y juntan los más nobles
atributos del alma. Su llana y familiar cortesía, nos brinda la imagen de su grandeza y honradez
que los súbditos tanto admiraban de él. Lo caracterizaba su piedad y la ternura conyugal más
honda.
 
Ya aquí aparece la dama a la cual el héroe está sujeto, dedicándole sus luchas. Estaba a sus
servicios y cuando se encontraba ausente la anhelaba. Los refinamientos de este amor ideal
representaban una reivindicación de la libertad y la dignidad femenina. Los caballeros
andantes, impulsados por una gran sensibilidad y generosidad, se proclamaban humildes ante
los caprichos de las altivas damas y la sociedad exaltaba tal sumisión. En todo caso se trata en
gran parte de un amor Platónico, e ideal, que suspira eternamente por la amada, y que justifica
siempre la intrepidez de las acciones de los Caballeros.
 
El héroe debía luchar contra las fuerzas del mal: brujos, encantamientos, pociones, engaños,
etc. protegiendo a los caballeros y al pueblo en peligro. El héroe debía de manera brutal,
enfrentar su destino.

 Por el contrario, los protagonistas de Shakespeare, por ejemplo, acumulan defectos; la locura
de Hamlet, la ambición de Lady Macbeth, los celos de Otelo, etc. Y no solo los trágicos: en sus
comedías también encontraremos una larga lista de personajes que nos parecen más humanos
porque son egoístas, necios o mezquinos. Esta des idealización del héroe nos llevará a la otra
figura de nuestro estudio: El antihéroe.

EL ANTIHÉROE
En su libro "Héroes y antihéroes en la literatura" (Madrid, Anaya, 2000), Casariego parte del
concepto de “personaje virtuoso que ha realizado hazañas para las que se requiere mucho
valor”; a partir de este concepto, desglosa una definición de antihéroe: personaje que
desempeña las mismas funciones propias del héroe tradicional pero que difiere en su
apariencia y valores.
Para este autor, el antihéroe surge de la observación de la prosaica realidad; este personaje es
“hijo del pesimismo” y nace como respuesta a un presente no deseado y vive sin ninguna
promesa de futuro.
El antihéroe puede ser antisocial, muy inteligente, enajenado, cruel, desagradable, pasivo,
lamentable, obtuso, o simplemente ordinario. Cuando el antihéroe es el personaje principal
en una obra de ficción la obra frecuentemente lidiará con el efecto que su atroz personaje
tiene en aquellos a quienes conoce a lo largo de la narrativa. En otras palabras, un antihéroe es
un protagonista que vive por la guía de su propia brújula moral, esforzándose para definir y
construir sus propios valores opuestos a aquellos reconocidos por la sociedad en la que vive.
Adicionalmente, la obra puede representar como su personaje cambia a través del tiempo, ya
sea tendiendo al castigo, el éxito no heroico, o la redención. Además de estas "cualidades"
hace falta nombrar el antihéroe es de esta manera debido a que su pasado fue doloroso o
cruel y que esta(s) tragedia(s) le da origen a su personalidad y una perspectiva distinta a la de
los héroes o villanos; puede decirse que el antihéroe vive más en la zona gris.
Es así como en los relatos e historias de los últimos años, es común ver sujetos protagonistas,
que fluctúan entre el mal y el bien. Que matan en pro de un beneficio, decadentes, pesimistas,
enfermos, pecaminosos, que imponen sus propias reglas, llenos de anti-valores pero a su vez
con sentimientos y capaces de hacer así sea una obra buena. A estos personajes se les puede
nombrar como Antihéroes, seres con los que el público se puede sentir más identificado por
tener rasgos similares o porque representan lo que no son capaces de hacer pero que en algún
momento han podido a llegar a pensar o sentir. Según la Real Academia, antihéroe es el
Personaje de una obra literaria, narrativa o dramática, a quien se atribuyen las características
físicas, psíquicas y humanas contrarias a las del héroe tradicional: el antihéroe suele coincidir
con el antagonista. Como ejemplos: EL LAZARILLO DE TORMES de autor ANÓNIMO que relata
las aventuras de un PÍCARO que se vale de su astucia para sobrevivir en la España de fines de la
Edad Media. En la actualidad, por ejemplo, encontramos a JHON CONSTANTINE en el comic
Hellbrazer DC y la película Constantine, 2005, JACK SPARROW de Piratas del Caribe. 

LA ÉPICA O GÉNERO ÉPICO 


Es una forma de narrativa poética desarrollada en los pueblos antiguos con el fin de enarbolar
las proezas de los héroes de antaño. Con este realce de las figuras heroicas, se buscaba elevar
a lo sumo los nombres de las naciones a las que pertenecían y generar temor ante sus
adversarios.
La épica, también llamada epopeya, era generada por la gente común quienes, al requerir una
figura mayor que ellos en la que depositar su confianza, fe y esperanzas ante las continuas
invasiones y guerras que se suscitaban, creaban con cuentos las figuras de superhombres que
pudiesen socorrerlos.
Esta es una costumbre que aún persiste. No siempre las historias eran ficticias, en muchos de
los casos se tomaban las hazañas de hombres comunes y se exageraban generando las
leyendas, en las que al final ni los mismos creadores sabían qué era verdad y qué fantasía.
El origen de la épica es oral. Con el tiempo las historias más famosas fueron compiladas y
transcritas en versos de arte mayor en las conocidas grandes obras de la epopeya antigua,
como es el caso de la Ilíada (por Ilión, el otro nombre con que se conocía Troya) y
la Odisea (por Odiseo y sus aventuras) de Homero, por hablar de los aportes griegos.
A pesar de que las referencias comunes en torno a la épica son las obras de Homero —quien
por cierto no escribió dichas obras, sino que las dictó, pues era ciego—, dos milenios antes ya
los sumerios contaban con su primera manifestación épica, no solamente oral sino también
escrita.
Correspondió, pues, a los habitantes de la tierra entre ríos mostrar al mundo La epopeya de
Gilgamesh, que narra la vida del titán mesopotámico que gobernó Sume, es el poema épico
escrito de mayor antigüedad (2700 a. de C.)
Se podría hablar de diversos tópicos interesantes para activar el pensamiento, pero lo que
compete en el presente documento es hacer notar el poder que tenían estas historias para
levantar la moral de los pueblos en las que se suscitaban.
Además de lo antes mencionado, estos cuentos llegaban a despertar temor en los bandos
contrarios de los pueblos creyentes cuando a sus oídos llegaban las historias de Enkidu (titán
mesopotámico), Aquiles o Eneas (héroes de la guerra de Troya) o de Set o de Horus (dioses
egipcios), por nombrar algunos.
Los pueblos repetían tanto las historias, con tanto fervor e intensidad, que los personajes
pasaban de la imaginería popular al culto, a lo religioso. Si nos ubicamos entre el año 3000 a. C.
y el año 500 a. C., no resulta tan inverosímil lo que se manifiesta en este apartado.
Los pueblos se regían por mitos. Eran muy supersticiosos; por lo tanto, una historia bien
contada, con héroes semidioses que peleaban a favor de una población, generaba en los
habitantes de esas tierras una euforia en las batallas. En los crédulos enemigos llegaba a
desatar un inmenso temor.
Este punto destaca lo fuerte que puede resultar en una población el legado oral y escrito para
generar cambios trascendentales. Es grande la importancia dada a la herencia oral y al paso de
la información hasta hacerse conocimiento, el nexo íntimo que da forma a las identidades de
las comunidades y su nexo con las letras y la memoria.
El Poema de Mio Cid es un claro ejemplo de poema épico que cuenta las hazañas del héroe
español. 

GUÍA DE ACTIVIDADES: 
1. Daremos un pequeño repaso a la evolución del héroe literario, viendo su evolución a través
del tiempo e intentando averiguar los motivos de estos cambios ¿Qué nos lleva de los héroes
esencialmente buenos a los pícaros ¿Por qué surgen estos cambios? 
2.- Extraiga de los conceptos dados la caracterización de uno y de otro (HÉROE- ANTIHÉROE) y
realice un cuadro comparativo.
3.- ¿Cuáles son las características de la Épica? ¿Qué obras épicas se mencionan en el texto?
4.- Mencione ejemplos de héroes y de antihéroes del cine o de las series de TV. ¿Cómo los
muestran? ¿Qué valores defienden? ¿Por qué son reconocidos en la sociedad en la que
habitan?

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